Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Aquí vengo con dos capítulos más! 

Creí que sería conveniente poner estos dos juntos para su lectura.

Espero lo disfruten.

Luego de aquel suceso con los sirvientes las cosas comenzaron a ser diferentes en el palacio.

El acoso que una vez recibió, desapareció por completo, la situación dio un giro tan radical que hasta la misma princesa comenzaron a tratar adecuadamente. Hikari lo sabía, que ahora era venerado por la servidumbre, ya que fue compasivo al salvar a los que lo molestaron. Antes de que los mismos involucrados se dieran cuenta, terminaron jurándole lealtad a él. El único problema que llego a conseguir, es que ningún sirviente le dijo a quién le juraron lealtad antes y tampoco pregunto debido a que no deseaba pisar una mina después de ganárselos.

Por su parte, el conoció finalmente a la princesa. Ciertamente la descripción que le dieron en la novela fue exactamente lo que vio al momento en que se encontraron, un alma pura que solo daban ganas de cuidar. La princesa supo de inmediato que había sido él quien la salvo, porque mientras le dio el antídoto, ella reaccionó un poco y notó la presencia de alguien más, evidentemente Hikari le pidió que guardara el secreto entre ellos. Desde que la conoció por primera vez, cada tanto estaba con ella, sobre todo a la hora de la merienda, al parecer, ambos compartían el mismo gusto por los dulces.

Ese día no estaba siendo diferente al usual que pasaba con la princesa, estaban en el jardín bebiendo un poco de té con algunos postres. La fruta protagonista de sus dulces de esa tarde era la manzana, así que todos lo tenían de ingrediente principal. Hikari pico un poco de la tarta de manzana que disfrutaba, realmente que desde que los sirvientes se pusieron de su lado, podía tener los mejores manjares que podía imaginar. No es como si con su padre no comiera bien, pero duro un largo tiempo donde solo pudo comer plantas y bayas, recordarlo, hacía que sintiera ese recuerdo como un mal sueño.

-¡Esto está realmente delicioso!

Hikari pudo ver el alivio de las sirvientas que lo estaban atendiendo.

-Eso es cierto… -agrego la princesa -. Deberíamos felicitar al chef.

-Tienes razón –dijo Hikari para mirar a las sirvientas -. Por favor dígale al chef que piense en qué desea que le dé de regalo.

La sirvienta asintió un poco eufórica.

-Estoy seguro que estará agradecido con el hecho de recibir su aprobación.

En serio que a veces a Hikari le sorprendía el hecho de que esas personas se sintieran satisfechas solo con que él apareciera o los felicitara. Antes lo acosaron y molestaron, ahora con un poco de él les bastaba para sentirse dichosos, jamás terminaría de entender la forma de procesar de los demás. Suspiro un poco, antes de notar la sonrisa cómplice de la princesa. Iba a preguntar el motivo de dicha mirada, pero antes de poder decir algo, sintió una mano en su hombro y un beso en su mejilla, evidentemente eso le hizo sobresaltar. Desde hace un tiempo atrás, Mahiru actuaba de esa forma, haciendo actos dulces que provocaban que se sintiera tímido.

Tal vez se debía a que desde lo sucedido con la servidumbre, el chico tomó la decisión de llevárselo a su habitación, ahora compartían la misma cama. Evidentemente Hikari se negó, ya que eso le causaba un poco de vergüenza, podía aceptar dormir juntos un par de noches, pero todo el tiempo le parecía demasiado. Tristemente no pudo seguir negándose, sin importar a qué otra habitación se fuera, Mahiru iba a esta y se acostaba a su lado, terminó rindiéndose y regresando a la habitación de la pareja real. A veces olvidaba que ellos ya se encontraban casado, pero se le complicaba actuar como tal.

-¡Mahiru!

Se quejó, aun no se acostumbraba a las muestras de afecto.

-¿Qué? ¿Acaso no puedo saludar a mi esposo?

Hikari se tensaba cuando escuchaba esa pregunta, no podía negarse, ya que ciertamente él era su esposo. Sin importar qué, no podía sentirse cómodo con el afecto, tal vez tantos años recibiendo abusos lo llevaron a no saber procesar ese tipo de acciones cariñosas. Suspiro, pareciéndole lo más natural que Mahiru se sentara a su lado.

-Ustedes realmente hacen buena pareja… -dijo la princesa en una risa -. Estoy segura que no soy la única que lo piensa.

Y en realidad no se equivocaba, para nadie era un secreto sobre el ligero cambio del rey ante la presencia de su consorte real, la verdad es que últimamente el gobernante se veía un poco más humano. Saludaba a los demás y ya con eso les parecía un gran avance. Hikari logro más avance en un año que los demás en todo ese tiempo transcurrido.

-¡No digas eso!

El asunto no solo iba en una dirección, Hikari también estaba cambiando ligeramente con la presencia de Mahiru.

-¿Por qué no? Es la verdad…

-¡Tú tampoco te pongas de su parte!

Para la princesa ese escenario se estaba volviendo algo cotidiano. Estaba agradecido con su cuñado, por haberla salvado a ella y también estar salvando a su hermano mayor. Sin darse cuenta, Hikari se estaba volviendo una persona indispensable. Hikari se aclaró la garganta para ignorar un poco lo que acababa de suceder.

» Bueno… Ahora, ¿no se supone que deberías estar haciendo tu trabajo?

Vio a Mahiru suspirar y desviar la mirada por un momento.

-¡Hermano! Tienes que ser responsable.

-Apoyó a la princesa.

Mahiru hizo una mueca de inconformidad al notar que los otros dos se volvieron aliados en ese tipo de cosas. Al notar su expresión, los otros dos no pudieron evitar reír un poco.

-Ya está hecho, pero estoy cansado de tanto trabajo… Ver papeles todo el día es aburrido.

Tanto Hikari como Luly rieron un poco.

-Pero no puedes descuidar tu trabajo, eres el rey después de todo.

-Supongo… pero quisiera hacer algo diferente…

Por un momento el silencio invadió la conversación.

-Disculpen…

Una sirvienta interrumpió el momento. Por inercia, Mahiru hizo un gesto para permitirle continuar.

» Si su majestad quiere hacer algo diferente, entonces… ¿Por qué no asiste al festival?

-¿Un festival?

Todos se quedaron en silencio esperando por una respuesta, aunque Hikari se quedó un tanto pensativo, tratando de recordar si eso lo mencionaban en la novela. La sirvienta asintió.

-Dentro de poco se celebrara el festival en honor a la cosecha.

Con eso Hikari lo recordó, en el reino de Merk hacían festivales en agradecimiento, los motivos variaban dependiendo de la ocasión. Para agradecer y pedir por una buena cosecha, por la salud de los recién nacidos, entre otras cosa. Pronto la cosecha daría inicio, así que evidentemente realizarían el festival, luego de pensarlo un poco, a Hikari le pareció una buena idea para mejorar la reputación de Mahiru.

-¡Eso es! –soltó Hikari levantándose de golpe -. Vayamos todos juntos al festival.

-Eso…

Obviamente Mahiru iba a dudar, él no era ningún idiota que no estaba consciente de las cosas horribles que se hablaban de él, pero así como la servidumbre cambio su trato, esperaba que sucediera lo mismo con el pueblo. Su trabajo siempre consistiría en mejorar la reputación de su esposo.

- ¡Vamos! Vayamos los tres juntos… Siempre es estar aquí encerrados, salgamos a tomar un poco de aire.

-¡Yo quiero ver el festival!

Para una niña pequeña como Luly, por supuesto que le emocionaría un festival que no conocía, más aun ver un pueblo que solo conocía por rumores. A la pequeña princesa se le prohibido el salir del palacio, por eso no conocía más allá de esas cuatro paredes. Mahiru no pudo evitar dejar escapar un suspiro.

-Está bien, pero iremos ocultos y los guardias no se pueden enterar.

Aunque Hikari se ganó a los sirvientes, los guardias eran otro asunto a parte. Asintió con la cabeza satisfecho, por ahora se conformaría con que Mahiru hubiese aceptado. Decidieron que en otro momento discutirían sobre eso y por supuesto, recibirían la ayuda de los sirvientes para poder salir del palacio, tener  su apoyó definitivamente hacia las cosas más fáciles.

.

.

.

Ya era bastante tarde y estaba en su habitación informando a Louis sobre lo que harían dentro de poco. Tenía que avisarle a su lacayo más fiel, para que lo apoyara dentro del palacio para que así nadie se diera cuenta de su ausencia, no podía permitir ningún hueco que le permitiera a esa persona que atacaba desde las sombras a Mahiru tener ventaja.

-Iremos al pueblo… Así que quiero que te quedes aquí con Vitky y soluciones cualquier problema que pueda suceder ¿entendido?

Louis asintió con la cabeza.

-Cualquier cosa que pueda pasar, no dudes en avisarme.

Hikari no pudo evitar enarcar una de sus cejas.

-Estaremos bien.

-Lo sé, pero… Sabes muy bien la forma en que el pueblo ve a Mahiru, por eso… Si las cosas se ponen mal, no dudes en llamarnos ¡iremos sin importar a dónde!

Aunque debía de estar acostumbrado, a veces le sorprendía la lealtad que podía tener Louis, hasta el mismo Vitky. Sabía que los salvo, pero a sus ojos, él solo se estaba aprovechando de la debilidad de los demás.

-Entiendo, si algo pasa, no dudaré en avisarles.

Pudo ver como Louis se relajaba un poco ante sus palabras, de verdad que no terminaba de entender su profunda lealtad, pero tampoco se había atrevido a indagar en ese asunto, averiguar sobre lo que verdaderamente pensaban sus lacayos es algo para lo que no estaba preparado. No sabría qué hacer con tanta sinceridad junta.

-Bien, gracias.

Hikari suspiro, antes de levantarse y llevar una mano al cuello de su camisa.

-Ya hemos terminado de hablar, puedes retirarte… -dijo Hikari -. Pronto llegara Mahiru, tengo que preparar todo.

Sintió como el otro le miró demasiado, así que no pudo evitar fruncir el ceño.

» ¿Qué?

Louis negó ligeramente con la cabeza antes de levantarse de su asiento.

-Realmente te preocupas por él, es bueno tener un lugar especial para alguien.

Sabía que Louis no dijo aquello con malas intenciones, pero no pudo dar una respuesta a ello. Louis terminó por irse luego de una ligera reverencia, dejándolo completamente solo en la habitación.

¿Él especial? ¿Tener un lugar en la vida de Mahiru?

No.

Hikari sabía muy bien que él solo estaba tomando prestado el puesto de alguien más. Ese nunca sería su asiento, porque aquel lugar pertenecía a Carol, la heroína de la historia, la que de verdad salvaría a Mahiru de todas sus desgracias, la santa que sería amada por todos. Su lugar no era ese.

Jamás podría pensar en quedarse en ese lugar que no le pertenecía.

.

.

.

Finalmente el día en que irían al pueblo llego.

Tenían todo listo para poder ir, aunque lo que más tuvieron que hacer fue ocultar a Mahiru, el cual era más conocido, por parte de él y la princesa, pocos los conocían, por no decir que solo los nobles. Al momento de estar listos para partir, los sirvientes los ayudaron a escapar del palacio sin que los guardias lo notaran y les aseguraron de que mantendrían fuera de las habitaciones a los guardias para que no notaran su ausencia.

No les llevó mucho tiempo llegar al pueblo, tampoco se encontraba muy lejos del palacio. Al hacerlo, pudieron notar todas esas luces que iluminaban la calle principal, además de la gran cantidad de puestos que ofrecían su producto. Los artistas ambulantes que mostraban sus espectáculos, los niños corriendo por todos lados, a comparación con el palacio, aquel lugar se veían en extremo animado, muy diferente a lo que normalmente veían. Hikari había tenido la dicha de asistir a una fiesta de los nobles y tenía que decir que prefería ese festival de pueblerino que una fiesta de alta clase.

En su vida pasada no tuvo oportunidad de ver un festival o asistir a algún evento divertido, por eso se encontraba de cierta forma emocionado, tal cual como la princesa. Los dos parecían unos niños, recorriendo todo el lugar, pagando en cada uno de los puestos para obtener un premio, a Mahiru le toco llevar una gran cantidad de peluches y juguetes, aunque muchos de esos, decidieron solo regalárselos a los niños. El único juguete que Hikari decidió quedarse, fue un peluche con forma de gato, el cual se encontraba tuerto y chueco, pero fue un premio que obtuvo Mahiru y se lo regaló a él.

Todo estaba marchando bien, los tres se estaban divirtiendo bastante en aquel festival, que a pesar de ser bastante sencillo y simple, no perdía su brillo. Pronto comenzó a anunciarse los fuegos artificiales, así que comenzaron a caminar para buscar un buen sitio para verlos, antes de darse cuenta, la cantidad de personas aumento y el reflejo de Hikari fue tomar la mano de la princesa quien era la más pequeña. Lo que Hikari no se percató, es que él también era una persona pequeña a comparación de los adultos que lo comenzaron a rodear, todos se encontraban tan emocionados que no se daban cuenta que estaban arrastrando a Hikari y la princesa.

Mahiru se quedó atrás e iba a ir junto a los otros dos que se alejaban cada vez más por la multitud, pero en eso, pudo oír un quejido, notando que se trataba de un niño que se había caído. Notó que nadie se dio cuenta de ello, así que por reflejo fue a su auxilio, lo hizo porque se imaginó a su hermana o Hikari en semejante situación, no pudo quedarse quieto por eso. Fue a su auxilio, impidiendo que otros se lo llevaran por delante.

-¿Estas bien?

Pregunto estirando su mano para ayudar al niño.

-Sí, estoy…

El niño no terminó su oración, ya que sucedieron dos cosas, la primera, debido al movimiento de las personas, la capucha que tenía Mahiru que lo ocultaba por completo terminó saliéndose y la segunda, los fuegos artificiales iniciaron, haciendo que pudiera detallar mucho mejor la persona que lo estaba ayudando.

» ¡¡El rey tirano!!

Evidentemente todos reaccionaron ante aquel grito que soltó el niño.

El gesto que hizo Mahiru fue rechazado de golpe, notando la mirada de miedo que mostró el niño al notar la persona que tenía delante. Por supuesto que todos comenzaron a murmurar cosas, no exactamente buenas, porque todos hablaban sobre que posiblemente ese niño había hecho algo malo y sería castigado. Estaba demás decir que muchos en el pueblo odiaban y le tenían miedo a Mahiru, aun cuando en realidad, Mahiru no había arremetido contra el pueblo, lo que este no sabía es que su tío se encargó de darle mala fama a su sobrino. Los altos impuestos y demás cosas que estaban acabando con las riquezas del pueblo fueron atribuidos a él.

Con aquel grito, Hikari se dio cuenta de lo que estaba pasando y no dudo en ir hacia donde se encontraba Mahiru. Esa sería la primera vez que Mahiru se enfrentaba al pueblo, ya que normalmente eran otros los que llevaban a cabo sus planes. Hikari tuvo oportunidad de conocer las ideas de Mahiru para hacer progresar a su pueblo, eran ideas geniales, tristemente ninguna de ellas llegaba realmente a ejecutarse. Todos sus planes y estrategias eran torcidas en el camino, haciendo que nada se llevara a cabo, más que las cosas malas.

-¡¿Qué demonios hace aquí?!

-¡Cierto! ¡¿Acaso viene a subirnos más los impuestos?!

Las quejas del pueblo no se hicieron esperar y Hikari estaba consciente que si todo eso continuaba, Mahiru iba a explotar. Si el chico arremetía por primera vez contra el pueblo, no habría retorno. Lo peor es que el pueblo estaba listo para atacar a su rey, una persona tomó una piedra y la lanzó en dirección del rey, por suerte no terminó llegando a Mahiru, porque justo en ese momento Hikari se atravesó, recibiendo el golpe de la piedra.

-¡Alto!

Fue lo que dijo, sintiendo como esa piedra verdaderamente le lastimo.

-¿Quieres que nos detengamos? ¡Ha sido toda su culpa!

-¡Es verdad! ¡Nos estamos muriendo de hambre por culpa de ese rey!

Las quejas comenzaron a oírse por todos lados, el pueblo se alboroto y no precisamente por los fuegos artificiales. Si las cosas continuaban así, todo iba a terminar en un mal final, Hikari no se esforzó tanto para que las cosas tomaran ese rumbo. Cuando Mahiru se dio cuenta que la cabeza de Hikari sangraba un poco, simplemente iba a actuar, podía aceptar las quejas y demás, pero que lastimaran a las personas que le importaban, eso si no lo permitiría. Hikari se percató a tiempo de lo que pensaba hacer Mahiru, así que ignoró por un momento a la muchedumbre que se quejaba sin parar y se giró a Mahiru, se acercó y tomó con fuerte la muñeca ajena.

-¡Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando!

Evidentemente ese grito no solo paralizo a Mahiru.

-¡Ellos te han lastimado! Tienen que pagar.

-¿Y qué harás? ¡¿Matarlos a todos?!

Los del pueblo se tensaron al oír aquello, estaban conscientes de que si el rey arremetía contra ellos, ninguno saldría con vida. Solo se quedaron allí, observando a los otros dos.

-¡Eso…!

Hikari simplemente no pudo más y terminó por golpear a Mahiru, al no esperarse semejante respuesta, terminó cayendo en su retaguardia. Miraba a Hikari con sorpresa, ya que nunca antes este le había golpeado o lastimado, así que evidentemente estaría en shock por lo sucedido.

-¡Cállate! –grito con fuerza y enojo -. ¡¿Crees que me haría feliz el que mates a todo el mundo?! ¡¿Acaso esa es la clase de rey que deseas ser?!

Todos miraban desconcertado lo que estaba sucediendo, porque veían al terrorífico rey, al despiadado que no dudaba en matar a otros tirado en el suelo como si fuese un niño pequeño siendo regañado por sus padres. Por un cortó momento todos se preguntaron cuál de los dos era más aterrador, debido a ello nadie hizo nada, solo se quedaron mirando la escena. Solo llegaron a tensarse al momento en que Hikari se giró a los demás, esperaban de todo, menos lo que verdaderamente paso en ese corto período.

Hikari caminó en dirección a donde estaban los demás, no tan cerca porque sabía que se encontraban en guardia. No dijo nada y lo único que hizo fue agacharse, para todos fue una sorpresa el ver a alguien de la realeza arrodillarse delante de ellos, normalmente las cosas se daban al revés.  Todos quedaron sorprendidos por lo que estaban viendo.

» ¡Estoy completamente seguro que todos tienen sus motivos para odiar a mi esposo! –inició Hikari -. ¡Pero les pido, no, les ruego, que le den una oportunidad para redimirse! ¡Se los suplico!

La primera en reaccionar fue la princesa, corriendo a donde se encontraba Hikari, pero no lo detuvo, sino que también se arrodillo junto al otro.

-¡Por favor! No es necesario que lo perdonen ahora, pero… ¡Permítanle tener una oportunidad!

La princesa también se estaba disculpando, pero nadie decía nada, quizás debido al impacto que causo la situación.

Mahiru que seguía impactado por un momento se preguntó el motivo para que su hermana pequeña y su esposo fuesen los que se estuvieran disculpando por todas las cosas que había hecho. Algo no terminaba de cuadrarle ante aquel escenario, porque al final, todos esos pecados pertenecían solo a él, entonces… ¿Por qué eran los otros dos los que estaban pidiendo perdón? Algo dentro de él se removió.

Aun en el silencio del pueblo, Mahiru se levantó de su asiento y todos le miraron con miedo y pavor, esperando lo peor, pero lo que creían pasaría no sucedió, es más, pasó lo que menos esperado. Mahiru caminó a donde estaban los otros dos y se agacho para también hacer una reverencia. Aquel festival definitivamente no iba a ser olvidado, ya que fue el primero en donde se presenció a un rey arrodillarse ante su pueblo, todos estaban acostumbrados a que sucediera lo contrario.

-¡Sé que he hecho cosas horribles que han causado que se vean afectados! Pero… -Mahiru hizo una pausa donde miró a los otros dos -. No espero que me perdonen por ello, aunque les pido que al menos me dejen remediarlo.

-Has traído desgracias al pueblo…

Los tres levantaron un poco su mirada, viendo a un hombre muy mayor acercarse a ellos.

» Hemos sufrido bastante y todo eso se debió a sus decisiones.

-Lo sé –comento Mahiru -. He cometido muchos errores, pero quiero remediarlos.

Escuchó al hombre mayor suspirar y Hikari creyó que todo estaba perdido.

-Usted ha cometido muchos errores… -soltó el hombre mayor -. Pero el primer paso para avanzar es reconocerlos.

Hikari sintió una sensación en su pecho, porque todos los demás parecieron aliviar sus expresiones tensas, se estaban relajando. Podía tomar todo eso como que estaban comenzando a aceptar a Mahiru como rey.

-Me esforzaré a partir de ahora en certificar que todo se lleve a cabo, no permitiré que nuevamente todos pases hambre por mi descuido.

Con ese tipo de comportamiento, Hikari recordaba que Mahiru era un rey.

-Espero que no nos estemos equivocando al darle una oportunidad –dijo el hombre mayor -. Ahora, vamos a que traten su herida.

Por todo lo que estaba pasando, Hikari se había olvidado que su herida de la cabeza estaba sangrando. El ambiente tenso se aligero un poco y el festival pudo continuar tal cual estaba planificado. Ellos fueron llevados al puesto que prestaba servicios médicos, sabían que en ese tipo de eventos las personas podían salir lastimadas. Hikari en serio esperaba que todo lo que hicieron valiera la pena, ahora tenía que encargarse de que aquello que estaba causando que los planes de Mahiru se vieran frustrados dejara de causar problemas. Nuevamente tenía una gran cantidad de trabajo para llevar a cabo, aunque agradecía que al final Mahiru comenzara a darse cuenta de muchas cosas.

Sentaron a Hikari en un banco, siendo tratado por una joven chica. Más que su propia herida, se sentía algo alterado de la expresión que tenían sus dos acompañantes, Luly se veía como si fuese a llorar y ni hablar de la expresión que estaba haciendo Mahiru. La chica termino de atenderlo, colocándole una venda en su cabeza, por suerte, solo fue una herida leve, solo que al ser en la cabeza, esta tendía a verse peor de lo que era.

-Está todo bien ahora.

Comentó la joven con una sonrisa.

-Eso es algo bueno.

El hombre mayor estaba sentado cerca de ellos, hasta ese momento notó el hecho de que andaba con un bastón. Además de que el ver que todos aceptaron lo que él decidió, le hizo caer en cuenta que posiblemente ese hombre era el alcalde del pueblo o por lo menos el que tenía un rango más alto. Aunque aceptaron la decisión del anciano, todos mantenían un ojo sobre ellos y no le pareció extraño, estaban siendo cautelosos.

-Ya estoy bien, así que no tienen nada de qué preocuparse.

Trato de aliviar a los otros dos que se veían alterados, más que minutos antes con la anterior situación.

Hikari esperaba una respuesta de parte de Mahiru, pero en vez de eso, recibió otro tipo de cosas. Mahiru se acercó a donde estaba él sentado y se arrodillo, colocando solo una de sus rodillas en el suelo, además de eso tomó una de sus manos y la apegó a su frente, dejando escapar un ligero suspiro de alivio. Evidentemente eso le sorprendió, no solo a él, porque aquella escena parecía salida de un cuento de hadas.

-Yo… No sabría qué hacer si algo te pasa –inició Mahiru -. Estoy aliviado de que te encuentres bien.

Estaba seguro que él no estaba siendo el único avergonzado por lo que estaba pasando, ya que sin importar que tan tirano fuera en el pasado, Mahiru era una persona bastante guapa, así que aceleraría el corazón de cualquier señorita. Más aun cuando beso la palma de su mano y lo miraba como un perrito desolado.

-Ah…

No sabía lo que tenía que decir en ese instante, pero por suerte, todo el cursi momento fue arruinado cuando la princesa finalmente reaccionó. Ella fue más exagerada y se lanzó contra Hikari, no lo suficiente como para tirarlo.

-¡Hikari! –soltó entre sollozos -. ¡No puedes volver a lastimarte! ¿Entendido?

El cariño que mostraban esos dos hermanos a veces le sobrepasaba. Con lo que estaba pasando, el pueblo se estaba dando cuenta que en realidad aquel tirano del cual siempre oían en rumores al final seguía siendo un simple mortal, con debilidades y fortalezas. Sin darse cuenta, Hikari estaba contribuyendo para que la reputación de Mahiru mejorara, porque el chico jamás esperaría que el que los demás vieran la reacción sincera de Mahiru por preocuparse por él, ayudaría tanto.

-Bueno… No sé si eso se pueda.

-Tienes que hacerlo.

Mahiru apretó un poco la mano que sostenía, estando de acuerdo con su hermana.

-¡Cierto! ¡No puedes volver a lastimarte!

-Eso es…

La risa del hombre mayor los saco de su entretenida conversación. Hikari se sintió un poco aliviado de haber conseguido un avance en cuanto al pueblo, ahora tenían que concentrarse en mejorar el estado de este, buscando cual era la fuga que causaba que nada se diera adecuadamente. Se concentrarían en ese hecho por ahora, para poder cumplir con la promesa que le hicieron al pueblo en ese festival.

Hikari podía considerar que había ganado esa batalla.

Notas finales:

¡Bien! Tal parece que han avanzado un poco en cuando a Mahiru...

¿Qué les esperara ahora? 

Sigan leyendo y sabran *guiño guiño* 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).