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Sigue adelante por OnwardLostDream

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Notas del fanfic:

Ian x Barley

Notas del capitulo:

Les recomiendo ver haber visto la película antes de leer el fic, si no perderá todo el impacto.

 

Seguir adelante sin mirar atrás no siempre es bueno, hay veces

En las que necesitamos recordar para seguir avanzando

Y mirar hacia atrás es la mejor forma de hacerlo

Capitulo 1

Ian y Barley

 

— ¡Wow! ¿Dónde estamos?— Pregunto Barley saliendo de los arbustos, camino hasta el borde del acantilado y se detuvo a observar, el sol ya estaba medio oculto en la línea que dibujaba el horizonte entre el cielo y el mar.

—Estamos en un bosque de Nueva Trollanda— Respondió Ian forcejando, las ramas de los arbustos se habían enganchado en su camisa, casi cae de cara al suelo cuando logro liberarse.

Ian se sacudió la ropa, cuando levantó la mirada quedó hipnotizado por la imagen de Barley frente al mar: el cielo rojizo contrastaba con la piel azul de su hermano creando matices morados. El viento le mecía el cabello. Iluminado por la luz rojiza del ocaso su espalda lucia amplia, fuerte, parecía poder cargar el peso del mundo sobre ella. Ian quería permanecer ahí para siempre, contemplando a Barley acompañado por el sonido del viento y de las olas rompiendo contra el acantilado.

—Hey, ¿Sigues ahí?— Pregunto Barley sonriendo ampliamente.

Ian dio un paso hacia atrás por la sorpresa, estaba tan ensimismado que no noto el momento en el que se había acercado.

—Si, si, estoy bien- Respondió Ian, agachó la cabeza un poco triste.

La gran mano de Barley lo tomo del mentón y lo guío hasta que se encontraron con la mirada. Sonreía franco como siempre lo había hecho para Ian. Se acercó deteniéndose a pocos centímetros de los labios de su hermano menor. Habían hecho eso cientos de veces, eso y más, pero Ian nunca dejaba de sentirlo como la primera vez que Barley lo beso.

Barley le acaricio la mejilla con el pulgar y le pasó la mano por el cabello. Pego la frente en con la de Ian, cerró los ojos y río recordando algo.

—¿Qué ocurre?— Pregunto Ian, sonrió contagiado por el buen humor del momento.

—Recordé la primera vez que te besé— Confeso Barley, en voz baja.

Estaban sintiendo lo mismo, aún después del pasar los años el vínculo entre ellos seguía fuerte. Ian se inclinó para juntar sus labios, Barley le puso la mano detrás de la cabeza y con el brazo lo tomo por la cintura. Entre respiraciones agitadas y corazones latiendo con fuerza se sumergieron en un mar de recuerdos, risas y momentos difíciles. En cada etapa de su relación fueron juzgados bajo la lente de una moral conservadora. Por suerte Laurel nunca se enteró, ellos se habían mudado lejos para evitarlo y Bronco se encargo de que las noticias nunca alcanzaran las puntiagudas orejas de su esposa.

—Me alegro que mamá nunca se enterará de lo nuestro— Suspiro Barley recargado la barbilla en la cabeza de su hermano mientras le frotaba la espalda.

—Sobre eso… Yo se lo dije— susurró Ian muy rápido.

El cuerpo de Barley se tenso. Ian sentía el corazón martillando en el pecho.

—¿Cunado se lo dijiste?— Pregunto Barley, sonaba distante sin rastro de emociones en su voz.

—Antes de venir aquí— Respondió Ian —¡Ella se lo tomo mejor de lo que supuse!— se apresuro a decir.

—¿Qué dijo ella?—

—Pues no dijo mucho— Respondió Ian inseguro, ni el mismo había terminando de entender la reacción de su madre —Ella puso la misma cara que tú en este momento, luego se sentó frente a la mesa, se quedó viendo el vacío por un largo rato y luego me miró-

—¿Y?— Pregunto Barley ansioso.

—Puso una extraña y torcida sonrisa— Continúo Ian —Ella dijo que se alegraba de que las cosas resultarán así entre nosotros, pero fue incómodo, fue como haber encontrado la cosa más adorable del mundo en medio de un tiroteo—

Barley carcajeo muy fuerte y abrazo a Ian —¡Viejo, demonios me hubiera gustado ver su cara¡ ¡Si que los tienes bien puestos hermanito, yo nunca me hubiera atrevido a contárselo¡—

La sonora risa de Barley se fue apagando hasta detenerse —¿Crees que por eso ella no vino?— Sonaba triste, pero a la vez un poco feliz, no tenía el valor de enfrentarse a su madre.

—¿Qué? ¡No, por supuesto que no fue eso!— Ian se empujó fuera del agarre de Barley para hablarle de frente, le dolió ver cómo su hermano mayor se esforzaba para mantener una sonrisa —Fue por el idiota de Bronco, tuvo un grave accidente y mamá tuvo que quedarse a cuidarlo, esa fue la razón—

Se contemplaron sin mucho ánimo, aún, después de tanto tiempo, su relación seguía siendo un tema tabú.

Barley frotó despacio los hombros de Ian componiendo una mueca de alegría, no perdería el tiempo por algo que ya no importaba, no al menos en ese momento. Lo tomo por la cara y plantó un beso, profundizando mas con cada caricia. Atrajo a Ian sujetándolo por las caderas y lo alzo recargándolo contra su pecho.

—¿Qué tal si nos divertimos un rato?— Sugirió Barley, mientras frotaba su mejilla en la pansa de Ian.

—¿Acabas de llegar y esto es lo primero que quieres hacer?— Ian sonreía, Barley siendo Barley era lo que necesitaba. Después de los duros días que había soportado relajarse era ya una necesidad que su cuerpo le exigía.

—Tienes suerte de que no me lanzará sobre ti cuando te vi—

Ian se desabotono la camisa y la arrojó lejos —Bien, no hay que perder tiempo— Le susurró a Barley cerca de la oreja.

Barley le dio un rápido beso y se adentro en el bosque a la carrera cargando a Ian hasta la tienda de campaña. Ambos reían cómplices mientras arrojaban sus ropas al suelo; se besaban y hacían una pausa para continuar sacando otra prenda, un beso, una prenda menos, así hasta que estuvieron desnudos. Ian recostado veía los brillantes ojos de su hermano que estaba sobre él. Recorrió los anchos brazos de Barley con la punta de los dedos, subió por el cuello y se detuvo en las mejillas.

—Te amo Barley— Suspiro Ian.

Barley se inclinó hasta el cuello de su hermano, beso el camino desde la clavícula hasta la mejilla y se detuvo cerca de la oreja — Y yo te amo a ti— Susurró, para continuar besándolo.

Así siguieron demostrándose cuanto sentían el uno por el otro hasta que la noche llegó con el canto de los grillos y el ulular de los búhos.

—Uff Ian, ¿dónde aprendiste a hacer eso?- Barley resollaba como si hubiese corrido una maratón. Sonreía feliz estrechando con fuerza a Ian que descansaba la cabeza en su voluminoso pecho.

Ian vio la luna llena asomándose por la abertura de tela de la casa de campaña, había pasado más tiempo del que pensaba. El creciente dolor en su espalda también confirmaba como se habían entregado sin pensar en nada más.

—Ya es de noche— Dijo Ian en un tono apagado y distante.

La sonrisa de Barley se curvo un poco, pero no dejo sonreír —Y dime ¿mamá como sigue?—

—Ella está mejor, su relación con bronco la ayudo bastante— Ian río — aún que Bronco sigue siendo un idiota—

—Ha, No se que vio mamá en el— Se burló Barley — ¿Y tú tienes novio, una aventurilla que quieras contarme?—

—No, quizás una aventurilla, pero no más que eso— Respondió Ian pasando el dedo por la larga cicatriz que corría en vertical desde el pecho hasta el abdomen de Barley — Un elfo llamado Kinrab—

—¿Y bien?— Cuestionó Barley levantando una ceja

Ian solo río —Tu eres más grande y mejor si es lo que te interesa saber—

Barley sonrió satisfecho y dio un beso en la frente de Ian.

—Espera tengo algo que darte— Dijo Ian. Se levantó y cruzo el umbral, la luz de la luna brillo sobre su piel desnuda. Barley vio las cicatrices en la espalda y piernas de su hermano y luego admiro las suyas, se recorrió con la mirada los brazos, piernas y, la más importante, la de su pecho. Todas las habían ganado durante sus cruzadas. Ya eran elfos adultos, pero seguían conservando la apariencia de adolecentes, ellos creían que fue debió a que tuvieron demasiado contacto con la magia o quizás por alguna maldición, sin importar lo que fuese agradecían no haber tenido que pasar por las dificultades de ser un anciano.

Ian entro con una cámara de video y se recostó de nuevo — Ten, es para ti—

Barley la sostuvo confundido, con la mirada le pregunto de que se trataba.

—Es para que grabes un vídeo— Dijo Ian.

Barley le dio vueltas a la cámara buscando el botón de encendió —¿Esperas que grabé un vídeo porno o algo así?—

—No— Respondió Ian, pero la idea no le sonaba tan mal — es para que grabes un vídeo para mamá—

Barley suspiro y se llevó la mano al rostro para cubrirse —Yo no lo sé… no sabría que decir—

Ian dio un largo bostezo y se acomodo en el pecho de Barley — No importa de que hables, cualquier cosa estará bien—

—¿Estás seguro?— Barley seguía indeciso, no recibió ninguna respuesta, inclinó la cabeza solo para ver qué Ian se había quedado dormido.

—Bien Barley, has vencido cosas terribles y enfrentado peligros mortales, esto debe ser fácil — Suspiro desinflándose, no era nada fácil. Le tomo otro rato encontrar en botón de encendió y cuando se aseguro que estaba grabando comenzó a hablar

—Hola mamá, soy yo Barley— Dijo saludando a la cámara — Bueno yo, yo no se que decirte. Dios esto es horrible— Vio a Ian y enfoco a ambos con la cámara, luego sonrió — Se que esto se ve raro y quizás lo es, pero quiero contarte la historia de cómo Ian y yo termínanos juntos. Bien antes que otra cosa…—

Los rayos de sol se filtraban dentro de la tienda de acampar, Ian abrió los ojos y fue herido por la deslumbrante luz. Se meció confundido y salto en pánico —¡Barley!— Grito. Barley entro a trompicones en la tienda, llevaba unos shorts cafés y el torso desnudo.

-¿¡Que!?- Dijo con el mismo pánico y respirando agitado.

Ian se tranquilizó al verlo, pero algo hizo clik en su cabeza. Salio de la tienda a prisa mirando el cielo, el sol ya estaba en lo alto, casi por encima del bosque —No, no, no ,no esto no está bien— Repitió Ian caminando en círculos — ya casi es medio día, me quedé dormido— Se giro con brusquedad hacia Barley —¿Por qué dejaste que me quedara dormido?—

—Te veías cansado y solo pensé que…— Barley no sonó muy seguro, sabía que las palabras no ayudarían.

—¡Ya tendría tiempo para descansar en otro momento!— Grito Ian, las lágrimas se acumularon en sus ojos, se las limpiaba con el dorso de la mano intentando quitarlas, pero solo seguía llegando más —Yo, no— Se desplomó en el suelo, no podía hacer nada por el tiempo perdido ¿O si?— Yo regresare el tiempo, si eso servirá— el bastón de madera se materializó frente a él, pero antes de que lo pudiera tomar Barley lo abrazo para detenerlo.

—¡Ian, basta. Esto es una locura¡— Grito Barley.

Ian forcejeo intentando alcanzar el báculo de madera que levitaba frente a él —¡No, es una idea asombrosa, si regreso el tiempo podremos estar juntos para siempre¡—

—¡Ian, no puedes hacer eso!— Dijo Barley dando pasos hacia atrás alejándolo del pedazo de madera.

—¿¡Acaso no quieres quedarte conmigo!?— Ian dejo de moverse, sentía que lo perdía todo por tercera vez —¿Si estuvieras en mi lugar no intentarías cualquier locura por quedarte junto a mi? — dijo en un tono más bajo. Barley lo soltó y lo giro para verlo de frente.

—Hubiera intentado esto y un millón de cosas más— Respondió Barley estrechándolo y besándole la frente —¿Y si tú estuvieras en mi lugar no intentarías detenerme?—

Ian lo vio a los ojos, estaban llenos de lágrimas igual que los suyos — Por supuesto que te hubiera detenido— respondió al final —Pero esto es…difícil—

—Tu me lo dijiste una vez, traer a la fuerza lo que se ha ido solo causa problemas— Dijo Barley recordando el pasado —Ahora es que lo entiendo— suspiro aparentando más fuerte a Ian — yo lo lamentó, no lo pensé muy bien. Te veías tan cómodo que solo puede verte dormir—

—¿Cuánto tiempo queda?— Pregunto Ian, no quería escuchar la respuesta, pero tenía que saberlo.

—Dos horas— Respondió Barley.

Ian sintió algo muy afilado atravesando su pecho, dos horas, dos horas, se repetía en su cabeza. En dos horas el hechizo de la piedra fénix terminaría y tendría que decirle adiós a Barley por segunda ocasión, está vez no habría magia que lo trajera de regresó.

—Hey— Dijo Barley en voz baja—sabes que no muchos elfos tiene la fortuna de rencontrase con un ser amado ¿Verdad? Aún si solo fuese una hora nosotros estamos teniendo algo que muchos matarían por conseguir, incluso si fueran solo minutos—

—Yo siento que hay tanto que quiero decirte, pero no sé por dónde empezar— Ian sentía que el tiempo iba en su contra.

—Tranquilo, respira— Barley lo tomo de la mano y comenzó a caminar hacia el bosque, no se molestaron en ponerse algo para cubrir su torso, después de todo quien más los vería.

Ian miraba las cicatrices en la espalda de Barley. Extendió el brazo para tocarlas con los dedo.

—Recuerdo esa— Dijo Barley con la vista al frente — Fue cuando íbamos en el lomo de Champy y nos derribaron—

—Tu usaste tu cuerpo para protegerme— Ian sonrió.

—Esta la recuerdo también—Dijo Barley tocando con el pulgar una cicatriz con forma circular en la muñeca de Ian — La obtuviste por conjurar un hechizo por demasiado tiempo para salvar mi vida—

Ian puso la mano sobre una cicatriz en el hombro de Barley —Esta…significa mucho para mi—

Barley puso su mano sobre la de Ian, tenía media sonrisa en la cara. Tanto la cicatriz de su hombro como la del pecho tenían los recuerdos más difíciles, felices y tristes para ambos.

—Esta sucedió durante un momento muy difícil— Se limito a decir Barley. El resto del camino fue en silencio, después de un rato se detuvieron frente al acantilado. Tomaron asiento en el borde rocoso y observaron como el sol se ponía. Ian reclinó la cabeza en el hombro de Barley y entrelazaron sus manos.

—Yo no se que hacer sin ti— sollozo Ian —Yo solo quería despedirme de la forma correcta, pero no puedo, no quiero decirte adiós—

Barley guardo silencio esperando a que Ian pudiera sacar todo lo que tuviese dentro.

—¿Por qué tuviste que irte primero?— Dijo Ian molesto —Tu eras todo para mí ¿Por qué no me dejaste morir antes? Yo no sé cómo vivir sin ti—

Barley lo abrazo con fuerza, le dolía mucho ver sufrir a su hermano y más que eso, le dolía ver sufrir a la persona que más amaba en el mundo.

—Es por qué tenía miedo— Respondió Barley — Yo no podía imaginar ni un segundo sin ti, por eso lo hice, fui egoísta porque tenía miedo. Sabía que tú podrías seguir sin mi. Yo lo siento Ian—

Se quedaron sin palabras, se mantuvieron abrazados viendo como el sol caía despacio sobre el horizonte. El momento se acercaba.

—Ian— susurró Barley.

Ian se tenso, era hora. Un nudo subió por su garganta.

—¿Ian, sabes que te amo y siempre te amare verdad?—

—Si— respondió Ian con toda la firmeza que pudo.

—¿Ian, sabes que siempre estoy a tu lado verdad?—

—S-Si— respondió Ian, con un dolor en la garganta, los ojos le ardían y su vista se volvió borrosa por las lágrimas que se agolparon en ellos.

—¿Ian, sabes que tú hiciste de mi vida la más feliz verdad?—

Ian solo asintió contiendo los sollozos. Las lágrimas ya rodaban por sus mejillas.

—¿Ian, sabes que tú fuiste mi mejor y más arriesgada cruzada verdad?—

Ian asintió, se mordía los labios para no llorar. Barley lo tomo de la mejilla y lo guío para mostrarle una pacifica sonrisa a su hermano menor, una sonrisa que decía que no había arrepentimientos. Partículas luminosas se desprendían del cuerpo de Barley.

—Ian— Dijo Barley en voz muy baja, se inclinó besando en los labios a su hermano menor, fue difícil, lleno de sentimientos que cruzaron a través del otro —Adiós Ian—

—A-a-di-dios Barley— Tartamudeo. Su hermano le dedico una última gran sonrisa antes de volverse múltiples partículas de luz que se dispersaron en el aire.

Ahora estaba solo de nuevo, el olor de Barley, el sonido de su respiración y el latido de su corazón se esfumaron, solo escuchaba el ruido del mar golpeando contra el acantilado y el viento silbando, le provocó una sensación de vacío en el pecho. Esta mañana había dado lo que fuera por permanecer ahí para siempre, ahora solo deseaba irse lo antes posible.

Ya la noche había caído. Ian permaneció de pie frente a la puerta de la casa de su madre. Reunió todos los pedazos de si mismo antes de juntar el valor para tocar la puerta. Su madre salió. Laurel tenía arrugas en los ojos y su pelo ya no era del mismo azul intenso, si no de uno más pálido y deslucido.

No dijeron nada, no necesitaban decir nada. Laurel lo sabía con solo ver a los ojos hinchados y candados de su hijo. Le sonrió, le dio un fuerte abrazo y lo llevo dentro de la casa. Ian le pidió que no encendiera las luces, quería estar entre la oscuridad, sentir que no estaba ahí, no ser visto. Su madre solo tomo asiento a su lado y espero hasta que el fue capaz de hablar.

—Tengo algo para ti— murmuro Ian.

Entre haces de luz apareció la cámara de video sobre la mesa. Laurel la observo sin entender muy bien.

—Barley dejo un mensaje para ti— Respondió a la pregunta que hacia la mirada de su madre.

Ella, que había permanecido serena y fuerte, se llevó la mano al pecho y cerró los ojos unos momentos para tranquilizarse.

—Estoy nerviosa ¿crees que deba arreglarme?— Dijo Laurel acomodándose el cabello.

Ian se puso en pie y le beso la frente — estás hermosa así como estás—

Fue directo a la televisión de la estancia y conecto la cámara. Su madre tomo lugar en el sillón al lado de su hijo. La cámara zumbo cuando empezó a reproducir la grabación. En el monitor aprecio Barley con la lengua de fuera, lo que siempre hacia cuando se concentraba en algo. Parecía acomodar y dar vueltas a la cámara. Laurel tomo la mano de Ian y la apretó con fuerza, sus corazones latían muy rápido. El brillo de la pantalla iluminaba la oscura sala.

—¿Cómo demonios se enciende esta cosa?— la voz de Barley en la grabación hizo eco en la habitación. Ian contuvo las lágrimas, hasta hace apenas unos momentos el había estado a su lado.

—Espero que esté grabando, si creo que ya está— Barley enfoco la lente en el—Hola mamá, soy yo Barley— Dijo saludando a la cámara. Laurel levantó la mano devolviendo el saludo — Bueno yo, yo no se que decirte. Dios esto es horrible— Ian y laurel sonrieron. Luego la cámara enfoco a Barley e Ian dormido — Se que esto se ve raro y quizás lo es, pero quiero contarte la historia de cómo Ian y yo termínanos juntos. Bien antes que otra cosa quería decirte algo, no te vayas a molestar mucho— Barley salió de la toma y regreso unos segundos después mostrando un anillo dorado frente a la lente —Ian y yo nos casamos ya hace mucho tiempo, se qué suena a demasiado, pero siempre quise decírtelo aún que nunca tuve oportunidad—

La boca de laurel se abrió, Ian volteo hacia otro lado, estaba avergonzado, molesto y sobre todo feliz, era su Barley siendo Barley. Ian levantó la mano y un anillo apareció en su dedo índice. Laurel solo suspiro y volvió a la vista al televisor ya lo discutirían después.

—Veras, pasaron muchas cosas, pero esta es la historia de Ian y yo, la historia de nuestra cruzada—

Ambos se quedaron durante toda la noche escuchando la historia contada por Barley a través del monitor, hubo sentimientos felices, tristes e incómodos, pero escucharon con atención la historia de cómo ellos iniciaron un largo viaje para terminar descubriendo a quien se volvería el amor de sus vidas.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les allá gustado, a mí me encantó escribir esto, quizás escriba un fic o varios contando la historia de sus aventuras y como nació el romance, pero hablo veré. Disfrútenlo y espero que les gustará de verdad.


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