Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Corazón Puro por Erzsebeth

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Una cosa importante que se me olvido mencionar en el primer capitulo. En este fic se tratará el concepto de mates. Si bien está levemente inspirado por el omegaverse NO es omegaverse. No hay "celos" ni "almas gemelas" ni esas cosas, solo la idea del vínculo.

Si no es de tu agrado, aun estás a tiempo de dejar de leerlo (espero que no te desanime jajaja)

La misión era algo fuera de lo común (no que sus misiones fueran comunes), pero el hecho de que fuera una subasta de la élite que había terminado en masacre, había llamado la atención de los más altos mandos; eso explicaba la alta prioridad para el buró. Entre la lista de objetos a subastar no había nada que resaltara: estatuas, pinturas… todas piezas valiosas pero ninguna que destacara por su elemento mágico o paranormal. Y claro, había algunas cosas que sonaban como completas falsificaciones, ¿El grimorio de Rasputín? Lo habían recuperado hacía apenas un año y ahora descansaba a salvo en la bóveda del buró. Había cosas que el buró llevaba buscando por años y el que conveniente aparecieran a unos kilómetros de su ciudad… demasiado bueno para ser verdad.


Cuando entraron al último piso del edificio, dónde había ocurrido el incidente, John pudo sentir una fuerte señal de energía a su alrededor, aunque no podría decir con exactitud de dónde provenía o a qué criatura en especifico pertenecía.


En estos últimos meses, había dedicado la mayor parte de su tiempo a aprender todo lo que podía de las diversas criaturas mágicas a las que podría enfrentarse. Buscando y memorizando diversos hechizos para descubrirlas, para enfrentarlas si se tenía la necesidad. Aunque aún no había tenido la oportunidad de probarlos, le gustaba pensar que había aprendido uno que otro truco; que ya no era un debilucho que necesitaba ser salvado siempre; pero la verdad es que aún tenía un largo camino si quería cumplir con las responsabilidades necesarias para su cargo.


Por ahora, cargaba la enorme enciclopedia que le había servido tanto durante estos meses perfectamente protegida en una caja a sus espaldas; la había llevado en caso de que Abe pudiera reconocer el patrón de energía y pudieran buscar las debilidades de lo que sea que hubiera causado todo esto. Solo esperaba que hubiera sido una decisión inteligente y que al cargar esto no se volviera un lastre para su equipo.


Los agentes Steel y Marble también se habían unido a la misión junto a Hellboy, Liz, Abe y él mismo. Ellos dos habían sido los primeros en entrar, marcando el perímetro y dándoles luz verde para entrar y examinar lo ocurrido. Para esto se separaron en dos equipos, Marble siguiendo a Hellboy que había entrado por su cuenta, ignorando a los demás mientras hacía su reconocimiento. Jugando al “héroe solitario”, algo que no había hecho en los últimos meses.


Y es que en esos últimos meses, Hellboy había permitido que John lo acompañara a hacer su reconocimiento, no siguiéndolo, sino a su lado, como su igual. Hellboy le había dicho que confiaba en él para cuidar su espalda, pero todo parecía apuntar que esa confianza ahora estaba perdida. Agradecía que Marble hubiera tomado la iniciativa de seguir a Hellboy para asegurarse que no se metiera en problemas.


La voz de Liz lo regreso a la realidad. —Lo que sea que haya pasado aquí, parece haber terminado —dijo, apuntando con su linterna a distintos puntos de la  habitación oscurecida por la falta de electricidad—, reportaron 70 invitados, no hay sobrevivientes ni restos.


—Tampoco hay nada por aquí, Chispita —Hellboy habló por su comunicador. Aunque al principio el apodo le había parecido cursi, se había encariñado de él y era perfecto para bromear con Liz. Tal vez esto le ayudaría a resolver la tensión entre ambos.


—Tú no tienes derecho de llamarme así —Liz respondió secamente.


—Eh, ¿Lo siento? —Hellboy presionó un botón en su comunicador, tratando de cambiar el canal—, Abe, creo que esta vez lo arruiné en grande.


Después de unos incómodos segundos, John habló por su comunicador —Sigues en el canal abierto Rojo.


—Oh —Hellboy exclamó, optando por apagar el comunicador por completo.


—Vaya, al menos una cosa en la que tiene razón —dijo Liz mientras el grupo se adentraba más en el edificio.


John se detuvo un momento, observando a detalle su alrededor en busca de algún indicio de lo que hubiera ocurrido, alumbrado con su linterna el desastre que eran los muebles y demás artículos que estaban desordenados por toda la habitación. Conforme más se acercaba a una de las paredes principales de la construcción, sintió un enorme golpe de energía que le hizo detenerse. Había algo ahí, pero no estaba seguro de lo que era.


Bajó la caja en su espalda mientras Abe, que había estado leyendo el lugar en busca de lo que había pasado y que probablemente había sentido lo mismo que él, se acercó, revisando la caja en busca de la enciclopedia. —Parece que tenemos compañía —dijo, abriendo el libro.


—Busca en el apartado feérico —John añadió, por instinto.


Abe lo miró con confusión y sorpresa —¿También lo reconociste? Haz hecho un gran progreso con tu aprendizaje, estoy impresionado.


—Es solo una corazonada, probablemente estoy equivocado —John respondió con timidez. Nunca sabía cómo reaccionar a los elogios.


—Pero tienes razón —Abe siguió pasando las páginas de la enciclopedia, buscando la criatura que había reconocido en su lectura—. Aquí está. Hadas de los dientes. Del Bosque Negro, se alimentan de calcio y son nombradas así porque atacan primero los dientes. Quien las nombró fue bastante astuto —Déjale a Abe el emocionarse ante el nombre de una criatura que había asesinado a más de 70 personas.


Abe cerró el libro, buscando su visor térmico para ver donde se habían escondido las creaturas. Al ponérselo y levantar la vista descubrió como la pared frente a él se había convertido en una mancha roja, las criaturas concentrándose en un mismo punto como preparando un ataque; un ataque contra Myers que estaba junto enfrente de la pared, sin ninguna idea de lo que pasaba a sus espaldas.


—John, ¡Cuidado!


Abe extendió el brazo para sujetar a John, alejándolo de la pared que empezaba a resquebrajarse. John sacó su arma, dispuesto a empezar a disparar a lo que sea que estuviera amenazando a su equipo.


—Espera —Abe lo detuvo colocando su mano en su hombro y sintiendo algo diferente en su compañero—, esto es… John, ¿Desde cuándo Hellboy y tú son mates?


John abrió los ojos con una mezcla de sorpresa y preocupación —Eso no, nosotros no…


—Si lo son. No me puedo equivocar —Mostró la mano con la que acababa de tocar a John, como para probar su punto.


El ruido detrás de ambos, la pared finalmente cediendo ante la fuerza de las criaturas que salieron disparadas volando por todas direcciones los hizo volver a concentrarse en la misión.


—Hablaremos de esto después —John exclamó, empezando a apuntar y disparar. Buscó a Liz con la mirada, preocupado; mientras las criaturas empezaron a acercarse aún más a ambos por lo que instintivamente se colocó en frente de Abe para protegerlo.


Liz finalmente apareció frente a él, los brazos en llamas para impedir que las criaturas la atacaran —¿Están bien? Abe quédate cerca de John —Liz sabía que él no era un peleador y siempre se preocupaba cuando tenía que acompañarlos en sus misiones.


—Hay una bóveda en el segundo piso, ahí estaremos a salvo —el agente Steel apareció a sus espaldas, disparando a las criaturas y acercándose al fuego de Liz sabiendo que era lo más seguro en esa situación.


—Bueno, ¿qué esperan? Yo los distraeré hasta que se protejan.


—Espera ¿Y Rojo? No podemos dejarlo solo —John interrumpió pero apenas terminará su frase, la pared opuesta a su posición se derrumbó, una enorme estatua rodando a través de la habitación con Hellboy arriba, maniobrando para no perder el equilibrio.


—Parece que él está bien —dijo Liz sin sorprenderse—, debemos buscar cómo acabar con estas molestias.


—Debes quemarlos, es lo único que acabará con todos —Abe interrumpió, mirando hacia donde Hellboy se había ido—, él estará bien, no se preocupen.


—Entendido, pero no haré nada hasta que estén en un lugar seguro —Liz señaló a las escaleras—. Vayan ahora.


—Ten mucho cuidado Liz, por favor —Abe fue el último en dirigirse a las escaleras, queriendo asegurarse que Liz estuviera a salvo. Ella era, en definitiva, mucho más fuerte que él; eso no evitaba que se preocupara cada que la veía usar el poder que tanto dolor le había traído a lo largo de su vida.


—Siempre lo tengo Abe —ella sonrió, tratando de tranquilizarlo y Abe siguió a John y Steel por las escaleras.


Hellboy por su parte, hacía lo mayor posible por atraer a las criaturas para poder matarlas. Había oído el plan de su equipo a lo lejos, así que solo tenía que crear una distracción hasta que Liz estuviera lista —Calcio fresco por aquí, ¡Síganme! —gritó, alejándose del grupo con un enorme grupo de las hadas siguiéndolos.


Pero al alejarse no pudo oír el grito del agente Steel, justo a la cima de las escaleras, gritó que logró detener a Abe y John. Las criaturas estaban encima de él, derribándolo al piso, sangre empezaba a brotar de su pecho y en un segundo, sin pensarlo mucho más del hecho que John no dejaría morir a un hombre en su guardia, John mordió su dedo hasta hacerlo sangrar, esparciendo la sangre en su palma y esperando que sus estudios no hubieran sido en vano —Tniasoc —pronunció, primero como un susurro, subiendo el volumen conforme lo repetía una y otra vez, los ojos cerrados en concentración. Podía sentir la energía en su interior, solo tenía que dirigirla bien… o eso suponía. Sabía que los hechizos usualmente tenían un costo mayor, pero en esta situación tenía que concentrarse en la energía que su cuerpo, que la sangre en sus manos, podría otorgarle. Dirigió su atención a Steel y Abe, buscando que su magia fuera suficiente para ambos.


Las hadas de los dientes empezaron a alejarse de los tres y aquellas que estaban cerca de John cayeron al suelo (Abe solo las pudo de ver un segundo debido a la urgencia de la situación, pero casi podía jurar que estaban drenadas); de John surgía una luz, sus ojos y sus manos brillaban, una energía azul que los rodeaba, estaba demasiado concentrado en lo que sea que estuviera haciendo, parecía no estar consciente de lo que ocurría a su alrededor. Volteó a ver a Steel, quien empezaba a incorporarse, sus heridas parecían haberse curado como por arte de magia.


—No se cuanto más tiempo pueda contener esto Abe, tienen que apurarse —gritó Liz, su cuerpo en llamas, el fuego expandiéndose en la habitación.


—Steel, carga a Myers —Abe habló con rapidez—, dudó que pueda moverse mientras está… lo que sea que esté haciendo.


Steel no lo dudo, sosteniendo a John entre sus brazos mientras Abe los guiaba hasta la bóveda, su arma en mano por si alguna de las molestas criaturas que aun los rodeaban trataba de atacarlos… pero no fue necesario. Las criaturas parecían huir de su posición conforme avanzaban y en el remoto caso que intentaran atacarlos parecían estrellarse contra una barrera invisible.


Al llegar a la puerta, Abe la abrió con rapidez, instruyendo a Steel para que entrará y siguiéndolo de cerca, cerrando la puerta detrás de ambos.


—Está atorada, necesito tu ayuda.


Steel dejó a John en el piso de la manera más delicada posible tomando en cuenta la situación y se acercó a socorrer a Abe. Faltaba un último jalón cuando una enorme fuerza acompañada de una sensación de calor empujó la puerta, cerrando la bóveda de golpe. Abe sabía que Liz había liberado su poder y se alejó de la puerta lo más posible para escapar del calor. Miró a John, el brillo había desaparecido y había quedado inconsciente.


—¿Está…? —preguntó Steel.


—Está inconsciente, pero con vida. Debemos sacarlo de aquí lo más rápido posible.


Abe se acercó a la puerta, sintiendo que el calor había disminuido lo suficiente. Steel cargó a John entre sus brazos, mientras Abe intentaba abrir la puerta… que parecía haberse bloqueado desde afuera. Debía existir algún mecanismo de emergencia para abrirlo ¿No? Mientras paseaba su mano por los alrededores, la puerta se abrió de golpe revelando a Liz.


—¿Están bien? Creo que Rojo nos metió en problemas —al notar al hombre inconsciente no pudo evitar su exclamación— ¡¿Qué le pasó a Myers?


—Solo está agotado, no te preocupes. Debemos llevarlo a un lugar seguro.


—¿Y tú Abe? ¿Estás bien? Sé que tienes problemas cuando uso mis poderes cerca de ti —Liz parecía decaída ante la idea, preocupada por Abe. Notando que Steel seguía ahí, trató de disimular su preocupación— ¿Ambos están bien?


—Parece que sí, pero no estaremos seguros hasta regresar al buró —contestó Steel.


—¿Pues qué esperamos? Mientras antes salgamos de aquí mejor.


El grupo avanzó su camino a través de los escombros hasta poder llegar a la entrada (o lo que quedaba de la entrada) del lugar. Steel se aferraba a John con fuerza, temiendo soltarlo mientras usaban las escaleras (de más decir que usar el ascensor ya no era una opción).


Lo que no imaginaban era la multitud de periodistas y curiosos que los esperaban en la puerta.


Hellboy disfrutaba la atención, esperando a sus compañeros para que la disfrutaran junto a él. Cuando los vio dejar el edificio, no pudo evitar sonreír al pensar lo mucho que había esperado este momento, que por fin podrían salir a la luz. Pero su sonrisa desapareció al notar al hombre que iba siendo cargado, inconsciente, mientras se abría paso a través de la gente. Trató de avanzar hacía el grupo, hacía él, pero la multitud a su alrededor se lo impidió, tomándole fotos y rodeándolo.


El grupo logró avanzar hasta su transporte, aprovechando que la multitud se encontraba concentrada en Hellboy, pero no sin antes ser captados por unas cámaras. Una vez a salvo, se alejaron de la escena lo más rápido posible, dejando a Hellboy y a Manning para lidiar con la situación.


Hellboy los miró marchar, maldiciendo entre dientes. Tenía que seguir echándolo todo a perder, ¿No?

Notas finales:

Dije que iba actualizar en un mes, pero gracias a la semana santa pude escribir más de lo que  esperaba. Así que espero que lo hayan disfrutado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).