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UNMEI NO TOBIRA por Raziel Soul

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Notas del capitulo:

NOTA PREVIA: Todos los diálogos entre comillas significan que los personajes están hablando en un japonés “diferente”.

 

10 de febrero de 1998, templo cercano a la mansión Kagura

- Chizuru-sama no debería jugar con eso… – una de las miko miraba a la chica que intentaba realizar un conjuro del libro prohibido, un escrito de hace casi mil años, si bien los conocimientos en el habidos eran más antiguos no fueron escritos hasta mucho después. Debía agradecer a los Yagami el dejar los manuscritos en el templo, y a su primo el enseñarle a leer chino antiguo, de no ser por ambos no estaría ahí a punto de regresar a su hermana a la vida, esperando no terminar con media pierna, medio brazo, o como una armadura parlante.

- Tranquila, solo la abriré un momento… además – termina de dibujar los símbolos necesarios, los sellos de protección estaban a su alcance por cualquier acontecimiento, claro que ya le habían advertido que muchas cosas que pudiesen salir de ahí no serían ni por asomo amistosas y mucho menos fáciles de derrotar – después de sellar a Orochi sé que puedo hacer esto – comenta con decisión en sus palabras, a la pobre asistente no le queda más que confiar en su superior, pero ¿cómo explicaría el regreso de Maki así nada más? Seguramente la despedirían a ella después de que regañasen a Kagura-sama – ¿lista? – la voz de esta última la hace dar un respingo y asiente constante, entre más rápido terminasen de eso mejor.

 

Las manos de Chizuru se mueven ágilmente formando los caracteres requeridos para aquella fugaz pero peligrosa invocación de la puerta del destino. Sus ojos se abren cuando una inmensa luz aparece frente a ellas, dos enormes puertas se presentan a media habitación, esta pese a su tamaño parecía resguardarlas como si se hubiese alargado también, se podían notar varias formas talladas en aquellos portones, ninguna de las cuales daba un poco de confianza, la mayoría eran, por lo que logró apreciar, demonios y criaturas de la mitología japonesa,  el rechinar de las puertas al separarse era ensordecedor, obvio por el tamaño que tenían. Claro está que Kagura no sabía ni por asomo que en esos momentos estaba sucediendo algo importante, no en ese lugar ni mucho menos en esa época, 1800 años antes, en ese preciso instante se conjugaron tres realidades, que, aunque conectadas estaban lejos de ser parecidas.


- ¡Hermana! - una voz proveniente de aquel portal hizo que el corazón de Chizuru diese un vuelco en el pecho, una voz conocida, la silueta que se podía adivinar a lo lejos no era otra que la de su gemela – no… cie… tal… igro… - no alcanzaba a entender nada después de la primera palabra, y no le importaba, solo sabía que podría ver a Maki nuevamente, así que concentró todo su chi en los últimos rezos.

 

El destello provocado al terminar el mantra encegueció a ambas mujeres, inundado con un fuerte resplandor el templo y sus alrededores, solo duró unos segundos, afortunadamente por la hora y la ubicación del lugar no muchos pudieron verlo, aquellos que tuvieron la “suerte” de notarlo no adivinaron de qué se trató.

-Chizuru… Chizuru… ¡CHIZURU! – el eco de la voz se volvió fuerte y clara contra su oído

- ¡¿QUÉ HA PASADO?! – la menor se sentó en el piso, a su alrededor todo estaba hecho un desastre, los sellos desperdigados por doquier, su ayudante tirada en el piso con ojos de espiral

- ¡Qué demonios has hecho! – cuando logra enfocar la mirada la ve, frente a ella su hermana, no era una ilusión, ni un fantasma, ¡estaba ahí viva!

- ¡MAKI! – se abalanza a ella, pero un golpe en media cabeza le hace quedar de bruces contra el piso – ¿qué te pasa? – pregunta con un par de lagrimillas en los ojos

- ¡Es lo que yo te pregunto a ti! ¿sabes lo que acabas de hacer? – le sacude la mayor

- Regresarte a la vida… - dice la menor mirándole a los ojos con firmeza – te extrañé tanto – el puchero en el rostro de Chizuru hace a Maki sonreír un poco con ternura y comprensión, no puede no corresponder el abrazo que le es dado de forma emotiva, acaricia ese cabello largo y suave, suspira profundamente, no sabía si ella podría atreverse a hacer lo que hizo su hermanita, no es que no la amase, pero se necesitaba no solo un poder enorme sino prácticamente nulo sentido común

- Chizuru, ¿sabes que lo que acabas de hacer está prohibido? – nota como asiente – ¿lo peligroso que es? – una nueva afirmación que la hace sonreír levemente – ¿y que podías traer algo más que a mi a este sitio? – la otra mueve su cabeza aseverando – ¿así que estabas dispuesta a hacerte responsable si eso sucedía?

- Si… - murmura, siente como su hermana la toma de los hombros y la hace voltear

- ¡Pues entonces hazte cargo! – le grita al tiempo que frente a ella se encuentra una pila de 7 cuerpos inertes

- ¿QUIÉNES SON? – pregunta Chizuru levantándose y andando hacia aquella gente, siente un escalofrió recorrer su cuerpo de pies a cabeza

- La…

- Joya y la espada… - Maki estaba detrás suyo, nota a su hermanita ladear la cabeza

- No… es que… - balbucea Kagura

- Tch… - Maki se cruza de brazos – nada de que “no es que” ¿ves todo lo que provocas? – le reprende – te explicaré, pero primero ayúdame a mover esto de aquí.

 

Las tres sacerdotisas comienzan a desarmar la pila, dos pelirrojos, dos castaños, dos mujeres, y un hombre, estos últimos de cabello negro. Les recuestan en futones, afortunadamente tienen varios debido a que siendo un templo a veces funge como refugio de la comunidad en caso de desastre natural, si es que este no ha sido afectado también claro está. La joven Hoshi los lleva un poco de té de Sakura, miraba a su maestra Maki con admiración y suma felicidad, ese año sin ella había sido tan triste, además como Kagura tenía que ocuparse de otros asuntos sus clases como miko habían quedado a medias, puesto que era la mayor de las hermanas quien solía encargarse más de las cosas del templo, lo que conllevaba la preparación de las nuevas miko.

- En… - la menor iba a hablar, pero es interrumpida por su hermana

- Seguramente no sabes qué día lunar es hoy ¿verdad?, y no me refiero al calendario, hace 1800 años con esta misma alineación de las estrellas Suwada, Okuma y Mitoko – señalando a los hombres mayores – vencían a Yamata no Orochi por primera vez, después claro, de que el gran Susanoonomikoto le cortase las cabezas la primera vez; 660 años después cuando todo se volvió a alinear, Yuuhi, Natsuki, Tsuki y Tomoe – señalando a los otros cuatro – se encargaron de llevar el sello a un sitio más seguro para que nadie pudiese liberar a la serpiente, y ahora gracias a tus ocurrencias abriste las puertas justo en el instante en que todo se alineaba nuevamente, no solo trayéndome del pasado sino de paso a todos ellos – se escucha el sonido de la tacita golpear con el plato de porcelana, Maki nota como su hermana traga saliva con algo de dificultad por las consecuencias de sus actos.

- ¡Debemos abrir la puerta! – dice con rapidez

- ¡Acaso crees que esto es un juego Chizuru! – un fuerte golpe en la mesita por parte de su hermana, la menor se queda helada pues nunca la vio así de molesta – te agradezco lo que hiciste, extrañaba estar aquí contigo, pero no podemos estar abriendo ese portal como si fuese cualquier cosa, no ahora, no cuando nuestra propia existencia está en peligro

- Qué…

- ¿Acaso no entiendes? Si ellos no regresan a su época nadie de nosotros existirá… realmente me sorprende que sigamos charlando ahora, tal vez esto quiere decir que más adelante podremos regresarles sin problema y todo irá como debe ser… aún así será un choque enorme cuando se despierten y se den cuenta que no están en su época… ¡esto puedo hacer que el mismo universo colisione!

- ¿Como en volver al futuro?

- ¡Que no es una película! – con fuerza la jala las mejillas a su hermana

- ¡Ja enjendi! – se aparta sobándose, estaban rojas e hinchadas por la fuerza que usó la otra.

 

El suspiro por parte de ambas corta el silencio del lugar, por el momento no podían hacer demasiado más que esperar a que los 7 despertaran, ninguna podría dormir pues si alguno de ellos despertaba debían estar atentas para explicarle lo sucedido, claro está que el lenguaje sería un problema, sí, hablaban japones, pero eran tres eras bastante diferentes, Yayoi, Heian y Heisei. Se turnaron entre las tres para poder soportar el cansancio, o al menos las primeras horas, Chizuru estaba sorprendida que Maki no estuviese inconsciente como ellos, siempre fue tan fuerte, seguía siéndolo a pesar de llevar tanto tiempo en un plano diferente al suyo, era dulce y hogareña, pero cuando se necesitaba podía ser la mujer más enérgica y decidida. Siempre admiró eso de ella. Al final Hoshi y Chizuru terminaron dormidas, el poder que usaron para abrir el portar no las dejó soportar el cansancio, al tiempo que la mayor de las tres veía sin perder detalle los cuerpos tendidos en los futones. Agudiza la mirada cuando nota a ambas chicas de sus antepasados, comenzar a despertar, deja que lo hagan con tranquilidad.

 

- “¿Dónde estamos?” – pregunta una de ellas, no había duda que eran sus antepasados pues eran casi idénticas a ellas, a excepción de algunos rasgos, como los ojos más rasgados, menor estatura y curvas un tanto menos pronunciadas, no es que las Kagura tuviesen cuerpo de Shiranui, pero si tenían un poco más de pechos y caderas que sus antepasados.

- Buenos días Tsuki san, Tomoe-san – ambas miran a la chica que les ha hablado, se sorprenden al ver el gran parecido.

 

Hora y media después

 

Si hubiese un reloj en esa habitación el sonido de sus manecillas recorriendo su camino sería lo único que se escucharía, no obstante, aquel silencio era interrumpido por el sincrónico choque de la porcelana entre sí, pues como una coreografía perfecta las cuatro gemelas bebían el té al mismo tiempo, Hoshi no quería mover un músculo para no interrumpir tal sincronía.  

- Mmmm…

- ¡Ya despertaron! – la miko señala a los más grandes del grupo, cada sujeto podría medir sin problemas 1.90 y esos músculos daban cuenta de la época ruda en que les tocó vivir

 

Un griterío comenzó cuando notaron que no estaban ni por asomo en su pueblo, ni en su época, las palabras eran tan rápidas que las 5 chicas sudaron una gota, las voces eran graves, imponentes, y todo se puso feo cuando las llamas escarlata fueron invocadas, fue Suwada el que volteó encontrándose con el quinteto que no les quitaban el ojo de encima, calmó a sus compañeros quienes caminaron tras de él en dirección a las jovencitas, Hoshi estaba temblando un poco. La conversación que se dio entre los 7 fue por demás divertida pues nadie entendía al otro de manera clara, y la rapidez con que hablaban sus propias lenguas era devastadora.

 

-Y por eso estamos aquí… – comenta Maki después de una interesante “explicación” donde el 50% fue con palabras japonesas que descubrieron como “neutras” y el otro 50 con ademanes, dibujos y mímica que le pudiese ayudar para que le entendiesen, especialmente los más antiguos.

 

- “Suwada… le entendiste algo a esta mujer?” – pregunta Yasakani con ojos entrecerrados, su amigo se encoge de hombros – ¿Okuma? – voltea hacia Kusanagi

- “Ni una palabra” – se cruza de brazos

- “Lo suponía... yo tampoco”

 

Las cavilaciones de todos son interrumpidas por un enorme bostezo pre despertar de los dos bellos durmientes que quedaban en los futones, estos como si nada se estiraron, todos sudan una gota al ver lo que pasaba después.

- “Yuuhi-kun” – Natsuki se acerca al otro y se acurruca entre sus brazos cambiándose de futon como si no se hubiese percatado de lo que pasaba a su alrededor – “tuve una pesadilla”

- “Tranquilo, estás conmigo” – Kusanagi besa la frente de Yasakani acunándolo entre sus brazos, él también había tenido una pesadilla

- “DEJENSE DE ESO AHORA PAR DE IDIOTAS” – Tomoe los levanta de una patada haciéndolos volar fuera del futon, toma a ambos sacudiéndolos

- “¡Hermana espera!” – Tsuki separa a Natsuki de la sacudida – “¿Estás bien?” – pregunta mirándole con cariño, este asiente sonriendo con ternura.

 

Las hermanas Kagura se quedan boquiabiertas sudando una enorme gota, en su vida creyeron que verían a Iori haciendo esos gestos, o, mejor dicho, al “gemelo” de Yagami, puesto que ese Natsuki era la viva imagen del pelirrojo, a excepción del cabello largo, gesto de felicidad y rostro lleno de ternura. Pero esa no era la última sorpresa que tendrían esa mañana.

- ¡Hazte a un lado idiota! – en los pasillos del templo se escuchan dos voces conocidas

- Ay no – murmura Chizuru, el griterío hace que todos los demás se pongan en guardia, sumado a que el aura que se acerca es muy parecida a la de la serpiente de ocho cabezas, las flamas escarlatas de los cuatro antiguos hacen su aparición

- ¡Tu quítate pedazo de energúmeno! – apenas y pudieron esquivar el fuego que les llegó de manera directa al cruzar la puerta, y en un par de segundos se pusieron en guardia también, pero los 9 quedan estáticos

- ¡QUÉ CARAJOS! – al unísono gritaron Kyo e Iori

- ¡OROCHI! – si bien el shock del principio les hizo parar sus ataques nada más recuperarse de la impresión se fueron encima de Yagami, las llamas púrpuras les hacen saber que es un descendiente de Yamata

- ¡ALTO! – una voz sobrepasó los gritos de batalla, frente a Yagami el símbolo de la luna apareció protegiéndole

- Natsuki… “¿qué haces”” – pregunta Tomoe molesta

- “¿No te has dado cuenta hermana?” – pregunta Tsuki poniendo su mano en el hombro ajeno

- “Es un Yasakani” – Yuuhi pasa de largo y se pone junto a Natsuki protegiendo a Iori, este frunce el ceño, más aún al ver no solo uno sino dos soles frente a él, Kyo no iba a dejar tampoco que le hiriesen

- Mitoko san… Okuma-san, Suwada-san… mi nombre es Kusanagi Kyo – los ojos de Okuma se abren al escuchar aquello

- “Yo soy Yasakani Natsuki” – dice el pelirrojo de cabello largo

- “Kusanagi Yuuhi” – cada uno se presenta

- Yagami Iori – con poca delicadeza aparta a los tres que le protegían para plantar cara a esos mastodontes – Yasakani…Iori – corrige para que entiendan a qué familia pertenece y no quieran echarle bronca de nuevo, no es como si eso le importase, pero cuando Kyo dijo sus nombres supo que eran sus antepasados y no deseaba problemas con ellos.

 

Después de que las chicas Yata se presentasen también el ambiente se relajó un poco, algo que hizo Chizuru fue comentarles a los recién llegados que no dijeran nada sobre el trato de Orochi, les gustase o no si querían seguir viviendo no tenían que revelar nada comprometedor, aunque eso significase el sufrimiento futuro de sus antepasados, refiriéndose en específico a Natsuki, Yuuhi y Tsuki. Si bien no estaban muy de acuerdo tuvieron que prometerle que no dirían nada, además Yagami no estaba demasiado atento en esos momentos, cuando vio a Maki su corazón casi se sale del pecho, sabía que había muerto, pero ahora estaba ahí, frente a él, sonriéndole con ternura como aquella noche que la hizo su mujer, traga saliva con fuerza, lo cual no le hizo ni la más mínima gracia a un moreno que no perdía detalle de aquel reencuentro. Hoshi por su parte se la pasaba trayendo te y bocadillos, los mayores estaban encantados con la comida, todo sabía por demás delicioso, aunque eran dulces muy extraños para lo que estaban acostumbrados.

Por su parte Natsuki era consentido por Tsuki y Yuuhi especialmente, Yagami le miraba con cierto desprecio, ¿cómo era posible que un Yasakani se comportara así?

-Puedo darte pastelito en la boca si quieres – Kyo le hace cejitas, pero recibe un jalón de narices que le hace lagrimear un poco

- No digas idioteces – si bien la relación que tenían no distaba mucho de la que había entre sus antepasados más jóvenes, el trato era totalmente diferente.

- ¿Qué haces Maki? – Chizuru se acerca al ver que la sacerdotisa esta leyendo uno de los manuscritos dados por los Yagami

- Estoy intentando saber cómo arreglar tus jueguitos… y quiero lograr comunicarme con ellos, no estamos para jugar charadas… - dice secamente, ante eso la menor regresa con los otros, cuando su hermana se ponía así era evidencia concreta que estaba molesta y lo mejor era darle su espacio pese a que todo lo que deseaba hacer era estar con ella.

 

Minutos después aparece Maki frente a todos ellos, con ayuda de Hoshi estampa un sello en la frente de cada uno, aquello les sorprende en demasía, pero no pueden moverse, ni Chizuru se había salvado, los labios del espejo se movían con rapidez, sus ojos se tornaron blancos al tiempo que una leve descarga recorre el cerebro de cada uno de los ahí presentes, sus cuerpos se sacuden un poco quedando paralizados por completo, tal vez no había sido muy buena idea traer de vuelta a la sacerdotisa de entre los muertos.


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