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UNMEI NO TOBIRA por Raziel Soul

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Notas del capitulo:

Gracias por leer :D, este fic fue un especial del 14 de febreo, el día blanco y el cumpleaños de Iori. espero lo disfrutasen, :3

23 de marzo de 1998

 

Quedaban un par de días solamente para que el portal se pudiese abrir de modo que conectase las tres épocas en un sólo vórtice, lo que unía a estas no era la alineación de estrellas ni la derrota de Orochi, era algo más “banal” pero al mismo tiempo sumamente importante. El nacimiento de tres pelirrojos, era bastante curioso que los elegidos para enfrentarse con la serpiente nacieran en la misma fecha, nadie más de los jefes existentes entre ellos tres tuvo la “suerte” o el destino de llegar al mundo un 25 de marzo, y otra cosa que les caracterizaba era el cabello pelirrojo, aparte de ellos eran las mujeres de la familia principal quienes llegaban a tenerlo de esa tonalidad. En cuanto a las pecas no eran una regla, de hecho, quienes más tenían o al menos a quienes se les notaban más eran a Natsuki e Iori. Este último las aborrecía cuando niño, claro que no es que ahora las amase, pero le agrada embobar a Kusanagi con ellas, aunque no lo admitiera era agradable sentir esos dedos delinear sus manchitas de manera tranquila.

Suwada y Sayuri se estaban preparando para partir, lo único que le dolía de irse era perder el contacto con su hermana, ambas eran huérfanas criadas por el clan Kagura, crecieron a la par de ellas, con unos años de diferencia, y si bien era triste despedirse del templo se comportaría como ellas le enseñaron, como una buena sacerdotisa orgullosa de sus habilidades.

 

- Sayuri… - el ceño de Tomoe se frunce levemente, desde que supo que ella y su antepasado se comprometieron, por lo que seguramente se convertiría en la abuela de ellas 4, no podía evitar pensar que ya había escuchado ese nombre antes. – Sayuri… Sayuri… - farfullaba mientras “leía” un manga de la colección privada de Chizuru, que trataba de un bar tender que se convertía en aquella persona que los clientes mas anhelaban y dejaba que hicieran con el lo que no podían hacer con las versiones reales, ayudándoles a decidirse por finalmente acercárseles, quedando él como mero trampolín para las relaciones de los demás

- ¿Qué tanto murmuras? – pregunta Tsuki quien ojeaba uno de los manuscritos dados por la familia Yagami, bastante interesantes y con anotaciones curiosas de las que apenas se estaba enterando, si bien era importante no saber de su futuro si quería al menos conocer sobre otros familiares.

- Tsuki-chan… ¿recuerdas el nombre de Sayuri?

- Si, así se llama nuestra futura abuela – dice divertida y la otra entrecierra los ojos mirándole mal humor – perdona… no te enojes tu siempre eres la bromista, déjame hacer el tonto de vez en cuando – sonríe acariciando la mejilla de la menor – pues… ahora que lo mencionas si, amm… - se levanta – recuerdo un poco pero mi mente está algo borrosa al estar en esta época, pero creo saber donde conseguir información… - toma el árbol genealógico que encontró en un engargolado donde habían impreso varios documentos antiguos para no manipularlos demasiado.  – ¡no puede ser! – dicen ambas al recordar

- ¿¡Qué sucede¡? – preguntan Maki y Chizuru caminando hacia ellas

- ¡Qué hacen! – el espejo menor iba a regañarles porque quedaron que no estarían de cotillas con su propia historia

- Espera Chizuru… mira – señala el nombre

- Eh… Sayuri, si supongo que al irse con Suwada-san era normal que apareciera en nuestro árbol genealógico

- No… ¡no entiendes! En nuestra época ella era sumamente conocida, recordada como una poderosa sacerdotisa, los primeros gemelos de la familia Yata fueron debido a ella… al ser gemela su condición ayudó a dividir el poder que se alojaría en los descendientes de Yata-sama… se dice que muchos desconocían su origen, e incluso ella y su hermana fueron tomadas como reencarnaciones de las diosas Ehuang y Nüying

- Solo espero que no se casen las dos con él – dice divertida Chizuru siendo reprendida después por Maki

- A lo que voy es que… los conocimientos que ellas llevaron de esta época ayudaron bastante a nuestra familia, trascendieron como la base del incremento de poder espiritual de Suwada-sama y sus descendientes… qué lastima que no tuviésemos ninguna imagen suya de esas épocas

- ¿Había un dibujo de ella en el templo recuerdas? – pregunta Tsuki a su hermana

- Es cierto, pero si ellas no lo tienen quiere decir que se perdió – suspira de manera pesada – qué lástima, me hubiese gustado que ustedes lo vieran, ahora que la conozco en persona al ver el dibujo sabré por completo quien es, sus rasgos y manera de comportarse. Y sabré también a quien culpar de nuestros entrenamientos exhaustivos – comenta divertida sintiendo un jalón de oreja por parte de Tsuki

- Apoyo la moción – comenta Chizuru esquivando la reprimenda de Maki

 

Las cuatro conversan un poco más, aun no conocían el día en que Yata-sama las llamase para abrir el portal, por el momento y debido a la emoción que sentían al conocer el origen de los gemelos en su familia, se les olvidó por completo, al menos por ese día, comenzar con los preparativos del festejo para sus respectivos pelirrojos. A quienes definitivamente no se les olvidaba era a un par de castaños que parecían leones enjaulados pensando en cómo iban a celebrar aquello. Kyo por su parte estaba planeando un día con su amante, pero no quería llevarle de nuevo a las hamburguesas de siempre… quería ser original, se había enterado que hacía poco abrieron un restauran donde servían cortes argentinos de excelente calidad, ¿qué mejor forma de consentirlo que con unas tiras de asado o quizá un bife de chorizo, con lo carnívoro que era seguro que se pondría feliz de ver tanta vaca junta. Sonríe un poco al imaginar su gesto nada más ver y olfatear la carne. Una puerta cerrada con fuerza le hace dar un respingo, ve por la ventana a Yuuhi pateando cuanta piedrita se encuentra a su paso con cierta frustración. Duda un poco, pero le sigue, en primera quería decirle que no debía comportarse así en una casa que no era la suya, no podía dejar en mal el nombre de los Kusanagi, aunque viniendo de él no era demasiado válido ese argumento. Y en segunda tal vez podría ayudarle, al final de cuentas eran familia. Después de salir y caminar por aquel caminillo de piedras que llevaba por entre las flores y los arbustos recortados recientemente, le vio de cuclillas frente al estanque de los Koi, se percibía una sombra de pesadumbre en ese gesto, con una varita jugueteaba con el agua sin lastimar a los peces quienes se acercaban por el movimiento, pero al percatarse que no era comida lo que ahí había se alejaban.

 

-Hola… - dice Kusanagi

- Hola – contesta Yuuhi sin mirarle siquiera, eso hizo que al moreno se le hinchase una venita por la molestia, sin embargo, iba a llevar la fiesta en paz.

- ¿Estás bien? Mejor dicho… ¿qué te pasa? ¿por qué estás triste? Y no me digas que no porque somos… prácticamente iguales así que a mi no me puedes engañar – se acuclilla también, definitivamente eran la copia del otro tanto físicamente como en su manera de comportarse

- Pronto será el cumpleaños de Natsuki

- ¡Oye eso es bueno! ¿No? Es decir, podrás cele…

- ¡No! – dice tajante – no entiendes… no estamos en casa, no podrá festejar con su familia, y tampoco estoy en mi casa, no puedo disponer de las cosas como para prepararle una celebración… ¡no tengo ni un maldito yen para comprarle uno de esos chocolates que le gustan! – da un manazo al agua levantándose después dándole la espalda a Kyo – y no quiero pedirle nada a ese Yagami… ya es suficiente con lo que me dio el día blanco… no quiero sentir que todo lo bueno que pasó aquí fue gracias a él…

- Lo siento… - el moreno se levanta – oye pero no deberías sentirte así… Iori solo quería ayudarte porque sabía lo importante que era para Natsuki celebrar por primera vez ese día, te aseguro que aunque parezca un amargado como tu dices, es una persona noble… que ha sufrido bastante, y ha pagado culpas que no tenía por qué cargar – Yuuhi mira a su descendiente – debido a ciertas situaciones – Kusanagi intentaba no decirle nada al otro que revelase información trascendente – el padre de Iori lo trató muy mal desde pequeño, él solo conocía los golpes y los regaños, vaya… el jamás supo siquiera lo que era celebrar un cumpleaños en familia… sabes que el primero que “celebró” – hace unas comitas con sus dedos – ¿fue conmigo? Le llevé un pastel y me miró sin entender… la cara que puso me dio risa, pero también me hizo sentir terrible, hasta ese momento no había podido entender hasta qué punto nuestras vidas fueron totalmente opuestas… por eso a su manera intenta que los demás no conozcan ese tipo de dolor, el de sentirte, y peor, saberte solo en el mundo… así que no lo tomes a mal… ¿cuándo cumple años Natsuki-san?

- En dos días

- ¡QUÉ! – Kyo abre sus ojos sorprendidos – ¡justo cuando Iori los cumple también!

- ¿Enserio? Qué pelirrojo tan suertudo… nacer el mismo día que el lindo de Natsu

- Oye… - ríe leve – deja de hablar mal de él… ¿qué te parece si festejamos a los dos?

- Pero ya te dije que…

- ¿Somos familia no? Ya te lo repetí varias veces… si yo hubiese estado en tu lugar, ¿no me habrías ayudado? – con ese argumento el mayor sabía que estaba fuera de juego, era verdad, si ellos fuesen los recién llegados a su época le diría que celebrasen juntos, Kyo nota que el otro asiente – perfecto, ¡entonces ven! – toma su mano – debes decirme qué cosas le gustan a Natsuki-san además del chocolate… sabes, a Iori no le gusta demasiado el dulce, pero podríamos pedir una tarta de chocolate amargo

- ¿Chocolate amargo?

- Si… no sabe mal, no es muy dulce, pero se nota mucho el chocolate… o quizá que tengan varios tipos de chocolate

- ¿Y podría llevar macarrones? A Natsu le gustan los macarrones

- Podemos pedirlos aparte

 

Ambos caminan hacia la salida de la mansión, debían preparar todo para la fiesta, y si bien quizá a Iori no le agradaría tanta gente en su cumpleaños, al saber que él lo había organizado todo seguramente no diría que no, claro que no se imaginaba que otras 7 personas estaban organizando no uno, ni dos, si no tres celebraciones que se llevarían a cabo el mismo día.

 

 

**************

 

24 de marzo…

 - ¡No seas tramposo Yuuhi! – Kyo le daba un zape a su antepasado pues estaba usando solo patada abajo y arriba sin dejarle levantar para pelear como se debía

- Lo que pasa es que tu peleador es un inútil – le enseña la lengua

- Cuidado con lo que dices girasol – le advierte Yagami pues era precisamente a él a quien Kyo estaba usando en la KOF 96

- ¡A quién le dijiste girasol! – se iba a levantar, pero Kusanagi quita la pausa para que siguiera jugando y dejase de molestar a Iori, este solo atina a sonreír burlón

- Entonces… ¡el pescado es el del alemán! – Natsuki estaba sentado en el sofá junto a su nieto, resolviendo algunos problemas de lógica, justo terminaba de resolver el acertijo de Einstein

- Exacto… vaya si que eres inteligente – comenta orgulloso, justo en esos momentos no podía verle como su superior, él se acordaba de si mismo con gesto imponente a la misma edad que su antepasado, este por el contrario parecía más joven de lo que era, tan tierno tan… no Yagami, le hubiese gustado saber cómo se vería unos años después, así como lo describió Kyo se imaginaba que sería como Mitoko-san o como él mismo. Sonríe leve al verle tan concentrado en otro problema, lleva su mano a ese cabello rojizo, era suave, aparta el mechoncito que cubría su rostro, Natsuki voltea a verle y le sonríe abiertamente “¿llegaré a sonreír alguna vez así?”, se pregunta así mismo con cierta tristeza, puesto que puede notar en el gesto ajeno una inocencia que a él le arrebataron desde muy joven

- ¿Sabes jugar go? – le pregunta Yasakani

- Hum… un poco, ¿tu si? – alza una ceja, era un juego bastante complejo

- Es el mejor de aldea, no creas que es un idiota porque no tiene cara de enojo todo el…

- ¡Basta Yuuhi! – esta vez es Natsuki el que lo calla – Tal vez no te agrade Iori-san pero te olvidas que es de mi familia, y el hecho que lo estés insultando a cada momento me hiere – su voz es firme – no sé por qué es un chico tan serio que siempre parece estar molesto, pero si es así debe ser por algo… - su pareja se quedó perpleja mirándole sin saber que decir – ¿me dejarías de amar si algún día fuese como él? – aquello le deja aún más sorprendido

- Yo… vamos, jamás podrías…

- Entiendo – un gesto triste cubre el rostro de Natsuki – dejemos la partida para después – le dice a Iori caminando hacia su habitación. El castaño se levanta más rápido que de inmediato para intentar arreglar las cosas

- ¿Qué fue todo eso? – el pelirrojo se había quedado de una pieza

- Bueno, él ya lo dijo, eres su familia, y si no te habías dado cuenta desde hace varios días anda más contigo, pregunta cosas, deja que le enseñes… le agrada tu compañía, también al viejo Mitoko, siempre te llama temprano para que entrenes con ellos… Okuma-san ni siquiera me ha querido enseñar alguna técnica – dice con tristeza – y a Yuuhi solo le llaman la atención los videojuegos… - dice divertido – no quieres creerlo aún, pero tu aura atrae a las personas – se acerca dándole un pico – anda, vamos a terminar la partida, te patearé el trasero contigo mismo – ambos se sientan comenzando a jugar.

 

Mientras tanto Yuuhi intentaba arreglar las cosas con el menor, pero este de pronto se sentía extraño, le había dolido que el otro no llegase a aceptar todas sus facetas, puesto que más adelante no sabían lo que el destino les deparaba, no siempre se podía ser feliz, eso lo aprendió aún más con las charlas con Yagami, sí, había sufrido algunas pérdidas, sus abuelos, un par de parientes más, su mascota; como toda persona normal se enfrentó a la muerte de forma directa e indirecta, y pese a que luchó como todo un hombre contra los Hakkeshu tuvo la fortuna de contar con 3 camaradas que no le dejaron solo ni un momento, pero sentía que podría llegar a sufrir más, sufrir de verdad, era un presentimiento que día a día se iba arraigando en su pecho. Los sonidos contra la puerta no cesaban, claro que no estaba tras una de esas puertas shoji porque de un empujón se rompían, el pelirrojo se había metido a la ducha que tenía una puerta de manera al estilo occidental. Después de varios minutos y que el otro le pidiese perdón un sinfín de veces, cuando escucha que se sienta dejando de golpear, sale.

-Nat…- con un ademán de su mano el otro le pide callar

- Yuuhi… solo quiero que sepas algo – se arrodilla a su altura – sin importar qué pase más adelante, aunque alguna vez te diga que te odio… nunca será verdad, por más que mis palabras puedan ser hirientes… voy a amarte para siempre, incluso si algún día tu dices que me odias, o llegas a portarte molesto conmigo... – se levanta – quiero jugar go… - no le da tiempo de decir nada, sale de la habitación hacia dónde están los otros dos, le pregunta a su nieto si quiere jugar go todavía, este asiente, da un beso fugaz a su pareja para luego irse con su abuelo al cuarto de esteras pues sería el sitio perfecto con el ambiente propicio para un juego como aquel.

- Me porté como un idiota… - el otro castaño llega con Kyo y se deja caer en el sofá derrotado.

- Eso no lo voy a negar – ríe un poco su nieto quien apaga el juego sentándose después a su lado

- ¿Cómo es que aguantas ese carácter tan agrio de Yagami? – pregunta con genuina curiosidad – es decir… yo amo a Natsu cuando está feliz y molesto… porque aunque no lo parezca también tiene sus momentos – sonríe al recordar – pero regularmente siempre tiene una enorme energía… eso es lo que más amo de él… su entusiasmo, me da las fuerzas que necesito cuando me siento caer… creo que me daría miedo imaginarlo contrario a como es… por que entonces no sabría cómo seguir adelante – ante aquellas palabras Kyo siente un nudo en su estómago, sabe lo que pasará más adelante y no puede advertirle

- No es que lo aguante… lo amo, tal y como es… quizá de cierta manera es más fácil al conocer las peores facetas primero… solo te diré que Yagami y yo nos la pasábamos peleando siempre que nos veíamos, golpes, patadas, huesos rotos… pero de pronto comencé a disfrutarlo… - sonríe al ver la cara que puso el otro – lo sé… masoquismo

- ¿Qué es masoquismo? – pregunta curioso

- Ammm se refiere a disfrutar lo que te causa dolor… no se usa siempre tan literal, a lo que me refiero es que poco a poco se fue metiendo en mi rutina, en mi vida, comencé a preocuparme de cómo estaría en esos momentos, ¿Qué hacía para divertirse? ¿por qué era así? Más allá de las razones que nos obligaban a pelear, yo también llegué a pensar que era un amargado… pero sencillamente es que no conoció otro sentimiento que no fuese el odio desde que era un niño… y sé que un día podrá sonreírme como Natsu te sonríe a ti, con todo ese amor que sé que guarda pero que no sabe cómo transmitir, no obstante… por ahora lo único que puedo hacer es estar a su lado amándolo como es. – se levanta para volver al juego – anda, que ahora si no te daré la oportunidad de encerrarme en la esquina.

 

Yuuhi asiente, era verdad, tal como lo dijo Kyo, y como se lo dijo Natsuki, él también le amaría sin importar qué, y si un día llegase a cambiar no importaría, estaría a su lado y haría lo posible por protegerlo de cualquier cosa que le hiciese daño, daría su vida por siempre ver esa sonrisa en el rostro ajeno.

 

*************

25 de Marzo…

 

- ¡Qué! – 10 personas se quedan estupefactas al ver lo que sucedía en el patio trasero de la casa, salieron por diferentes ubicaciones, pero con el mismo objetivo: decorar el sitio para una fiesta de cumpleaños.

- ¿Por qué no me dijiste que Yuuhi te ayudaba a planear lo de Iori? ¡Lo hubiésemos hecho juntos¡? – chilla Chizuru

- ¿Iori? – pregunta Tomoe – creí que hacíamos esto para Natsu – Tsuki asiente pues ella pensaba lo mismo

- ¿Natsuki-san? ¿De qué hablan? – Maki había ayudado porque, así como su hermana menor todo lo planeado creía que era para Iori

- Nosotros hemos venido por Mitoko-san… - asegura Okuma

- Lo cierto es – Suwada hace callar a todos cuando comienza a hablar – que es precisamente hoy cuando tendremos que regresar a casa – un ¡QUÉ! Por parte de todos los presentes – Yata, Kagura… ¿recuerdan que les dije que solo un evento que ocurriese al mismo tiempo en las tres épocas nos ayudaría a realinear de cierta forma el espacio tiempo? – las cuatro asienten – pues ese evento es el nacimiento de Mitoko, Natsuki e Iori… tres generaciones que se han enfrentado al poder de Orochi, el destino ha querido que nacieeran el mismo día.

- Pero no pueden irse… no ahora – exclama Kyo – le prometí a Yuuhi una celebración para Natsuki

- Nosotros también queríamos celebrar al modo moderno con Mitoko

- Por eso los mandamos de compras – aseguran Tomoe y Kagura con desgano

- Descuiden faltan 7 horas para la hora exacta de su nacimiento, con media hora antes que estemos listo no le veo problema – todos asienten

- Por favor… no digan nada – pide Yuuhi – si Natsuki sabe que después de la fiesta nos iremos estoy seguro que estará triste la mayoría del tiempo

- Descuida, nadie dirá una palabra – la mano firme de Suwada-sama en el hombro de Kusanagi - pues ¿qué esperan? Empecemos, que no creo que tarden demasiado en las compras

- Pues… yo creo que Kyo tendrá que ir por ellos – dice Chizuru divertida pues les había pedido cosas que solo se encontraban en un super específico a una hora de la casa

 

Todos comenzaron a adornar y preparar el festejo, Kyo había pedido la comida y el pastel a establecimientos dedicados a eso, mientras que las 6 sacerdotisas habían preparado todo un banquete para sus festejados, así que tenían comida de sobra, no podían invitar a nadie más pues solo ellos sabían de la existencia de los antepasados en ese espacio-tiempo. Así que podían comer hasta hartarse, los pasteles también fueron la sensación, uno era en forma de luna, otro de girasol y uno más tenía forma de flamas púrpura. Llenaron algunos globos de agua para aventárselos a los cumpleañeros en cuanto entrasen por la puerta, cada uno deseaba que ese día fuese feliz para los tres miembros del clan Yasakani/Yagami. Minutos antes de terminar Yuuhi y Kyo fueron a buscarlos en el auto de Iori, seguro daría el grito en el cielo cuando le viera llegar en él, pero sería un recorrido más rápido y sin tanta gente.

Y justo como lo pensaron apenas los dos Kusanagi entraron apresurados a la casa y vieron aparecer a los pelirrojos una oleada de globos llenos de agua se estamparon en sus rostros y cuerpo, Iori estaba a punto de lanzar llamas púrpura de aquí a allá, pero al darse cuenta de lo que pasaba sencillamente se quedó sorprendido, el “yahoo” de emoción de Natsuki le sacó de su sorpresa, el menor estaba encantado con todo ahí, la decoración, algo sencillo pero agradable, la comida, los pasteles y dulces hicieron que sus ojos brillasen, probó de todo lo que había, Maki tomaba fotos de forma discreta puesto que habían decidido que eso “nunca había pasado”.

Los tres abrieron sus obsequios, para Natsuki un diario con girasoles, Iori un nuevo estuche para su guitarra, y a Mitoko un Kamishimo en color azul.

Bebieron algo de sake, incluso Natsuki pudo degustar un par de sorbos y una cerveza, nada demasiado fuerte. Charlaron entre todos, hubo anécdotas sin parar, y aunque Suwada no quería que ninguno de los más jóvenes revelase información de lo que sería su futuro, si permitió que ellos preguntasen todo lo que quisieran.

Las horas pasaron tan rápido que cuando menos se dieron cuenta era el momento de partir, al principio los rostros se tornaron tristes, toda la efusividad de la fiesta se esfumó en un dos por tres, pero algo estaba claro, si ninguno de los menores había desaparecido era porque aun estaban en tiempo de regresar a sus eras correspondientes, pero Yata-sama sabía que, si no se iban ese día, todos sus familiares desaparecerían.

 

Las encargadas de abrir el portal fueron las hermanas Kagura, si bien pudieron hacerlo entre todos los del clan Yata, no debían dar tal energía al portal desde el principio, pues al faltar alguno de ellos este se cerraría y no podrían abrirlo tan rápido como sería necesario. Ellas fueron las primeras en despedirse de sus antepasados.

-Es hora… - dice Mitoko – cuídense… y tu – voltea a ver a Natsuki – come mas proteína, estas muy delgado… - entra al portal

- Adiós a todos… - Okuma a diferencia de Kyo y Yuuhi no era emotivo, pero cuando se despidió los miró a fijo a ellos, desapareció tras de su amigo, por su parte Suwada solo asiente a modo de despedida, mira a Sayuri quien sí se despide de cada uno, Hoshi no puede contener el llanto, mucho menos cuando les ve acercase al portal

- ¡HERMANA! – corre hacia ella, las cuatro sacerdotisas se miran cómplices, sabían lo que vendría después

- ¡Chizuru-sama, Maki-sama! – una reverencia educada por parte de la menor – gracias por cuidarme, por educarme como lo han hecho, pero…

- No te preocupes, sabemos lo que se siente estar lejos de tu otra mitad – dice Chizuru sonriendo dulce – cuídense… abuelas – las 4 sacerdotisas hacen una reverencia llena de respeto las que están por irse, las cuales se sonrojan, sonríen felices al comprender perdiéndose momentos después dentro del túnel

- Es hora – Tomoe y Tsuki se despiden caminando hacia el portal

- Gracias por todo… - los dos Kusanagi se dan un fuerte apretón de manos, mientras que Natsuki abraza a Iori de manera espontánea, y contrario a lo que los demás pensaban Yagami lo correspondió con fuerza, no obstante, el gesto de Natsuki cambia un poco, tornándose algo serio, al separarse asiente, se despide de los demás, Yuuhi toma su mano, el pelirrojo le sonríe, pero algo era diferente

– Vamos que nuestras nietas no tienen poder espiritual infinito – comenta Tomoe, justo antes de cruzar el portal Natsu mira por última vez a Yagami despareciendo no solo él sino el portal completo

- ¡Chicas! – Kyo va con ellas pues han quedado tiradas en el piso.

 

Yagami también va a su ayuda, carga a Maki con sumo cuidado, y aunque Kyo siente un amago de celos logra contenerse, las dejan en el templo a cuidado de profesionales y ellos regresan al departamento de Iori, este le avisa a su hermano que mande servidumbre para limpiar todo el desorden en la mansión.

 

-Vaya… - la chamarra de Kyo queda sobre el respaldo del sofá, Yagami está a punto de reclamarle – mañana te ayudo a limpiar antes de irme, lo prometo – sin embargo por esas palabras termina sonriendo levemente

- Qué bien me conoces gato idiota – dice acariciando ese cabello castaño que le encantaba

- Mas de lo que te imaginas – se acerca besándole de forma intensa, pues si bien tuvieron sus noches “traviesas” con tanta gente en casa no podía gemir como le hubiese gustado, Yagami se sorprende un poco al principio, pero corresponde los besos de la misma forma e incluso con cierto salvajismo.

 

Las prendas van cayendo por el departamento, esos eran los únicos momentos en que el pelirrojo no se molestaba de regar la ropa por el piso, mucho menos al ver el resultado de eso en su cama, un sexy moreno completamente desnudo y a su disposición. Le quita los calcetines pues eso le restaba 90% de erotismo, besa el empeine de uno y otro, sube con besos por las espinillas, una risilla divertida escapa de los labios ajenos, le estaba haciendo cosquillas pero al mismo tiempo era sumamente excitante, los besos en las rodillas le hacen no querer apartar la mirada, mucho menos cuando ese par de ojos azules no se despegan tampoco de él, suspira separando sus piernas cuando manos ajenas se pasean por los muslos y los labios rozan el interior de estos. Jadea su nombre apenas siente el aliento del ojiazul tan cerca de su entrepierna, con su mano ase firmemente el falo del moreno, pliega la piel hacia abajo descubriendo el glande, pasea su lengua por el frenillo humedeciendo después la punta, el gemido de Kusanagi es audible, no escandaloso pero se notaba el placer que sentía, los labios del pelirrojo bajan por los costados dando leves succiones, la saliva va dejando un leve brillo en la base que poco a poco se va endureciendo, la sangre se acumula en aquel miembro quedando totalmente erecto, las gotitas de pre semen son atrapadas por la lengua ajena.

- ¡Iori! – gime su nombre al sentir como toma con firmeza sus gemelos estrujándolos un poco al tiempo que le besa compartiendo su propio sabor – mmm no tan fuerte… - pide pues el otro le manipula con cierta brusquedad

- Te aseguro que en unos momentos me dirás lo contrario – sonríe de lado, Kyo niega intentando sonreír también pero no logra hacerlo pues la mano que le estimula solo hace que su gesto sea de excitación

- Seguro… que… sí – le da la razón, cosa que sucede pocas veces estando fuera de la cama

- Maldito gato… “me pones muy duro” – piensa, no porque no desee decirlo, sino porque no quiere que el otro sepa sus debilidades, le hace separar un poco más las piernas para rozar la entrada, no necesita estimularla demasiado pues se ha acoplado a su tamaño, pero tampoco le gusta entrar sin prepararle un poco, además que era un muy agradable jugueteo previo, instantes después junta ambos falos moviendo la cadera un poco

- ¡Demonios Yagami! – Kyo comienza a mover su pelvis también, el roce del glande ajeno contra el propio era muy estimulante, sentir como se iban humedeciendo el uno con los jugos del otro le parecía bastante erótico

 

Se besan de forma constante, sus lenguas se buscaban sin tardanza, pasaban de los besos tiernos a los salvajes y viceversa. La respiración de ambos era un desastre, pero sus cuerpos tenían un mismo ritmo, podían sentir sus gemelos rozarse lo que le daba un toque extra, en un momento los labios de Yagami atrapan aquellas pequeñas elevaciones, se sorprende al sentir lo erecto de esos pezones, como siempre que estaban a su disposición los muerde y los jala un poco, la estimulación no tarda en cobrar factura, su falo es salpicado por el blanquecino semen de su gatito, gracias a ello resbala un poco mejor, no deja de restregarse contra el otro

- Lubricante natural – susurra divertido

- No digas esas cosas… idiota – le reprende Kusanagi algo avergonzado, pero no le detiene cuando se acomoda entre sus piernas

- Joder… - sonríe satisfecho – ¿lo ves? Se desliza tan fácil gracias a tu semen

- Si sigues di… - no le deja terminar la frase, un beso y un empujón le hacen callar por unos segundos y gemir contra los labios ajenos.

 

Odiaba que lo manipulase de esa forma, jugando con el como un gato con un ratón, lo cual era curioso pues regularmente era Kyo el gato en la relación según el pelirrojo. De igual manera no tuvo demasiado tiempo para pensar, puesto que el ritmo que estaba tomando su amante le hace quedar con la mente en blanco, su cuerpo se dejaba llevar por cada una de las sensaciones que el otro le provocaba, el falo rozándose en su interior, moviéndose por cada lugar, no había sitio que no llenase, los besos profundos. Esos gemidos varoniles que escapaban de su amante, podia sentir como el pecoso después de unos momentos se volvía tan sincero en sus reacciones como él; por eso le gustaban en demasía esos momentos, porque eran de los pocos que Iori dejaba de lado su careta de poco amigos y se comportaba como era en realidad, mostraba todas sus facetas, desde ser cuidadoso y amoroso cuando se lo proponía hasta ser el mejor semental que nadie pusiese tener. No le preocupaba gemir y las sonrisas que de vez en cuando dedicaba al otro llenaban su mundo.

 

- “…y sé que un día podrá sonreírme como Natsu te sonríe a ti” – a su mente llegaron esas palabras, y eran verdad, porque al hacer el amor casi podía verle sonreír así.

- ¡AH! – se arquea un poco al sentir como se empuja más al fondo, sus uñas rasguñan los hombros ajenos – maldita sea Iori…n-no tan rudo animal – le reprende

- Pues entonces deja de pensar en algo más que no sea esto – le besa aumentando el ritmo

- “Maldito adivino” – piensa divertido abrazándole con las piernas después, no le deja apartarse demasiado de si, sus manos toman esas firmes nalgas – ya … ya casi – gimotea, se había puesto erecto de nuevo y cuando su próstata es atacada de esa manera no tarda en llegar al orgasmo.

 

Siente la semilla de su amante regarse por su interior, pega su frente a la de su pelirrojo mirándole a los ojos, respiraban constante, nota como da un par de embestidas, ninguno aparta la vista del otro, aunque Kyo es el primero que cierra sus ojos sintiendo como su cuerpo se va destensando. Sonríe feliz y satisfecho, al menos por esos momentos, conoce a Yagami y siendo su cumpleaños se iba a aprovechar de él, pero no es como si le molestase en absoluto. La cama se mueve nuevamente cuando Iori se tumba al lado de Kusanagi, este por su parte se acomoda poniendo su cabeza en el torso ajeno, siente unos dedos deslizarse por entre su cabello, no recuerda desde cuando comenzó su amante con esa rutina de caricias “gatunas” pero no le molestaba.

 

-Feliz cumpleaños pecoso – besa la mejilla ajena

- Gracias estúpido y odioso gato – un dejo de felicidad se percibe en ese rostro casi siempre serio

-Iori – después de unos momentos de descanso Kyo se separa un poco para verle mientras hablan

- ¿Sí? – ladea la cabeza sin entender porque se ha movido si estaban en una posición bastante cómoda

- ¿Qué le dijiste a Natsuki antes de que se fuese? ¿acaso tu…

- No le dije nada del futuro si eso es lo que te preocupa – le corta el chico pelirrojo – solo le aconsejé que se hiciera más fuerte, anda ven vamos a descansar… un rato – el castaño ríe divertido por ese gesto seductor que puso el otro cuando dijo lo último.

Sin embargo, aunque de cierta forma no le mintió al castaño, lo que en verdad le dijo a Natsuki fue: Debes hacerte más fuerte.

Dichas palabras penetraron profundo en su corazón, como si de pronto un velo fuese retirado y viera la realidad, presintió que si Yagami le decía eso era porque necesitaría todo la fuerza que pudiese obtener, sin quererlo Iori despertó en él esa obsesión de poder, pero no quería obtenerlo por egoísmo, lo necesitaba para proteger a sus seres queridos, algo en él cambio, día con día esa inocencia y sus sonrisas fueron desapareciendo dando paso a una seriedad y madurez bastante inusual para su edad. Pero era su destino, y este no puede ser cambiado.  

 

 

 


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