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Invierno. Primavera. por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre, les recuerdo que los personajes pertenecen a J.K Rowling, yo solo los ocupo para dejar fluir mi imaginación.

 

 

Capítulo XVII

 

Sirius Black en sus veinticinco años de vida, solo había estado en la sala de espera totalmente paranoico. La primera vez fue con su hermano menor, cuando tenía diez años y Regulus se golpeó la cabeza con la mesa de la cocina, quedando inconsciente, estaba muy nervioso por la reacción de su madre y por lo que podría llegar a hacerle. El miedo era tanto, que le había dado fiebre y había terminado en urgencia en la cama de al lado de su hermano menor. La única ventaja que ganó en ese momento, fue que su madre no le regañara, mientras cuidaba de ambos, algo preocupado.

Pensó por años que jamás volvería a sentir esa paranoia, pero volvía a estar en esa situación, gracias a Remus. Él le había cautivado en el avión, sus ojos cafés llenos de confusión, pero también de seguridad, en ese momento su corazón latió con fuerza, se asustó mucho. Por unos segundos, pensó en cambiar asiento con James en el avión, pero al verlos tan cariñoso, desistió de la idea. Sintió deseos de escuchar su voz y se sintió tan alegre cuando este le contestó.

También creyó que cuando el viaje acabará, él dejaría de sentir esos sentimientos por Remus, pero no llevaba ni una semana y ya sabía que estaba enamorado de ese castaño. Remus era inteligente y de carácter fuerte, aún no podía creer que un chico tan tranquilo pudiera ser licántropo. En su colegio, le habían enseñado que esas criaturas eran peligrosas y que si no tomaban la poción matalobos, perdían su racionalidad durante sus transformaciones. Solo esperaba que Remus estuviera en las mejores manos.

Se levanto del asiento, comenzando a caminar cómo un león enjaulado. No podía pensar así. Remus no era para nada peligroso, solo era un chico tratando de independizarse. Observo la puerta de emergencia, porque ningún médico salía a informarle sobre Regulus y Remus. Estaba a dos segundos de utilizar magia para romper la puerta y saber el estado de esos dos.

—Sirius—llamó James, captando la atención de su amigo, quien se volteó preocupado—Tranquilo, ellos van a estar bien.

—Cállate James. No entiendo cómo puedes estar tan tranquilo. Llevamos dos horas y no han salido a informarnos nada sobre Regulus y Remus. —reclamó Sirius preocupado.

James abrió sus ojos sorprendido, al ver la mirada paranoica de Sirius. James negó y prefirió omitir las preguntas, Regulus y Remus estaban adentró enfermos, mientras él estaba sentado tratando de evitar ponerse en igual condición que su mejor amigo, porque en esta situación, él necesitaba mantener la cabeza fría porque Sirius, era capaz de incendiar el hospital con tal de que los médicos salieran a decirle algo sobre Remus y Sirius.

—No sacas nada con enojarte. Acaba de haber un desastre natural—recordó James, mirando hacia su amigo, quien aún no se quitaba de la puerta que dirigía a urgencias. —Ya nos avisarán.

Sirius observo a su amigo antes de ir a sentarse con su amigo. Estaba nervioso y ansioso, aún se veía corriendo hacia la montaña. Tenía miedo por Remus, él estaba solo aquí, mientras que su hermano menor estaba con James y él, en este país.

—Sirius—llamó un médico saliendo del área de urgencia— ¿Quién es Sirius Black?

James y Sirius se levantaron del asiento al ver al médico parado en la puerta. Sonrieron al ver que de la puerta de urgencia, se abría mostrando a Remus y Regulus, mientras aún estaba con la ropa del hospital. Sirius sonrió, cuando el médico se giró hacia sus amigos y los regaba a ambos, haciendo que estos corrieran de vuelta al pasillo para volver a su habitación. Sus amigos estaban mucho mejor.

Sirius sonrió aliviado al escuchar al médico decir los cuidados que debían darle a Remus y Regulus, los cuales eran casi ninguno, solo preocuparse de que debían tomarse la medicación y comer bien, para que estos no ocasionarán un efecto secundario. Sonrió aún más, cuando vio que Regulus y Remus salieron ya vestidos, mientras le observaban inocente.

Sirius observo a Remus, quien le sonrió incómodo, por primera vez se sintió cómodo con la mirada de Sirius. Agradeció con la mirada cuando James y Regulus les dejaron solos. Sirius tomó su mano camino a casa.

—Remus ¿Nos vamos a casa?—preguntó nervioso, mientras veía a Remus.

—Sí, perdón. No quería que supieras que era un hombre lobo—comentó con una sonrisa alegre.

—No tienes que pedir perdón, era tu secreto—comentó con una sonrisa, tranquilizándolo.

Sirius mordió su labio nervioso, cuando Remus le incitó para irse ambos juntos a la pensión. Observo de reojo a Remus, su sonrisa hacía brillar sus ojos de alegría, Se quedó hipnotizado al reconocer esos sentimientos que iluminaban los ojos de Remus. Este le miró feliz, viendo que el semblante de Sirius cambiaba. Se acercó y le dio un beso rápido, Sirius se sonrojó, mostró una sonrisa al verle salir corriendo hacía la pensión.

Sirius le observo frustrado. Remus lo había besado por primera vez y no alcanzo a disfrutar nada. Corrió al ver que su compañero le ganaba, verlo así le aliviaba. Se detuvieron en la puerta al ver que ella le miraba con la respiración agitada.

— ¿Por qué no entras?—preguntó Sirius al ver que se detenía en la puerta.

—Vamos a pasear— ordenó con una sonrisa cómplice.

—No estoy seguro. El médico dijo que debías descansar—habló inseguro, pero la sonrisa alegre de Remus, le distraía.

—Es la primera vez que me siento liviano, por favor—pidió como un niño pequeño.

Sirius sonrió con alegría no sabía que había hecho Remus para conquistar su corazón con cada segundo, pero le gustaba que lo hiciera.

Notas finales:

Gracias a todos los que han llegado hasta aquí. Nos vemos en la siguiente pubicación.


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