Aún recordaba su primer año en Hogwarts; había sido fantástico, lleno de nuevos amigos, bromas, aventuras y sobre todo su primer enamoramiento.
Para James, Lily Evans era la chica perfecta, sólo había bastado verla por primera vez y el había quedado flechazo por la pelirroja. Desde el primer momento había tratado de llamar su atención, ya sea con comentarios, acrobacias en su escoba, bromas y una que otra mentira pero nada de lo que decía o hacía parecía ablandar el carácter de la chica.
En el primer año había desarrollado un odio insano hacia el mejor amigo de la pelirroja pues el chico era todo lo contrario a Lily, era sombrío, asqueroso, extraño y sobre todo pertenecía a la casa de las serpientes.
Su puberto cerebro no podía comprender cómo una chica tan maravillosa; como lo era Lily, podía ser amiga de esa sabandija. Había tratado de todas formas posibles de separar al par pero nada había surtido efecto, todo lo contrario pues con el paso de los años sus bromas dirigidas al Slytherin sólo habían causado que la Gryffindor ni le diera la hora.
Aún recordaba cuando el estúpido rumor de que Lily y Snivellus eran pareja se había esparcido por todo el colegio. Todo había empezado por un dichoso baile para San Valentín; una estúpida celebración muggle, el actual director había propuesto dicho baile y había hecho énfasis en que cualquier alumno podía ir acompañado de quien fuera sin importarla casa a la que perteneciera.
Las chicas habían sido las más alegres por el baile, en cambio los chicos sólo lo veían como un inconveniente pues tenían que pasar por el momento vergonzoso de buscar que alguien los aceptará como pareja.
El obviamente había pensado en Lily pero cuando por fin le había pedido ser su pareja ella le había soltado que ya tenía pareja y que esa pareja era Snape.
Su ira fue tan grande que soltó un montón de malos comentarios hacia el imbécil de Snivellus y Lily obviamente se había enojado por su "Dichosa inmadurez"
Por su enojo no había buscado otra pareja por lo tanto el y Remus (Este por no socializar mucho con alguien que no fueran ellos tres) tuvieron que asistir solos al baile. Sirius había ido acompañado de una chica de tercero y por muy extraño que pareciese Peter fue acompañado por un chico del mismo curso.
En medio del baile Sirius y el habían organizado un pequeña broma hacia las serpientes y todo había acabado de maravilla en su opinión excluyendo el castigo que Mcgonagall les había impuesto.
Pero todo había empeorado el siguiente día pues una chica de cuarto cursó había empezado a decir que Lily y el idiota de Snivellus se habían estado besando en uno de los pasillos menos concurridos del Castillo. Y lo que lo hacia peor era que ambos chicos no negaban nada.
Desde ese momento su odio había aumentado acompañado por Sirius pues este igual se había enojado mucho por el dichoso rumor pues este decía -¡¿Como es posible que ese grasiento asqueroso te haya quitado a Lily?! -Las bromas habían aumentado tanto de cantidad como de violencia.
Pero ahora todo era distinto y una prueba de ello era que en ese preciso instante se encontraba tumbado sobre el pasto y el causante de esto no era ni más ni menos que Snivellus.
Nunca pudo haber imaginado que ese año sería humillado más de una vez por el chico que el siempre había molestado hasta el cansancio.
Su espalda dolía horrores y lo único que quería era quedarse ahí acostado hasta que el dolor desapareciera pero por los chillidos se Pet eso sería imposible.
-¡Peter basta!! Joder que no he muerto -El esfuerzo de hablar le estaba costando -Solo déjame aquí y ve por Sirius -Aun seguía enojado con canuto pero realmente no se le ocurría alguien más, por el rabillo de ojo pudo observar como su compañero salía corriendo en dirección al Castillo.
Al cabo de varios minutos un par de murmullos llamó su atención, unas chicas pasaban cerca de el y habían empezado a soltar pequeñas risas en forma de coqueteo para así llamar su atención; el sólo elevó uno de sus brazos y les dio a entender que las había visto, las chicas rieron un poco más y luego salieron apresuradas de su vista.
-Estas todo tirado y muriendo pero aún así no dejas de ser un don Juan -La voz de su querido amigo canuto se dejó escuchar -¿Pero quien te ha dejado así?
-El maldito de Snivellus me ha tomado con la guardia baja y el muy traicionero me ha atacado -Había cerrado los ojos pues el reflejó del sol le estaba comenzando a molestar.
Sirius no contesto nada sólo se limitó a sacar su varita y realizar un hechizo para que el cuerpo de James se elevará y no se moviera mucho.
-Menudo traicionero me las va a pagar -La voz de James taladraba los oídos de Sirius - Cuando menos lo espere le daré la paliza de su vida -Iban avanzando poco a poco para que el maltratado cuerpo de James no sufriera mucho pero en unos escalones la mano del joven Black se había movido mucho causando un alarido de dolor de James.
-¡Sirius ten cuidado!! -Alzó la voz el convaleciente
-Lo siento.
Cuando llegaron a la enfermería Poppy les había lanzado una dura mirada había preguntado por qué James se encontraba en ese estado.
Y como Sirius no sabía todo, había dejado que James contestará una mentira muy mala pues había dicho que por un susto se había caído y por eso la espalda le dolía horrores.
Poppy les había explicado que por poco la espalda de James no se había partido en dos y que si descubría por algún motivo ambos chicos andaban practicando hechizos indebidos tendría que informarle a Dumbledore. Cuando por fin quedaron sólo el azabache habló:
-¿Que ha pasado? -La risueña voz de Sirius en esta ocasión estaba muy sería; algo muy extraño en el.
-Peter y yo íbamos rumbo al lago y de repente me ha parecido ver al idiota de Snivellus con Lily pasear por los jardines así que se me ha ocurrido jugarle una broma pero Lily me ha empezado a reñir y de un momento a otro el imbécil ese me ha logrado lanzar un hechizo que me hizo volar por los aires y luego se ha acercado a mi para decirme que me puede costar la vida bajar la guardia ¡El muy imbécil!!! ¡Como se atreve!!
Sirius se había mantenido en silencio pues creía que si habría la boca sería una pela muy fuerte entre ambos.
-Y como sabes Peter no es muy bueno que se diga con la varita así que le dije que fuera por ti - El castaño hizo una mueca pues el sabor amargo de la pocion que Poppy le había hecho ingerir aún no desaparecía -Oye ¿Tienes algún trozo de chocolate?
En el momento que el chico dejaba de hablar la puerta de la enfermería se abría dejado pasar a Remus. El chico camino hasta donde se encontraba la camilla de James y estiraba la mano apuñada dejando ir un coscorron sobre la cabeza castaña -Menuda idiotez la tuya - Le empezó a regañar y en ese tiempo Sirius relajo su mal genio
El día había sido muy gratificante para Severus pues sus estudios iban viento en popa debido a todos sus conocimientos, la carta de Dumbledore ya estaba sellada y reposaba en su pequeño escritorio y sobre todo le había dado una paliza al cerdo de Potter.
En ese momento se encontraba en el pequeño sillón de cuero que de una manera muy conveniente Lucius le había obsequiado en su cuarto año cuando la puerta de su habitación fue tocada por segunda vez en el día.
Se levantó y fue abrir y su amigo Regulus entraba sin ser invitado a pesar.
-¡Claro que puedes pasar! -Hablo con sarcasmo el pocionista
- Si si si claro -La expresión del menor no auguraba nada bueno
-¿Qué pasa? -Pregunto
-¿ah? - El chico camino hasta la cama de su compañero, tomo la almohada más cercana y la abrazo -Ah si! -Volvió hablar pero de nuevo se quedó callado.
-Reg -Severus camino hasta su cama igual y tomo asiento frente a el -¿Qué te tiene así?
- Las vacaciones de Navidad se acercan y mi madre me ha enviado una carta donde me informa que tendremos una reunión muy importante -Y esa reunión debía de tratarse de Voldemor -Y no se porque pero me ha entrado un mal presentimiento
-¿Mal presentimiento? -trato de seguir la conversación
-Siento que me pedirá algo muy grande -Y Reg tenía razón pues su madre le pediría asesinar a 5 muggles -Y simplemente no me puedo negar
La habitación se sumergió en silencio pues Severus no podía hacer nada para evitar que su amigo no se convirtiera en Mortifago pues sus ideales sólo habían cambiado hasta ver la brutalidad por sus mismos ojos.
Ambos chicos decidieron pasar esa noche juntos pues hace semanas no lo hacían.
En otra habitación un Slytherin entraba por una chimenea para hacer una visita extracurricular muy importante.
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