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Una Segunda Oportunidad por Lucifer_2118

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El tiempo corría y las vacaciones de Navidad ya se encontraban a la vuelta de la esquina. Muchos alumnos preparaban sus maletas con unos días de anticipación pues no querían estar a las carreras, otros en cambio no lo hacían y pasaban la mayor parte del tiempo jugando y disfrutando con sus amigos cercanos

Y este era el caso de la mayoría de los Leones en especial un cuarteto de ellos

James Potter había podido solucionar las "pequeñas disputas" con sus amigos y estos lo habían aceptado. Aunque muy en el fondo aún en su mente habían planes en funcionamiento para dejar en ridículo a Snivellus. Pero frente a sus amigos no sacaba el tema para no formar nuevas peleas entre todos; en ese momento se encontraban en su sala comun disfrutando de unos bocadillos que el y Sirius habían ido a traer a las cocinas

Sirius Black nunca se había sentido animado por las vacaciones y si por el fuera síempre se quedaría en el Castillo pero su amorosa madre nunca había querido firmar el permiso y eso lo enojaba muchos pues en ese lugar sólo pasaba encerrado en su habitación y cuando mostraba la cara sólo recibía reproches y más reproches

Remus Lupin estaba un poco preocupado pues estando con sus padres siempre había sentido que les hacia la vida más difícil con su presencia; pero tenía una pequeña esperanza de que quizás estas vacaciones serían alegres y sin preocupaciones, pues Severus le había dado las cantidades necesarias de poción matalobos para que no sufriera en absoluto.

Peter Pettigrew estaba algo emocionado por el comienzo de las vacaciones pues había escuchado por accidente hablar a sus padres de un viaje al extranjero y para él sería la primera vez en salir del país, por eso su emoción.

 

Al otro lado del Castillo, más específico en las mazmorras se encontraba Severus Snape, en su amado laboratorio privado donde mejoraba y creaba nuevas pociones para vender; gracias a la ayuda del profesor Slughorn habia podido hacerse de una buena cantidad de dinero y ya sabia en que lo usaria

Terminó por mover la poción que tenía en cocción y se trasladó hasta su escritorio y repaso el pergamino que tenía extendido en este, se trataba de una larga lista de pociones que se llevaría con el; la mayoría era medicinales pues sabía muy bien que su madre las necesitaría, seguido de una pequeña cantidad de poción multijugos por si llegaba a tener que utilizarla, Veritaserum y una que otra para su uso personal estético.

Cuando se aseguro que todas estuvieses ya en sus correspondiente botella las colocó en uno de los estantes para tenerlas a la vista, aún no podía guardarlas en su baúl pues nisiquiera había decidió que llevaría o no, las pociones habían absorbido mucho de su tiempo. Empezó a lavar los caladeros utilizados para que los restos de poción no se les pegara cuando la puerta de su laboratorio fue tocada.

-Oh mi muchacho - La cantarina voz del actual profesor de pociones inundó la habitación -Te he estado buscando desde ya un buen rato y nadie me daba señales de ti y hasta ahora no había pensado en tu laboratorio, muy torpe de mi jajaja - El no tan viejo profesor se acarició su abdomen mientras su vista viajaba por todos los anaqueles de la habitación los cuales contenía toda clase de ingredientes y frasco con pociones listas para empacar -Bueno, Bueno, a lo que venía -Su mano se dirigió a su túnica color azul marino y saco un trozo de pergamino algo arrugado -Uno de mis colegas me ha pedido de manera muy urgente un pedido de poción crecehuesos y que está dispuesto a pagar lo que sea necesario para que este listo lo más antes posible -Los pequeños ojos color azul del pequeño hombre resplandecieron por un segundo -¿Podras hacer el pedido verdad?

Severus no tenía muchas ganas para realizarlo pues quedaban muy pocos días para salir del colegio y estaría muy cansado, pero por otro lado el dinero realmente lo necesitaba

- Creo poder -Hablo con su típico tono -Pero como sabrá no será algo fácil -Termino de lavar los claderos y luego tomo unas pequeñas raíces ya secas y las empezó a cortar con una pequeña navaja com mucho filo -Tendría que pasar unas cuantas noches en vela y no me parece que la ganancia sea justa -Elevó su mirada y noto que el profesor se lo pensaba -Pero por un poco más de porcentaje en mis ganancias me daría el ánimo de realizarlo -Trato de sonreír de manera "inocente " aunque para él  eso era imposible - Si usted está de acuerdo empezaria en este mismo instante

Slughorn lo pensó unos 5 segundos para que una sonrisa apareciera en su rostro

-Vaya muy astuto Severus he de decir que no es poco lo que ya obtienes pero voy aceptar por esta vez - El profesor terminó por entrar y acercarse a donde se encontraba Severus y le entregó el trozo de pergamino arrugado -Tiene que estar listo para la siguiente semana

Severus tomo el trozo de pergamino y leyó la misiva luego sonrió y procedió a buscar todo lo necesario para empezar con el gran pedido que tenía por sacar; no se dio cuenta cuando fue que quedó sólo y sinceramente no le importó mucho, las horas pasaban y la hora de la cena se acercaba y su adolorido cuerpo le pedía un merecido descanso pero si quería estar tiempo con las pociones no podía hacerlo.

De nuevo la puerta de su laboratorio fue tocada en ese día.

Está vez se trataba de Regulus que en sus manos llevaba unos cuantos bocadillos envueltos en servilletas

-Como no has aparecido, me pareció oportuno traerte esto -Los colocó en una esquina de la mesa donde estaba cortando ingredientes -Menudo desastres tienes

-Un gran pedido se me ha solicitado y no me ha dado tiempo ni de subir al comedor, Gracias por los bocadillos -Decía mientras se limpiaba las manos con un trozo de tela y se metía un bocadillo a la boca

Regulus le restó importancia con un movimiento de su mano - No hay porque    -¿Ya has preparado tu baúl? -Una plática trivial tal vez lo relajaba un poco

-Mas o menos -Respondió el menor -Algunas cosas ni las he tocado del baúl y pues ya está medio preparado ¿Y tú?

-Tengo ya la mayoría preparado peor aún no lo termino - Movió un poco los hombros

- Estas vacaciones serán un tanto "peculiares" -Observo el chico

-Ni lo dudes -Fue la respuesta del pocionista

Regulus le acompañó parte de la noche en su proeza de crear en tiempo récord un pedido de pociones muy difíciles de hacer.

Cuando eran ya las 9:00 pm volvió a quedar sólo y ya tenía en fuego unos cuantos calderos y en 30 minutos no tenía porque tocarlos así que se dejó caer en su sillón y así relajar un poco su adolorido espalda.

Su mente vago por todo lo que había vivido en esos pocos meses y aún sin querer pensó en su supuesto admirador que hace un par de días le había hecho llegar una caja con un surtido de ingredientes para ciertas pociones que eran un poco difícil de encontrar y un tanto caros; era extraño pues había llegado a la conclusión que dicho admirador tendría que ser un alumno de Hogwarts; sangre pura y un hombre, habia descartado ya a más de 20 posibles candidatos y cada vez que pensaba en eso se frustraba mas y mas pues sentía que un chiquillo podía burlar su inteligencia.    Dejó el tema por la paz y decidió seguir con sus cosas.

Pocos días después recibió carta de su madre. Severus Snape había esperado que en esa vida no le llegará una carta de su madre donde le informaba que por un descuido había contraído un peligroso virus y le pedía que no volviera a casa. El sabía que eso era una vil mentira y que el "Virus" sólo era una fuerte golpiza de su progenitor, que como consecuencia la había dejado tirada en cama y que al mes ella moriría por una hemorragia interna, lastimosamente en esta vida la carta tambien había sido enviada.

Decidió no mandar una respuesta pues igual sabía que está vez si regresaría y no permitiría que la muerte de su madre se realizará.

Un día antes de terminar el curso escolar él había podido terminar el pedido tan urgente que Slughorn le había solicitado; la paga fue mucho más de lo que esperaba; al parecer el colega de Slughorn había estado muy contento al recibir su pedido y había enviado una muy buena compensación para el prodigio que había realizado todo ese trabajo. El se sintió muy contento con ese extra pues realmente lo necesitaba.

Estando ya libre de cualquier compromiso terminó de arreglar su baul; recibió una no muy grata visita de Malfoy donde este tomo como escusa su preocupación por su madre sólo para tratar de llevarlo a la cama, pero como el ya había decidido acabar cualquier tipo de relación amorosa con el platinado le plantó cara y lo hecho de su dormitorio.

Y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba frente a la locomotora que lo llevaría de regreso a su maltrecha vida familiar. El viaje lo sientio más lago de lo habitual, su mente se mantenía muy activa pensando en miles y miles de resultados al entrar a su vieja casa y ver a su madre. La primera vez había tomado la decisión de no volver y ya nunca más había podido ver su madre, en esta ocasión si lo haría y no sabía si tendría la suficiente fuerza para no matar al imbécil de Tobías al sólo verlo.    Regulus le visitó por unos minutos y le invito un par de días a su casa; aunque sabía muy bien que no iría aún así le agradeció por la invitación.

Lily igual le visitó en el compartimento donde viajaba, le regaño por no mostrar interés es la supuesta amiga que si le había enviado una nota pero que "lastimosamente" se había extraviado. Lugo paso a quejarse de Potter y luego paso a estar triste y aliviada a la vez pues le comunicó una de sus decisiones.

Cuando la locomotora empezó a bajar su velocidad el ya se encontraba con su cambio de ropa puesto; unos pantalones de mezclilla, un jersey negro con un par de zapatillas, Había podido comprar dicha ropa gracia a las ganancias de sus pociones mejoradas. Un fuerte silbato se escuchó el cual era la señal para salir, tono su viejo baúl y procedió a bajar.

Pudo observar como la mayoría de los que bajaban eran recibidos con fuertes abrazos y palabras de amor;  el sólo procedió a caminar hacia el lugar donde el autobús noctambulo esperaba a todos aquellos que no tenían quien los recogiera,  pago los correspondiente y le dejó el baúl a Stan el chico que trabajaba como cobrador

Se sentó en un asiento de una sola persona y no apartó la vista de la ventana, poco tiempo después se pusieron en marcha; unos cuantos chicos habían subido también y fueron llevados a su destino más pronto que Severus pues al parecer el era el que vivía mucho más lejos que cualquiera.

De un momento a otro el autobús paro y Satán dijo en vos alta:

-Cokeworth, La Hilandera

Severus bajo y espero que su baúl fuera traído por Stan; paso su vista por la calle bordada de varias casas de ladrillos abandonadas y farolas rotas, al parecer nada había cambiado como era de esperar. Tomo su baúl y tomo rumbo hacia su casa, percibió el ruido de las aguas del pequeño río sucio que se encontraba cerca del molino abandonado con una alta chimenea que se podía ver desde la ventana de su vieja habitación.

Los pocos vecinos que vivían cerca de ellos eran personas en el mismo estado de pobreza pero aún así evitaban todo lo posible tener algún acercamiento a ellos pues temían a las represalias de el borracho de Tobías Snape. Al llegar a su casa pudo darse cuenta que nadie había estado cuidando del pequeño jardín frente a su vieja casa ya que las flores silvestres que su madre cuidaba con tanto amor estaban marchitas. Al entrar un fuerte hedor a podrido y alcohol le inundaron las fosas nasales

En el piso habían varias botellas vacías de cerveza algunas debían de estar  rotas pues por todos lados habían restos de vidrio. Con cuidado camino con su baúl rumbo a las viejas gradas que conducían a las dos habitaciones de arriba, en su habitación dejo su baúl y rápidamente fue a la de al lado; su madre se encontraba tirada en la destartalada cama; se veía mucho más delgada que cuando lo dejo en la estación 9 3/4, su tono grisáceo había pasado a una palidez espectral, uno de sus ojos estaba tan hinchado y de un tono morado que se asemejaba al negro, en su mejilla izquierda tenía un gran corte que apenas y empezaba a tener una costra. El enojo que Severus estaba experimentando era tan grande que le agradecía a Merlín que el maldito de Tobías no se encontrará en casa pues sabía bien que lo hubiese torturado hasta la muerte.

Lentamente se sentó en la orilla de la cama y suavemente acarició el maltratado rostro de su frágil madre; le acomodo un mechón de cabello y al estar más cerca de ella puedo notar que el cuello tenía marcas de estrangulamiento; unas gruesas lágrimas resbalaron por las mejillas de Severus

Muy rara vez Severus se dejaba llevar por sus emociones.

-Lo siento mucho mamá- Le dolía tanto ver a su madre en ese estado y saber que en otra ocasión había muerto de esa forma o incluso peor. De repente sintió el toque suave de una mano que trataba de limpiar sus lágrimas.

-No llores mi niño -Al subir la vista hasta el rostro de su madre pudo ver como esta le sonreía, su llanto no paro y acomodo su rostro en el hombro de su madre y está le siguió acariciando su cabello durante todo ese tiempo.

Cuando por fin recupero el control de sus emociones se levantó y observo que su madre aún seguía despierta.

-Ya te había dicho que no era necesario que volvieras - La mirada de su madre era de temor y preocupación

-¿Y dejarte a su merced? -Dijo en tono duro - Jamás

Limpio su rostro y regreso a su habitación, colocó su baúl sobre su cama y procedió a buscar dentro de este las pociones que había llevado con él, le dio a beber todas las pociones que necesitaba y se sintió aliviado cuando vio que el rostro de su madre empezaba a sanar, en algunos momento trataba de negarse pues decía que Tobías se enojaria al verla curada.

-¿A dónde ha ido? -Pregunto el pocionista mientras le aplicaba un ungüento por toda la espalada y brazos maltratados.

-Ah de estar en el bar de siempre - La voz de la mujer cada vez se escuchaba más relajada y no llena de quejas por los dolores agudos que las heridas le producían

-Hoy nos iremos de aquí - Esa era la decisión de la cual le había hablado a Lily, con el dinero que tenía ahorrado podia sacar a su madre de ahí sólo esperaba que está no se negara.

-¿Cómo? -Preguntó

-Eso, hoy nos iremos de aquí y jamás volveremos al lado de ese idiota maltratador -No quería hablarle a su madre en ese tono pero el odio que sentía por Tobías le sobrepasaba

-Pe...Pero no tenemos dinero - La entrecortada voz de su madre trataba de explicarle porque no podían huir - No... no tenemos a..adonde ir... hijo no pode...podemos huir de el -Había comenzado a llorar y se cubría el rostro con sus manos   Severus dejo el ungüento a un lado y rápidamente se arrodilló frente a su madre.

- Si tenemos dinero mamá, yo lo tengo -Tomo las temblorosas manos de su madre y las bajo acariciandolas con su pulgar - En estos meses he creado y vendido pociones con ayuda de un profesor y he logrado ahorrar

- No mi amor no podemos huir... El nos encontrará y... Y entonces... entonces el nos matara a ambos -Los ojos de su madre se encontraban llenos de lágrimas que no dejaban de bajar por sus mejillas mojando sus manos unidas

-Mamá tranquila -Suavemente limpio las lágrimas de su madre - Yo me encargaré de que no nos hallé - Le dedicó una sonrisa de consuelo -Ya verás que todo saldrá bien.

Su madre siguió llorando aferrado sus manos con fuerza, su cuerpo se contraía por el esfuerzo que hacia al tratar de respirar; Severus se mantuvo arrodillado frente a ella hasta que se tranquilizó, cuando eso paso volvió a ponerse de pie

-Tenemos que aprovechar ahora que el no se encuentra en casa - La fría voz del chico quería insultar a su progenitor pero por el estado de su madre tenía que contenerse -Lo he estado pensando mucho y he llegado a la conclusión que aún debemos permanecer en el mundo Muggle, pues llevas muchos años en el y te sería muy difícil volver al mundo mágico -Suavemente acarició la cabeza de su madre -Buscaremos una casa pequeña y cómoda sólo para nosotros dos - Le brindó una sonrisa -También hay que procurar que sea un lugar no muy cerca de la ciudad para que la renta sea más factible de pagar

Su madre siguió derramando lágrimas pero movió su cabeza afirmativamente eso alentó a Severus para que la dejara mientras iba por sus cosas y las metía a una pequeña bolsa de tela que había podido conseguir con ayuda de Regulus la cual por fuera se veía pequeña pero por dentro podía llevar hasta un refrigerador.

Con la bolsa en mano regreso a la habitación donde estaba su madre; abrió el viejo armario frente a ella y saco toda la desgastada ropa de la mujer, unos cuantos accesorios, los dos únicos pares de zapatos con los que contaba y una capa de bruja, la cual la tenía bien escondida bajo una tabla floja del mismo armario, está era utilizada sólo cuando lo llevaba a tomar el expreso a Hogwarts.

Trato de buscar algo significativo para su madre pero no había nada, alguna foto o incluso alguna prenda pero con el paso de los años el maldito de Tobías había tomado todo lo de valor y lo había empeñado para seguir bebiendo.

-Mamá  -Suavemente se había vuelto arrodillado frente a ella -¿Donde tienes escondida tu varita?

En otro tiempo creyó que su madre había perdido o incluso quebrado su varita pero una noche en especial que Tobías había llegado más borracho de lo acostumbrado y había tomado al pequeño Severus del cabello y lo habia arrastrado por toda la sala en medio de sus gritos donde decía que el era la causa de que su matrimonio se arruinara luego lo había estrellado contra una pared de la sala y poco después había puesto una de sus grotescas manos al rededor y frágil cuello del niño y empezado a estrangular la varita de su madre había aparecido en el cuello de Tobías Snape y la acostumbrada voz temblorosa de su madre se había convertido en una fría a voz llena de coraje y había dicho "Suelta al niño Tobías o lo pagaras muy caro".

El hombre borracho había quedado paralizado y lentamente había soltado al pequeño que calló al suelo dándose un fuerte golpe en las rodillas, Tobías había girado a ver a su mujer con gran odio y había dicho entre dientes "Esto te costará caro maldita perra" luego sólo se había ido a desplomarse en el sillon de la sala. Después de eso jamás había visto de nuevo la varita de su madre.

La mujer tardó unos minutos en reaccionar, se puso de pie y salió de la habitación; camino hasta la cocina y le pidió ayuda para que moviera la vieja cocina que estaba pegada a la pared, en dicha pared había un pequeño agujero tapado con uno periódicos llenos de telarañas y polvo, su madre tomo un cuchillo y procedió a golpear al rededor del pequeño hueco tapado.

-Tu padre me amenazó de que si veía una vez más mi varita la partiría por la mitad acompañada de uno de mis brazos - Le hablo en susurros como tratando que sólo el le escuchara, poco después del hueco saco una caja de madera que dentro de ella contenía la varita de su madre, su madre se levantó y se tomó unos minutos para acariciar su varita ya olvida.

Cuando comprobó que todo lo importante para ambos estaba empacado tomo su baúl y lo dejo al lado de la puerta, su madre había abrazado su varita y la mantenía junto a su pecho, estaba parada en medio de la sala y observaba todo, en su rostro no se podía saber si estaba experimentando miedo, alegría o nostalgia.

-Mamá - La llamo suavemente  -Es hora de irnos

Ella soltó un gran suspiro y camino hacia la salida -Es hora -Repitió

Y ese día Severus y Elieen Snape dejaron atrás la calle La Hilandera.    


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