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Una Segunda Oportunidad por Lucifer_2118

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Encontrar una casa que fuese lo suficientemente cómoda para ambos no fue una tarea sencilla. En medio de las festividades la mayoría se centraba en sus compras y no prestaban mucha atención a un adolescente junto a una deplorable mujer parados frente a una posada.

La noche que habían abandonado La Hilandera, Severus tuvo que buscar una posada no muy cara para pasar la noche; en sus planes había previsto no encontrar una casa al no más ponerse a buscar, pero ya llevaba 4 días de búsqueda y al parecer los Muggles aprovechaban esas fechas para poner los precios por las nubes. Pero en el quinto día cuando ya había pasado todo el día fuera en busca de donde poder vivir una señora ya muy mayor le había ofrecido un buen trato y él obviamente había aceptado encantado y ahora se encontraba junto a su madre fuera de la posada donde habían estando viviendo esos 4 días

-Mamá -Su voz salía amortiguar por la bufanda que cubría su boca -Vamos

-Cuatro días han pasado y tu padre aún no nos encuentra - La mirada de su madre era vacía

-Y no lo hará -Fue la respuesta de su hijo   Caminaron hasta un callejón solitario para poder aparecer cerca de donde vivirían

- ¿Estas lista? -Pregunto el menor

-Dame un segundo -Hablo la mujer, sus manos estaban abrigadas con un par de guantes de lana los cuales en ese momento estaban saliendo de dichas manos

-¿Mamá?

-Necesito tocarte bien -Fue su respuesta, su madre tardaba mucho tiempo en tranquilizar su mente y así poder aparecer

La verdad Severus podía aparecerse pues a pesar que aún no tenía los 17 años en esa vida aparecerse era algo habitual en su vida anterior pero no quería asustar a su madre

- Si quieres podemos usar alguna chimenea -Sugirió

- No quiero ver a otros magos

Severus noto el pánico que impregnaba las palabras de su madre

-Ok está bien, entonces yo lo haré -Tomo firmemente la mano de su madre y sostuvo muy bien el baúl con su otra mano y en un segundo se encontraban en un  parque abandonado el cual estaba a unas calles de donde se suponía vivirían a partir de ese día.

Su madre estaba desconcertada; como era de esperar.

-¡Severus! -Dijo su nombre con mucho ánimo

-Es algo que he venido practicado - Se justificó - Se que es ilegal pero no te preocupes que el Ministerio creerá que fuiste tu la que lo hizo

Su madre sólo le miró en una forma un tanto extraña

-¿No andarás metido en malos pasos verdad?

Severus quiso reír por el comentario de su madre pero no lo hizo

- No mamá, soy un buen niño -Vio a su madre fruncir el entrecejo -Hay que darnos prisa que puede empezar a nevar -Y así caminaron ambos tomados de la mano rumbo a su nuevo hogar.

La anciana que sería su casera les dio una muy grata bienvenida pues les había obsequiado unas galletas de jengibre; a su madre le costó un poco interactuar con la anciana pero con ayuda de su hijo pudo entablar una pequeña charla.

Al entrar a la pequeña casa notaron que a pesar de su estructura vieja estaba bien cuidada, era de un solo piso; dos habitaciones, un baño, la cocina y la pequeña sala de estar. Severus condujo a su madre hasta la primer habitación que vio y la pequeña cama que había la agradó con un hechizo simple, dejo su baúl y la bolsa mágica que llevaban con ambos al pegue de la cama.

- No muy lejos hay una tienda de convivencia, iré a comprar algo para la cena ¿Quieres ir o quedarte? - Su madre tocaba la confortable cama

-Me quedaré y me daré un baño

-Esta bien, no tardaré mucho vale -De su baúl saco un pequeño saco de color púrpura donde guardaba su dinero muggle.

Se arregló la bufanda y salió de nuevo de su nueva casa. A fuera no era las mil maravillas pero era suficiente para tener a su madre escondida de todo y todos, el barrio donde había decidido vivir era muy pobre y a la vez muy alejado de la sociedad elitista tanto mágica como muggle era el lugar perfecto para que nadie los encontrará.

Al llegar a la tienda noto que un par de muggles no muy mayores le dirigían miradas un tanto fuera de lo común "Posiblemente quieran robarme" fueron los pensamientos del azabache, compro unos cuantos víveres y pago lo que tenía que pagar en la caja; al salir los dos hombres aún seguían en la esquina esperando a su salida

Él no demostró ningún reconocimiento pues estaba seguro que los ladrones esperaría a estar cerca de algún callejón para robarle y así fue pues cuando pasaba por un callejón no muy bien iluminado fue arrastrado con brusquedad al interior del dichoso callejón.

-¿Eres nuevo por aquí? - El tipejo apestaba tanto que ni la bufanda evitaba que el hedor le llegará a su fosas nasales

-¿De dónde eres? -Pregunto el otro mientras en una de sus manos blandia una navaja

Severus ya tenía una de sus manos en su varita pero aún no la había sacado

-¿Estas sordo?

-¿Oye eres una chica? - El tipo de la navaja trato de bajar su bufanda y Severus rápidamente le clavó la punta de la varita en el cuello

-Menudos idiotas -Pronuncio con desprecio

Los delincuentes en un momento se habían quedado paralizado pues pensaron que era algún tipo de arma de fuego pero al ver que era algún tipo de ramita de un árbol se empezaron a reí a mandíbula abierta

-Uy ten cuidado con eso princesa - Se burló el que apestaba más -Nos puedes sacar un ojo

-Nosotros podemos usar esa rama para otra cosa mucho más interesante

Pero antes de que hiciera algo Severus ya los había hechizado y ambos se habían quedado mirando a la nada pues un obliviate les había borrado la memoria

-Agradezca que no puedo torturarlos malditas savandija - Dijo entre dientes el chico -Malditos idiotas regresen a sus pocilga y busquen un maldito trabajo -Tras decir aquello el par de hombres se pusieron en marcha

Severus guardo su varita y siguió con su camino.

 

Sirius Black había permanecido la mayor parte del día dormido, una actividad no muy agradable para el chico pues el prefería pasar ese tiempo con su amigo James pero este no se encontraba en casa así que el tenía que sufrir en la suya.

Estiró su cuerpo y escuchó alguno de sus huesos crujir; se levantó de su desordenada cama y camino rumbo al baño, mientras orinaba su estómago produjo un sonoro ruido; se estaba muriendo de hambre. Siempre procuraba pasar el mayor tiempo posible en su habitación pues era el único "Lugar seguro" que tenía en esa maldita casa, se aguantaba el hambre lo más que podía para no tener que baja a la cocina y no ver a Regulus o peor aún sus padres.

Pero ese día ya se había saltado el desayuno y ya pasaban de las 2 de la tarde, su cuerpo necesitaba comida.   De muy mala gana bajo por las gradas que conducían a la primera planta de aquella lúgubre casa; con mucho desagrado paso por la pared rodeada de cabezas de viejos elfos domésticos.

-Deshonra a la familia -Escucho los murmullos de kreacher el elfo preferido de su hermano menor el cual pasaba por su lado

-Elfo inútil -Hubiese querido mandarlo a que se planchara las orejas pero sabía que si lo hacia tendría una fuerte pelea con Regulus

Ya estando en la cocina busco por las repisas algo que fuese comestible y no algo peligroso pero por más que revolvió todo no encontraba nada -Maldita sea -Renego

-Si tuvieses la decencia de bajar cuando es la hora de la comida no estuviese como una maldita rata buscando que comer - La fría voz de su hermano menor llegó hasta sus oídos.

-Pues no me apetece tener que verles las caras a todos ustedes -Fue su respuesta

-Entonces prefieres parecer una rata - Se burló el menor

-Pues si - Respondió el mayor mientras le daba la cara a su hermano y en una de sus manos sostenía una galleta -Mil veces una rata que un chiflado por la supremacía de la sangre pura -Tras decir todo aquello procedió a caminar de nuevo hacia su habitación pero al pasará al lado de su hermano este hablo

-Te crees mejor que todos nosotros cuando tu eres igual

-¡Yo no soy igual que todos ustedes! -Elevó la voz el mayor

-¿No? ¿Estas seguro Orión? -Regulus había elevado una de sus cejas y ese gesto le hacia parecerse más a Sirius - Por qué yo creo que es todo lo contrario

-¡Que sabes tú! -Sirius sentía que su sangre buhia de furia

-¡Pues que eres un sangre pura engreído, un abusivo que justifica todas sus acciones con la simple escusa de que son bromas; que trata mal a todo aquel que cree que no está a su nivel, que se la pasó 5 malditos años haciéndole la vida imposible a un chico por ser simplemente amigo de una chica que no quiso andar con el estúpido de tu mejor amigo! ¡Eso es lo que eres! A si que deja de victimizarte y toma responsabilidad de toda la mierda que haces porque por más que reniegues la sangre Black corre por tus venas.

Era la primera vez que su hermano menor le dirigía más de unas cuantas palabras desde que el había sido seleccionado para Gryffindor.

-¡Como te atreves! -A Sirius realmente le estaba costando hablar

- No niegues lo que eres

Sirius no encontraba las palabras para poder responder al ataque de su hermano así que mejor optó por seguir caminando a su habitación.

Ya estando en ella la ira que sentía era descomunal, hizo un hechizo de  insonorización para que sus gritos no fueran escuchados, tiro la galleta que ahora no era más que simples migajas, le dio una patada a la cama y a consecuencia un fuerte dolor le recorrió desde sus dedos hasta su pierna.    Todo lo que su hermano decía era verdad, nunca había querido aceptarlo pero era verdad. Siempre se la había pasado diciendo que odiaba a sus padres pero jamás dejo de tratar mal a otros, se quejó de las tradiciones sangre puras pero cuando le envió el primer regalo a Snape específico que era uno de ellos. Y lo que más le dolía en ese momento era recordar esos 5 años donde le había hecho la vida imposible a un pobre chico que ahora era del cual estaba enamorando

Las lágrimas que rodaban por sus mejillas eran lágrimas de arrepentimiento.

 

-Cariño ¿Estas escuchando lo que digo? -A pesar de que su tomo era amable la chica estaba realmente enojada

- Si te estoy escuchando - El tono de Lucius no era muy convincente

-¿Entonces? ¿Cuál prefieres? -Narcissa Black era una chica de belleza despampanante la cual estaba acostumbrada a que todo aquel que hablara con ella le prestara toda la atención posible, pero eso había cambiado desde que se había comprometido con el heredero Malfoy pues el chico y apenas le dedicaba su atención

- El que tú creas más conveniente -Fue la simple respuesta del platinado

Los padres de Lucius había decidido pasar esa Navidad en Francia y antes de irse habían tenido la maravillosa idea de que ambos adolescentes pasarán la Navidad juntos en Malfoy manor para fomentar los lazos afectivos entre ambos.

Pero para Narcissa esa idea no había ayudado mucho pues Lucius seguía igual que siempre ya que su prometido se la había pasado metido en el despacho de su padre rodeado de muchos pergaminos y de vez en cuando salía y no decía a donde se dirigía aunque ella tenía una clara idea a donde se dirigía pues ella también era sangre pura y igual a los Malfoy su familia también formaba parte de las nuevas organizaciones secretas que se estaban levantando.

-Lucius por lo menos finge algo de interés -Reprochó la chica

- No soy muy bueno en esas decisiones - El mayor se terminó el trago que tenía Y se levantó -Y se que tu tienes mejor gusto - Se había acercado a la chica y la había tomado de la cintura hasta atraer la a él -Así que no te enojes - le dio un pequeño beso

-Vale -sonrió la chica y siguió besando a su prometido

 

-Macnair -Una voz sumamente fría se dejó escuchar en medio de aquel cuarto oscuro

-Mi señor - El hombre había realizado una pequeña reverencia

-¿Has realizado lo que te pedí?

-Si mi señor - El tal Macnair era un hombre ya de unos 37 años, delgado, alto, de cabello rubio y ojos color verde, respetado y temido en la sociedad mágica  -Todos esos malnacidos han muerto

Los otros asistentes a esa reunión hicieron unos ruidos en son de aprobación a lo que su compañero había dicho

-Bien hecho mi querido amigo -Hablo de nuevo aquella voz

El hombre se volvió a sentar en su respectivo asiento

-¿Y tú mi querido Abraxas?

Un hombre ya mayor se levantó y igual que el anterior realizó una pequeña reverencia

-Si mi señor - El tono de este hombre era un poco más seguro - Mi hijo se ha encargado de convencer a todos aquellos que necesita

-Muy bien -Una blanquecina mano acarició la escamosa piel de una gran serpiente -Todo va como lo planeado


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