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Una Segunda Oportunidad por Lucifer_2118

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Para un mago como Albus Dumbledore encontrar una villa a las afueras de Inglaterra llamada pequeño Hangleton no le resultaba difícil, había viajado allí con la clara misión de encontrar uno de los objetos más peligrosos de esa era.

Los Horrocruxes que poseía Tom eran un peligro inminente para toda la comunidad mágica y no mágica y en sus manos estaba la posibilidad de vencerlo de una vez por todas.

Había aprovechado las festividades navideñas para poder viajar y no levantar sospechas en el lado oscuro; el viajero en el tiempo le había recalcado que Tom no tenía que tener ni la menor sospecha de que se conocía su secreto

En la villa se había enterado un poco más de la historia de los Gaun; Gaunt era el apellido de una familia de Sangre pura descendientes de Cadmus Peverell y Salazar Slytherin. Acostumbraban a casarse entre primos para mantener la sangre pura y mantener las habilidades de su antepasado, más concretamente la capacidad de hablar la lengua pársel

Habían sido una de las familias más ricas y poderosas del mundo mágico. Pero igual de conocida por un rasgo de inestabilidad y violencia que se fue agravando a lo largo de las generaciones debido a la costumbre de casarse entre primos. La falta de sentido común, combinada con la fuerte tendencia a los delirios de grandeza, hizo que la familia despilfarrara todo su oro varias generaciones antes del nacimiento de Tom.

Los habitantes de Pequeño Hangleton contaban que los últimos miembros de la familia eran: Marvolo Gaunt, Morfin Gaunt, y Mérope Gaunt; está última sufrirá constantemente maltrato por su padre y hermano, ocasionando que tuviese un trauma que le dificultaba hacer magia, provocando que la gente la creyera un Squib. Morfin por otro lado era más conocido por atacar a muggles, lo que lo llevó un tiempo de encarcelamiento en Azkaban.

A Dumbledore le sorprendió mucho descubrí toda esa información, pero de igual manera siguió con sus investigaciones hasta dar con los Ryddle.   Había escuchado que los Ryddle era un familia muy rica y que casi eran dueños de la mitad de todo el Pequeño Hangleton; pero debido a su fortuna eran unos esnobs y muy groseros.

Pero el punto más importante para Dumbledore llegó

En un día como cualquiera Murfin; el hermano de Mérope, la había descubierto espiando al muggle de Tom Ryddle probando así que su padre muy encolerizado la atacara a punta de varita Y para agravar que Murfin quisiese asesinar al muggle. Debido a todo el problema habían encarcelado a los dos hombres. Y Mérope se había visto por fin libre del todo maltrato que había sufrido.

Poco después del escándalo había surgido uno más, pues El heredero Ryddle había escapado con la desdichada mujer. Provocando que su padre muriese por un disgusto.

Algunos decían que la bruja lo había convencido con Amortentia; otros decían que los jóvenes siempre se habían amado y que aprovecharon la oportunidad, y otro no muy convencidos decían que Mérope lo tenía bajo la maldición imperius. Ya después de unos años los habitantes se habían enterado que en efecto la bruja lo había puesto bajo la poción de Amortentia y que se había casado con el hombre; pero este al salir del embrujo no había dudado en abandonar la mujer.

Los habitantes decían que Mérope no había vuelto por vergüenza y que había huido a Norte América   Lo que Dumbledore se dio cuenta es que nadie sabía que Mérope había tenido un hijo y que poco después había muerto.

Después de enterarse de la muerte de todos los Ryddle procedió a ir a las ruinas de la casa que en un tiempo les perteneció a los Gaunt

La casa se veía vieja y muy mal cuidada, verificó que no hubiesen protecciones Y cuando ya estuvo seguro procedió a entrar. La casa de gran tamaño era en toda su regla una mansión; realizó un Lumos y trato de iluminar lo que estaba frente a él, unos viejos sillones llenos de polvo y telaraña fue lo que deslumbró, más allá vio que unos cuantos candelabros; antorchas y lo que parecía porcelana estaba esparcido por todo el suelo. Camino muy despacio y atento a cualquier sonido por si algo o alguien lo atacaba.

Se detuvo a ver las paredes de la casa y no vio ni un solo cuadro en ellas, siguió caminado sutilmente y un par de murciélagos salieron de un escondrijo debido a la luz que apuntaba hacia ellos. En su mente las instrucciones de el viajero resonaban, pero en su carta no le daba la poscision exacta del anillo así que tenía que seguir buscando.

La madera crujia bajo sus pies y Dumbledore se empezaba a impacientar por no haber encontrado nada en esos 15 minutos. No quería usar un accio por las advertencias que le habían dado.

De pronto pensó que el lugar donde podía estar el anillo podía ser en la sala principal, no sabía porque tenía esa corazonada y no espero a cuestionar más y se devolvió al lugar. Volvió a pasar su vista por cada rincón de la sala y aún no distinguía ningún anillo, pero de pronto en uno de sus pasos una tabla crujió mucho más que las otras así que se agachó y la inspeccionó mejor; quitó la alfombra raída y la misma tabla, bajo está estaba un caja de color negro

Se levantó y apuntó a esta con su varita, la verificó y la elevó con un wingardium leviosa, al tenerla fuera la colocó sobre un sucio sillón. Soltó un suspiro pues al fin había encontrado lo que tanto buscaba.

Realizó un nuevo hechizo y la caja se abrió revelando lo que había dentro, desde una distancia prudencial y la varita alzada Dumbledore vio el anillo dentro de la caja; Era un anillo dorado con una piedra negra en el centro y el símbolo de las reliquias de la muerte inscrito sobre está. Albus recordaba muy fugazmente haberle visto ese anillo a Tom en sus tiempos de estudiante, un sentimiento de pena le embargo, su niño se había convertido en un monstruo a muy temprana edad.

Mientras se sentía fatal reparó más en la piedra y se sintió mucho peor y a la vez conmocionado

-La piedra de la Resurrección -Dijo en voz trémula

Semejante revelación para alguien que conocía la historia de las reliquias de la muerte, sin duda alguna lo dejaría consternado.

La mente del viejo director era un caos, muchos tormentosos recuerdos lo invadían sin consideración alguna; su pobre hermana Ariana...

Frente a él se deslumbraba la oportunidad de verla una vez más y de por fin poder pedir disculpas de su terrible error

El dolor y la tristeza que inundaban su viejo y marchito corazón eran incomparables.

Quería y necesitaba hablar y ver tan sola una vez más a su querida Ariana.

Alzó su ya envejecida mano derecha y a pocos centímetros del anillo... freno.

Las palabras escritas del viajero aparecieron en su mente

Tienes que ser muy precavido a la hora de encontrarlo pues está bajo una fuerte maldición que te llevará a la muerte si lo tocas; así que haz todo lo posible por no tocarlo con tus manos ni con cualquier parte de tu cuerpo, siempre utiliza magia para moverlo.

-No -Se dijo -No puedo dejarme vencer

El anciano lentamente bajo su brazo y desplazó la idea de tomar el anillo a lo muy recóndito de su corazón y mente

Por más que lo anhelara no podía tocarlo y mucho menos utilizarlo en ese momento.

Con un simple wingardium leviosa hizo levitar el anillo, le observó con sumo detalle y le pareció percibir cierta oscuridad y agobia viniendo del objeto.

Después volvió a colocarlo en su lugar y se  lo llevó con sigo el objeto, movilizando siempre con un hechizo.

No mucho tiempo después el director del colegio estaba de nuevo en su particular despacho, analizando todo lo acontecido con respecto al horrocrux que ahora se encontraba sobre su escritorio

Tenía tantas dudas con respecto al anillo y tanto temor de caer en la tentación que simplemente su cabeza no encontraba un buen escondite; la sala de los Menesteres no le parecía una muy buena opción, simplemente porque cualquier alumno con necesidad podía tener la dicha de toparse con la habitación ambulante y tener semejante artefacto en ella no era una decisión muy acertada, de por sí aún no había ido por la diadema.

Albus caminaba de un lado a otro en su despacho; observaba de vez en cuando como los cuadros de los antiguos directores le miraban con cierta angustia, en su frente sentía el sudor surgir; no importaba que estuvieran en pleno invierno, ni que la chimenea estuviese con grandes llamas, la angustia lo carcomía.

De repente un picoteo proveniente de la ventana lo saco de sus tortuosos pensamientos, una lechuza de color marrón picoteaba de forma frenética la ventana; al parecer no estaba muy contenta con que la enviarán a entregar una carta en medio de una nevada. El director abrió y dejó que él ave entrará y buscará donde descansar y quitarse la nieve que traía encima, con cuidado retiró la carta de la pata del animal y su corazón se sobresaltó al reconocer la letra; era del viajero y citaba lo siguiente:

Te escribo de manera urgente pues necesito saber si ha encontrado lo que le he pedido que buscará; espero qué si y que hayas seguido al pie de la letra mis instrucciones.

Este pergamino estará bajo un encantamiento, que no durará mucho tiempo pero si lo necesario; cuando acabes de leer está nota necesito que me escribas la respuesta.

Algo contrariado el director se apresuró a contestar de manera afirmativa, pues si había encontrado el anillo; rápidamente la diadema paso por su mente y decidió ir en su búsqueda en ese preciso instante.

 

-No es mi culpa que cierto individuo no haya querido aceptar mi oferta la primera vez que la ofrecí; incluso no dejo que si quiera lo mencionara -Contestó Lucius

-En mi defensa, el momento no fue el oportuno -Se defiendo Severus

-Se lo están tomando a juego -Dijo el menor, su rostro no demostraba ni el menor indicio de gracia    A Severus le extraño que Regulus tuviese esa reacción

-¿Qué sucede Reg? -preguntó

El chico desvío la mirada y dio un pequeño suspiro

-No ha sucedido nada -Respondió

-¿Me he perdido de algo? -Comentó el platinado, pues de repente la atmósfera había cambiado   -Nada relevante -Respondió el mestizo

Malfoy decidió darles su privacidad y no comentar nada más al respecto

Regulus desvió su mirada hacia la ventana

-No puedo creer que esa escoria aún siga con vida -Soltó de repente el chico

Severus se sorprendió mucho por el comentario que a leguas se notaba que estaba cargado de verdadero odio; normalmente era Lucius el que los hacía

-Reg... Las cosas no surgieron como esperábamos -Contestó él pocionista

-Creí que tu prioridad era la seguridad de tu madre -Soltó el otro

-Y claro que lo es, por eso mismo la saque de ese lugar -Severus se empezaba a enojar por ser cuestionado de esa manera

-Si tú lo dices -Contestó a secas

Lucius se había mantenido callado durante toda el enfrentamiento de los menores, disfrutando ver lo tenso que Regulus había logrado poner a Severus

A pesar de la tensión que se podía percibir en el compartimiento Severus no siguió contestando y dejó que el silencio permaneciera por más tiempo. No le presto atención a Lucius y a sus miradas insistentes y mejor saco uno de sus libros y empezó a re-leer su contenido.

El resto del viaje paso tranquilo y ninguna charla volvió a surgir entre los tres amigos.

Severus estaba preocupado por Regulus, su actitud no era normal y si se ponía analizar todo lo que estaba sucediendo en su entorno podía llegar a la respuesta que necesitaba o por lo menos acercarse; iba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien había tenido la maravillosa idea de caminar en contra del rumbo que llevaba la mayoría y de un momento a otro había chocado con esa persona que ahora se encontraba en el piso.

-¡Oye!!! ¡Ten más cuidado!!! -Se quejó una chica

-Lo lamento -Se disculpó muy de mala gana

-¡Ohhh!!! -Se escucho -Noo... No hay problema, ha sido toda mi culpa Losientomucho -Lo último lo había dicho mientras se ponía de pie y muy de prisa que Severus apenas y le había logrado entender   El chico arreglo su túnica y siguió su camino hacia el castillo.

El banquete de bienvenida era como todos los que había asistido en sus años de maestro y alumnado, así que no presto mucha atención a lo que el viejo director decía; su preocupación había menguado cuando la noche que había enviado la desesperada carta a Dumbledore y esta había sido contestada de forma afirmativa, Pues si en algún momento está hubiese sido contestada de manera negativa no hubiese sabido que hacer.

Presto atención a sus compañeros; Rodulphus estaba un poco malhumorado por la cercanía de Rosier y Carrow; Avery no parecía muy interesado en el discurso, Rabastan estaba enfrascado en una discreta discusión con Barty; Lucius trataba de no demostrar su disgusto hacia Narcissa y Regulus se mantenía callado.

El comportamiento de su grupo de amigos era prácticamente normal, exceptuando a Regulus.   Severus dirigió su vista hacia la mesa de los leones y con lo primero que se topó fue un par de ojos grises como el mercurio, de alguna manera se sintió atrapado y su pulso se había acelerado muy a su pesar; le mantuvo la mirada al Gryffindor y decidió que ganaría esa pequeña batalla.

Sirius se sentía eufórico, la persona que le gustaba estaba teniendo un duelo de miradas con el, había estado observando a Severus desde un buen rato, aprovechando que Remus y James habían empezado una charla entre ambos; pues así James no lo vería en su movida, pero no había esperado de de un momento a otro el chico de sus sueños húmedos le dirigiera la mirada y que se la mantendría.

Pasaban los minutos y el par de chicos no desviaban la mirada, Sirius de un momento a otro tuvo un arrebato y sacó su lengua y la deslizó de manera muy provocativa por su labio superior; Severus frunció un poco su entrecejo, Sirius tomó esa mirada como incentivo y mordió su labio; Severus no pudo más y devino la mirada.

Gryffindor1 Slytherin 1

Sirius quería reír y compartir su victoria con Remus pero se conformo con soltar una pequeña sonrisa para sus adentros.


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