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Una Segunda Oportunidad por Lucifer_2118

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Jugar a ser el prometido perfecto no era tan fácil como había creído nuestro heredero Malfoy.   Tener que soportar a Narcissa era una tarea que requería de mucha paciencia y fuerza de voluntad.

Y no porque la chica fuese fea o mal educada; más bien su repudio se debía a su naturaleza.

Su maldita naturaleza, la cual odiaba con todas sus fuerzas. 

Con tan solo 12 años de edad había pasado por uno de los momentos más traumáticos de su corta vida. 

Se encontraba en su segundo año y todo se desarrollaba de manera natural; hasta que se había topado con un Gryffindor de primer año, su cuerpo había reaccionado de una manera muy poco natural, un fuerte escalofrío había recorrido toda su columna y sus piernas se habían puesto a temblar. 

En su momento había creído que todo se podría deber a algún hechizo por parte del niño ese, pero para su sorpresa pudo ver que el Gryffindor también había tenido alguna clase de reacción a su encuentro pues había empezado a temblar, muy afortunadamente había mantenido la calmada por unos segundos y pudo salir de ese encuentro sin dar a demostrar su nerviosismo. 

Pero todo había empeorado al llegar a su sala común; pues unos Fuertes mareos le atacaron, sus temblores solo habían empeorado y había empezado a sentir que su cuerpo ardía en fiebre. Estando en su habitación privada pudo revisar su cuerpo; por si tenía alguna marca o algo que le diera una respuesta del por qué se sentía de esa forma

Pero lo que encontró fue que su trasero había empezado a producir un líquido viscoso y transparente. Muy asustado se había empezado a limpiar con una toalla y cuando se dio cuenta que no paraba de salir se derrumbó en una esquina de su habitación, llorando y muy confundido.

Al siguiente día cuando despertó noto que todo lo que había sentido la noche anterior aún no había parado así que con las pocas fuerzas que le quedaban se levanto y busco algo donde poder escribir y mandar a llamar a sus padres

En cuestión de una hora Abraxas Malfoy y Amlie Malfoy contactaron al director Albus Dumbledore vía flu; un segundo más tarde aparecían ambos padres en la chimenea del director y todos tomaron rumbo hacia las mazmorras.

Las excusas de su padre fueron simples y muy creíbles "Algún virus ha contraído en el último viaje que hizo la familia" aún recordaba cómo Dumbledore había dicho que no había necesidad de sacarlo del colegio; pues la encargada de enfermería era muy competente y que daría con la solución en un santiamén, pero su madre simplemente dijo que lo dudaba y que prefería que fuese tratado por su Medimago personal.

Madame Pomfrey se había ofendido demasiado, pero Slughorn al ser amigo de su padre le había dado paso libre para que se llevarán a su heredero

Estando en Malfoy Manor su madre se había visto más preocupada de lo que aparento frente a los demás y eso preocupo más al niño pues rara vez había visto a su madre en ese estado. Él Medimago había sido llamado de manera urgente y cuando esté reviso al niño había puesto una mirada llena de preocupación.

-No parecer ser viruela de Dragón -Dijo revisando un pequeño frasco donde había depositado su sangre hasta hace unos segundos -Muy extraño pues los resultados me dicen que está en perfecto estado 

-¿Cómo es eso posible si esta que arde en fiebre? -Dijo su padre 

El viejo Medimago le dedicó una severa mirada al patriarca

Amelie le dio un pequeño codazo a su esposo

-¿Me puedes repetir lo que sientes? -Amablemente volvió a preguntar el Medimago  

-Siento que me duele todo el cuerpo, mi cabeza me palpita, también siento que mi cuerpo está súper caliente y a pesar de eso mis manos están frías, por momentos unos Fuertes escalofríos me pasan por la espalda y...

-¿Y? 

-Mi... Me da pena decirlo -El niño volteo a ver a su padre y sus mejillas adquirieron un fuerte tono rojizo y eso que ya tenía un poco colorada la cara debido a la fiebre 

-Podrían dejarnos a solas por un momento -Pidió el señor 

-¡¡Tengo derecho a saber que le ocurre a mi heredero!! -Respondió un poco enojado el patriarca 

-Estaremos afuera señor Briggs -Respondió la elegante mujer y tomó del brazo a su esposo y así lo saco de la habitación, dejando solos al paciente y Medimago  

-Bien ahora que estamos solos puedes decirme lo que te apena,prometo no decirle a tu papá -El medimago le sonrió de manera muy amable para que El Niño le tuviese confianza 

-Hay un líquido viscoso saliendo de allí -Respondió muy suave el otro 

-¿De tu ano? 

-Si... Se siente feo y muy extraño -Siguió explicándo -También mi pene se siente raro, hay ratos que se me endurece y no baja por más que lo toque -Lucius en ese momento sentía una gran vergüenza 

-¿Desde cuándo comenzó? -Siguió preguntando el Medimago 

-Desde ayer por la noche, estaba caminado por uno de los pasillos y me topé con un Gryffindor de primer año y desde que lo vi empecé a sentirme así

-Muy bien Lucius, quiero que te tomes esta poción que te hará dormir por el momento -Mientras le daba las indicaciones saco la poción del maletín que había llevado; era una poción para inducir el sueño. 

El Niño se la bebió sin preguntar más nada y en pocos segundos se había entregado a los abrazos de Morfeo.

Después de que El Niño quedo dormido el  Medimago había salido de la habitación. Enfrente de esta estaban ambos padres y en sus rostros aristocráticos se podía deslumbrar una fuerte preocupación.

-Vamos a tu despacho, no quiero perturbar su sueño -Les dijo el viejo Medimago y camino hacia el lugar que les había dicho; ya tenía muchos años atendiendo a los Malfoy como para no saber el camino 

-Es muy extraño lo que le está sucediendo a Lucius -Empezó a decir -Pero no es la primera vez que se ve 

-¿Que es lo que le sucede? -Preguntó Amelie 

-¿Es mortal? -Preguntó Abraxas 

-No morirá Abraxas -Contestó -Y aún no estoy completamente seguro Amelie; necesito leer unos cuantos viejos libros antes 

-Pero...

-Esta misma noche me dedicaré a resolver esta duda, Lucius  por el momento dormirá hasta el amanecer así que no se preocupen; lo que sí les aconsejo a ambos es que busquen el mejor pocionista que puedan contratar porque si no me equivoco en mis suposiciones su hijo estará en desventaja.

Después de pasar una agitada noche el medimago había cumplido con su palabra y la siguiente mañana había aparecido en la sala de Malfoy Manor con un grueso libro de apariencia muy desgastada.

Los dos padres habían escuchado de manera muy atenta todo el relato que el señor Briggs les explicaba.

-Nos está tratando de decir que mi hijo paso a ser un mago fértil -Hablo el patriarca 

-No exactamente, los veelas ya sean machos o hembras siempre busca la reproducción de su especie, normalmente buscan una pareja con mucha fuerza tanto física como mágica, pero si por algún dado caso no lo encuentran se aparean con un candidato en igualdad de poder, ese es el caso de su antepasado; por ese motivo ahora ustedes solo poseen un pequeño porcentaje de criatura, reduciendo así los instintos.
-Pero si ese es el caso ¿Po qué le pasa esto a mi hijo? -Preguntó el patriarca, Amelie se mantuvo callada

-Ya estoy por llegar Abraxas, ten paciencia -Le respondió el Medimago -La condición de Lucius se debe a que su parte criatura encontró a un buen candidato para perpetuar su estirpe; un Licántropo para ser precisos, por eso su cuerpo ha reaccionado de esta manera, se encuentra en celo, despidiendo feromonas para así atraer a su pareja y poder enlazarse.

-Un licántropo -Repitió Amelie

-Si -El Medimago tomó con suma delicadeza el libro que había llevado con él; lo abrió y busco una página en concreto, al encontrarla narró:

Los veelas machos comúnmente se enlazan con parejas hembras y muy rara vez con parejas masculinas, pero cuando su instinto le grita que la pareja perfecta ha aparecido y esta resulta ser macho igual; cambia por completo su constitución y muta a una con la que pueda procrear.

Los casos registrados son muy inexistentes pero se ha llegado a conocer que esto solo sucede cuando el veela es sobrepasado por un licántropo. Esta criatura al ser más poderosa es un gran atrayente de veelas machos.

-¡Pero si solo es un pequeño porcentaje de criatura el cual viaja en nuestras venas!! -El patriarca se había levanto de su asiento y había empezado a gritar -¡¡¡Mi hijo no será la perra de un maldito hombre lobo!!!!!!

-Cariño cálmate -Le suplico la mujer -Esto tiene una solución ¿Verdad? -de manera suplicante vio al Medimago

-Lucius se encuentra en celo y si su cuerpo a reaccionado de esa manera he de suponer que el licántropo ya lo ha reclamado como su mate...

-¡¡ESA MALDITA BESTIA NO PUEDE RECLAMAR A MI HIJO!!!! -Gritó el patriarca

-Deja que termine Abraxas -Amelie había tomado uno de sus pañuelos de ceda y se limpiaba las lágrimas que habían empezado a salir de sus hermosos ojos color azul

El patriarca había dejado de gritar y se acercó a su esposa y así brindarle un poco más de seguridad

-Como decía, el licántropo ya lo ha reclamado como mate; inconscientemente o premeditado, no lo sabemos; pero lo que sí sabemos es que por más que Lucius este enlazado con la criatura eso no significa que se tiene que emparejar con el.

-¿Cómo? ¿O sea que mi hijo aún puede alejarse de ese monstruo? -Preguntó con demasiada esperanza la matriarca

-Si Amelie, Lucius aún puede alejarse de él, los licántropos sufren de un lazo por toda la vida pero eso no sucede con el mate; Lucius tiene la opción de rechazarlo y poder tener otras parejas, se sabe que los efectos secundarios son un poco fuertes los primeros años, pero soportables.

-Gracias a Merlin -Abraxas había soltado un gran suspiro -Mi hijo puede ser libre de esa maldición    Amelie por el contrario preguntó:

-¿Cuáles son las consecuencias del rechazo?

-El mate sufrirá fuertes episodios de depresión, muy posiblemente ataques de ira, vomito; Dolores de cabeza; ansiedad al verlo y etapas de celo muy constantes.

-Mi pobre niño -Sollozo la madre

-Por eso el pocionista -Hablo el padre

-Exacto -Fue la simple respuesta del Medimago

Después de esos acontecimientos la vida del heredero Malfoy había cambiado por completo

Su padre había empezado a tener charlas muy incómodas con él y lo peor es que le presionaba para que diera el nombre del licántropo que ahora era su pareja; pero el miedo a lo que podía pasarle a la bestia evitaba que El Niño abriera la boca. Muy estúpido, si, pues era seguro que su padre quería el nombre para eliminarlo y así dejar libre a su hijo; pero Lucius por más que odiara el destino no quería que ese chico muriera, sabía que moriría de tristeza si le pasaba algo malo.

Con el pasar de los años había llegado a dejar de sentir todos los síntomas de su rechazo; había llegado a tener una buena relación sexual con Severus Snape, sus celos habían desparecido y su angustia al ver a Remus se había transformado en indiferencia.

Pero todo había cambiado una noche de luna llena, todo su esfuerzo se había venido abajo por un maldito error de cálculo. Y no precisamente suyo, era lo peor; sino más bien por culpa de Barty Crouch Jr. El muy estúpido había tomado un traslador que no debía haber tomado y este los había llevado a unas montañas muy alejadas de su territorio.

¿Lo peor? Pues que en esas mismas montañas se había topado con su pareja; en su versión lobo.

Y en la actualidad su cuerpo había reaccionado como si fuese la primera vez que se topaba con su pareja. En el encuentro con la bestia, esta se le había lanzado directo a tratar de que ambos tuviesen actividad poca decorosa. Y lo más mortificante para Lucius es que el casi lo había permitido.

Ahora se encontraba luchando con un fuerte ataque de celos, por casualidad había escuchado a unas chicas hablar de manera muy escandalosa acerca de cómo una de ellas había tomado el valor para confesar sus sentimientos hacia Remus Lupin.

No le cabía en la cabeza como es que podía llegar a sentir esa ira desmedida hacia una mocosa que no era ni más bella que Myrtle la llorona, a su parecer hasta el fantasma tenía más atractivo y eso era decir mucho. Y lo que más le frustraba era que las chiquillas esas estaban muy emocionadas al hablarlo y esa alegría solo podía ser el resultado de un "Si"

-Es imposible que la haya aceptado -Dijo entre dientes

-¿Qué es imposible? -Hablo de repente Severus Snape

-Nada que te incumba -Respondió de mala forma

-Vemos que nos levantamos con mal pie eh! -Fue la sarcástica respuesta del otro

Ambos iba caminando rumbo a su siguiente clase, la cual no compartían pero si quedaba en la mima zona del castillo.

Lucius se mantuvo callado pues temía decir algo inapropiado

-¿Problemas con tu bestia? -Le pincho el menor

-Severus -Amenazo el otro

-Vamos somos amigos cuéntame tus problemas -Siguió con la pulla

-Si quieres conocer personalmente al calamar gigante, sigue con tus comentarios

-Vaya Sev no sabia que te gustara ese tipo de deporte -La voz de Rodulphus les llego a ambos    -Nuevas distracciones -Contestó él mencionado

-Pues si tú lo dices -Respondió el castaño -Si quieres te llevas a Rosier para matar dos pájaros de un tiro -Sonrío con malicia

-Si tú te puedes estar una hora sin soltar estupideces lo consideraré -Le dijo Snape

-Eso sería imposible -Se unió el hermano de este, Rabastan Lestrenge -El coeficiente de mi hermano no da para tanto, no pidas cosas imposibles Severus

-¿Con buen humor hermanito? ¿Follaste anoche? -Rodulphus tenía la mala costumbre de querer avergonzar a su hermano

-¿Yo? Puede que sí, en cambio otro por aquí cerca aún lo mantienen con la ley seca ¿Oh me equivocó?

Rodulphus dejó de reír y le dirigió una mirada llena de odio

-Traidor -refunfuñó

Lucius les había dejado de prestar atención y seguía metido en sus problemáticos pensamientos acerca de un licántropo que muy posiblemente a ese tiempo tenía nueva pareja.

 

A sus 16 años Remus Lupin tan solo había recibido dos confesiones de amor por parte de una chica y un chico; la primera había sido en su tercer año, un chico de su mismo año lo había estado "espiando" en la biblioteca y de la nada se había tomado el atrevimiento de sentarse en su mesa; Remus no lo tomo a mal y lo dejo ser; pero un día ese mismo chico le había pedido hablar con él; lo había llevado a un pasillo poco transitado y se le había declarado. Remus había prestado atención en su físico y era de muy buen ver pero por miedo a su condición y muchos más factores con su personalidad le rechazó.

Y la segunda era esa chica de Ravenclaw llamada Beatrice Callen, que se le confesó antes de las vacaciones navideñas; la chica era bonita pero Remus no podía verla con esa clase de interés; mucho menos estando ya emparejado. La rechazó de la manera más amable posible; pero la chica antes de aceptar su respuesta le había pedido tan solo un beso; el cual no había querido darle pero en su mente había surgido la duda de saber si podría hacerlo, ¿Estaba mal utilizar a una persona? Claro, pero su curiosidad pudo ante su moral y así lo hizo, la beso y no sintió mucho agobio como creyó.   Había creído que los peores síntomas de un rechazo los llevaba la bestia pero en ese momento no sintió más que un dolor en su pecho; un dolor soportable.

-¿Será por los años que han pasado? -Le preguntó a la nada

Su mente no encontraba una razón y la verdad no quería seguir pensando en su mate; así que alejo el tema de su mente y se concentró en caminar por el pasadizo que lo conducía hacia la vieja casa de los gritos.   Por fin había llegado la luna llena y estaba algo emocionado de por fin compartir una noche tranquila con sus mejores amigos.

Sirius y el habían tenido que mentir con respecto a la poción que tenía que beber en unos minutos; aún recordaba la reacción de James cuando se había negado a darle el nombre de el maestro en pociones que se la había proporcionado.

-¡Te haz puesto a pensar que esa cosa puede ser un veneno! -James no sabia que la poción ya había sido probada, pues el chico se sentiría excluido y Remus no quería hacerlo sentir mal

-No creo que sea el caso cornamenta -Razonó el heredero Black -Es amigo de Lunático

-¿Amigo? ¿Y por qué no quiere que le conozcamos? -Preguntó el de gafas

-Si Rems, si es tu amigo ¿por qué no lo conocemos? -Preguntó Peter

-Porque no quiere que su identidad sea conocida, chicos por favor confiad en mi -Suplico el licántropo    -Yo ya lo hago -Dijo con convicción Sirius

-Algo me huele mal Lunático -James soltó un suspiro -Si llego a ver cualquier cosa que vaya mal te juro que entrare a tu mente y conseguiré el nombre y lo mataré con mis propias manos

-Y yo le ayudaré -Confirmó Peter -No dejaremos que esa sabandija te haga daño

Remus les agradeció de todo corazón  Habían acordado que los tres ellos, Sirius, James y Peter llegarían antes a la casa y que estarían ya en su forma animaga en la habitación del al lado a la que él usaba para su transformación, por si surgía algún inconveniente

Al llegar a la casa respiro profundo y se quitó las telarañas que se le habían quedado en la cabeza.   Se metió a su habitación y empezó a quitarse su uniforme y ponerse su ya acostumbrada bata, minutos antes de que la luna se presentará completamente llena en el oscuro cielo se tomó la poción con horrible sabor y espero.

Mientras pasaba su metamorfosis su mente pudo notar las diferencias desde la primera vez que había tomado la poción, el dolor menguaba con cada transformación; podía escuchar sus huesos quebrarse y acomodarse a su nueva forma pero solo percibía un fuerte cosquilleo

La transformación duró menos de lo esperado y ya en su forma lobuna salió de la casa hacia el patio trasero de esta; poco después tres animales salieron igual, un siervo con unas grandes astas y un perro negro de gran tamaño con una rata gris en su lomo

El siervo se quedó parado viendo al gran lobo frente a él esperando alguna señal de consentimiento para acercarse como ya era costumbre entre ellos; habían habido ocasiones en las cuales el lobo terminaba con muy mal humor debido a la transformación y necesitaba unas cuantas horas para jugar con sus amigos

El perro en cambio se lanzó sin miramientos hacia su amigo peludo y el lobo lo recibió entre mordiscos amistosos.

El siervo se sorprendió pero al poco tiempo hizo lo mismo

La rata se había lanzado hacia la casa y parecía no salir por el arrebato del perro.

Poco después los cuatros empezaron a correr hacia el bosque y se pasaron la noche en medio de juegos.

Los merodeadores jamás habían pasado una noche tan tranquila con la que estaban viviendo en ese preciso instante.

Y la disfrutaron hasta decir ya no

En la mente de Remus por momentos se paseaba el recuerdo de su mate y una fuerte lujuria trataba de atacarlo pero el evadía a toda costa el pensamiento así que seguía en su faena con sus amigos

La noche concluyó sin ningún problema y los cuatro merodeadores regresaron al castillo muy cansados y con más ganas de dormir que comer. 

 


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