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Una Segunda Oportunidad por Lucifer_2118

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En el colegió Hogwarts había todo tipo de rumores. Historias fantásticas y uno que otro chisme mal infundado, unos decían que si te metías al salón abandonado del quinto piso y te parabas frente a un espejo con apariencia de haber estado abandonado por años, este te mostraría tu mayor deseo. Otros en cambio decían que ese espejo nunca había existido y que todo era un velo para que las parejas tuvieran “privacidad”
 
Pero los rumores más comunes eran los que rondaban al heredero de la ancestral casa Black. Del chico se decía que era un Playboy cara dura, que se metía con las bellezas más puras del colegio, que salía con ellos por unos días y luego los botaba como si fuesen un trapo sucio, otros decían que el tipo era el mejor amante que te podías topar a pesar de sus cortos 16 años, el joven era una maravilla en la cama
 
Las parejas que había tenido una oportunidad con él decían que no les importaba haber sido solo un panzón, ellos le agradecían a Merlin el haberles permitido estar con el chico
 
Y cuando se le preguntaba al joven Black si lo que decían de él era verdadero, él solamente les dedicaba su sonrisa marca Black y cambiaba de tema sin negarse o afirmar nada
 
Sus amigos más cercanos ya estaban acostumbrados a ser interrumpidos de vez en cuando solo para tratar de llamar la atención de Sirius. Por eso a James no le molesto tener que esperar a canuto mientras esté hablaba con un par de chicas que hace poco lo habían detenido. A él en ocasiones le sucedía lo mismo aunque muy pocas veces la verdad, pues todo el colegio sabía que él solo tenía ojos para Lily Evans. La charla no duró mucho y pronto su amigo le alcanzó.
 
-¿Qué? ¿Nueva conquista canuto?
 
-Me invitó a tener una charla cordial con ella esta noche en un salón privado -Se burló el chico.
 
-Menudo sin vergüenza -Soltó una pequeña carcajada tras su comentario, le paso su brazo por el hombro de su amigo -Por ocasiones si me creo los rumores con esa actitud tuya, el gran Casanova Sirius Black -Decía mientras fijaba su vista en un punto indefinido del corredor por el que caminaban y extendía su mano libre en el aire como si tras su mano apareciera escrito lo que decía. 
 
Sirius solo se soltó a reír fuertemente, los rumores de él crecían como espuma y no le molestaba en lo absoluto que la gente hablara y creyera lo que quisiera no le podía importar menos.
 
Llegaron al comedor y tomaron asiento junto a Remus el cual ya estaba comiendo un buen trozo de carne. Mientras comían hablaban de temas triviales aunque las tareas que Remus les mencionaba no eran tan triviales que se diga. Les regañaba por dejar todo de último y ellos solo ponían ojos de cachorro rogándole que les prestara sus apuntes para no tener que ser castigados. 
 
Cuando por fin consiguieron el si de lunático Sirius por fin se relajó y procedió a comerse una buena porción de pastel de chocolate el favorito de Remus, estaba por llevarse el primer bocado a la boca cuando de repente sintió que su pierna izquierda era apretada con gran fuerza, dirigió su mirada al causante de esto el cual era James pero su amigo no le miraba a él, miraba fijamente hacia al frente y con un gran odio que hasta su cara estaba adquiriendo un tono rojizo de tanto tensar su mandíbula, rápidamente buscó la causa del enfado de su amigo y no tardó en encontrarla al otro lado del comedor específicamente en la mesa de las serpientes estaba Snivellus con una sonrisa que para él le parecía terrorífica, estaba provocando de una forma muy descarada a James. 
 
-Cornamenta cálmate que me vas arrancar la maldita pierna si sigues así -Le tomó la mano y se la alejó lo más que pudo.
 
-Mierda -Este sólo resoplo -Vez como ese imbécil se burla dé nosotros.
 
-Ya nos vamos encargar de él -Razonó. Sirius aún seguía un poco perturbado con la osadía del Slytherin al mencionar a sus padres, estaba seguro que él sabía de sus problemas mediante Regulus. 
 
-Te juro que haré que pase una maldita semana en la enfermería -No importaba si lo descubrían y fuera castigado pero se tenía que vengar del grasiento de Snivellus. 
 
-¿Qué tienes pensado?
 
-Le vamos a dejar en paz un tiempo y cuando baje la guardia le atacaremos y le daremos la paliza de su vida. 
 
-Bueno...Nunca lo hemos golpeado como para matarlo... Solo le hacemos pequeños hechizos o lo bañamos en mocos de trolls.
 
-¿Qué? ¡Ya no te importa la humillación que te hizo pasar en la clase de posiciones! . -Trato que su voz no fuera muy alta pues sabía que Remus no estaría de cuerdo en sus planes.
 
-Si me importa pero no es para que quiera dejarlo medio muerto. - La verdad esa idea le ponía mal.
 
-Vamos canuto no lo vamos a matar tampoco quiero pisar Azkaban solo le recordaremos cual es su lugar. -Necesitaba de Sirius pues no creía poder solo con Snape. 
 
-No lo se James... sabes que no puedo perder un año. -No quería seguir con el tema, aborrecía mencionar a sus progenitores.
 
-¿De que hablan con tanto secreto?. - Peter los había estado observado como estos querían no ser escuchados. Remus al escuchar la pregunta de su redondo amigo volteó a ver a sus otros dos revoltosos amigos.
 
-De nada pet, aquí Sirius contándome de su última conquista.
 
Y ahí quedó olvidado el tema por el momento pues cuando se encontraba a solas con Sirius trataba de convencerlo para que le ayudara con lo de Snivellus. Sirius no quería llegar a tanto pues sabía que Snape nunca les había hecho nada realmente y no quería golpearlo así porque si. No sabía el porqué pero tampoco quería averiguarlo. 
 
La chica que le había pedido una cita pertenencia a Ravenclaw era de su mismo año y tenía una belleza despampanante y en dos semanas había tenido varios encuentros con ella los cuales había disfrutado hasta más no poder. 
 
Esa noche habían quedado, por esa razón se encontraba tomando una ducha, no quería ir todo apestoso cuando su “amante” se toma el tiempo para estar lista para él. Al terminar con su tarea de limpieza tomó lo primero que vio en su guardarropa se cambió y buscó el mapa del merodeador y la capa de invisibilidad de James y salió rumbo a la torre oeste esquivando a los maestros y perfectos que hacían sus rondas de vigilancia. 
 
 
Alessia, como se llamaba su nueva conquista le había llevado a ese salón en desuso el cual había descubierto por accidente. El lugar era perfecto para encuentros amorosos y era extraño que él no lo hubiese encontrado en todos esos años. 
 
 
Al entrar a la habitación se percató que habían grandes cambios y uno de ellos era el sillón de cuero negro que estaba en medio de la habitación, una pequeña mesa donde reposaban unas cuantas botellas de licor.
 
 
-Pero que mierda -No tardó mucho en entender que esa habitación sería ocupada por alguien más y entró en pánico pues por la clase de licor pensó que se trataría de algún profesor. De repente sintió que la puerta sería abierta y se fue a una esquina lo más callado posible. Nunca espero que fuera la maldita serpiente albina la que entrara a ese salón.
 
De todas las personas que podían entrar en ese salón tenía que ser la que peor le caía “Menuda suerte la mía” fueron sus pensamientos, con mucho cuidado de no hacer ningún tipo de ruido se trato de sentar por lo que veía, la serpiente albina no pensaba irse rápido y no creía poder soportar estar de pie todo el rato. Cuando cumplió su objetivo con éxito observó al Slytherin que se había acercado a las botellas con alcohol y se servía una copa por su expresión no había notado que alguien más estaba ahí, así que se relajó lo más que pudo ahí todo arrinconado. 
 
Solo esperaba que no apareciera su prima Narcissa porque realmente no quería verlos follar, se tiraría de la Torre de astronomía si eso pasaba. Pasaron los minutos y nadie aparecía a Malfoy lo notaba un poco impaciente pues no dejaba de mover uno de sus pies produciendo un molesto ruido el cual lo tenía ya frustrado, quería irse de ahí pero no podía. Lo que también había notado es que Alessia tampoco había aparecido, quizás ella había tenido la suerte de ver entrar al chico de cabellera rubia y había huido de la escena. 
 
Ya sentía que una de sus piernas le hormigueaba por estar en la misma posición más de 20 minutos, intentó estirarla en completo silencio cuando de repente la puerta fue abierta y Snape entraba al salón. Sirius estaba atónito no podía creer lo que veía ¿Por qué Snape se encontraba en ese salón con Malfoy? ¿Malfoy estaba engañando a su prima con el idiota de Snivellus? ¿Por qué la idea de Malfoy y Snivellus le hacía sentir arcadas? ¿Por qué quería salir corriendo de ese lugar?.
 
Estaba tan metido en sus retorcidos pensamientos que cuando volvió a fijar su vista en Snivellus casi se va de espaldas al ver que Malfoy lo tenía pegado a él. Y que después le empezaba besar el cuello y apretar su trasero pero lo que más le asombraba era que Snape se dejaba tocar tan fácilmente.
 
Después de ver con Malfoy transfiguraba el sillón en una cama apartó la vista, no quería ver a ese par mientras follaban, los gemidos de Snape le tenían la cara completamente roja y aunque no se podía ver él lo sabía, sus ojeras estaban calientes de la vergüenza de presenciar ese acto. 
 
De repente sintió un gran escalofrío al escuchar como Snape le rogaba a Malfoy para que le diera más duro, no pudo aguantar y levantó la mirada lo que vio le hizo jadear de la impresión pero gracias a los sonidos que reproducían la pareja sobre la cama no se percataron de su error. Snape parecía otra persona una muy distinta a la que él había visto todos esos años, el chico que en ese momento estaba teniendo sexo con Malfoy se le hacía realmente sexy a tal punto de producirle una erección. 
 
Cuando empezó a sentir la gran incomodidad de su entrepierna desvió la mirada y la fijó en el piso, no quería seguir viendo “¡Es Snivellus! ¡Sirius contrólate!” Se regaño y trato de pensar en otras cosas como la tarea dé pociones que tenía que entregar en unas horas y la cual aún no había terminado, pero su sentido del oído no le dejaba apartar su mente, los gemidos eran una tortura para el merodeador sumándole el agobio de su erección no atendida. 
 
Cuando por fin todo quedó en silencio y la pareja se empezó a vestir empezó a sentir un gran alivio pues no creía que los dos Slytherin fueran del tipo que se quedaban en la cama a charlar, el que terminó primero fue Snape y estaba por irse cuando Malfoy lo detuvo.
 
Mencionaron a un muggle que le arruinaba la vida a Snivellus y otro miembro en su círculo ¿Ese sería Regulus? No podía pensar en alguien más pues eran muy escasas las personas que se acercaban a Snivellus. 
 
Luego de eso las dudas que Sirius había tenido sobre la participación de los Malfoy’s en la secta de sangre puras quedaron resueltas. Lo que sí le sorprendió fue que Snivellus no aceptara unirse a ellos, pues él estaba seguro que ya era parte de ellos o había tenido la duda. Cuando estos se fueron y le dejaron solo casi sale corriendo de ese lugar.
 
Necesitaba resolver un no muy pequeño problema en sus pantalones y no pensaba hacerlo en esa habitación, camino lo más rápido que pudo y se fue rumbo a los baños que más cerca podían estar. Cuando ya estaba seguro, bajo su cierre y libero su miembro empalmado, pudo notar que su ropa interior tenía unas manchas de humedad a causa de su líquido preseminal, tomó su dureza y empezó a masajear sin delicadeza necesitaba acabar rápido con eso pues entre más lo pensaba más mal se sentía, cuando estaba por correrse la imagen de Snape pidiendo más fue lo que apareció y ni un segundo más tardó en dejar salir una gran carga de semen. 
 
-N...No puede ser. - Su respiración estaba agitada y su mano manchada.
 
Cuando su respiración se reguló buscó lavarse las manos, arregló su vestimenta y salió a paso rápido del baño, cuando llegó a su habitación guardó la capa y el mapa en el baúl de James y luego solo se tiró a su cama con todo y zapatos puestos se cubrió con la sábana y trato de dormir de inmediato, no quería pensar en los sucesos ocurridos hace un par de minutos. 
 
 
 

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