Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shion De Aries por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Mis terrones de azúcar, hoy es el cumpleaños de mi terrón de azúcar aries_chanmimi, as que felicitenla y espero que te guste el pequeño detalle que te dejo por este medio, disfruta tu día y de nuevo te cantare la canción de la familia terrón de azúcar.

A veces ahí días en donde el patriarca no tiene ni siquiera oportunidad de ver el sol salir ni ocultarse, pues se la pasa encerrado, trabajando, tratando de ponerse al día en todo el papeleo retrasado que tiene.

Trece años en que existió mucho descuido, y uno donde Atena intento hacer algo, pero… No es su fuerte.

Así que al momento que los dorados revivieron, junto con el patriarca y Kanon.

Ella muy amablemente le pidió si se podía seguir haciendo cargo del puesto de patriarca, y obvio nuestro borrego antiguo acepto gustoso, pues feliz de ver a su muy querido “Amigo” y su alumno favorito, le traía una gran energía en su corazón.

La cual se fue con Hades de nuevo, al ver montones de papelea acumulados, pero no es de los que se dan por vencidos por pequeñeces.

Decidido tomo rápido cartas en el asunto, comenzando a organizarse y leer cada pergamino, papel, lo que sea con tal de tener por fin todo armado para ser tratada cada petición y misión nueva.

Y aun pasado un mes apenas está viendo el final del camino.

Dándose tiempo de poder pensar un poco en la vida, en sus planes, en una propuesta que esperó más de dos siglos en por fin poder escucharla.

Pensar en tantas cosas a veces le molesta, pero le saca una sonrisa que muchas cosas han cambiado ahora para bien.

Sin guerras, sin muertes, sin miedos más allá de no cumplir las misiones y sobrevivir, pero sabe que sus dorados tienen la capacidad de hacer eso y más.

Por eso no teme tanto, aunque… Ahora no sabe cómo sentirse con respecto a tantos sentimientos revueltos en su corazón.

No mal intentan, el amor sentimental de Shion, aquel que lo hace vibrar de una forma única, siempre será solo de Dohko, ese amor que creyó imposible en alguna época, pero que ahora parece volverse verdad, solo no sabe cómo reaccionar.

Es demasiado tímido y torpe en estos temas, cosa rara al tratarse del pontífice, pero todos tenemos nuestros puntos débiles después de todo.

Pensaría seriamente en cada posibilidad, ahora solo desea relajarse algo.

Decidió ordenar un poco un viejo estante del cual no ha tocado desde que revivió o más bien desde que murió… Aunque no esta tan desgastado, fue utilizado para guardar viejos libros y pergaminos que parecen desafiar el equilibrio como están colocados.

Sonrió, le gusta sentirse activo, tendrá la experiencia de casi tres siglos, pero tiene la vitalidad y cuerpo de un joven hombre de dieciocho años, es muy raro aparentar ser mucho más joven que esos niños que vio crecer, pero ¿Qué se le puede hacer?

De a poco, mueve algunos pergaminos, obviamente comenzando a caer pues se habían acomodado de una forma desordenada para que se mantuvieran arriba.

No le importaría darles un orden después, prefiere continuar.

Va dejando cada objetó en la mesa cercana, necesita algo de aseo esa área, se la dará sin duda.

Tantos recuerdos vuelan a su mente, libros que no pudo leer, misiones que daría después y nunca lo hizo, sería malo seguir removiendo solo lo que no se dio.

Así que sigue, hasta que en uno de los estantes superiores, divisa un libro en específico que no se ve la portada por como esta colocado de forma horizontal, llamándole la atención, así que decidió tomarlo.

Curioso que nadie lo retirara del lugar al saber de qué se trataba.

-Un libro de cuentos para dormir- Dejo escapar esas palabras, con cierta curiosidad, lo abrió, hojeándolo.

Parece como si no recordara cuando fue la última vez que leyó uno de estos cuentos.

-Ja, ja,- Le parecía curioso, ver esas historias que en algún punto llego a leer, en esos momentos que estaba desocupado, que dedicaba algún tiempo a los pequeños niños a su cuidado.

Para el momento de estar junto a él, pudiera calmarlos, contándoles historias, aunque en realidad no era bueno para inventarlas de improvisación, por eso mejor tener un libro para leerlas.

-Este era el favorito de Milo- Reconoció su propia letra, que en efecto al pie de la página está el nombre del escorpión dorado –Siempre quería ver los dibujos y casi me arrebataba el libro para hacerlo.

Pequeños recuerdos de esos niños.

-Cuando Aldebarán lloraba porque Death lo molestaba… Esta historia le hacía sentirse mucho mejor- Recuerdos vienen a su mente, haciendo que su sonrisa se volviera un poco más tenue.

No sería propio del patriarca sentarse en el suelo, pero lo hizo, sin dejar de ver ese pequeño cuento algo desgastado que le trae recuerdos de todos sus pequeños.

-Con este Camus aprendió a leer- Cerro sus ojos recordando las pocas veces que lo leyó, ya que el pequeño acuario quería hacerlo por sí mismo.

-Aioros tuvo que aprender este de memoria, ya que Aioria quería que se lo narrara cada noche- Varios detalles hermosos de aquellas tiernas infancias las cuales jamás volverán.

-Cuando alguien necesitaba uno para dormir- Dicto esas mismas palabras, como si en su mente algo hiciera una conexión instantánea.

De inmediato regreso a las primeras páginas, para encontrarse con el que fue más significativo de todos, no es que los demás no lo sea, es solo que este… Era el preferido de su pequeño aprendiz.

Se lo leyó tantas veces, que ya solo usaba el libro para actuar, porque no lo necesitaba, sabia esa historia al derecho y al revés.

¿Cuantas veces la pronuncio?

La sonrisa de Mu al verlo junto a él, leyéndole para que tuviera dulces sueños.

Puede que Aries ya no lo recordara, pues era muy pequeño, pero Shion si lo hacía.

Todas las caritas de sus pequeños dorados las tiene presentes, pero la del pelilila es la más latente.

Todo porque a veces al ir al Jamir en no regresar en mucho tiempo, podía consentirlo un poco.

Aun siendo muy pequeño para entrenarlo, pero se había encariñado demasiado rápido con él, además que los demás niños tenían asignados algún caballero de plata como cuidador al momento en que no estaba presente el pontífice.

Recuerdos tan gratos inundan su mente, tan solo al tocar la hoja, como si sintiera que aun alguien la necesite para poder dormir.

-Mu, recuerdo… Como te asustaba quedarte en la oscuridad…- Sonrió con una pequeña lagrima deslizándose de sus ojos.

-Querías que me quedara contigo hasta que durmieras y yo terminaba dormido antes de que tú lo hicieras- Le daba cierta gracia pensar en eso.

Su cuerpo marcado por los años en aquel entonces, obviamente no soportaba tanto cansancio ya en la noche.

Aun así logro mantenerle el paso a todos los pequeños de esa época.

-Recuero tantas cosas- Suspiro, recargando su espalda en la pared cercana, doblando sus rodillas, apoyando en ellas el pequeño libro de cuentos, no dejaba de mirarlo fijamente.

-Tu comida favorita los momos de frutos rojos, como los míos-

-Te encantaba hacer aparecer y desaparecer cosas con tu telequinesis al ser apenas un bebe de meses-

-La oscuridad fue algo que lograste superar a corta edad, aunque fue porque yo te obligue mas bien- Parece que algo le molesta –Tuve que decirte que un caballero dorado no podía permitirse a tener miedos tan absurdos- Se queda callado por un momento –Fui muy duro contigo, pero era necesario-

-Sabes, ya no lo recuerdas y no te lo diré, pero tu primera palabra fue mamá y me la dijiste mí… Ay… Me gusto escucharte, aunque soy más un papá- Sonrió algo sonrojado en pensar ese instante.

En donde puede darse cuenta que durante un año no saco de su error al niño, hasta que no podía permitir que lo digiera delante de los otros aprendices, y lo reprendió fuertemente con decirle que no era propio hablarle de esa forma si no… Maestro.

-Demasiado tranquilo, te podías entretener con cualquier cosa, varias veces te quedabas a mi lado poco antes de iniciar tu entrenamiento y con hojas viejas de papel que no necesitaba, las doblabas hasta hacer alguna figura que solo tu reconocías- Sus cuarzos se fijan en algún punto del recinto, como si pudiera verse a sí mismo y a un pequeño Mu.

-Era feliz verte crecer, pero…- Aprieta su labio, casi mordiéndoselo, por los recuerdos que tuvo que seguir remontando –No podía durar siempre así-

-Necesitaba prepararte, las estrellas me habían indicado que todos ustedes serian dignos caballeros dorados, para portar las armaduras de mayor rango, debía entrenarte con mano dura- Frunce el ceño, sintiendo posiblemente algún sentimiento desagradable.

-Me odie tanto al hacerlo, pero debía endurecer mi corazón-

-Entrenarte desde el amanecer, hasta que el atardecer cayera-

-Sé que fui muy duro contigo, tus lagrimas cayeron siempre, me rompía el alma verte así, pero no debía ablandarme ante tu rostro, de un niño lastimado-

-Si no era capaz de hacerte fuerte, de que tu cosmos pudiera incrementarse, que tu cuerpo no se entrenará para resistir la cruda realidad de la guerra santa-

-Mu, yo la viví… Es un evento que no sabes si sobrevivirás… No quería que murieras, por eso deseaba tanto que explotaras todo tu potencial al máximo-

-Temía tanto… En pensar que… No lograras… Al ser Aries en un ataque al santuario eres la primera defensa… La primera en que debe ser destruida, para continuar en donde la mayoría estarán… Tu deber es… No permitir que pasen aun constándote la vida-

-Eso es lo que se siente cuando deseas proteger a alguien… Que amas con este sentimiento paternal-

-Cada entrenamiento, regaño, castigo, fue para forjarte… Sé que no fue la mejor forma, te cause muchas herías…- Resoplo, sus lágrimas por fin las ha dejado caer, tantos años en que las guardo, mostrando un lado más sensible que lo que deja ver a los demás –Atena… Creo que hice un buen trabajo con Mu, pero su sufrimiento es de lo único que yo me arrepiento a ver provocado-

Al conocer los estragos de la guerra santa, odiaba pensar que su aprendiz no fuera capaza de sobrevivir, por eso no podía dejarse llevar por sus propias emociones, solo entrenarlo con mano dura.

Pero todo rindió frutos, volviéndose un caballero digno de ser su sucesor, Shion se sintió tan orgulloso al verlo portar Aries.

Aunque aún recuerda que eso duro muy poco, pues su muerte sucedió al poco tiempo.

-No me imagino que debiste sentir al saber que ya no estaba contigo… Quiero imaginar que por lo menos me gane tu cariño como tu maestro, pero sabes… Dohko me dijo que al momento de informarle lo ocurrido esa noche…- Sonrió abrazando el libro contra su pecho, llorando sin hacer mucho ruido –Derramaste un sinfín de lágrimas, ambos dejaron escapar su dolor por mi muerte… No fue la gran cosa… Creo que es lo que debía pasar, solo lamento haberles causado tanto dolor-

Suspira, no deseaba pensar en esa noche, tampoco culparía a Saga de todo, en cierta forma el patriarca se siente responsable por no haberlo ayudado, al momento de sentir oscuridad en su corazón, debió haber previsto cualquier cosa, Saga también merecía se protegido, sin importar el portar una armadura, seguía siendo uno de sus niños mayores.

Pero ahora los arrepentimientos no cuentan, no se puede cambiar el pasado, es algo que ya ocurrió y no se puede mover, sin embargo nada impide que el presente sea mejor, intentara hacer un trabajo más adecuado, aunque ahora ya no necesiten ser tan cuidados, quiere ser alguien en que logren confiar.

-Tu rostro consternado al verme vestir la Sapuri, jamás la podre olvidar, pero… No sabes lo orgulloso que me sentí al verte, tan alto, valiente caballero de Aries, lograste lo que siempre desee para ti-

No son lágrimas lo que sale de los ojos rosas del patriarca, si no orgullo líquido.

-Me dolió herirte en esta ocasión, pero… No te quería lastimar… O no lo planeaba hacer… No quería hacerlo, pero que te revelaste por proteger Atena… Bien hecho mi pequeño Mu-

Palabras que dedica en su soledad, que jamás dirá ante nadie, las va a guardar solo para él.

Sonríe y suspira, mira ese libro tan valioso, pero sabe que ya no puede ser suyo, ya no tiene a nadie a quien leérselo.

-Ahora tienes a tu propio alumno, y no puedo creerlo, es tan fuerte, y su cosmos es poderoso…-

-Has hecho un gran trabajo, y lo haces con un gran amor, muy diferente a mí-

-Cada quien debe tener su método de enseñanza-

-No puede ser igual al mío, como yo no lo hice igual que mi maestro Hakurei-

Se levanta con pesadez del suelo, sosteniendo el libro de cuentos para dormir, sonríe, sabiendo que ahora debe estar en otras manos.

Mira el pequeño desastre que el mismo comenzó, pero no lo va a arreglar ahora, lo haría después.

Solo por este día dejara todo su trabajo a medias, después de todo, no pasara nada, ya tiene casi todo terminado.

Decidió mejor dirigir sus pasos templo abajo, puede que tenga una idea en mente, para dar un pequeño regalo, no será tan nuevo, ya es algo gastado, pero… Desea dárselo a alguien que lo apreciara mucho.

-Podría preparar algo de comer en Aries, sé que a Mu no le molestará, le diré a Dohko si quiere ir conmigo…- Sus mejilla se sonrojan al pensar en Libra –Espero que esto le guste a Kiki-

Su rostro un poco sonrojado, sus ojos demuestran algo de lágrimas aun, pero las va a limpiar en su camino a los templos destinados, para hacer lo que ha planeado.

Shion va a recuperar el tiempo perdido con su alumno, con su mejor amigo, que sin duda aceptará lo que le ha propuesto, además de familiarizarse con el pequeño Lemuriano.

Sonríe por que ahora puede hacerlo en paz, reirá ya que no debe estar siempre debajo de la máscara patriarcal.

Disfrutara lo que le queda de tiempo en esta tierra, vivirá aun como el patriarca, pero sin el temor de perder a quienes ama.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Hoy vengo a darles una pequeña continuación del libro de los One Shot de Shion, así los tratare a todos los One Shot, con excepción de lo de Atlas que en ese si es un fic. 

Pero bueno, espero que les guste y tratare de hacer cositas así, en donde Shion hable de sus niños, su punto de vista de cada uno, con algún recuerdo objeto, palabra, o sea algo que dispare su memoria. 

Mas ahora, vamos a cantarle la canción a nuestro terrón cumpleaños. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades aries_chanmimi tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades aries_chanmimi tu cumpleaños si que si.

Espero que te guste mucho este capitulo, disfrutarlo mucho y compártelo con tus hermanitos terrones. 

Mucas gracias a todos mis terrones de azúcar, por apoyarme, sus bellos comentarios, sus votos, todo, en verdad son los mejores del mundo, los quiero mucho.

Todos tienen un espacio especial en mi corazón, que nunca logran sacar.

Ahora me debo despedir, pero... Mañana nos vemos mis terrones de azúcar.

Los quiero, cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y manténgase a salvo. 

Ammu se va. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).