Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto y Aparte por Mascayeta

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Scorpius cerró el libro para agradecer por la clase particular al profesor Neville. Desde que notó su interés por las pócimas se dio cuenta que eran necesarias otras asignaturas para poder obtener los mejores resultados.
 
Por un momento extrañó el texto del Príncipe Mestizo que le regaló Albus y que por soberbia lo abandonó en la antigua alcoba que compartían. 
 
Sacudió la cabeza y siguió rumbo al salón de Artes Oscuras, quería sacar el mejor promedio en los T.I.M.O, por eso evitó cualquier enfrentamientos con Rose y Salma una vez retornaron los tres a las clases.
 
La pelirroja por su parte llegó en una actitud que desconcertó a los que creían que se disculparía, por  el contrario, sus ataques fueron selectivos en contra de los que consideraba amigos o seguidores de Malfoy, además de mover muy bien sus fichas para ser nombrada como precepto de Gryffindor, el día que irrumpió en el baño destinado para el grupo se lo dejó claro, el que fuese vencida en la primera batalla no implicaba que perdería la guerra.
 
Las palabras de Albus señalando que estaba loca porque al fin alguien la rechazó, incitaron a Granger a anunciarles que los cambios vendrían después de Navidad, una amenaza para él y para aquellos que se llamaban "sangre limpia".
 
El ruido de los pasos de quien desde hacía días lo seguía le desviaron de sus pensamientos para entrar a uno de los pasillos y poder dar con  la persona que sin lugar a dudas era de los seguidores de Rose, se sorprendió cuando descubrió la identidad del acosador.
 
Pasando su brazo por el cuello del menor le apuntó en el rostro con su varita.
 
—¿Que quieres Hugo?
 
Scorpius percibió el miedo en el muchacho, su cuerpo temblaba junto con el tartamudeo en la frase que suplicaba no hacerle daño.
 
—Si te suelto ¿me atacarás?
 
El chico negó con la cabeza siendo liberado por el rubio que tan pronto vio se había recuperado le instó a hablar.
 
La historia del menor de los Granger-Weasley se resumía en la recomendación que le hizo su padre una vez estuviese en Hogwarts, así como pedirle un favor para las vacaciones de fin de año.
 
Favor que Draco quiso negar de inmediato cuando lo vio arribar a la Mansión Malfoy con el hermano de quien le hacía la vida imposible.
 
Scorpius pidió a Hugo bajar las maletas en lo que el hablaba con su padre.
 
El joven invitado asintió sabiendo que debió medir las consecuencias de lo sugerido por Ron Weasley, pero la verdad es que ese año en particular, lo que menos quería era estar en la Madriguera celebrando con sus padres que actuarían para mantener la mentira de que su hogar era perfecto.
 
—¿Que hace un Weasley en mi casa?
 
La voz de Narcisa Malfoy heló a Hugo haciéndole perder el habla en lo que bajó la cabeza y colocaba sus manos detrás de él si saber que responder.
 
—Es nuestro invitado especial abuela —contestó Scorpius justo antes de que Weasley muriera de un ataque cardíaco.
—Bu...buenas tardes señora Malfoy —susurró el pelirrojo.
 
Narcisa examinó al chiquillo de trece años delante de ella, parecía un conejo asustado próximo a perder frente a un lobo. Sonrió por el gusto de molestarlo, su nieto rodó los ojos sabiendo que lo único que quería era divertirse un poco.
 
—Llévalo al sótano, en la habitación de tortura. Gracias por el regalo.
—¡¿Qué?! ¡Por favor, si quiere me voy!
 
La carcajada de Scorpius y ver al señor Draco riendo hizo que se ruborizara, pidiendo de inmediato disculpas por su actuación.
 
—Te pareces demasiado a tu abuelo —dijo con el gesto que la caracterizaba—, espero que no estés cerca de mi en los siguientes días, odio a los mestizos.
—Menos a Snape y a Voldemort —la frase se resbaló inconsciente de la mente de Hugo a sus labios.
 
La mujer dio vuelta y observó a su nieto, la cara de súplica la obligó a seguir sin pronunciar palabra, en la puerta de la mansion dio órdenes precisas al elfo doméstico Zamir quien acató lo dicho por su ama de manera presta indicando al joven Weasley que le siguiera.
Scorpius respiró tranquilo, esos días iban a ser bastante interesantes.
 
Mientras Hugo se acomodaba en la habitación que Narcisa le destinó, Molly Weasley no comprendía lo que Ronald contaba con respecto al menor de la tercera generación de la familia.
 
La mujer se destacaba por ser afable y bastante dedicada al hogar, pero era observadora y sospechaba desde hacia meses que la relación matrimonial de su hijo se deterioraba.
 
—¿Cuando llegan Rose y Hermione? —Ron alzó los hombros para indicar que no sabía.
 
El pelirrojo miró a su madre y con vergüenza habló de corazón sobre la realidad de su vida marital desde el incidente con la Bebida de la Desesperación.
 
Esa tarde cuando regresaron de Hogwarts la discusión con su esposa por el comportamiento de Rose se salió de las manos, los reproches y la falta de confianza de Hermione le fastidiaron al extremo de echarle en cara a la castaña el descuido en que mantenía a sus hijos, prácticamente él los crió en su ausencia  y búsqueda de reconocimiento en el mundo mágico. 
 
De allí que él prefirió cambiar su  puesto de Auror por el de comerciante, procuró apoyarla en el proyecto de vida que se marcó como bruja, pero por lo visto para ella nada era suficiente. Por eso, cuando le habló de que administraba la sucursal del mundo muggle, la rabia de la Ministra comenzó a fracturar irremediablemente su relación.
 
Con tristeza Molly abrazó al pelirrojo, pocas veces había visto a Ronald oponerse Granger, y eso era una muestra del respeto que tenía por ella, pero también sabía que tarde o temprano su carácter iba a imponerse por amor a sus hijos.
 
—¿Qué sucedió con Hugo?
—Le dije que buscará apoyo en Scorpius Malfoy —Molly lo separó extrañada por la respuesta—. El chico es bueno, merece un amigo desinteresado...
—Tiene a Albus, además Narcisa nos odia.
—El mundo cambió madre y nosotros nos hemos anquilosado —ya había hablado lo suficiente, así que reconocer sus actividades alternas no sería sino la cereza en el pastel—. Soy inversionista en la bolsa muggle junto con Draco.
 
Eso sí no se lo esperaba, hasta que lo hiciera con Harry era creible, pero con ¿Draco Malfoy?
 
—Con las idas de Scorpius a la casa en las vacaciones, comencé a compartir con él, nos dimos cuenta de que teníamos una visión similar en lo que era avanzar al futuro y una cosa llevó a otra.
 
Molly abrió la boca, pero antes de hacer la pregunta Ron la negó.
 
—Al principio fue para mejorar nuestro nivel de vida, pero cuando empecé a ver los objetos que Rose escondía en su alcoba, a escuchar lo despectivo de sus comentarios y la arrogancia con todo aquel que no le daba un beneficio económico o de escala social, oculte lo que hacía.
 
La algarabía en el corredor marcó la llegada de los demás miembros de la familia, la conversación seguiría en otro momento, o quizás nunca, pero lo cierto es que Molly sintió que no conocían en realidad lo que pasaba con los que le rodeaban, sin embargo, tenía un rol que cumplir y así no fuese tan satisfactorio como en ocasiones anteriores, ella debía fingir por el bien de los presentes.
 
Ronald la vio alejarse con la misma sonrisa de siempre, salió de la cocina y marcó el número de Draco, esos aparatos muggle eran un excelente invento y bastante discretos para su conveniencia.
 
El rubio quería matarlo por no comentarle lo de Hugo, pero lo que continuó en la conversación cesó los reclamos de Malfoy.
 
—Después de Navidad Hogwarts volverá a estar bajo la supervisión de Ministerio, es una decisión tomada. Felices fiestas.
 
Draco guardó el celular, la risa de Scorpius y la manera como hablaba le hizo pensar qué tal vez tener a Hugo en casa sería favorable para todos, con un suspiro miró la hora en el reloj y les invitó a donde los chicos no pudieron negarse. 
 
Esa tarde era el inicio de unas excelentes vacaciones.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).