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Juegos de seducción por RLangdon

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Nota: tengo que hacer dos aclaraciones en cuanto a este fanfic. La primera es que no encuentro el primer capítulo todavía, pero mientras tanto lo subo asi. La segunda es que lo he modificado y quité el mpreg. Sin más, espero sea de su agrado y gracias por leer <3
**
 
 
Lo esperó impaciente en la seguridad de la penumbra, nervioso y al mismo tiempo deseoso de su llegada. Había estado husmeando un poco su departamento, no con la intención de encontrar algo, sino para hacer tiempo.
 
Sus descubrimientos no habían sido del todo fructíferos, pero alimentaron aun más sus deseos por conocer cada secreto, cada recoveco de la vida de su Sensei. Necesitaba saberlo, casi con el mismo fervor con que anhelaba sus ardientes besos.
 
¿Cómo era posible?
 
Naruto tembló inconscientemente al tocarse los labios con la yema de los dedos. Aun seguía sin comprender por qué el copyninja mostraba diariamente esa faceta tan glacial e indiferente, y en cambio, cuando llegaba el momento de intimar, su piel quemaba y sus labios desprendían una cálidez abrumadora.
 
No estaba bien lo que hacían, y sin embargo, lo habían repetido no una ni dos veces, pronto se cumplirían dos semanas desde aquella visita nocturna que había desencadenado en un desenfrenado encuentro sexual.
 
Una rutina, una sucia y prohibida, en eso se habían convertido tales visitas, en encuentros furtivos que pretendían explorar -al menos desde la perspectiva de Naruto- los misterios que tanto encantaban a Kakashi.
 
Decidió guardar la fotografia que había encontrado en el ropero para investigarla más adelante. Naruto tomó el retrato del sofa y lo observó por un momento antes de doblarlo e introducirlo en uno de sus bolsillos. Se trataba de una chica, una hermosa y con una gran sonrisa. Hasta cierto punto, le había recordado a Sakura...
 
¿Quién era ella?
 
Naruto quería saberlo, casi con las mismas ansias que antaño sintiera por descubrir el rostro de Kakashi. Y era estúpido, le apenaba tanto el inmiscuirse que ni siquiera pretendía cuestionarselo a Kakashi.
 
¿Qué derecho tenía él de husmear entre sus pertenencias?
 
Ninguna, porque ciertamente no eran nada. Al menos nada más alla que amantes.
 
Naruto vaciló por un instante, quiso devolver la fotografia a su sitio y fingir que no había estado husmeando donde no debía. Pero sus manos, lejos de obedecerle, permanecieron rigídas junto a su cuerpo, como si no compartieran semejante resolucion cobarde.
 
Si dejaba la fotografia en su lugar, la próxima vez que regresara, su mente haría estragos al recordarle ponzoñosamente que estaba ahí, al alcance de él. Era una oportunidad más que perfecta para averiguar acerca del pasado de Kakashi, sin entrometerse más de la cuenta. Lo mejor de todo era que ni siquiera necesitaba recurrir al copyninja para obtener esos datos, bastaba con preguntarselo a Iruka o Jiraiya, cualquiera que tuviera conocimiento respecto a la vida de Kakashi. Lo que había sido y las razones que lo orillaron a convertirse en el ninja más solitario y enigmático de toda la aldea.
 
Naruto retrocedió torpemente al oír la perilla de la puerta. Había ido al departamento del Jounnin para pedirle que terminaran con toda esa locura del sexo sin sentimientos. No compartía la ideología de Kakashi y empezaba a sentirse extremadamente vulnerable. Sin embargo, Naruto no había previsto que demoraría tanto, asi como tampoco intuyó que encontraría un objeto valioso sobre el pasado de su Sensei.
 
"¿Qué hago?"
 
Sabía que ocultarse era una idea estupida. Kakashi podría rastrear su chakra muy fácilmente, solo que no quería que malinterpretara las cosas.
 
Fue tarde para llegar a una respuesta satisfactoria. La puerta de la recámara fue abierta de par en par, y Naruto se topó de frente con la imponente silueta del mayor. A simple vista se veía cansado, pero ello no evitó que Kakashi alargara el brazo con la intención de acariciarle la mejilla. Naruto atinó a cerrar los ojos, se debatió mentalmente entre rechazarlo o permitirle tomarlo nuevamente. Siempre iniciaban de esa manera, caricias suaves, miradas anhelantes, despues todo era placer y entrega.
 
-Sensei- Naruto tembló ligeramente cuando Kakashi buscó sus labios. No supo en que momento se había quitado la máscara. Sus bocas colisionaron en un mutuo arrebato de pasión y frenesí absoluto.
 
Kakashi sincronizó perfectamente su tacto, amoldandolo al ritmo de sus labios. Se deshizo de cada prenda con un desespero casi sofocante.
 
-Ah...Kakashi Sensei- volvió a besarlo con renovadas ansias, arrinconándolo en un extremo del muro adyacente, desnudándolo con sus dedos hasta apenas contener el ferviente impulso de destrozar cada tramo de tela.
 
-Quiero probar algo diferente contigo, Naruto- no le dio tiempo de responder, si Naruto estaba allí a esas horas era porque, claramente, buscaba lo mismo que él ansiaba darle.
 
Naruto no replicó al ser empujado sobre la cama. Cayó de espaldas, y su mirada enfocó el sobrio techo. Le había entregado su virginidad a Kakashi y no se arrepentía, lo único que le atemorizaba lo suficiente para hacerle dudar, era el rumbo que tomaría su relación a partir de ese momento. Ya no podrían mirarse como dos desconocidos, ni siquiera como mentor y aprendiz. Entre más se sumergían en ese idilio, más complejo les sería dar por finalizado aquello.
 
¿Y cuando terminaría?
 
Esa pregunta le agobiaba en demasía a Naruto. No quería sentirse usado y desechado, había pensado que las cosas podrían ser de otra manera entre ellos. Pero en el fondo estaba convencido de que, cuando Kakashi se viera saciado de él, lo reemplazaría por alguien más...
 
Resistiendo el impulso de ceder prontamente a sus deseos egoístas, Kakashi se apartó del cuerpo de su alumno. Naruto representaba una tentación arrebatadora para él en más de un sentido. Lo había hecho suyo varias veces, siempre sucumbiendo a las ansias de poseerlo, de proclamarlo como si fuera de su propiedad, impregnandolo con su semilla hasta desfallecer. No obstante, nunca estaba satisfecho del todo. Y Kakashi lo sabía a la perfección. El hecho de tomar a Naruto no era más que el escape de sus verdaderas intenciones para con él. Empezaba a sentir algo por Naruto, otra vez estaba pasando, se dejaba arrastrar por su lado más vulnerable como si de un títere se tratara.
 
¿Qué seguía?
 
No iba a arriesgarse a fragmentar su lazo más sólido por un mero desliz sexual. Solo que en este caso no había sido uno, sino varios. El problema en cuestión radicaba en lo que significaba Naruto para Kakashi. El verdadero Kakashi Hatake, no el ninja sanguinario que se ocultaba tras una máscara para vivir en el anónimato. La máquina de matar en que se había convertido estaba cada vez más cerca de apoderarse del resto de sus facetas.
 
¿Quién era realmente Kakashi Hatake?, y lo más relevante de todo: ¿Importaba acaso?
 
Día con día se estaba perdiendo más a sí mismo. Había aceptado regresar al escuadrón Anbu por tiempo indefinido luego de la partida de Naruto con Jiraiya. Su mayor fracaso, la pérdida de su alumno más valioso y a quien debía proteger a toda costa. Ahora el pasado le presentaba una costosa factura de la que no podía deslindarse tan fácilmente. Kakashi estaba dispuesto a convertirse en una simple sombra si con ello lograba proteger a Naruto.
 
-Voy a mostrarte lo que me pediste la primera vez que viniste a mi departamento- se encaminó resueltamente hacia el armario. Su erección punzaba dolorosamente dentro de sus boxers, pero aun no era el momento.
 
-¿Q-Qué cosa?- titubeó Naruto, tragando pesado, sin decidirse a moverse o solo cerrar los ojos y disfrutar del momento como solía hacer.
 
Segundos más tarde, Kakashi volvió con una pequeña mochila oscura que Naruto no pudo ver al hallarse recostado.
 
-Juegos...- respondió Kakashi con voz ronca. -Pero no cualquier juego. Hablo de seducción y los pasos que se deben seguir para satisfacer a un amante.
 
Amante...
 
La palabra caló hondo en Naruto. Sus facciones se tensaron por una milésima de segundo. Era justamente en lo que no quería convertirse.
 
Pero sonrió a pesar de todo. Lo hizo para demostrar seguridad y de ese modo, no herir a Kakashi. Bien podía decirle la verdad y todo terminaría entre ellos. Le hablaría acerca de la tonta apuesta que había hecho, la razon de que se filtrara aquella noche en su departamento, todo para tomarle una fotografía de su misterioso rostro que había resultado estar muy lejos de la imagen mental que él se había formado. Sin embargo, Naruto prefirió, por vez primera, callar, ocultar sus vagos temores y satisfacer a su Sensei por lo menos una vez más.
 
-¿Cuáles son?- susurró inseguro. Iba a agregar algo más, pero su voz se entrecortó al ver a Kakashi con una especie de plumero en las manos. Naruto contuvo la risa al creer que Kakashi se pondría a limpiar la recamara mientras que él le observaba, o quizá le pediría que le ayudara a asear su alcoba. Algo ilógico, teniendo en consideración lo excesivamente limpia y ordenada que estaba.
 
-¿Cuánto debe durar un buen beso, Naruto?- la pregunta lo tomó desprevenido. Naruto tiritó al sentir el cosquilleo de las plumas ascendiendo por sus muslos. Pensó en una respuesta, pero Kakashi no le dio tiempo a decirla, se subió a horcajadas sobre su cuerpo y lo sujetó fuertemente de la mandibula, forzándolo a verlo a los ojos.
 
Tragando saliva, Naruto le sostuvo la mirada. Temía de pronto ser introducido en un genjutsu, el ojo izquierdo de Kakashi refulgía como una llamarada.
 
Naruto recordó que las anteriores veces el copyninja había procurado mantener su protector para no exhibir el sharingan, pero en esta ocasión lo mostraba deliberadamente, tal vez quería ponerlo a prueba, o despertar aun más su nerviosismo. Cualquiera que fuera la situación, Naruto se sintió mucho más expuesto que nunca.
 
-¿Diez minutos?- balbuceó en un intento desesperado por librarse de lo que pretendía ser un interrogatorio cuya prueba fidedigna de la verdad, era el sharingan.
 
-Cierra los ojos y separa un poco los labios...- pidió Kakashi, soltándolo lentamente. Naruto obedeció al instante, aunque se sintió confuso cuando el copyninja le anudó su propio protector en los ojos a modo de venda.
 
Relámiendose sutilmente los labios, Kakashi acercó su rostro al de Naruto. Acarició suavemente el contorno de su boca, deleitandose con el estremecimiento que delató el nerviosismo del Uzumaki. Le encantaba tenerlo indefenso y a su merced.
 
Despacio, lo tomó de la nuca, en tanto introducía su lengua a la cavidad bucal. Naruto se removió ansioso, tanteando el aire con las manos, tratando desesperadamente de ubicar su posición. Kakashi lo complació en ese sentido, tomándolo de las manos y guiándolas hacia sus marcados brazos, las soltó a la altura de sus hombros, donde Naruto se aferró fuertemente.
 
"¿Por qué me pones en este estado, Naruto?"
 
Excitado por la poca experticia del menor en el ámbito sexual, Kakashi entrelazó firmemente su lengua con la contraria, despues la restregó suavemente, instando a Naruto a seguir sus movimientos.
 
Casi instintivamente, Naruto movía su rostro hacia un lado y otro, dejando gustosamente que el copyninja explorara su boca, uniendose a él solo cuando lo creía necesario. Se estaba excitando tambien, pero ya no le importaba.
 
Tras unos segundos Kakashi se separó, lo hizo de manera lenta, dandose el lujo de morder el labio inferior de Naruto antes de romper contundentemente el beso.
 
Un hilillo de saliva se deslizó por la comisura de sus labios.
 
-¿Mediste el tiempo?
 
Respirando agitadamente, Naruto negó con la cabeza.
 
Kakashi le quito el protector y, aprovechando la cercanía, lo besó en los hombros.
 
-No más de tres minutos- dijo al tiempo que una sonrisa autosuficiente se extendía en sus labios. -El tiempo nunca es importante cuando se trata de satisfacer a tu amante, tenlo siempre en cuenta.
 
Naruto estaba a punto de replicar al respecto. No entendía del todo las indirectas de Kakashi. Primero le advertía que no pusiera en práctica lo que aprendiera de él sexualmente, y ahora, de la nada, le daba la pauta para que hiciera lo que se le viniera en gana.
 
¿Sería su forma de romper con todo ese embrollo entre ellos?
 
Prediciendo las acciones del rubio, Kakashi lo atrajo hacia si del brazo, despues lo escudriñó con aplomo
 
-Yo soy tu amante- le acarició las mejillas con el dorso de las manos. Naruto se ruborizó sin poder evitarlo, vio de soslayo el resto de juguetes sobre la cama, cada cual más depravado que el anterior. De repente le vino a la mente la imagen de la chica castaña que había encontrado en el armario.
 
-Kakashi Sensei...
 
-Mnh.
 
Mordiéndose la punta de la lengua, Naruto logró contener aquella duda que lo estaba lastimando. En cambio, tomó uno de los coloridos objetos al azar y se lo mostró a Kakashi.
 
-¿Esto para que sirve?
 
Con más posesividad, Kakashi volvió a besarlo.
 

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