Capitulo 10
Regla.
Con la mirada perdida en algún punto del salón de clases Day dió por terminado todo cuando escuchó el timbre, los demás solo recogieron sus cosas y muchas conversaciones flotaban sin tener sentido alguno, la monotonía de cada paso en los días le estaba asfixiando. Cada vez era la misma rutina, sin poder mantener una conversación normal con alguien, sin poder dormir por ser "invadido" por las noches, todo el tiempo de sus días era absorbido por su hermano mayor…
Tony le había mencionado antes que quería "hacerle su esposa" cosa que no tenía relevancia al menos hasta ahora que se detenía a analizarlo.
Cómo pretendía que un matrimonio saliera de todo ese embrollo?
Su caprichoso hermano solía hacerle muchas cosas extrañas, desde acosarle, robarle los boxers, obligarle a estar con él, inclusive también resultaba ser cariñoso cuando no tenía uno de sus ataques psicóticos.
Podría hasta pasar por un chico normal, amable, dulce, divertido y muy guapo pero algo retorcido aún en su estado más presentable.
Day sentía tantas cosas dentro de su pecho que le era difícil tratar de asimilar tantos sentimientos y emociones. Odiaba lo que había terminado para él la relación de su madre y amaba en el fondo la sensación de protección que el jóven Amo le brindaba y que tanto necesitaba.
Maldita sea! De nuevo esos pensamientos tan extraños y bizarros sobre la posibilidad de corresponderle a su hermano en su retorcido y sensual juego. Ese adolescente alto y de ojos grises le tenía en las nubes… sabía cómo era esa sensación, el Profesor Snow le causaba eso y mucho más.
Aunque, por aquel momento las cosas se tornaron interesantes dado a que James había interactuando más con él y eso le alegraba mucho. Así que con pasos veloces se aproximó al salón donde el sexi hombre había concluido su clase, una mirada fugas a la entrada bastaron para encontrar la alta silueta.
Un traje negro, camisa blanca y corbata azul enmarcaban la anatomía masculina de James, el cabello ligeramente alborotado y una regla grande en sus manos le dieron un sonrojo involuntario al pobre chico.
Acaso… Pensó algo sucio con la regla y el jóven profesor? Tal vez incluía cosas así dentro de su mente y un escalofrío delicioso recorrió su pequeño miembro cuando la voz de James lo trajo a la realidad.
-Day… Que sorpresa verte?- sonrió animado.
-Ho…Hola Profesor- titubeó sintiéndose como colegiala, Ahh! Que vergüenza.
-Tus clases ya terminaron, que te trae a mi salón?-La leve inclinación de James hizo que el rubor en Day aumentara.
-Este… Nada, solo quería saludarlo-su voz anulada y dulce causaron que James se mordiera el labio inferior con poca discreción.
-Ah, ya veo-sonrió amable, detallando el rostro del menor, tratando de ver qué escondía esa pequeña cabecita castaña. Sin duda la tensión era bastante obvia, el lugar el menos indicado y todas las ganas de tocar esa piel.
-Profesor, usted asistirá a la cena de mis padres?- la pregunta tomó por sorpresa a James.
-Qué cena?- frunció el ceño.
-Drisma hará una cena para los inversionistas creo o para algo de la empresa no lo sé pero hay mucha gente importante invitada y… Solo pensé que usted también iría- aquellas palabras de Day hirieron el ego de James.
Solo gente importante y familia asiste. Si no hacía sus movimientos rápidamente no sería importante para Frederic y esa herencia ajena que tanto deseaba no tocaría sus manos.
-Interesante… No Day, pero debe ser un error, hablaré con mi tío- la calma en su voz se quebró un poco y sus manos azotaron la regla sin notarlo.
Day miró con cierto impacto el golpe y retrocedió.
-Pequeño Day, tranquilo es solo que este material hace ruido, la empleaba para trazar líneas en el pizarrón, tengo un ligero inconveniente cada que no veo cosas perfectas… Cómo las líneas- dijo animando el incómodo momento.
Sonó ligeramente como loco pero un loco que le seguía gustando.
-Esta bien-sonrió amable el niño y bajó su mochila a un pupitre.
-Day…- habló acercándose al menor con elegancia reconstruida.
-Day…aún tienes 14 años, No es así?-preguntó tocando levemente su hombro, lo apretó y lo masajeo sin notarlo el mismo, acción que desconcertó al chico.
-Si, ya en unos meses tendré 15- La sonrisa del menor fue tan dulce que James apretó más el delicado hombro.
Mierda… Si no se controlaba rápidamente le obligaría a besarlo ahí mismo, el olor que desprendía el chiquillo le inquietaba dramáticamente.
-Auch… Duele- dijo Day trayendo de regreso a James.
-Perdoname! No medí mi toque,
Disculpame- James estaba retando su propia suerte con su repentino descontrol. Si esto seguía así, terminaría todo antes de empezar.
-Esta bien no pasa nada-sonrió amenamente el muchacho. Day sentía los nervios de James pero lejos de sentir repulsión le intrigada aún más.
Todo por culpa de Anthony, su mente y su cuerpo despertaban al mundo sexual.
-Day eres tan comprensivo y tan amable, espero verte en la cena de mi tío también- El amable Profesor sonrió y el chico correspondió el gesto. Un sonido de un lápiz rompiéndose hizo eco en el salón y ambas miradas, la miel y la azúl chocaron con la figura en el marco de la puerta.
-Hermano, es momento de irnos- Anthony les miró amable, sereno y lleno de ira. Day trago seco, James sonrió cínico y acarició con osadía la cabeza del menor.
-Mira Day, tu hermano vino por ti, anda… Ya debes irte-La calidez de su amado Profesor poco importó para el pánico que sentía recorrerle.
-Qué tenga buenas tardes-dijo quedamente el chico bajando la mirada.
-Qué descansen chicos, luego los veo- James sabía que Anthony le detestaba, pero ver su cara ligeramente descompuesta por algo desconocido le hizo gracia. Aún no sospechaba de lo que a puertas cerradas ocurría.
Ambos adolescentes caminaron a la salida del Instituto con una atmósfera dura y lúgubre.
Que pasaría? Les había visto conversar, ambos formando una atmósfera más amena de lo que el jóven Amo y él habían hecho...
Tenía miedo pero también curiosidad por la osadía de hablarle a otra persona aparte de su propio hermano.
-Hoy dormirás en mi habitación…-sentencio su hermano, Day le miró asustado y asintió con miedo… Con miedo y con algo más. Su miembro palpitó suavemente al sentir la respiración de Anthony en su cuello.
-Sí…- masculló el menor.
-Tendrás que darme una buena explicación Day-.
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