Capitulo 11
Dentro de él.
Una mordida en la parte posterior del cuello.
Unas deliciosas nalgadas y azotes duros.
Caricias suaves y poco delicadas por todo el cuerpo.
Embestidas profundas y calientes.
Si ese niño no era de él sentía que moriría, su corazón se estrujaba y su respiración se descontrolaba.
Ya estaba harto de sentir ese miedo profundo a perderle de alguna u otra manera… Es que ese pequeño mocoso no podía quedarse simplemente quieto y alejado de los demás? Porque debía agobiarse con todo lo que ese niño idiota hacía y dejaba de hacer?
Desde el primer instante en el que puso sus ojos en él supo que quien realmente lo gobernaba era ese niño, quién ya no era dueño de si mismo era Anthony.
Que desgracia la suya al tener que mantener está relación como prohibida, si las cosas fuesen diferentes, ambos podrían tener una relación sana…dulce, llena de amor como solo él mismo anhelaba.
Maldita sea! Todo se había hecho un revoltijo de sexo, castigos sádicos, celos y excesivo control.
Anthony terminó mintiendose, tratando de no percatarse de sus actos para evitar las heridas, para solo aferrarse a sus amenos sueños… Eso era todo lo que le quedaba escondido bajo la piel, el sexo y lo demás no le llenaba.
La cálida voz del chico y su dulzura eran lo que más peleaba por quedarse para si mismo.
*Cómo espinas aferradas al corazón*
*Gritos a oídos sordos y mentiras para que la sangre no fluyese más*
Entre deseos desesperados y sombras del día a día Anthony se asfixiaba, solo podía escapar a través de la piel ajena, de una sola piel…
-Ahhh! Más duro! Sí!! Ahh!-gritaba el menor al estar atado de manos y boca abajo, el placer hablaba por él y su voz sonora terminó por ser irrelevante a ser descubiertos por los empleados de la mansión.
-Ahhh!! Amo me gusta! Me gusta mucho!-gemía descaradamente el chiquillo bajo de él.
Acaso este niño también era parte de Day? Tantos rasgos de si mismo y este era el que más salía a flote…un Day amante del sexo salvaje y confundido de sus sentimientos.
-Mierda! Estás tan apretado.. ahhh… Que delicioso eres-rugió soltando otra nalgada salvaje el jóven Amo.
-Ahh! sí sí! Me gusta- gemidos y más gemidos de un par de niños.
-Day… Oh Day!! Eres una pequeña puta, se supone que te estoy castigando- gruñó agitado y casi por llegar al orgasmo.
-Amo me gusta! Amo!- ligeras lágrimas adornaron la imagen en si rostro y lo lascivo se perdió en el aire. La soga en las manos del menor le laceraba pero era un precio grato a pagar.
-Day! Soy tu dueño… Dilo! Di que eres solo mío!-Las miradas se cruzaron violentamente y sus labios se unieron con necesidad.
-Amo…Soy tuyo…-respondió sumiso.
-Mío!! Solo mío!- pronunció el mayor Arremetiendo con más dureza, como si deseara introducir algo más que su miembro al chiquillo bajo él. Ya no eran ellos mismos, solo dos cuerpos que se entendían de una forma única y adictiva.
Gritando al unisono cayeron sobre la cama y el silencio gobernó las cuatro paredes. Tratando de recobrar el oxigeno y un poco de control, Anthony desató con delicadeza sus manos, mirando el desastre debajo de él.
*Porque no puedes ser solo para mí?*
Una ráfaga de cordura le invadió por segundos pero la ignora… Los gemidos de su hermano menor siempre son tan eróticos que la cordura no tiene cabida dentro de sus pensamientos en esos momentos. Cada parte de su hermano menor tenía sus marcas, sus besos… Su escencia escurriendo de entre las piernas y su amor anormal.
*No me dejes....*
Day le miró con cariño por primera vez al tratar de voltearse boca arriba y Anthony se sorprendió, después de ese delicioso orgasmo sus cuerpos se atraían en un abrazo cálido y dulce. Él le besó la frente y acurrucó al menor en su torneado pecho, el cansancio se hizo presente junto con la sensación placentera de calidez.
-Estas bien?- hablo el mayor luego de un silencio cansado.
-Si, solo tengo un poco de sueño…- apenas despierto le contestó.
-Hoy…. Hoy te lastimé?-preguntó el mayor sin saber muy bien el porqué de esas palabras.
-Eh? No, no en realidad…- dijo Day apenado, para ser más sincero pensó que le destrozaría el cuerpo por haber mantenido una conversación con otra persona, por atreverse a acercarse a un hombre.
Pero… No le pidió una explicación, solo fueron besos apasionados y sexo descontrolado… Solo eso.
No hubo un regaño ni una explicación como fue pedida…
Lo que Day agradecía pero al mismo tiempo le desconcertaba, levantando el rostro pudo observar el semblante entristecido de su hermano mayor y su corazón dolió.
Ver a Tony triste le molestaba, no era algo que quisiera ver y menos por su propia causa.
*Qué es lo que está pasando?*
Anthony miró a su pequeño niño.
-Te llevas bien con Snow?-preguntó de repente tocando las mejillas de su amado mocoso.
Unieron las miradas, sintiendo una tranquilidad por ambas partes. Una tranquilidad ajena Asus días anteriores, algo suave...algo dulce.
-Eh?…No, solo pasé por un encargo de la maestra del otro salón- le mintió tan natural que hasta él mismo se sorprendió.
-Esta bien…- masculló Anthony cansado.
Day le miraba mientras ambos seguían unidos en un abrazo, recostando su cabeza en el pecho fuerte de su hermano mayor.
Seguridad, miedo y algo más habitaban su estómago. La imágen era erótica, dulce y bizarra de ambos hermanos unidos por la piel y algo más…
Qué mierda estaba pasando? No se supone que era su violador? No era la persona que le arrebato la tranquilidad y le hizo su mascota?
Porqué se sentía así de bien?
Day solo quería conocer el amor y tener una vida lo más normal posible… Todo lo que había estado pasando no era más que el resultado de deseos egoístas por todos lados, abuso, manipulación y control.
Y es que acaso Day no tenía parte de la culpa en esto?
El sexo con Tony era rico, satisfactorio, apasionado y arrebatado. Su iniciación en el mundo erótico no era como el más tradicional Dada a la violación sucitada y las palabras empleadas tampoco eran las más amables.
Pero… Day sentía el corazón lleno de alguna manera extraña.
Su amorosa madre no aparecía ni de gracia en todas las situaciones en dónde más se le requería y su maternidad era seriamente cuestionada. Susan solo quería un gran cuento de hadas y a cambio su pequeño hijo era llenado de semen la mayoría de los días aún siendo lo último un secreto a puertas cerradas.
Todo esto enfermaba a Anthony… Esto no debía haber ocurrido así.
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