Capitulo 16
Azotes y un amor herido.
La tenue luz de las velas alumbraba las sábanas de aquel hotel fino. Un par de billetes a la recepcionista bastaron para que pasara el chiquillo de 14 sin preguntas a ya tan tardes horas, la habitación del fondo una suite hermosa y tranquila fue decorada con pétalos de rosas y desordenada por el par de adolescentes fugados.
Day le prometió usar las orejas y la cola de gato esa noche, pero otros planes habrían de ocurrir.
Ni bien habían entrado a la habitación cuando ya se estaban desnudando mutuamente, entre mordidas y rasguños Tony cargaba en brazos al chico que terminó por ser arrojado a la cama por el mayor. Miradas lascivas y nada de palabras por el momento.
Day se entregaba a él de una forma apasionada, sin pensarlo, sin cuestionarse nada, casi como si fuera por amor.
Casi…
Anthony le terminó de desnudar por completo, se detuvo unos instantes admirando lo que él deseaba tanto. Se había esforzado en gran medida por tener a ese chiquillo bajo su influencia que apenas si se percataba de situación tan peligrosa e inmoral.
Se inclinó sobre el cuerpo de su pequeño hermano, con lengua la lengua acarició parte de su abdomen, dejaba besos y una que otra marca sobre la blanca piel.
Sentía algo de rabia y exitación, ese mocoso de mierda trataba de entablar nuevamente contacto con sus viejas amistades cuando él claramente le ordenó no hacerlo.
Las reglas eran simples, solo debía llamarlo a él, solo debía recordar a quien le pertenece ahora. Pero ese niño no entendía… No lograba hacerle aceptar su realidad y
Day le empezaba a desesperar.
Si no lograba que se volviera más dócil y obediente tendría que recurrir a métodos menos aceptables.
Aquella boca dominante atacó la entrepierna del menor y una deliciosa sensación llenó el cuerpo de Day con algo de cosquillas. Unas risitas entrecortadas con gemidos se escabulleron de su delicada voz. El chico avergonzado de cubrió la boca con ambas manos, sintiendo su cara hervir.
-No te calles… Sabes que me gusta oírte-la sensual voz de el mayor le desorientó.
Odiaba en demasía como le dominaba con simples palabras últimamente.
Day se dejó hacer y esto fue aprovechado por su hermano, quién le volteó rudamente boca abajo haciendo que elevara la cadera pronunciadamente.
El muchacho se asustó y entre forcejeos sus brazos delgados fueron sujetados por un par de esposas, que de alguna manera Anthony traía escondidas entre sus pantalones.
-Porqué te asustas? Acaso no hacemos el amor hasta más de una vez al día casi todas la semanas? Esto no debe ser nuevo para ti…-la voz burlona de Tony le incómodo, desnudo, esposado y expuesto las cosas dejaron de ser calientes.
-Tony por favor suéltame… Está posición es incómoda- Day le buscó con la mirada pero no lo encontró.
-Tony? Tony?-El muchacho espero respuesta pero por unos segundos no la encontró.
-Pequeño Día, hay diferentes formas de hacer el amor sabes?- la repentina aparición del mayor a un lado de su rostro le sorprendió.
Un apuesto hombre bien tonificado con solo los pantalones negros puestos se posaba esculturalmente frente a su mirada, mientras sostenía en sus grandes manos una Fusta.
La imágen lasciva le hizo soltar un pequeño suspiro al menor sonrojándose de descubrir esa reacción en si mismo.
-Te agrada lo que ves?- preguntó el mayor mientras caminaba al rededor de la cama. El menor no respondía por la vergüenza y escondió su rostro entre las sábanas.
Un azote repentino sobre sus glúteos le hizo gritar y caer de lado sobre la cama, el ardor era molesto y bastante doloroso.
-Te hice una pregunta Day… Además quién te dió permiso de moverte?-La mirada de Anthony le éxito junto con la voz sensual del mayor. Y en el fondo de preguntó, "James será así se sexy también?", Day se regaño a sí mismo tratando de concentrarse de nuevo en el celoso de su hermano.
-Perdoname… No esperaba que lo hiciéramos así hoy…- fue su respuesta corta y algo floja.
Su jóven Amo frunció el seño, ese mocoso de nuevo pensaba en alguien más.
-Qué te perdone dices?-dice aquella pregunta con ironía, tras ello otro azote en la pierna izquierda del menor sonó fuertemente, el gritó de su hermano menor le importó poco.
-Ahh! Me duele, Me duele no lo hagas por favor!- Day le miró ya con lágrimas en los ojos. Esto era un nuevo nivel que no conocía y no entendía como es que el dolor era parte de tener sexo con Tony.
-Acomodate como te puse- Ordenó tajante, el menor solo pudo moverse un poco y se incorporó como Anthony le había puesto antes.
-Anthony… Qué me harás?- pregunta nervioso.
Una repentina sensación fría y viscosa recorre sus glúteos y su entrada aún rosasea, Day se estremece pero no dice nada.
Dos dedos de Tony entran de golpe y el menor gime placenteramente, el ardor de pronto le agrada y su cuerpo se relaja con el masaje interno de los dedos.
-Con quién hablabas la otra mañana? En la enfermería Instituto tomaste el teléfono de esa mujer… planeaba dejarte lucir para mí hoy con el disfraz de gatito que me prometiste... Pero en vista de tu desobediencia debo castigarte más severamente así que Dímelo...-Los Dedos de su hermano se mueven bruscamente de un momento a otro, aunque con el lubricante se hace menos tosco.
-Ahh! Yo… Yo solo quería hablar con mi mamá- miente de manera poco creíble. Un nuevo azote en la espalda le escoce la piel y le hace gritar de nuevo al menor.
-Ahh!! No!! Eso duele!! Me duele…- gime adolorido mientras aquellos dedos sigue entrando y saliendo de él.
-Respondele a tu Amo…- ordena de nuevo inquieto pero al mismo tiempo sonrojado. Ese niño es tan endemodiadamente sensual que le provoca molestarlo.
-Ahh!! Yo… Yo… Intentaba hablar… con mi mamá esa...vez, te juro que no eh hablado… Con nadie más, Ahh!- Day sabe que no le conviene seguir mintiendo pero el placer y algo de miedo le invaden el corazón.
Tres nuevos azotes le lastiman la piel visiblemente, uno en los glúteos y los otros en los brazos. Anthony de cierta forma le gusta castigarle pero también estaba molesto por las mentiras. Quería que Day le dejara de ocultar cosas y comenzara a ser más obediente.
Porqué tenía que ser así? Si tan solo aquella mañana Day le hubiese amado instantáneamente como él lo hizo después de haberle "hecho el amor" la noche de la boda otra cosa sería y su amor podría crecer más.
Que mierda… Day todo lo tenía que arruinar para él.
Esta vez el sexo era rudo, estaba acostumbrado a las mordidas y a la fuerza de Anthony pero no a los azotes ni a las esposas. Y es que si lo pensaba bien, prefería tener sexo normal a lo que pasaba en esos momentos. Apenas esa tarde habían jugado golf tan tranquilamente que Tony parecía otra persona ahora.
-Ya no más por favor! Me duele mucho, no me gusta esto- las lágrimas comenzaban a fluir y el enojo de Anthony creció.
-Cómo te atreves a mentirme?!- El siguiente azote marcó la piel de un tono rojizo nuevo, Anthony pensaba usar un dildo grande para ese lindo trasero pero la rabia le invadió de manera abrupta.
Sacó su miembro bastante endurecido y lo incertó en el interior sin tacto y de golpe. Day gimió tan agudo y dulce, una combinación perfecta entre erótico y sádico.
Embestidas violentas atravesaban el interior de Day casi como si Tony deseara fusionarse en uno mismo, el pobre chico apenas si podía conservar el aire en sus pulmones.
Otros tres azotes en su cadera derecha marcaron la piel y entre estocadas y ardor Day se consumía de un placer anormal.
-Dile la verdad!! Con quién hablabas?! Acaso planeas dejarme otra vez?!- El mayor tomó su rubio cabello y lo jaló causandole más dolor.
-Me duele!! Ahh… Ahhh!!-solo podía articular el pobre chico.
-Di la verdad!! No te pienso dejar en paz hasta que no me digas la verdad!!- una fuerte mordida en el hombro derecho hizo sangrar un poco, Day comenzaba a ver borroso y su cuerpo no paraba de sudar.
-Perdoname! Ahh!.. ahh… Mmm ahh!- la voz exitada y dolida del chico causaron mayor molestia y al mismo tiempo más deseo por poseerlo.
-Habla de una vez!- gruñó.
-Ahh… Perdóname… Solo hablé con mi amiga… Ahh.. una amiga de la otra escuela…- decía entrecortadamente.
Tony lo giró sin salir de él poniéndolo boca arriba, las embestidas no pararon y por el contrario más fuertes de hicieron.
-Ahh Amo por favor… Ahh detente… Ahh- Day estaba por perder el conocimiento, hace poco se habían corrido los dos y sus piernas no paraba de temblar.
Anthony le mordía el pecho dejando marcas por todas lados, atacando sus pezones rosados y dejándoles enrojecidos.
-Amo… Ahh… Por favor…. Ya no puedo… Más… Amo- el chico no dejaba de derramar lágrimas y algo de saliva.
Las fuertes manos de Anthony lo comenzaron a estrangular.
-No hablaste con tu madre entonces me mentiste!! Quieres abandonarme no es así? Maldito mocoso de mierda… Te mataré!! Te mataré a ti y todo aquél que quiera tocarte!! No puedes abandonarme!! Te lo prohíbo!-.
Todo se estaba saliendo de control.
Porqué lo quería abandonar? Acaso no le daba amor suficiente? Era porque no era una mujer? O tal vez por el hecho de ser hermanastros. Toda esa mierda le enfermaba, anhelaba que Day le amara como él deseaba, tanto así que no le importaba estarlo profanando como aquella primera vez.
-No te atrevas a mentirme de nuevo Day!! Te lo prohíbo!!-gritaba descontrolado, agitado y casi por llegar al orgasmo. Sin medir la fuerza empleada el chico tanto en su cuello como en su parte íntima Dió una fuerte embestida corriendose a chorros dentro del pequeño y magullado cuerpo.
El líquido blanquesino se desbordó del interior, Tony le soltó el cuello y se desplomó sobre el pecho de Day aplastandolo en el acto. El menor no dijo nada y el mayor trataba de recuperar el aliento.
Sin duda el mejor ejercicio para él y un delicioso orgasmo tan potente como todos los que su pequeño hermano le proporcionaba.
Day tenía unas paredes internas apretadas, húmedas y calidas, era como si ese niño estuviera diseñado a la perfección para su uso sexual.
Los minutos pasaron y ninguno de los dos se movía, Anthony tenía mucho sueño sencillamente no quería moverse de entre las piernas del menor, pero al percatarse que no se movía ni un poco entró en pánico.
Incorporándose sobre la cama tomo el rostro del menor y trató de moverle esperando que respondiera.
-Day…. Amor, despierta- el movimiento suave se hizo acelerado, tratando de ver si aún respiraba.
-Day! Day despierta!- la respiración era débil pero ahí estaba, eso le dió un poco de tranquilidad aunque….
Miró con detalle el desastre debajo de él.
La piel marcada por los azotes, mordidas por todos lados, sudor, lágrimas y semen drenandose por su rosada entrada… Por un momento de lucidez se regaño mentalmente. Como podía haberle hecho algo así? No dijo acaso que le protegería? Lo dijo… No?
Que asco de situación.
Anthony se levantó, sentandose en la silla de al lado de la cama, tomo con ambas manos su cabeza jalandose la piel del rostro y empezando a llorar por lo que había pasado.
Si ese niño fuera más honesto con él no le habría dañado de esa manera. Sabía que esta vez se había propasado con el menor, había sido demasiado rudo con el cuerpo tan delicado que tenía Day.
Las lágrimas no cesaban y solo gimoteaba como un niño asustado buscando abrazarse así mismo desesperadamente.
Tenía tanto miedo de que Day despertara y tratara esta vez de escaparse de abandonarle, que de un momento a otro Day le dijera la verdad a sus padres y estos terminaran separandolos.
No!! Maldita sea no!! Eso ni de broma lo permitiría!! Day era de su propiedad, Day no podía dejarle, ese niño delgado tenía que mantenerse a su lado así lo tuviera que encadenar a él de todas las maneras posibles. Aunque… También deseaba que le amara de la misma manera, que sus sentimientos llegaran al corazón del chico.
Todo era tan complicado, tan bizarro y sentía miedo de si mismo dado a qué nunca se había comportado así ni siquiera de niño. Es como si tratara de llenar ese vacío de toda su vida con el menor, su llanto no paraba y aún desnudo corrió de regreso al cuerpo inconsciente de Day, tomándole en sus brazos, aferrándose desesperado a él.
-Perdoname… Yo… Yo te amo demasiado…-Aquellas palabras lo herían más a él mismo de lo que quería aceptar.
-Amo…- masculló débil el chico.
-Day? Day amor estás bien?- Tony le miró emocionado y a la vez en pánico.
-Tony… Es... Es por ello que me mirabas feo... en...en la mañana?- el hilo de voz apenas era audible.
-Mi pequeño Day… Te prometo controlarme más, solo no me abandones, no me dejes por favor- Las oraciones se quebraron por la voz tan culpable de él jóven Amo.
Day tenía la mirada perdida en el techo, sentía todo su cuerpo adolorido y desconocía que había pasado después de desmayarse.
Era cierto que todo eso le dolió, no lo había tratado así desde la primera vez que le violó. Aunque… Para ser honesto no estaba tan molesto como la primera vez, verle llorar tan arrepentido y como se aferraba a él en un abrazo posesivo le causaba lastima y… Algo más.
Algo que no lograba decifrar que era.
Qué era eso que llevaba ya unos meses sintiendo cada vez que hacía el amor con Anthony?
Un momento… Day se percató que no lo consideraba solo sexo, eso le asustó, le incómodo y le hizo sentirse asqueado.
Deseaba con todas sus fuerzas tener a su madre a su lado y no a ese atractivo hombre, su madre le consolaria y le diría que hacer.
Day deseaba hablar con ella y decirle la verdad, aunque el miedo a la reacción de ella y a las repercusiones al recién formado matrimonio le hacían dudar.
-Mi Day… Mi dulce Day… Te amo- Tony sello aquellas palabras con un suave beso, beso que Day correspondió por voluntad propia.
"No vendrás a ayudarme verdad mamá? No importa cuántas veces te llamé… Nunca vienes a mi" pensó Day mientras derramaba una lágrima en aquel beso.
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