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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiii les traigo otra actualización!! Disfruten la lectura y le informo que mañana también actualizaré

Besos!!

Capitulo 19
Descontrol.




El Señor Worthington se levantó muy de mañana, su dulce esposa dormía aún y sus delicados canelos rubios cubrían parte de la almohada, para ser sincero aquella mujer le parecía un ángel. 
Bondadosa, amable, dulce, una excelente madre. Siempre preocupada por el bienestar de los chicos, sabía que había tomado una excelente decisión a pesar de los murmullos y palabrerías de la gente. Podría ser una simple mesera sí pero era la mujer de la cuál se había enamorado después de la madre de Anthony. 

Ah sí, Susan era un respiro jóven y fresco a su vida y la oportunidad para comenzar a amar de nuevo.
Se acercó a ella y le besó la frente, despidiéndose para poder ir a la empresa y continuar sus días de trabajo.

Frederick era un hombre calmado, algo frío pero amable, alguien de temer en los negocios y muy leal a su gente. Pero en el fondo siempre de había sentido vacío, después de la madre de Anthony no se había vuelto a enamorar y es que siempre lo había evitado. 

A pesar de tener nanas y demás personal casi nadie podía controlar los caprichos y travesuras de su hijo único. Anthony siempre le había ocasionado problemas y muchas molestias por sus constantes abusos a otros niños en el colegio. Pero al paso del tiempo se dió cuenta que la Educación de Anthony era casi imposible, nada lo llenaba y nada le satisfacía al adolescente caprichoso, era como un pozo sin fondo. 
Un ser insaciable.

La única siempre fiel y cercana a él era Meena, la mucama que era la fiel sombra de Tony por toda la mansión. Pese a ello y las humillaciones que la chica recibía nunca lo dejó y hasta el mismo Señor la había considerado como una futura madre para Anthony y esposa para él. Algo que nunca llegó a pasar por el que dirán, aunque en el fondo siempre le gustó la mujer. Callada y siempre prudente, de no ser por qué conoció a Susan, Meena sería la señora de la casa. Esto solo el Señor Frederick lo sabía y se lo callaría siempre.

A diferencia de Anthony y su desastrosa personalidad, consideraba a James como su familia, lo había visto crecer y ser tan perfecto a sus ojos que consideraba siempre invitarlo a todo lo que en familia se hiciera. Ojalá hubiera tenido un hijo como James, otra cosa sería si Anthony fuera un poco como él.

Pensaba si dejarle algo de herencia o no al morir, James era casi como su hijo y parecía que James también le quería mucho, hasta le llamaba tío. Eso le alegraba tanto.
Cuando bajó las escaleras miró en la sala a Day quien tenía servido un vaso de agua y lo bebía con calma.

Lo observó por un tiempo, el parecido con Susan era obvio solo que ella no era tan bonita como Day lo era. Frederick se sorprendió de la Belleza que ese niño poseía y hasta consideró que podría ser un actor jóven o un modelo también. Algo de que estar orgulloso, al menos Day tenía potencial como hijo, eso le amargaba... el no poder ver algo bueno en su propia sangre. 

-Day que haces ahí? No es muy temprano?- preguntó El Señor Worthington amable.
-Hola, este… Bueno si, es que no tengo sueño-Day se cohibió dándole pena. El muchacho sabía que a pesar de la primera impresión que tuvo, el Señor Worthington jamás le trató mal por ello le daba pena mirarlo siempre.
-Bueno Day, es sábado hoy no tienes clases más que tus tutorías, vuelve a la cama- el hombre sonrió y siguió su camino a la puerta principal.
-Tutorias? Tengo tutorías?- preguntó el chico sin entender nada de lo decía.
-Eh? Si claro Day, tu mamá me dijo que hoy venía James quien también lo habló conmigo, a darte una regularización de tus materias, No te lo menciono tu mamá?- Frederick se detuvo también algo desconcertado pues al parecer nadie le había dicho al chico que pasaría con él.

-Yo… Yo no.. lo siento mi mamá no me dijo nada- Day se quedó meditando sobre el hecho de que James vendría a verle, no estaba seguro si soportaría tenerle cerca. Después de todo, aún estaba enamorado de él y si Anthony se enteraba de su pasión prohibida los asesinaría a ambos.
-No te preocupes Day, ella debió haberlo olvidado, fue hace unos días así que solo prepara tus libros, parece que viene a las 2 de la tarde, aún puedes continuar durmiendo.
-Oh… Bueno, gracias por decirme, que tenga un buen día- Day le sonrió Amablemente y su padrastro solo se sonrojó un poco. 
Ese niño era demasiado hermoso para ser alguien real, no por nada se parecía a un poco a Susan.
-De nada, ahora sube a tu cuarto, llegó después, hasta luego- terminó de decir cerrando la puerta dejando al chiquillo sonriendo como tonto, pensando que su amado Profesor vendría a verle.

Ahh que maravillosa oportunidad para poder conocerlo más y poder acercarse a él. James le había hechizado desde aquella vez y fantaseaba con besarle por lo menos alguna ocasión. Tal vez el día del evento de DRISMA que era justamente al día siguiente podría también verle, aunque James no estaba aún invitado o al menos eso pensaba.
Day corrió a su habitación a tomar una ducha tan pronto como pudo, debía tratar de lavar lo que quedaba de semen de él y en parte para poder refrescarse. No quería que James le viera todo marcado y desaliñado. 
Al paso de las horas ya estaba listo para poder recibirlo, la única duda que le invadía era el como deshacerse de Anthony, por suerte Edward había llegado un poco antes de la hora y su jóven Amo se distrajo entre asuntos del comité estudiantil y otras trivialidades que Edward no paraba de mencionarle.

Day trató de mantenerse calmado, ya había cubierto el asunto de Tony, también se había preparado con sus útiles escolares y cubrió lo más que pudo aquellos chupetones con algo de corrector cosmético que tomo de el tocador de Susan. 
El tiempo transcurría muy lento a su parecer, comenzaba a impacientarce con solo escuchar el tictoc de aquel lujoso reloj de madera fina que su padrastro había adquirido de una subasta bastante pomposa. 
En un solo suspiro se escaparon los deseos del menor, tal vez solo estaba exagerando, después de todo era muy poco probable que el Profesor Snow estuviera interesado en un hombre y mucho menos pensaría en él como una opción, el repentino desánimo le tomo por sorpresa… Qué se supone que esperaba recibir? Torció la boca y se regañó a si mismo por fantasear de más.

La puerta principal de la mansión se abrió y una figura masculina entró, era como ver a un modelo o algo similar. James era demasiado atractivo, con esa sonrisa coqueta, los ojos miel y ese cabello ondulado oscuro, sin mencionar el cuerpo de tentación que tenía. Era muy obvio que se cuidaba y acudía con regularidad al gimnasio para tener esa tonificación tan marcada aunque usara ropa encima.
Con paso ligeros y alegres se encontró con Day en la sala que se encontraba cercana a uno de los muchos ventanales la cuál tenía todo el diseño de tonos grises y rojos. 
James no pudo evitar sonreír y estar de lo más emocionado, de hecho no había podido conciliar el sueño con de tanta emoción, planeando cada paso que daría y lo que harían en situaciones imaginarias que le pasearon por la mente durante el silencio de la madrugada.

Por fin, el día de las tutorías llegó y podría ser más cercano a su pequeño sueño, quién por cierto se veía muy adorable con ropa sencilla, unos pantaloncillos azules y una playera blanca,  simplemente dulce a sus ojos. 
La inocencia que creía en el chico, le daba ganas de molestarle, casi como si le pidiera de alguna manera silenciosa que le tomara… Siendo así, Cómo negarse a lo que su corazón y cuerpo le pedían a gritos?

-Day, que bueno ver de nuevo, Estás listos para tus clases?- James intentó sonar ameno y relajado, la mirada del menor le alegró en demasía pues al percatarse de su nerviosismo supo que el menor se sentía nervioso cerca de él. Algo que podría ocupar de ser necesario si le tenía que manipular.
-Buenas tardes Profesor Snow,  siéntase como en su casa por favor- Day trató de sonar formal, tal vez así es sería más fácil de ocultar su timidez. 
-Tu madre, mi Tío y yo conversamos sobre tus calificaciones, nos preocupaba que bajaron en los últimos meses, apresar de tener buen promedio cuando entraste al Instituto…-James se había sentado tan cerca del chico que podían percibir las fragancia el uno del otro.
Deliciosamente peligroso.

-Eh… Sí, es que me distraigo un poco, debe ser que por ello bajé mis notas- Day le sonrió amable mientras en el fondo trataba de evitar pensar en la verdadera razón de sus notas bajas.
-No te preocupes Day… Yo estoy aquí para ayudarte, para ver por tu bien, Sabes? De ahora en adelante ve me como un amigo más, lo que necesites yo estaré listo para apoyarte- James dijo las últimas palabras como si las arrastrara por lo pesadas que eran, demasiada sensualidad en su voz para ser sinceros. 
Day tragó saliva nervioso, era demasiado atractivo aún más viendolo de cerca. Acaso esto no estaba también mal? El muchacho se reprimió y continúo con su intento de mantener la calma.
-Se lo agradezco en verdad, es agradable contar con su apoyo, mi madre pronto estará con nosotros hay que esperarla- soltó el chico de la nada.

James frunció el seño con aparente molestia.
-Tú madre? Tu madre nos acompañará en la clases?-preguntó con evidente desagrado, esa maldita mujer había resultado molesta la vez pasada y ahora se empecinaba a tener más contacto con él. 
Sabía claramente que la excusa de ella solo era Day, no tenía que ser tan listo como para no notar que ella buscaba mantener contacto con él. Esa asquerosa mujer le enfermaba, trataba de controlarse pero no lo lograba adecuadamente.
-Sí, ella está haciendo su ejercicio del día, bajará pronto, hay algún problema Profesor?-Day se desconcertó por momentos, el rostro de su amor platónico se endureció de un momento a otro.

-Y ella porque estará en las clases? Acoso no habíamos quedado en que solo seríamos tu y yo? Que ella no te lo dijo?-El tono de voz no le ayudaba y el chico retrocedió un poco sobre el mismo sofá. 
Porqué estaba tan molesto? 
Acaso había dicho algo malo?
-Este… No, mi mamá no me dijo nada, fue mi padrastro quién me informó apenas hoy en la mañana, también dijo que mi mamá me debía decir, supongo que lo olvido- el nerviosismo de Day se combinaron con su cálida voz,
James se controló nuevamente.

Estando ahí frente a frente las cosas no podrían avanzar como quería, pues era como si la vida le pusiera oportunidades y al mismo tiempo le recordara que lo que más anhelaba se encontraba lejos de sus manos, en una zona prohibida.

Esto le amargo el alma. 

Day era su sueño y lo único por lo que valía la pena realmente el tener contacto con esa mujer tan tonta.
-Tienes razón Day, ella lo debió haber olvidado, después de todo, Cómo podría no avisarle a nadie de los arreglos hechos para las clases?- El sarcasmo casi invisible lo captó la pequeña cabecita del menor, aunque dejo pasar esas palabras.

-Empecemos si gusta, ya tengo mis libros de álgebra aquí, esa materia me tiene muy enredado- Day se aproximó a la mesita de vidrio sobre la que descansaban los libros, tomó uno y comenzó a buscar las páginas de los temas a ver que él no entendía mucho.
Ya quería ver con ansías como James le ayudaba y de esa manera ser más amigos, Day se sonrojó notoriamente pues ser amigos era el primer paso para poder ser más cercanos.
James no le escucho en absoluto pues solo miraba los movimientos del menor, como sus labios se movían al hablar… Casi como si su cuerpo del menor bailara delicadamente. Tanta belleza en simples cosas le dejaron embelesado, ese niño le estaba controlando sin siquiera mover un dedo sobre él. 


Ese aroma… Ese bendito aroma entró por sus fosas nasales… 


"Yo te enseñaré un nuevo mundo" pensó relamiéndose los labios, divagando entre sus fantasías y un falso aliado que despertaba dentro de sus pantalones finos.
Acercó la mano derecha sin pensarlo, mientras el menor buscaba las páginas con empeño, no notaba siquiera la actitud del profesor. 
James toco el cuello del chico con las llemas de sus dedos ocasionando que el menor se sorprendiera repentinamente.

La mirada azúl chocó con la miel apasionada de James. El silencio se formó agridulce pues el chico no entendió porque él le había acariciado el cuello sin decir palabra alguna.
-Profesor usted se encuentra bien?-Day preguntó pero de nuevo James no lo oyó. 
Seguía tan perdido por el aroma y en sus fantasías que sin percatarse la mano izquierda comenzó a tocar la tela de la playera blanca del chico, levantandola sin permiso alguno.
-Pro… Profesor? Qué hace?- Day dejo todo sentimiento de emoción, la situación se volvió extraña de un instante a otro. 

 La mano traviesa de James levanto hasta su pequeño cuello el dobles del la playera, exponiendo su abdomen fino y plano en totalidad. Day entró en pánico, retrocedió de golpe levantándose del sofá, sonrojado a más no poder y asustado por esa acción tan extraña.
Que estaba haciendole?
Sabía lo que era ser manoseado, Tony siempre lo hacía y esto le asustó.
-Qué cree que hace? Porqué me quiere quitar mi playera?- Day entró en pánico pues no sabía que James era de esa clase de personas y por mucho que le gustara no dejaría que otra persona abusara también de él.

El jóven profesor no escuchaba nada de lo que Day decía pues sus palabras salían sin sonido para su desgracia, un bucle de tiempo pausado era lo que les rodeaba a sus ojos traidores y el delicado cuerpo del menor de alguna manera secreta le mandaba mensajes de amor. Si Day tomaba un objeto o mostraba estar asustado le era irrelevante, sus oídos no escuchaban los cuestionamientos del menor, sus manos se movían solas tratando de alcanzar al sueño que se escapaba de él.

James se levantó de golpe y tomando del brazo a Day lo acercó a él violentamente…. 
Ohh… El aroma de Day… Ohh ese bendito aroma… Le envenenaba profundamente.

El chico pidió que le soltara pero nuevamente no escuchó, la atmósfera era pesada y dulce a su mirada miel; Day solo le invitaba a tomarle con tan solo respirar el mismo aire. 
Nada importante pasaba por su mente ni el hecho de estar en la mansión Worthington dónde quién sea les podía ver, ni que Susan bajaría pronto o que Frederick llegaría en cualquier momento.
Acercó a Day a la fuerza a su cuerpo y tomo su fina barbilla obligandole a qué ese precioso azúl le mirase con la misma pasión que él fantaseaba.

-Profesor Suélteme!! Profesor me está lastimando! Suélteme!- Day ya había dejado de verle bien y en cambio pedía que ese extraño sujeto le dejara. 
-Profesor usted me está lastimando, Qué le sucede? Suélteme!! Voy a gritar si no me deja tranquilo!- Day entraba en evidente pánico, un pánico que James no notaba ni oía.
Este era el hombre del que se había enamorado? Quién era este tipo delante suyo? 
Maldita suerte la suya.

James continuaba atrapado por el aroma de Day por su propia mente y trataba de que el menor quien era mucho más bajito que él le besara.
Day empezó a pedir ayuda en pánico inminente.
-Mamá!! Mamá ayúdame!! Mamá auxilio!- Day trataba de sacarse del fuerte agarre sin nada de éxito.
James le sujetó ambas manos obligandole a doblarse hacia atrás, en busca de tan suaves labios adolescentes.
-MAMÁ!! Mamá auxilio mamá!!- los gritos se escuchaban por todo lo alto, pues el eco de la mansión en la planta baja era amplificador de alguna forma.
-Mamá!!! MAMÁ ayúdame!!…- un beso robado le penetro el alma.
Una lengua larga fue hasta su garganta y sus ojos desbordaron lágrimas.
"Ese es del hombre de quién me enamoré?" Pensó asustado, impotente… Usado.
Notas finales:

Esto de esta descontrolando 7u7 jejejeno olviden dejar su comentario, me gusta mucho leer su opinión :3

 


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