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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiiii les traigo actualización jejeje 

Mañana también actualizaré jujuju 

 

Capitulo 22
Deseo y amenaza.




Edward se desconoció a si mismo, no entendía que le estaba ocurriendo, siempre había mantenido todo a margen, todo perfecto todo siempre en orden.
Porqué ahora no tenía idea de cómo reaccionar? No podía pensar en nada más, ni lograba encontrar la salida de aquellas sensaciones marcadas. 
Tocó su abdomen, la tela de su traje azúl oscuro… Aún estaba húmeda por las lágrimas del chico y el aroma se había marcado tan profundamente que le enfermaba el alma…. Casi como un veneno inhalado… Cómo una posesión inhumana.
Edward caminó desorientado al primer baño que encontró por el pasillo, tan pronto como pudo abrió el grifo y mojó su rostro desesperado, asustado, confundido.


Maldición… Esto no era parte de su trabajo… 


Edward se miró al espejo molesto, inquieto, pues su piel seguía sonrojada. Los ojos azules le perseguían cada que el mismo se miraba al espejo… Esa pequeña obra de arte no era libre.
La creatura más perfecta, digna de un cuadro pintado por él tenía dueño. Edward se consideraba un gran artista pues en sus ratos libres los pasaba leyendo o bien pintando todo aquello que considerase hermoso y digno de sus habilidades.
Hace unos meses había perdido la inspiración, las ganas de seguir en lo que más le apasionaba.

Anthony le daba demasiado trabajo y como no le quedaba alternativa por sus propios padres continuaba haciendo todo. Siempre en silencio, a la sombra de Anthony creyendo que estaba a su lado.
La repulsiva idea de ser solo una sombra, atado a las altas expectativas de sus padres le asfixiaba tanto que perdía incluso las ganas de vivir lo que más le apasionaba.
Edward miró su traje molesto, el chaleco manchado con las lágrimas del menor y en un arrebato de su propia rebeldía se quitó el sacó, el chaleco y aspiró con fuerza el aroma impregnado.

Aspiró con mayor fuerza, soltando un suspiro ahogado, dejando caer su cuerpo contra la puerta blanca de fina madera de roble. Sentado, en silencio, el agua había dejado de caer y su vista se nubló por momentos recordando la primera vez que su inspiración había regresado….

Él solo había girado el picaporte de la habitación de Anthony, había entrado a esa habitación muchas veces, pues solía jugar videojuegos juntos y traía las tareas de su amigo, pero lo que vió en esa ocasión le cambió.

Un pequeño chico, delgado y rubio se encontraba montando a Anthony, gemía quedamente… Y se meneaba sobre el miembro de el otro como si estuviera bailando delicadamente. A Edward le parecía un hada apresada, como si le hubieran arrancado las alas, el alma y un trozo de su corazón.


La inspiración por la que tanto había pedido llegó de golpe….


Anthony le Embestía a la creatura tan rudamente y el niño solo cubría su boca como podía, uno era demasiado alto y grande, el otro delgado, brillante como el sol y  sometido violentamente. 
Edward se quedó inmóvil en esa ocasión, ya había visto el sexo descontrolado de Anthony con otras mujeres, chicas tan comunes y vulgares a su punto de vista que solo asco le daba, no le sorprendía en nada los gustos extraños de Anthony, pero esto era distinto.

Edward jamás había considerado fijarse en un hombre, pero Day era la excepción… Ese niño era la excepción incluso para Tony.
Day era la belleza en su más pura expresión, un acto sobre humano de la naturaleza. El llamado a su inspiración… 
demasiado retorcido y pero aún en lo retorcido con la manera en que lo descubrió…. Hermoso.

Tratando de recomponerse Edward recuerda que ese niño tiene un dueño, se lo repite a si mismo una y otra vez. Hace tan solo unos minutos el chiquillo había corrido en busca de protección, sabía que el abrazo era un simple accidente, un accidente que a él le dañó…
Day no pondría sus ojos en él, no había manera de que eso ocurriera, pero en el fondo lo deseaba.

Ya no era capaz de ocultarselo a si mismo…. Day le gustaba y le gustaba demasiado para el bien de todos. 
Se levantó del suelo y ordenó su elegante ropa, recomponiendose magistralmente como solo él lo lograba. Un Edward estoico y sereno era la imagen que le caracteriza y descomponerse así por un niño de ojos cristalinos no era nada bueno para su imagen y sus propósitos.
 Se miró una vez más al espejo, acomodó su cabello y soltó un gran suspiro, a pesar de los deseos que tenía había trabajo que hacer. Anthony le encargó arreglar el asunto del Profesor Snow, no podía…. no debía dejarse llevar por su propia codicia… 


Verdad? 


El Jóven moreno sale del baño como si nada hubiera pasado, camina con excelente postura y baja a la sala a terminar de arreglar los asuntos del comité estudiantil antes de encargarse de James.


Para la mañana de ese mismo día un hombre se haya destrozado… Con la mirada perdida en algún punto de la habitación, el cabello ondulado hecho un desastre, libros y muebles por todos lados. Casi como si un tornado hubiera arrasado el lugar.
El perfecto Profesor había cavado su propia tumba… Sin darse cuenta de que sus propias acciones habían dañado todos sus planes para el futuro y todo por la hermosa figura que trataba de buscar algo en su libro de álgebra.
James se había vuelto loco al volver a su casa… Había aventado los libros de los estantes, gritaba sin parar. Rompió los jarrones costosos de sus padres y rompió en le proceso alguna que otra ventana, el dolor le consumía el alma y la conciencia no le dejaba tranquilo. 


Cómo era posible que se haya descontrolado de esa manera?! 
Maldición!! Había asustado tanto al niño que tanto deseaba que ahora seguro lo odiaba… Su futuro esposo le odiaba. James sintió el estómago revuelto, miró sus manos cubiertas de rasguños y cayó al suelo gritando como un completo desquiciado. 

No era justo!! No lo era!! Se había esforzado tanto para Acercarse al chico, planeando cada paso que daría, acomodando las piezas y tomando todas la oportunidades que el destino le arrojaba. Pero tal pareciera que la belleza de Day le había envenenado más de lo que el mismo notaba… Con solo estar cerca de él, con solo estar solos perdió el control… 
Lloraba tan lastimeramente que la garganta se le desgarraba, su corazón se agitaba y se doblaba de dolor. Si Day le llegaba a odiar… Si Day se alejaba por completo de él…


Si Day le abandonara…


Esto era una bizarra pesadilla, en ningún momento escucho los gritos del menor, no se percató del miedo ni de lo brusco que estaba siendo con el muchacho. 
Ahh! Maldición! Cómo mierda fue a caer en la tentación? El control que había mostrado antes era bueno… 
Porqué dejo de pensar y atacó al chico? Fue su aroma? Fue su sonrisa? O de quién había sido la culpa?
James se jalaba la ropa hasta desgarrar la camisa que la noche anterior a las tutorías había preparado con tanto esmero. Hasta la había ido a comprar al las mejores tiendas, pensando en cómo llamar la atención del menor… Ser un principe para él.

Mierda de realidad…. 

James sentía amargada su propia existencia, jamás debió haber conocido a ese niño, si tan solo no le hubiera visto él podría seguir con sus planes… Pero no, James sabía que Day era lo mejor que su acomplejada vida tenía.

Lloró tanto que no se percató de todo lo que destruyó a su paso no de la hora pues al parecer ya eran las 9 y algo de la mañana del domingo, ese día sería el evento de DRISMA Corp en la mansión Worthington, donde él había organizado algo bonito para enamorar al menor hace tan solo unos días. Planeaba como impresionarlo dándole un espectáculo de fuegos artificiales y dulces por montón, unas rosas posiblemente y extender su mano para ofrecerle su amor eterno.
Todas esas cursilerías por un niño de 14 años… 

Que asco se dió a si mismo, le dolía la cara por los golpes de Anthony, quien tenía bastante fuerza para ser honesto, ese adolescente molesto que siempre le había estorbado ahora salía a la defensa de su preciado niño. 
Ese hecho en particular le llamó la atención, Porqué Anthony le había defendido a Day con tanta ira? Porqué se preocuparía tanto por alguien que no fuera el mismo? 
Todas esas palabras sacadas de contexto le rondaban la cabeza.
Era cierto que la relación entre hermanastros resultara así de unida?

Algo más que una hermandad había ahí….

James seguía perdido dentro de su cabeza, descalzo, con las plantas de los pies dañadas por los vidrios rotos,  su cara hinchada y las vendas que Susan le había puesto se encontraban sucias y desalineadas. Tenía tanto miedo de perder al niño, de la reacción que tendría ese día al verlo si es que Day bajaba al evento, temía por las represalias de Frederick si es que acaso ya se había enterado.

El tiempo avanzaba y no sabía si era prudente presentarse en el evento, tantas cosas pasaban a molestarle, la llamada de sus padres por la noche regañandole por tener tan poco reconocimiento en algunos asuntos de la empresa de los Snow con su singularidad mediocridad, el problema con lo de Day y otros asuntos con sus finanzas personales.
Su cabeza dolía y no solo por los golpes…



Day… Ayúdame…
Ayúdame por favor….


De nueva cuenta el teléfono sonó, haciendo que James mirara al aparato sobre el suelo que milagrosamente no había roto también. Jaló el cable del teléfono descolgando poniendo el aparato en su oido, pero la voz que tanto anhelaba oír no era la misma que sonó.
-Diga- habló algo nervioso.
-Profesor Snow, veo que aún sigue con vida… Es bueno saber que se mantiene de pie- La voz no le sonaba del todo familia por lo cual se desconcertó.
-Quién habla?- James no tenía ni ganas ni tiempo para jueguitos.
-Seré breve profesor ya que se que tiene el día ocupado con el evento de los Worthington…- La voz pausó por instantes y continúo.
-Alejese de Day Worthington, no lo quiero cerca de él, por su propio bien mantenga su distancia- La agresividad del otro hombre en el teléfono le incómodo.

-Quién mierda eres y porqué te atreves a amenazarme?! Acaso no sabes quién soy yo?- James se levantó del suelo molesto por aquella osadía.
-No pierda los estribos de nuevo como el día de ayer Profesor, no crea que no hay evidencia de sus acciones- La voz le amenazó duramente.
-Quién mierda eres?- James comenzaba a ponerse furioso por tanta habladuría sin sentido.
-Me conoce y yo a usted… Manténgase lejos de Day, no lo mire, no le dirija la palabra… Ni siquiera se atreva a pensar en él o todo caerá en su contra- La voz sonaba más que molesta, algo celosa a decir verdad.
James ató cabos dentro de su mente, si él hombre del teléfono no era Anthony solo podría ser la sombra que siempre andaba al lado del adolescente.
-Edward? Eres Edward… Edward Volkov no?- dijo aquello tratando de recordar el nombre completo del adolescente de cabello negro y ojos cafés. 

-Asi es Profesor, admiro que no olvida nombres solo que eso no es lo importante… Le quiero informar que la conversación que tuvo con Susan Worthington está graba y no solo eso, también el ataque que le hizo a Day…. Le sugiero que no se haga el listo conmigo ya que a diferencia de Anthony yo si se tomar medidas- Edward se encuentraba del otro lado del teléfono con una mirada fría y llena extrañamente de molestia.
-Mocoso de mierda, Cómo te atreves a amenazarme? Soy más poderoso de lo que piensas, no creas que porque estás bajo la protección de Anthony podrás hacerme algo- James subió la voz histérico.

-Controle sus hormonas desbocadas Profesor que ya no le quedan las escenas de novela, las pruebas las tengo yo y hay demasiado en su contra- Edward se recargó en la pared del exterior de la mansión dónde la vista del jardín quedaba frente.
-Nadie le creerá a Anthony, su palabra vale una puta mierda al igual que la tuya, siempre besándole los pies, siempre tras él como un perro… Acaso crees que les tengo miedo? No me conocen en lo absoluto…- La ira de James se incrementaba con el tonito orgulloso del adolescente.

-Tal vez no crean en la palabra de Anthony, ese idiota se la pasa haciendo estupideces a cada minuto, pero las pruebas que yo tengo son irrefutables… Además tengo fotos y videos incluso de usted tratando de espiar a Day en los vestidores de chicos…- Edward sonrió malévolamente.
-Qué? Que tú… Cómo?- El profesor se dejó caer al suelo nervioso y asustado.

-No me subestime, yo estoy en todo y siempre arregló todo a mi favor… Lo que haga usted o Anthony con sus vidas me importa poco, pero no tolerare que le haga más daño a un niño que nada de culpa tiene, le recomiendo que obedezca y sea prudente ya que si se atreve a dañar de nuevo a Day estas pruebas no solo llegarán a los ojos de los Worthington si no a la policía, a su familia y por ende al Instituto…- Edward frunció el seño y su mirada se oscureció.

James de quedó atónito pues no sabía que hacer en ese momento.
Cierra sus ojos con fuerza y un nuevo miedo crece dentro de él.
-Puedo terminar de destruir su vida si yo lo deseara, pero seré benévolo con usted… Después de todo se que Day es lo más importante para usted, yo mismo eh notado como le mira, como suspira por él… Day es lo que más anhela y es lo que nunca tendrá… No sea estúpido y manténgase lejos de él- Edward dejo escapar un poco de celos en su voz dejando al profesor Snow intrigado y asustado.

-Day un día me perdonará, no puedes evitar que él se acerque a mi…-James trataba de ganar la discusión dónde sabía que estaba perdiendo.
-No me subestime Profesor Snow… No menosprecie mis capacidades, le aconsejo que el día de hoy no se atreva a decir una palabra sobre este acuerdo ni se atreva siquiera hablar con Day… Por el momento es todo, no olvide este acuerdo y lo que puede pasar con su vida, que tenga un excelente día Profesor- Dijo Edward con amabilidad.
El tono de colgado se quedó tintineando al oído del mayor quien por primera vez en su vida se sentía sin salida alguna.
James salió casi corriendo entre el caos en la habitación y terminó vomitando en el lavabo de su baño donde se negaba a mirar su propio reflejo.


Day… Day ayúdame….
No me abandones….
Notas finales:

No olviden dejar sus comentarios, :3 me gusta leerlos 

 


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