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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiii les traigo otro capítulo jejeje mañana también actualizaré jujuju 

Capitulo 26 
Protección y Traición.




Entre risas y malos chistes por fin Day tenía un día de paz en donde no tenía que preocuparse por quienes le estaban rodeando. El sentimiento de familiaridad y la calidez de ambas personas enfrente de él le reconfortaron el corazón y y sanaron algo de sus  heridas.
Por otra parte su poco discreto Guardian comenzaba a inquitarse por tantas risas y miradas hacia su pequeña obra de arte, entre momentos se continuaba regañando sí mismo y entre momentos continuaba con su ambición, Edward intentaba de controlar sus celos aunque era muy notorio que no lo estaba logrando.

- Day ya es momento de irnos, el tiempo se está acabando- el tono con el que lo había dicho Edward sonó entre inquieto y celoso. 

Lizzie le miró analizando cada expresión emitida por el adolescente, tratando de descifrar las intenciones que detrás de ese seño fruncido se escondían. Ella no era tonta y se daba cuenta de todas las intenciones malas y buenas de la gente. Desde niños en todo el tiempo que había permanecido al lado de su amigo se percataba de las miradas que otros hombres y otras mujeres le lanzaban a su amigo qué más que amigo era como su hermano menor.

Lizzie temía que los incidentes que habían ocurrido en el pasado volviesen a pasar justamente ahora, no podía evitar que Day conviviera con las demás personas e hiciera más amigos pues justamente eso era lo que en parte ella quería, pero siempre estaba a la expectativa de cuáles eran las intenciones de la gente que lo rodeaba. Su Querido amigo solía ser una persona muy amable y hasta la fecha lo era pero también era un poco ingenuo. 

Lamentablemente ella había visto las lágrimas de las horribles palabras qué decían en su contra, sobre que él mismo había provocado los ataques y acosos sexuales siendo que en realidad las otras personas habían abusado de su confianza. Todos estos hechos habían escandalizado a parte de la escuela dónde ellos solían asistir, Lamentablemente Susan estaba tan ocupada en el trabajo tratando de mantenerlos a los dos en una economía tan difícil, que encargaba casi todos los asuntos referentes de la escuela ya sea a Allen o a la profesora Miranda. 

Lizzie no dejaba de mirar a Edward con cierta sospecha eh inquietud. Tomando la mano de Day y sonriéndole de la manera más tranquila posible dijo.
-Es verdad es un poco tarde debo volver a mi casa, tu acompañante tiene razón… Espero que nos volvamos a encontrar pronto No te preocupes Yo iré a visitarte tan pronto como pueda, confía en mí hablaré con tu mamá y volveremos a estar juntos- Las palabras dulces de Lizzie le sacaron una sonrisa Mirando a todos los presentes con dulzura y algo de emoción. 

Allen acarició la cabeza del menor y le sonrió, de repente Edward notó que aquella sonrisa de ese hombre no la podía descifrar, estaba entre amabilidad, amor, posiblemente algo de añoranza y algo más. Para los celos paranoicos que tenía y las represalias futuras de jóven Amo que también podrían ocurrir, se levantó inmediatamente de la silla con prisa,  bastante tenía con Anthony y también con James pues tenía muy en claro que aquella competencia de por sí ya era bastante difícil. 

Con alguien tan caprichoso cómo lo era Tony y alguien tan convenenciero y traidor como lo era James… No quería agregarle a alguien más a esa lista. No sólo porque tenía miedo de que Day saliera dañado más de lo que ya estaba sino porque esto no le convenía a sus propios intereses.

- Chicos me encantó volver a platicar con ustedes como los viejos tiempos, Es una lástima que Susan no haya podido acompañarnos…- dijo Allen sin ocultar su mirada triste. Era muy bien sabido por todos de los sentimientos que aún le guardaba a la mujer. De cierta forma Day también se lamentaba el corazón roto aunque no estaba en sus manos unir a eso dos, conservaba el sueño de una familia en lo más profundo de sus sueños. 
- Si es una lástima que ella no nos haya podido acompañar, después de todo ahora la mamá de Day es una persona ocupada- dijo Lizzie tratando de sonar lo más amena posible.

- Pequeño si necesitas algo más adelante, cualquier cosa puedes acudir a mí sin ningúna pena…- dijo Allen gentilmente, se inclino y besando la coronilla de la dorada cabeza continúo diciendo…
- Deseo desde el fondo de mi corazón que tú y Susan sean felices y no importa lo que pase siempre tendrás en mí un amigo, tienes tu mirada llena de tristeza Por eso te digo estas palabras, sí es que has llegado olvidar qué tienes a alguien siempre para ti- Tomó la mano del chico y ambas miradas se cruzaron.
Lizzie se quedó a la distancia prudente aún analizando la persona que acompañaba a Day.

- Muchas gracias, también extrañaba verte Allen, extraño los juegos y las salidas al parque… Hasta extraño cuando nos peleamos por la última rebanada de pizza- dijo lo último entre risas con ojos lagrimosos. Day no quería que se diera cuenta de sus tristezas, ni en lo que su vida se había convertido los últimos meses, Lizzie y Allen se habían convertido en el mejor de sus recuerdos y con todas sus fuerzas quería que las cosas seguirán así. Los buenos recuerdos lo más lejos posible del veneno de su nueva vida. 
Después de las despedidas Lizzie se acercó a Edward, y le entregó una nota escrita a mano. 


"Si Day necesita algo, por favor contactame, Lizzie Parks 3353#####"


Edward se extraño un poco sobre la nota, pero después de ver la preocupación y muestras de afecto de ellos decidió no preguntar ni cuestionar nada. A él le constaba que esas relaciones profundas no eran algo tan fácil de alcanzar, Aunque tal vez más adelante podría utilizarlo para poder acercarse, después de todo parece ser que una amistad pesaba más que una relación de amantes. Edward sonrío ante la idea de una posible y profunda amistad, esto le ayudaría a llegar más rápidamente al corazón del chiquillo, y sólo tal vez en una brecha pequeña de oportunidad, le llegaría amar como él solamente había visto en las películas.

El señor Frederick había salido de emergencia al país del sur esa misma tarde, los negocios ahí estaban pasando por dificultades debido a una filtración de datos no autorizada ocasionando que todos requirieran su presencia los más pronto posible. Empacó sus maletas y salió rápidamente, Susan le despidió en la entrada besándole cariñosamente, dándole palabras de aliento y prometiendo esperarle para una salida entre ellos dos aunque para la noche del día siguiente las cosas fueron diferentes.


Las luces de la ciudad ya se habían encendido… La luz del sol se había dormido y la luna aparecía a medio cielo. 
Un par de sombras se hayanban enredándose, con repartidos besos sellados en la oscuridad de aquella habitación de hotel… Un hotel cualquiera de las afueras, los sonidos obsenos, gimoteos y uno que otro grito acallado solo se perdían. 

Silencio… Solo silencio se escuchó después.

El hombre se levantó de la cama dando unos pasos, de pronto voltea su rostro y ve a la mujer que dormía cómodamente, el cabello rubio distribuido por la almohada y solo sábanas rojas cubriendo un tramo su cuerpo. Se dirigió al baño y abrió el grifo del lavabo… 
Sentía tanto asco de lo que había hecho… Tocar a esa mujer era lo que menos quería hacer y terminó haciéndo.
Maldecia su suerte y maldecia el momento en el que perdió los estribos.

Levantó el rostro y observo en lo que se estaba convirtiendo… 
"Qué estás haciendo?" Se preguntó con lágrimas en los ojos.
Bajó la mirada con un nudo en la garganta y unas ganas inmensas de destruir todo a su paso.


Porqué nadie lo comprendía? Porqué nadie le salvaba? Todo lo malo en su vida le asfixiaba al mismo tiempo y para terminar de arruinarle más la existencia había tenido que acostarse con esa mujer tan desagradable.
Se abrazó a su mismo y sentandose en el suelo lloró lo más silenciosamente que pudo, la soledad y la presión a ser siempre perfecto ante todos ya le estaba cobrando demasiado caro a su estabilidad mental.
-James? James cariño estás bien?- preguntó ella del otro lado de la puerta, había estado encerrado por varios minutos dejando accidentalmente que ella notase su ausencia de la cama.
-Sí Susan no te preocupes… Solo me lavaba la cara- contestó poco convincente, denotando su estado fracturado.
-James seguro que estás bien?- preguntó nuevamente mientras cubría su desnudez con las sábanas rojas.
-Sí querida… Regresa a la cama y duerme otro poco, te llevaré de regreso pronto- Respondió el profesor fastidiado de tener que oírla más de lo que quería. Sentía nauceas de ella, de la situación y de él mismo por haberla tocado. 
-Esta bien… Pero no tardes- respondió melosa, casi como insinuandose de nueva cuenta.
Bah! No siquiera había sentido algo de placer... Tuvo que fingir que se vino en el condón, ocultando a la vista de ella con una sonrisa.


Él día anterior una vez que Frederick había partido, Susan había aprovechado para concretar la cita en el hotel más lejano, no se daría el lujo de ser expuesta ni reconocida, además era la oportunidad que tenía para seducir al hombre que tanto deseaba tener entre sus manos. 

Ella había arreglado todo con tanta prisa, estaba entre emocionada y nerviosa pues era la primera vez que se atrevía a mantener una aventura, trato de convencerlo y para su sorpresa no tardó mucho en aceptar la propuesta. Susan victoriosa por la respuesta del Profesor Snow acordó la hora y el lugar del encuentro, estaba segura de que ambos se deseaban… 
Nada en esos momentos la detendría, ese presente era solo de ella y para ella, ya estaba fastidiada de tener que ser siempre una madre dedicada y no vivir su juventud como siempre había soñado.

Sin responsabilidades, sin personas que estorbaran y sin los prejuicios de la gente. 

Extrañamente se sentía tan segura con la presencia de James, tan cómoda que le dió la confianza de poder coquetear y aunque al principio él se notaba poco o casi nada interesado siempre se hayó atraída por la presencia del profesor.
Siempre anhelando tener un hombre así a su lado y por fin sus súplicas habían sido escuchadas, James era el prototipo perfecto de esposo que ella deseaba desde que era niña. El único "pero" era su actual matrimonio, no es que deseara divorciarse de inmediato ni abandonar a su esposo y el lujo que tanto amaba, solo quería algo para ella misma, algo que le recordara que seguía siendo mujer y que tenía derecho a satisfacerse con lo que más le gustara. 

Un sentimiento egoísta y poco aceptable. 

Los brazos de James eran firmes, fuertes y su torso marcado, el pecho un deleite visual y sin mencionar que el miembro del gentil hombre era bastante grande. 
Un dios griego como ninguno….

Si pudiera lo dejaría todo para poder unirse a él por siempre.
Y quién no lo haría? James era perfecto a sus ojos, la fantasía que tenía desde adolescente, lo más perfecto… Qué chica no se quedaría con lo que más deseaba si estuviera en sus manos? Porqué no ser egoísta? Era madre sí, estaba casada sí…. 
Pero era mujer y sus necesidades debían ser saciadas. Maldita sea, ella sentía que tenía el derecho a tomar lo que quisiera, no debía ni quería pensar de más en realidad.
 Se recostó en la cama, tomando la camisa del hombre de sus sueños…

Ahh el aroma de James era tan delicioso. 
Estaba tan enviciada con la belleza, la calidez y lo candente que era aquel hombre.


Después de un rato de intentar componerse James salió del baño con cierta tranquilidad en el rostro, Aunque su lenguaje corporal decía lo contrario. Miró que la mujer ya se había acomodado en la cama, aferrándose a su camisa fuertemente. Qué asco, ahora tendría que quemarla para no tener que mirarla y recordar ese terrible momento cada vez que usara de nuevo la misma camisa. 

Se acercó al costoso bolso de Susan, abriendo el cierre trato de revisar interior intentando encontrar algo de su utilidad, sacó la cartera y miró adentro una foto de Day siendo un bebé apenas de unos cuantos meses. Eres la criatura más tierna y dulce que había visto, un bebé tan lindo de mejillas rosadas enormes ojos, La pureza de aquella mirada se mantenía aún presente en los ojos de muchacho que ahora le odiaba.

Tener que recordar sus propios errores le pesaban en el corazón Pues realmente en el fondo lo único que deseaba poder mirar nuevamente a Day y reconstruir el camino que él había pensado para los dos. Ese sueño en donde él y el chico estaban juntos con todos los tesoros obtenidos acosta de su propia familia y de los Wortington, siendo él un político renombrado y su joven esposo siempre a su lado. 
Aquel hermoso sueño tendría que esperar, Pues por sus propios impulsos tenía que tomar un plan distinto al original.

No pasaba momento en el que no se reprochara lo sucedido, que aunque había sido bastante reciente todo este asunto continuaba siendo tan doloroso como ese mismo instante en el que Anthony le había golpeado el rostro haciéndole darse cuenta del error que había cometido.
Robó la foto de la cartera y guardo todo nuevamente en el bolso como antes, esta foto sería parte de su tesoro porque le constaba que Susan no se merecía tenerlo. 


Aquella mujer le resultaba una pésima madre sus ojos, vulgar simplona y estúpida. Aunque James no había tenido una buena relación con su propia madre sabía que Susan no era precisamente lo que una madre debía de ser. Y no sólo por el hecho resfregarle al chico un matrimonio sin previo aviso, o los constantes momentos en los que la ignoraba tanto al chico como a sus cosas personales, sino porque no había creído en las palabras de su propio hijo cuando le acusó del ataque Anthony. 

Sabía que su plan de escudarse ante Susan cuándo ocurrió el incidente era ridículo y de poco probable éxito, había resultado contra toda expectativa… Esto sólo le demostraba que ella estaba más dispuesta a quedar bien con los demás, a quedar en buenos términos con un extraño qué a cuestionarse siquiera si su único hijo se encontraba bien. 

James se levantó de la cama, miró por la ventana de la habitación de hotel, el cielo nocturno se había nublado y por su mente lo único que pasaba era que tenía que mantener aún esa mentira hasta que las cosas se fueran acomodando su favor.
Sonrío rápidamente cuando miró el papel que tenía en sus manos, un documento que anteriormente había preparado, el había hecho qué Susan lo firmara entre besuqueos y las caricias que con repulsión le daba a ella. Ese papel en sus manos era el único as bajo la manga que por el momento tenía. Por ende mantendría ese amorío un poco más de tiempo.

Dentro de la mansión, El joven amo se preparaba para ir a dormir, El pequeño Rubio ya se hallaba entre las sábanas perdido entre sueños. Adoraba mirar al menor mientras sus expresiones eran relajadas, pacíficas a decir verdad. Deseaba que siempre se viera así cuando le mirase, pero a pesar de que la relación había avanzado un poco en el fondo veía la tristeza en el corazón de Day a través de esa mirada azul que continuaba lejana, cálida… Amable. 
De pronto un mensaje llegó a su celular, sin pensarlo mucho tomó el aparato y miró con asombro lo que decía el remitente desconocido.
Sus pupilas se dilataron y comenzó a sudar frío…

" Disfruta tu breve sueño, acaricia la piel de tu hermano tanto como puedas, en su momento saldrá a la luz ese Romance oculto que tienes…"

Anthony dejó caer el teléfono haciendo que sonido se escuchara bastante por toda la amplia habitación. Alguien más sabía de la relación insana entre hermanos, las amenazas comenzaban a llegar.
El Jóven Amo observa con miedo a la criatura dormida, sus manos tiemblan y si corazón se acelera.
Puede perderlo en cualquier momento.

Las espinas de aquel rosal le entregaron a una criatura prohibida que pronto perdería.
Notas finales:

No olviden comentar :'3 


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