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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiii les traigo otro capítulo jejeje subiré hasta el lunes 0u0 

 

Advertencia: este capítulo contiene violación, sean discretos 0°0 shhhh 

No olviden comentar, que cada comentario es una bofetada para Susan XD

Capitulo 29 
La desobediencia.




Para esa misma noche, después del caos ocurrido ya todos se encontraban durmiendo en sus habitaciones, Susan había preferido hacerle la ley del hielo a su esposo pues no toleraba la actitud que había tomado ante sus "necesidades personales" seguía sin que darle en la cabeza que estaba actuando erróneamente.

Unos pasillos más adelante, dentro de la habitación de Anthony, se encontraba aquel adolescente cansado y fastidiado pues al parecer los deberes que tenía en el comité estudiantil le estaban arruinando su vida social, extrañaba ir a fiestas, extrañaba salir y divertirse. Pero para su desgracia su padre la había cortado dinero aquella misma tarde, por alguna razón que él desconocía se había puesto más estricto referente a las finanzas su padre. Le constaba que algo lo había molestado puesto que en todo este tiempo su papá simplemente se había dedicado a dejarle dinero para que él no le molestara, Aunque entendía el porque lo hacía Frederick no estaba de acuerdo con que le limitaran más el dinero. 

Además aparte de todo esto, tenía encima la presión de los siguientes exámenes y por otra parte estaba un el peligro latente de ser descubiertos, Edward no había encontrado aún la persona que le estaba amenazando, el tiempo se agotaba para sus próximos planes y los terminaría arruinando si no encontraban prontamente aquel desconocido remitente. 

Anthony salió del baño después de la ducha que se dió mientras  analizaba todos y cada uno de estos temas, pensando  en como podría resolverlo en dado caso de que Edward no lo hiciera. Para ser sincero a sí mismo ya no confiaba demasiado en su mejor amigo, aquel idiota sabía demasiado de su vida y era el candidato perfecto para terminar de arruinarle el resto de su existencia. 
Temía por las represalias que ese  prohibido romance tendría si no solucionaban esto se encontraría una manera de salir.

Le dolía demasiado la cabeza y francamente ya no quería pensar en ello, su único consuelo como había sido los últimos meses, resultaba ser aquel chiquillo de ojos inocentes.
Mira por todos lados y no encuentra al niño qué tanto desea tocar en esos momentos, revisa debajo del edredón lo que parece ser su figura, levanta con agresividad aquella tela descubriendo que simplemente es  un conjunto de almohadas. Esto le enoja pues ya le había dicho en ocasiones que se mudará a su habitación y dejara de dormir en su propia alcoba.

Ya no soportaba la idea de dormir solo, necesitaba con mucho ímpetu tener a ese pequeño cuerpo a su lado por las noches. Sentir la calidez que desprendía, el aroma que tanto lo embriagaba  y poder hacer lo suyo cada que quisiera aún si el chico se encontraba dormido, Pues el sueño de aquel niño le era  irrelevante sí de su propio placer se trataba.
Salió de su habitación dando pasos firmes, pesados y y con enojo, Cómo ves que Day se atrevía a  desobedecer una de sus órdenes? Acaso no le había ordenado que durmiera a su lado siempre? Un sentimiento de frustración se le sube a la cabeza demasiado rápido.


Day se encontraba terminando sus tareas, escribiendo en su pequeño escritorio todos los proyectos que tenía pendientes para la clase de química que impartía el profesor Willson, ese viejecillo simpático que constantemente le hacía reír poniéndole nombres graciosos a los elementos de la tabla periódica. Estaba a nada de terminar el ensayo que le faltaba cuando su puerta de la habitación fue abierta estrepitosamente. El pobre chico pegó un brinco sorprendido de ver a Anthony entrar de aquella manera.

- Tony qué es lo que pasa? Porque abres  asi la puerta? Casi la tiras- preguntó Day algo molesto.
- Porqué mierda no fuiste mi
 habitación?! Te di la orden de que dormirás conmigo y de la nada salgo y ya no te encuentro, Porqué vienes aquí? Estás haciendo tarea o te estabas escondiendo de mí?- La Voz del mayor suena más profunda, aspera, casi como si sonara celosa.
- Tony tenía que terminar mi tarea, sabes que dentro de poco serán los exámenes, además sólo vine a mi habitación para terminar los proyectos que tengo que entregar a los maestros mañana- Day mantiene la mirada fija al rostro de su hermano, no entiende porque de repente se empieza a comportar así.

- Si querías terminar tus trabajos, lo hubieras hecho en nuestra habitación! No quiero que vuelvas a dormir aquí, o que pretendas alejarte con alguna ridícula excusa… Tú lugar es a mi lado…. No te lo volveré a repetir- aquellas palabras escurren algo de veneno, la mirada del chico se entristece, sigue sin entender el porqué de todo.
- Tony no seas irracional, sólo estaba terminando mi tarea, tú ya ni siquiera me dejas dormir en mi habitación… Te la pasas encima de mí todo el tiempo, no he podido entregar los trabajos que me restan, mis calificaciones han bajado mucho en estos meses, necesito recuperarme, no quiero reprobar el grado…- Day enfrenta el ceño fruncido en el rostro de su joven amo, para su desgracia emocional y física sabe qué no le conviene hacerle enojar si quiere mantenerse vivo para los siguientes días.

- Eres estúpido por eso estás apunto de reprobar, Aún no te has hecho a la idea de qué tienes que estar conmigo siempre? Debes saber balancear tus tiempos y entregar tus tareas correctamente, sería una vergüenza para mí que se enteren qué mi futura esposa es un total desorganizado en sus deberes- Anthony suelta aquellas palabras con cierto desdén, su tono celoso y posesivo tan característico de él lastima los oídos al menor.

Maldición ni siquiera le deja respirar en paz!
- Tú no dejas de quitarme el tiempo, no me dejas hacer mis cosas, si voy a reprobar no es por mi culpa es porque tú no me dejas ni a sol ni a sombra, además….- pausó por un momento el chico dándose cuenta de una palabra en particular qué Tony había mencionado.


- Espera… Dijiste esposa? De qué estás hablando? Cuál esposa? Planeas casarte… Conmigo?- Day comienza entrar en pánico pues al percatarse de esas intenciones que ya habían sido mencionadas pero ignoradas, volvían a salir a flote.
-Por supuesto, Cuando cumplas la mayoría de edad nos casaremos… Sólo tenemos que esperar un poco más de tiempo, mi padre me heredará todo, Tú serás mi esposa y estaremos juntos para siempre- La voz de Anthony se torna tétrica, posesiva y algo enferma.

Parece ser que Tanto estrés y presión por parte de las demás situaciones alrededor de ellos son los últimos días comenzaban ah presionarlo para poder amarrar al chico de cualquier manera posible.
Day era suyo y sólo suyo, no permitiría que nadie pusiera un solo dedo sobre su propiedad, cada cabello de él, cada centímetro de su piel tenían escrito el nombre de Anthony Worthington a toda amplitud. Ese gris en aquellos ojos  podían mostrar algo de gentileza y protección pero no habían dejado sus instintos primitivos por querer monopolizarle en su totalidad.

- Anthony Estás loco? Ambos somos hombres, somos hermanos, nuestros padres se adoran… Cómo planeas que nos casemos por encima de todo? Acaso no te dije Que si hacía esto y te perdonaba por el daño que me has hecho era para que este secreto jamás saliera a la luz? Tony tienes que entender esto debe terminar en algún momento- Day trato de sonar amable,  comprensivo y pacíficamente posible para que no estallara el otro en sus clásicas rabietas y berrinches  O incluso en algo peor.
-Qué?- dice ellos como si no entendiera las palabras del menor.


-Tony estás mal, en serio... Yo solo quería hacer mi tarea y tú te vuelves loco... Porqué te comportas así? No tiene sentido- Day baja la mirada sintiendo rechazo por la endurecida mirada del mayor.
Anthony repentinamente le toma al niño de ambos brazos zarandeando su delicado cuerpo tan bruscamente qué despeinó las hebras doradas.
- Qué dijiste?! Qué puta mierda estás diciendo? Tú y yo vamos a estar juntos por siempre! Eso ya deberías saberlo, no voy a permitir que nada ni nadie te separé de mi… Me perteneces!! Soy tu dueño le entendiste?! Soy tu dueño maldita sea!- Anthony estaba perdiendo los estribos de su mal carácter, y pese a su promesa de no lastimarle más, continuó zarandeando su cuerpo del menor agresivamente.
- Tony suéltame! Me estás lastimando suéltame! Me duele!! me duele, por favor suéltame- Day comienzo implorar, las grandes manos de su hermano estaban lastimando sus músculos en ambos antebrazos.

-NO!! eres mío! Mío entendiste? Porqué mierda no lo aceptas!! Seguramente quieres estar con otro no es así? Es eso verdad? Me quieres dejar por otro!!- grita colerico.
-Me estás lastimando! Suéltame- Day se asusta de la mirada psicótica.
- Soy tu dueño!! Estarás conmigo hasta el día en que mueras, no puedes escapar de mí, me perteneces! Las rosas te entregaron a mí… No puedes irte!! No puedes abandonarme!!- la voz de Anthony subió más y más, causando miedo a que ambos fuesen encontrados en aquella situación más aún porque la puerta se encontraba abierta y todos esos gritos se oían por los pasillos.
- Anthony suéltame! Nuestros padres nos van a escuchar! Suéltame todos se van a dar cuenta, Ya basta me estás lastimando!!- Day intentaba zafarse del Fuerte agarre pero lamentablemente era demasiado débil contra la fuerza de su hermano mayor.

- Tú te convertirás en mi esposa, no tienes derecho a negarte! No permitiré que me abandones!- gritó Anthony luego de soltar una bofetada en el rostro del menor.
El cuerpo de Day cayó al suelo y el estrepitoso sonido del golpe en su piel hizo eco por toda la habitación.

Day estaba atónito ante esa acción, le ardía la cara, su orgullo estaba herido, Cómo es que habían llegado hasta aquí? Y lo que era peor, ese miedo de destrozar el matrimonio feliz de su madre, la imagen de familia feliz estaba a nada fragmentarse como su espíritu.

Anthony corrio y cerró la puerta poniendo seguro, el pánico había entrado en él con miedo a perder lo que él consideraba como su felicidad.
Day era el dueño de su corazón, controlaba su mente, le daba razones para continuar viviendo, Jamás había encontrado algo tan valioso, tan delicado y Puro para corromper…

Day no era como él, manchado por la avaricia y la fealdad de ese frívolo mundo, ese niño era como el sol mismo… Como un agradable día de verano. Perder su sueño, Su futuro… No lo permitiría.

No dejaría que aquella desconocida persona le arrebatara lo que le pertenecía por aquella simple amenaza de texto.
- Lo lamento Day, debo de educarte nuevamente…. Si no lo hago…. Intentarás abandonarme, querrás dejarme y eso no es una opción para mí- El hermoso adolescente tenía una expresión quebrada, adolorida, deplorable a decir verdad.

Day entendió lo que sucedería y comenzó a sudar frío… 
-No de nuevo, por favor no de nuevo!- gritó el chico corriendo hacia su cama, tratando de escapar inútilmente. 
Deseaba con todas sus fuerzas haber sido escuchado por su madre, que alguien viniera a salvarlo y que pudieran nuevamente encontrar su tan preciado refugio en la mujer que le dio la vida.
Atrapó una de sus piernas cuando el menor e intentaba subir a la cama, jaló el pantalón de su pijama arrebatandoselo, mientras el pobre chico pataleaba llorando.

Prontamente con su fuerza sujeto ambas manos de su hermano menor y consiguió quitar también pequeños boxers que adornaban las caderas anchas de Day. Admiro por momentos, la delgada cintura, la  blanca e inmaculada piel, las largas piernas y el delicioso aroma que desprendía nuevamente. 

Ohhh era como la primera vez
Tan hermoso como aquella ocasión
Tan frágil… Tan asustado…

Anthony comenzó a repartir besos, paseando su lengua por los pezones rosados del menor, dejando mordidas y alguno que otro chupetón a su paso. Con una maestría Day fue amordazado por su propia ropa interior, las lágrimas se le desbordaban de sus ojos azules liberando dolor apresado. 
-Mmh!! mhhhh- Day trataba de decir inútilmente palabras que no se entendían.
- Cállate! Esto es tu culpa! Si tan solo me hubieras obedecido y dejaras de intentar alejarte de mí con tus  ridículas excusas…-Anthony también retenía su llanto, Pues el miedo de perderlo le estaba cegando la razón nuevamente.

-Mmh!! Nhgnnn!! Ahnnng!!- continúa tratando de emitir palabras que se pierden a sus oídos.
-Mi Day!! mi pequeño Day… júrame que nunca me abandonaras!- El jóven Amo abrió ambas piernas del menor, exponiendo la rosada entrada.
Day se empezaba retorcer en un intento desesperado por evitar la penetración, mientras Anthony intentaba controlar el movimiento brusco del menor, sujetando con rudeza ambas piernas y sin preparación alguna más que un simple escupitajo a esa rosada entrada su hermano mayor lo profana en una estocada profunda desgarrando algo a su paso.

-Mmh!!! MMMHG!!!!- gritó ahogadamente el menor, su interior se rompió, un ardor seguido de un dolor intenso recorrió a sus adentros. 
Punzaba y escocía en la piel, ardiendo como el mismo infierno… Arrebatándole la poca libertad que le quedaba.
-Ohh estás tan apretado… Tan húmedo… Ahhh!- el placer prontamente lo invadía, cegando a su mirada ante el dolor de la criatura bajo de él.
Las arremetidas comenzaron una tras otra, moviendo al cuerpo de menor hacia delante y hacia atrás. Una y otra vez, las manos del menor se aferraban como si su vida dependiera de ello a las  sábanas a su alrededor. El azul de tus ojos y el brillo en él estaban apagados como una noche sin luna, sin estrellas.

Siguieron las estocadas continuamente, siendo salvajes, duras…. Sin nada de Piedad.
Su enorme y ancho miembro apenas sí cabía dentro de aquella entrada, enterrandose y saliendo rápidamente. Con trabajos y se lograba ver algo de la piel de aquel miembro pues trataba de unirse en su totalidad a aquel cuerpo qué mansillaba impulsivamente.
Intentando llegar hasta lo más profundo, como si en el fondo tratara de llegar a su corazón con cada estocada violenta qué dejaba.
Tal vez así ese mocoso le llegaría a amar tan profundamente como el profesaba.

Serían uno mismo quisiera o no ese niño. 

Después de que el acto profano, y de haber eyaculado dentro del menor por cuarta ocasión, su cuerpo le pedía detenerse. Dejó caerse en su totalidad sobre Day… Intentando recuperar la respiración y tratando de que su corazón dejaste de latir tan rápido. Ah… sin duda orgasmos intensos y deliciosos, eran cada uno de los que su pequeño hermano siempre le regalaba.

No había cuerpo más exquisito que el de esa criatura…
Había tomado tres largas horas de tortura, sin ser molestados solamente por coincidencia y protección de su fiel mucama Meena, quién habría escuchado primero los gritos, yendo inventar alguna excusa al señor Worthington que fue el único que se despertó Buscando el origen de aquellos gritos. Su caprichosa esposa había tomado pastillas para dormir y nada lograba despertarla en esos momentos.

Meena actuó prontamente, encubriendo el dolor de aquel niño y el orgullo de su jóven amo. Era bizarro sí se detenía pensarlo, siempre tapando las fechorías de maldades el Tony que había criado.
Le pesaba un tanto en la conciencia el no poder defender o ayudar a Day, por encima de todo se hallaba su lealtad hacia el jóven Amo, le gustara o no. 
Luego de unos largos minutos, Anthony empezaba a recobrar algo de la razón que había perdido al descontrolarse por un tema tan trivial como lo era la habitación.

Se levantó un poco y miró a su  pequeño con los ojos cerrados, hinchados de tanto llorar y su boca amordazada. Se descubrió sí mismo que aún estaba dentro del menor, había sido tan placentero todo aquello qué olvidó salir. Cuando retiró el su miembro se desbordó semen por montones, entremezclados con sangre lo cual le asustó abruptamente. 

Estaba sangrando? Cuándo? Había sido demasiado rudo? Meneo el cuerpo tratando de despertar a Day quién nuevamente en algún punto del acto perdido la conciencia. Quién sabe cuánto tiempo llevaba así, Desde los primeros 30 minutos O tal vez desde antes o tal vez después, la verdad no lo sabía,  tenía miedo de descubrirlo. 
Entró en pánico al darse cuenta que era bastante sangre y de que el menor no despertaba Por más que lo intentara, de nuevo sangoloteo el cuerpo esperando alguna respuesta, pero ni un sonido ni un quejido fueron emitidos aquella boca que ya no tenía la mordaza. 

Anthony se bajó de la cama y empezó a caminar en círculos de un lado a otro, jalando su propio cabello y algo de piel de su rostro repitiendo una y otra vez en su ataque de pánico que nada de lo que había ocurrido hubiese pasado Si tan solo Day le hubiera obedecido.

El miedo estaba invadiendolo demasiado tanto que hasta ignoraba que aún se encontraba desnudo, entre su entrepierna había manchas de su propio semen y la sangre de su tan Preciado tesoro. 
- No! Maldita sea no! Otra vez no… Por qué no despierta? Porque no despierta? Qué hice?!- decía continuamente aterrado de lo que fuese ocurrir si sus padres o alguien más se enterara de esto.

No pretendía hacerle tanto daño, Acaso lo ha matado? Era posible  matarlo a través de este medio?
Maldición!! Porque todo tenía que ser así? Porque no podía controlarse?! Porqué?

Anthony se vistió tan rápidamente cómo pudo y salió de la habitación en busca de la única persona qué le ayudaría, para su sorpresa Meena  ya se encontraba afuera de la habitación con un botiquín de primeros auxilios, y tranquilamente entró a la habitación dejando al jóven Amo nervioso y asustado a mitad de pasillo.
-Meena Tienes que ayudarme! Él no despierta!- decía Tony entre sollozos y nerviosismo, casi como un pequeño niño que acababa de romper su juguete nuevo exigiendo que lo reparasen, rogando porque nada malo pasara.

- Siéntese jóven Amo,
 primero revisaré a su hermano, por favor no pierda la calma- habló la mucama en un tono ameno.
Revisó el cuerpo del menor y miró con sus propios ojos la brutalidad de la cual era capaz el adolescente que ella había criado. Mordió su propio labio y frunció cejas en silencio, estaba tan maltratado el cuerpo del menor… Mordidas por todos lados, marcas de extrangulamiento en el cuello, rasguños, un futuro moretón en la mejilla… Y lo que era peor, sangre con semen aún drenandose de la rosada entrada.

Contra de su voluntad revisó el pulso, el corazón aún latía pero demasiado lento, sabía que esto requería atención médica y no le quedó más remedio que limpiar el cuerpo y vestirlo, diciéndole una y otra vez a Anthony que se controlara.
-Y si no despierta? que haré?- pregunta Tony asustado.
-Jóven Amo su hermano necesita atención médica, debe ir a un hospital ahora mismo ya que posiblemente tiene un desgarro interno… Por favor escúcheme lleve a su hermano al hospital- respondió Meena con preocupación.
Anthony se debatía entre llevarlo o  no, ya que si lo llevaba se darían cuenta de lo que había pasado y si no lo llevaba posiblemente Day moriría por perder tanta sangre Aparentemente.

- Puta Mierda…. Tráeme las llaves de uno de los autos, una vez que nos hayamos ido espera 15 minutos e informarle a nuestros padres- dijo Anthony tratando de agarrar valor.
- Como usted ordene-  dijo la mucama haciendo una reverencia y retirándose. Tony cargó el cuerpo de Day entre sus fuertes brazos, cubriéndolo con una sábana limpia mientras la mucama terminaba de limpiar hasta la última evidencia en aquella cama. Anthony bajó las escaleras con rapidez mientras el delicado cuerpo en tus brazos se meneaba de un lado a otro con cada movimiento y cada paso dado.

Metiendo con cuidado a su hermano menor, encendió el auto y arrancó yendo a toda prisa al hospital más cercano.
Una vez pasado los minutos ordenados la mucama fue a la habitación de los señores eh informó que el joven Day se había sentido mal desde la tarde y que había comenzado a sangrar sin aparente explicación Además de que se había caído de las escaleras, por esa razón El joven Amo se lo había llevado con rapidez al hospital y ella sólo estaba informando para que también acudirán al hospital y no se sorprendieran.

Ambos señores salieron de la casa aún estando en bata y sin pensarlo ordenaron uno de los choferes que lo llevará con rapidez al hospital más cercano. Susan lloraba asustada mientras se aferraba a su esposo esperando que nada malo le pasara su bebé….
Pese a todo… Day era y siempre sería su bebé.

Mientras conducía las lágrimas se salían de los ojos grises, nublando su vista… Apuñalando a su corazón.
Se odiaba a si mismo por haberle causado tanto dolor a la persona que más amaba. Odiaba que no se puede controlar, que su celos siempre le cegaban, que era tan impulsivo y no notaba lo que destruía a su paso hasta que no lo veía hecho cenizas.

Llegando al hospital, entró por la puerta de emergencias gritando a los aires que necesitaba ayuda. Un par de enfermeras trajeron una camilla y el cuerpo del menor fue depositado ahí. Anthony se quedó parado, viendo como el cuerpo de su amor prohibido se mantenía inconsciente, siendo tocado por las enfermeras… 

El adolescente estaba al borde de un colapso silencioso, todos los movimientos de las personas a su alrededor se volvían lentos, el tiempo se detenía y sus lágrimas emergían nuevamente. Sólo podía notar qué traían máquinas y cosas tratando de revivir aquella persona, con gasas, medicina, suero y vendas para detener sangrado… Una imagen lentamente dolorosa a sus ojos.

Anthony entendió que no era sólo La amenaza de aquella vez por el texto en el celular la que le causaba miedo… No, no era ese mensaje… 
No era solo el abandono… No era el amor no correspondido. Tenía miedo de que Day dejará de existir de un momento a otro. 

-Day….- masculló amargamente.
Notas finales:

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