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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiii aquí les dejo otro capítulo, mañana no hay actualización hasta el jueves.

No olviden comentar TuT

Capitulo 42.
Partida.




El señor Frederick apareció por el marco de la puerta, miraba como el menor hacía sus maletas violentamente apresurado, gimoteaba jalando la mucosa nasal mientras trataba de apaciguar su propio llanto. Tantas cosas que le acababan de ocurrir y no podía manejar, pero en esa mansión no podía tener un solo pensamiento tranquilo.
Su padrastro se acercó y le ofreció un pañuelo dandole una mirada en donde transmitió el dolor que él también sentía. Day se detuvo por unos instantes mirando fijamente el pañuelo, devolvió la mirada a los ojos verdes del señor frente a él.
- Lamento por todo lo que has pasado… No es justo para ti que tengas que llevar esta carga siendo tan joven- dijo Frederick con una voz amena y pacífica.

Day no pronunció palabra alguna dirigiendo de nueva cuenta su mirada hacia el pañuelo qué le ofrecía aquel hombre.
- No te juzgo si no confías también en mí…. Eres libre de irte y regresar a tu antigua vida, no le debes nada a esta familia porque ya no existe familia a la cual volver… Pero si está en tu corazón puedes llamarme cuando lo necesites- Pronuncio el señor Frederick dejando el pañuelo sobre la cama. Y mientras se marchaba limpio sus propias lágrimas con el manga de su camisa blanca.

Day no comprendía el porque aquel hombre continuaba siendo amable con él, pues después de todo lo que le hizo su madre era bastante normal que también le tuviera un cierto odio, que le guardara rencor respecto a la infidelidad de aquella mujer.
- Qué es lo que usted sabe?- pregunta dudoso sin querer recibir más noticias malas Aunque su instinto de supervivencia le pedía tener todo el conocimiento a su mano.
- Creo que se lo que tú sabes… Se de la infidelidad de tu madre, sé que te sacrificaste por ella y dejaste que mi  hijo te abusara… Sé que James me ha mentido y que tu amigo Edward estaba al tanto de todo… Así como tú hoy mismo me acabo de enterar- El señor Frederick Se volteó y le miró directamente a los ojos. La verdad Estaba marcada en sus pupilas y no había nada de falsedad que expresara su rostro.

Day comprendió sin más palabras que no era la única víctima aquí que en realidad sólo había sido utilizado aquel hombre incluso de una forma más bizarra de la que él había sido utilizado. Se dio cuenta que estaba haciendo egoísta y pensando en su propio dolor sin considerar qué otras personas habían sido lastimadas en el proceso de todo esta maraña de mentiras y manipulaciones. Esto era lo que tanto temía qué le pasará a su madre, tristeza y decepción reflejada en los ojos de su padrastro era lo mismo que él sentía después de todo el caos anterior. Lo que tenían en común aquel hombre abatido y el mismo era la traición con la cual fueron marcados por las personas que más amaban.

- Cómo es que lo sabe?- Pregunta temeroso de causar las recientes se abran más de la cuenta.
- Alguien me envió videos y fotografías a mi correo electrónico… La verdad no me importa quién haya sido, Lo único que quiero en este instante es que tú salgas de esta casa, yo puedo manejar todo esto… Pero tú… Tú eres demasiado joven… temo que no puedas reponer te de esto- Dice el Señor Frederick tratando de aguantarse su propio llanto. 
Él no culpa de nada de lo sucedido a su hijastro, realmente su único interés es salvar a ese adolescente qué crecerá con las cicatrices de haber estado en medio del fuego cruzado. Day se acerca velozmente su padrastro y le abraza con fuerza, El poderoso Hombre de negocios que en un principio se mostraba frío correspondió el abrazo derrumbándose emocionalmente derramando todo el dolor que había acumulado a lo largo del tiempo.

Day se aferró fuertemente  buscando ya no protección si no brindar cuidado y cariño al pobre hombre que compartía su mismo dolor.
Eran mentiras tras mentiras acumulandose una sobre otra entre miradas hipócritas los beneficios que pudiesen sacar. En aquellos momentos eran iguales, heridos y  utilizados sin más salida que abandonar todo aquello que les hacía daño. Separándose luego de unos momentos, el señor acomodó el cabello rubio del chico dando una caricia compasiva y le miró con dulzura con aquellos enrojecidos ojos.

- Por el momento ve a un hotel, te daré el dinero para que lo pagues y todo lo que necesites házmelo saber- Dijo el señor Frederick secando con su otra mano lágrimas que había derramado anteriormente.
- Gracias pero no quiero abusar más de su hospitalidad… Llamaré a un viejo amigo y me quedaré con él, Está bien si hago esto?- dice el menor también secándose sus  lágrimas.
- Lo que veas a tus ojos está bien para mí, sólo mantente alejado de todos ellos y llámame en cuanto puedas… Pero por favor acepta el dinero pues lo vas a necesitar más adelante- Su padrastro recalca la importancia detener los medios para subsistir.

- De acuerdo… Lo aceptaré sólo porque usted me lo pide… Me quedaré con mi amigo de la infancia, su nombre es Allen le escribiré la dirección de su casa para qué si usted no se quede con el pendiente de en dónde me encuentro- Responde dando una sonrisa cálida.
- Está bien muchacho….- El señor le entrega un fajo de billetes los cuales pone en las manos del menor dando palmaditas en un intento de reconfortarlo.
- Me disculpo por todo el daño que le ha causado mi madre… Aún si ustedes se divorcian, por favor no se olvide de mí- Day baja la mirada sintiendo vergüenza por los actos de su progenitora.

- Las acciones de ella no tiene nada que ver contigo y el cariño que siento por ti es genuino… No te culpes más por lo que ha ocurrido este día, ahora ve y regresa a tu antigua vida y por favor no te olvides de mí- Dice esto abrazando al menor con cariño paternal esperando desde el fondo de su corazón que toda esta tormenta pasara.
Day se siente reconfortado de una maravillosa manera, entiende en este preciso instante qué es capaz de proteger a pesar de su corazón herido. Su padrastro toma las maletas una vez que ya estaban completamente cerradas, bajan por aquellas escaleras en donde Aún se encuentran todos ellos.
Edward quién estaba sentado en una silla agarrando con sus manos la cabeza dirige su mirada hacia Day levantándose abruptamente esperando alguna reacción de él.

Anthony por su parte se encuentra sentado en el sillón con la cabeza escondida entre sus rodillas, no quiere mirar a nadie más pero al escuchar todo ese ruido de las maletas bajando también se incorpora y su mirada grisácea se llena rápidamente de lágrimas, lo que más temía estaba ocurriendo justamente frente a sus ojos. La persona por la que tanto peleó y amo se iba de sus manos, escarmentando por primera vez el hecho de que todas sus acciones tenían una consecuencia y que sin importar cuánto le doliera tenía que dejar ir a su amado para que de esta manera por lo menos alguno de los dos obtuviera paz.

James miro primeramente las maletas entendiendo erróneamente que el chico se Iría con él, nada más alejado de la realidad pues aún no lograba aceptar lo que había ocurrido. 
-Day… Al fin me has aceptado?- sonríe crispadamente.
El menor ni siquiera se atreve a mirarlo y continúa caminando con dirección a la entrada principal, Qué causa lástima de cierta forma el hecho de que un profesor tan renombrado de hermosa apariencia este tan destruido psicológicamente.
-James vete de mi casa…. Mis abogados hablaran contigo el día de mañana- Dice autoritariamente el señor Frederick mostrando una mirada fría llena de desdén.
-Tío… De qué estás hablando?- Pregunta el profesor sin tener conocimiento de que el señor ya está al tanto de todo lo ocurrido.

-James deja de fingir, lo sé todo… Sé que me traicionaste con mi esposa, qué mi hijo es un vil violador, que es a ti quién fueron vendidas ilegalmente parte de las acciones de la empresa… No quiero hablar contigo de esto, mis abogados se comunicarán contigo y te recomiendo que no huyas o esto se pondrá peor- Frederick se posiciona en frente de la persona a quien tanto cuidó y glorifico a comparación de su propio hijo.

Más allá de a decepción que sentía, un sentimiento de lástima y vergüenza  pasaban por su corazón.

- Veo que ya te han informado de todo… No pienso irme no te preocupes… Lo único que quiero de ti es el dinero que me corresponde, tu mujer no me interesa… Sólo quiero mi dinero- Responde James mostrando por primera vez su verdadero rostro ante el Señor Worthington. Esto ya no le sorprendía pero si causaba náuseas el que haya mentido por tanto tiempo.
- Ya llegará el tiempo de hablar de esto… Ahora vete de mi casa y no vuelvas más- Repite el señor Frederick mirándole con rudeza.
-Day mi amor, sube tus maletas al auto, no vamos de aquí- Dice James mirando retador a su "Tío".
-El muchacho no se irá contigo... Saca esas sucias ideas de tu mente, No creas que no se de tu gusto por él... Alejate de Day o acabaré contigo- Frederick rápidamente contesta en un tono autoritario.

Day camina a la puerta principal de  la Mansión sin mirar a las personas que dejaba atrás, No es que no quisiera dedicarles una última mirada sino que temía volver a romperse si los miraba a los ojos, más si observa el estado en el que se encontraba aquella madre que tanto amó.

Day subió a uno de los autos y partió lejos de la casa, mientras su padrastro miraba como aquel niño regresaba donde realmente pertenecía.
Era una lástima que no pudo ofrecerle la familia que tanto necesitaba, ojalá las cosas hubiesen sido diferente y tal vez podrían haber entablado una Unión que no los separara. No lamentaba el haber conocido a su hijastro, pues desde que lo miró por primera vez supo que había algo especial y único en aquel joven, no era normal que poseyera tanta belleza aún siendo un hombre. Desde lo profundo de su corazón deseo que las cosas mejoraran y esto sólo ocurriría con el paso del tiempo.

- Anthony empaca tus cosas, sólo lo básico… Tú también te irás de esta casa- Menciona el señor Frederick sin mirarle siquiera.
- Está bien papá- responde el otro sin siquiera resongar.
-Frederick… yo…- Repentinamente esta voz le llama Y aunque sabe quién es no se digna siquiera mirarla.
- Tú también empaca tus cosas, pero no podrás llevarte ni una de las joyas qué has comprado con mi dinero, te dejaré llevar sólo una maleta, la misma con la que entraste por esta puerta será con la que regresarás… No verás ni un centavo de mi dinero y tampoco permitiré tengas custodia de tu hijo- Dice aquel hombre con un tono duro y Severo.
- Qué es lo que dices?!- pregunta Susan molesta.


- Lo que acabas de escuchar… No vas a obtener nada de mí, si no te importó destruir nuestra familia por una aventura A mí tampoco me va a importar regresarte al lugar de dónde te saque…. Así que no permitiré qué le sigas amargando la vida a tu propio hijo… Mis abogados hablaran contigo y tendrás que firmar la custodia total  de Day  para mí si no es que quieres que la policía se entere de qué me has robado, de qué vendiste las acciones que te correspondían y de que utilizaste a tu hijo para que lo violaran- Responde su esposo mirándola con agresividad.

-Tú!! Eres un maldito embustero!! Nunca me amaste! Sólo te importó mi cuerpo… Nunca me has brindado la suficiente atención y no me dabas el dinero que yo quería!! No vales la pena ni como hombre ni como esposo! James era el nombre que yo quería… Y tú y todos esos adolescentes arruinaron mi vida…- Grita ella tomando una postura de víctima aún con su rostro manchado por los golpes y la sangre seca.
- Piensa lo que quieras… Al final de todo en tu pequeña cabeza no hay más culpable que los demás… Siempre serás la víctima en tu reducida mente… Lo que me pesa no es el haberme casado contigo sino el haber descubierto como utilizaste a los demás Y en especial a tu propio hijo- Frederick no derramar una última lágrima Pues a pesar de todas las cosas en algún momento la amo y le duele la clase de persona que resultó ser ella.

- Ya eh hablado lo suficiente contigo, si quieres irte con tu amante eres libre de hacerlo, pero no pondrás un pie más en esta casa y no te llevarás Ninguno de los lujos que te eh otorgado, aprenderás a vivir del Falso amor de tu amante y entenderás los errores que has cometido, Sólo espero por Dios que te arrepientas en algún momento de tu vida- El señor Frederick termina de decirle y regresando de nueva cuenta hacia las escaleras continúa caminando.

Edward simple y sencillamente no tiene el valor de mirar al Señor al rostro y apresuradamente sale de la mansión, por su parte es Anthony quien regresa sin protestar detrás de su padre para poder empacar sus cosas sin saber siquiera a dónde iría. 
James sale de la mansión ignorando por completo a Susan, sube a su auto y arranca acelerando precipitadamente. Ella  en un intentó desesperado por seguirlo persigue el auto corriendo lo más rápido que puede gritando su nombre una y otra vez.


James
James
James no me dejes aquí!!



Pero no logra alcanzarlo y cae con el rostro hacia el suelo estridosamente. Su corazón se desquebraja porque a pesar del  amor que ella siente por él sabe qué eso no es correspondido y el amor de su príncipe es para su propio hijo. Se odia a sí misma por haber caído nuevamente en las palabras de un hombre y odia a todos los demás por haberla hecho pasar por este amargo momento. 
Nadie la entendía y nadie quería comprender el porque había realizado todas estas acciones tan sórdidas, Sabiendo desde un inicio la violación por la que tuvo que haber pasado su hijo, tratando de acallar una y otra vez de su conciencia que le pedían a gritos defender lo único que consideraba realmente valioso, a su bebé, a Day. La única criatura en todo el mundo que le amaba incondicionalmente.


Pero no.


Su avaricia pudo más que cualquier otra cosa y su ambición cegó su corazón para no tener que mirar y darse cuenta de todo el sufrimiento que tuvo que pasar su hijo durante aquellos cortos meses. Se había dado cuenta del abuso apenas un par de semanas después de casarse, escuchó por los jardines cuándo Day suplicaba que no le penetrara de esa manera tan agresiva, que le dejara libre.
Que le dolía.

Incluso escucho su hijo llamandola  por su nombre tratando en vano de obtener algo de misericordia. Mordió su propia lengua hasta hacerla sangrar para no corresponder al llamado y simple y sencillamente se dio la media vuelta esperando confundir su propia mente y tomarlo como una mera fantasía amarga.
No permitiría que nada arruinara su tan afortunado matrimonio con un multi millonario, nada aruinaría la felicidad que ella tanto deseaba, la vida por la que tanto peleó y lucho. 
Qué más daba si se sacrificaban alguna que otra persona para que 
ella llegará hasta dónde estaba, Aún si su corazón de madre le reprochara cada acto que ella realizaba. 

Algún día su adorado hijo tendría que entenderla… 


Hace 16 años… 
Susan era un adolescente ingenua y corazón noble, Lamentablemente A su corta edad perdió a sus dos padres dejándola sola y desamparada, quedándole como único familiar a su medio hermano mayor Stephan. Quién le ganaba por 7 años en edad, era hombre maravilloso, alto y fornido, con una asombrosa belleza muy similar a la de ella pues ambos tenían casi las mismas facciones con cabello rubio y ojos azules. La unión entre ambos hermanos fue inevitable, la química que existía entre ellos era una mezcla entre pasión y un amor totalmente desconocido. 

Por su parte Stephan sabía que estaba mal el desear como mujer a su propia hermana que aunque sólo era hermana de padre no era justo ni moralmente aceptable el tomarla más allá que una hermana. Poco a poco su relación avanzó y una cálida mañana fue testigo de un amor que se consumó entre dos hermanos.
Al cabo de un par de semanas  Susan empezó a presentar síntomas propios de un embarazo y esto asustó a Stephan por lo que fuese a pasar después de ello el mantenía a ambos dado a qué Susan era menor de edad y tenía miedo de lo que fuera a decir la gente por aquella relación prohibida qué trato de evitar sin nada de éxito. Y es que su corazón la amaba sin importar el hecho de que compartían sangre.

Cada tarde Durante los meses del embarazo él se encargó de trabajar todos los turnos posibles para que nada le faltará tanto a ella como al bebé, quería darles la mejor vida posible e iniciar su familia en otra parte donde no fueran juzgados por ceder a su amor prohibido. Cada día después del trabajo traía algo  para su futuro bebé y el resto lo guardaba que pudieran iniciar en otra parte cuanto naciera. 
Susan estaba tan enamorada y feliz de compartir su vida con aquel príncipe que la salvó de la soledad, acariciando su vientre abultado mientras le cantaba dulcemente tomando de la mano a su hermano.

Un beso los unió y un niño nació de aquel amor.

Era tan pequeño, de bajo peso y piel lechosa. Había sido prematuro debido a la poca compatibilidad sanguínea por ser los padres medios hermanos, Aunque el embarazo se había llevado con éxito el bebé al principio no tenía tan buena salud. Stephan desesperado por salvar a su hijo había aceptado otro trabajo del otro lado del país, estaba seguro que ahí podrían Iniciar una nueva vida a los tres juntos y de esta manera obtener un tratamiento médico para su pequeño hijo. Aquella hermosa criatura que era la máxima expresión de belleza de ambos jóvenes, incluso las mismas enfermeras acudían a los cuneros buscando ver a aquél muñequito de hermosa apariencia.


Day fue su nombre, dado por su padre por haber sido la alegría ocurrida en un día.
Cuándo Stephan entró por la puerta de la habitación en el hospital, miró al pequeño bebé en los brazos de su madre, al fin después de varios días se lo habían entregado para que lo amamantara. El padre no cabía en su felicidad y estaba listo para anunciarle a ella la decisión que había tomado respecto al futuro de la familia.
Ella extendió los brazos esperando a que su amado príncipe correspondiera su abrazo, pero olvido por un instante que tenía el bebé cargando haciendo que el niño casi cayera de la camilla hacia el suelo.

Stephan corrió rápidamente alcanzando a atrapar al bebé, quién primero se aseguró de que estuviera bien para después regañar agresivamente a la madre del niño. Esto asustó a Susan y de un momento a otro lo culpo a él por no haberle correspondido el abrazo. El padre ignoró la actitud de ella y se dedicó a mecer a su hijo para calmar el llanto pues tanto ajetreo y el hecho de haberlo soltado hicieron que el niño llorara. 

Susan miró con celos que toda la atención de su príncipe iba dirigida hacia esa pequeña creatura nacida de su propio vientre. Había soñado con tener una familia y ahora ya no estaba tan segura de qué estubiera  ese niño de por medio. Stephan empacó las maletas una vez que volvieron del hospital, con una mano armaba cada una y con la otra sostenía al bebé pues había quedado un poco asustado por el poco cuidado que Susana había demostrado con el niño. Ella Sólo lo miraba por el marco de la puerta y se había negado amamantarlo desde que regresaron a su casa. 
Stephan la ignoró y continuaba  empacando, ella no estaba al tanto del porque se quería marchar él Y tomó esta acción como si él huyera de toda responsabilidad con ella. 

Adónde había quedado las hermosas palabras que su príncipe le dedicó? 

Susan se sintió traicionada y opacada por la presencia del bebé.
Stephan le dijo que había encontrado un nuevo trabajo dónde podrían ser felices, le dijo que primero se irían él y el bebé a establecerse en la nueva casa, ya que no confiaba en los cuidados que ella le daría al niño y por la sorpresiva actitud tomada con referencia al bebé demostrando Susan un comportamiento infantil y celoso.
Susan bajo las escaleras y fue a conseguir un galón de gasolina. En alguna parte de su mente aquella idea había sido excelente, si su príncipe realmente no la amaba y deseaba abandonarla por el niño, entonces ambos se tendrían que ir y ella iniciaría una vida lejos de las carencias. Esperando patéticamente ser "amada de verdad" y adorada como lo que ella era. 


Un envase vacío y un fósforo cayendo al suelo.


El sonido estridente del camión de bomberos aparcandose frente a las llamas de aquella pequeña morada. Los vecinos salieron asustados por la situación y bastante confundidos por lo que había pasado, Susan 
comenzó a llorar pues acto seguido de haber prendido fuego su corazón se había arrepentido dado que en realidad no quería perder la única familia que le quedaba y hasta ahora que sus ojos que contemplaban las llamas exigía devuelta a su familia.

Un bombero salió con un bebé en brazos quien fue entregado inmediatamente al asustada madre. 
Cuando ella preguntó si su esposo seguía con vida no hubo respuesta del bombero. 

Susan entendió que había sido abandonada y así sin un hogar a dónde volver y sin nada más a su disposición decidió vagar durante meses con un bebé en brazos ignorando la ayuda del gobierno por ser menor de edad, esa pequeña criatura era lo único que le quedaba de su príncipe A quién decidió olvidar para encontrar uno nuevo que le diera "el amor y la atención" había deseado.

El cuerpo de Stephan jamás fue encontrado, ni siquiera entre las cenizas pues esperaba que aunque sea fuera hallado calcinado, pero no había rastro mi presencia de alguna otra persona en aquel incendio. Al paso de los años Susana encontró un trabajo como mesera después de estar vagando por tanto tiempo, Allen un hombre amable le extendió su mano para ayudarla consiguiendole un trabajo en aquel restaurant. Donde ella consiguió un nuevo lugar para vivir tratando de darle a Day el amor del cual su corazón era capaz.

Sí.... Los años pasaron, y un pobre  niño rubio con él corazón destrozado llegó a las puertas de aquel hombre qué prometió ayudarle. Tocando el timbre, y la puerta le fue abierta, miró a Allen lastimado por aquel accidente ocurrido hace unos días en su camioneta, corrió para abrazarle tan rápido como pudo y sus lágrimas se desbordaron. El acarició su cabeza gentilmente dándole todo el consuelo y amor que necesitaba.
-Day… Siéntete como en tu casa, de ahora en adelante no nos volveremos a separar- Dijo Allen  amorosamente con una sincera sonrisa.
Notas finales:

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