Capitulo 7
La espuma y un vaso de leche.
La fiesta había sido de lo más aburrida para el joven prodigio de profesor, James solo había asistido con la excusa de ver al pequeño bombón de doradas hebras, que aunque no consiguió admirar pudo retirarse antes de que la noche fuese más tarde. James sabía que estaba mal pensar de esa forma y más porque sentía deseos sexuales por un adolescente tan pequeño, esto es pedofilia… Es un asco de inclinación y una aberración a la buena moral humana. Pero que se le podía hacer si sus cuerpos se habían entendido con tanta facilidad y eso no estaba solo en su cabeza, le constaba las reacciones inocentes del menor. Esa cara y esos gestos… Day le dió paso a esas emociones con solo verse a los ojos.
Maldición! Si esto no fuera verdad sería una absurda y aberrante fantasía. Qué más da, lo hermoso del asunto era que podría acercarse a el chico de una manera más sutil y eso le daría la posibilidad de tenerlo en su cama dentro de poco tiempo.
James era la belleza del instituto marcado por las altas espectativas de su adinerada familia y enredado por tantas responsabilidades que apenas le era posible pensar en si mismo.
Aunque eso no le detenía para ser más ambicioso, Al tener que competir con sus hermanos por la herencia y el reconocimiento de su familia le daba menos opciones de salir vencedor, jamás se quedaría con todo lo que la familia Snow poseía, pues sus otros hermanos eran más sobresalientes que él y como no podía seguirles el paso de cierta forma optó por un camino más rápido, si conseguía la dirección del Instituto y ya no ser un maestro más en un par de años se podría lanzar a una candidatura política, eso aunque no sonaba práctico le ayudaría bastante.
Sobre todo si lograba ser considerado un heredero de los Worthington tendría acceso no solo al pedazo de herencia que le correspondía de los Snow si no también a esa otra riqueza, su único obstáculo era Anthony, desprestigiarlo no sería muy difícil y una vez fuera de su camino el Señor Frederick lo nombraria su heredero al no tener más hijos de sangre. Pero el plan tenía un pequeño detalle, Cómo se desearía de la nueva esposa y su pequeño muñequito?
Susan representaba una molestia, si se deshacía de Anthony quedaban ellos dos, así que que debía quitar a la mujer, si lograba deshacerse de ella Day ya no sería un candidato a heredar y el podría quedarse para si mismo al chico.
Sin embargo todo este rebuscado plan no le hacía feliz y no le llenaba, lo único que le emocionó de cierta forma fue el hecho de poder quedarse con Day, si todo salía bien podría ya no estar solo y dejaría de ser ignorado por toda su familia, dejaría de sentir presión y conocería la pasión al amar.
Mmm sí… Day le daría noches de calor luego de días exitosos, un trofeo que poner en su pedestal con forma de cama, ahora que estaban autorizados los matrimonios homosexuales por el gobierno sería un plus cuando llegara la edad legal de Day y así tener un esposo jóven, candente y de buen ver para llamar más la atención de su candidatura, inclusión de género sería un pequeño As para obtener más votos de aquella comunidad.
El plan cada vez sonaba mejor, solo debía deshacerse de Susan y Anthony y todo se daría de manera natural…
-Pequeño Ángel… Te tendré en mis brazos- dijo jadeando, cerrando los ojos mientras la espuma de la enorme tina se quedaba inquieta, inclinando su cabeza hacia atrás jadeo nuevamente. James tenía su miembro despierto y sus manos jugando.
-Solo espera… Te enseñaré un mundo nuevo…- gimió quedamente mientras mordía su labio inferior.
Estaba mal pero que bien se sentía ser egoísta por primera vez.
Así pasaron los días, mientras Day era acosado por su nuevo hermano por todos lados, ya había sido inscrito en aquel Instituto obligándolo a morderse la lengua, abandonando su vida anterior, dejando a Lizzie y extrañando los regaños de la Profesora Miranda, los paseos en el parque, las travesuras cotidianas y la adolescencia al lado de su madre.
Todo lo que conocía cambio técnicamente en días y los días se hicieron semanas, semanas en las que trató de huir de los acosos de su hermano y de las críticas que empezó a recibir de sus nuevos compañeros de clase. La vida se le venía en sima y con un sabor tan amargo.
Por otro lado Anthony estaba en el cielo, mirando a Day todos los días y durmiendo a unos pasos de su habitación, espiandole cada que podía y manoseandolo cuando quería. Pobre del chico si se atrevía a llevarle la contraria, si osaba no dejarse tocar por él. Sabía que esto pudo haber sido diferente si aquella mañana Day no se hubiera puesto a gritar, él estaba dispuesto a tratarle bien pero la negativa a su "Relación" le ofendió causando que Anthony se tornara acosador y posesivo. Todo ese maltrato Day lo provocó al no corresponderle como el jóven Amo esperó desde un inicio. En su mente torcida Day debía amarle incondicionalmente sin pensar, sin tener voluntad pues aquella noche ellos "Hicieron el amor" y aquello era la única verdad.
Una de tantas noches Anthony se acercó a Susan y le aconsejo llevar leche que el mismo le dió al cuarto de Day, cosa que parecía buena idea ya que la pasar tanto tiempo con su nuevo esposo había descuidado a su hijo. Susan avanzó a la puerta del chico y entró, hayandole cansado, dormitando sobre el escritorio con toda la tarea terminada. Dejo el baso de leche a un lado y beso su coronilla despertándole con suavidad.
-Cariño, ve a la cama ya es muy tarde y te estás quedando dormido aquí- Day miró somnoliento a su madre y sin ganas de nada bajo de la silla.
-Mi bebé mira te traje leche, tómala y ve a dormir- sonrió amable la rubia mujer.
-Gracias mamá…- fingiendo una sonrisa la bebió toda. Se acomodo en su enorme cama y se dispuso a dormir, Susan besó su frente y se fue a su habitación. Las luces de toda la mansión se apagaron, los empleados de la casa dormían y no había nadie por los pasillos.
Un leve sonido de madera se oyó, la puerta de Day había sido abierta y una sombra se acercó a él. Con suavidad fueron retirados los pantalones de la pijama verde, su playera de pizza y los calcetines de sus pies. La ropa interior salió de su cuerpo por las manos de esa sombra, y su piel comenzó a ser besada con brusquedad. Day no despertó en ningún momento, el edredón celeste fue tirado al piso y la luz natural se colaba por la ventana.
El cuerpo desnudo de Day era una obra de arte, caderas finas pero anchas, piernas largas y cintura delgada, una espalda pequeña y pezones rositas… De piel lechosa y el olor afrodisíaco emanando por sus poros tan característico de él.
La sombra comenzó a mordisquear un poco más su pecho, tomó ambas piernas y las separó. El sonido sutil de un líquido era dejado caer por toda la entrada del muchacho. Un poco por aquí un poco por acá… La abertura estaba siendo dilatada con dedos maestros, primero dos y luego tres. La entrada está lista, las piernas levantadas inclinandose en sus hombros de un chico totalmente inconsciente… Aquella leche había sido adulterada con algo píldoras para el insomnio, las suficientes como para no despertar en muchas horas.
La entrada de Day se llenó de un pene palpitante y el Vaivén comenzó de forma lenta… No tenía prisa alguna, ese delicioso niño sería degustado con calma.
-Ahhh…- gimió la sombra que al asomar su rostro la luz de la luna reveló lo obvio, Anthony moría por tomarle de nuevo.
El Vaivén de caderas de convirtió en estocadas agresivas, fogosos besos que un inconsciente Day no correspondía, daba igual si estaba despierto o drogado, el chico nunca cooperaba del todo con los deseos de su hermano mayor.
Gemidos callados por precaución llenaban sutilmente la cama y una eyaculación se aproximó. Deliciosas corrientes se pasaron por toda la columna y sus extremidades... La oleada de placer le dejó sin aire y el interior de Day fue llenado de semen otras dos veces más , el jóven Amo no se saciaba del chico y pedía más, hasta que escurriera semen por montones de sus muslos. Gimiendo en la cara del chico inconsciente terminó por devorarle la boca en intento fallido por hacerle notar sus sentimientos... Sentía que moriría si ese niño no le correspondía, ráfagas de cordura lo invadieron pero fueron apagados con su orgullo y un poco de vanidad. No lo hubiese drogado para tenerle si Day fuera más cooperativo... Maldita sea, todo esto era culpa del rosal.
Anthony terminó de hacer su crímen y limpió como pudo el desastre que hizo de su hermano menor; cambio las sábanas y la ropa interior de Day que antes traía puesta se la guardó para si mismo, Dejando todo como al principio, unos boxers limpios y el cuerpo de Day cubierto por el edredón.
Salió de la habitación con cuidado y cerró la puerta, casi darían las 4 de la mañana si no se apresuraba. Al estar dentro de su propia habitación pudo sentirse con la libertad de aspirar con fuerza la ropa interior robada… Ahh olía a él, olía a un pequeño chico enredado en rosas.
Maldición, tenía otra potente erección en los pantalones de solo recordar aquel momento, salió de nuevo de su habitación y con pasos acelerados entro de nuevo a la alcoba de su hermano… Que más da si lo volvía a ensuciar, Day ya no se pertenece a si mismo.
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