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SCAR por Walid

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Camino a la casa de Vante, fue el propio JungKook quien condujo y lo hizo asustado, notaba a Vante tenso y no quería que entrara en crisis.


Cuando entraron en la casa del chico, Vante fue derecho a su habitación y se encerró. JungKook se sentó en el sofá y lamentó todo. No sabía qué hacer para que el chico le abriera la puerta. Al final, se acercó a la puerta y soltó aquello que pensaba del fotógrafo.


- Sé que te dan miedo los juicios ajenos y, puedo entenderlo, a mí también- dijo- no merecías escuchar lo que dijeron de ti. Si te soy sincero, creo que sí te pareces un poco a Forrest Gump. Ambos sois únicos. Él llegó lejos en su vida y sé que tú también lo harás. Forrest Gump marcó la vida de muchas personas y tú... tú has marcado la mía- JungKook paró su discurso cuando la puerta se abrió. Vante estaba en pijama y con un barbijo. El chico le hizo un movimiento con la cabeza y le invitó a pasar, se tumbó en la cama e invitó a JungKook a que hiciera lo mismo. En el momento en el que se tumbó, Vante se acercó a él y se acurrucó a su lado.


En aquel momento, sintió como el corazón empezaba a latirle a mil por hora, era la primera vez que estaba en la cama con Vante, era muy consciente de que nada pasaría, pero no podía evitar ponerse nervioso ante el hecho de que fue el propio Vante quien le había pedido que se metiera en la cama con él. Tomó aire y se concentró para seguir hablando, el aroma del chico le embriagaba, quería perderse en ese aroma, perderse para siempre porque nunca había olido algo que le atrajera tanto.


- antes de conocerte era una persona común, ¿sabes?- continuó- escuchaba música comercial, no sabía lo que era el blues, el jazz y tampoco se me podría considerar una persona culta porque no leía, pero desde que te conocí, hago todas esas cosas. Quiero ser mejor persona y quiero serlo desde que te conocí- dijo- me has cambiado para bien Vante Tittensor.


A pesar de que sólo le veía los ojos, JungKook pudo ver cómo el chico sonreía.


- No quiero ser amigo de tu novia.


- Ella ya no va a ser mi novia.


Vante le miró y, aunque odiara admitirlo, su corazón dio un vuelco y sintió esperanza.


- Pero...


- Te lo dije, si ella se llegaba a burlar de ti, no me volvería a ver.


- Pero fue su amiga.


- Pero ella no hizo nada. Mañana empezaré a buscar piso- dijo JungKook.


- Puedes quedarte aquí- dijo Vante de forma muy impulsiva- bueno, entiendo que quieras tu espacio. Si no encuentras nada, puedes quedarte en la salita del estudio, así no pagarás nada- se corrigió en el último momento.


- Pero la salita de tu estudio... es tu estudio. Ahí descansas. No podrás descansar si estoy yo- dijo JungKook.


- Entonces deberías quedarte aquí- rebatió Vante.


- Aquí vives tú- dijo el chico- me encantaría vivir contigo, pero creo que prefiero buscar algo cerca de ti- dijo- lo más cerca que encuentre, por si me necesitas... o por si te necesito.


- En este edificio se alquila un piso- dijo Vante- justo el de arriba- añadió y señaló el techo.


- Mañana preguntaré por él.


Así pues, JungKook se quedó dormido con Vante en sus brazos y no pudo dormir mejor. A la mañana siguiente no quería despertarse. Era domingo y sabía las cosas que debía hacer y no quería. Así pues, se tumbó de lado y abrazó al fotógrafo.


A las diez y media sintió a Vante removerse en su regazo y le miró a los ojos.


- Buenos días- dijo.


- Buenos días- respondió el chico y se acomodó el barbijo- me voy a la ducha.


- Yo voy a por mis cosas- dijo- ¿te importa si las dejo aquí?


- En absoluto- dijo y rebuscó en un cajón de su tocador- toma, una copia de mis llaves. Las llaves de mi coche están en la puerta, donde siempre, coge mi coche.


- Gracias. Eres el mejor. ¿Podrías llamar al casero y preguntarle por el piso? Quiero quedármelo sí o sí.


- Descuida, mientras traes tus cosas, hablaré con el casero, le conozco, no creo que haya problemas.


- ¡Muchas gracias!


Así pues, Vante se metió en la ducha y, cuando estuvo listo, comenzó a hacer las llamadas oportunas. JungKook, por su parte, estaba en el coche del fotógrafo camino a su casa. Dejar a su novia, coger sus cosas y mudarse. Demasiado para un solo día.


Cuando llegó, Angie le estaba esperando en el sofá. La chica llevaba puesta la ropa de ayer, parecía que no había dormido y tenía signos de haber llorado.


- Te he llamado mil veces, lo tienes apagado.


- Está sin batería- reconoció JungKook.


- No pensé que Queen diría aquello- dijo Angie.


- No te hecho a ti la culpa, pero...


- ¿Le quieres?- preguntó Angie- a Vante, ¿estás enamorado de él?


JungKook suspiró.


- Es obvio que, si sólo nos fijamos en el físico, sí, me atrae. Pero... no es sólo su físico. Es su forma de ser. Siempre quiero saber más de él, a veces estoy sólo y pienso si esto o lo otro le gustaría- se tapó la cara y miró a Angie- no sé si estoy enamorado de él, pero tras conocerle, sé que te he querido... pero no estoy enamorado de ti- JungKook paró cuando la escuchó sollozar- me voy a mudar, he encontrado un piso.


Sin más, JungKook cogió la maleta que, en su momento, había llevado a aquella casa y la llenó con toda su ropa. Cualquiera pensaría que, siendo modelo, tendría toneladas de ropa. Pero no era así. En otra más pequeña guardó sus zapatos y accesorios. Dio varias vueltas a la casa y fue a la habitación de invitados donde tenía algún traje, corbatas y el pasador de pelo que Vante le había regalado.


Cuando abrió la caja fuerte se quedó de hielo al comprobar que el pasador no estaba allí.


- ¿Es para él?- preguntó Angie. La chica lo tenía y lo miraba embelesada. Cerró la caja y se lo dio- odio admitirlo, pero le quedaría bien. Incluso parece hecho para alguien como él.


- En realidad, es mío- confesó- él me lo regaló a mí.


- Vete ya- pidió Angie.


No lo dijo con ira o rabia, sino con dolor.


- Lo siento- dijo JungKook- yo era muy feliz contigo.


- Siempre supe que no teníamos una relación... bueno, normal. Me convencía a mí misma que eso era bueno y creo que es bueno, pero yo sentía por ti más de lo que tú sentías por mí y...- sonrió- ¿A que cuando le ves sientes que todo a tu alrededor se para y desearías no separarte de él nunca?- JungKook la miró y las lágrimas surcaron el rostro de Angie- es lo que yo siento por ti.


- Lo lamento tanto. Para mi eres demasiado especial y yo no quiero que lo pases mal...


- Se feliz y triunfa a su lado. Realmente eres la cura de ese chico.


- Angie...


- JungKook, ¿no te lo has planteado? Tú, entre todas las personas, eres el único con quien Vante puede ser normal. Quizás no se trate de los problemas de él. Quizás sea el destino.


El chico la abrazó y le dio un beso en la frente. Cuando salió de allí no pudo evitar sentirse liberado.


Llegó a casa de Vante y dejó todas sus cosas en la habitación de invitados.


- Te he conseguido una visita a la casa para hoy en la tarde- dijo Vante- he logrado que te rebajara el alquiler. Pero tendrás que prometer no hacer fiestas.


- Entonces pasaré mucho tiempo en tu casa.


El fotógrafo sonrió.


- Me ha escrito Niall, me ha dicho que has escrito a varias revistas para que me entrevisten- dijo JungKook, dejando sus cosas amontonadas en una esquina para que no molestaran.


- Sí, lamento decirte que también son tipo juvenil- dijo Vante. Se puso a organizar las cosas de JungKook en montoncitos por colores y formas- ah, y Niall me ha mandado esto por correo electrónico, échale un ojo, es para que hagas colaboraciones pagadas con Eileen. Al parecer ella quedó encantada contigo y ha propuesto este espacio en la revista.


- ¿Pregúntale a JungKook?- dijo el chico y sonrió- oh, sí, es muy juvenil.


- Sí, pero tú eres joven y las chicas quieren saber de ti y preguntarte cosas. Además, sólo con esto ganarás trescientos al mes.


- ¿Es una coña, ¿no?


- No, no lo es. Piensa que pagarás el piso sólo con esto.


- Vale, me has convencido. Acepto.


Aquella tarde el chico fue a ver el piso junto a Vante y firmó el contrato ese mismo día. Como quería pintar y reorganizar, la siguiente semana se quedaría en casa de Vante.


Fue el propio Vante quien le ayudó a escoger los colores, las nuevas cortinas y el edredón. También la mantelería.


- Estoy seguro de que no voy a usar manteles.


- Puedes traer el mantel a mi casa y lo usaremos- dijo Vante.


JungKook sonrió.


- Creo que aún no te lo he confirmado- dijo JungKook- pero he dejado a Angie. Lo hice el domingo.


- Si fue por mi...


- Mis sentimientos no eran sinceros y no puedo estar así. Tengo que hacer lo que mis sentimientos me digan que está bien.


- ¿Y sobre qué está bien?- preguntó Vante, con miedo.


- Eso tengo que averiguar- respondió, mirándole.


La semana sucesiva, JungKook trabajó a distancia junto a Eileen escribiendo a las chicas que le preguntaban cosas. Y, cuando no escribía las contestaciones, iba a otras entrevistas con revistas y tenía sesiones de fotografía con Vante.


- No te lo he vuelto a preguntar- dijo Vante, mirando su trabajo en la pantalla de su mac, último modelo- ¿vas a querer un book tuyo desnudo? No lo llegamos a hablar. Podríamos hacer un concepto íntimo- dijo


JungKook le miró, observando los rasgos faciales del chico. Desde luego parecía incómodo.


- No pareces cómodo con la idea.


- Pero... alguien lo tendrá que hacer y... no quiero que te desnudes para otra persona.


Alzó la vista y le miró, sopesando las palabras del fotógrafo.


- Lo intentaremos.


- ¿Esta tarde?- preguntó Vante.


- Bien, ésta tarde.


Así pues, aquella tarde Vante se sentía histérico. Se arrepentía de haberle dicho a JungKook que le haría aquellas fotos. Quería huir y llorar por no ser capaz de enfrentar aquello.


Aquella situación le ponía de frente todos los problemas que tenía con las relaciones interpersonales, muchos de ellos incluían a JungKook y no se sentía bien con ello.


- Cuando estés listo, me das un grito- dijo Vante.


JungKook, sabiendo que era mala idea, se desnudó completo y se sentó en el sofá. Vante había preparado una sábana de seda negra y otra blanca para jugar con los tonos. Se tapó sus partes y suspiró.


- Estoy listo- dijo.


Cogiendo su cámara y, sabiendo lo que iba a ver, entró. En el momento en el que entró, la semi oscuridad de la sala le consumió, vio a JungKook totalmente desnudo y con las sábanas alrededor de su zona íntima.


No lo pudo evitar y lo recordó. Recordó el olor... las risas... el dolor... el olor a sangre...


- ¡Vante!


JungKook se levantó con la sábana alrededor su zona íntima y se acercó a él, pero Vante alzó sus manos, impidiendo que se acercara.


- Voy a coger mi ropa para vestirme- dijo JungKook, señalando la silla que estaba cerca de Vante.


En el momento en el que JungKook se acercó a la silla, Vante salió huyendo al pequeño salón. JungKook se vistió y fue hasta el salón.


- ¿Vante?- preguntó.


El chico estaba tumbado, llorando. JungKook cogió su propia chaqueta y se la pasó por encima.


- Me duele- dijo- es como si volviera a sentir...


- Vante...


JungKook no sabía qué hacer, sólo quería que dejara de sentir dolor.


- ¿Te llevo al hospital?- preguntó.


- ¡No!


- De acuerdo... de acuerdo, no lo haré... ¿qué hago? ¿Tomas alguna medicina? No puedo verte así...


- Quédate a mi lado...


JungKook se sentó en el suelo al lado del chico y le tomo de la mano. Le escuchó llorar hasta quedarse dormido.


Eran las pasadas las doce cuando JungKook se levantó del suelo y fue a comprobar que todas las puertas estuvieran cerradas, puso la alarma y se encerró en el salón. Le puso una manta encima y fue al baño.


Estaba arreglándose el pantalón cuando escuchó un ruido en el salón. Asustado, abrió la puerta y vio a Vante abriendo el sofá.


- No vas a dormir toda la noche sentado en el suelo...


- Me has dado un susto de muerte- dijo, llevándose la mano al pecho- fui a hacer pis y pensaba que alguien había entrado...


- ¿Te has lavado las manos?- preguntó.


- No... pero que conste que ha sido porque me he preocupado por tu vida.


- Gesto loable, pero lávate las manos, cochino.


JungKook sonrió y, tras lavarse las manos, ayudó a Vante a poner las sábanas del sofá. Se tumbaron y el chico gateo hasta el regazo de JungKook.


- Gracias por no huir y preocuparte por mí.


- No hubiera hecho otra cosa- dijo JungKook.


Vante se acomodó aún más en el regazo del chico, se sentía seguro con él. Miró sus facciones con detenimiento. No mentiría, las había mirado demasiado mientras trabaja, lo que entorpecía sus horarios, pero no podía evitarlo, JungKook era hermoso.


- JungKook...


- Mmm...


- Gracias por lavarte las manos.


JungKook soltó una carcajada y Vante observó aquella sonrisa, embelesado, mientras escuchaba el sonido de su risa.


Fue un momento mágico que sintió que sanaba su alma un poquito más y, al mismo tiempo, una oleada de tristeza, dolor, depresión, miedo y ansiedad le sobrevenían.


Y es que, de un tiempo al presente, no podía evitar darse cuenta de que, a medida que JungKook calaba en él, todos esos sentimientos profundizaban en su ser.


El fin de semana se permitieron a sí mismos no moverse de allí. Estuvieron viendo las películas favoritas de Vante, el chico le comentaba las mejores escenas y los comentarios del director.


Comían de pedidos a domicilio y la ropa de recambio era la que JungKook tenía de sus sesiones.


- Tu ropa fluffy es bonita- dijo Vante.


- Dudo que exista algo en este mundo que a ti te quede mal- dijo JungKook.


El domingo llegaron al piso de Vante y, tras una ducha, cenaron juntos.


- JungKook... sólo por esta noche... sólo será esta noche, pero ¿podrías dormir conmigo?


- Me encantará- respondió JungKook.


Aquella noche volvieron a dormir abrazados. Pero Vante no durmió, no podía. No dejaba de darle vueltas a esa sensación de tristeza que se estaba instalando en su interior.


A la mañana siguiente el despertador de Vante sonó muy pronto. De hecho, aún era oscuro. El chico lo apagó y se fue a la ducha. Cuando salió, encontró a JungKook despierto, pero con cara de sueño preparando café.


- Me he levantado a preparar café- sonrió- ¿Tienes que ir a algún lado?


- A recoger unas pruebas médicas... ya sabes, de aquel día.


- Entiendo. ¿Necesitas que te acompañe?


- No es necesario.


- ¿Quieres café?- preguntó.


Cogió su termo y lo llenó de café.


- Lo tomaré mientras me arreglo- dijo- muchas gracias.


El chico cogió su termo y se encerró en la habitación. Una vez allí no pudo evitar echarse a llorar. La marea de sus sentimientos hacia JungKook, esa tristeza salida de ninguna parte, el accidente... eran demasiadas cosas... no podía manejarlo todo.


Se quitó el barbijo y se secó las lágrimas. Se arregló, se maquilló y, cuando salió, eran las siete y media.


- Descansa, aún es pronto- le dijo a JungKook.


- Si sales pronto, avísame. Podríamos desayunar juntos.


- Lo haré.


JungKook vio como Vante se marchaba y sintió vacío en él. Otro secreto de su vida, otra cosa a la cual no podía llegar y no sabía si llegaría. Se imaginaba que iría a terapia, pero sabía que el chico no le comentaría nada. Igual que no le comentaba nada sobre lo que le había pasado o porque siempre llevaba un barbijo.


Quizás el chico hubiera llegado a su límite, quizás ya no podría avanzar más. No quería pensarlo. Él quería que Vante se recuperara.


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