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SCAR por Walid

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Mientras tanto, Vante estaba en la sala de espera de su doctora, le había llevado algo de comer porque entendía que la mujer no iba a comer por atenderle a él.


- Vante Tittensor- dijo la doctora.


El chico se levantó y entró.


- Hola, Vante, cuando mi secretaria me dijo que necesitabas verme de forma urgente, me preocupé. Jamás habías pedido una cita extra en todos estos años.


- Hola... le he traído comida... sé que no va a comer por mi culpa. No me va a importar que coma mientras me atiende- dijo.


- Oh, no era necesario- dijo la doctora, con amabilidad.


Sin embargo, aquel gesto supuso una esperanza en la doctora. Que Vante se hubiera preocupado por ella, era un rasgo de que el chico estaba comenzado a empatizar.


- Cuéntame, ¿qué te preocupa?


- JungKook- dijo, al fin.


- Concrétame un poco más- dijo- ¿ha pasado algo entre vosotros dos?


- Bueno, usted ya sabe que vivimos en el mismo edificio- dijo- hemos estado durmiendo juntos a menudo- reconoció- siempre soy yo quien se lo pide y no tengo ningún problema con eso- admitió- yo... sé que él siente algo hacia mí y no sé cómo manejarlo.


- ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo ha dicho?


Le contó todo sobre la sesión de fotos en desnudo integral de JungKook y lo que pasó después.


- Es tu primer acto sexual desde lo ocurrido... y en nueve años- dijo la doctora- ¿cómo te sientes al respecto?


- Confundido- admitió- se suponía que esto no me debería estar pasando. Es algo malo y, sin embargo, pensando en JungKook se sintió bien y yo... ¡No puedo respirar!


La doctora se levantó como un resorte, separó las piernas del chico, puso sus codos sobre sus rodillas y le hizo agachar la cabeza.


- Respira, Vante... recuérdalo. Puedes respirar...


El chico tardó unos minutos en recuperar la compostura.


- Será mejor que te tumbes en el sofá- le dijo. Le llevó hasta el sofá y le tumbó- ¿Estás mejor? ¿Quieres que continuemos hablando de JungKook y lo ocurrido?


Se giró y abrazó un cojín. Suspiró y asintió.


- Te voy a hacer una pregunta, es muy importante y vamos a tratar sobre ella en las sesiones. Te ruego que pienses sobre ella en la medida que puedas en tu casa, ¿de acuerdo?- preguntó la doctora y Vante asintió- ¿Qué diferencias ves entre tu accidente y lo sucedido con JungKook?


La miró a los ojos y frunció el entrecejo.


- Con JungKook... lo deseaba- dijo- y lo deseo- añadió en voz baja.


- Vante, hace tiempo no serías capaz de diferenciarlo. Estoy muy orgullosa de ti- dijo la doctora.


- Usted está feliz y piensa que yo me estoy curando, pero no... algo está mal- dijo- cada vez que él y yo somos más cercanos, siento más dolor dentro de mí.


- Es normal- le tranquilizó- a medida que vayas recuperándote, sentimientos que no recordabas tener y que llevaban mucho tiempo dormidos, irán despertando. Es posible que en un primer momento creas que pueden sobrepasarte, pero no es así.


- ¿Cómo está tan segura?


- También pensabas que no podías sobrevivir al accidente- dijo- y estás muy cerca de tener una vida. Lo estás logrando.


Y, en aquel momento, la doctora Prescott lo vio, el único impedimento para que Vante fuera al fin feliz: miedo.


- ¿Le has contado ya a JungKook lo que te pasó?


- No. Ha sido una semana complicada- dijo, sin más.


- Te aconsejo contárselo- dijo- él ya sabe que te pasó, pero no sabe cómo, no huyó cuando se enteró, tampoco cuando te vio en pleno ataque de pánico. Está claro que ese chico quiere empezar una vida a tu lado y lo demuestra respetando tus tiempos, que es algo muy importante. Pero debes abrirte a él, sino él seguirá dando palos de ciego... además, abrirte a una persona, confiar en una persona, no es malo.


- Me lo planteo, pero no veo más allá de un mero planteamiento- dijo- no sé cómo ni cuándo- dijo.


- No te presiones- dijo la doctora- solo tenlo presente.


- ¿Me recomienda algo para esos sentimientos de ansiedad y tristeza que tengo cada vez que estoy con JungKook? Me gustaría no tenerlos.


- Me temo que, la única forma de librarte de ellos es enfrentándolos. Cuando le cuentes todo lo ocurrido a JungKook, parte del peso que cargas sobre ese futuro incierto, esos miedos, desaparecerá.


- ¿Entonces la solución es contarle lo que me pasó a JungKook?


- Me temo que sí. Una vez él sepa la verdad. Toda la verdad. Vais a poder navegar hacia un mismo destino. Tú ahora tratas de salir de este hoyo y él está dando palos de ciego porque no sabe que te pasa.


Vante asintió.


Aquella tarde, cuando volvió al estudio, le dio un abrazo a JungKook.


- ¿Todo bien?


- Hoy ha sido duro...


- ¿Quieres que hablemos?


- Sí, deberíamos, pero en otro momento...


Aquella tarde fue bastante silenciosa, no había bromas y, cuando llegaron a sus casas, Vante se quedó en su piso y alegó que no quería cenar, que estaba muy cansado.


JungKook decidió darle aquella noche de tregua, el chico también necesitaría su tiempo y espacio para asimilar lo tratado en la consulta. A la mañana siguiente, le preparó una sorpresa en el desayuno: sus tortitas favoritas y bajó a la floristería y le compró una rosa.


Aquella mañana, Vante no se levantó de humor, eso se notaba en su vestimenta. Se había puesto un pantalón recto alto, un jersey tipo oso, zapatos y un maquillaje sólo para tapar sus cicatrices. No llevaba sus habituales accesorios, ni brillo de labios o pintalabios. Tampoco pendientes. Aquel día no se echó colonia.


Subió al piso de JungKook y llamó a la puerta.


- ¡Buenos días!- le recibió con una sonrisa- ¡Estás muy guapo hoy!


- Tú me ves guapo todos los días...


- Será porque eres guapo- resolvió- ¡Para ti!


Le mostró la rosa y las tortitas. Sonrió, pensando que el chico le dirigiría su particular sonrisa cuadrada, o quizás le lanzaría un comentario mordaz sobre lo cocinado, pero lo que no esperó fue que el chico se pusiera a llorar.


- ¡Lo siento!- dijo Vante, secándose las lágrimas con un pañuelo- yo... lo siento. Desde ayer estoy así.


JungKook se acercó a él y le abrazó.


- ¿Has dormido?- preguntó y el chico negó- baja, ponte el pijama y duerme, yo me reuniré contigo en un rato- le dijo.


- Tenemos trabajo.


- Lo sacaremos adelante- le prometió- pero hoy no. Necesitas descansar.


Bajó a su casa, se puso el pijama en medio de una oleada de llanto y, mientras se quitaba el maquillaje no podía parar de llorar. ¿Qué estaba mal en él? Se replanteó llamar a su terapeuta, pero ya sabía la respuesta: contarle todo a JungKook.


Se terminó de quitar el maquillaje y se metió en la cama con el cubre bocas. Al poco escuchó a JungKook entrar, trastear en la cocina y después le notó en su cuarto.


- ¿Quieres que me acueste contigo?


- Vale...


Se tumbó a su lado y poco después sintió como el chico se quedaba dormido. Horas después, JungKook se levantó con cuidado y comenzó a hacer la comida para los dos. Cuando estuvo lista la dejó reposar en una olla y volvió a la cama.


- Hola...- dijo Vante, despertándose.


- No quería que te despertaras- dijo el chico- he estado haciendo la comida para cuando te despertaras.


- No tengo hambre- le dijo.


- No has desayunado...


- JungKook... ¿Nunca te has preguntado porque siempre llevo maquillaje, barbijo y nunca te dejo ver mi cara limpia?


- Sí, claro que me lo he preguntado pero creo que me lo dirás cuando estés listo- dijo, acomodándole el barbijo.


- Si me lo quito, ¿te irás?


- No.


- ¿Prometes no vomitar o poner cara de asco?


- Te lo prometo.


Ahora estaba asustado, ¿qué era eso que el chico escondía?


Lentamente, Vante cogió los extremos de su mascarilla y los retiró, bajando la prenda hasta separarlo de su cara.


JungKook le miró, frunció el ceño e, incluso, se acercó a la cara del chico.


- ¿Qué estoy mirando?


- ¡PUES ESTO!- se alteró y le mostró la cicatriz que cruzaba su mejilla.


Sí, era una cicatriz, pero a juzgar por los ojos de JungKook sólo era una línea un par de tonos más clara a la piel del chico, ni siquiera tenía relieve y no se notaba la marca del punto en sí.


- Mi amor, estoy seguro de que tiene importancia y trasfondo pero... ¿tanto revuelo por una cicatriz?- preguntó y se levantó la pernera del pantalón- ¡Yo tengo otra! ¡Podemos ser hermanos de cicatrices!


Vante estaba en shock, ¿cómo podía tomárselo así?


- ¿Es que no te da asco?


Lentamente, JungKook se acercó a la mejilla del chico y comenzó a besar su cicatriz y, cuando terminó, la lamió.


- ¡Agh!


- Que te laman la cara es asqueroso, tener una cicatriz, no lo es- resolvió. Se puso serio- ¿quieres contarme cómo te la hiciste o prefieres esperar?


- Dame un rato...- resolvió Vante.


El chico se fue a la ducha. Necesitaba despejar su mente y una ducha de agua fresca no le vendría mal. Cuando terminó, se puso un pantalón suelto y la sudadera que JungKook había dejado encima de su cama. Le quedaba enorme y eso le gustaba.


- Te queda bien- aprobó JungKook, al verle salir con su sudadera.


- Como me digas eso, voy a empezar a vestirme con tu armario- bromeó- hay muchas cosas que me gustan.


- Ya sabes donde vivo- dijo el menor.


Se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y se sentó junto a JungKook en el sofá. No estaba preparado para contarlo, pero nunca lo iba a estar. No era el mejor momento, pero no había un buen momento para contar aquello.


- Voy a contártelo todo- dijo Vante- vas a ser la única persona, a parte de mi terapeuta que va a saber todo lo que voy a decir. Y espero que sepas gestionarlo, que tu trato hacia mí no cambie- tomó aire- soy consciente de que es duro pero te pido que no me trates como una víctima, no me digas que lo entiendes o que lo sientes- dijo- sé que lo sientes, pero también sé que no puedes entenderlo y, créeme, soy feliz de que no lo entiendas. También te pido que no me interrumpas- dijo- necesito contarlo todo de golpe. Es la primera vez que lo hago y no me puedo creer que vaya a hacerlo a una persona que conozco de meses pero... es como si te conociera de años.


- Vante, me digas lo que me digas, no me voy a ir a ningún lado. No quiero irme a ningún lado. Quiero estar a tu lado- dijo JungKook- puedes contármelo, ya lo sabes. Pero sólo si piensas que estás preparado.


Tomó aire. Y se quedó completamente en silencio durante varios minutos.


- Supongo que todo comenzó hace más de diez años- dijo- yo vivía en Daegu. Era mi último año de instituto y viajé a Seúl con mis compañeros a modo de despedida. Estaba en un centro comercial y un caza talentos se me acercó, me dijo que tenía belleza natural. Me dio la tarjeta de la empresa en la que trabajaba y me dijo que hiciera unas audiciones como modelo. Mis amigos me convencieron, ¿sabes? Yo no tenía pensado hacerlo. De hecho, no tenía pensado seguir estudiando, mi familia no podía permitírselo, así que me iba a poner a trabajar para ayudarlos. Mi mejor amigo me convenció, me dijo que podría ganarme la vida como modelo e, incluso, como actor y así mi familia no tendría que seguir trabajando tanto. Aquello me convenció e hice las audiciones. Las pasé todas y, cuando volví a Daegu, se lo conté a mi familia. Ellos estaban tan contentos... me hicieron una fiesta y me hicieron un regalo: el adorno del pelo que te di.


- Vante...


- ¡No me interrumpas!- pidió- me sentí tan mal por aquel regalo... era muy caro- dijo- más de lo que ellos podían permitirse. De hecho, lo compraron entre todos. Mis abuelos pusieron parte de sus ahorros de toda la vida- las lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos y JungKook cogió una caja de pañuelos y se la ofreció- yo les dije que lo devolvieran, que no podía. Pero ellos dijeron que yo iba a ser una estrella- dijo y lloró aún más fuerte- las iniciales que tiene, son las mías, de mi nombre en coreano- el chico se levantó, fue a su habitación y volvió con una caja de zapatos, de ella sacó su carné de identificación coreano- Kim TaeHyung, así me llamaba antes de cambiarme el nombre.


Se lo ofreció y JungKook lo miró. Era muy antiguo, estaba caducado y la foto era de un chico muy joven y sonriente.


- En Seúl, cómo sabrás, los modelos no tenemos un proceso de entrenamiento como los ídolos- dijo- yo entré y me dieron varias clases para saber posar, expresión, modales e idiomas. Pero a los pocos meses ya estaba grabando comerciales y saliendo en las revistas de moda y portada. Era muy joven- dijo- tenía diecisiete, pensaba que me iba a comer el mundo... jamás imaginé que el mundo me tragaría a mí.


Se quedó en silencio y bebió un trago de agua. Se limpió las lágrimas y se sonó la nariz.


- Éstos son algunos recortes que conservo de lo que hice- dijo y se los mostró a JungKook- los guardaba cuando era pequeño. Pensaba que iba a ser famoso...- dijo, con amargura- durante un tiempo, las cosas en mi vida se estabilizaron, echaba de menos a mi familia pero tenía trabajo. Mis padres me instaron en que estudiara algo y estudié fotografía porque era algo muy parecido a lo que estaba haciendo y me gustaba mucho. Pasados esos años, las cosas se empezaron a descontrolar- dijo- aparecí en varios vídeos de grupos famosos en Corea y la gente comenzó a reconocerme por la calle, me invitaban a programas de variedades, empecé a ser presentador en otros programas y, finalmente, Vogue Korea llamó para fotografiarme. Aquello fue un sueño. Salí en la portada de Vogue- el chico rebuscó entre los recortes y le mostró la portada. Allí estaba Vante, unos años más joven y con el adorno que su familia le regaló en el pelo.


Llegados a este punto parecía que el chico no podía continuar. Y JungKook empezaba a imaginarse porque, él también era modelo. A medida que escalas, mayor es la competencia.


- Tras la portada de Vogue empezaron a lloverme contratos- explicó- y llegó el que tanto quería: Korea Fashion Week. Iba a desfilar y podía conseguir ser modelo de pasarela de grandes marcas. Veía mi sueño muy cerca- dijo- recuerdo que la noche anterior a las pruebas no dormí. Llamé a mi mejor amigo pero no podía descansar. Era demasiado. Cuando llegué había chicos y chicas. Todos eran muy amables. A algunos les decían que sí de inmediato, a otros que no y otros que debían de esperar. Yo estaba entre ese último grupo- explicó- cuando te dicen que debes esperar es porque hay otro modelo con tus mismas características y ellos deben valorar cuál de los dos incluir en el desfile. Ese momento es el peor porque tú no puedes hacer nada, sólo esperar y desear ser el mejor, aunque en realidad no lo seas, tener ese "algo" que te haga único frente a una persona que piensa igual a ti.


Calló y no lloró, sólo parecía enfadado y, fue en aquel momento cuando JungKook lo supo. Supo lo que había pasado y deseó no saber el final de la historia. Deseó que Vante dejara de hablar, porque nadie merecía ese destino sólo por un puesto en una pasarela.


- Mi empresa me dijo que no pensara en la pasarela, que hiciera mis ejercicios diarios, que atendiera a mis obligaciones en la televisión y que, cuando llegasen los resultados, él me lo diría. Eso fue lo que hice- explicó- pero un día estaba terminando de presentar un programa de variedades y uno de los invitados se acercó a mí, también era un modelo famoso, pero era bastante mayor, tenía treinta y cinco años. Me comentó que sabía que los encargados de elegir modelos para la Fashion Week nos habían escogido a nosotros dos, me dijo que si me escogían a mí, él no desfilaría y viceversa. Yo me sentí triste por él, ¿pero qué podía hacer? Le dije que lo sentía mucho y que estábamos en las mismas circunstancias... esperando. Él me dijo que no estábamos en las mismas circunstancias, me dijo que él era muy mayor, que al año siguiente no le escogerían porque era mayor pero yo tenía muchas oportunidades porque era muy joven. Me pidió que me retirara y le dejara el puesto a él- llegados a este punto, Vante se tapó la cara y lloró- yo no lo hice, ¡también era mi oportunidad! ¿Y si me retiraba y luego no me volvían a dar la oportunidad? Le dije que no podía hacer eso y él sólo me dijo que lo entendía, pero...- tomó aire- me dijo que entendiera que él iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos para poder desfilar.


Lloró y se tapó la cara con el pañuelo.


- Pensé que él se refería a sobornar o algo así a las personas que se suponían que deberían escogernos- dijo, llorando aún más fuerte.


JungKook le ofreció un vaso de agua y el chico lo tomó. Permitiéndose un tiempo para descansar la mente de aquella horrible historia.


- Le comenté a mi agente lo que aquel modelo me dijo y ambos consideramos el tema del soborno y mi empresa estuvo mirando muy de cerca las decisiones de la Fashion Week. Fueron unas semanas bastante estresantes pero, al final, resulté elegido y pensé que todo había terminado- dijo- dos días antes del evento, mi empresa me dio un día libre para ir al spa, relajarme... aproveché para pasear por la ciudad, mi mejor amigo vino a verme y cenamos juntos. Luego le dejé en el hotel y fui a mi casa- calló y tembló. Se hizo un ovillo en el sofá- llegué a mi casa y estaba todo normal, no noté nada diferente... terminé de darme una ducha y, cuando iba a entrar en mi habitación...- la respiración del chico se aceleró- sentí a una persona en mi espalda que me tapaba la boca con un pañuelo...- se tapó la cara- cuando me desperté, estaba atado en mi cama y sentía un dolor agudo en la cara... miré hacia la izquierda, todo estaba lleno de sangre...


Llegados a este punto, la voz de Vante era algo más tenue a un hilo y el llanto apenas le dejaba continuar y JungKook no estaba seguro si podría continuar escuchando.


- Estaba aterrado- dijo- grité y... sentí a mis pies un peso... cuando miré, era una persona bastante grande. Más alta que tú y muy fuerte... le conocía, me había hecho fotos en varias ocasiones y le había visto en la Fashion Week fotografiando modelos. Le pedí que me ayudara, JungKook, te juro que se lo pedí- dijo, sucumbiendo al llanto y tapándose la cara- pero... pero... me dijo que sólo le ordenaron hacerme una herida para... no ir a la Fashion Week...- lloró aún más fuerte e intentó coger aire- me dijo... que siempre... que siempre... había tenido algo conmigo... y que yo no le hacía caso... y que ahora estaría con él... o me mataría...- Vante miró a JungKook, pidiendo su protección, le necesitaba y el chico le abrazó, protegiéndole con todo su cuerpo- me dijo que... si gritaba, me mataría... me desnudó y me fotografió... me tocó... me violó- dijo con la voz amortiguada- se quedó toda la noche allí... me violó tres veces- susurró- ese enfermo lo grabó.


JungKook le abrazó y tembló de ira, ahora sólo quería encontrar a ese fotógrafo y matarle, matarle de verdad.


- Cuando se fue, él me dejó atado y, cuando no me presenté en la empresa al día siguiente, mi agente vino a casa... me llevaron a un hospital. Me tuvieron que operar, estaba demasiado desgarrado y no pudieron practicarme cirugía estética en la cara por el tiempo que pasó desde que me hizo las heridas, hasta el momento en que llegué al hospital- lloró y JungKook le dio otro pañuelo- tuve que enfrentar enfermedades de transmisión sexual por su culpa- dijo, con rabia- las miradas de los médicos... que me rescindieran el contrato porque pensaran que yo busqué aquello... me fui a Daegu con mi mejor amigo cuando me dieron el alta, mi familia me creía... y se arruinaron tratando de inculpar a un modelo que hoy es famoso y a su fotógrafo personal.


- ¿Quién fue ese modelo y quien fue ese fotógrafo?- preguntó JungKook.


- Kim RyeoNim era el modelo y el fotógrafo... Jung HyukHae- le miró a los ojos- ni lo intentes. Son intocables en Corea y tú lo sabes.


- Los conozco...- admitió JungKook- no son demasiado agradables... ahora pienso que son detestables, yo...


Se volvieron a abrazar.


- Dos años después de lo ocurrido, mi familia se rompió. Mi abuelo no lo soportó y falleció, a los meses lo hizo mi abuela. Mis padres estaban arruinados... mis hermanos no me veían. En esos dos años, yo...- guardó silencio, esa era otra de las cosas que quería decirle, pero ahora no, era demasiado- le dije a mi familia que me iba del país. Ellos necesitaban no tenerme allí- continuó- mi madre me hizo jurar que vería a un terapeuta. Por eso veo a la doctora Prescott.


- ¿Volverás a verlos?


- No lo sé.


- Bueno. Eso no es un no.


- Hay otra cosa más...- dijo Vante y JungKook le miró- yo... era virgen cuando él...


- Hijo de puta...


JungKook le abrazó y luego le secó las lágrimas y, con un pañuelo, le limpió la nariz.


- Suena- le dijo y el chico se sonó la nariz. A cualquiera le parecería asqueroso, pero JungKook sólo quería estar a su lado para hacerle feliz- haré todo lo que esté en mi mano para que superes todo esto... sé que no lo vas a olvidar y que es algo que siempre te causará tristeza, ira, impotencia... pero estoy dispuesto a llenar tu vida de momentos felices que opaquen esos momentos. Si tú me dejas, claro.


Vante lloró y abrazó al chico, asintiendo. Aquella mañana, Vante no pudo parar de llorar, no hacía más que liberar de su cuerpo aquello que durante tantos años le había hecho daño y atormentado. Finalmente, sobre la una de la tarde volvió a quedarse dormido y a las cuatro se despertó, con hambre y liberado.


- Hola...- dijo Vante.


- ¿Cómo te sientes?


- Más tranquilo... siento que me he quitado otro peso de encima, ¿sabes? Mi doctora tenía razón, contártelo ha sido buena idea.


- Deberías comer, me preocupa que no hayas comido nada...


Asintió y JungKook le ayudó a llegar al salón.


- Estoy bien.


- Podrías marearte.


Le sirvió un plato de sopa caliente y luego un plato de pasta.


- ¿Te apetece que salgamos a pasear? Podíamos ir a ver los castillos... me gusta mucho verlos.


- Tenemos trabajo.


- Y lo haremos. Pero no todo es trabajo.


Así pues, tras la comida, JungKook y Vante salieron a pasear y Vante se sujetó del brazo de JungKook.


Y allí, mirando los castillos, Vante puso una línea imaginaria a la lista de cosas que tenía que decirle a JungKook. Ahora pasaba a la segunda: su drama familiar.


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