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SCAR por Walid

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Como ahora JungKook y Vante "no se hablaban", ambos chicos tenían todo el tiempo del mundo. Así pues, JungKook se esforzaba al máximo con los cuestionarios que le enviaba Eileen y se machacaba aún más en el gimnasio. El domingo pasaron sus respectivos días echándose de menos.


Vante vio una película y se preguntó si a JungKook le gustaría. Hizo un apunte mental sobre si esa película le gustaría al chico. JungKook, por su parte, limpió su casa e hizo algo de deporte.


El lunes, JungKook tenía una entrevista en la mañana y, en la tarde, por fin vio a Vante.


- ¡Hola!- dijo Vante, al verle entrar.


- ¿Cómo estás?- dijo JungKook.


Quería abrazarle, pero se contuvo. No lo haría hasta pasadas las dos semanas.


Aquella tarde, la sesión fue incómoda, los chicos apenas hablaron y, cuando la sesión acabó, JungKook se despidió con un gesto de su mano.


Los días pasaban y Vante comenzó a atesorar cada minutos con JungKook. No quería que llegara el fin de semana porque la semana que viene sólo le vería un solo día y, sin embargo, también quería que llegara porque eso significaba que pronto pasaría.


- Bueno- dijo JungKook el viernes en la noche- ya no te veré hasta el miércoles... pasa buena noche.


- Tú también- dijo Vante.


El chico cerró el estudio y, por primera vez en mucho tiempo, dio un paseo solo a la luz de la luna. Pensaba en JungKook, en lo bonito que sería hacer eso, pasear todos los viernes después del trabajo, agarrados de la mano. Le echaba tanto de menos... era insufrible estar así.


Aquella noche no durmió y el fin de semana tampoco, por más que abrazaba a una almohada, pensando que era JungKook, no podía evitar pensar en la verdad: JungKook no estaba allí y no le vería hasta el viernes o sábado. Cuando aquel dichoso ejercicio concluyera.


Lunes y martes ni siquiera se vistió, tampoco fue a su estudio, sólo se quedó en su casa, en pijama, escuchando jazz, esperando... quedaba poco. Tenía la sensación de que éstos últimos días sólo esperaba para poder ver y hablar con JungKook. Sólo vivía para él.


El miércoles, cuando le vio, se sintió extraño. Algo en su interior se aceleró al verle entrar por la puerta del estudio. No le veía desde el viernes, nunca habían estado tanto tiempo separados. Pero allí estaba el chico, entrando con sus habituales aires de modelo, como lo que era, alto, más musculoso de lo que era, o quizás es que estaba haciendo más ejercicio, con un vaquero muy rasgado en las rodillas y un jersey negro.


Se levantó de la silla, corrió hacia él y, de un salto, le abrazó.


- ¿Estás bien?- preguntó JungKook.


- Te echo demasiado de menos...- dijo Vante, abrazándole con fuerza.


JungKook se separó de él con delicadeza.


- Te dije que haré cualquier cosa por ti, incluso separarme de ti. Ya no queda nada, el viernes podremos volver a estar como antes.


- Odio esto- dijo, mientras iba a la parte de atrás, caminando muy fuerte.


Aquella tarde, un muy enfurruñado Vante le hizo una sesión de fotos a un muy espléndido JungKook. El chico se sentía esperanzado ante el abrazo de Vante.


Y el ansiado viernes llegó y Vante llamó a primera hora de la mañana para que le dijera las preguntas.


- Te las iba a enviar en un rato...


- Prefiero hacerlas ya- dijo.


La doctora sonrió. Intuía la razón del porque Vante quería acabar con el ejercicio.


- Ya están en tu correo.


- Las tengo.


- Cuando las tenga, podrás ver a JungKook.


Colgaron y Vante leyó las preguntas: "¿Cómo crees que sería tu vida si JungKook no hubiera aparecido en ella?" "¿Cómo ha cambiado JungKook tu vida?" "¿Cómo crees que será tu vida si JungKook desapareciera de ella?"


Y, tras leerlas, Vante entendió el significado del ejercicio y no tuvo ningún problema en escribir. Estuvo toda la mañana escribiendo y, cuando terminó, escaneó las hojas y se las mandó a su terapeuta.


- Ya le he mandado las respuestas- dijo.


- Te noto contento- respondió la mujer.


- ¡Mucho! ¡Esto me ha ayudado muchísimo!


- Celebro oír eso. Ya puedes ver a JungKook.


- ¡Muchas gracias!


Terminó de hablar con la doctora y llamó por teléfono a JungKook.


- Hola, ¿cómo estás?


- Muy bien, a decir verdad- dijo Vante- yo... el ejercicio ha terminado. Ya no estoy castigado y puedo verte.


- ¡Nunca estuviste castigado!- dijo JungKook, soltando una carcajada- ¿Puedo subir a verte?


- ¡Aún no!- dijo- te llamaré a las nueve y media para que subas. Ponte guapo- añadió y, sin más, colgó.


JungKook miró el teléfono y sonrió. Vante, por su parte, llamó a Anderson's y pidió los platos favoritos de JungKook como entrante y para comer. También pidió una botella del mejor vino que tuvieran y postre. Todo ello para poco antes de las nueve y media.


Tras ordenar su pedido, limpió la casa a fondo y preparó la mesa, puso un mantel rojo y esparció pétalos de rosa por el mantel. Sacó dos platos, cubiertos y copas. Y fue al mercado de abastos a por velas y candelabros. Llenó su casa de velas, quería que fuera hermoso.


Cuando lo tuvo todo listo, se dio un exhaustivo baño. Tenía la impresión de que, en éstas últimas dos semanas no se había arreglado como antes y ahora lo iba a hacer, le iba a sorprender. Se iba a vestir más sexy que en cualquier otra ocasión.


Para la ocasión, encontró un micro pantalón corto, de cuero, con una camisa holgada negra. Como no iba a salir, no se puso medias, llevaría sus piernas totalmente descubiertas. Con una sonrisa, decidió ajustar la camisa a su cintura con un corsé estrecho y se puso unos botines.


Se rizó el pelo y se maquilló, no quería algo recargado, pero sí algo distinto al maquillaje soso de éstos últimos días. Así pues, se echó una base con mayor cobertura, sombra de ojos marrón y un pintalabios rojo.


Cuando hubo terminado se bañó en el perfume que tanto le gustaba a JungKook y, cuando dieron las nueve y media, llamó a JungKook.


- ¿Puedo verte ya?- preguntó JungKook, nada más coger el teléfono.


Vante rio.


- Sí. Baja y abre con mi llave- dijo.


JungKook salió, no sin antes mirarse al espejo y ver que estuviera perfecto, cogió las llaves de la casa de Vante, las suyas propias y bajó al piso del chico. Llamó por cortesía antes de meter la llave.


- Soy yo- dijo.


Cuando el chico terminó de abrir la puerta, se quedó en shock. La casa estaba totalmente a oscuras, sólo iluminada por todas las velas que Vante había puesto en casa y, en medio de la estancia, allí estaba el chico. JungKook suspiró, cuando pensaba que no podía estar más sexy, el fotógrafo le sorprendía.


Vante, por su parte, no podía parar de mirar a JungKook. El chico llevaba puestos unos pantalones de cuero negro totalmente ajustados a su cuerpo, una camisa negra transparente y unos botines.


Nunca supieron cuánto tiempo estuvieron allí, sólo mirándose y sonriendo.


- Estás... estás...- dijo JungKook, mirando las piernas del chico iluminadas por la luz de las velas- no tengo palabras.


Vante sonrió y abrazó al chico. Una vez en sus brazos no quería soltarle, le había echado mucho de menos.


- He pedido comida a Anderson's- dijo- he traído tus platos favoritos.


- ¿Todos?


- No, todos no- dijo, riendo- pero antes me gustaría hablar contigo. Explicarte un poco el por qué mi terapeuta me hizo hacer este ejercicio y quiero hablarte de los resultados.


Se sentaron en el sofá y, cuando Vante se cruzó de piernas, JungKook se perdió en los muslos del chico. Haciendo un esfuerzo sobre humano, levantó la vista y miró sus ojos. Sus ojos se veían aún más hermosos bajo la luz de todas aquellas velas.


- En este último tiempo he estado bastante bien y mal a la vez- explicó- cada vez que pasaba un buen momento contigo, justo después me invadía un sentimiento de miedo, ansiedad y tristeza- continuó- todos estos sentimientos yo nunca los había experimentado de esa manera. Quiero decir, estar feliz y, al momento estar mal. Por más que iba a mi terapeuta y se lo explicaba, ella me decía que era algo que debía pasar...- carraspeó- yo... sentía mucho miedo. Tanto que llegué a pensar que lo mejor para los dos era irme a un sitio donde no me encontraras.


Tras aquellas palabras, JungKook sintió que se le helaba la sangre.


- Vante... si estabas mal...


- Pensarás que te lo tenía que haber dicho y sí, hubiera sido la solución. Pero yo no lo sabía. Yo pensaba que lo mejor era irme, abandonarlo todo antes... antes de seguir haciéndome ilusiones contigo porque... porque hay cosas que están mal conmigo y no se pueden solucionar.


JungKook recordó las palabras de la doctora Prescott "TaeHyung murió cuando fue violado. Vante nunca podrá recuperarse".


- Cuando le dije a la doctora que quería abandonarlo todo, incluido a ti. Irme a algún sitio donde no pudieras encontrarme... ella me propuso hacer un ejercicio. Dejar de verte dos semanas. Sólo te vería en las sesiones. No podríamos salir, ni dormir juntos, tampoco ir al trabajo juntos. Sólo vernos en el estudio. A pesar de que le había dicho que me estaba planteando abandonar todo, lo que ella me proponía ya me parecía un suicidio para mí, ¿sabes? Ella me dijo que, pasadas las dos semanas podría volver a verte pero que, antes de verte tendría que responder a unas preguntas- el chico cogió unos folios que estaban sobre la mesita- aquí están las preguntas y las respuestas. Me gustaría leértelas, que supieras todo lo que me ha pasado en estos días. ¿Quieres?


JungKook asintió con la cabeza, con el corazón en un puño. Sabiendo que aquellas preguntas y respuestas, fueran cuales fueran, resolverían sus problemas con Vante.


- Sí, por favor.


"¿Cómo crees que sería tu vida si JungKook no hubiera aparecido en ella?" "¿Cómo ha cambiado JungKook tu vida?" "¿Cómo crees que será tu vida si JungKook desapareciera de ella?"


- Bien... bueno, antes de empezar, debo confesarte que fue muy fácil para mi responder después de éstas dos semanas sin verte. Digamos que lo tenía todo muy claro- dijo Vante mientras se levantaba para encender la lámpara de leer. La puso a su lado derecho y leyó- ¿Cómo crees que sería tu vida si JungKook no hubiera aparecido en ella? Mi vida hubiera continuado del mismo modo que era antes. Yo seguiría levantándome a la misma hora, preocupándome en exceso de mi trabajo y de las personas con las que trabajo, con el miedo constante sobre lo que quieren de mí. Seguiría siendo una persona solitaria que pasa los fines de semana en casa y no sale a pasear. Posiblemente seguiría viviendo enfrascado en mi trabajo y en mi depresión. Y no sé hasta qué punto hubiera podido seguir viviendo enfrascado en esa depresión si JungKook no hubiera aparecido- Vante miró a JungKook y agachó la cabeza- segunda pregunta: ¿Cómo ha cambiado JungKook tu vida? He vuelto a ser feliz. Es cierto que sigo teniendo miedo, pero ahora puedo considerarme una persona más social. Soy capaz de pasear por la calle, de hablar con otras personas, trato de entender a la gente que me rodea. JungKook me ha enseñado a tratar con las personas y, aunque no siempre ha salido bien, otras veces sí y es bonito poder hablar con Niall y recibir un trato normal de su parte y poder comunicarme bien con él y siento que eso es gracias a JungKook. En un ámbito más personal, he vuelto a sentir ilusión hacia una persona y se siente bien aunque da miedo. Desde un tiempo al presente siento que no sólo he sentido ilusión sino otra clase de sentimientos más complicados, entre ellos el...- se interrumpió pero continuó- el deseo sexual. Pensé que no lo iba a sentir hacia nadie, pero él despierta ese deseo en mí y lejos de sentirme culpable, se siente correcto. Si tengo que decir la verdad, no sé cómo ha pasado, pero es como si JungKook fuera esa luz que, poco a poco ha ido calando en mí, iluminando y quitando la oscuridad que tenía dentro- terminó. Vante no podía mirar a JungKook después de aquello tan personal- la tercera pregunta es ¿Cómo crees que será tu vida si JungKook desapareciera de ella? Horrible- dijo, sin más- en éstas dos semanas, a pesar de habernos visto unas cuantas veces en el estudio, me he dado cuenta de que le quiero en mi vida- carraspeó- y me gustaría tenerle como algo más que amigo y compañero de trabajo- tomó aire- sé que eso es muy difícil, hay muchos factores en contra pero estoy dispuesto a superarlos todos porque, en éstas dos semanas, me he dado cuenta de que mis sentimientos hacia él son verdaderos y más importantes que el miedo que yo pueda sentir.


Cuando terminó de hablar, lo hizo sin mirar a JungKook, le dio las hojas. Se levantó, apagó la lámpara y la puso en su sitio.


- Me gustaría que te quedaras las respuestas- dijo.


JungKook las dejó a un lado, se levantó y le abrazó. Vante correspondió el abrazo, agradecido.


- Sal conmigo- dijo JungKook, acariciándole la mejilla y mirándole a los ojos- sé mi novio. No sé qué factores son esos de los que hablas, ni quiero saberlo. Sólo quiero que seas mi novio. Solos tú y yo- añadió y Vante le miró y sonrió.


- ¡Sí!


Le miró y, apartando los rizos de su cara, se acercó a sus labios y, con suavidad, le besó. Fue un beso tierno, lento, un mero choque entre sus labios, pero a ninguno le importó. Poco a poco irían a más.


- Me alegra que tu doctora sea tan inteligente- dijo JungKook, haciendo que el chico sonriera.


- JungKook, yo... lo que digo en esas hojas es cierto... estaba muy deprimido cuando te conocí. De hecho- tomó aire, dispuesto a tachar otra cosa de su lista- los dos años que yo pasé en Daegu tras el accidente... intenté... intenté quitarme de en medio.


El modelo le abrazó y éste se quedó entre sus brazos.


- Cuando llegué a Newport... no lo volví a hacer, es cierto... pero se me pasó por la cabeza más de una vez. De hecho, no he dejado de tener ese pensamiento autodestructivo. No he dejado de tenerlo... hasta ahora. Y, necesito que lo entiendas, no es porque ahora seas mi pareja y yo me encuentre feliz, es porque de verdad siento que, en ese sentido, me has ayudado a cambiar. Me has ayudado a avanzar.


- Y no pienso dejar de hacerlo- prometió JungKook.


Vante sonrió y le abrazó. Fueron a la cocina y abrieron las bolsas donde estaba la comida.


- Te compré palitos de queso, habrá que meterlos en el horno, nachos, que como son fríos se pueden llevar ya y las hamburguesas, que también hay que meterlas en el horno.


Entre los dos pusieron las cosas en la mesa y, mientras se calentaba la comida, se besaron románticamente en la cocina. JungKook había subido a Vante a la encimera y el chico estaba abrazando a su novio mientras le daban pequeños besos.


- Me encantan tus piernas- dijo JungKook, mirándolas, y dándole un pequeño beso en el cuello.


Vante cogió las manos del modelo y las llevó a sus piernas.


- No me importa que tú me toques- dijo- aunque te agradezco que, a pesar de ser tu novio, me sigas respetando. Tu respeto hacia mí, hacia mi cuerpo y mi forma de ser es lo que ha hecho que sienta lo que siento por ti- dijo Vante- y que confíe plenamente en ti.


El chico no esperó aquellas palabras pero llegaron a su corazón, no podía negarlo. El horno pitó. Era hora de sacar la comida, pero no se separaron, es más Vante enroscó sus piernas alrededor de la cintura del chico y éste acarició sus piernas mientras profundizaban el beso. Encontrándose sus lenguas por primera vez, saboreando el sabor del otro.


Muy despacio, JungKook fue soltando a Vante, primero apartó sus manos de sus piernas, luego le empujó levemente y después rompió el beso.


- Deberíamos cenar- dijo y cerró las piernas del chico- y tú deberías arreglarte la ropa interior y ese pantalón. Tu novio no es de piedra- le dijo, divertido.


Vante abrió un poco sus piernas y miró hacia abajo para luego cerrarlas y taparse la cara. Debido al momento, su ropa interior se había desacomodado y su entrepierna estaba un tanto expuesta debido a que los pantalones eran demasiado cortos.


- Voy al baño.


- Pondré la comida en la mesa- dijo con una sonrisa.


Llevó las hamburguesas a la mesa y esperó a que su novio se arreglara la ropa. No iba a negar que ver sus partes le había encendido, pero también estaba orgulloso de sí mismo de haberse comportado. Por cosas como ésta, Vante se había fijado en él.


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