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SCAR por Walid

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A la mañana siguiente, Vante se despertó antes que JungKook, se duchó y, cuando salió, despertó al chico.


- Mmmm...


Cuando JungKook abrió los ojos, se encontró a Vante en su esplendorosa desnudez.


- ¿Estoy en el cielo?


El chico soltó una carcajada y se secó el pelo con la toalla.


- Es casi la hora, mi amor, pero si prefieres seguir durmiendo... ayer fue...


- Me acabas de despertar en todos los sentidos- dijo JungKook y se levantó.


Aquel día, Vante tuvo que volver a hacer la misma rutina que el día anterior y, cuando terminó, no pudo cenar, estaba tan cansado que, cuando salió de la ducha, se quedó dormido. JungKook, que también hacía los ejercicios, pero estaba acostumbrado, le abrazó y tachó otro día en el calendario de su mente. Ya casi había pasado una semana.


A pesar de todo, el viernes pudieron volver a la piscina, aunque el ejercicio que les esperaba allí no era ni remotamente tan relajado y divertido como días anteriores.


- Balón prisionero, uno contra uno- dijo el entrenador- no podéis parar de mover las piernas y tenéis que impulsaros hacia arriba para golpear el balón.


- Pero yo aún no sé nadar...


- Llevarás esto en la cintura- dijo y le dio un cinturón parecido a una faja lumbar.


- ¿Esto hará que no me ahogue?- preguntó.


- Póntelo y lánzate al agua.


Vante obedeció y se lanzó al agua, al momento, aquel cinturón ejerció fuerza hacia la superficie y salió hacia arriba. No movió la piernas y vio que no se hundía.


Chapoteando, fue hasta la red que le separaba de JungKook.


- Bien, sabéis como funciona, ¿no?


Ambos asintieron y Vante lanzó la pelota, JungKook la rechazó y la mandó lejos, fuera del alcance de Vante. El entrenador le lanzó una pelota a JungKook y éste lanzó la pelota, quien la rechazó y, a su vez, JungKook la lanzó lejos.


- Vante, te toca lanzar- dijo el entrenador y le dio una pelota.


JungKook comenzó a entender el juego, ya no se trataba solo de estar moviéndose de un lado a otro e impulsándose hacia arriba, se trataba de que tampoco podían parar, cada vez que la pelota se salí de su campo, ellos le daban una nueva y un ayudante iba a por ella. Pasadas las dos horas y media, el entrenador sopló el silbato y JungKook llevó a Vante a la orilla de la piscina.


- ¡Me tiemblan las piernas!


Se sentó en el borde de la piscina y se quedó apoyado en el pecho de su novio, escuchó el sonido de unos zapatos y giró la cabeza, era la doctora Prescott.


- ¿Cómo vas?- preguntó.


- Cansado, pero ya puedo respirar.


- En general- dijo- hemos estado muy atentos por ti.


- Lo estoy llevando, pensé que estaría peor.


- Lo estás haciendo muy bien- le reconfortó- como hoy es viernes, tanto hoy como mañana, está permitido que salgáis por la noche a pasear por los jardines de la zona- dijo- teóricamente en la mañana también está permitido, pero no en el estado en el que estás, tienes que seguir con los ejercicios.


- ¡No me importa! ¡Me gustan estos ejercicios!


- ¡Te los cambiaremos para la semana próxima! Lunes, martes y miércoles tendrás una rutina como la que tuviste ayer- informó- no obstante, jueves y viernes, serán un poco más light en comparación. ¡Lo estás logrando, Vante!- dijo la mujer con una gran sonrisa.


- ¡No pensé que este día iba a llegar!- dijo y no pudo evitar la emoción.


- ¡Cariño!


- ¡Soy feliz! ¡Y puedo distinguir por qué soy feliz! ¿Te lo puedes creer?


- Claro que sí- dijo la doctora Prescott- ahora sí, Vante, ahora estás muy cerca. ¡Te dije que este día llegaría!


- ¡Bueno, aún no ha llegado!


- ¡Eso! ¡Aún no ha llegado! ¡Pero llegará!


Aquel fin de semana, Vante se sintió extrañamente motivado y, ante el hecho de sentirse demasiado motivado, quiso hablar con la doctora Prescott por si algo iba mal en él.


- Creía que estabas bien- dijo la doctora, preocupada.


- Oh, y lo estoy, pero creo que estoy demasiado bien, me siento demasiado bien y temo que esto pueda ser por la medicación.


- No la estás tomando, pero te haremos un seguimiento los próximos días- dijo y sacó unas hojas grapadas y se las dio- es un poco infantil, pero puedes escribir lo que quieras.


Vante sonrió al ver las hojas, en ellas aparecía cada día de la semana con varios emoticonos con diferentes expresiones: enfadado, triste, alegre...


- ¿Entonces usted cree que es normal que yo esté así?


- Bueno, yo ahora mismo no me preocuparía- dijo- pero te haremos un seguimiento. Además, no viene mal debido a que te estamos quitando una medicación bastante tóxica.


Aquella noche, Vante se acostó temprano y, a la mañana siguiente, se levantó un poquito triste. Por regla general, JungKook y él dedicaban los sábados a estar en pijama en casa, besarse, hablar, dormir hasta tarde, caminar por la playa y hablar de ellos. Hoy iba a extrañar aquello, pero por otro lado, aquellos momentos le daban fuerza para afrontar que estaba internado, para afrontar la ansiedad y la dureza de los ejercicios.


Aquella noche, JungKook cogió el cuerpo de Vante y lo instaló entre sus piernas.


- Aunque estemos aquí, no hay que perder las costumbres, hoy es nuestro día de hablar de nosotros, ¿te apetece?


- ¡Pensé que lo ibas a olvidar!


- ¡Es mi día favorito de la semana! Empiezo yo, se te está quedando un culo increíble con tanto ejercicio, estoy deseando llegar a casa para poder volver a besarnos como hacíamos antes, volver a verte con esos pijamas...


Vante le besó.


- Yo también estoy deseándolo... ¿sabes que esta medicación es justo la que me impedía excitarme?


- No te lo impedía muy bien, se te ponía muy dura de vez en cuando.


- Eso es, de vez en cuando- dijo con una sonrisa- estoy deseando saber cómo será nuestra vida sexual sin esa medicación por medio.


- ¿Qué te gustaría hacer?


- Bueno, por pedir que no quede... sigo queriendo que me folles, pero sé que eso será difícil. Pero no me importaría hacértelo a ti... aunque no me veo preparado...- se tapó la cara con las manos y JungKook le abrazó.


- Lo haremos, poco a poco... ¿te has planteado algún consolador?- preguntó.


- Para tratar de meterme algo tan grande, prefiero meterme tu polla- soltó y JungKook soltó una carcajada.


- No me refiero a un consolador como tal, sino a un vibrador, mira, algo así- buscó la imagen en su móvil. Era un instrumento alargado y muy fino- no necesitas preparación para esto y va por control remoto.


- Esto... ¿esto es real?- preguntó Vante, curioso y el modelo le miró arqueando una ceja.


- ¿Interesado en comprarlo?


- Es que parece muy fino... ¿Hay vídeo de...? Ok, no, prefiero que no.


- ¿Por qué no? Soy tu novio, no va a pasar nada porque veamos porno juntos.


- ¿En serio?- preguntó, reticente.


- Sí, ¿porque no?- preguntó, sin darle importancia.


- Nunca he visto porno.


JungKook ya se imaginaba aquello y no quería que el chico lo viera solo porque el mundo del porno era, como mínimo, turbio.


- ¿Quieres verlo o prefieres no hacerlo? Hablemos claro sobre el porno, no es que yo esté en contra de él, estoy en contra de esa parte del porno donde, con sus actos, parecen apoyar cierta clase de cosas.


- Cariño, yo no veo, ni apoyo el porno, porque apoya esa imagen romántica y placentera de la violación- explicó Vante- aunque ellos no lo quieran, o no lo pretendan, el porno es algo que está muy presente en la sociedad, mucha gente joven muy influenciable ve esa clase de escenas y se piensa que eso está bien. Que eso es lo que la gente quiere, busca y le gusta. Pero en el momento en el que estás atado y sabes que te van a violar, porque lo sabes, lo último en lo que piensas es en el placer. Sólo piensas en... evitarlo... y en otros casos en estar muy quieto para que no te maten... cada persona es tan diferente... pero al final la mente funciona igual: no entiende lo que pasa y necesito bloquear lo sucedido. Tu mente no entiende que te estén violando porque ¿cómo lo va a entender? Y sólo esperas a que termine de pasar para limpiarte, para dejar de sentirte sucio... pero, sorpresa, jamás dejas de sentirse sucio.


JungKook se quedó en silencio, se sentía mal. Se dio cuenta que, a menudo él hacía cosas que a Vante no le gustaban y no se lo planteaba, no lo hacía porque no lo sabía. Se sentía ignorante.


- Yo lo siento tanto, no debí proponerte ver porno juntos, ha estado fuera de lugar. Somos pareja, es cierto, pero no es como si viéramos una película romántica o erótica. Es totalmente distinto.


- JungKook, no lo sientas.


- Sí, sí lo siento- insistió- debo disculparme y tú debes educarme sobre este tema porque, desde que te conocí he pensado mucho sobre ello y parece un tema demasiado tabú para la sociedad. Y no debería ser así.


Vante le miró y sintió que se enamoraba un poquito más del chico.


- Gracias- dijo y le abrazó.


- Ojalá pudiera hacer algo más que eso.


Aquella noche, JungKook se quedó dormido abrazando el cuerpo de Vante, pero Vante apenas durmió, no porque se sintiera mal, sino porque estaba pensando en lo que dijo JungKook: el tema de la violación era un tema demasiado tabú y no solo en Corea, sino en todo el mundo. Cuando una persona era violada, inmediatamente de cara a la sociedad, incluso a un juicio, ésta tenía la culpa. Tomó aire y lo soltó lentamente al recordar las últimas palabras que su padre le dijo.


Si hubiera la mínima posibilidad de cambiar las cosas...


- Bonito, ¿qué te pasa?


- Me ha dado por pensar, no te preocupes.


- ¿En qué?


- ¿Lo dejamos para mañana?


- Está bien, ven aquí.


Se acurrucaron y se quedaron dormidos. No obstante, en los días sucesivos Vante no le contó nada a JungKook, primero porque el domingo se levantó cansado por no haber dormido y segundo porque el lunes, martes y miércoles tuvo entrenamiento intensivo, cuando lo acabó, estaba tan cansado que apenas podía hablar. El jueves se le pasó bastante rápido y, cuando se quiso dar cuenta, ya era viernes.


- ¡Dos días!- dijo JungKook- ¡Y apenas has tenido crisis de ansiedad!


- Tengo tantas ganas de volver a casa- dijo y, de un saltito se enganchó a la cintura de JungKook.


- Despacio...


Pero el chico le estaba besando con fiereza, incluso se estaba moviendo sobre sus caderas.


- Cariño... yo... yo quiero...- dijo mirando a un punto inexacto entre el hombro de su pareja y la pared.


- Pero... ¿aquí?


Vante bajó de las caderas del chico y se sentó en la cama, abierto de piernas.


- ¿Me vas a decir que no?- dijo, con pena.


- No seas ruidoso.


- ¡Tú siempre eres el más ruidoso de los dos!


- No te lo negaré, tu cuerpo es una delicia.


JungKook le agarró de la cadera y giraron en la cama, Vante se abrió de piernas y notó, con gran sorpresa, como su cuerpo reaccionaba al tacto de su novio, se sentía más despierto y excitado que en cualquier otro momento de su relación, incluso de su vida.


- Me gustaría... intentar algo- dijo JungKook, entrecortadamente, pues su novio no dejaba de besarle,


- Normalmente soy yo el que intenta las cosas- dijo Vante, divertido.


JungKook sonrió, le encantaba ver a su novio de esa forma.


- Túmbate, boca abajo.


El fotógrafo miró a su novio y asintió. Tumbó su cuerpo en el colchón y miró por encima del hombro al chico, que estaba a la altura de su cintura.


- Gracias por fiarte de mí- dijo JungKook.


- Gracias por ser consciente de que esto sólo puedo hacerlo contigo- dijo Vante, que sentía su corazón latir con violencia en su pecho.


Cuando el fotógrafo sintió las manos de su novio en el elástico de su pijama, su respiración se cortó.


- ¿Quieres que siga?


- Sí.


Lentamente, sin dejar de mirarle, JungKook le quitó los pantalones, junto con la ropa interior y, como hacía siempre que se sentía expuesto, cerró las piernas.


- ¿Puedo?- preguntó.


Lentamente el chico abrió sus piernas y JungKook pudo ver sus testículos y su miembro erecto que se perdía entre su abdomen y la cama.


- ¿Confías en mí?


- Sabes que sí.


- Cuando quieras que pare, sólo tienes que decirlo... incluso puedes empujarme o retirarte.


El chico asintió y notó las manos de su novio en sus glúteos, los siguiente que notó fue como el chico separaba sus nalgas y miró al frente, no podía mirar a JungKook, le estaba mirando el trasero, mirándoselo de verdad. En aquel momento sólo pudo tener en mente la exhaustiva ducha que se había dado, claro que se había limpiado bien, de hecho, era un chico muy limpio, pero no esperaba que su novio abriera sus nalgas de aquella manera. Se quería morir de la vergüenza.


Abrió sus ojos en demasía cuando, lo siguiente que notó, fue la lengua de JungKook recorrer desde sus testículos hasta su rabadilla. Escondió la cara entre sus brazos, pero no tuvo valor para pedirle que parara y tampoco que se apartara porque se sentía demasiado bien.


JungKook volvió a lamer el trasero del chico y Vante se encogió de vergüenza. En cierto modo, a JungKook no le importaba verle así de avergonzado al principio, que fuera perdiendo la vergüenza poco a poco a medida que ganaba confianza, a medida que lo disfrutaba. Llevó su lengua a la entrada del chico y comenzó a lamerla con fuerza. El chico arqueó la espalda y levantó la cabeza.


- JungKook...- susurró- sigue...


Y sólo por aquel "sigue", JungKook obedeció, obedeció como si fuera el esclavo de Vante, dispuesto a darle todo el placer que el chico pudiera aguantar. Porque así era JungKook, sentía un deseo constante de consentir a Vante en todo, y eso también incluía el ámbito sexual.


Apretó su cara aún más contra la entrada del chico, lamiendo no solo su ano, sino también sus testículos y el chico no hacía más que retorcerse en la cama, mordiendo la almohada para no ser ruidoso.


- JungKook...- susurró.


Y, por primera vez, miró por encima de su hombro y se miraron a los ojos, pero por un corto periodo de tiempo, pues Vante estaba demasiado ido como para mirarle.


Bajó su lengua hasta los testículos del chico y se los metió en la boca, chupándolos, tal como hacía con su polla y Vante se llevó la mano a la boca para no gritar. Aquello estaba siendo demasiado bueno.


- Mmm... JungKook... quiero... quiero... meterte los dedos...


Quería hacer gemir al chico, corresponderle por todas las cosas que le estaba haciendo, verle tan ido de placer como estaba él.


JungKook se sentó y tiró del brazo de Vante, le besó y besó su cuello.


- ¿Te apetece practicar un sesenta y nueve?


Vante le miró sin entender. Antes de ser abusado había oído hablar de esa práctica sexual, pero no entendía cómo podían llevarla a cabo ellos...


- Yo me tumbaré y te chuparé. Tú te tumbarás encima y me meterás los dedos.


Vante sonrió, mordiéndose el labio inferior, y asintió. Así pues, JungKook se tumbó boca arriba con las piernas flexionadas y Vante se puso encima de él, con su miembro a la altura de su cara.


- ¡Espera!- dijo Vante.


El chico se levantó y fue hacia el armario, allí sacó su neceser donde tenía sus cosas del pelo y sacó su aceite para el pelo.


- ¿Tu aceite para el pelo de cincuenta libras?


- Tenemos que comprar lubricante cuando compremos ese vibrador- dijo Vante.


- Mírate, hace unos meses pensabas que no podías tener sexo conmigo y ahora no sólo me lo has pedido, sino que también estamos hablando de comprar vibradores y lubricantes...


- ¡Los tiempos cambian!- dijo y echó unas gotas de aceite en sus manos.


JungKook sonrió y sintió como su miembro se endurecía aún más cuando Vante se subió sobre él, sin poderlo evitar, lamió el miembro del chico y éste se sobresaltó.


- Vamos... déjame chuparte...


El fotógrafo sintió que su mente se descolocaba al notar la voz de JungKook tan desesperada, estaba desesperado por él. Puso su miembro sobre la boca abierta del chico y bajó las caderas. Gimió, pero no solo de placer sino por la posición, por como JungKook había mantenido la boca abierta, esperando a que él metiera su miembro. Lentamente, mientras notaba la felación que le estaba practicando, dobló su cuerpo hacia adelante y, apoyando una mano en la rodilla de JungKook, tanteó con mucho cuidado y cariño la entrada del chico.


La verdad sea dicha, JungKook se había practicado a si mismo miles de veces el "fingering", incluso alguna que otra persona se lo había practicado en clubes nocturnos en Corea mucho antes de ser conocido como modelo, pero sólo Vante lograba introducir el primer dedo sin sufrir dolor, el chico era bastante cuidadoso.


- Mmm...- gimió cuando sintió el largo dedo del chico en su próstata.


- JungKook...


Vante se apoyó en la cama, acercándose peligrosamente al miembro de JungKook. La sola respiración del chico sobre su miembro le hacía perder la razón, por no hablar de que tenía los dedos del chico dentro de él.


A medida que se sentía más excitado, chupaba con más intensidad el miembro del chico.


- Oh... JungKook... sí... cariño...


Los labios de Vante rozaron el miembro de JungKook con cada palabra, quería correrse, quería que el chico le tocara. Se sentía tan necesitado. Sintió como sus piernas sufrían un espasmo cuando el chico comenzó a mover sus dedos , acariciando su próstata, pero estaba vez no era como la anterior, la posición no le dejaba meterlos completamente.


- Vante... te necesito...- dijo JungKook, sin poder contenerse.


El chico se puso entre sus piernas y metió sus dedos hasta el final haciendo que JungKook se mordiera la mano para no gemir en voz alta. No obstante, no pudo evitar hacerlo cuando sintió la mano de Vante masturbarle al tiempo que sus dedos le penetraban.


- Me voy a correr- dijo, modulando su voz- me corro, Vante yo...


JungKook apretó las mandíbulas y su esperma salió salpicando el torso, la cara y el pelo del chico. JungKook no se paró a descansar, cogió una toalla y comenzó a limpiar al chico con mucho cuidado.


- ¿Estás bien?- le preguntó- lo siento tanto... vamos a la ducha, yo te limpiaré.


Le tomó de la mano y le llevó a la ducha, no obstante, Vante iba con una sonrisa en la cara.


- Te terminaré de limpiar en un momento, no te preocupes- dijo JungKook, que estaba abriendo el grifo de la ducha- ¿Y esa sonrisa?- preguntó.


- Bueno... para haberte corrido así de fuerte, algo bueno tengo que haber hecho- dijo y JungKook soltó una carcajada y le abrazó.


- Algo demasiado bueno- le respondió- y tú aun no te has corrido...


- No importa...


JungKook se arrodilló frente a él y comenzó a chupar el miembro del chico. Vante no se podía creer que JungKook estuviera haciendo aquello como si nada. Subió una pierna por encima del hombro del chico, se agarró a su cabeza y sintió que se corría.


- JungKook...


El chico le abrazó con fuerza, mientras chupaba su miembro y Vante agarró el pelo del chico.


- JungKook... me voy a correr...


JungKook miró hacia arriba y Vante cerró los ojos pero sintió una de las manos de JungKook su dorso, le miró y el chico se señaló los ojos, quería que le mirara, quería que se miraran mientras él se corría.


- JungKook... mi amor...- dijo Vante- estoy a punto...


El chico aceleró y Vante se agarró aún más fuerte del pelo del chico.


- Me corro JungKook... sí... sí... ¡JungKook!


JungKook se separó y tragó. Tras aquello, en completo silencio, disfrutaron de ducha y se acostaron a dormir. Aquella noche, Vante se durmió muy tranquilo y feliz, en los brazos de su novio. 


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