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SCAR por Walid

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Seis meses después:

- ¿Vamos a nuestra casa?- pidió Vante- me apetece meterme en nuestra bañera.

JungKook sonrió y dieron un paseo, abrazados, pidieron un par de ensaladas en Anderson's y fueron a casa. Guardaron la ensalada en la nevera y JungKook se fijó en una caja que estaba en la encimera.

- ¡Nada de cotillear!

- ¿Ahí ponía Victoria's Secret?

- No te lo diré.

El chico cogió la caja y la llevó a su estupendo vestidor, la abrió y sonrió al ver la sorpresa que había comprado para JungKook. Lo escondió en su cajón y, quitando las etiquetas de la caja, la llevó a la cocina.

- Ve a preparar el baño.

- ¿Me estás dando órdenes?

- Soy tu hyung, sí.

JungKook sonrió y, convencido de que aquella noche tendría sexo, fue llenar la bañera.

- Cariño, voy a echar un par de bombas de jabón, ¿cuál quieres?- preguntó asomándose por la escalera.

- Las azules huelen muy bien.

- Echaré esas- dijo, sonriente- no tardes.

Vante sonrió y terminó de recoger todo. Cuando subió, la bañera estaba lista. Lentamente, JungKook le quitó la ropa y la puso en el cesto de la ropa sucia.

- Huelo fatal- se quejó el chico- hoy hacía demasiado calor en el estudio.

- Pusimos todos los focos y la calefacción... lo raro es que no saltara la luz...

Se terminaron de desnudar y se metieron en la bañera.

- ¿Me vas a decir ya lo que había en esa caja?

- No- dijo y se apoyó en su pecho- pero si te portas bien, lo verás.

Soltó una carcajada y comenzó a limpiarle el pelo, bajó sus manos y limpió su cuello, detrás de sus orejas, sus axilas, hasta llegar a su trasero.

- ¿Limpias concienzudamente esa parte por alguna segunda razón?

- Me gusta limpiar lo que me meto en la boca- dijo, acariciando su ano.

Vante cerró los ojos y le besó. Con los ojos cerrados, comenzó a lavar el cabello del chico, sus brazos y acarició sus piernas. Se sentían muy a punto, pero no iban a hacer nada allí.

- Deberíamos salir- dijo JungKook.

- Estoy de acuerdo.

Se terminaron de aclarar el jabón y salieron de la ducha.

- Te espero en la habitación- dijo Vante, rodeando su cuerpo con una toalla.

Se puso las zapatillas, atravesó el cuarto y se metió en el vestidor. Allí se secó hasta la última gota de agua, se echó sus cremas de rápida absorción y se puso aquello que había comprado para JungKook, se miró al espejo y se mordió el labio inferior. Esperaba que, como mínimo, le diera un infarto al verle así porque, con lo que había pagado, no esperaba otra reacción.

Le escuchó trastear en el cuarto y tumbarse.

- ¿Vas a salir ya? Vas a tener que volver a hacer que tenga ganas... ¡Que eso para ti no es difícil, lo sé! Pero...

Vante salió del vestidor y JungKook se quedó sin habla. El chico llevaba un mini tanga de triángulo de encaje negro junto con una bata, también de encaje negra, abierta en la zona de adelante. Sonrió ante la expresión anonadada de su pareja.

- Parece que has visto un fantasma, amor- dijo y se levantó el lateral de su bata, dejando entrever su trasero, y se sentó en la silla del tocador. Se echó sus cremas de noche y miró a su novio- ¿Estás bien?- preguntó, contento por la reacción.

- Adoras verme así, ¿verdad?

Sonrió y miró sus cejas, ahora simétricas de nuevo gracias a un regalo que JungKook le había hecho: microblading.

- No lo voy a negar- dijo terminando de echarse la última crema y removiendo su pelo mojado. Se levantó y se puso a horcajadas sobre el chico- pero tú también adoras verme así.

Se fijó en su torso desnudo, su cuerpo apenas tapado por aquella bata de encaje y aquel tanga de triángulo... su miembro asomaba por encima y eso es lo que lo hacía más increíble, más sensual, más sexual.

JungKook llevó su mano hasta la mandíbula del chico y le beso, se separó del él y le observó.

- ¿Me dejas fotografiarte?

En medio de sus charlas sobre ellos, Vante le había comentado que se sentía muy inseguro respecto al tema de ser fotografiado y, al mismo tiempo, le había dicho que echaba de menos posar, aunque no se planteaba volver al mundo de la moda como modelo, así pues JungKook había tomado unas clases de fotografía del propio Vante y, de vez en cuando, intercambiaban los roles y el fotógrafo era fotografiado por el modelo.

Así, en los últimos meses habían conseguido ampliar aún más su intimidad y la colección de fotos que Vante tenía guardada de JungKook en posturas comprometidas, ahora era una colección de fotos de JungKook y Vante.

- Coge mi cámara- respondió el chico- ¡pero no la profesional!

- Claro, me darías muy mala imagen el lunes por la mañana si, por error, veo que has tenido una desenfrenada noche de sexo conmigo.

Vante soltó una carcajada y JungKook le fotografió riendo, no solo era una risa de boca, sino de mirada y cuerpo. Su estómago se estaba contrayendo debido a la risa.

- Me encanta esta foto- dijo.

Se levantó de la cama y le besó.

- Bueno, mi señor fotógrafo, ¿cómo quieres que pose?- preguntó y el modelo lo consideró.

- Túmbate, a lo ancho de la cama- dijo.

Vante obedeció y miró a la cámara con gesto risueño pero también sensual, tenía el cuerpo estirado, pero relajado y la bata cubría su cuerpo.

Tomó la foto y Vante levantó la cabeza, y las piernas, cruzándolas en el aire. Volvió a tomar otra foto y el chico apoyó de nuevo las piernas en el colchón pero se retiró la bata, dejando entrever su trasero.

JungKook le fotografió y se sentó a su lado, llevó su mano a su nalga desnuda y la acarició.

- Te necesito- dijo, dejando la cámara en el suelo.

Le miró y se sentó a horcajadas encima de él, pasando los brazos alrededor de su cuello y besándole, disfrutando de la calidez de su boca, sintiendo su saliva en su lengua, apreciando la dureza de su chico presionar la suya propia apenas atrapada en aquella ropa interior tan pequeña.

- Te apetece...

- Sólo te quiero sentir a ti.

Sonrió internamente. Hacía tiempo que Vante había dejado de usar los vibradores con frecuencia, era cierto que los usaban en contadas ocasiones para juegos puntuales, pero nunca en momentos como aquellos. JungKook había encontrado la forma de penetrarle con los dedos y ahora el chico no quería otra cosa que no fueran los dedos de JungKook. Es posible que aquel vibrador doliera menos al principio, incluso diera más placer o fuera más exacto al encontrar su punto dulce, pero aquel vibrador no era JungKook y él necesitaba a JungKook, necesitaba sentir que hacía el amor con JungKook, no que lo hacía con su novio mediante un instrumento de metal. Sí, era cierto que el vibrador le daba placer, pero era un placer demasiado frío, nada se podía comparar a lo que sentía en su interior cuando JungKook le hacía llegar al final.

Lentamente, JungKook se fue echando hacia atrás, hasta tumbarse en la cama y el chico se acomodó sobre él, con las piernas abiertas de tal modo que aquel triángulo de tela que medio tapaba su miembro no pudo seguir conteniéndolo y acabó asomando por un lado.

- Y yo que pretendía ser sexy...- dijo, mirando su miembro erecto totalmente fuera de la ropa interior.

- ¿Quieres infartarme?

- Sí, la verdad es que sí. Buscaba esta reacción en ti- admitió y acarició sus pectorales- busqué lo más bonito y provocador que hubiera en la página... parece que te gustó...

JungKook giró en la cama y volteó a su novio para que éste estuviera boca abajo.

- Cariño- gimió el chico y apartó la bata hacia un lado, dejando expuesto su trasero.

Lentamente, llevó sus manos hacia el trasero del chico, lo acaricio, separó sus nalgas y lamió su entrada.

- Mmm... ¡JungKook!

A pesar de que su vida sexual seguía siendo limitada porque la penetración estaba descartada, no es que físicamente Vante no pudiera, de hecho su cuerpo estaba bien, el problema era su mente. Tras la violación, su mente había quedado tan dañada que no se encontraba mentalmente capacitado para ser penetrado, ni para penetrar a nadie. simplemente no podía hacerlo sin que su mente colapsara. No obstante, JungKook había aceptado aquello sin problemas y, con el paso del tiempo, Vante dejó de presionarse a sí mismo. No eran la pareja perfecta pero tampoco lo pretendían. Vante no había terminado de superar su depresión, y jamás la iba a terminar de superar, había momentos en su vida en los que le costaba más levantarse de la cama y JungKook lo notaba y eran aquellos momentos en los que se armaba de valor, le sacaba a pasear y evitaba que cayera aún más en aquel pozo. Había momentos donde su mente le jugaba malas pasadas, mintiéndole, haciéndole creer que JungKook se largaría, que buscaría a alguien mejor que él, pero el propio Vante había conseguido la fuerza y la confianza suficiente para hablar con JungKook cuando su mente jugaba en contra de su relación, así conseguían superar esos momentos.

Y había otros momentos, la mayor parte de hecho, donde se encontraba bien y pleno, donde podía disfrutar de su relación, del sexo, donde compraba ropa sexy para ponérsela en la intimidad para JungKook.

- Cariño...

JungKook se tumbó en la cama y, cogiendo un bote de lubricante, se echó una generosa cantidad en la mano. Extendió su mano hacia Vante y el chico se la tomó, lubricando el uno la mano del otro.

- Ven aquí- dijo JungKook y Vante se tumbó sobre la cadera derecha del chico- más arriba- pidió.

Obedeció y sintió la mano derecha de JungKook en su entrada. Llevó su propia mano a la entrada de JungKook y se penetraron el uno al otro, mirándose a los ojos.

- Mmm...

- JungKook...

- Vante...

JungKook cerró los ojos y besó al chico, acariciando con su mano libre la mandíbula del fotógrafo.

- Ah... Mmm... ¡JungKook!

- Mi amor...

Sintieron en sus partes los dedos de su pareja tocar su próstata, se miraban a los ojos, había deseo, había amor. Se besaron y, por un segundo, cortaron sus respiraciones, sólo existía el placer de los dedos del otro sobre su punto más sensible. No era el acto de penetración como tal, pero no lo necesitaban, habían conseguido su propia forma de hacer el amor y estaba bien para ellos.

Se separaron en medio del beso, llenando de oxígeno sus pulmones y dejando ir su orgasmo.

- Me vuelves loco- le dijo JungKook, mirándole a los ojos, acariciando su nariz con su propia nariz.

- Tú has hecho que yo deje de estar loco- replicó.

FIN

 

Nota de autora:

Y así termina. No es un final feliz, tampoco es un final triste, sino abierto. Jungkook jamás llegó a desfilar en una pasarela porque prefirio su relación con Vante y Vante, por su parte, no superó las secuelas del accidente. Pero esto no quiere decir que la vida no siguiera para ellos.


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