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SCAR por Walid

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A la mañana siguiente, Vante le mostró los book ya impresos a JungKook.

- ¿Te gustan?

- Son demasiado- dijo el chico, extasiado.

- ¡Mira esto!- abrió la página del book deportivo por la mitad y le mostró la ráfaga del lanzamiento- me costó encajarla, pero estoy contento con el resultado.

- ¡Es demasiado increíble!- dijo, contento- ¡Me encanta!- dijo, al ver su book de ropa fluffy.

- Es muy cute- dijo- quería que todo el book tuviera ese aura... estuve a punto de ponerle unas tapas de pelo, estilo unicornio, pero pensé que sería demasiado. A la par de hortera, claro.

No pudo evitar soltar una carcajada y Vante le mostró el último book: el que llevaba traje.

- Es bastante simple. Pero en la simplicidad se puede encontrar el gusto- opinó- si hubiera recargado demasiado este concepto, hubiera perdido belleza.

- Eres increíble, Vante.

Se sonrojó ante aquellas palabras.

- Te he preparado algo- dijo el fotógrafo- como tienes esa mala maña de restregarte la cara cuando te desmaquillas y no usar cremas, he pedido cita para llevarte al Esteticista de Newport, es bastante bueno, te dará tu rutina de cuidado de la piel. Vamos, te llevo.

- ¿En serio lo has hecho?

- Te dije que lo haría. No tardará mucho, sólo te hará un estudio, luego iremos a comprar las cremas.

Salieron juntos y se encontraron con una niña que esperaba el ascensor.

- ¡Vante!- dijo la chica nada más verle- hacía semanas que no te veía, ¿cómo has estado?

- Con mucho trabajo, ¿tus exámenes?

- ¡He aprobado todo! ¡He estudiado mucho! ¡Soy de las mejores de mi curso!

- Celebro oír eso.

- Muchas gracias, oye yo...

- ¿Tengo bien la boina?- preguntó Vante a JungKook.

- ¿Tiene que estar torcida?

- No.

Ambos rieron y JungKook se acercó a él y se la arregló. El fotógrafo le miró directamente a los ojos, mientras él le enderezaba la boina y le acomodaba algunos mechones de pelo.

- El ascensor está aquí- interrumpió la joven.

- Oh...

Los tres entraron y la chica centró su atención en JungKook, JungKook en Vante y Vante en el suelo. Cuando el ascensor llegó a la planta baja, el chico salió y, sin mirar a atrás, apenas dijo.

- Pasa un buen día.

- ¡Nos veremos!- dijo la chica.

- Buen día- se despidió JungKook.

Se subieron al coche de Vante y JungKook le miró.

- Tienes una admiradora.

- Es un poco... intensa, me habla demasiado y no entiendo por qué. Soy su vecino, no soy su amigo.

Se replanteó explicarle a Vante que aquella joven estaba enamorada de él, pero el chico no lo entendería, le pediría que se lo explicara y sería un quebradero de cabeza demasiado grande para un enamoramiento juvenil.

Pararon frente a un local con un rótulo rosa, con letras blancas, que rezaba "Esteticien". JungKook había pasado por allí varias veces, pero nunca le había dado importancia. Entraron y una mujer mayor, rubia, regordeta y con gesto bonachón los atendió.

- ¡Vante! ¿Cómo estás?

- ¡Hola Merith! Te presento a JungKook, te he hablado de él. Es modelo, pero no tiene una rutina de limpieza de cutis. Con el tema de maquillaje diario va a acabar sin cara. Y yo no quiero acabar sin trabajo porque él acabe sin cara- dijo, riendo.

- ¡Exagerado!- dijo Merith y se acercó al rostro de JungKook- estás muy bien conservado.

- Para nada es que es joven- bromeó Vante.

- Ah, no dejas pasar una...

- Nunca.

- Ven, te haré un estudio- dijo- no tardaré.

Le guio hasta el interior del local y entró en una salita con una camilla, se tumbó y la mujer se puso una gafas y puso encima de la cara de JungKook un aro de luz con una lupa de aumento.

- Vale, no tienes los poros abiertos, pero las zonas de las mejillas las tienes muy secas, eso puede dar lugar a irritaciones y que pronto salgan líneas de expresión y arrugas. La frente y la barbilla la tienes grasa, igual que la nariz. Granitos en la barbilla... ¿Has pasado mucho estrés últimamente?

- Bueno... digamos que estoy nervioso.

- Por eso te han salido estos granitos de la barbilla. Ya te puedes levantar y puedes salir. Te voy a preparar una lista de cremas y tónicos que puedes usar y otra lista de los que no.

Cuando el chico salió, vio a Vante sentado, leyendo las noticias.

- ¿Dicen algo interesante?

- Lo de todos los días- replicó- ¿qué tal el estudio?

- Corto.

- Aquí tienes la lista de los productos- dijo Merith y Vante se acercó- en primer lugar, te aconsejo que te limpies la piel de noche. Primero un jabón limpiador, aquí te dejo la lista de los que serían buenos para tu piel, luego un tónico, un sérum y una crema. Aquí están las listas. Por la mañana deberías echarte una crema protectora de día- añadió y le mostró otra lista.

- ¡Perfecto! ¡Iremos a comprarlo!- dijo Vante, guardándose la lista.

Salieron de allí y JungKook pensó que irían al estudio, pero no, Vante tiró de él a una tienda que estaba en el centro de la ciudad, parecía exclusiva y, cuando llegaron, muchas personas parecían emocionadas de ver allí a Vante.

El chico se dirigió al mostrador y, mostrando seguridad, pidió un tónico, un sérum, una crema de noche y otra de día de entre las que le había recomendado Merith.

JungKook le miró y fue a hablar cuando la dependienta volvió con los cuatro productos.

- Perfecto, cóbreme.

- ¿Ya no compra de Charlotte Tilbury?

- Oh, no. No son para mí. ¿Me cobra ya?

- Por supuesto, lo siento- añadió y pasó la tarjeta.

Al modelo casi le da un infarto cuando vio en números verdes doscientas diez libras. ¿En serio? ¿Pero qué tenían esas cremas? Quiso impedírselo, pero el chico ya estaba marcando el número de seguridad.

- Te has vuelto loco- dijo, al salir de la tienda.

- Eres modelo, debes usar esto.

- ¿Y no puedo usar algo más barato?

- Claro, algo que te deje sin cara...

- Es demasiado dinero.

- Tu cara es tu medio de trabajo, JungKook, debes cuidarlo.

Bien, ese era un punto para considerar. Era modelo, vivía de su imagen, o eso pretendía, no podía tener mala imagen, no podía tener granitos, ni líneas de expresión.

- Tómatelo como un regalo... por lo que te pasó ayer- dijo Vante- además, sabes que te hacía falta. Ahora vamos a trabajar. Quiero hacerte esas sesiones que teníamos en mente. He estado buscando ropa para ponerte, creo que tengo para hacerte la sesión tipo navajo, hippie y futurista.

Pasaron las semanas enclaustrados en aquellas sesiones y, mientras ellos trabajaban en aquellos sesiones, la cara de JungKook apareció en todas las revistas adolescentes y, como Vante ya tenía los books terminados, redecoró su estudio. Puso un cartel grande con el nombre de la empresa y varios cuadros de sus fotos de JungKook. En el escaparate puso las mejores fotos de JungKook y el número y correo de contacto.

Tras los primeros días, quedó demostrado que no podría dejar la puerta abierta porque muchas niñas se acercaban sólo para saber si JungKook estaba allí. Así pues, le dio una copia del estudio al modelo y, aunque dejaba los cierres arriba para promocionar al modelo, cerraba la reja de la puerta y la gente de dentro podía verle trabajar.

A pesar de lo ocurrido con Verttuti, la revista no publicó nada malo de él, sólo una entrevista demasiado sexualizada y, aunque le molestó, podía manejar eso antes que una mala crítica por algo que no había hecho, o más bien, que se había negado a hacer.

- Los books navajo e hippie ya están- informó Vante a mitad de mes- creo que voy a poner algunas de tus fotos hippies por aquí.

Para el concepto habían escogido pantalones rectos y chalecos, dejando a relucir los abdominales del modelo. Aquella sesión, le dio bastante miedo, no quería parecer ridículo, pero no por nada, Vante era experto y quedó algo entre divertido y soberbio.

A medida que iba pasando el mes, Vante iba llamando a la puerta de más revistas y ellos trabajaban juntos hasta tarde. En ocasiones, JungKook se quedaba a dormir en casa de Vante y, en ocasiones, simplemente lo hacía porque quería. Pasaban el tiempo juntos, se divertían, se contaban sus preocupaciones respecto al trabajo, sincerándose el otro con el otro, provocando que la confianza entre ambos fuera más fuerte.

A finales de mes, otra cosa comenzó a rondar la mente de JungKook: el cumpleaños de Angeline, era aquel fin de semana y aun no le había comprado nada, pero sabía lo que quería. Así pues, fue a la joyería y le compró una pulsera con el nombre de la chica, escrito en camerunés, y el suyo en coreano. Sabía que a Angie le gustaría ver aquello, ambas culturas en una sola pulsera. La dependienta lo guardó en una cajita y JungKook lo envolvió.

- ¿Qué vas a hacer por tu cumpleaños?- preguntó JungKook.

- Pensaba hacer una reunión de amigos en casa, ya sabes, algo simple- dijo Angie- quiero que vengan Queen, Niall y me gustaría invitar a Vante, si quisiera venir- dijo.

JungKook miró a su novia. La invitación de Vante venía por él y lo sabía. Su novia estaba haciendo esfuerzos en llevarse bien con él.

En el último mes, el nombre de Vante había salido a relucir en innumerables ocasiones, puesto que JungKook solía comentarle que trabajaría con él hasta tarde, que iría con él a cenar, que se quedaría en casa de él. Sabía que a la joven no le hacía gracia, pero él tampoco podía evitar estar con el chico, sabía que estaba mal. Estaba alargando una relación que debía cortar, ¿pero qué iba a hacer? El último mes había sentido a Vante como su pareja y a Angie como su amiga y eso que dormía junto a Angie, aunque no habían vuelto a acostarse.

Era de locos, no sabía si se estaba enamorando de él, o si ya lo estaba. Lo que sí sabía es que el chico le tenía muy jodido y no podía parar de pensar en él.

- Te agradezco que le invites- dijo, al fin.

- Si a ti te parece un buen chico, es porque debe serlo.

- Lo es. Le diré hoy lo de tu cumpleaños. Pero, por favor, te ruego que le tengas paciencia. Hablaré con Queen y Niall. Él posiblemente no entenderá su papel en la fiesta y no estará cómodo.

- Lo entiendo.

JungKook se dirigió al estudio de Vante y entró por la puerta de atrás.

- Hyung.

Se había convertido en costumbre, cada vez que estaban los dos solos, JungKook olvidaba totalmente el inglés y hablaba coreano.

- ¡Aquí!- respondió Vante, en coreano.

Fue a la parte de adelante y escuchó a algunas chicas gritar y tocar los cristales de las ventanas. Salió a la calle, firmó autógrafos y les dijo que tenía trabajo. Pero también les pidió encarecidamente que no pasaran por allí, que su fotógrafo debía trabajar con tranquilidad.

Las chicas se fueron y JungKook volvió a entrar.

- Tampoco me molestaban- dijo Vante- trabajo de espaldas a ella y uso audífonos.

- ¿Y si alguna entrara?

- Como si pudieran...

Entraron a la parte de atrás para tener más privacidad y se sentaron en el sofá de la salita.

- ¿Tienes algo que hacer el fin de semana?- preguntó JungKook.

- No, ¿te apetece que hagamos algo?

JungKook sintió que su corazón se volvía a parar, la forma en la que Vante preguntaba por una cita de ellos dos, como si fuera algo que no le importara.

- Es el cumpleaños de Angeline. Te ha invitado.

- ¿A mí por qué? Tú eres su novio.

Bien. Iba a ser una conversación difícil.

- Pero tú eres mi amigo.

- Pero no es tu cumpleaños. Es el de ella. No lo entiendo...

- No pasa nada- dijo JungKook, con mucho amor- Angeline opina que, como tú eres mi amigo y ella es mi novia, es bueno que tú vayas a su cumpleaños. Ella quiere ser tu amiga.

- ¿Para qué?

- Quiere llevarse bien contigo porque yo soy su novio. ¿Entiendes?

- No- dijo cortante. No lo entendía y no quería entenderlo. No quería saber nada de la novia de JungKook porque, sólo el hecho de pensar que JungKook tenía pareja le dolía.

- Vale, no pasa nada. Te lo vuelvo a explicar. Angeline es mi novia. Tú eres mi amigo. Ella quiere llevarse bien contigo porque tú eres mi amigo...

- Pero ¿para...?

- Para que yo sea feliz- terció- a mí me haría feliz si pudieras considerar a Angeline una amiga... o algo parecido.

- No estoy con ella como estoy contigo- admitió- de hecho, solo contigo puedo ser yo mismo- dijo. JungKook le miró. Jamás pensó que Vante pudiera decir algo así- me da miedo que ella se vuelva a enfadar conmigo- continuó- me cuesta entender las cosas y eso las personas como tu novia no lo entienden y me da miedo que se enfade... o se burle.

- Si ella se llega a burlar de ti, no me vuelve a ver- sentenció JungKook.

Vante le miró y sintió miedo. Sintió miedo porque, por primera vez en nueve años sentía algo más que rabia, ira, dolor. Sentía esperanza. Comenzaba a sentir ¿ilusión?

- ¿Cuándo será?- preguntó.

- El sábado a las nueve y media. Mi casa está en ésta misma calle, en el número diez.

- Iré.

- Gracias.

JungKook le cogió la mano y le dio un beso en el dorso. Le hubiera besado la mejilla, pero sabía que quizás eso no le hubiera gustado al fotógrafo.

Así pues, el sábado Vante se puso un pantalón alto, negro, que remarcaba su trasero redondo, con tres pliegues a la izquierda y tres pliegues a la derecha. Usó un jersey cuello alto, también negro, por dentro de los pantalones y una americana. Se maquilló, se rizó el pelo y salió. Por el camino, compró un ramo de flores a Angeline, era su cumpleaños, en los cumpleaños había que llevar regalos, sería una falta de respeto no llevar uno.

Se presentó puntual y sonrió a los presentes.

- ¡Vante!- saludó JungKook, feliz.

- Hola- dijo incómodo- traje un ramo de flores para Angeline...

- Oh, no hacía falta.

- Sí, sí hacía. Es tu cumpleaños. En los cumpleaños se dan regalos- dijo Vante, como un autómata, mirando al suelo.

JungKook los miró a todos, ya los había advertido del carácter de Vante, pero ninguno le había creído, en especial Niall. Pero ahora era diferente. El chico parecía otro.

- Eres un encanto, Vante, muchas gracias- dijo Angeline.

- Te enseñaré la casa- dijo JungKook.

- ¿Por qué?- preguntó Vante.

- Oh, quiero que la veas...

Los chicos pasaron frente a los invitados y Queen miró a Vante sin podérselo creer.

- ¿En serio estás preocupada por ese tío?- preguntó en un susurro.

- Con JungKook no es así- replicó- y más te vale no decir nada malo de él delante de JungKook.

Acabaron en la cocina y JungKook le ofreció un refrigerio al chico. En la soledad de la cocina, el chico volvía a ser él mismo.

- ¿Cómo estás?- preguntó JungKook.

- Incómodo.

- ¿Quieres irte? Ahora cenaremos y luego entregaremos los regalos.

- Puedo irme después de la entrega de regalos- dijo.

En la cena, Vante trató de no hablar, pero Niall, que había empatizado con la situación del chico, le hablaba de negocios y así parecía que Vante se relajaba.

JungKook miró a Niall muy agradecido.

- ¿A dónde aspiras a llegar con la empresa, Vante?- preguntó Queen.

La chica había advertido que el chico hablaba con temas empresariales y quiso unirse a la conversación, pero no funcionó.

- Llegaré donde los tres lleguemos- respondió, confundido.

- Creo que, lo que Vante quiere decir es que, como somos una sinergia- empezó Niall.

- Todos vamos en la misma dirección- dijo JungKook.

- Y, por tanto, él sólo no va a llegar a un solo sitio- concluyó Niall.

- Ha sido una gran contestación, Vante- aprobó JungKook.

- Por supuesto que lo ha sido- corroboró Niall., volviendo a su plato.

Sin embargo, Vante parecía contrariado.

- ¿Me acompañas a por el pastel?- preguntó JungKook a Vante.

El chico asintió y se fueron a la cocina.

- Debería irme.

- Vante...- empezó JungKook.

- Nadie me entiende ahí...

- Yo sí- dijo JungKook- y apuesto a que Niall también.

Vante le abrazó y JungKook besó su sien. De un tiempo al presente, Vante podía abrazarle sin ningún reparo y eso era algo que ocasionaba que todo en JungKook se alterara.

- ¿Quieres que te lleve a casa?- preguntó JungKook.

- No, me quedaré. Es la tarta y los regalos, supongo.

- Sí, eso es.

Sacaron la tarta y le entregaron los regalos a Angie. Queen le regaló un vestido, Niall un juego de películas y JungKook fue a la habitación de invitados por su regalo. Cuando volvió, Queen miraba emocionada a su amiga.

- Lo compré pensando en ti- dijo.

Vante miró a su plato, sentía congoja al ver a JungKook pendiente de Angie, sabía que era lo normal, a fin de cuentas, la chica era su novia, pero no podía evitar sentirse tan mal al verlos juntos.

Angie, por su parte, cogió el regalo lo abrió y se encontró con una cajita de terciopelo negro, sonrió encantada, pensando lo que habría dentro, pero cuando abrió la cajita, no pudo evitar sentirse decepcionada. Había una pulsera con su nombre y el de JungKook. Era bonita y valiosa, sin duda, pero no era aquel adorno del pelo.

- Es hermosa- dijo Angie y JungKook se la puso bajo la atónita mirada de Queen, que también esperaba ver aquel adorno para el pelo y bajo la apesadumbrada mirada Vante, quien veía la relación del modelo y su novia y no podía evitar sentirse... ¿celoso?

Comieron tarta y JungKook se enfrascó en una conversación sobre Allan Poe con Vante. Al momento, estaban ellos dos hablando sin prestarle atención al resto del mundo.

Angie, quien los observaba, le dio una patada por debajo de la mesa a su amiga y ésta también les observó. Angie no había mentido, Vante era de una forma con JungKook y de otra con las demás personas.

- Será mejor que me vaya- dijo Niall, al cabo de un rato- se me hace tarde, mañana madrugo.

- Yo también- dijo Queen- ¿os ayudamos a recoger?

- No os preocupéis- dijo JungKook.

JungKook sujetó a Vante del brazo con delicadeza, pues ya había empezado a recoger los platos.

- No te preocupes, Vante, de verdad, no es necesario- dijo Angie.

- Es necesario- contradijo el fotógrafo- he cenado aquí, después de cenar, se recoge la mesa.

- Bien, entonces lo haremos juntos- dijo JungKook- vete ya Niall.

- Os ayudaré.

- Vives lejos.

- Nada en este pueblo está lejos, chico- replicó Niall.

Todos rieron y Niall salió de la casa de la pareja.

Mientras tanto, Angie y Queen estaban en el salón recogiendo las cosas y JungKook estaba con Vante en la cocina, fregando.

- Te acompañaré a casa- dijo JungKook.

- Deja de consentirme.

- No pasa nada porque alguien lo haga.

Vante sonrió y, acto seguido, se odió a si mismo por hacerlo.

- Me gusta el traje que llevas, ¿dónde lo compraste?- preguntó JungKook.

Mientras ellos hablaban de la ropa que Vante llevaba, las chicas estaban en el salón.

- Me juego mi vida a que lo compró para él- dijo Angie, enfadada.

- Pero... es un adorno de mujer...

- ¡Él lleva cosas de mujer!- exclamó Angie.

- ¡No seas así! ¡JungKook siente pena por él!- dijo Queen, sin molestarse en bajar la voz- ¿Y cómo no hacerlo? ¿Acaso no le has escuchado? ¡Parece Forrest Gump!

Se escuchó un ruido de cristales romperse y se giraron hacia la puerta de la cocina. Vante estaba allí, a punto de llorar y JungKook parecía a punto de matar a alguien.

- Iré a por nuestras cosas- dijo JungKook- nos vamos.

Angie fue a decir algo, pero sólo pudo ver a aquel fotógrafo raro llevándose toda la atención de su novio y el ruido inequívoco de la puerta de que ambos habían salido por esta.

 


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