Se encontraba un Pelinegro muy entusiasmado cocinando en su casa, ese día, 15 de septiembre, su mejor amigo y el amor de su vida, Hatake Kakashi, cumplía los 15 años. Obito estaba terminando su regalo, le había comprado los mejores Kunais que todo Shinobi desearía en su vida, y, además, unas camisas que se ajustaría muy bien a su complexión, y preparaba su comida favorita, Miso de Berenjena, el cual se había esforzado meses atrás para que le saliera a la perfección, quemándose y cortándose una y otra vez, pero consiguiendo el sabor que deseaba.
Estaba enamorado del Hatake desde que tenía memoria, al inicio pensó que aquellos sentimientos eran admiración y envidia, pero conforme pasó el tiempo se dio cuenta de que no era así; estaba enamorado de este, le costó mucho, pero, al final lo aceptó, y era ahora o nunca, este año, intentaría conquistar a Kakashi, no quería ser un acosador o algo así (Ya de por si el Peli plateado tenía muchos), solo daría pasos de poco a poco.
Una vez todo listo, envolvió los regalos en su respectiva caja decorada, y salió con rapidez de su casa para dirigirse a la de su amigo, no sin antes, por mala o buena suerte se cruzó con Asuma, un amigo que no veía desde hace unas semanas.
‘‘Hola, Obito’’. Saludo con normalidad a su amigo.
‘‘¡Hola Asuma! ¿Dónde habías estado amigo? No te vi por ningún lado en estas semanas’’. Le dijo con curiosidad al recordar que el adolescente no había aparecido durante un tiempo
‘‘Oh eso, solo estuve enfermo, pero ya me encuentro mejor, por cierto, ¿Qué llevas ahí?’’.
‘‘¿Esto? Ah…eh... solo es un regalo de Cumpleaños para Bakakashi’’
‘‘Ya veo, pero te recomiendo que esperes un rato más’’.
‘‘¿Qué? ¿Por qué lo dices?’’. Pregunto muy desorientado, pues, no entendía porque Asuma le hacía esa sugerencia.
‘‘¿No lo sabes? Rin vino desde temprano para darle una sorpresa, lo mejor será no interrumpir a la pareja, ya que, ayer, Rin por fin le confesó sus sentimientos a Kakashi y vaya sorpresa fue el que él los correspondiera’’.
El joven Uchiha al escuchar aquellas palabras sintió como todo su mundo se vino abajo, algo dentro de él se rompió.
‘‘¿D-De verdad? ..... Vaya… Eso fue… umm... Tan inesperado’’. Comentó a su amigo intentando ocultar sus verdaderos sentimientos, reteniendo toda lágrima y evitando que la voz se le entrecortara.
‘‘Si se puede decir... Era más que obvio que Rin sentía algo por Kakashi, pero nadie esperaba que se lo dijera’’.
‘‘Si… Bueno entonces me voy, no quiero arruinarles el momento, además, me falto el estúpido moño, no importaría, pero ya sabes cómo es Bakakashi, nos vemos luego Asuma’’.
El Sarutobi solo se limitó a asentir, mientras el Uchiha se fue caminando hasta perderse en unas cuantas personas y uno que otro callejón, y, una vez se aseguró de estar fuera de la vista de su amigo, salió corriendo, negando toda lágrima.
Llegó a su casa y maldecía que su amada abuela ya no estuviese con él, puesto que hace unos tres meses había fallecido, si tan solo se encontrara ahí podría contarle todo y desahogarse, pero no, estaba solo y era algo que tenía que lidiar por su cuenta. Tiró su regalo al piso, importándole muy poco que su gran platillo, del cual se había esforzado meses en preparar y conseguir el sabor ideal, se derramará por todo el piso, al igual aportándole muy poco si las camisas se manchaban o si algo le había pasado al regalo principal, el preciado regalo que le había conseguido al Hatake, un regalo que le costó todos su ahorros de toda la vida, unos preciosos Kunais, que todo Shinobi asesinaría por poseer, la mejor calidad en todo el mundo, los cuales, solo eran vendidos en Kumogakure no Sato, lo hizo todo por él, por Hatake Kakashi, su mejor amigo, el niño que tanto le gustaba, su amor no correspondido. Al pensar tan solo en la imagen de sus compañeros de equipo, abrazados, tomados de la mano, sonriéndole, e incluso, besándose, fue su límite y las lágrimas que tanto les negó una salida, comenzaron a recorrer sus mejillas.
Recargo su espalda en la fría y gélida puerta de madera, sus piernas temblorosas no soportaron más su propio peso y se dejó caer hasta que el frío piso le dio la bienvenida, al parecer su cuerpo comenzó a adquirir la misma frialdad en la que se encontraba su casa. Su mente estaba tan nublada, pero a la vez tan clara, y su corazón…. Su corazón estaba destrozado.
´´<Rin, Rin ha sido mi mejor amiga desde la infancia, siempre me ha apoyado, siempre nos contamos todo, pero, entonces si fue así, ¿Por qué nunca me dijo que estaba enamorada de Kakashi? Yo jamás se lo dije por miedo, miedo de que me viera como un bicho raro y se alejara de mí, pues… ¿Cuál sería tu reacción si tu mejor amigo está enamorado de alguien de su mismo género? Sería raro, todas las parejas que han sido tan valientes como para demostrar su amor ante los demás, han sido marginadas y afectadas, esa es mi gran excusa del porque no se lo conté a nadie. Pero, es que, ¿Acaso era tan obvio, que no hacía falta decirlo? Bueno, suena lógico…. Ahora entiendo todo, su preocupación y preferencia por Kakashi, todo tiene sentido y yo…. Soy un completo idiota>´´.
Obito se sentía destrozado, tarde o temprano Kakashi tendría pareja, pero no se esperaba que está fuera Nohara Rin, su mejor amiga, se sentía un completo imbécil, por creer que el Hatake se fijaría en él, un fracasado, un chico sin futuro, sin arreglo, sin oportunidades; se arrastró hasta su baño para mirarse unos instantes en el espejo, no era ni la mitad de bonito como lo era Rin, no tenía una figura como la de una chica, no poseía una figura de un chico fuerte, no era nada. Sus lágrimas no cesaron, sólo aumentaron con cada pensamiento negativo que invadía su mente, le habían roto el corazón, su primer y gran amor, le dejó un mal trago, tan dulce pero tan amargo, en ese momento mandó todo a la mierda y lloro, lloro como nunca lo había hecho, cubriendo incluso con su mano su boca, para reprimir esos gritos de dolor, sacándose sangre del dorso de la muñeca; toda la noche la permaneció llorando.
Dos días después hablo con el Ojo-gris, dándole su regalo, o, por lo menos solo las camisas, y explicándole el motivo del porque no lo visitó, fue duro verlo, fue duro afrontar su mirada tan penetrante, sus hermosos ojos sobre él, pero, lo más duro, fue verlo sabiendo que ya no era suyo, que Kakashi le pertenecía a alguien más, no, era un error llamar al Hatake suyo, porque nunca lo fue, Kakashi nunca fue suyo y jamás lo sería.
Los primeros Meses fueron un martirio, no podía sacarse al peli plateado de la cabeza, y todas, absolutamente todas las noches, lloraba, lloraba por ser tan ingenuo, por sentir tal impotencia en su cuerpo, se sentía tan inútil, pero, de algo estaba seguro, debía de olvidar a Kakashi, no era una opción, era un hecho y una meta.
No se dio cuenta de cuando se alejó de todos sus amigos, puesto que había entrenado hasta el cansancio y sin fin, para mínimo, hacer algo productivo y distraerse un rato. No hablaba con nadie, no salía con sus amigos como de costumbre, no invitaba a salir a Rin como lo hacía antes, tampoco discutía con Kakashi, dejó de interactuar con el resto de sus amigos, e incluso, ya no hablaba con su Sensei Minato y su esposa Kushina, grandes personas para él; lo único que le importaba era su entrenamiento, los días de descanso entrenaba, luego de una misión entrenaba, si tenía un rato libre entrenaba.
Dejó de ser tan entusiasmado y hablador, ya no se quejaba como un niño pequeño, y su bella sonrisa disminuyó. Ahora realmente parecía un verdadero Uchiha, con semblante serio, actitud reservada y cortante, analítico e ingenioso, aunque seguía ayudando a los mayores de edad y a los niños, regalándoles única y exclusivamente una sonrisa a estos.
Claro que sus amigos notaron este cambio y se alarmaron, ya que se había puesto muy raro, mucho más que cuando su abuela murió, y Kakashi alarmado, lo citó en un parque alejado de todo, quería hablar con su mejor amigo y saber qué le pasaba, había esperado que Obito se acercara por voluntad propia, pero, al parecer no lo haría, y él ya estaba muy fastidiado y frustrado por todo, que decidió tomar cartas en el asunto.
Obito no sabía si debía asistir, pero, deseaba ver tanto a Kakashi, que aceptó la propuesta; charlaron un poco y comieron juntos ramen, había sido una tarde genial para ambos, pero el verdadero motivo de la reunión no era tocado, el Hatake ya desesperado con Obito, lo llevo al lago donde se juntaban de pequeños, e, intentó, por fin saber qué le ocurría a su amigo.
‘‘Obito’’. Llamó a su amigo con tono serio.
‘‘¿Qué sucede Kakashi?’’. No entendía el porqué del cambio de la actitud de su amigo.
‘‘Eso me pregunto yo, desde hace casi un año que estás raro, ¿Qué tienes Obito?, espere para que vinieras y me lo contaras, pero nunca lo hiciste’’. Apretó un poco sus puños, pues, le hería que su mejor amigo no le hubiera contado lo que le sucedía.
‘‘No es nada Kakashi’’. Trago en seco ante la pregunta del contrario, no iba a ser capaz de mirarlo a los ojos y contarle todo.
‘‘Claro, y yo estoy ciego. Tengo una ligera idea de que te sucede, pero quiero escuchar que esas palabras salgan de tu boca’’.
‘‘¿Qué crees tú que me afecta?’’ Soltó con un bufido, Kakashi era realmente ciego y estaba más que seguro que no conocía el porqué.
‘‘Que Rin y yo estemos juntos’’ En ese momento el Uchiha sintió miedo, miedo de que sus sentimientos fueran conocidos. ‘‘Lo lamento Obito…. Sabía que Rin te gustaba, o más bien, lo sospechaba, pero no creí que te gustara tanto, como para que te pusieras así’’.
Muy bien, eso fue todo, su coraje e ira aumentó de golpe, cerró sus puños y los apretó con demasiada fuerza, sus labios se curvaron en una sonrisa cansada, frustrada, agotada y triste.
‘‘Si claro Kakashi, me encanta tanto Rin, que odio su relación’’. Se rió sarcástico ante su propio comentario.
Kakashi estaba harto, la actitud de su amigo era fastidiosa, y sus respuestas tan burlonas no eran para nada de ayuda. Al igual que Obito estaba cansado.
‘‘¿Sabes? Me tienes harto con tu actitud de niño pequeño, uno que quiere llamar la atención, que no es capaz de admitir algo tan sencillo y aceptar la realidad, no has cambiado Obito, eres el mismo niño idiota del pasado’’. Escupió el Hatake con veneno, la ira comenzaba a nublar el juicio y la rabia cubría sus verdaderos sentimientos y pensamientos.
‘‘Eres un idiota Kakashi, me importa un carajo lo que opines de mí, si para esto querías verme, me largo, esto no te importa, piensa lo que quieras, me da igual’’. Mintió, verdaderamente le dolieron esas palabras, y, lo que pensara el Hatake le importaba mucho más de lo que creía.
El Uchiha se dio la vuelta, pero tan solo consiguió dar unos cuantos pasos, puesto que el Hatake le tomo la muñeca y le impidió avanzar, lo jalo para verse cara a cara, quedando muy cerca, rozando nariz con nariz.
‘‘No te irás de aquí hasta que me digas la verdad, ¡Solo admítelo Obito! Di que estás molesto porque estoy con Rin, ¡Es molesto ser tu mejor amigo y que no me cuentes ni una mierda!’’.
El Pelinegro se mordió el labio inferior, la cercanía era tanta que, podía darle un beso a su amigo, el agarre era un poco brusco, pero no lo lastimaba, en lo absoluto, podía sentir la cálida y suave piel de su amigo por encima de la suya, como si se tratase de una caricia, una de las que tanto había anhelado. Se lo diría, la situación ya había superado su límite, y, además, sus días en Konoha estaban contados, El Plan Ojo De Luna era tentador y la propuesta ya había aceptado.
‘‘¿Tanto quieres escucharlo? Muy bien, lo admito, ¡Odio tu relación con Rin! ¿¡Pero qué puedo hacer yo?! ¡Eh! ¡¡Solo soy tu mejor amigo, y mis argumentos son tan egoístas!! ¡No puedo decir ni una mierda, Kakashi!’’. Acabo explotando, no tuve la oportunidad de contárselo a alguien, siendo un factor que lo llevó al límite.
‘‘¡Te hubiera escuchado grandísimo idiota! Por más estúpidos que fueran tus argumentos, lo hubiera hecho…’’. Su mirada se desvió al no poder mantenerla al contrario, ver sus ojos llenos de ira y melancolía no era algo usual, y nunca lo sería. ‘‘Solo dilo, Obito’’. Kakashi quería escucharlo, quería escucharlo salir de sus labios.
‘‘¡No amo a Rin! ¡Odio su relación por un simple hecho! ...Temo que me quiten a Hatake Kakashi, temo que me quiten a mi mejor amigo; temo que me quiten a mi compañero, temo que me quiten a mi rival…. Temo que me quiten a la persona que más amo, porque si, amo Hatake Kakashi, desde que lo conocí. Lo amo tanto… Pero sé que nunca me aceptará, y duele, ¡Duele mucho! Temo que cuando se entere de mis sentimientos se aleje de mí, porque lo sé, me mirara con asco y me repudiara…. Porque odia romper las reglas, y odia romper las reglas del universo, ¿¡Ahora qué?!? ¿Estás contento? ... ¡¿Que se siente que tu mejor amigo está enamorado de ti?! ¡Dímelo! Será un honor escuchar una respuesta del mismo chico que tanto amo, Hatake Kakashi’’.
El de pelo platino, ante cada confesión, abría los ojos estupefactos, y aun así trayendo la máscara, se le podía notar como su boca estaba abierta. Nunca se esperó esa confesión, o.… tal vez sí.
‘‘Obito… Yo no-’’. El Uchiha lo interrumpió.
‘‘Lo se Kakashi, lo se mejor que nadie…Te amo, te amo tanto. Pero también me amo a mi mismo, déjame ir, déjame alejarme, quiero curar esta gran herida, quiero estar bien conmigo mismo, porque sé que nunca me amaras, nunca me aceptaras, y yo no…. Yo no podré vivir así, si realmente eres mi mejor amigo permitirás que me marche, tal vez nunca podré sanar este corazón roto, pero, es mejor que obligarlo día a día verte con alguien más, alguien a quien tú amas, porque si no es Rin, alguien más será y se que no seré yo’’.
Kakashi miró absorto a su compañero, eso no se lo esperaba, pero no dejaría ir a ese Uchiha tan fácilmente.
‘‘¡No puedes venir tan fácilmente a formar parte de mi jodida vida y largarte, así como así! Fuiste mi primer amigo, la primera persona que me mostró lo importante de la vida. La primera persona que, después de mi Padre, fue tan importante como para dar mi vida por ella ¡Los demás pueden irse a la mierda! Tu fuiste la única persona que pudo sacarme de ese vacío… ¡¡Eres la única persona que necesito para ser feliz!! ….. Así como es egoísta mi petición, lo es la tuya; no puedes venir así de fácil a ser la persona más importante en mi vida y largarte como si nunca te hubiera importado...’’. Al notar que ninguna de sus palabras tenía efecto sobre el Uchiha, la ansiedad y la desesperación se comenzaban a apoderar de él, no quería perder a su mejor amigo. ‘‘¡Puedo vivir sin una relación! No soy una persona de amor, pero lo único que necesito para mantenerme cuerdo es a ti ¡Mi mejor amigo!’’.
‘‘No Kakashi, por mas que me ruegues no lo haré, te quiero ver feliz, pero, no quiero morir por dentro, aun sabiendo que no estarás con nadie, yo no olvidaré este dolor’’.
El Hatake estaba a punto de abrir la boca, pero Obito sabía lo que diría, frunció el ceño y volvió a hablar.
‘‘Se lo que piensas y no ¿Crees que seré feliz sabiendo de tu intento, más bien de engaño de que me amas como yo a ti? Lo último que quiero es esa muestra de amor, un amor tan falso. Tampoco te voy a obligar, hay tantas personas, conseguirás a alguien y…’’
‘‘¡De ninguna manera! ¿Sera tan fácil reemplazarte? ¡Claro que no! Así como para ti es imposible reemplazarme es igual para mi… ¡C-Con el paso del tiempo lograre enamorarme de ti o a ti se te pasara!’’. No lo aceptaba y no lo aceptaría.
‘‘Dios mío Kakashi ¡No! ¡Tú nunca podrás amarme y yo nunca podré superarte! Llevo intentándolo desde hace 10 años y no lo logre ¿Crees que, si yo no pude, tú sí? ¡Ja! No me hagas reír. No Kakashi, déjame ir... Por favor, para mi esto es…esto es un castigo’’.
‘‘Obito… Por favor no, no, no me dejes, eres mi único amigo de verdad, mi última esperanza, la única razón por la que sigo con vida... Pero sin ti esto...’’.
‘‘Kakashi, puedes vivir sin mí, así como lo hiciste después del suicidio de tu Padre, podrás hacerlo conmigo; deja ser tan caprichoso y.…’’
El pelinegro se acercó al chico de cabello plateado, tomó entre las palmas de sus manos su húmedo rostro, Kakashi estaba inundado de lágrimas, no toleraba la idea de que su mejor amigo se fuera, pero debía de hacerlo. Acaricio las mejillas del Hatake, acariciando de forma consoladora los pómulos de su amigo, quien le miraba de forma suplicante, lo quería, lo quería tanto, pero su amor no era correspondido de la forma en que deseaba, y él, necesitaba tiempo, mucho tiempo.
‘‘Kakashi, tarde o temprano esto pasaría, inconscientemente lo sabias, sabias de mi amor, pero el miedo a perderme fue mucho mayor que tu coraje para afrontarlo, y te hiciste el ignorante, puede que vuelva, la verdad no lo sé, depende de muchas cosas. Pero quiero que sepas que siempre estaré ahí, y que siempre te amare, hasta la muerte’’.
El Hatake quería replicar, se negaba a aceptar ese cruel destino, se negaba a aceptar ese adiós, porque sus palabras no sonaban como si volviera en algún punto, no sonaba vacilante. Era un adiós, un adiós definitivo, solo intentaba sembrar una semilla de esperanza para que lo dejara, y era algo que no creería. Pero antes de poder replicar, su amigo le bajo su máscara y estrelló sus labios con los suyos, se sorprendió, fue un beso corto, pero Kakashi pudo sentir todas las emociones que Obito intentó transmitir, rápidamente se hizo para atrás, como si acabara de tocar algo prohibido. El Uchiha solo sonrió nostálgico y triste, la ultima vez que miro a su mejor amigo fue de la peor manera posible, el brillo en su mirada se perdió, sus labios estaban curvados en una sonrisa falsa y tenia lagrimas en sus ojos, lo último que escuchó de su voz fue la peor despedida en su vida.
‘‘Adiós Kakashi’’.
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Diez años, habían pasado diez años y el mundo se veía amenazado por alguien.
‘‘¡Yondaime-Sama! ¡El enemigo por fin hizo su jugada!’’.
El Hokage solo suspiro cansado, la situación le dolía y lo hartaba, había atrasado esto tanto como podía, pero no logró nada más que presión por parte del consejo y de todos los Kages en sus hombres, Konoha debía de hacerse responsable, después de todo, era un Shinobi criado en su aldea, daría la orden más difícil en su vida.
‘‘Ya está hecho, desde hoy, declaro a Uchiha Obito como un Ninja desertor de Konoha y un traidor al mundo Shinobi ¡Les ordenó atraparlo y eliminarlo!’’.
Un golpe duro para su corazón, su mejor amigo se había vuelto un criminal, pero no cualquier criminal, un criminal que amenazaba la paz mundial.
‘‘Lo siento Kakashi, lo intente’’. Le decía su Sensei devastado, pero no tanto como su alumno, él estaba más que destrozado.
‘‘Esta bien, Minato-Sensei, este día iba a llegar, tarde o temprano…’’.
Y así sin más, salió de la Torre del Hokage, en busca de algo, más bien de alguien, iba en busca de su mejor amigo, para poder arrebatarle la vida.