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Como ordene, su majestad por Angeline25

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La primera tropa llegaba al palacio, había cumplido su misión y tenían que reportarse con su majestad. Uno estaba particularmente emocionado por ver al príncipe del planeta, con quien había interactuado hace un tiempo.

El príncipe era un alfa de élite, alto, guapo, varonil; por lo general bastante serio y algo déspota. Sin embargo, esa vez, hace 4 meses, esa única vez que acompañó a la escolta real, conoció el lado compasivo del príncipe. Lo defendió de un ataque y lo alentó a continuar, su mirada dejó de ser fría y todo en él brillaba, su mirada, su sonrisa… o así lo veía el guerrero de clase baja.

Durante los siguientes meses, habían pequeños coqueteos por parte de Vegeta, miradas discretas, sonrisas pequeñas, entre otros detalles.

Pero ¿Por qué? Ambos eran alfas y además, había una gran diferencia entre ellos ¿Por que el príncipe lo trataba con esa “confianza”?

– Soldado Bardock – esa voz inconfundible

Se arrodillo frente a él inmediatamente – a su servicio, príncipe –

– necesito que vayas con el escuadrón especial a una misión al planeta Turin –

– como usted desee, ¿nos acompañará? –

– apuesto que eso te agradaría – otra vez esa sonrisa coqueta – sin embargo, tengo que cumplir con algunas labores aqui, así que ve y cumple con tu misión –

– si, mi príncipe –

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Él había tenido complicaciones en ese viaje y cuando volvió se encontraba en una de las camas de las habitaciones del palacio. Para los de su clase estaba prohibido entrar en esas zonas, pero entonces lo vio: el príncipe estaba dormido a su lado, no con él; pero si en uno de los sillones. Recordó todo lo que pasó en esa misión, había terminado muy mal herido, por eso estaba lleno de vendajes.

Vio que el príncipe se removía en su sillón que más bien parecía una cama, sí que había diferencia entre clases. Tenía una linda figura, era casi de su tamaño; sus ojos se perdieron en sus piernas, por lo que podía ver eran firmes y grandes …

Pov. Bardock

¡Demonios, Bardock! Es un alfa y sobre todo es el PRÍNCIPE. Intente dormir nuevamente, lo mejor era no dirigirle la palabra o hablar solo lo necesario… Bueno, estaba dormido… solo lo observaba unos minutos. Me acerque hasta el sillón y pude contemplar su rostro, sus facciones eran masculinas pero eran muy finas, su cola se movía algo inquieta. Su aroma llegó a mi nariz, era exquisito, relajante, tan único. Acaricie su mejilla sin darme cuenta, mis manos se movieron solas; hubiese deseado que sea omega, así mi sueño no sería tan imposible… aunque, ni siendo omega alguien como él se fijara en mí.

¡Por un demonio, Bardock!

Sus ojos se abrieron de a pocos, parpadeo unas cuantas veces, antes de mirarme; y me regaló una de sus bellas sonrisas.

– veo que ya te encuentras mejor –

– así es, alteza, disculpe las molestias –

– tú no eres una molestia –

– creo que es momento de irme – tome mi distancia, si seguía teniéndolo así de cerca no podría controlarme –

Lo escuché soltar un suspiro, se levantó y me miró divertido; probablemente por la cara de estúpido que tenía de verlo desde abajo… es maravilloso.

– nos vemos pronto, aun tienes misiones que cumplir –

– claro, alteza – me paré e hice una reverencia

– Vegeta –

– ¿Disculpe? –

– Vegeta, si sabes que ese es mi nombre, ¿verdad? – sonreí, eso era obvio, es el príncipe

– Si lo sé, Príncipe Vegeta –

– Eres un poco tonto ja, ja ¿el golpe en la cabeza te afecto? ––

– probablemente – su risa era melodía, jamás la había escuchado… De hecho jamás vi al príncipe sonreír antes de nuestro encuentro –

– Tienes permiso de llamarme Vegeta, no necesito que todo el mundo me recuerde que soy un príncipe –

– Como usted, ordene – evite hacer la reverencia – Vegeta – sus mejillas se sonrojaron un poco, esperaba ese efecto; trate de poner mi voz lo más seductora posible – ya es hora de retirarme, gracias por prestarme esta habitación para mi descanso y cuidar de mi –

– ¿siempre hablas tanto? Con un gracias basta –

– lamento ello, hablo de mas cuando estoy nervioso –

– ¿te pongo nervioso? – si, demasiado, gracias por preguntar –

– no es su presencia lo que me tiene así, no del todo; me preocupa el hecho de que su padre entre por esa puerta, me vea y lo próximo que vea sea el planeta desde una de las cápsulas –

– no me digas que huirás –

– solo si quiere venir conmigo – tomo su mano y la bese, no es habitual entre alfas, pero él no se incomodo

– largo de aquí – con uno de sus dedos golpeó mi nariz – antes de que te vean –

– como usted diga, Soldado de Clase Baja Bardock para servirle – hice mi reverencia y me retiré; no sin antes echar un último vistazo a su rostro, quería recordarlo en mis sueños –

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El tiempo siguió avanzando, no se veían mucho, el príncipe debía estar en el palacio, aprendiendo del rey. Mientras que los guerreros de clase baja eran mandados constantemente a cumplir misiones. Aunque ello no impidió que esas dos almas ilusionadas se puedan juntar, en alguna misión o cuando el Rey no estaba

Cuando el gato se va, los jóvenes y soñadores ratoncitos hacen fiesta.

– no es verdad –

– te lo juro ––

– ja, ja, ja ¿Cómo se le ocurrió a tu padre algo como eso? –

– ni yo lo entiendo, mi padre siempre ha estado obsesionado con el matrimonio –

– pero casarte con uno de los gigantes de hielo – soltó una sonora carcajada – eso es demasiado –

– ya lo creo –

– sabes, es curioso casarte con un joven y gigante de hielo, ¿no estás interesado en una linda omega? –

– no tengo problema con el sexo de la persona, lo único que pido que me guste y que sea caliente –

– mucha información –

– ¿qué? ¡No! idiota; lo digo porque estábamos hablando del gigante de hielo –

Ambos se rieron por el nerviosismo, ese comentario puso las cosas algo raras. Bardock veía cada expresión del príncipe, sus mejillas coloradas, no tan rojas como las de él. No era solo una atracción, Vegeta logró capturar todos sus sentidos, bajar sus defensas por completo con tan solo una sonrisa.

– ¿Qué estás pensando? –

– ¿de qué hablas? –

– estas como mirando a la nada –

– lo contrario… te veo a ti –

El ambiente quedó en silencio por unos minutos, sus ojos se concentraron en los ajenos – esto parece una típica escena de una novela, ¿no te parece? –

– ¿Qué es una novela? – su mente no pensaba en nada más, solo en el bello rostro del príncipe –

– olvídalo –

Seguían conversando de banalidades, bastaba con la compañía del otro para pasar un momento agradable. Podía mostrarse libremente, reír, conversar, tener peleas amistosas para poder entrenar. El momento más triste era cuando Vegeta tenía que volver al palacio, no tenía seguridad de cuando se volvían a ver.

– quisiera quedarme aquí todo el día, tuvimos suerte, ¿no crees? –

– si, claro, mucha suerte – ni aunque lo torturaran contaré que pasó más de tres meses buscando el lugar perfecto para ellos dos, lo suficientemente alejado del palacio, del reino en sí; una meseta que tenía una vista.

– creo que ya es hora de irme, mi padre no tarda en regresar –

– claro, se volvería loco si sabe que te escapaste de tus labores –

– un poco más de lo habitual – se recostó sobre el pasto morado, eran pocas las veces que se permitía sentir ese tiempo de paz, un contacto único con la naturaleza –

Vegeta permaneció con los ojos cerrados, sentía un aura acogedora en ese lugar y sinceramente, no sabía si era por la suave brisa o por la presencia de cierto saiyajin a su lado. Tan tranquilo que no sintió los movimientos del contrario, abrió sus ojos con la intención de irse, sin embargo, se encontró con unos ojos negros que lo miraban con suma atención.

– ¿Tengo algo en la cara? – no pregunto molesto, solo le pareció curioso tener a Bardock tan cerca

– solo veía lo lindo que eres – confesó al fin

– lindo, soy hermoso, idiota – comento con gracia, estaba algo nervioso

– tienes razón, no he conocido a nadie tan hermoso como tú –

– Bardock ¿Qué intentas con tus halagos? –

– solo intentó suavizar el ambiente para mi próximo movimiento –

– ¿movimie…–

Esa pregunta jamás pudo ser terminada, luego de tanto tiempo amándose en secreto, el corazón no pudo más y la razón perdió la batalla, una vez más. Un primer beso, que para muchos puede significar el comienzo de una hermosa historia de amor… para los demás, no para ellos.

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Contempló el palacio desde aquella meseta, donde se dieron su primer beso, donde sus cuerpos se unieron, yendo en contra de la casta; donde el amor floreció y marchito porque nadie lo cuido.

Su hijo se mantenía en silencio, veía la expresión de su padre: completamente dolida.

– ¿lo amaste mucho? –

– demasiado, tanto que no me di cuenta de mi error –

– padre, yo no sé qué decirte –

– no te pido que me digas nada, solo que pienses lo que vas a hacer – inhaló con fuerza – el golpe es muy duro –

– pero, ¿Cómo puedes estar seguro que mi Vegeta es como tu Vegeta? –

– él ya no es mío… nunca lo fue, ni siquiera cuando lo tenia en mis brazos – sus ojos amenazaban con lágrimas – de hecho, esta marca que ves en mi mejilla es un recordatorio de que nunca debemos mezclarnos con la realeza –

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Dos jóvenes corazones palpitaban con fuerza y no era para menos, el ambiente de aquella habitación era un poco… caliente.

– ¡AH! Carajo, Bardock – se sostenía como podía de su amado, llenando la espalda y brazos de algunas marcas –

– lo mismo para~ ti, cariño – gruñía al sentir las apretadas paredes de la entrada de su pareja –

El acto continuó por unos minutos más. ambos se mordieron, no podía rechazar su naturaleza alfa. Se recostaron a recuperar un poco de aire, el menor ofreció una “ducha rápida” antes de volver a sus labores.

Vegeta logró huir por un tiempo de las propuestas de matrimonio que su padre mencionaba casi a diario, no estaban acostumbrados a mezclar razas, pero los Guitly eran una raza muy parecida a la suya con grandes conocimientos que compartir y le heredera al trono, la princesa Elayza era una mujer que todos deseaban como esposa.

Bardock también huía de la propuesta de su madre, estaba en una edad para casarse y tener hijos que fortalecerían el ejército de su planeta; su amiga desde que tiene memoria, Gine, era la candidata perfecta, según su madre.

Tanto que pensar, pero esta pareja prefiere hacer el amor y mantenerse juntos lo mas que puedan; deberían, solo faltan unas horas para que tan lindo lazo se disuelva.

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– todo era perfecto, él iba a heredar el reino; si bien no podía convertirme en su esposo, podría mantenerme a su lado – se cubrió el rostro – me deje manipular tan fácil –

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Era tarde, las dos lunas ya habían caído. El Rey había llamado al pueblo al palacio, tenía un anuncio importante que dar.

– pueblo mío, hoy, deseo compartir mi felicidad con ustedes –

Bardock estaba emocionado, probablemente iba a anunciar el día de la coronación de su amado, no podía evitar imaginar a Vegeta con un traje dorado, se veía tan sexy en su imaginación. Divagaba en sus pensamientos que ni siquiera prestaba atención a lo que decía el Rey, hasta que…

– hoy ante ustedes, anunció el compromiso de mi único hijo, su futuro rey –

Pov. Bardock

¿Qué demonios dijo? Su respiración se volvió agitada, vi bajar a Vegeta por la gran escalera del palacio y de su brazo la princesa Elayza. Esto debe ser una broma…

¡Espera! Claro, como no lo pensé. Vegeta siempre se encarga de todo, así su padre no lo molestara con los temas del compromiso. La princesa Elayza es la esposa perfecta para que el padre de Vegeta no tenga ninguna queja.

Sentí un dolor en mi pecho cuando los vi mostrar sus anillos al pueblo, traté de buscar su mirada, pero solo me ignoró … o tal vez no me vio.

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Me escabullí por los pasillos del palacio hasta la habitación de Vegeta, necesitaba verlo. Sabía la contraseña de la puerta, así que entre lo más rápido que podía, no podía dejar que algún guardia me vea. Estaba recostado en su cama, se percató rápidamente de mi presencia, le sonreí pero él solo me miró.

Su mirada era completamente distinta, me miraba con molestia – cariño, se que estas cansado, no te quiero molestar, solo quería verte –

– ¿Quién te autorizo entrar a mi habitación? –

– ¿Disculpa? – me reí, al parecer me estaba haciendo una broma o estaba de muy mal humor – Vegeta, ¿por qué no me contaste sobre tu compromiso? –

– ¿Desde cuándo la realeza debe dar explicaciones a insectos de clase baja? –

Sentí un golpe directo a mi corazón, el jamás se refería a mi como un clase baja, menos como insecto; tal vez me decía idiota, pero siempre era jugando.

– Cariño, ¿Qué te sucede? –

– ya me canse de ti –

Otro dolor en el pecho – cariño –

– No me llames así Y ¡LARGO DE AQUÍ! –

Se paro y venia hacia mi furioso, me empujo a la puerta ¿Qué demonios pasaba? Lo empuje también, no me iba a ir sin escuchar una buena explicación.

– Vegeta, qué mierda sucede contigo – estaba desesperado, él no desistiera de su idea; me quería fuera de su habitación a como dé lugar

– quiero que te vayas de una vez, no quiero que vuelvas nunca – su voz era firme, pero no me miraba a los ojos, evitaba mi mirada cada vez que soltaba esas crueles palabras – ¡eres una molestia! –

Le di un empujón más fuerte, logré hacerlo retroceder – Vegeta, por favor – su fuerza disminuyó – ¿Qué pasa, amor? –

– ¡Deja de llamarme así, maldito obstáculo! –

¿Obstáculo? No aguante mas, lo empuje con más fuerza para que caiga sobre la cama – si vas a decirme algo como eso, por lo menos ten el valor de decírmelo mirándome directamente – tomé su rostro para mantenerlo fijo, sus ojos se veían triste y a la vez furiosos; no podía descifrar qué pasaba – vamos, Vegeta, dime que no quieres que vuelva a venir, que me vaya – cerró sus ojos, al parecer evitando llorar – ¡Vamos! Dime que no quieres que te diga amor –

– yo… solo vete, por favor – me evitó nuevamente

Ya no podía mas, yo se que el me ama ¿por que decía, entonces, palabras tan crueles? ¿por qué su mirada es tan triste? – te amo, Vegeta – me acerque para besarlo – y sé que tú también me amas –

End. del Pov. Bardock

El beso era lento, uno que solo quería obtener respuesta a actitudes ilógicas. Era evidente que el príncipe amaba a aquel guerrero, entonces ¿Qué pasaba? … Bardock nunca supo la respuesta. Y tampoco sabía lo que pasaría después de ese beso, que se convertiría en el último.

Pov. Bardock

Me separe para mirarlo como siempre lo hacía, me encantaba ver su mirada de enamorado; pero solo recibí una mirada de desagrado – si ya terminaste, ahora lárgate –

– Vegeta, que es –

– VETE – me empujo tumbándome al piso.

Intente tomar su mano – cariño, por –

– ¡Déjame en paz, maldito imbécil! – me lanzó una bola de ki directo al rostro, mi pómulo sangraba. Lo mire con horror, jamás pensé que me haría algo así

– ¿Qué diablos te sucede? –

– tu ya sabias que yo soy un príncipe y tengo deberes que cumplir; tu solo eres un obstáculo para cumplir mis objetivos – fue a su puerta y la abrió – así que, vete de una vez, antes de que te lance otra que te dejará muerto –

Me pare con la poca dignidad que me quedaba – créeme que ya me diste los golpes necesarios para matarme – no me dijo nada, mantuvo su mirada – pero me voy a recuperar – lo tome por la cintura y le plante un beso, cargado de ira – veremos si tu me podrás olvidar – no espere una respuesta, solo me fui.

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– Hijo, piénsalo con cuidado; si sigues con esa tonta idea, solo saldrás lastimado –

– yo… padre, lamento que hayas tenido que pasar por eso –

Soltó una breve risa amarga – ya no importa, logre superarlo o eso creo –

– quiero ir al palacio, necesito que Vegeta me diga que todo saldrá bien –

– eres un joven enamorado de un omega hermoso – apoyó su mano en su hombro – si que te va doler –

– ¡Hey! Ya estoy bastante preocupado –

Se permitieron reír un momento, Bardock ofreció acompañar a su hijo al palacio. Tenía que salir todo de acuerdo al plan.

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Los guardias le permitieron entrar, el Rey lo había citado, así que no tenía que dar muchas explicaciones. Fueron al salón, pero vieron una cabellera en forma de flama entrar primero, Goku sonrió como bobo sabía perfectamente quién era, ese exquisito aroma llenó sus fosas nasales. Hasta Bardock quedó hipnotizado por ese aroma – si que te va a doler –

– ¿Qué hacemos ahora? –

– esperar que ellos terminen para entrar – Bardock hizo una seña discreta a los dos guardias de la puerta para que se fueran

– ¿y si esperamos detrás de la puerta? –

Al parecer la curiosidad de su hijo le estaba facilitando las cosas – ¿por qué no? – vio la sonrisa alegre de su hijo, era bastante amplia para un saiyajin

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Pov. Goku

Pegue mi oído a la puerta para escuchar mejor – Padre, ya estoy aquí, ¿de que quiere hablar conmigo? – Oh, esa dulce y sexy voz

– Quiero aclarar un detalle contigo, un pequeño y molesto detalle –

– ve al punto, padre –

– es sobre tu caballero –

– no te agrada, ¿verdad? –

– a mi no, pero parece que a ti si – y si supieras, suegrito – vamos, Vegeta, ¿por qué no eres sincero conmigo? te interesa ese saiyajin, ¿no? –

– padre, yo… – ¡Se lo va a decir!

Hubo un silencio algo largo, escuche la voz del padre de Vegeta – así que cuéntame, hijo ¿Qué sientes por ese insecto de clase baja? – pronunció algo fuerte

– ¿Qué puedo sentir por él? – escuche una risa, burlándose de la pregunta – quizás repugnancia e incluso lastima… tan solo míralo, un pobre clase baja que tuvo la suerte de ser algo poderoso, pero siempre será un idiota sin remedio –

– entonces, ¿por qué tiene tanta confianza contigo? –

– ay, padre, me conoces; hago lo que tenga que hacer para lograr mis objetivos; el pobre se ilusiono conmigo y bueno, el tenia las esferas que yo tanto necesitaba; no fue difícil engañarlo; además, si lo haces mi caballero el ya no me volverá a molestar y yo podre casarme con un alfa de verdad, un hombre que en serio me merezca y no un pobre tonto que creyó que yo podría amarlo – escuche una gran carcajada – que estúpido pudo ser, ¿no crees? –

– yo sabía que no me podías decepcionar, mi primogénito, mi bella joya; se que será el gran rey que yo espero –

– así es, padre, yo no te voy a decepcionar nunca, seré un ejemplo para todos –

Otro silencio – me voy a descansar –

– si, mañana tendremos un gran evento –

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Me quedé pasmado, no podía creer lo que acababa de escuchar. Sentí que mi padre me movió y me aparto de la puerta; lo vi. Se percató de mi presencia, ninguno pronunció palabra. El Rey salió y se puso delante de su hijo, impidiendo el contacto visual.

– veo que ya llegaste, pasa; debo explicarte los protocolos de la ceremonia –

No podía responder, quería verlo; que tuviera el coraje de decirme que me engañó todo este tiempo en mi cara.

– ¿Qué te pasa, soldado? ¿Acaso quieres renunciar al puesto? –

Si… eso es lo que debía hacer, regresar a la Tierra si es posible.

Aunque ¿Por qué no complacer su pedido? El no quiere casarse conmigo, no me ama… debería buscar la manera de que su deseo se vuelva realidad, nunca mezclarnos.

– No, Majestad – tome aire – aun me estoy acostumbrando al ambiente de nuestro planeta, estaba algo mareado – mostré una sonrisa y dije con voz firme – estaré más que complacido de aceptar el puesto y proteger al príncipe Vegeta – me acerque hasta él, tomé su mano y la besé – esta bella y brillante joya –

Me rompiste el corazón, Vegeta… esperemos que no extrañes los besos de este idiota e ingenuo saiyajin de clase baja criado en la tierra.

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Continuará …

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El próximo episodio cerrará este primer arco y de ahí me tomaré un largo descanso y volveré recargada con el nuevo arco: “¿Algún día tendremos nuestro final feliz?”.


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