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Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del capitulo:

N/V; Weeenas, recien editadotraigo el siguiente capitulo, ¡Vuelve a aparecer nuestro Itachi, Yeih! Veamos que tal sale todo,

N/N; Me encanto hacer este capitulo en su momento, fue super estresante pero tambien bastante movido y por eso lo adoro ;3

Después de sellar por completo el pacto que había hecho con las criaturas, Deidara se quedó sentado mirando el estanque por mucho tiempo. Estaba extrañamente triste y sensible, pues aún sentía que le estaban arrebatando una decisión que el sentía que debía tomar por su cuenta. No es que no quisiera, pero...

 

"Se supone que debía ser... especial"

 

Trató con fuerza detener los pensamientos negativos, pero una vez se puso a divagar sobre lo que estaba haciendo... bueno, fue casi inevitable no sentirse más triste aún. Todavía tenía ese enorme sentimiento de querer entregarse a alguien que él quisiera, a alguien que lo deseara y que tomase la molestia de conocerlo como él era. No como Deidara el artista asesino, sino como... Deidara.

 

Simplemente eso: Deidara.

 

También le hubiera gustado poder elegir cuando, porque sentir que tenía una especie de cronometro en la espalda solo hacia el asunto más incómodo.

 

- Ya nos vamos - Anunció la voz monótona del Akasuna aproximadamente una hora después.

 

Suspirando, se levantó y comenzó a caminar de vuelta a la cueva para buscar sus cosas, estaba con la cabeza baja, pero aún así pudo ver qué Sasori se le apareció en frente, y cuando trató de rodearlo, su mano le sostuvo el antebrazo.

 

Frustrado, rodó los ojos "Primero me evita y ahora me retiene" Joder, ¿Que acaso no podían dejarlo en paz?

 

- ¿Qué quieres?

 

- ¿Porque llorabas?

 

"¿Qué?"

 

Se llevó la mano libre a la cara comprobando que, efectivamente, habían resquicios de lágrimas en sus mejillas. Debió haberse puesto a llorar sin darse cuenta.

 

- ¿Porque llorabas? - Preguntó de nuevo. Pudo ver algo del antiguo Sasori cariñoso cuando elevó una mano para limpiar su rostro.

 

"Pero sigo furioso con él" Era cierto, puede que quisiera hablarle, pero eso no quitaba que se hubiera comportado mal.

 

En cuanto a su pregunta, tenía muchas respuestas bordes, desde un "¿Que te importa?" Al merecido "No es tu problema". Cualquiera de esas opciones le venía como anillo al dedo, sin embargo, encontró una respuesta mucho mejor, y más creativa.

 

- ¿Le preguntarías eso a Kisame?

 

- ¿Qué? - sin entender en lo más mínimo esa extraña pregunta, frunció el ceño.

 

- Si estuviera llorando - Específico Deidara, esforzándose para mantenerse neutro - ¿Le preguntarías porque lo hace si fuera Kisame? ¿O Hidan? ¿Zetsu?

 

- ...No.

 

- Entonces no me preguntes y limítate a tratarme como a cualquiera. Por lo menos cumple tu palabra - Bruscamente se zafó del agarre y continuó con su camino.

 

- ¡Dei!

 

No volteó a verlo.

 

Pain le recibió con un ánimo por las nubes y una flexibilidad de zorra irlandesa. Odiaba admitirlo, pero el muy desgraciado sabía cómo almacenar chakra y recuperarse más rápido de lo normal. Y si, también podía hacerle sentir lo suficientemente cómodo como para olvidarse de sus problemas un rato.

 

- ¿Listo?

 

Deidara esbozo una pequeña sonrisa.

 

- Listo.

 

El camino fue de lo más ameno, conversando sobre técnicas de combate que podía aprender y como podía superarse. En ningún momento mencionó ataques que podrían vencerlo, pero tampoco se lo esperaba, Pain podría tenerle cierto aprecio pero no era idiota, y lo entendía. No volvieron a mencionar nada sobre su familia, y el rubio se sintió agradecido por eso.

 

Tampoco volvieron a mencionar a Nagato. Se centraban más en la misión y en cómo podía mejorar.

 

- A la próxima trata de ser menos... - Busco la palabra adecuada - Desastroso.

 

- ¿Que dices? - Rió el rubio - Si esa es mi mejor cualidad, además el ruido y el fuego son la mejor parte de las explosiones. Ese momento en el que estalla y se expande por el lugar arrasando con todo... - Era probable que sonara como un niño ilusionado haciendo esos gestos dramáticos, pero no le importó - Es arte.

 

Pain le dió un empujoncito.

 

- ¿Y mis ataques que? ¿También son arte?

 

- Noup.

 

- Oh, vamos - Fingió ofenderse y a Dei le resultó gracioso la cara que puso - Puedo desaparecer una aldea entera en menos tiempo de lo que te tardaría explotar algo, ¿Cómo eso no es arte para ti?

 

- El arte es una explosión - Recitó como siempre hacia. Miró de reojo al varón - Tu no explotas nada, solo arrasas y destruyes cosas, eso no es arte.

 

- Oye - Se quejó, logrando que Deidara le sacara la lengua.

 

De vuelta a la base, se separó de la compañía de Pain, más que todo para tener un momento a solas y alejarse un rato de Sasori, aunque no es como si hiciera falta (Se había mantenido a casi quince metros separado de ellos durante todo el camino) Así que se dirigió a la zona del claro más cercana, deseando sentarse en su gran roca con forma amorfa.

 

Inicialmente la había ignorado, pero luego se dió cuenta que tenía un ligero parecido a la figura número dos, con esa forma rara y las dos hendiduras asimétricas al frente. Le causaba gracia sentarse allí, imaginando  a la figura susurrándole que hiciera cosas vergonzosas para ganar la apuesta, como vestirse de conejito o de gatito sexy. A veces incluso se reía en silencio, admitiendo que, a pesar de lo jodido que estaba, era divertido estar en el centro de atención de tan particulares seres, por muchas desventajas que tuviera.

 

Llegó al claro con una ancha sonrisa de anticipación...y brutalmente la perdió al ver que su roca estaba ocupada.

 

Trató de darse la vuelta e irse, ya podría volver más tarde. Pero como era de esperarse (Pues la buena suerte nunca estaba de su parte) una voz demandante le llamo.

 

- ¿Tanto me odias que ahora me evitas?

 

"Fantástico" chistó en su mente.

 

Resignándose a que una cucaracha en pleno vuelo tenía más discreción que él, se giró cruzado de brazos y con su mejor cara de fastidio.

 

- No te evito.

 

- ¿Entonces?

 

- No te creas tan especial, Uchiha. Me gusta estar solo cuando vengo aquí, si me voy es porque estás en mi lugar.

 

Itachi, silencioso como siempre acostumbraba, se levantó del sitio y tomó asiento un par de pasos más allá, cerrando los ojos y meditando. Unos segundos de silencio después, al entender sus pretensiones, Deidara negó.

 

- No es lo mismo. Aún estás aquí.

 

- Has como que no es así - Contestó simplemente, y procediendo con su tarea, se centró en seguir con lo suyo.

 

No era tanto el que era imposible simplemente hacer como que no estaba ahí. Es decir, el tipo era Itachi Uchiha, ni perdiendo los dos ojos dejabas de sentir su presencia en el lugar.

 

La gente decía que era el poder asfixiante del Sharingan, pero el los había tenido muy cerca y estaba seguro que todo el asunto del miedo era por cosa de él mismo. Tenía un carácter fuerte e imponente digno de un Uchiha, y vaya que el hombre sabía cómo proyectarlo hacia el mundo exterior.

 

"No seas cobarde" Enderezó la columna y caminó hacia el frente, pegando un pequeño brinco para tomar asiento en su roca (Era de tamaño considerable) Trató con fuerza no mirar hacia la derecha y ser fuerte, demostrar valentía, ser el macho lomo plateado espalda de leñador que se supone que era...

 

Oh, ¿A quién quería engañar? Si se asustaba hasta con las imágenes de Toy Story. Exe

 

Cerró los ojos y se enfocó en serenarse, era bueno hacerlo de vez en cuando, sobre todo para alguien tan temperamental como él. Tentativamente abrió un ojo, notando que Itachi no se había movido ni un pelo.

 

- ¿A que está buenísimo, no? - lascivamente le hablo una voz muy cerca.

 

Deidara pego un bote y se le salió un gritito.

 

- ¿Qué?

 

- ¿Qué cosa? - Inquirió Itachi, aún sin abrir los ojos pero con cara de curiosidad.

 

- Nada - Algo sonrojado y muerto de la vergüenza, trato muy disimuladamente de buscar la fuente de esa voz que ya se le hacía conocida.

 

- Aquí, pajarito.

 

"No me jodas"

 

Miró hacia abajo. La roca se movía, y no solo eso, también tenía un color diferente de hace cinco segundos. Ahora era totalmente negra y en las dos hendiduras que tenía ahora resaltaban dos puntos azules en medio de ellas, formando un ojo.

 

Dos, para ser exactos.

 

- Respóndeme, pajarito ¿O acaso te da mucha pena? - se burló en tono juguetón.

 

Deidara desvió la mirada de nuevo al Uchiha con algo de duda, ¿Cómo coño esperaba ese homúnculo cachondo que admitiera en voz alta lo sensual que era el hombre frente a él sin que el mismo hombre en cuestión le escuchara? Es decir, tenía tendencias explosivas, no suicidas.

 

No, su muerte fue un asunto complemente distinto.

 

Aun estando encima de ella, pudo vislumbrar como la roca rodó los ojos.

 

- Con tu mente, tonto.

 

"¿Ah?"

 

- ¿Ves? - Celebró de lo más contenta, de haber podido se fuera sacudido con pavoneria - No fue tan difícil.

 

"¿Qué haces aquí?"

 

- Me dió como la impresión de que necesitas un consejero urgentemente, y nadie mejor que yo para eso, al fin y al cabo, puedes confiar en mí.

 

"¿En ti?" La incredulidad no fue personal. En buen plan y todo, las figuras le seguían dando un miedito poco sano "¿Porque?"

 

Ambos ojos miraron hacia arriba, clavando esa mirada azulina similar a la suya con obviedad.

 

- Porque por mi estás aquí ¿Recuerdas? Fui yo quien abogó por ti en primer lugar.

 

- Hmmm... - Hizo una pequeña mueca, había olvidado ese detalle y quería preguntar el porqué de eso, pero tenía cosas más importantes que atender.

 

"¿Porque dijiste eso?" Preguntó entonces.

 

- ¿El qué?

 

"De que si es atractivo. Pensé que no le apostabas a él"

 

- Ah y no lo hago. Para nada - Rodando esas raras pupilas azules al cielo, la figura (o roca, en este caso) bufó - Vengo aquí es para asesorarte como el buen amigo que soy. Pero primero lo primero ¿Esta guapo, no?

 

"Eh... " Dejó de divagar, es decir ¿Para qué mentir? "Si"

 

- Pues bien, porque lo que tiene de guapo, lo tiene de arrogante.

 

"Ya decía yo que te ibas a agarrar por ahí" negando con la cabeza, sonrió "¿No crees que eres muy estricto?"

 

- Soy realista, pajarito - Y procedió entonces a utilizar ese tono típico de mamá gallina cuando ven a su hijo llegar en moto con el tatuado del colegio - Lo atractivo es lo único que no se le arruina con ese carácter de mierda. Es demasiado frío, arrogante, se cree superior a ti y tiene un extraño fetiche por dominar todo lo que se le atraviese por el camino. Te lo juro, es el amante perfecto para Uchiha Madara, el sujeto no se conforma ni con un pelo bien depilado.

 

Deidara frunció los labios en un intento de no reírse.

 

"¿Con un qué?"

 

- Con nada, pues.

 

"Ah..."

 

- Además - Procedió la roca número dos - Tiene demasiado ego, es una pésima opción.

 

Abriendo la boca para responder alguna burla similar a la suya, a Deidara se le vino entonces una respuesta a la cabeza de lo más conveniente, pues era verdad.

 

"Pues la tuya como que tampoco es muy buena opción"

 

- ¿Disculpa? - Sea hombre, mujer, figura sin sexo definido o roca sin procedencia, ese gesto de indignación resultó demasiado gay.

 

"Tú "Opción ganadora" me mandó a volar de una patada, y para lo imbécil que se portó conmigo cuando intenté arreglar las cosas, bueno... " No quería decirlo pero tuvo que, aunque algo se removió en su interior "Es probable que ya no hablemos".

 

- ¿¡Estas demente!? - fue un milagro que ese grito solo lo pudiera escuchar él - Es tierno, atractivo, sensible, le gusta el arte igual que a ti, tiene un cabello de lo más sedoso y, más importante aún ¡Es el único que no te ha amenazado de muerte desde que llegaste aquí! ¿En dónde tienes metida la cabeza, pajarito? ¿En las nalgas?

 

"¿Qué? ¡No tengo la cabeza en las nalgas!"

 

- ¡Pues allí es justo donde parece que la tienes! - le reprochó la figura dos, molesta - ¡Porque para tener ganas de seguir manoseándote con Pain, allí es donde la debes tener! ¡Bien metida en las nalgas! ¡Justo donde quieres que también te meta el...!

 

Deidara tosió horriblemente, ahogándose ante las furtivas imágenes que su cerebro colaba de él en posiciones no muy cristianas con su jefe.

 

"¡Cállate!"

 

- ¡Pero si es la verdad! ¡Por dios, estás cómo las típicas adolescentes de diecisiete años, todas hormonales! ¡Y no me digas que no! - Se adelantó rápido a sus quejas - Porque estás dejando de lado a un hombre súper simpático que te quiere por otro que te sodomiza, ¿Que si te lo hace mejor? Pues bueno, nada se puede hacer, no todos los hombres son dioses del sexo, ¡Pero eso no es lo único que importa!

 

- ¡A mí... ! - Se mordió la lengua, recordando de pronto que no estaba solo. Un ojeada a Itachi le confirmo que no se dió cuenta, así que continuó gritando en su mente - "¡A mí no me importa eso!"

 

- ¿¡Y entonces que es lo que te importa!?

 

"¡Que no sea idiota, joder! Teníamos una perfecta amistad que él se encargó de mandar a la mierda"

 

- ¡Eso no fue su culpa! - Defendió muy seria, casi parecía que podía agarrar un chibi Sasori y acunarlo bajo sus alas - A ti fue el que te dió por apuñalarte sin pensar en las consecuencias.

 

"¡Por supuesto que pensé en las consecuencias! ¡En las mías!" Puntualizó muy claramente "Sabía que me dirían algo sobre el puñal, ¿Pero que iba a saber yo que meterían lo del veneno?"

 

- Esa fue la tres. La muy sucia me hizo trampa por insultar a su competidor - Puso los ojos en blanco, como buscando paciencia.

 

Ah, entonces esa había sido la chispa maliciosa que había visto en sus ojos marrones antes de desaparecer. De seguro había planeado eso desde el primer minuto en que su hermana se atrevió a retarlo.

 

"Entonces no me critiques si sabes que no fue mi culpa. Además, Pain se ha portado bien conmigo últimamente, ha sido muy sincero con su pasado y también me ha ayudado bastan..."

 

La figura dos corto de raíz su argumento.

 

- ¿Te gusta?

 

Deidara bien que pudo atragantarse en ese momento. Y debido al factor sorpresa, abrió la boca sin querer.

 

- Yo...

 

- ¿Si? - Inquirió Itachi, esta vez abriendo los ojos y fijándose en él con interés.

 

"Carajo, se me olvidó que no estoy solo" Entro brevemente en pánico "¿Ves lo que logras?"

 

Muy convenientemente, la número dos guardo silencio está vez, pero seguía allí. Sabía que seguía allí, escuchando como la perfecta chismosa que era; Buscando la manera de salir de esta sin generar la sospecha de padecer un trastorno psiquiátrico profundo, optó por hacer conversación, puesto que era la única explicación posible. Deidara tomó aire, esto sería fuerte.

 

 - ¿Porque no usaste tu Sharingan en mi cuando me reclutaste? - Decidió preguntarle, recordando que jamás le había dado esa respuesta.

 

Como si estuviera calculando que decir, Itachi lo pensó un momento, casi como si fuera un tema importante. Era extraño porque el sujeto casi nunca se tomaba su tiempo para responder, era como si no lo pensase, pero resultaba irónico porque lo que salía de su boca siempre sonaba tan poético que hasta parecía ensayado.

 

- No es lo que acostumbro a hacer - Terminó por decir.

 

- No te compro esa - le atajó el blondo - Porque eres un Uchiha, y los Uchiha se defienden usando sus ojos. Eres bueno en eso y no tiene sentido que no lo hagas... - Torció la boca - Kisame dijo que sólo los usas con los rivales fuertes.

 

- Eso es mentira.

 

- ¿Y cuál es la verdad?

 

- Hablas demasiado, Deidara - Rezongó el Uchiha en ese tono tan típico suyo, logrando hacerle rodar los ojos con fastidio.

 

- ¿Porque siempre me dices eso?

 

- Porque te enfocas tanto en quejarte que no te das cuenta de lo que importa.

 

- En lo único en lo que me enfoco es que siempre me respondes eso o te desapareces cuando no quieres que toque el tema - Su tono volviéndose punzante - Se nota, no soy idiota.

 

Fue como si de pronto Itachi olvidará como ser Itachi. O bueno, la versión de él con la cara de seriedad que apenas respondía con monosílabos, pues le observó fijamente, dejo transcurrir unos segundos, y luego comenzó a hablar muy lentamente, como si necesitara que lo entendiera.

 

- Deidara, he hecho contigo los mayores actos de compasión desde hace muchos años. Por más que te ignore o evite meterme en tus asuntos, siempre termino ayudándote de alguna u otra manera. Curando tus heridas, dejándote en paz cuando quieres estar solo, intercediendo a tu favor después de la pelea con Pain...

 

¡Aguántalo! ¿Qué?

 

El rubio abrió la boca para responder, pero no llego a tiempo.

 

- He estado más al pendiente de ti que de mí mismo desde que llegaste - La mirada se hizo más seria, profunda. Una chispa de rojo en esos ojos oscuros daba a entender que ahora el Uchiha estaba enojado - Pero tú no te das cuenta de ello.

 

"¿Me está... reclamando?" No cabía en su propia incredulidad.

 

- Me curaste una vez con mis heridas - Le fue difícil anteponerse a esa mirada fría, pero lo hizo - El resto de las veces te has comportado como siempre.

 

- Te dejé dormir lo que quisiste en mi habitación.

 

- Por conveniencia - Aseguró Deidara, algo más confiado ahora - Ya ibas a hablar conmigo sobre amenazarme de muerte para que no abriera la boca y dijera a las personas que tienes alma. Pero no te preocupes, jamás le diría a nadie tal cosa porque sé que tú no tienes nada que se le asemeje a una - Inspiró hondo, como que se le había salido el carácter sin proponérselo.

 

- ¿Eso es lo que piensas?

 

Esa pregunta le recordó demasiado a su noche en recuperación, y si iba a terminar de la misma manera, prefería irse.

 

- ¿Que importa? - Tan arisco como él era se levantó y cayó al suelo en un salto - Da igual lo que yo piense.

 

Se dió la vuelta con toda la intención de irse, pero no alcanzo a dar ni cinco pasos cuando se detuvo en seco. Algo estaba mal, muy mal. El ambiente se sentía distinto, y supo, mucho antes de que el lugar comenzará a cambiar de forma de una manera imposible en el mundo real, que había sido un idiota por no haber intentado por lo menos tratar de mirar hacia otro lado cuando vislumbró los ojos rojos.

 

"Magnífico, justo lo que me faltaba"

 

- ¿Sabes? Para alguien que dice no usar su Sharingan, lo has usado demasiado en mi últimamente - Dijo volteándose lentamente para encararle.

 

Ignorando olímpicamente esa declaración, Itachi se levantó de su lugar y se acercó a paso lento.

 

- ¿Crees que no tengo alma?

 

- De ser posible diría que si - El que no pudiera ir a ningún lado no significaba que se iba a acobardar - Pero sé que no lo es, lo desgraciado que eres no tiene nada que ver con espiritualidad.

 

- ¿Y entonces con qué? - Se detuvo solo a unos diez pasos, aunque Deidara sentía que era demasiado cerca.

 

Tragó saliva.

 

- Eres tú. Tienes la oscuridad más profunda que he visto, pero no es por tu alma, sino por tus elecciones.

 

El Uchiha entrecerró los ojos, era casi como si le estuviera examinando.

 

- Tú no tienes idea de lo que he hecho.

 

- Tienes razón, tal vez no se gran cosa sobre ti. Tal vez solo se lo que sabe todo el mundo, pero no debo saber mucho para entender que... - Se arrepintió, la última vez que se había pasado de listo le amenazaron de muerte.

 

- ¿Entender qué?

 

No quería responderle nada, pero... La voz, la profundidad de esa voz podía volverlo loco. El azabache tenía un tono tan persuasivo que te hacía dudar y hasta querer conversar sin proponértelo. Era como si pudiera hablar desde tu...

 

Mente.

 

"Un segundo" Una preciosa y brillante idea surgió de repente, salvando su trasero "¿Sigues allí, dos?"

 

- ¿Tú qué crees? - Le contesto en un tono cansino. Era una fan empedernida del Yaoi, pero detestaba no poder disfrutar la escena por la apuesta.

 

"Sácame de aquí cuando te lo pida"

 

La número dos soltó una mezcla de bufido y risa.

 

- ¿Porque lo haría?

 

 "Porque si lo haces, prometo darle una oportunidad a Sasori para disculparse"

 

La oferta no pudo resultar de lo más tentadora. Deidara no lo sabía, pero lo único que no podían controlar en ese mundo era justamente: el rubio. Podían tentarlo para que hiciera lo que querían, pero no obligarlo. Y luego de que su competidor arruinara las cosas por andar de moralista, nada le venía mejor. Deidara se suponía algo similar, tenía en mente que esas tres eran demasiado competitivas, y meterle sazón al asunto a costa de aceptar hablar con su Danna era un precio muy bajo.

 

- De acuerdo.

 

Más confianzudo ahora, fijó su atención en el Uchiha.

 

- Eres humano - Dijo con lentitud, con la intención de que se le grabará en la mente - No importa lo que hayas hecho, eres humano. Puedes esconderlo o fingir frente a los demás que no es así, asesinando gente y actuando frío, pero no te desquites conmigo por ser el único que se ha dado cuenta que la única cosa en la que el famoso genio Uchiha no es bueno, es en ocultar quién es.

 

Itachi lució paralizado por unos segundos, más se las arregló para mantener las emociones fuera de su rostro.

 

- ¿Q-Que...? - Trató de pronunciar el rubio al darse cuenta que de pronto tenía al azabache a escasos centímetros de sus labios. ¿Cómo había llegado tan rápido?

 

"Es su ilusión..." Estaba de lo más atontado "Puede hacer lo que quiera aquí"

 

Eso último le puso nervioso.

 

- Tus ojos ven mucho más de lo que parece, Deidara... - El susurro fue bajo, ronco y exageradamente sensual. No afirmó ni negó nada directamente, pero no hizo falta.

 

- ¿Vas a matarme por eso? - Murmuró bajito, con las piernas como gelatina.

 

Itachi hablo con un tono similar.

 

- Tú quieres matarme a mi ¿Porque no podría querer matarte yo?

 

- Tienes razón - Tragó duro, sentía las mejillas calientes - Es lo justo pero... ¿Tú quieres?

 

Cuando el Uchiha levantó la mano pensó por un segundo que de verdad iba a matarlo, pero solo acarició su mejilla, descansando la palma a un lado de su cara y rozando su labio inferior con el pulgar. Era como si quisiera tentarlo, y Deidara no tenía la menor idea de cómo reaccionar a ello. Bueno no, su cuerpo sí que sabía cómo, sus piernas se relajaban, su espalda se arqueaba un poco y sus ojos temblaban, deseosos por cerrarse y perderse del mundo. Por otro lado, sus sentimientos eran de lo más confusos, tanto o más que el ambiente ilusorio en el que estaba.

 

- No de la misma manera que tú, pero si - Dijo entonces Itachi - Sería lo más justo.

 

- Entonces hazlo, sino entonces seguiré vivo y tal vez algún día pueda vencerte.

 

Entonces sucedió algo sorprendente: se rió. El Uchiha realmente se rió, no fue una risa cruel ni nada de ese estilo, sino una risa normal, incluso suave, algo baja y llena de diversión.

 

- Dei... - Pudo morir al ser llamado por su apodo, y mucho más cuando enfatizó el gesto con una maravillosa sonrisa genuina - Ya me venciste.

 

El beso calló su respuesta borde con eficacia.

 

¡Ah, señor! ¿¡Porque las cosas prohibidas son las más excitantes!?

 

Fue jodidamente frustrante luchar con su cuerpo, el como quería deshacerse ahí mismo y dejarle que le poseyera. Quería demasiado que le siguiera besando hasta que ya no alcanzarán los besos. Permitirse el ser vulnerable... Y lo haría. Es solo que no sabía cuándo ni con quién, y por esa razón, y no porque es que tuviera muchas ganas de irse, se apartó.

 

- Suficiente.

 

- ¿Porque?

 

- ¿Me lo preguntas enserio? - Frunció el ceño.

 

- No, te lo pregunto porque sé que quieres hacerlo, porque por mucho que me insultes, que me odies por ponerte aquí y que entrenes para matarme, sé que quieres hacer esto, ¿Porque te resistes si lo quieres? - Fue astuto el acomodar un mechón rebelde de su cabello, acariciando el resto en el proceso. A Dei le recorrió un escalofrío por la columna, quería quitarse pero sus pies estaban fijos al suelo - ¿Porque luchas contra ello? ¿Contra ese impulso? - Se acercó más, respirando en su cuello - ¿Porque te resistes? - Plantó allí un pequeño beso - Puedo sentir como cedes, como tú cuerpo te grita que lo aceptes... que te rindas.

 

- No... - Su voz fue apenas un susurro, y fue jodido admitir que así de fuerte estaba su voluntad.

 

- Acéptalo, Deidara.

 

- Yo...

 

Intento retenerlo, pero se le escapó un pequeño jadeo cuando sintió una ligera mordida en su cuello, seguido de otra más atrevida, más... sexual.

 

Cuando sus manos se cerraron alrededor de la capa negra con nubes rojas del Uchiha, buscando sostenerse de algo para soportar la oleada placentera que le recorrió por completo, una furiosa voz le resonó en los oídos.

 

- ¡LA OFERTA CADUCA EN DOS PUTOS SEGUNDOS!

 

Oh, la figura.

 

"¡Maldición, solo espera!"

 

El aura de la figura número dos era tan negra y profunda que no sabía cómo es que Itachi no la sentía. Era ira de la más primitiva y aterradora.

 

- ¿¡A qué!? ¡¿A qué terminen de perforarte la poca autoestima que te quedará después de que te folle el Uchiha?! ¡Y una mierda, o mueves ese culo o tu verás cómo te  las arreglas para salirte del genjutsu mientras gimes como perra necesitada!

 

Deidara abrió los ojos de golpe. Caray, pero que genio.

 

Se zafo del agarre con las últimas gotas de voluntad y dió varios pasos hacia atrás, era un milagro que la figura estuviera ahí, o de seguro no la fuera contado.

 

- Déjame ir - Le ordenó, trato de sonar firme pero lo cierto es que aun jadeaba.

 

A Itachi le gusto esa visión de él, agitado, con el cabello algo desorganizado y las mejillas rojas por la vergüenza. Era satisfactorio sentir como se relajaba con su toque, como el deslizar una mano por su espalda podía hacerle callar todos esos balbuceos típicos de él, como el besarlo le ponía en un estado tan tranquilo, sumiso y provocador, algo muy inusual en alguien con un carácter tan explosivo.

 

- No - Respondió de lo más tranquilo. O más o menos, él también estaba algo tenso.

 

Deidara frunció el ceño.

 

- ¿Porque no?

 

"Porque no quiero" Automáticamente pensó, pero no lo dijo. Una cosa es que supiera que tenía sentimientos y otra muy distinta era mostrarlos.

 

- Aún no hemos terminado de hablar - Respondió en su lugar.

 

- Ya. Pero yo sí, así que me voy.

 

- Estás invitado a intentarlo si quieres.

 

La burla para nada discreta le molestó. Era evidente que el Uchiha estaba acostumbrado a ser el más poderoso, pero vamos a ver cómo se las arreglaba con una figura creadora del universo mismo.

 

"Sácame de aquí y no dejes que me encierre de nuevo"

 

- ¡Coño, al fin! - Salto de lo más alegre, aunque tenía los ojos en blanco. Puso manos a la obra y deshizo el genjutsu con un chasquido de dedos y una sonrisa maliciosa - Toma esa, Uchiha presumido.

 

Itachi perfectamente se pudo ir de culo.

 

Deidara se dió cuenta de que aún seguía sentado en la roca ¿Que rayos? ¿En qué momento le había atrapado y no se dió cuenta? Debía andar enserio distraído como para olvidar ese entrenamiento especial que había hecho para prevenir el Genjutsu. Debía dejar de bajar la guardia con ese sujeto.

 

Se levantó con la barbilla en alto, mirando fijo al mayor, quien no salía de su estupor.

 

- ¿Qué hiciste? - Cuestionó de lo más intrigado. No era la sorpresa absoluta que esperaba Dei, pero valió la pena verlo al menos sacado de onda.

 

- No eres el único con movimientos satánicos bajo la manga - se vanaglorio en respuesta.

 

"O con amigos satánicos"

 

- Si si, muy bonito. Tienes un minuto para largarte de ahí antes de que yo mismo te dejé colgando de la cruz - Amenazó la figura dos antes de desaparecer por completo, aunque Deidara se figuraba que seguía por allí en alguna parte.

 

No le hizo falta más, se dió la vuelta algo rápido y camino en dirección opuesta.

 

- Deidara.

 

- ¿Qué? - De mala gana giró para verle por encima de su hombro antes de marcharse por completo.

 

Itachi no pareció querer moverse de su lugar, más aún tenía en su rostro esa extraña expresión de humanidad perdida.

 

- Si de verdad quieres saber porque no use mi Sharingan contigo, búscame.

 

- ¿Qué? - Pero para cuando se volteó por completo, estaba solo en el lugar.

 

"Este hombre debe tener un grave caso de bipolaridad" siguió pensando en lo mismo mientras caminaba de nuevo a la base, es solo que a mitad de camino se detuvo, se suponía que tenía que hablar con su compañero, pero en vista que lo único que había prometido era darle la oportunidad de hablar, siguió caminando. Cuando Sasori viniera a él, entonces hablarían.

 

Vio incluso la habitación al final del pasillo, vacilando de si ir o no, pero no fue. Aun cuando un extraño calorcito le vibró en el corazón, aun cuando todo su ser quería recuperar algo de la poca normalidad que le quedaba en Akatsuki.

 

Pero no lo hizo. Y Sasori tampoco, porque ese día nadie tocó su puerta.

 

Al día siguiente, sin embargo, luego de toparse casualmente con su líder mientras esté iba camino a una de sus misteriosas reuniones, no pudo evitar abordarle con la pequeña duda que le había quedado en la cabeza.

 

- ¿Te podría hacer una pregunta? - No sabía que cara había puesto, pero Pain arrugó un poco las cejas antes de detenerse.

 

- Claro, pero voy algo atrasado...

 

- Lo sé, es una pregunta rápida.

 

- De acuerdo - Aún tenía en su mano la puerta que daba a la sala de reuniones. Estaba sobre la hora, pero por ese chico podía llegar unos minutos más tarde - ¿Que sucede?

 

Procurando no verse tan idiota como se sentía estando allí parado, preguntó:

 

- Después de nuestra discusión... ¿El Uchiha hablo contigo?

 

La pregunta le resultó rara a primera vista, pero ahora que el líder de Akatsuki lo pensaba mejor...

 

- Si - Casi lo había olvidado, supuso que por la ira del momento - Vino a mi cuando estaba buscándote después de que me lanzaras la explosión.

 

- ¿Y qué te dijo? - Su nerviosismo aumento un poco más, temeroso de lo que alguien tan inestable como Itachi Uchiha podía decir de él.

 

- Mando a llamarme para decirme que estaba consciente de que eras muy impulsivo y que tendías a exagerar con tus reacciones, pero que quitando eso tenías mucho potencial, y que sería un desperdicio si te mataba - Hizo una pausa ante los ojos abiertos del rubio - Hizo mucho énfasis en que eras importante, y también aconsejo que si quería darte un castigo, sería mejor estando calmado.

 

- ¿Calmado?

 

- Por las marcas - Subió su mano para rozar con los nudillos los casi invisibles resquicios de ese día. Una pequeña cicatriz le había quedado apenas - Fue un buen consejo, debo admitirlo. La verdad estaba muy enojado en ese momento y no sé qué hubiera hecho si te hubiese encontrado.

 

Un cosquilleo le puso los pelos de punta al sentirle acariciar la piel de su garganta.

 

- ¿Me hubieras... matado?

 

- ¿Qué? No, soy extremista pero tampoco para tanto. Pero... - Dió un paso al frente, y la mano en su cuello se abrió para rodear sutilmente su garganta. Su voz baja - Sé que hubiera encontrado otro modo más efectivo de... castigarte como lo merecías - Se acercó para rozar sus labios con los contrarios, fue apenas una caricia, un ligero toque fugaz - ¿Eso era todo lo que quieras preguntar, Dei-kun? - Volvió a su sitio con una sonrisa pícara.

 

Saliendo lentamente de su estado de atontamiento, sacudió la cabeza.

 

- ¿Eh? ¡Ah, sí! Eso era todo - Dió dos pasos atrás - G-Gracias...

 

- No hay de que - No se pudo contener la risita divertida - Nos vemos luego, tengo que entrar.

 

- Vale...

 

El resto de ese día, más que concentrarse en la apuesta, en su futuro o en su propia alocada y extraña situación, en lo único en que podía pensar Deidara era en esa par de hombres imponentes. Pensó en el serio, apático y frío Itachi que sin tener obligación alguna había ido a hablar con su jefe para que no le castigasen. Y luego pensó en el propio jefe, y a sus ansias notables por perjudicarlo en todos los sentidos posibles.

 

También pensó en lo visiblemente posesivos que esos dos debían ser, y en qué de seguro si alguno de ellos comenzaba a encariñarse de más con él y el otro lo veía, de seguro y se adelantaba la cuarta guerra mundial ninja, porque algo le decía que esos dos compartían tres cosas fundamentales: El poder ocular, la reputación y los celos.

 

- Ustedes van a matarme - Recriminó mirando hacia el cielo con el ceño fruncido - ¿No hay alguna manera de que sea más fácil?

 

Una fuerte brisa le levantó el cabello rubio al mismo tiempo que un trozo de pergamino se deslizó por el aire hasta que se estrelló en su cara. Deidara se lo quitó de allí con una vena en la frente que solo se hizo más grande cuando leyó lo que el papel tenía escrito.

 

Más fácil y claro no pudo ser.

  

                     "SASORI"

 

- ¿Va enserio? - Se quejó en voz alta.

 

No recibió respuesta alguna, aunque podría jurar que además del sonido de los animales, escuchó de fondo una divertida risita seguido de un destello juguetón de ojos azules.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

N/V; Sinceramente no se que adoro mas, si la picardia de Pain o la sensualidad de Itachi

¿Que tal hasta ahora? En el capitulo siguiente Sasori decidira tener una larga y profunda conversacion, puede que salga bien como puede que salga mal, todo puede pasar jajaja

Nos vemos la proxima, sera hoy en la noche o mañana en la mañana

Los quiere, Menma

 

N/N; Tengo que decirlo, ame el final con Pain, hasta a mi me dio como un akasjakja interno cuando lo hice, incluso admito que hasta me provoco que le perjudicaran ahi, pero despues como naah, aun falta mucho xD


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