Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Durante toda su vida Deidara había escuchado que las personas tienen olor propio, lo cual es cierto, solo que no tan exagerado como lo hacen ver. El dificultaba que alguien realmente pudiera oler a "Caramelo de miel, vainilla y limón" sin que los perros a su alrededor sufrieran una sobredosis olfativa. No obstante, si podía aceptar que algunas personas olían mejores que otras, y a veces, en algunas ocasiones, su olor corporal normal se mezclaba con lo que comían o hacían normalmente.

Tal vez fuera porque de seguro acababa de cenar y casi siempre acompañaba la comida con la misma bebida, pero el Uchiha había olido a té cuando entro a esa cueva, y aún después de bañarse, seguía teniendo ese aroma muy sutilmente pegado a la piel, junto a esa refrescura fría que venía acompañada de un buen baño.

Cuando se despertó poco a poco, saliendo del aturdimiento con lentitud, olía justamente a eso en el aire. Y supo entonces sin necesidad de abrir los ojos, a quien le pertenecían las manos que tanteaban su marca, buscando una manera de hacerle reaccionar a la vez que inspeccionar el funcionamiento del sello.

Apretó uno de sus ojos y estiró la mano sobre la cama para levantarse. Sus recuerdos sobre la última hora estaban borrosos y quizás por ello le confundía la sombría expresión del Uchiha.

- ¿Te puedes levantar?

- Podría... - Encontró su lengua algo seca y quebradiza, tenía un dolor de cabeza brutal pero podía vivir con ello; De poder pararse lo dudaba un poco, su chakra estaba loco, no se creía capaz ni de hacer un clon de arcilla. Era casi como volver a sus últimos momentos en su batalla contra Sasuke - Pero mejor no - Trago saliva, y su garganta resintió la acción.

Itachi seguía serio.

- Eso fue peligroso.

- Supongo que sí... - Su tono era dudoso pues aún no terminaba de ordenar todo en su cabeza. La agitó un minuto después - No, la verdad no lo sé. No recuerdo casi nada ¿Te respondí a la pregunta?

- No.

- ¿Acaso me di un porrazo? Porque así se siente - Se llevó una mano a la cabeza, tenía la tentación de sobarla aunque eso de seguro lo pondría peor.

- Cerca. Parece que el sello envía chakra directo a tu sistema nervioso, es casi como recibir un choque de energía.

- ¿Choque de energía? - Inquirió, siendo prontamente arrastrado por debajo de los brazos unos diez centímetros hacia atrás hasta que su espalda tocó la pared. Ahora estaba mejor sentado - Gracias - Más hizo una mueca - Pero no hace falta.

- Si la hace, la sobrecarga fue demasiada. No pude ponerte una mano encima por diez minutos sin que la electricidad intentara traspasarse.

- ¿Electricidad? - Repitió ahora totalmente sacado de onda. Un pinchazo energético era una cosa, pero ya el que le quisieran freír el cerebro era otra completamente diferente, de modo que aunque por fuera soltó un razonable -: Entiendo... - Por dentro lo que en realidad pensó fue un sulfúrico y enfurecido "¿¡Están dementes!?"

El tiempo se movió tan lento que sinceramente creyó que Itachi se había quedado paralizado, pero no. Un segundo se transformó en una hora, pasando por su línea temporal con cierto tinte flojo. Era como si un rayo hubiese partido el tiempo, al mismo tiempo que una silueta negra se manifestaba en una esquina de la habitación.

- Acabamos de salvarte el culo - Muy arrogantemente habló la aparecida, los ojos de color café delataban su identidad - Deberías estar agradecido, rubio.

Cuando Deidara fue a abrir la boca para soltar lo que debería haber sido el reclamo de su vida por haberle abandonado (Y casi matado) en la otra esquina apareció su hermano más joven y vivaz con una expresión de molestia en su forma amorfa.

- ¿Agradecido de qué? ¡Casi le fritas el cerebro en pedazos! ¿Acaso quieres que se nos muera?

- Se iba a morir igualmente si le decía algo al Uchiha.

- No, claro que no - Como la voz de esta nueva manifestación era más grave y seria, Deidara realmente pensó que algún demonio había aparecido, pero no... era peor - Los términos especifican que si habla solo rompe la apuesta, no dice que tiene que morir.

La figura tres alzó un montículo de oscuridad en su dirección que al parecer asemejaba a una mano acusadora.

- ¡Tú solo lo dices porque estás de parte del Uchiha!

- Por supuesto que estoy de su parte. Yo no escojo competidores mediocres, que es más de lo que se puede decir de ti - Y le lanzó una mirada sarcástica de lo más cruel - Pero eso no tiene nada que ver con las reglas.

- ¿Entonces puede comentar lo que le dé la gana? - La indignación de la tres era notoria.

La figura dos le hizo el favor de responder en vista de que la mayor estaba rodando los ojos por la aparente falta de cerebro interdimensional que estaba mostrando su semejante.

- Si quiere romper con el contrato sí. Si desea continuarlo entonces deberá guardar silencio - Entonces se llevó una línea de oscuridad a donde estaría su barbilla, representando una curiosa pose pensativa - Aunque debo conceder que el Uchiha tiene razón en algo, no hace falta indagar mucho para tener teorías. Supongo que, siempre y cuando no revele directamente la apuesta o explique nuestra existencia de manera implícita, no está rompiendo ninguna regla.

Deidara enserio que quería intervenir, pero el chillido ofendido de la de ojos cafés se lo hizo imposible. Si el gritaba alto, esa figura lo hacía aún más.

- ¿¡Ven!? ¡Esto es lo que pasa cuando no me dejan hacer los contratos legales! Yo hubiera redactado mil veces mejor los términos de esa apuesta.

La uno le observó de reojo con la más cruda de las ironías.

- Teniendo de abogado lo que tienes de materia gris en esa cabeza dificulto bastante que puedas redactar un contrato decente.

- O justo - Añadió el más pequeño de los tres.

De haber estado en su cuerpo humano hubiera abierto la boca con la mayor de las indignaciones. Siempre era divertido cuando alguno de esos dos se juntaba con él para fastidiar al otro, pero cuando sucedía el caso contrario, le molestaba admitir que bastante que se la rifaban esos desgraciados para hacerlo molestar.

- Perfecto, jodanme la existencia ustedes dos. Ya verán que me las voy a cobrar luego. Y tú - Su atención se dirigió a un Deidara que aún mantenía los labios separados y una vena que amenazaba con reventar en su cien - Confiamos en ti, así que comenta lo que mejor te parezca ¡Pero eh! La marca se va a quedar ahí, solo por si acaso.

- Te dará una idea de que puedes decir - Felizmente agregó la dos.

- Así que agradece y coopera, estaremos en los terrenos de la base en un par de horas si nos necesitas. Tenemos cosas que hacer - Y sin dejarle soltar media palabras alguna, la uno se envolvió en un capullo de negrura que succionó a la otras dos para luego desaparecer.

Sobra decir que la comunicación también se cortó en su cabeza de manera más que grosera, casi faltaba que pusieran un mensaje de voz alegando que estaban muy ocupadas; Si no explotó algo en ese mismo momento de la ira fue sencillamente porque esas tramposas volvieron a la normalidad el tiempo. Y no podía tener un arranque de rabia frente a un Itachi que seguramente no entendería un carajo.

"Imbéciles..." Se llevó dos dedos a la cien, intentando calmarse. Sabía dónde estarían más tarde, así que tendría su oportunidad para desquitarse.

- Deidara - Esa voz grave le llamo, llevándose toda su atención. El Uchiha estaba negando con la cabeza - ¿En qué te metiste ahora?

Entendía perfectamente que lo estuviera diciendo en plan renegando sobre las locuras que tendía a hacer a veces, pero teniendo en cuenta que ahora podía revelar una que otra información con ayuda del sello como guía, pensó muy detenidamente que podía decirle.

- En algo bastante serio - La marca no le quemó, así que continuó - Pero no es lo que tú crees.

Aquí los ojos negros del azabache se volvieron ligeramente confusos.

- No te estaba haciendo una pregunta.

- Lo sé - Se sentó más cómodamente está vez, el efecto de su primera experiencia llevándose corrientazos ya se le estaba pasando - Pero hay un par de cosas que me parece puedo decir. No es mucho, pero...

- Es suficiente - De nuevo, no era arrogancia. Simplemente sabía que él podía averiguar mucho de muy poco; Torció un poco la esquina de su boca - Hace una hora parecías no tener idea de la marca y ahora sabes hasta como utilizarla.

Con un suspiro pesado, Deidara entendió que esto no sería nada fácil. La abrumante mayoría de sus acciones eran extrañas y locas a los ojos de otras personas, y cuando no podía dar explicaciones entonces solo terminaba verificando lo que ya todos se figuraban: Que el humo de las explosiones ya le había afectado.

- Digamos que se lo suficiente ahora.

- ¿Puedes decir cómo?

- No - Esa fue fácil, ni siquiera necesitó de la marca para eso.

Tal vez si hubiese sido otra persona, Deidara hubiera esperado que le hiciera un montón de preguntas aleatorias hasta que encontrasen una que pudiese responder, pero no, recordarse que estaba con el Uchiha no era muy difícil cuando sus elecciones eran tan estratégicamente astutas. No hizo preguntas al azar, ni tampoco demasiadas. De hecho solo hizo dos, la primera era la misma sobre porque no podía revelar información, suponiendo tal vez que ahora podía responder de otra manera, pero así como antes de la reaparición de las figuras, no pudo contestar.

La segunda fue si trabajaba para alguien.

- No - ¡Oh! Que Dios lo ayude si alguna vez tuviese que trabajar para esos tres. Si ya de por sí lo traían en crisis teniéndolo de socio no se imaginaba de empleado - No trabajo para nadie.

Honestamente no comprendía como esa información podía ser útil, pero el azabache no pensaba igual. De hecho, ya estaba creando su propia línea teoría, aunque faltaban detalles por pulir.

- ¿Que técnica utilizaste para revivirme? - La manera lenta y calculada como preguntó eso le hizo tomar su tiempo para responder. Porque si le estaba sacando ese tema con tanta obviedad, debía ser entonces que había una manera de contestarle.

Y se le prendió el incienso.

- No fue ninguna técnica - La forma en la que soltó eso con confianza denotaba que, finalmente, esos dos habían logrado sincronizarse en la misma página - Al menos hasta donde tengo entendido. Lo cierto es que no tengo muchos detalles sobre el asunto porque no tuve más participación que solo pedir por tu vida.

- ¿Pedir? - Reiteró el Uchiha con cierta intriga.

Algo de amargura empañó su expresión.

- No creas que fue tan fácil como suena, y tampoco es como si hubiera tenido una lámpara mágica. Solo tenía una oportunidad para pedir por algo, y escogí tu vida.

- Una vida es algo que se sale de los estándares normales de una petición, Deidara.

- Claro que no - Se sintió fruncir el ceño, consciente de que el regreso de un muerto técnicamente era una las principales peticiones que hacían los vivos.

Y el Uchiha también lo estaba.

- Los estándares normales de una petición que se pueda cumplir.

- ...Si, lo sé - Ahora entendía mejor su punto, es decir, tenía que haber sido una oportunidad infinitamente ilimitada como para abarcar el ámbito del alma humana, y más si no implica matar personas y prácticamente maldecir el espíritu en el proceso como el Edo Tensei - Pero en este caso se pudo.

- ¿Y aun sabiendo eso no cambiaste de opinión?

- No había mucho que tuviera que pensar.

Itachi achicó sutilmente los ojos, lucía visiblemente frustrado de pronto, y por alguna razón, Deidara entendía sus motivos.

- Si la tenías. Tenías una oportunidad magnífica en tus manos y la desperdiciaste en algo que ya no tenía remedio - Sus ojos críticos sobre él, o quizás era en la reflexión de su propia existencia - Desde que pisaste Akatsuki has querido un montón de cosas. Querías ser más poderoso, querías ser libre, querías superarme, querías matarme - Añadió con gravedad, pues era cierto - Pero escogiste lo opuesto.

- No es muy diferente a las elecciones que has hecho.

- Mis decisiones pasadas siempre fueron pensando en el futuro de mi aldea, en Sasuke. Ninguna fue fácil de tomar, pero todas o la mayoría de ellas eran las únicas buenas opciones que tenía - Cerró los ojos brevemente - Tú eres diferente, Deidara, tenías mejores opciones. Tú decisión fue desinteresada, pero debiste escoger algo que quisieras.

Se sintió sonreír de pronto, una pequeña y algo cohibida sonrisa que ocupó su rostro mientras rememoraba unas palabras que se le habían marcado a fuego en la mente.

- El que no escogiese algo para mí, no significa que no fuera lo que yo quisiera.

Pillar con la guardia baja a Itachi Uchiha es algo que los mejores ninjas se plantan como meta, incluso Deidara llegó a hacerlo en su momento, como cuando creo una técnica mortal exclusiva para asesinarle. No obstante, aunque no lo pareciera, le había sorprendido más veces hablando de emociones que en una discusión. Y eso se debía a la propia teoría que había desarrollado en donde explicaba que, aunque a ese sujeto no le aplicase la de "Se desespera en momentos sentimentales porque no se le da bien expresarse" puesto que, emocional o no, siempre tenía algo inteligente que decir, siendo él si le resultaba algo más sencillo cogerle despistado por dos razones: La primera porque así como el Uchiha, al artista tampoco se le dan las conversaciones bonitas y que algo de esa índole saliera de él ya era inusual. Y la segunda: Porque el único punto débil de ese apático no era hablar de sentimientos en general, ni de los suyos propios. No, señor. Su coraza flaqueaba cuando esos sentimientos son tan abiertamente expresados hacia él.

Porque podría ser que Itachi de joven supiera como dar el cariño profundo de una persona normal, Sasuke era el ejemplo. Pero en cuanto a recibir, después de los tres años en el historial solo estaba su madre, quien aunque amable, tampoco era una mujer excesivamente cariñosa; Izumi, por otro lado, prácticamente no contaba porque su efímera relación había sido más basada en educación, respeto, conexión por su clan y un ligero afecto inocente. No en vano solo tenían trece años.

Ahora que tenía veintiuno y un futuro por delante gracias al cabezón que tenía en frente, le resultó casi inevitable no conmoverse. Si le resultaba algo inusual recibir ese tipo de atención, pero también le emocionaba en cierto modo. Lo descubrió por primera vez el día de la pesadilla en la cueva, luego lo reitero con más fuerza al resucitar y encontrarse impecable, limpio de pies a cabeza; Si, su instinto y personalidad le seguían empujando a defender a los que le importan, y lo prefería por encima de todo. Pero ser el blanco del interés de ese rubio solo por el simple hecho de querer verlo bien era algo que se le hacía imposible no gustarle.

A pesar de que mucha de esa emoción no le llegó al rostro, si se le relajó la postura y también los ojos. Una mano entrelazando la suya fue la máxima reacción que obtuvo, pero Deidara comprendía sin problemas toda la carga que contenía ese solo gesto; Sonrió un poco.

- Es aquí cuando tienes que agregar que soy insoportable y tonto.

- Lo eres.

No comentó nada, sabía que eso era un cumplido viniendo de él.

- Creo que eso es todo lo que puedo decirte sobre tu resucitación - Comentó luego, retomando el tema anterior con cierta resignación - De nuevo, no es mucho.

- Cierto - Concedió el otro - Pero sigue siendo suficiente.

- Espero que no te equivoques - Volviéndose algo sarcástico pues que se diera ese caso era casi imposible.

- No lo hago. Por otra parte, debiste hacer algo bastante grande para recibir una oportunidad como esa.

"Eh... " Desvarió un poco. No estaba seguro de si le estaba sacando información o solo deseaba conversar, y cualquiera de las dos opciones era mala cuando se trataba de ese tema.

- No fue así exactamente - Tras una mirada interrogante, resopló - No tuve que hacer nada, tampoco estaba esperando recibir una oportunidad tan loca como esa. Digamos que solo... - Tanteó superficialmente la idea - Atravesé un momento bastante jodido y la oferta me llegó como un tratado de paz.

Sabía por como esa postura se reposicionaba lentamente en la rectitud seria, que ese hombre no se la dejaría pasar.

- ¿Qué clase de momento amerita como compensación un deseo de poder infinito?

He ahí el punto difícil.

Responder a esa pregunta era sencillo visto desde el punto legal, no le afectaba nada y técnicamente podía hablar sobre momentos personales que tuviera con los otros dos, sean bueno o malos, si eso era lo que quería. Pero ese era el detalle, no quería. Al menos ese no.

Que Itachi le observase torcer la boca con vacilación incómoda no era algo nuevo. Ya conocía ese gesto de memoria.

- ¿Está entre las cosas que no quieres decir? - Cuestionó sin perder la calma, aunque no hacía falta que lo confirmase. Sinceramente, lo único que ahora le interesaba saber era -: ¿Fue muy malo?

- No tanto.

El entrecejo fruncido fue más que marcado, así como el tono de voz.

- ¿Recuerdas que más te dije en ese pasillo?

¿Cómo olvidarlo?

"¿Sabes que mis ojos pueden ver a través de tus mentiras, Deidara?"

- Sí.

- ¿Entonces?

- No es algo que quiera rememorar.

- No tendrías que hacerlo - La indirecta era más que clara. Que Deidara no fuera del clan no quitaba que conocía el poder de esos ojos así como todos los demás.

- Preferiría que no - Lo pensó un segundo con acritud - Además así sería muchísimo peor.

Uhhh ¿Itachi viéndolo a él con Pain sobre esa roca? Podría hasta jugar bolos con las cabezas que saldrían rodando. Aunque... ya fuera un efecto colateral del buen momento o a la sensación de confianza que creyó que solo compartía con Sasori, también quería decirle algo al respecto. No todo, pero al menos algo. Y esa disyuntiva solo se acrecentó al oírle seguir con la conversación.

- ¿Tiene que ver con quién te hizo la oferta?

- No - Por la forma en la que asentía brevemente sabía que estaba a punto de cambiar el tema. Le pudo haber dejado, pero su renovada impulsividad pudo más - Tiene que ver con esto.

Deidara alzó un poco la mano en donde alrededor de su muñeca descansaba el único otro sello que tenía aparte del de la nuca, y que ahora servía como punto focal de unos ojos que se detuvieron en él, recordando lo que significaba y peor aún, a quien le pertenecía.

Bien que se pudo venir una conversación difícil, pero más bien fue como una batalla de miradas. La de Itachi exhumaba un claro descontento que se mezclaba con el deseo de saber más y las ganas de participar con Deidara en ese juego de bolos con las cabezas. Mientras que en la otra esquina solo se podía ver la determinación de no tener más caos, la firmeza de no seguir rememorando más detalles del asunto, la claridad de haber superado ese problema a su manera y un claro atisbo de algo sin nombre fijo, pero que se parecía a un contundente "Entiéndelo".

El Uchiha sopesó la idea de ignorar eso último, más luego la descartó, a pesar de que no parecía nada feliz con su decisión.

- De acuerdo... - Se notaba a leguas que quería renegar, y aunque admirándole por su paciencia, el rubio ladeó la cabeza.

- ¿Sabes? No es que haya cambiado de idea, pero esperaba que me dieras algo de pelea.

- No sería lógico que la esperases, sobre todo teniendo en cuenta que eres tú el que siempre me pelea a mí, no al revés.

Touche.

- Buen punto.

El silencio no fue tan cómodo, pero le sirvió para pensar. Sacando cuentas no había mucho más que pudiera decir sobre las figuras, solo esperaba que hubiera servido de algo, al menos para apaciguar ese genio Uchiha un poco.

- ¿En qué tanto piensas? - Observando detalladamente su rostro distraído, a lo que el artista le restó importancia con un gesto vago.

- En que ya no tengo nada más para comentar.

- Me lo imaginé - No estaba siendo sarcástico, solo evidente - Sirvió de mucho, de todas maneras.

- ¿Me dirás tus teorías?

- Tal vez luego.

Fue una pequeña sonrisa misteriosa que le dejó con la duda, pero le dejó estar. Si decía que se la diría después estaba bien por su parte; Exceptuando ya el tema de todo lo que envolvía su secretismo, lo único que le seguía preocupando era la misión que ya tenía casi encima de su cabeza, la cual, por cierto, le recordaba algo que había querido preguntar antes de acostarse.

- ¿Enviaste el informe?

- Si - Hizo una pausa - O al menos esa fue mi intención.

Eso le hizo mirarle con duda.

- ¿Quieres decir que no enviaste el informe?

- Quiero decir que iba a hacerlo, pero Pain ya me estaba esperando para iniciar una comunicación holográfica privada.

"Privada" era la palabra clave.

No había ser en la tierra que pudiera esperar que eso resultara bien, por ello no se molestó en tener esperanzas cuando preguntó:

- ¿Que te dijo?

- No le hizo mucha gracia que me fuera sin su autorización, mucho menos el día antes de poner en marcha el plan - Aquella mirada que hasta ahora se había visto desinteresada, recobró parte de su brillo peligroso - Pero te aseguro que su molestia por mi ausencia no fue ni la cuarta parte de lo que se enojó cuando se enteró que estabas conmigo.

- Ah.

De haber podido, en la frente de Deidara habría aparecido un letrero que dijera: Sin comentarios sobre el asunto; No servía de nada decir que ya se esperaba la inconformidad de Pain, sulfurando como esos volcanes escolares que estallan en espuma.

- Trató de disimularlo, le concedo eso al menos. Aunque pidió tu presencia puntual en la mañana, con mucho énfasis, además.

- Ya veo...

Su sexto sentido para detectar futuras conversaciones difíciles empezó a sonar apenas un segundo antes de que el Uchiha, aparentemente decidido por no quedarse callado, lo miro fijo.

- ¿Qué clase de relación tenías con él?

Deidara hizo una mueca.

- Pensé que ya te habías hecho una idea.

- He tenido muchas ideas a lo largo de estos meses, y ninguna será tan cierta como la que tú me confirmes.

"¿Porque siempre tiene que venirme con el tonito de sabelotodo a jodermelo todo"  Su inner prácticamente estaba haciendo un berrinche, su lógica estaba imparcial pues aceptaba que el otro tenía razón, y finalmente su orgullo versión chibi estaba firme, intentando meter la pose de "A mí nadie me jode" aunque lo cierto es que tenía uno de sus piecitos atrás para salir huyendo cuando mejor le conveniera.

- Una cosa bastante extraña - Al menos ahí fue sincero. Porque realmente nunca fueron nada, pero definitivamente ahí hubo algo.

- ¿Por iniciativa de quién?

- La pregunta sobra - Comentó algo sarcástico.

Itachi suspiró.

- Bueno, no me sorprende demasiado. A Pain nunca se le ha dado el ser discreto con sus intenciones, ni tampoco Konan.

- ¿Qué tiene que ver Konan?

- Después de que fuiste envenenado no era el único que te vigilaba, ella también. Su comportamiento era de todo menos reservado, y parecía ponerse peor cuando Pain te rondaba cerca.

- Eso es raro - Contuvo el respectivo gesto de extrañeza solo porque sentía que se le escapa algo.

- No tanto, ella y Pain son similares en muchos aspectos. Ninguno sabe cómo guardarse sus opiniones, y resulta evidente si prestas atención.

- Espera... - Tuvo que alzar un dedo para organizar sus ideas - ¿Acaso ella sigue interesada en él?

- ¿No lo sabías? - Parecía genuinamente sorprendido y eso a Deidara le hirió un poco el ego por no notarlo - Pensé que lo habrías notado, casi todo el equipo lo ha hecho ya. Como dije, ella no sabe ser discreta, y fue su actitud lo que me certificó que a él le interesas más de lo que dice.

Vaaaaya.

¿Quién lo diría? Ahora resulta que la mujer que más aparentaba ser la tranquila e imparcial se quería tirar a quien se la tiró hace tiempo y que aparte aún se lo quiere tirar a él.

A este paso podría usar su vida como guión para una telenovela. De seguro y se hacía millonario.

Fue revelador, pero esa charla también le ayudo a recordar un detalle que casi había olvidado. "Tengo mis propios motivos" Había dicho Konan aquella vez cuando le pidió explicaciones de porque se puso de su lado, pero ahora que lo pensaba bien... ella le había dejado marchar cuando mencionó que buscaría a Itachi ¿Tal vez lo hizo porque si mostraba preocupación hacia otra persona cabía la posibilidad de que rechazara a Pain? Es más, ¿Y si toda esa misteriosa sobreprotección que había mostrado al ponerse de su lado solo era una fachada para mantener los sentimientos del líder a raya mientras él pasaba el tiempo con alguien más? Estaba claro que ella no le tenía mayor simpatía, y dado los acontecimientos, esas podían ser las respuestas.

La manipulación existe, señores, solo que a veces es tan sutil que ni nos damos cuenta de ella hasta mucho tiempo después.

Con cierto tinte cruel, Deidara pensó que ahora ella debería estar feliz, al fin y al cabo gracias a sus acciones el había resucitado al Uchiha y por ello estaban ahí ahora.

Ya que. No sé quejaba del resultado.

- Si me di cuenta de varias cosas, pero nada sobre Konan en específico. Supongo que no le preste suficiente atención - El Uchiha cabeceó una vez para mostrarse de acuerdo y él sacudió la cabeza - Aunque se me hace un poco extraño imaginarlo, ella luce demasiado... controlada.

- Algunas personas saben cómo manejar sus emociones, otras dejan que los controlen hasta que se hace demasiado obvio, no importa cómo luzcan - Le echó una mirada significativa - Como Sasori, por ejemplo.

Uhhhhh...

- Si, a él tampoco se le da reservarse la opinión - Recordó brevemente la escena en el comedor con fastidio - Pero no importa, ya ninguna de esas opiniones tiene que ver conmigo y tampoco me interesa participar en ellas más de lo necesario.

Los ojos negros chispearon con astucia.

- Resulta curioso que no dijeras lo mismo sobre Pain.

- Es diferente - Se excusó, intentando sacudirle las asperezas en vano.

- ¿En qué?

Bueno, si el Uchiha se iba por ahí...

- Sasori es menos impulsivo y resultó más sencillo dejar las cosas neutrales sin problemas. Pain es... - ¿Que palabra podía utilizar que no sonara tan horriblemente sugerente? - Testarudo. No se rinde tan fácil y está dispuesto a hacer muchas cosas para conseguir algo si lo quiere. Y lo que quería era... - A su mente vino la imagen de un revitalizado joven de cabello anaranjado junto a un sonriente Nagato, llenándole de nostalgia - Una relación, supongo.

- Contigo - Especificó el otro sin abandonar la expresión dura.

- Quizás.

- ¿Es eso lo que quieres?

- Con él no, seguro.

- ¿Y lo quieres con alguien más?

- ¿Ese alguien más lo querría conmigo? - Inquirió sin dejarse sorprender por la cuestión anterior. Sus ojos entrecerrados con sospecha.

Itachi se quedó momentáneamente en silencio, pensando la situación con cuidado. Deidara no podía culparlo, él tampoco había considerado la posibilidad de tener algo más significativo con nadie ni cuándo llegó a este mundo nuevo, lo máximo que había llegado a considerar como profundo era el acostarse con alguien, pero del resto lo cierto es que no había planificado nada más después de eso, era ilógico pensar que solo porque se tuviesen confianza y compartieran un momento automáticamente eran pareja, porque no, sabía que tenían una especie de "Relación" que oscilaba entre varios puntos buenos y algunos no tanto, pero de eso a algo serio, pues...

- Olvídalo - Intentó mantener el tono neutral - Volviendo al...

- Sí.

"¿He?" Parpadeó un par de veces.

- ¿Qué cosa?

- Ese alguien - Aclaró seriamente el Uchiha, aunque tenía una minúscula sonrisa - Si lo querría.

Ohhh...

- ¿Si entiendes lo que estás diciendo, no? - Sentía unas locas y espontáneas ganas de reír solo porque la idea le parecía fuera de esta dimensión y la suya, todo junto - Estamos hablando de ti.

- Si - Ensanchó el gesto con algo de diversión - Y de ti.

- Y eso no combina por ningún lado.

- Es posible - Concedió un Uchiha más que consiente de que su personalidad reservada no era la más idónea para compaginar con la de ese rubio explosivo. Pero así como la mayoría de las elecciones en su vida, estaba dispuesto a arriesgarse. Le alzó una ceja - ¿Te detendrías solo por eso?

Esa respuesta era fácil.

- Claro que no.

La sensación de un aliento cálido sobre su nariz con ese sutil aroma a té predominó un segundo casi infinito, luego vino el ansiado beso. Uno algo más tranquilo y perezoso a diferencia de los anteriores en las últimas horas, de esos que se te antojan continuar hasta se entumecen los labios, solo descubriendo las millones de texturas ocultas en la boca del otro. Estaba casi perdido en una sensación de paz absoluta que solo fue interrumpida cuando unos dedos rozaron su muñeca, a lo que su piel por alguna razón reaccionó con un calambre extraño seguido de una sensación de quiebre.

Deidara echó la cabeza atrás para observar su mano derecha ser alzada a la altura de su rostro.

Se le desorbitaron los ojos.

El sello estaba... roto.

En donde antes había estado la línea negra que le daba vuelta a su piel ahora solo estaba una casi imperceptible línea blanquecina como la que el mismo Pain tenía, con la diferencia remarcable de que la suya parecía interrumpida o "cortada" en varios lugares, como si al destruirla lo hubieran hecho una y otra vez para garantizar que quedase inservible.

- ¿Y ahora por...? - Trató de soltar algún reclamo convincente, más fue interrumpido por la calidez de unos labios posándose en la piel expuesta de la muñeca, libre de ese brazalete negro.

Desde su posición, unos ojos muy negros se alzaron para mirarle con fijeza.

- Ya no lo vas a necesitar.

Ese tonito de resolución despreocupada marcada con el ácido amargo que solo venía con los celos le causó gracia. Era de lo más divertido verle interesarse tanto en algo y que ese algo fuera él. Capaz y hasta estaba un poco presumido en su interior, solo que no lo diría abiertamente. Necesitaba mantener la fachada de orgullo para no perder la chispa necia que le caracterizaba.

- Si tú lo dices - Reprimió la sonrisa de inusitada felicidad y masculló en voz baja un -: Celoso.

El Uchiha refunfuño por lo bajo antes de volver a su posición de sentado a su lado. Seguía manteniendo esa cara pétrea que no dejaba traspasar nada, solo que de vez en cuando entre los ojos se filtraba alguna información que era bastante notoria para él. Puede que fuera accidental o a conciencia, pero le entusiasmaba que demostrase vulnerabilidad en momentos como estos estando así... juntos.

- ¿Te molesta?

El artista giró la cabeza con incredulidad, pues el azabache parecía genuinamente interesado en saber si ese era el caso.

- Es inusual considerando que eres tú - Respondió encogiéndose de hombros - Pero no.

- Bien.

Deidara rodó los ojos sin molestarse en ser discreto y le echó un empujón.

- Vamos a tener que trabajar en esas respuestas, me siguen fastidiando esos estúpidos monosílabos. Ah, y también la arrogancia y la inexpresividad.

Al Uchiha le resultó divertido.

- Veré que puedo hacer.

- No me confío, voy a necesitar una garantía explicita y legal, que ahora me caigas bien no quita que lo que haces con esos ojos me sigan pareciendo trucos sucios y rastreros - Avisó frunciendo el ceño, y tal vez fuera por la expresión de molestia dramática que tenía en ese momento, por las extrañas ocurrencias que soltaba, o por el simple hecho de que no había cosa existente que pudiera hacer para que ese chico se fiase de su Sharingan, pero Itachi comenzó a reírse, un sonido bajo y libre lleno de la más profunda diversión - ¡Oye! - Gritó molesto.

El Uchiha le ignoró, atrayéndolo hacia él hasta que su espalda chocó con su pecho, descansando la barbilla en su cabeza sin dejar de reírse por lo cómico que le resultaba ese chico y lo mucho que le gustaba que así fuera; Deidara le sentía sacudirse por la risa mientras sus brazos le rodeaban, y en medio de ese abrazo, en la habitación de una base casi desierta a excepción por ellos dos sujetos en la oscuridad, no pudo evitar pensar que si hubo algún momento en este mundo que vio a Itachi Uchiha feliz, fue justo ese.

 

 

 

 

               OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

A la final Deidara terminó pidiéndole a su acompañante que le regresara a la segunda base a las nueve. Con un compañero como el que tenía y unos horarios tan ajustados era mejor que le sobrara el tiempo y no que le faltase... o al menos eso fue lo que le dijo a él, cosa que era cierta pero no del todo. Porque la verdad es que si quería tener algo de tiempo extra, aparte de para que Sasori no le fastidiase, era para tener un tiempo a solas y así pedirle las explicaciones correspondientes al trío de infelices reprimidas.

Se estaba haciendo de nuevo su usual medía coleta arriba (Le había costado pero finalmente la encontró en una esquina de la habitación) cuando Itachi entró de nuevo en escena. Se había ido unos minutos para hacer una revisión usual al perímetro y ahora estaba de vuelta, con la capa de Akatsuki puesta y su inquebrantable seriedad.

A Deidara no le preocupaba, sin embargo. Ahora podía ver todo lo que sucedía detrás de esa cara de póker.

- ¿Listo? - Preguntó desde el marco de la puerta.

- Casi - Se amarró la liga con firmeza y la dejo en su lugar, que le quedase en su sitio sin usar un espejo era un arte conseguido luego de años de práctica; Sonrió satisfecho - Ahora sí.

- Vamos, entonces.

Con una cierta rigidez que le costaría un tiempo sacarse de encima, le extendió ambos brazos en su dirección. Era una suerte para él que Deidara se lo facilitase con su impulsividad efusiva, metiéndose sin discreción alguna entre medio de ellos y esperando a que regresaran; Un segundo después volvió a sentir ese curioso tirón que representaba el viaje entre ambas distancias, y cuando el cuadro adoptó la forma concreta de la nueva habitación del Uchiha (Esa que no había visto sino hasta ahora, y solo la reconoció por los símbolos encima del escritorio) supo que estaban devuelva.

"Hogar dulce hogar... supongo" Pensó sarcástico, luego observó mejor el lugar.

- ¿Solo sabes transportarte a tus habitaciones? - Preguntó bromeando.

- ¿Te gustaría que hubiese aparecido en plena cocina? Por mí no hay problema - Contesto él, intentando igualar su humor. Pero ahora que lo pensaba mejor... Diablos, ¿Porque no se le ocurrió antes? Que fuera serio no significaba que no pudiera ser malicioso, y habría sido todo un espectáculo digno de admirar si le hubiera visto su líder en ese momento, con la cabecita loca del rubio metido entre sus brazos luego de pasar toda una madrugada en una batalla de sexo pasional en la que de seguro ese sujeto habría querido tener su lugar - Aunque no hubieras querido.

Deidara por obvias razones pensaba diferente, es decir ¿Aparecer en los brazos de Itachi Uchiha en plena presencia de Sasori y Pain? Si, claro ¿Cuál escuadrón suicida?

Chasqueo la lengua.

- Cierto.

- Deberías ir a prepararte - Le convino el Uchiha dando un par de pasos hacia atrás - No querrás llegar tarde.

El artista, sin embargo, desechó sus preocupaciones con una sacudida de mano y una sonrisa de lo más petulante.

- No te preocupes, tengo todo bajo control.

 

 

 

 

                OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

"O bueno, más o menos" Pensó con un ligero tic en lo que se dirigía al lago ¿La razón? Aún no terminaba de llegar y ya podía escuchar a alguien gritándole a otro alguien  mientras algún metiche tarareaba una canción de lo más feliz sin enterarse de nada. Ni siquiera tenía que pensar demasiado para saber quién ocupaba cada lugar, había atravesado el infierno personal que significaba convivir con esos Dioses y ya le conocía las mañas a cada uno.

Llegó al lago en poco tiempo y las divisó a las tres. Todas tenían puesta su forma humana, la número tres con su mechón de cabello plateado parecía estarse peleando con la uno por la manera en que ambas se estaban jalando del cuello de la camisa. De hecho incluso la de ojos oscuros estaba desparramada en el suelo y se negaba a soltarle la prenda a la de ojos grises que intentaba meterle una patada desde su posición erguida. Todo eso en lo que la dos, con sus bonitos ojos azules y su carácter soñador, estaba tirada en una pose rara sobre una gran roca que conocía bastante bien. Estaba tan tiesa que parecía un cadáver reciente.

Deidara carraspeó con fuerza, llamando la atención de las peleoneras, mientras que la otra levantó la cabeza. Los tres le observaron algo sorprendidos, como si no esperasen que asistiera.

Reinó un silencio amplio y significante en el que se quedaron viendo fijo mutuamente por turnos sin decir nada. Ósea, Dei miró a la uno, la uno miró a Dei, Dei miró a la tres, la tres miró a Dei, Dei miró a la dos, la dos miró a la tres, la tres se confundió y miró a la uno, la uno le miró mal y miró a la dos, quien finalmente se ubicó y miró a Dei.

La figura número uno finalmente soltó a su hermano para adelantarse un paso.

- Mocoso...

Pero Deidara lo silencio alzando una palma.

Quería gritarles a las tres por el súbito abandono sin explicaciones, el haberle dado un susto de muerte y casi matarlo con esa estúpida marca... pero aún no. Necesitaba enfocar correctamente su ira, así como quien descarga un archivo de internet.

1%... 2%... 3%...

La tres se sentó correctamente en el suelo e hizo un mueca de duda en su dirección.

- Mira, nosotros...

- ¡Chst! - Movió la mano el humano sin dejar de alzarla en ningún momento. Tenía los ojos cerrados. Por fuera se veía tranquilo pero por dentro una catástrofe más jodida que un desastre natural se estaba formando.

40%... 54%...67%...

- Pajarito... - La dos abandonó por completo su pose de muerto para ponerse de pie con nerviosismo - Si tan solo nos dejas explicarte...

- No.

70%... 79%... 85%...

- ¿Crees que se vaya a enojar? - Le susurró por lo bajo la figura dos a la número uno, que era la que tenía más cerca.

- No, claro que no - Dejo salir en un tono sarcástico - Míralo, si hasta tranquilo se ve.

- ¿Enserio? - Arrugó el entrecejo la figura más pequeña, echándole un vistazo rápido al rubio para volver a fijarse en la otra - Yo lo veo algo tieso.

90%... 93%... 96%...

- No te pases de idiota - Le recriminó a cambio. La vena en su cien remarcaba su enojo - Estaba siendo sarcástico.

- ¿Porque? Si a ti se te da de culo el sarcasmo - Replicó la número tres quien se consideraba una experta en esa materia, ganándose una mirada crítica.

- Pues a ti tampoco se te da el existir ¿Quieres que resolvamos eso también?

Cuando la tres fue a responder con algunas de las mejores respuestas de su arsenal, una voz escalofriante y contenida les hizo girar hacia el artista cuyos puños estaban apretados.

- Ustedes... - Los miró por turnos, aspirando lo último de rabia que tenía guardado para poder estallar.

Los tres dioses se miraron entre ellos con vacilación, esos ojos prometían caos. Solo la dos fue lo suficientemente valiente como para acercarse.

- ¿Estás...?

99%...100%

*Su cargamento de ira sulfúrica ha sido descargada con éxito, disfrute de su arrebato sin problemas. Contáctenos próximamente para más envíos de emociones intensas Xpress. Que tenga feliz día*

Tranquilamente tomó aire y...

- ¿¡DONDE COÑO ESTABAN METIDOS USTEDES TRES!?

- Pajarito... - Trató de negociar la figura, siendo interrumpida por otra ola de gritos.

- ¡Nada de "Pajarito"! ¡A mí no me vengan con sentimentalismos baratos! - Aspiró aire profundo y luego soltó un -: ¿¡QUE COÑO ESTABAN HACIENDO!?

- Vamos, rubio. Tampoco fue para tanto... - Intento minimizar el problema la número tres.

A Deidara solo le faltó tener el cráter en la cabeza para expulsar lava. Jamás desde que resucitó en esta dimensión se había sentido más molesto.

- ¿¡Que no fue para tanto!? - Ironizó, moviendo la cabeza como los guacamayos cuando no hay nadie que los entiende - ¡Me venden la propaganda de que van a estar siempre presentes, que no son tan irresponsables como siempre parecen! ¡Me hacen creer que son los seres más jodidamente poderosos de todo el universo y se ahogan en un vaso de agua por una falla técnica!

- ¡Oye, mocoso! ¡Fue una falla bastante grande! - Saltó inmediatamente la número uno - No podía ni comunicarme con esos dos, mucho menos contigo. Nos esforzamos para volver de nuevo aquí.

- ¿¡Y para que!? - Esa excusa no lo ablando ni un poco - ¿¡Para aparecer de la nada e idear un plan que implicaba marcarme como si fuera una vaca!?

La número uno inmediatamente alzó ambas manos.

- A mí no me mires, no participe en ese plan.

Los ojos azules se fijaron en los otros dos pares restantes. La figura número dos viéndose prontamente acorralada, hizo un puchero.

- Pero si el sello es hasta bonito, yo mismo lo diseñé. Deberías tratar de ver cómo te queda puesto.

- ¡No, joder, no! ¡No necesito ver nada porque bastante bien que lo sentí cuando casi me electrocutan el cerebro, par de un imbéciles!

- ¡Te advertimos que no dijeras nada revelador! - Chilló la tercera igualando su tono - ¡Eso ya fue tu culpa!

- ¡No me jodas! ¡Habría sido mi culpa si hubiera tenido conocimiento previo de que tenía esta porquería en el cuello, pero ustedes no me avisaron! ¡Es más, nunca me avisan de nada, pero esta vez se pasaron! - Apretó tanto las manos que con una de sus uñas se sacó sangre - ¡Maldición! ¡Casi me matan!

Los ojos marrones se ampliaron enormemente ante esa acusación tan seria.

- ¡Claro que no!

- ¡Claro que sí! ¡Hasta él lo dijo! - Y señaló sin pudor alguno a la número dos que se encogió un poco por haber sido tan habladora. Más su hermana la descartó con un brusco empujón y caminó hacia el humano para quedar más cerca.

- ¿A quién le importa lo que diga él? ¡Es un dramático de primera! Además la corriente no era suficiente como para generar tanto dolor, apenas debiste sentirla.

- ¿¡AH SI!? - Abrió los ojos con exagerada sorpresa - ¡Entonces quítamela y póntela tú en medio de la cabeza a ver qué tal te va!

En respuesta, el Dios tragó saliva con una risita inestable, y cuando vió que el azul celeste estaba hablando enserio, miró hacia otra parte.

- Oye, no hay que irnos por esos extremos...

- Entonces ponla donde mejor te parezca, solo quítamela.

- Pero es que se te ve... - La protesta de la dos no llego muy lejos.

- ¡No me importa en lo absoluto cómo se vea! - Gruñó - Cuando hicimos la apuesta nunca mencionamos nada sobre un sello de silencio ni mucho menos, no necesito una guía instructiva sobre lo que puedo o no decir, no soy idiota. Ustedes confiaron en mi para guardar el secreto de su existencia y no he llegado hasta aquí con el estigma de tener problemas mentales no detectados por andarlos encubriendo como para que me salgan con esta basura ahora.

La número tres fingió toser antes de enderezarse.

- Lo entiendo, pero es que antes de darte la autorización para eso debemos..

- ¿¡Te parece que te estoy pidiendo permiso!? - Harto de darle más largas a una discusión que el ya consideraba ganada, apuntó a su nuca con ira - ¡ME SACAS ESTA MIERDA AHORA!

- ¡Ya, está bien! - Sacudió las manos para luego hacer un movimiento rápido con ellas. Sintió un frío curioso en la parte trasera de su cuello apenas un segundo y después nada. Una rápida escaneada le verificó que ya no tenía nada, al menos al tacto; La entidad bufó - ¿Satisfecho?

- Lo estaré cuando me expliquen qué sucedió con ustedes.

La figura número uno finalmente logró hallar su voz de líder predominante y suspiró con pesadez. Se había mantenido lejos de la discusión porque consideraba que si no había participado en esa absurda idea del sello no tenía por qué recibir gritos ni quejas. Ahora que eso había terminado podía centrarse en lo que si le competía, ósea, la ausencia temporal.

- Yo podría explicarte eso.

- Muy bien - Se cruzó de brazos, aún estaba serio - ¿Qué pasó?

- Primero que nada te debemos una disculpa, mocoso - Dijo sinceramente, a lo que Deidara reaccionó con una cara bastante sarcástica, como diciendo "¡No me digas!" - Realmente queríamos estar aquí para cumplir con nuestra parte del trato, pero como te explique anteriormente, por qué sucedió aunque no fuera la primera vez, fue la más fuerte de todas, y desencadenó en un sin fin de hechos que destruyeron nuestras comunicaciones. Apenas podíamos conectarnos unos segundos antes de perder la imagen. Y si la visión era defectuosa, imagínate el audio - Torció la boca - Fue un proceso largo para recuperar lo sistemas y al final tuvimos que desligarnos de todas las dimensiones para reiniciar todo. Lo que pasa es que alguien por ahí no espero a que terminase de hablar contigo para hacer eso último - Mirando muy obviamente a la de ojos claros que se rascó la nuca, despreocupada.

- No me fijé que estaban conversando.

- Pues debiste - Le recriminó la mayor con seriedad. Entonces se volteó hacia Deidara - Al desligarnos todo volvió a la normalidad, pero habían demasiadas dimensiones a las que conectarnos de nuevo, hicimos todo lo más rápido posible pero tardamos más de lo que pensamos.

Deidara alzó una ceja.

- ¿Todo eso por una sola acción?

- Fue una acción importante, mocoso. Hay jurisdicciones que ni los Dioses como nosotros tenemos permitido tocar, como el destino de las personas o su línea de tiempo, por ejemplo. Cuando eso sucede se crea una continuidad extra con un final diferente que no formaba parte del plan original, y como nuestro trabajo es mantener todo bajo control, cuando sucede un descontrol como ese todo colapsa. Puede que no lo creas, pero un solo evento fuera de lugar puede crear una catástrofe.

- Creí que habían dicho que lo mantenían todo bajo control.

- Y eso hacemos - Aseguró muy comprometida la líder - Pero así como un rey, no podemos evitar que nuestro pueblo haga desastres de vez en cuando. Recuerda que estamos hablando de miles de millones de humanos bajo nuestro cargo en cada dimensión existente, no es sencillo mantenerlo todo en su lugar, y menos cuando aparte tenemos que procurar que no se maten entre sí más de lo que ya lo hacen.

- Eso lo puedo entender - Asintió con calma el rubio - Pero debieron decírmelo desde un principio en vez de hacerme creer que son invencibles. Así quizás el susto que me lleve no hubiese sido tan grande.

- Tratábamos de darte la mejor impresión posible, pajarito - Se armó de valor la figura dos, hablando con una tranquilidad parecida a la suya - Si te hubiéramos dicho que cometemos tantos errores no habrías confiando en nosotros y mucho de esto no hubiese sucedido. Puede que exageramos un poco en lo de estar todo el tiempo vigilando pero hicimos nuestro mejor esfuerzo, después de todo, hay millones más que dependen de nosotros aparte de ti.

- Exactamente, eres nuestro humano favorito, pero no el único - Intervino en la escena la tercera figura - Nos preocupamos mucho por ti y como ya te hemos dicho, te queremos. Podemos anteponer un montón de responsabilidades por estar presentes, pero cuando ocurre una crisis, tenemos que pensar en todos.

La de ojos grises asintió con gesto solemne.

- Y aun así a pesar de todo eso estamos aquí - Más concretamente, especificó -: Por ti.

Deidara dejó escapar un fuerte resoplido de cansancio. Esas tres tramposas estaban bastante conscientes de que no tenían toda la razón y quizás por ello se habían aguantado sus gritos sin pulverizarlo como de seguro habrían hecho con otro humano, de modo que por su parte al menos eso estaba resuelto. Entendía también todo eso de las responsabilidades como líderes, y aunque mal no hubiera sido estar completamente enterado del asunto, terminó por asentir. De todas formas el momento había pasado y no había ocurrido mayor desastre.

- De acuerdo.

La dos se ilusiono inmediatamente.

- ¿No estás molesto, pajarito?

- Por supuesto que si ¿Con quién crees que estás hablando? - Comentó con burla, y los Dioses compartieron una sonrisa - Pero está bien, por ahora.

Su respuesta fue suficiente para la criatura que se acercó a él con esa simpatía que la caracterizaba y le jaló de las manos para abrazarle. Hizo una visible mueca de fastidio aunque por dentro no le molestaba el gesto, con la número dos nunca había tenido problemas en ser algo más cariñoso.

- Ya no te me pongas sentimental o me harás perder el drama - Río un poco al ver sus expresiones de felicidad.

Más alegre ahora, entrelazó su brazo con el suyo y le tiró para que se acercase más a ellos, puesto que hasta ese momento no se habían acercado a menos de tres metros.

- ¿Qué tal va todo?

- Todo bien, no me quejo - Observó las figuras restantes con una ceja arqueada - ¿Y ustedes porque peleaban?

- Nada inusual - Contestó el de cabello negro - Este infeliz estaba alardeando y solo lo puse en su lugar.

Los ojos cafés perdieron visibilidad cuando rodaron hacia un lado.

- No estaba alardeando, solo dije que tengo mejores gustos que los tuyos.

- Lo cual es la mayor estupidez que he escuchado en un milenio.

- No, la mayor estupidez de este milenio ha sido que le hayas hecho creer al humano que eres el que manda cuando nosotros hacemos todo el trabajo.

- Y así fue como empezaron - Le murmuró en el odio la figura a su lado con una gotita bajando por su cabeza.

Deidara ya se veía venir que esas dos iban a comenzar con la cuarta guerra mundial ninja sin importarle en lo más mínimo que él estuviese allí. Por suerte, a diferencia de en otras ocasiones en las que hubiese tenido que gritar para intervenir, tenía una táctica infalible para detener esa pelea sin mover un dedo.

Se giró hacia él, y fingiendo un tono de lo más casual, exclamó alto:

- ¿Enserio? Pues si así están ahora no me imagino como se irán a poner cuando sepan quien ganó la apuesta.

- ¿¡QUE!?

Era imposible que ese grito grupal haya sido más fuerte.

- Pero... - Balbuceó la uno, perdiendo toda la seriedad - ¿Tú ya...?

- Aha.

- ¿Seguro? - La tres no se quedó atrás. Boqueaba como pez fuera del agua - ¿Muy seguro?

El humano puso los ojos en blanco.

- Sería imposible no estarlo.

Cuando realmente asimilaron que no estaba bromeando, fue como sufrir un impacto colosal masivo. Los dioses se quedaron totalmente en blanco, incluso la número dos, a quien le pilló totalmente por sorpresa esa declaración. Cualquier interés que tuvieran la uno y la tres entre ellos perdió totalmente la importancia mientras su cerebros analizaban cuidadosamente la nueva información de que su humano favorito acabase de ser profanado horriblemente. Y, por supuesto, también experimentaron una horrible indignación porque de ser cierto entonces se lo habían perdido por las estúpidas fallas técnicas.

- ¡No me lo creo! - La más alta con sus ojos cafés brillando con picardía fue la primera en reaccionar - Por fin te dejaste vencer, yo juraba que te morirías virgen de nueva cuenta.

Abrió la boca para quejarse, más un jalón en su capa le distrajo. La figura dos estaba dando pequeños saltitos de pura emoción.

- ¿Y? ¿Y? ¿Qué tal todo? ¿Te gustó? ¿Fue mucho? ¿Cuánto duraron? ¿Te prepararon bien?

- ¿¡A que vienen tantas preguntas!? - Algo de calor se le instalo en el rostro al ver que las otras dos parecían demasiado interesadas en escucharle - No pienso responder nada.

- ¡Oh, tienes que hacerlo! - Casi podía suplicar en el suelo y besarle los pies - Nos perdimos la transmisión en vivo, rubio. Mínimo danos los detalles o la repetición grabada.

- En HD, por favor - Pidió con malicia la número uno.

La número dos, que no se había detenido en su horda de preguntas vergonzosas, le dió un empujoncito mientras le preguntaba si aún le dolía el culo.

- ¡Que no pienso responder nada! - Entonces miró con mala cara a la más pequeña - ¿Y a qué viene eso? ¿Porque no solo se lo preguntas a ellos?

Las criaturas sobrenaturales se miraron mutuamente unos segundos para después echarse a reír. Les salieron lágrimas y todo.

- ¿¡De qué coño se ríen!?

- Mocoso, nosotros no podríamos saberlo ni aunque quisiéramos - La número uno simplemente no podía dejar de reír.

- No me van a vender la primicia de que no tienen vida sexual.

- Ah, no. Por supuesto que tenemos vida sexual, aunque no entre nosotros - Les echó una mirada asqueada a sus semejantes, como si la sola idea resultara repugnante - Nos divertimos con los humanos.

- Vagamos a veces por las dimensiones y seducimos a unas que otras almas que nos llaman la atención, si - Comentó a la ligera la tercera.

- Pero siempre somos los activos. Siempre - Puntualizó la segunda, su sonrisa ancha ya no se veía tan inocente - Eso de morder la almohada no es nuestro estilo. Apoyamos la versatilidad en parejas que nos gustan, pero no aplica para nosotros.

A Deidara las tres bocas se le abrieron dolorosamente de la impresión ¡Pero es que... vamos! Se lo esperaba de la uno y la tres, pero su orgullo de hombre fue herido gravemente cuando vio que incluso la número dos, que con su aspecto tierno parecía aún más ukeable que él, era el que rompía traseros y no al revés.

Gente, cuando dicen que la vida es una perra cuando quiere, no es broma.

- No me mires así - La risa para la pequeña criatura fue imposible de contener cuando Deidara le miraba como si le hubiese ofendido personalmente - No es para tanto.

El rubio negó con la cabeza.

- Esa no me lo esperaba.

- Pensé que te había dado una idea cuando te dije que te apoyaba.

- No, es que... Espera - Se detuvo, abriendo la boca hasta casi arrastrar la mandíbula por el piso - Pensé que me seguías por simpatía.

- Pfff - La primera se burló justo en su cara - Que lo veas con cara de no romper ni un plato es solo una fase que tiene. La simpatía tampoco se le da con todos los humanos, era obvio que le tenías que atraer aunque sea un poco.

- ¿Va enserio? - Cuando la susodicha solo se encogió de hombros, Deidara tuvo que parpadear para aclararse - ¿Porque?

- Pues... no lo sé. Pero debo admitir que desde que te ví con esas bocas en las manos y un pájaro sobre ellas pensé algo muy sucio.

Se pudo haber traumado perfectamente, pero escucharlas reír a todas de fondo le contagio la risa, para ese punto de su segunda existencia no había nada que le pudiera sorprender de ellas.

Una vez quedó claro que el único que había sido percutado era él, quedó en el aire una pregunta realmente importante para todos.

- ¿Y entonces? ¿Quién ganó la apuesta?

Deidara se fijó en como la tercera figura lo miraba con una intriga que rayaba en la desesperación.

- ¿Realmente no vieron nada?

- No - De mala gana la figura uno suspiró - Aun cuando aparecimos contigo hace poco no te podíamos ver muy bien, el audio era lo único que estaba a la perfección. Solo tenemos algunas imágenes recortadas de los dos días anteriores, por eso tampoco podemos figurarnos que sucedió contigo - Se puso una mano en la barbilla - Yo sé que te ví un momento con el Uchiha dentro la cueva, nada más.

- Yo si te ví sin problemas con Pain en la feria, tenía un poco de mala visión pero nada espectacular - Continuó la de ojos cafés - Observé por un par de minutos más antes de que la comunicación se rompiera. Sé que él se fue atrás de tí después, más tampoco sé si te encontró o si surgió algo más.

- Yo ví cuando caíste con Sasori en la bañera, fue tan lindo, me hubiera gustado ver más - Dejo salir un largo suspiro resignado. A diferencia de sus hermanos, él era un poco más comprensivo y no tan exageradamente competitivo. Que si, antes de tomarle más cariño a Deidara se había puesto un poco dramático, pero luego de su jornada de lamentación como anima en pena se había relajado un poco. Solo por eso, sonrió con parsimonia -: Déjame que te facilite un poco las cosas: Yo no gane ¿Verdad?

Sintiendo algo de pena por ella, pues era la que le caía mejor, Deidara negó sutilmente con la cabeza. La figura dos se lo tomó con calma, le había prometido que no volvería a quejarse por los barrancos y no lo haría, aunque ganas no es que le faltasen; Se acercó a él y le robó otro abrazo.

- Bueno, me conformo con que estés bien.

- Gracias - Murmuró aceptando el abrazo brevemente. Era bueno sentir que al menos una se lo iba a tomar con calma.

Ah, porque las otras...

- ¿Entonces? - Insistió la figura uno, casi relamiéndose por la intriga - ¿Con quién fue? ¿Con Itachi?

- ¿O con Pain? - Saltó la tres con los dedos cruzados como quien espera ganar la lotería.

Deidara inhaló y exhaló, y preparándose mentalmente por lo que diría (Y para lo que vendría, porque se figuraba que habría algo de locura) dió un preventivo paso atrás y reveló su respuesta con un inconfundible tono burlón.

- Tenías razón, supongo. Solo necesitaba algo de amor, compresión y ternura.

La figura número uno atajó esa indirecta al vuelo más rápido que Naruto con un tazón de ramen, que Sasuke con una venganza, que Kakashi con una nueva edición de Icha Icha paradise.

Se quedó loca.

- Yo... ¿Gane? - Preguntó quedito en un tono que no cuadraba para nada con su carácter. Ya hasta sentía que le faltaba el aire.

- Sí.

- ¡Oww! - Se desanimó horriblemente la criatura perdedora, cayendo al piso con dolor. Y solo porque le daba algo de lástima su cara, el de coleta se acercó a darle unas palmaditas en la cabeza como las que se le dan a los perros - ¡No es justo! Yo tenía muchísimas ilusiones - Le miró con profunda tristeza - Ya había comprado el set de esposas y todo.

- Únete al club de los perdedores, mi querida amiga - Muy filosófica habló la de cabello azul, solo le faltaba levantar la tacita de té con el meñique arriba.

La tres apiló los labios en una montañita de decepciones, y a Deidara le pareció cómico.

- Ya no te lamentes tanto. Eres una criatura celestial, actúa como tal.

- Es que yo...

- ¡WOOOOOOOOOOOOOOOOOO! - Los dos Dioses y el rubio se llevaron tremendo sobresalto al escuchar ese alarido de pájaro moribundo que fue dado por la figura uno, quien en su alegría soltó la sonrisa más ancha de toda su vida para entonces alzar los brazos y señalar de forma presumida a la figura tres - ¡ME LA CHUPAS!

Fue todo un reto para el humano del grupo contener la risa al ver como la usualmente tranquila y autoritaria figura gritaba como posesa, se arrancaba la camisa hasta dejarla hecha tirones e incluso rodaba por el césped como los perros cuando le pica la espalda. En una de esas la emoción le pegó tan fuerte que se puso de pie, y con las manos detrás de la cabeza levantó la pelvis al aire una y otra vez, chillando a los cuatro vientos:

- ¡ESO, CARAJO! ¡QUE NADIE SUBESTIME LA SENSUALIDAD UCHIHA! ¡ARRE!

La figura tres estaba de brazos cruzados con un puchero, mientras que Deidara y la criatura restante se reían a carcajadas por tremendo espectáculo. No olvidaría esa escena jamás.

Tardo más o menos diez minutos en calmarse, y fue porque Deidara sin mucha paciencia le explicó que ya tenía que irse, pero que tenía un par de dudas.

- Si ya se cumplió la apuesta ¿Supongo que me ayudarán a escapar, no?

- Por supuesto, nosotros jamás rompemos un juramento - No había duda en esos ojos grises - Apenas te vayas de aquí buscaremos una apertura y te mandaremos una señal para que te vayas. Será en un momento justo, puede ser antes o después de llegar, ¿De acuerdo?

- Vale.

- ¿Tenías alguna otra pregunta? - Aún seguía de mal humor por haber perdido, pero tenía su dignidad.

- La verdad sí. Ya entiendo todo sobre las líneas de tiempo y cómo funcionan ¿Pero qué tiene que ver el falso Madara en esto? - Observó a la mayor, que dejó su sonrisa triunfadora para ponerse sería.

- Con respecto a eso... - Suspiró - Él fue el que creó la ruptura, parece que encontró la manera de llegar a esta dimensión y ha hecho algunas cosas bastante bizarras, pero no ha intentado hacer contacto con el resto de Akatsuki. De momento lo tenemos vigilado, el resto de los detalles son otra historia bastante larga que después te contaremos.

- ¿Porque no ahora?

- Por dos razones. La primera es que si no representa gran peligro no hay que preocuparse.

- ¿Y la segunda?

La criatura sonrió.

- Sasori.

- ¿Sasori? - Reitero de lo más confuso, al menos hasta que la voz del nombrado lleno el ambiente.

- ¡Dei!

En un minuto estaba hablando con las figuras y al siguiente ya estaba solo. Por costumbre las buscó con la mirada pero lo único que encontró fue a su compañero de equipo caminando a hacia él. Se le notaba aliviado de verlo.

- ¿Qué haces aquí? - Le puso una mano en su hombro - Ya debemos irnos, tenemos la misión ¿Recuerdas?

- Si, no lo he olvidado.

- ¿Que estabas haciendo? - El pelirrojo echó un desinteresado vistazo alrededor. No encontraba nada muy interesante que ver pues al haber nacido en Suna nunca fue amante de los lagos.

- Meditaba un poco, nada más - Mintió sin problemas, dándose la vuelta para volver a la base.

A Sasori le resultó extraño pues su compañero no era del tipo que meditaba, pero lo dejó correr sin pensarlo mucho. Estaba más preocupado por llegar a tiempo.

- Vamos entonces, ya tendrás tiempo de meditar cuando te maten.

- Eso quisieras - Simulando estar fastidiado - Pero no, para tu mala suerte no te desharás de mi tan fácil.

- Eso lo sé - Rió un poco - Eres como ese espíritu difícil de expulsar.

- Yo diría más bien como la plaga difícil de exterminar, pero lo tuyo no suena mal - Puso un gesto pensativo algo gracioso que potenció la risa en el pelirrojo. La menos hasta que preguntó -: ¿Que se siente volver a tu aldea?

Sasori lo pensó unos segundos.

- Hace mucho que no la considero mi aldea, y creo que jamás la sentí un hogar como tal, no desde que mis padres murieron, al menos... - Pensó en ello un momento - No sé, supongo que es cómo ir a cualquier lado.

- Comprendo el sentimiento, yo no he pisado Iwagakure en muchos años, pero creo que sería algo nostálgico volver.

- Puede ser - Le miró con malicia - Lo sabré cuando lleguemos, si es que llegamos algún día.

- No vayas a empezar.

- Camina más rápido y puede que pare, porque ya comencé hace rato.

- Oh, Dios, piedad - Imitando los usuales movimientos que hacía Hidan para rezarle a su Dios, Deidara puso una cara adolorida combinada con algo de mofa - ¿Que he hecho yo para merecer este castigo?

Un golpe en la costillas le hizo quejarse, más se recuperó al instante y le devolvió uno similar a Sasori. La rutina se siguió repitiendo entre varias maldiciones, quejas por la tardanza y alabanzas a cualquier Dios imaginario que estuviera dispuesto a matar al Akasuna o como mínimo cerrarle la boca; terminó siendo un momento divertido, como regresar el tiempo a los últimos meses en donde su amistad floreció como nunca antes.

Se estaba riendo de un insulto súper malo de su compañero cuando una voz le llamó.

- Deidara.

"¡Oh, por favoor! ¿Qué acaso el destino no puede dejarme vivir tranquilo?"

El destino: En tus sueños, baby.

No le hizo falta mirar para saber quién era, pero igual lo hizo. Pain estaba allí, tenía puesta la capa de una manera que le hizo creer que también saldría, se figuró que con Konan o Zetsu.

- ¿Pasa algo?

- Necesito hablar contigo un segundo - No era peculiar que siempre fuese directo al punto, el problema es que había escogido el peor momento para eso.

Y decía el peor porque no solo Sasori andaba en crisis por su obsesión de llegar a tiempo a todos lados, sino también porque seguía sin soportar a ese tipo, por muy líder suyo que fuera.

- Tenemos que ir a la misión y estamos sobre la hora - Dijo con firmeza - Habla con él cuando volvamos, no quiero llegar tarde.

- Que ni se les ocurra - Cansinamente advirtió Deidara viendo que Pain tenía toda la intención de protestar y Sasori parecía ansioso por que lo hiciera. Definitivamente no. No tenía tiempo, ganas ni mucho menos humor para tolerar riñas - Ya Sasori lo dijo, no tenemos tiempo para esto. Iré a buscar algo de arcilla extra, puedes venir, si te sirve.

A su compañero no le resultó divertida la idea, pero si era para buscar material de pelea no podía poner muchos peros.

A paso rápido llegó a su habitación, tomo la arcilla restante que había reservado para algún ataque sorpresa, uno que otro pergamino importante y dejo lo demás. No necesitaba gran cosa a partir de ahora, tendría una vida tranquila y, si todo salía bien y contaba con mucha suerte, no necesitaría armas para huir nunca más.

Al salir, lo primero que vio fue el Rinnegan recostado en la pared.

- ¿Que querías decirme? - Siguió con su camino hacia la salida - ¿Es sobre la misión?

- No, no es sobre eso... - Siguiéndole el paso de cerca, suspiró - Es...

Lo que el artista pensó que pudo haber sido una charla rápida mientras caminaban se transformó en algo más largo pues, en una de esas que echó la mano atrás, otra se la sostuvo en alto; Tuvo el fugaz pensamiento de que quería tomarle la mano como antes, pero lo que iba a ser su idea de una charla de rechazo terminó muriendo cuando notó que era la mano derecha la que estaba viendo, y no solo eso, analizaba su muñeca, ahí donde antes había estado el sello y ahora solo quedaba un ligero vestigio de él.

"Mierda, lo olvidé..."

Pain sencillamente no tenía palabras, su asombro era mayor.

- ¿Quien...?

Paso el dedo índice de la otra mano sobre la muñeca, y fuera cual fuese su intención, no pudo continuarla por la mano ajena que le aprisionó la suya propia.

El líder de Akatsuki frunció el ceño, sorprendido tanto por la acción como por la persona que lo había hecho.

- ¿Uchiha?

- Deidara tiene una misión - Habló entonces, su voz fría e intimidante - Será mejor que se vaya antes de que se haga tarde.

Deidara se contuvo de torcer la boca por lo poco delicado que eso había resultado. No era tanto el tono, era la pose, la tensión, y el Sharingan en esos ojos no colaboraba. Puede que la cara no mostrase nada, pero había que ser subnormal para no notar que ese sujeto estaba más desafiante que un gato callejero erizado.

Rompiendo con esa cadena de manos agarradas, dió un paso atrás.

- Tiene razón, voy tarde - Turno con curiosidad la mirada entre ambos, y luego se detuvo en Pain - Hablamos luego, tengo que irme.

- Voy contigo.

La expresión del portador del Rinnegan fue grave, y se mantuvo en el mismo ámbito de seriedad absurda en lo que les veía marcharse. Gracias a esa intervención al menos ya sabía quién era el responsable de haberle quitado el sello a Deidara, aunque no por ello estaba menos sorprendido.

Por otro lado, Itachi aprovecho para acompañarlo hasta que salieron de la base.

- ¿Hiciste todo lo que tenías que hacer? - Era una sola pregunta, y fue suficiente para notar que se estaba esforzando por hacerle conversación y mostrar interés en sus cosas.

Y le encantaba.

- Casi todo, el tiempo no me alcanzó para terminar de aclarar las cosas con Pain.

El Uchiha se lo tomó con calma.

- No importa, me da la impresión de que ya no hace falta.

Ah, podrían pasar mil años y seguiría sonriendo cada vez que escuchase ese tonito presuntuoso de satisfacción.

- ¿Sabes? Esto de ser un humano normal se te da mejor de lo que crees.

- Puede ser... - Sonrió a medias, entretenido por el término.

- ¿Hay alguna cosa que se te dé mal? Te vendo el alma si me lo dices - Su entusiasmo era genuino, siempre había deseado conocerle un defecto a ese hombre, y sería mucho mejor si él mismo lo admitiera.

- Un par - Oír eso de su boca fue como llevar el orgullo de Deidara a la más bella gloria, e Itachi se dió cuenta - Puede que te diga una.

- ¿Solo una? - Sus ojos azules tentándole de manera deliberada.

Y le funcionaba ese truco de maravilla ¿Para qué negarlo? Le seguía gustando ese color celeste y si era para mirarlo de forma atrevida pues mejor aún. Se le ocurrían un buen par de ideas con solo mirarlos.

- Si vuelves antes de la semana, consideraré añadir otra.

La respuesta se le borró de la cabeza.

Fue como ¡Puff! Y ya no estaba.

Ahora sólo había un único pensamiento rondando en su cabeza. Y era de que a pesar de haber sabido todo el día que iba a irse, no se había detenido a pesar que no solamente estaba renunciando a Akatsuki... también estaba renunciando a él. A Itachi, al nuevo status que tenían juntos, a la oportunidad que se habían dado. Si se iba ya jamás podrían compartir un momento privado como el de esa noche, hablar, molestarte o simplemente mirarse...

Cayó en cuenta de que esa era la despedida.

- Claro...

Como estaban solos, el del Sharingan le rozó la mandíbula con los nudillos, su cejas algo fruncidas.

- ¿Sucede algo?

- No - Hizo lo mejor que pudo para sonreír, porque no podía quedarse. No podía hacerlo... - Volveré tan rápido que deberás añadir otra a la lista.

- Concéntrate en volver, luego ya veremos lo demás.

"No voy a regresar" No estaba seguro si el que grito eso fue su cabeza, su corazón o simplemente la versión verdadera de sí mismo que quería ser sincero.

- Vale.

Sasori le llamó en ese momento en voz alta pidiendo su presencia, parloteando algo sobre el tiempo y la paciencia, pues ya se había tardado demasiado para su gusto; La despedida que el Uchiha le ofreció fue una nueva que recién estaban implementando, pero como Deidara entendía que podía ser la última vez, se metió entre esos brazos y dejo que le ofrecieran esa calidez solo una vez más. Le estrechó con fuerza. Quería guardar en su memoria la sensación de sentirse pleno junto a alguien que le estimaba, el cómo luego de todo lo que había pasado ese año, logró que esos ojos rojos ya no le resultasen fastidiosos. Al contrario, ahora sabía que los iba a extrañar.

Se separó de él, subiendo a su ave con rapidez para alzar vuelo. Solo a último minuto, cundo ya casi no se veía nada de la base, es que decidió mirar atrás. El destello de esos ojos carmesí brillante junto a ese cabello negro era lo único que podía divisar, y solo porque ya le llevaba una distancia prudente, se permitió caer sentado, sintiendo el más terrible de los vacío oscurecer su alma.

Porque sabía, en lo más profundo de su ser, que estaba dejando una parte sí mismo en esa base.

Y ya no podría volver a recuperarla.

"Adiós..."

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

¿Alguien mas se siente mal? Yo si ;c 

Dejenme sus comentarios con respecto a lo que creen que pasara luego, ¿Deidara volvera o no? Todo es posible XD

Un abrazo!!

Con amor, Menma.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).