Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

N/V: Bueno, no tendre internet hasta el lunes asi que les traigo el siguiente capitulo, ojala les guste.

N/N: Mi internet siempre fue una mierda XD

Santa madre de Dios.

 

- Oye chico ¿Eres sordo?

 

Sordo, ciego, maldición incluso paralítico, pero si antes no pensaba que estaba loco, ahora sí que algún cable se le tenía que haber perdido en el camino de su mundo a este.

 

- Lo siento - Logro decir, lo cual le resultó difícil considerando que aún tenía la boca abierta. - ¿Que me decías?

 

- Que soy tu nuevo compañero - Repitió algo cortante - Akasuna no Sasori - Le extendió la mano.

 

Deidara la estrechó automáticamente. Pues, aunque ciertamente se había sorprendido con la visión de Pain, nada lo había preparado psicológicamente para ver a Sasori, ya que aunque su jefe se viera distinto a lo que recordaba, otros miembros de Akatsuki lucían y actuaban exactamente igual (Como Hidan, que el día anterior lo comparó con una chica y le voló la cabeza con una explosión) Por lo cual se figuró que su compañero seguiría siendo igual.

 

Pero oh...

 

Vaya que había cambio.

 

Sasori no lucía para nada como un muñeco de madera en eterna etapa pre-adolescente. Al contrario, además de ser de carne y hueso (Lo certificó al ver que entre la capa semi abierta no había señal alguna de ese círculo que le salía del pecho, y que al tomar su mano pudo notar la sensación distintiva de la piel) parecía estar en sus veinti tantos años. Era más alto que él, lo cual era raro, pero aún era algo flaco, mantenía ese corte de cabello alborotado y la expresión de que alguien fuera insultado a su madre.

 

¿En resumen? El hombre se veía buenísimo. Es decir, era literalmente un hombre, ese hecho ya era sorprendente por sí solo.

 

- Soy Deidara.

 

- ¿Solamente Deidara? - Arqueó una ceja.

 

- Solamente Deidara - Asintió Dei, sus orígenes eran cosa del pasado. Hace mucho que había olvidado su apellido, y desde que ingreso al equipo más aún se habían borrado sus escasos recuerdos. Ahora sólo era Deidara de Akatsuki, el criminal, el fugitivo, el asesino. Pero nada más.

 

- ¿Tu eres el chico de la roca que recomendó Pain?

 

- Al parecer sí.

 

- Ya veo... - La verdad es que no lucía realmente interesado por conocerle, a diferencia de en su primera vida, cuya relación se hizo más fuerte apenas comenzaron a hablar de arte.

 

Y hablando de arte...

 

- ¿En qué te especializas? - Preguntó Dei de pronto, necesitaba saber algo.

 

- Marionetas - Respondió sereno el otro.

 

- Ah...

 

Le resultaba curioso, si las habilidades de Sasori seguían siendo las mismas que las que recordaba ¿Porque en este mundo no se había transformado en marioneta? Era imposible de creer, y solo lo aceptaba porque lo estaba viendo con sus propios ojos. Claro que cabía la posibilidad de que quizás tuviera algún miembro de madera, pero en vista de que ninguno era visible desde su posición, prefirió abandonar la teoría antes de empezar a imaginar a un Sasori veinteañero con un pene de madera.

 

Sasori hizo caso omiso a su drama mental y se cruzó de brazos.

 

- También en venenos mortales y trampas de seguridad, así que si en algún momento se te ocurre entrar a mi habitación, es posible que puedas comprobar mis habilidades en eso último - Sonrió malicioso - Te diría que me cuentes la experiencia, pero dudo que luego de eso puedas hacerlo.

 

- ¿Y para que querría yo entrar a tu habitación? - Nunca había entrado en la habitación de Sasori en su primera vida y mucho menos tenía ganas de hacerlo en la segunda.

 

- No se me ocurre ninguna razón por la cual alguien querría - Rodó los ojos - Pero he perdido suficientes marionetas como para arriesgarme a no ser precavido. Y mucho más con mocosos novatos paseando por aquí.

 

¡Un minuto!

 

¡Un minuto, gente, un minuto!

 

¡¿NOVATO?! ¿Qué demonios se creía este tipo?

 

- No soy un mocoso - El rubio le miró mal ¿El sujeto vivía toda una vida siendo casi un niño y solo porque de repente ahora tenía medio metro más de altura se creía con la moral de llamarle "mocoso"? Vaya mierda - Y mucho menos un novato, soy el mejor con las explosiones.

 

- ¿Te refieres a ese montón de pirotecnia de colores que andas tirando por ahí? - Inquirió despectivo.

 

- ¡No es pirotecnia! Son auténticas explosiones generadas por mi chakra. Cada una es una obra única, y cada nueva qué hago es aún más letal y explosiva que la anterior. Son mi arte.

 

- ¿Llamas a eso arte? - Se burló el Akatsuki - El que enserio pienses que volar cosas en pedazos te vuelve un artista solo me certifica que eres un mocoso sin experiencia alguna.

 

"Hasta aquí" La versión diva y artística de Deidara saco las garras.

 

- Y si tú crees que tú necesidad de transformar todo en madera de mala calidad y preservarla por la eternidad te convierte en un verdadero artista, eso solo demuestra que eres un inmaduro con problemas de apego emocional.

 

- ¿Cómo me dijiste? - Se acercó a él furioso. Deidara tuvo que usar todo su autocontrol para no desenfocarse al notar que, por primera vez en su vida, tenía que levantar la cabeza para quedar frente a frente con él - No pienso aguantar insultos y mucho menos de un mocoso cualquiera.

 

- Tú comenzaste insultándome a mí.

 

- No te dije nada más que la verdad, eres un niño en comparación a mi. Y tú arte es patético en comparación al mío.

 

- ¿Crees acaso que la edad tiene algo que ver con ser artista? - La mofa fue más que obvia - Si piensas de esa manera no es extraño que solo quieras preservar cosas, jugando con madera hueca como un niño que no sabe lo que es el verdadero arte.

 

- Vuelve a decir otra palabra... - Amenazó el Akasuna con un gruñido.

 

- ¿Qué? ¿Quieres pelear ahora? Si te picaba tanto que insultaran tu patético intento de arte debiste pensarlo mejor antes de llamarme novato e insultar el mío - Le reclamó cruzado de brazos y alzando una ceja - Si no aguantas una crítica, a lo mejor entonces no sirves para ser artista.

 

La expresión de furia del pelirrojo le hizo sentir satisfecho.

 

- ¿Quieres ver cómo es el arte de verdad, enano?

 

- ¿Te refieres a las marionetas de juguete o al escarabajo sin forma en el que te gusta esconderte para que no te vean la cara?

 

Okeey, ahí si se pasó de la raya.

 

- Mocoso de... - Se lanzó directo para golpearlo, echando el brazo hacia atrás con toda la intención de dar justo en la cara, pero una mano le detuvo. Sasori gruñó - No te metas en mis asuntos Uchiha.

 

Deidara se sorprendió, había estado esperando el golpe y ya estaba listo para esquivarle y devolvérselo, pero el puño había sido detenido a unos cuantos centímetros de su cara. Itachi estaba calmado mientras sostenía el puño del pelirrojo, pero en sus ojos con el Sharingan había una sutil amenaza.

 

- No voy a dejar que destruyas el pasillo y mucho menos con mi habitación tan cerca, Sasori.

 

- Puedes construirte otra. - Espetó el otro.

 

- Quizás, pero si debo hacerlo gracias a ti. Entonces la reformare con la madera de tus muñecas de trapo. ¿Quién sabe? Quizás incluso cuelgue tu cabeza en mi chimenea.

 

- No te atreverías... - Pero dudó, un Uchiha no era bueno de enemigo.

 

Itachi notó la duda y entrecerró ligeramente los ojos.

 

- ¿Quieres arriesgarte?

 

Sasori enfureció por el desafío, pero más aún porque no podía aceptarlo, no si quería vivir al menos. Estaba humillado, pero aún así se soltó con fuerza del agarre, miró con odio a Dei, y se fue hecho una fiera hacia su habitación.

 

- Lunático - Mascullo el rubio al verle marchar.

 

- Cuidado - Advirtió el Uchiha serio - Esa boca puede traerte problemas si la usas de esa manera.

 

- El empezó - Se quejó el rubio, más luego suspiró - Es un idiota, pero... Gracias.

 

Su orgullo había muerto un poco más por haber dicho eso último, pero debía admitir que lo habían salvado de una buena. No por Sasori, la verdad no. Si no por Pain, no quería ni pensar en el regaño que le daría si destruía su base.

 

- No hay de que - Contesto el Uchiha, aún sin ninguna expresión en la cara - Hablaba enserio cuando dije que no quería ver destruida mi habitación, pero si con eso evité que te maten antes de tiempo, por mí no hay problema.

 

Vaya... Eso era lo máximo que le había oído decir al Uchiha desde... siempre, en realidad. Se veía raro cuando decía más de cuatro palabras juntas.

 

Más... humano.

 

- ¿Que tanto me miras? - La pregunta lo devolvió al mundo, pero más aún porque fue hecha con curiosidad y no con desprecio.

 

Raro.

 

- ¿Eh? - Parpadeó Dei. Hasta ahora se daba cuenta de que le había estado mirando fijo - Nada, es solo que... - "No te pareces al Uchiha original" pero no podía decir eso.

 

- ¿Que...? - le instó a seguir.

 

- ¿Porque no usaste tu Sharingan en mí? - Soltó de repente. Había tenido esa duda desde que había despertado, y no veía un momento más perfecto para preguntar. Itachi, por otro lado, estaba curioso, y lo miraba como si lo evaluara - ¿Acaso no me consideras lo suficientemente fuerte para resistirlo o qué?

 

Itachi lo miro unos segundos más en silencio.

 

- ¿Alguna vez te han dicho que hablas mucho?

 

- ¿Ah?

 

- Deberías ser más precavido. No todos tienen paciencia - Se dió la vuelta y camino por el pasillo - Es solo una recomendación - Dijo al final antes de desaparecer.

 

"¿Y a ese que rayos le picó?" Pensó al verlo irse, y siguió pensándolo el resto del día, mientras su cerebro se divertía jugando con la imagen de un Itachi completamente diferente al que conocía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

             OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba harto.

 

Más que eso, estaba sumamente cansado, frustrado, con ganas de explotar algo así fuera a él mismo... de nuevo.

 

Pero vamos a recapitular primero...

 

Había pasado una semana desde aquella escena en el pasillo, con el único que hablaba era con Pain y solo porque nadie más se mostraba cooperativo a hacer vida social. No, ni siquiera el Uchiha, el cual sencillamente no importaba si estaba en un mundo u otro, seguía siendo tan apático como de costumbre. No obstante, hace apenas dos días que a Deidara y a Sasori les habían enviado a su primera misión como equipo, y tal como la recordaba, era recolectar información sobre los escondites de los jinchurikis. La única diferencia, era que este nuevo Sasori estaba tan enfrascado en mirarlo mal y molestarlo que no estaban ni cerca de encontrar lo que querían. Se suponía que el verse mayor tenía que afectar en algo la madurez ¿No?

 

- Caminas demasiado lento, enano - Bufó pasándole por un lado, chocándole el hombro a propósito.

 

Al parecer no.

 

Por otra parte, Deidara no necesitaba buscar mucho, con su experiencia, la misión era fácil. El único motivo por el cual se había tardado era para darle realismo a la cosa.

 

- Deberíamos ir al sur. Se supone que el antiguo maestro del Jinchuriki del Nibi vive en las montañas - Dijo Dei. Recordaba muy poco de esta misión, fue una de sus primeras experiencias con Akatsuki y en su mayoría solo de la pasaba pensando en Arte, comida y una manera de volar a Sasori en pedazos - Está viejo, así que no debería ser tan difícil.

 

- Difícil, por supuesto - Soltó de mala gana el pelirrojo - Entonces encárgate tú, ya que te crees tan poderoso solo por saber encender un fósforo.

 

Ahora es cuando más Deidara necesitaba una de esas pelotas para el estrés.

 

- ¿Ah sí? ¿Te gustaría ver dónde más puedo encender un fósforo? ¿Qué te parece dentro de la cabeza de tus feas muñecas de trapo? - Usar las palabras del Uchiha solo le hicieron mirarle con cara asesina.

 

- Atrévete a ponerle una mano encima a mis cosas, y te garantizo que el que terminará como una muñeca de trapo serás tú.

 

- Preferiría explotarme antes de tener que pasar una eternidad al lado de un patético intento de artista.

 

- A ver si te vas moviendo entonces - le atajó - Porque así es como terminarás si me sigues fastidiando.

 

- ¡Aquí el único que me está jodiendo eres tú! - ¿Iba enserio? ¿Ahora también se haría la víctima? Frunció el ceño - Así que cállate antes de que me hagas perder la paciencia.

 

- ¿Paciencia? Eres un crío que destruye cosas, tú no sabes lo que es tener paciencia.

 

Lo cierto es que se equivocaba, porque de no haber tenido paciencia, bien que pudo mandar al carajo la oportunidad de vida y matarle, pero se contuvo, quería tratar de cambiar por mucho que le jodiese intentarlo.

 

Pero claro, así como hasta las cosas buenas se terminan acabando al final, su escasa paciencia termino por explotar cuando al llegar a las montañas del sur, recordó que ese viejo endemoniado tenía chakra del Nibi guardado para uso personal, por lo cual no fue nada fácil capturarlo. Y menos cuando el que se supone que debe cuidarle la espalda no evito que una bola de fuego azul le chamuscara el cabello por no avisarle.

 

Un par de minutos después, el viejo estaba atado e inconsciente, y ellos ya tenían toda la información que querían, pero Deidara estaba del todo menos feliz.

 

- Bueno - Soltó Sasori guardando una marioneta - No fue tan difí... - Un puñetazo inesperado le hizo caer hacia atrás chocando con las rocas.

 

Deidara estaba furioso, había perdido casi cuatro centímetros de cabello y todo porque su compañero era un imbécil; Sasori se reincorporó con sangre cayéndole del labio.

 

- ¿¡Que mierda te pasa, mocoso!?

 

- ¿¡A mí!? - ¡Señores, la paciencia había muerto! ¡La amabilidad había muerto! El rubio estaba más sulfúrico que su propia arcilla - ¿¡Cuál es tu maldito problema conmigo!? ¡Se supone que eres mi compañero y lo único que has hecho hasta ahora aparte de molestarme es casi hacer que me maten, desgraciado!

 

- No es mi culpa que no seas rápido - Se excusó indiferente el Akatsuki.

 

- ¿Rápido? - Su incredulidad era obvia - ¡Pero si tú apenas te mueves cuando usas esas estúpidas marionetas! ¡Mínimo si no vas a moverte presta atención! ¡Soy tu compañero y te valió verga que casi me matasen!

 

Cuando en su momento de furia sacudió la cabeza, el pelirrojo pudo notar la parte ennegrecida de su capa, cabello y parte de su brazo. Puede que su compañero estuviera acostumbrado a quemarse por sus propias explosiones, pero no por ello había sido justo.

 

Se sintió algo mal, pero no lo demostró.

 

- Tú lo has dicho. Soy tu compañero, no tu guardaespaldas. Además, tampoco me caes bien, así que no me importa si te mueres quemado o no.

 

- Oh, no me vengas con esa porquería, Sasori - Era la excusa más estúpida que le había oído decir. Rodo los ojos - Te conozco demasiado bien, eres gruñón y malhumorado pero detestas desperdiciar cuerpos en vano, mucho menos los que te pueden servir luego. Odias mis explosiones porque luego de quemarse es muy difícil reconstruir el cuerpo para hacer una marioneta. Y tú no quieres que yo muera así, te intriga mi habilidad en secreto por mucho que la critiques y sé que, de desearme la muerte, tú te asegurarías de poder agregarme a tu colección después.

 

El rubio estaba cruzado de brazos, hablando agitado por la molestia con un pequeño puchero, y Sasori no pudo evitar notar que lucía adorable.

 

Y tampoco pudo evitar notar otra cosa.

 

- ¿Cómo... - El pelirrojo se reincorporó con lentitud, una expresión de genuino asombro en su rostro- ¿Cómo sabes todo eso?

 

- Eh... - "Carajo" Eso no era parte del plan. ¿Porque había tenido que hablar de más? Sabía que quería dar su punto, pero eso había sido peligroso - Lo intuía.

 

- ¿Intuiste en menos de una semana y hablando una sola vez que quiero transformarte en marioneta? - No le creía, era obvio.

 

Puso una cara petulante.

 

- Soy más observador de lo que crees. Además... por lo general la gente critica lo que envidia, y aunque te quejes sé que también te interesa mi arte.

 

- Lo tuyo ni si quiera se puede llamar arte - Rodó los ojos - Pero eso no explica cómo sabes tanto sobre mí.

 

"A ver cerebro, piensa" Deidara le echo un sutil empujoncito a su iguana mental (Que no un hámster, lo de él era único) para que funcionase.

 

- ¿Y entonces?

 

- Pues nada... solamente te he observado.

 

Ante la ceja levantada de su compañero, Dei consideró que no se había explicado muy bien que digamos.

 

- Me refiero a que... eh...

 

- ¿Porque me has observado? - Le Interrumpió.

 

- No de observarte exactamente, ya que no sabía cómo eras, así como todos porque por lo general ocultas tu verdadera cara. La verdad es que había escuchado de ti hace tiempo, Akasuna no Sasori - Pronunció el apodo del ninja con algo de sarcasmo - Así que te investigue.

 

- ¿Porque harías eso? No eras miembro del grupo aún.

 

- No lo era, es cierto. Pero tu historia y lo que decías del arte eterno llamo mi atención, pensé que si algún día nos encontrábamos podíamos discutir sobre arte. Lo que no pensé es que te molestarías tan rápido ante una opinión, mucho menos dejarme morir - Y era cierto, su Sasori de vez en cuando intentaba envenenarlo por sus ofensas a su arte, pero el clima siempre había sido confiable y juguetón, sin importar que tan serio y amargado sonase. Nunca había puesto en peligro su vida antes.

 

- Yo no iba a dejar que...

 

 - ¿Sabes? - Le cortó el de coleta, sintiendo que necesitaba decirle a este Sasori todo lo que no pudo a su Danna por puro orgullo - A pesar de que no entendía para nada tú concepto sobre lo eterno... te admiraba. El cómo podías combinar algo inmóvil y darle vida, destruyendo todo a tu paso era... bueno... impresionante - Luego suspiró de mala gana - Es una lástima que terminases siendo un imbécil.

 

A pesar de todo, el pelirrojo pareció momentáneamente alagado por sus palabras, incluso pareció sonreír. Pero un segundo más tarde, la personalidad volátil regreso con fuerza.

 

- ¿Y qué esperabas de mí? ¡Si dijiste que no valía la pena como artista!

 

- ¡Por supuesto que no! - Gritó igualmente - Dije que si no sabías aceptar críticas no tenías calidad como artista.

 

- ¡Eso es prácticamente la misma mierda!

 

- ¿¡Y de que te quejas tú, eh!? ¡Llamaste a mi arte pirotecnia barata!

 

- Nunca dije que fuera barata - Se cruzó de brazos y miró a un lado, sacándole una vena al rubio en la frente.

 

- ¡Eso es prácticamente la misma mierda!

 

- No es divertido ¿Ah? - Se burló ahora Sasori con una sonrisa cruel.

 

- Eres un... ¿Sabes qué? Olvídalo - Hizo aparecer un ave de arcilla y le ordenó llevar el cuerpo inconsciente del anciano de vuelta a su villa, ya tenían todo lo que necesitaba de él. Estaba frustrado, cansado, quemado y emputado. Todo en su solo día - No vale la pena.

 

Deidara creo otra ave, subió a su creación y se marchó surcando los cielos. Sasori lo vio marcharse en silencio, por un segundo pensó en ir tras él, pero luego se arrepintió. Al fin y al cabo, si el chico lo odiaba o no, no era su asunto...

 

¿Verdad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Insisto en que ese viaje fue una pérdida de tiempo.

 

Pocas veces Deidara había estado de acuerdo con Hidan, principalmente porque era un idiota religioso con tendencias sadomasoquistas y suicidas, pero tenía que admitir que esta vez tenía razón.

 

- Concuerdo - Dijo Kakuzu moviendo su almuerzo de un lado a otro - Esa información la habría recolectado más rápido el Uchiha.

 

Anteriormente, los almuerzos en Akatsuki eran algo obligatorio. Ahora, parecía que era por elección, pero el que por arte de magia una docena de asesinos quisieran convivir juntos le parecía una estafa. Hasta que luego se dió cuenta que todos lo hacían simplemente porque, por alguna extraña razón, a Pain le gustaba.

 

Y ya sabes lo que dicen: Nunca hay que contradecir al jefe... No si quieres vivir por lo menos.

 

Así que, a la hora de comer todos se reunían en el sótano de la guarida en la aldea de la lluvia para comer una serie de alimentos bastante apetecibles, y aunque a Deidara le gustaba comer solo (Y estaba seguro de que todos pensaban igual) tenía que cerrar la boca y cooperar; Aunque tenía que admitir que difícilmente podría pasar el rato sin las típicas conversaciones entre todos. Hasta ese día no había notado que sus compañeros podían ser divertidos de vez en cuando.

 

- Estoy de acuerdo - Aceptó Pain bebiendo tranquilamente de una copa de vino - El Uchiha hubiera encontrado esa información más rápido que cualquiera.

 

Kakuzu lo miro fijo.

 

- ¿Entonces para que enviar al mocoso?

 

El rubio rodó los ojos, estaba empezando a odiar ese apodo.

 

- Mi nombre es Deidara - Gruñó directo hacia el mercenario, antes de girarse a su líder - Pero tiene razón ¿Para qué me mandaste? Hubiera sido de más ayuda en reconocimiento o ataque.

 

- Confianza - Respondió con simpleza - Quería ver qué tan bien podías llevarte con tu compañero.

 

- Oh sí, eso resultó de maravilla - Se burló Zetsu, con la mitad del cuerpo bajo tierra - Escuché por ahí que alguien perdió un buen mechón de pelo en ese ejercicio de confianza tuyo, Pain.

 

El artista lo miro mal, aún estaba de luto por sus cuatro centímetros chamuscados.

 

- Cierra la boca.

 

- ¿Oh? - La parte oscura de Zetsu se carcajeo - ¿Que pasó, mocoso? ¿Te ofendí?

 

- Te dije que te calles - Deidara entrecerró los ojos, y pudo notar que el Uchiha, sentado a un par de asientos de distancia parecía tener toda la intención de decir algo, pero Pain se adelantó.

 

- Zetsu, deja al chico en paz, solo estás celoso porque tú no tienes cabello real.

 

Hidan ahogo una risa en su vaso de jugo espiritual (Nadie tenía idea de que estaba hecho) pero Deidara se figuraba un exprimido de drog... Estem, plantas medicinales, vodka ruso y quizás un poco de sangre.

 

- No necesito tener una ridícula peluca - Se cruzó de brazos indignado.

 

- Tienes razón, no lo necesitas, porque eres una planta. Ahora ve a hacer lo que las plantas hacen, agarra un poco de sol y relájate - Y continúo comiendo como si nada.

 

Deidara sonrió sin poder evitarlo y Pain le guiño un ojo cómplice. Zetsu por otra parte resolvió por mirar con rencor al menor y luego irse. Con un crujido se introdujo en la tierra y desapareció.

 

"Se lo merece, por metiche" Se burló Deidara internamente.

 

- ¿Que dices? - Dijo de pronto el pelinaranja haciéndole sobresaltar ¿Que había dicho?

 

- ¿Sobre qué?

 

Pain sonrió.

 

- Te decía que haré una misión de reconocimiento y necesito refuerzos. Me preguntaba si querías ir conmigo y...

 

- ¡Oh, sí! ¡Me encantaría! - Deidara salto de una vez, mientras más misiones hiciera mejor.

 

- Con Sasori... - Finalizó con una sonrisa de lado.

 

"Oh sí, por supuesto, ¡Es más! llevemos también al Uchiha, así hacemos un grupo perfecto con la gente que no soporto"

 

- Pensé que solo necesitabas un refuerzo... - Comento algo decaído, pero intento no demostrarlo demasiado.

 

Su jefe río animadamente.

 

- ¿Pero qué dices? - Sacudió la cabeza - Si es cierto que formo parejas de equipos, pero siempre he pensado que el tres es el número de la suerte. Me funcionó antes y no veo porque no me funcionaría ahora. Entre tú y Akasuna hacen perfecta combinación con mi poder, pero no es tanta como para generar sospechas, como lo sería si llevara a alguien más.

 

Deidara miró de reojo al Uchiha y a su compañero con resentimiento. Puede que las palabras de Pain sonaran bonitas, pero había entendido el trasfondo.

 

"Son lo suficientemente buenos para que los lleve conmigo pero también son lo suficientemente mediocres como para no levantar sospechas"

 

Deidara bufó, hubiera sido menos sutil un tubazo en la entrepierna.

 

- ¿Y qué dices? - Presionó Pain, terminándose su copa de vino - ¿Le entras?

 

Bueno, quizás no tenías las bolas de adamantiun, pero el material era lo bastante resistente como para que no le doliera cuando respondió con entusiasmo fingido un:

 

- Claro ¿Porque no?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuará.

Notas finales:

N/V: Heeey! Que les parecio la intervencion de este nuevo Sasori? Dejenme sus opiniones.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).