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Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del capitulo:

Si alguien por ahi solto una lagrimita el capitulo pasado, debo disculparme si por aqui vuelve a soltar otra xD Sorry, pero aun falta una pequeña escena del capitulo pasado que quedo inconclusa y eso lo veremos aqui hoy.

Hace mucho, o quizás no tanto tiempo, un Deidara que había cometido un montón de errores apareció de repente en un espacio en negro. Nunca quiso admitirlo, pero había sentido algo de miedo, sabía que había sido una mala persona y estaba sinceramente aterrado de lo que podía pasarle a su alma. Sin embargo, cuando tres locos y bipolares dioses adictos al drama le ofrecieron la oportunidad de volver a vivir, aunque dudoso, aceptó sin problemas. Había muerto muy joven y la verdad es que quería tener lo que todos los demás tenían: Una vida larga y plena.

¿Cuál resultó ser la ironía?

Que aun viviendo una segunda vez, Deidara terminó muriendo joven, y lo que es más aún, por su propia mano. Pero está vez hubo una diferencia notable ¿Y cuál? Pues que esta vez no se lamentaba haber vivido poco, porque había podido aprovechar todo el tiempo que tuvo para ser feliz, había hecho locuras malas pero también locuras buenas. Tuvo ataques de rabia pero también de risa. Lloró hasta quedar seco, pero también experimentó la mayor realización personal posible. Su segunda vida, definitivamente, había sido imperfecta, rara, sensual y dramática... justo como él. Por ello no se lamentaba de nada, así como tampoco se sentía culpable por morir de nuevo, porque sabía que lo había hecho con la intención de salvar otra vida.

Sí, es cierto. Le hubiera gustado vivir otro poco más.

Como todos, naturalmente.

Pero estaba contento, estaba conforme con lo que había hecho y se sentía más que feliz; Aún a segundos de morir pudo escuchar claramente las palabras de ese chico frío diciéndole que le amaba, y saber que además de su sacrificio también se había ido marcando la diferencia en alguien, le daba tranquilidad. La suficiente para desligarse con mucha más parsimonia y aceptación hacia su viaje final.

Hace mucho, o quizás no tanto tiempo, Deidara despertó un mundo oscuro sintiendo miedo. Y un tiempo después, despertó en el mismo mundo oscuro, solo que en esta ocasión no se sentía para nada asustado.

Es decir ¿Quién podría sentir miedo cuando te abrazan con tanto cariño?

- Eh... - Dijo con la voz apretada, literalmente - Vas a ahorcarme, dos.

Ignorándole olímpicamente, la figura número dos en su forma humana le continuó abrazando como un niño que abraza histéricamente a su peluche para dormir.

- ¡Eso es justo lo que debería hacerte! - Bastaba decir que la histeria no era solo de ejemplo. El Dios estaba a un paso de convulsionar en un ataque de emociones - ¡Insensible egoísta! ¡Debería matarte!

- Pero si ya estoy muerto... - Un ligero tic azotó su ceja derecha.

Su comentario sarcástico solo consiguió que su estado mental se pusiera peor.

- ¡Y encima me lo restriegas! ¡Eres cruel! ¿Qué clase de monstruo hace eso?

- Tres lo hace - Respondió de inmediato con una burla bastante justificada. Y casi como invocada, apareció la aludida de entre la oscuridad con cara de ofendida.

- ¡Oye! Yo no soy tan cínico - Dos pares de ojos azules inquisidores sobre él más tarde, frunció los labios - Bueno, tal vez un poco... pero solamente me burlo de los discapacitados de vez en cuando. Eso no quiere decir que sea malo.

Humano y humano disfrazado observaron a la recién llegado con los ojos entrecerrados en plan de ¿Really nigga?

- Malo no, egoísta si, y bastante.

Ante la, a su criterio, ofensiva ofensa de su hermana, la figura se cruzó retadoramente de brazos.

- A ver, dime un...

- Transformaste a tu competidor en un sexy ninfómano dominante a nuestras espaldas.

- Eso no... - La figura tres ya se encontraba a punto de justificar sus acciones diciendo que todos habían hecho algo similar cuando la voz de Deidara le interrumpió.

- Casi me diste un infarto en pleno vuelo por un berrinche.

- Le espiabas más que nosotros dos juntos - Acotó la segunda figura antes de que la otra pudiera protestar

- Interrumpiste mi momento privado con Sasori hipnotizando a media aldea para sacrificarlos como cabras.

- Por envidioso le compulsionaste el cerebro a Pain hasta que le sacaste de quicio y casi lo desvirga al aire libre.

- Joder, cierto - Deidara dejó de ampliar los ojos para entrecerrarlos en dirección al Dios - Aún te detesto por eso.

Viéndose atrapado, a la figura no le quedó de otra que torcer la boca con descontento.

- No hacía falta que me pusieran en evidencia - Lo único que le faltaba era hacer morritos, aunque eso no hizo que Deidara se apiadase de él.

- Eso lo hiciste tú solo. Con la cantidad de trampas que has hecho no me sorprende que escogieras a Pain como competidor.

- Lo escogí por lo sexy y dominante que es, no por las trampas. Si quieres señalar a uno que elige competidores por motivos injustos como unos ojos sobrevalorados, mira por allá - Y apuntó sin miramiento alguno a un montículo de oscuridad en una esquina, era la figura uno intentando esconderse mientras se secaba las lágrimas traicioneras que se le habían escapado después de la escena anterior.

Poniendo la mejor pose de líder que pudo (Aún estaba emocionalmente sensible) se aclaró la garganta.

- Disculpa, mocoso. Estaba revisando por si aún queda resquicio de la plaga.

- ¿Cuál plaga? - Esa excusa le pareció tan ridícula que la ceja se le arqueó  de inmediato - Si por aquí no he visto pasar ni a un triste mosquito.

- No, si tenemos - Apresuradamente saltó la número tres a su espalda y señaló por encima de su hombro a la de ojos claros - Es esa, ¿Ves? No te le acerques, si lo tocas se te pueden pegar enfermedades, hace años que me intento deshacer de ella - Agitó los dedos con una mezcla de asco y burla.

Deidara contuvo una sonrisa mientras observaba como la más pequeña del grupo formaba un cúmulo de oscuridad que tenía como objetivo atizarle en la cara a la figura tres.

- Ya dejen eso - Ordenó la de ojos grises, su voz estaba algo más firme ahora - No podemos permitirnos perder la formalidad ahora, así que guarden lo poco que les queda de compostura.

- Difícil petición, considerando que él nunca hace caso y nada le sale bien - Al ver qué su hermano pensaba rebatir, se cruzó de brazos en pose altanera - ¿Cómo te fue intentando evitar la muerte de Sasori?

- Eso depende ¿Cómo te fue a ti en la apuesta?

- ¡Uhhhhh! - De forma cizañosa la figura uno se puso una mano en la boca mientras sacudía la otra. Deidara se rió con ganas cuando la tercera figura la miró con cara de "¿Enserio? ¿Y se supone que tú eres el maduro?" - Digo... - Carraspeó de nuevo, acomodándose la ropa - Ya dejen de pelear por estupideces. Recuerden que tenemos un asunto importante con el mocoso.

El apodo de su hermano para el humano presente les devolvió la seriedad con las que las había conocido (O al menos los primeros dos minutos, luego todo se volvió un desmadre) poniéndose una al lado de la otra en una fila de rectitud que solo usaban en ocasiones importantes.

La figura número uno tomo el control, naturalmente.

- Deidara - Escuchar su nombre en ese tono ceremonioso fue indescriptible - No hace mucho se te concedió la oportunidad de vivir de nuevo, devolviéndote a una época en tu vida en donde cometiste demasiados errores. Solo que en vez que equivocarte de nuevo, tomaste un rumbo diferente al escoger escaparte de Akatsuki para ser libre. Y dado lo complicado que era hacer eso por tu cuenta, acudimos desinteresadamente en tu ayuda.

Deidara carraspeó con fuerza un "Ejemm" con el ceño fruncido.

Las dos figuras rieron con un poco de nerviosismo en lo que la de ojos grises echaba los ojos a un lado con cierta culpabilidad juguetona.

- Vale, quizás no tan desinteresadamente - "Menos que desinteresadamente" Pensaron todos con cierto sarcasmo - El punto es el siguiente: Hicimos una apuesta para ofrecerte nuestra ayuda y la cumpliste justo en el tiempo límite cuando finalmente decidiste dejarte percutar salvajemente por Itachi Uchiha - El artista resoplo y negó con la cabeza con vergüenza, esas tres no conocían la discreción - Cosa que me parece estupendo, es decir, a pesar de todo no podías escoger a nadie mejor. El tipo es grandioso...

Fue el turno de las figuras restantes para carraspear con fastidio, no necesitaban que les siguiera restregando su victoria. Y a la tres le dolía más que a cualquiera.

- Nos quedó claro, imbécil.

- Solo por si se te olvida, hermanito - Comentó divertido, recibiendo un ruedo de ojos. Era imposible que se le olvidara - Volviendo al tema, cumpliste con la apuesta y lograste con eso comprar tu boleto hacia la libertad, pero preferiste cambiarlo por tres favores y sacrificarte para salvarle la vida a Sasuke Uchiha.

- Tus acciones, aunque dolorosas, fueron más que heroicas - Intercedió la segunda con orgullo - Estamos más que impresionados contigo.

La número uno asintió con una pequeña sonrisa.

- Unas decisiones como las tuyas y un corazón como el que estuviste dispuesto a sacrificar son justo lo que se espera recibir en el paraíso.

- En especial - Habló la tercera - Porque aun sabiendo que cabía la posibilidad de ser castigado y terminar en el infierno, no te importo nada de eso, querías hacer feliz al Uchiha y eso era todo. No te interesaban las recompensas, y es justo por eso que te las mereces.

Cabeceando con lentitud, Deidara se preparó mentalmente para lo siguiente.

- Entonces... ¿Iré al cielo?

Un segundo.

Fue solo un escaso y mísero segundo, pero juraría que pudo vislumbrar una chispa juguetona en esos ojos antes de que los tres dioses dieran un paso atrás y volvieran a sus formas originales. No tenían boca, pero Deidara podría jurar que estaban sonriendo con malicia.

- No.

- ¿Qué? - Exclamó exaltado, sus ojos ampliándose ¿Ahora que había hecho mal? - ¿Porque no?

- Verás, rubio... Tenemos que confesarte algo.

- Oh, no... - Se llevó una mano a la frente, conocía lo suficiente a ese trío y su mente ya estaba maquinando muchas desgracias a su alma - ¿Qué cosa?

Tras unos segundos de silencio, soltaron al unísono un muy resuelto:

- Te mentimos.

"¿Qué?"

- ¿En qué?

- ¿Recuerdas cuando entraste aquí por primera vez y nos preguntaste si te daríamos una nueva vida? - Ante la pregunta de la figura uno, asintió - No estabas equivocado realmente, la idea era darte una vida totalmente nueva.

- ¿¡Y entonces porque...!? - Su queja fue interrumpida por otra voz raramente calmada al igual que sus ojos marrones.

- Porque no confiábamos en ti. Nos caías bien y todo, pero fuiste una mierda de persona y no teníamos forma de garantizar que no lo fueras a ser de nuevo en otra vida.

- Pues gracias - Murmuró con algo de rencor.

- No te molestes, sabes que teníamos motivos de sobra. Pero si te sirve de consuelo, yo estaba seguro de que lo harías genial, pajarito - La confianza estaba allí y eso le hizo sentir conmovido - Como te dije alguna vez, te he seguido por varios años y creía en ti, pero las decisiones deben ser unánime. Así que ofrecí una alternativa más efectiva.

- Te reviviríamos, si - Muy filosófica movió su cabeza la figura uno - Pero no en una nueva vida sino en una que siguiera un curso idéntico a tu primera vida. Originalmente en esa dimensión moriste mucho antes de que te reclutaran, de modo que dentro de los miembros de Akatsuki en la segunda dimensión, tú no estabas incluido. Fuimos nosotros quiénes instamos a ese Uchiha Obito que seguía viviendo un ninja proveniente de la aldea de la roca que podía ser de utilidad. Fuimos nosotros quiénes ocultamos los registros de la muerte de tu otro yo para que creyeran que seguías vivo. Por nosotros es que Akatsuki pudo encontrarte de nuevo.

Estaba comenzando lentamente a entenderlo, pero aún habían muchos huecos sin llenar.

- ¿Y que probaría meterme de nuevo en Akatsuki?

- Ver si estabas dispuesto a cambiar.

- ¿No hubiera sido más sencillo solo darme una vida como un ninja cualquiera? - Frunció el ceño - Habría encontrado la manera de vivir dignamente ¿Porque era necesario volver al grupo?

- Queríamos ver si volvías a cometer los mismos errores - Intercedió la figura tres - En un principio te dije que te podías morir de nuevo como un pendejo si querías, pues bien, te estábamos probando. Como Dioses hemos escuchado demasiadas veces el "Si pudiera volver haría todo diferente..." pero casi siempre es mentira, y se les nota. Son muy pocos los que cumplen con su palabra, y si tú eras capaz de no entrar en ese esquema, entonces serías merecedor de una verdadera oportunidad.

La número dos asintió feliz.

- Y lo hiciste, justo como sabía que lo harías.

- Cuando vives tantos años como nosotros le das un significado diferente al tiempo, y queríamos que aprendieras a hacerlo igual - Comento luego la número uno - El que pudieras aprovechar cada minuto de tu nueva vida era parte del plan. De allí a que hiciéramos lo que hicimos, te dimos una oportunidad para probarnos que eras más de lo que decíamos que eras y la aprovechaste. Viviste, te superaste, ganaste.

- Y también morí - No es que no creyera en lo que decían, solo que tenía el concepto de que su muerte podía empañar las cosas.

Aunque la número dos no compartía su opinión, estaba de lo más optimista.

- Si lo vemos objetivamente no podemos decir que realmente moriste, porque ese Deidara había dejado de existir hace mucho tiempo y tú no pertenecías allí desde un principio. Técnicamente nunca exististe, y si no existes en primer lugar no puedes morir. Todo ese año no se puede considerar una vida, fue más bien como una prueba piloto.

- ... ¿Una prueba? - Inquirió con una ligera inquietud que la figura captó de inmediato.

- El que fuera una prueba no significa que no fuera verdadero, pajarito. Todo lo que sucedió, así como las personas que conociste, fueron reales.

"Él fue real" Pareció agregar en silencio, y una parte suya estuvo aliviado por eso.

- Así que relájate - Le tranquilizó - Fue real, pero eso no quita que fuera también una prueba.

- Una que pasaste con honores, mocoso. Felicidades.

- ... Gracias... - Respondió en voz baja, estaba un poco abochornado por tantos halagos y también confundido por la información, más aun así las miró a las tres - ¿Y ahora qué pasará?

Adelantándose un poco, los ojos grises relucieron de una brillante expectativa.

- Ahora te mandaremos a la vida que te mereces. Claro, no será perfecta. Te garantizo que tendrás muchos problemas, que de seguro te romperán el corazón, que tendrás varias peleas por tu carácter y que muy seguramente habrá alguien que por alguna razón no te soporte.

- Pero también tendrás amigos - Mencionó la segunda figura, su mirada suavizándose - Tendrás padres que te quieran y, si así lo quieres, algún día también podrás tener tu propia familia.

- Cierto, allí no tendrás chakra - Era importante que supiera ese detalle, fue bueno que la número tres no tuviera problema en mencionarlo - Creemos que es hora que dejes las explosiones de lado, al menos por un tiempo, de modo que serás una persona normal y corriente, pero descuida, todos los serán.

- Será difícil acostumbrarme a no tener chakra... - Sus bocas seguían en la palma de sus manos, obedientemente cerradas y esperando por más arcilla.

- No tendrás que hacerlo, para ti todo será como si siempre hubiera sido de esa forma.

- No podría - Les echo una ojeada curiosa - Si llegó de la misma manera que la última vez yo... - Realmente no notó que su voz se había desvanecido hasta un segundo después que se encontró observando esos ojos celestiales - ... ¿Dijeron que tendría padres?

Los Dioses hicieron una mueca, y Deidara bajo su mano en lo que ese fragmento de información hacia mella en su cabeza.

- ¿No voy a entrar a ese mundo de la misma forma que antes, no?

- No... - Suspiró finalmente la número uno - No te pondremos en esa dimensión reemplazando a alguien, está vez ocuparas un espacio único y libre, de modo que nacerás de nuevo.

- Nacer... - Probó esa palabra, se sentía prometedora pero dolorosa al mismo tiempo; Torció la boca - El chakra es capaz de transmitir la memoria por muchas generaciones, si vuelvo a nacer y no lo tengo entonces no voy... - Tres pares de ojos miraron hacia otro lado - No voy a recordar nada - Entrecerró los ojos "Ni mis vidas anteriores, ni Akatsuki, ni la apuesta, ni a Itachi..." - Ni a ustedes.

- A veces hay que hacer sacrificios, mocoso - No se veía feliz, pero lo disimulaba lo mejor que podía - Nosotros estamos dispuestos a sacrificar nuestro contacto contigo a cambio de darte una vida mejor, ahora tú debes decidir si harás lo mismo.

- ¿Qué pasa si no acepto?

- Podrías ir al cielo o quedarte con nosotros, no nos molestarías - La idea parecía entusiasmar demasiado a la dos - Es tu elección a fin de cuentas y si decides no aceptar no hay problema.

Su semejante más alta asintió efusivamente.

- Claro, no podrías aceptar la propuesta de renacer después porque esa dimensión está lista para recibirte ahora, pero estarías con nosotros. Sería muy divertido, hasta podríamos...

- No - Alzando la voz con ese tono grave y autoritario, la figura central los miró a ambos - Él ya ha estado demasiado tiempo rodeado de nuestra energía, si se queda en este plano existencial por más tiempo su alma terminará desapareciendo o transformándose en un ser de nuestra propia especie, y no es por eso que lo revivimos en primer lugar - Su vista se posó en el artista - Aún te queda mucho por vivir, no dejes que tus recuerdos te aten al pasado. Si quieres avanzar, debes dejarlos ir... y a nosotros también.

- Pero... - El puchero fue imposible de evitar para la de ojos azules, y la tres le secundó con otro más pronunciado.

- Es que...

- Ya dejen de manipularlo, esto no es sobre ustedes - Les riño seriamente - No pueden permitirse perder la formalidad ahora, ya se los dije.

Las figuras exhalaron con tristeza pero no refutaron. No era su culpa exactamente, estaban demasiado acostumbrados a pensar en sus intereses y era difícil no ser egoístas y desear que ese humano se quedase con ellos.

Deidara les entendía, él quería lo mismo.

El solo pensar que todo lo que había vivido se podía borrar de su memoria era aterrador, su mente y carácter estaba moldeado por sus experiencias de vida. Perderlas, así como a la consciencia de saber quién fue alguna vez, era... imposible de describir con palabras. Se figuraba que sería como ser otra persona, pero él no deseaba ser alguien más.

Su cara de indecisión le generó una sonrisa paternal a la mayor de las entidades.

- Nunca vas a poder tenerlo todo, mocoso. Ni siquiera en la nueva vida tendrás todo lo que soñaste, vivirás momentos buenos y malos, lloraras de dolor y felicidad, pero lo único que debe importarte es que serás libre para decidir qué hacer con tu vida. Tus memorias no te definen, tu espíritu lo hace, y eso ningún Dios podrá quitártelo.

- Seguirás siendo el mismo pajarito aún si no nos recuerdas - Aunque triste, la figura dos no podía negarle el apoyo moral - Siempre tendrás el sentimiento de haber hecho más de lo que has vivido, puede que hasta incluso nos veas en tus sueños.

- Eso es bastante común en los humanos - Secundó la tercera figura con gesto sabio - Soñar les permite a su mente viajar entre dimensiones y puedes tener por seguro que la tuya siempre volverá aquí. A nosotros, a Akatsuki, a tus vidas pasadas...

Deidara había pensado una vez que decidir con quién cumplir la apuesta era una elección estresante y difícil, pero ahora que estaba allí, a un paso de borrar absolutamente todo lo que había vivido, algo como una vieja apuesta perdió toda su importancia. Y la peor parte no era tener que valorar qué era lo mejor, no, lo verdaderamente difícil para él era que ya sabía que era lo que quería hacer, solo que eso no lo hacía más sencillo de decir.

Porque si, ansiaba vivir.

Deseaba una vida tranquila más de lo que nunca había deseado nada más.

Y aunque tenía ciertas dudas con respecto a la idea de dejar su memoria tan en blanco como la de cualquier recién nacido, había una sola cosa que realmente le preocupaba, y necesitaba verificar que estuviera en orden.

- ¿Cumplirán mi último favor?

La respuesta para ese trío fue segura y confiaba.

- Jamás te fallaríamos.

Fue todo lo que necesitaba escuchar.

Inhaló tan profundo que casi se le revientan los pulmones, intentando guardar hasta el último minuto esa cadena de eventos tan desastrosamente hermosos que había vivido, recordando donde había nacido y como había descubierto su arte mientras asentía con la cabeza, aceptando el irse. Y mientras daba cada paso hacia un vacío gris al final de la sala, visualizo su huida de la aldea, la sensación de la arcilla en sus bocas por primera vez, los gritos que había dado para defenderse en los primeros grupos terroristas en los que estuvo, el rencor y admiración que sintió cuando ese bastardo Uchiha le reclutó a la fuerza, su ingreso a Akatsuki, la captura de los Jinchuriki, la muerte de Sasori, el conocer a Tobi, la lucha en donde había muerto, el conocer a las figuras, volver a vivir y morir, conociendo al mismo tiempo una nueva faceta de esos tres imbéciles, hasta que finalmente terminó dando su vida por amar a uno de ellos.

Y por ese sentimiento es que tampoco le preocupaba olvidarle. Solamente quería una cosa para él, y con la certificación de ese último favor, estaba seguro de que lo tendría de una forma u otra.

De modo que no tenía ningún pendiente por hacer, o al menos eso pensaban las figuras, por lo que les resultó de lo más extraño que se detuviera a un par de pasos de su destino, girándose para observarlas de nuevo con una expresión de nostalgia.

- ¿Pueden permitirse perder la formalidad ahora?

La figura número dos, que había estado pequeños brincos por la ansiedad, se deslizó por el suelo como una sombra hasta materializarse de nuevo en la superficie como un humano, estrellándose contra él en uno de sus últimos abrazos histéricos que correspondió de inmediato.

- Adiós, pajarito... - Murmuró en su oído para luego soltarle lentamente.

Un puño le golpeó el brazo de pronto, y antes de que pudiera formar la queja correspondiente, unas manos se apoyaron en sus hombros con firmeza. La figura tres tenía la voz algo apretada, más su humor fijo y directo le ayudo a soltar un sincero:

- Te echaré de menos, rubio.

La mirada grisácea sobre él le hizo ver hacia arriba, donde un serio chico de cabello oscuro y gesto contenido se detenía a unos escasos pasos de ellos.

- Eh - Exclamó al notar su silencio - Es aquí cuando me pones la mano en la cabeza y me dices que no lo arruine de nuevo.

Sinceramente eso era justo lo que esperaba viniendo de una criatura tan recta como lo era la líder de ese trío, tal vez fue por eso que cuando se sintió abrazado por segunda vez, creyó que había muerto o que ya había comenzado a regresar a las antiguas dimensiones mientras dormía en su nueva vida, porque nada justificaba que esa figura tan poco expresiva le demostrase tanta importancia en un solo gesto, juntado con una frase sencilla pero sincera.

- Vive una buena vida, mocoso.

Directo al corazón, señores.

- Uno...

- Menma.

- ¿Ah? - Dió un paso atrás para ver como a las dos espectadoras se les caía la mandíbula al piso mientras el Dios principal se notaba, aunque sensible, entretenido.

- Ese es mi nombre.

"Vaya..." Era curioso como nunca se había preguntado si tenían un nombre propio hasta la fecha, y resultaba más sorprendente que decidiera decirle ese detalle justo ahora, pues nunca se habían molestado en corregirlo cada vez que le decía por sus apodos.

Así como él nunca se quejó de los suyos.

Sin querer quedarse fuera del cuadro de conmoción, la de ojos azules le dió un empujoncito.

- El mío es Eiri.

- Ren - Directo y al grano como era, le dió una cabeceada - A tu servicio.

No tenía nada que contestar ni agregar a esa nueva información, sencillamente se dedicó a grabar en sus memorias finales la imagen humana de esos Dioses responsables de toda su locura, así como de su felicidad.

"El arte es algo que alcanza su máximo esplendor justo antes de que desaparezca brutalmente en la inmensidad”

Las figuras recordaron las palabras de ese chico artista y no pudieron evitar darle la razón, porque un segundo antes de marcharse a la inmensidad de una nueva dimensión, no pudieron recordar un momento en el que se hubiera visto más feliz, más realizado y en paz que en ese escaso segundo antes de desaparecer.

Deidara era una obra de arte en sí. Una muy dramática y explosiva que, así como las que el mismo solía crear, explotó en un montón de partículas brillantes que se encontrarían de nuevo meses más tarde, seguido del latir de un pequeño corazón y la esperanza de todo un futuro por delante.

 

 

 

 

 

                OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

Había pasado aproximadamente un año en la segunda dimensión desde la muerte de Deidara, y muchas cosas habían pasado.

La única mujer perteneciente a ese grupo que alguna vez se hizo llamar Akatsuki estaba arrodillada frente a los cuerpos de los dos hombres que más amo en su vida. Uno de ellos fue su mejor amigo en el mundo, y el otro, aunque fuera por muy poco tiempo, fue el hombre que la hizo suspirar. Nagato y Yahiko se encontraban descansando finalmente juntos en esa cama de rosas de papel que su amiga con tanto cariño les había hecho. Estaban resguardados en un secreto lugar para que pudieran irse en paz.

Konan miró a Yahiko, con los ojos cerrados se veía tranquilo, casi como si durmiera. Aunque recordaba que tranquilidad fue lo último que tuvo desde que murió ese chico escandaloso.

Dispuesta a dejar ir todo el dolor, se permitió recordar esos días una vez más, empezando por uno en específico...

Volvía de vuelta a la base, en el centro de la habitación que le pertenecía a un hombre de llamativos cabellos que le daba la espalda desde hace bastante rato; La mujer puso mala cara, era obvio que no le estaba prestando la más mínima atención.

- Pain... - Fue prácticamente como si no hubiera hablado - Pain - Su gesto se volvió ácido en lo que apretó los puños - ¡Pain!

Su grito tuvo como resultado que su amigo se girase a verla de reojo, pero no parecía que le estuviera escuchando realmente.

- ¿Que necesitas, Konan? - Preguntó en un tono tranquilo.

Ella acrecentó su expresión de molestia.

- Te estoy hablando desde hace un rato, necesito que terminemos de ubicar los últimos puntos de ataque para los Jinchuriki. Aún con Madara no hemos decidido si capturaremos al Kyubi cuando salga de misión o le utilizaremos como excusa para atacar también la aldea... - Pero era en vano, a medida que hablaba el gesto de Pain se iba perdiendo en el horizonte, como si estuviera concentrado en algo más - ¡Yahiko! - Reclamó furiosa.

El aludido le echo otra ojeada distraída.

- ¿Qué?

A Konan le pudo explotar la vena de la frente, perfectamente, pero se contuvo.

- ¿Que te tiene tan distraído? - Optó por preguntar en vez de cortarlo en mil pedazos como le urgía su ser ofendido - No ha habido problemas en estos días y todo va según el plan.

- Cierto.

- ... ¿Y entonces?

- ¿Qué cosa?

- ¿Que te tiene tan idiota? - Preguntó algo más fuerte y rudo está vez, su paciencia a punto de quebrarse.

El líder de Akatsuki no lo notó, sin embargo, volvió a mirar por la ventana al mismo tiempo que dejaba escapar un suspiro de frustración acumulada, luego cerró los ojos.

- No he tenido noticias de Sasori y Deidara.

- Ah... - "Con que es eso..." Su ira se desinfló un poco. Ella ya sabía de antemano que realmente solo le preocupaba uno de ellos, y no era precisamente el pelirrojo - ¿Cuándo se tenían que haber reportado?

- Ayer.

- Quizás les surgió algún inconveniente, no es raro que ocurran atrasos en las misiones, mucho más si estamos hablando de capturar al Kazekage. Deben tener a toda la aldea de la arena apuntándoles a la cabeza.

- No lo sé, Konan - Fue allí entonces cuando dejó entrever esa sensación de pesadumbre que le tenía inquieto - Tengo un mal presentimiento.

"Eso no es bueno" Algo de ese mal augurio se le contagió de manera inevitable. Desde siempre, Yahiko había sido el que tuvo mejor madera para ser vidente, porque su capacidad intuitiva siempre fue demasiado alta. La única vez que le vio fallar fue al no adivinar los sentimientos que tenía Nagato por él, porque incluso había podido deducir los suyos.

Ante el silencio de la mujer, el hombre caminó hacia la ventana y se apoyó en el marco, murmurando con intranquilidad.

- Ya deberían haberse reportado...

- Quizás... - Pocas cosas en la vida hacían que una persona tan centrada como Konan perdiera el enfoque, en especial cuando se trataba de consolar o hacer sentir mejor a su amigo. En esta ocasión, lo que la desequilibró tanto fue la presencia lejana que llegó a sentir gracias a sus buenas dotes como rastreadora, dejándole temporalmente perpleja.

- ¿Qué? - Yahiko observó el horizonte y luego a ella, su expresión confundida - ¿Konan, que?

Se fijó en él. Su habilidad le permitía localizar cantidad de personas y de energías, pero... ¿Cómo podría decirle que la cantidad de cuerpos que sentía no concordaba con la cantidad de chakra?

- Acabo de localizar a alguien a unos kilómetros al este.

- ¿Y...?

- Es... - Reconocía ese chakra a donde fuera porque era único, casi extinto y muy poderoso - El Uchiha.

- ¿Que hace vagando por esa zona a esta hora? Debería estar con su compañero.

- Pain... - Sus ojos se encontraron, y los de Konan irradiaban una profunda lastima - Lo siento mucho...

- ¿Lo sientes?

Su estado confuso apenas duró unos segundos, eso se debía a que conocía a esa mujer desde que era una niña y sabía los gestos y miradas que hacía para cada ocasión, como ahora. Era los mismos ojos de tristeza que tenía cuando la encontró pidiendo comida en un callejón, cuando Jiraiya les dejo para regresar a su aldea, cuando entendió en ese acantilado que los tres no volverían a patrullar juntos los sábados...; Esos ojos eran de perdida, más solo habían dos personas en Akatsuki que sinceramente a él le dolería perder, y si una de ellas le estaba dando sus condolencias, entonces...

Sus hombros cayeron, y Konan hizo el amago de querer darle un abrazo.

La esquivó de inmediato, dándose la vuelta para saltar hasta caer al suelo, corriendo entre los árboles con su mano derecha persiguiéndole por detrás. La escuchaba a medias llamándolo, su cabeza estaba totalmente enfocada en un solo pensamiento de ruego que se reducía a dos simples palabras "Él no..."

Aterrizó unos metros más adelante con la intención de que le viera, y lo hizo, el Uchiha detuvo sus pasos a unos dos metros de él. Ignorante de que su líder, a pesar de estar horriblemente quieto, le temblaban las manos. No podía apartar la vista del cuerpo pálido y dormido que llevaba entre los brazos, no cuando sentía por segunda vez en su vida que su mundo se destrozaba por completo. Ni siquiera tenía que usar el Rinnegan para saber que ahí ya no había vida.

Itachi apenas le miró más de un segundo, luego se giró levemente hacia la derecha para poder continuar con su camino. O lo hubiera hecho de no ser por la presencia que se le atravesó en frente.

Los ojos negros estaban fríos, y su voz también.

- No tengo tiempo para esto, Pain.

- Lo sé.

El azabache se giró de nuevo para continuar, siendo detenido está vez solo por lo afectado de su voz.

- También sé que lo querías - Con eso capturó temporalmente su atención - Así como tú sabes... que yo también lo hago. No quiero pelear, no está vez, solamente quiero... - Tenía los labios casi sin color, con esos ojos azules entrecerrados, opacos hasta donde podía verlo, y aun así se veía tan... pacífico; Dió un paso al frente - Déjame... despedirme.

Itachi dudó unos cuantos segundos que parecieron eternos, pero al final terminó accediendo sin muchas ganas. Sabía de primera mano lo que era amar a ese chico y perderlo, además... Tal vez solo fuera una corazonada, pero algo le decía que  a Deidara también hubiera querido despedirse como se debe.

Aunque eso, por supuesto, tampoco es que le ablandó el corazón por Pain.

- Solo un momento - Le advirtió muy seriamente, dejándolo en los brazos contrarios mientras miraba hacia un punto fijo - Ahora vuelvo.

Fue allí cuando decidió buscar en el pueblo la tumba hosca y de raros grabados para colocar el cuerpo del artista. Pero mientras él hacía todo el trámite de traer el artefacto y transportarlo hacia la cueva, el formidable y temido Pain se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas, sosteniendo con el más tierno cariño a Deidara.

- Hey... - Sintió un bulto en la cadera del chico y encontró cuidadosamente doblada allí su carta - Entonces si la recibiste... me hubiera gustado decírtelo en persona, pero me alegra que la leyeras a tiempo... - Volvió a dejarla en su sitio, para que a donde fuera,  siempre la llevase consigo - Todo lo que dije ahí era cierto, cada palabra. Aunque entiendo si aún no me crees... Tal vez hubiera sido mejor demostrarte que podía hacerlo, que podía ser mucho más que esto, pero supongo que tendré que aceptar que ya no podré hacerlo - Se le escapó un breve risa, una hueca y sin gracia alguna - Que triste, no importa cuánto lo intente, siempre termino desperdiciando el tiempo.

Konan hizo acto de presencia también, se había mantenido lejos pero no pudo evitar acercarse un poco. La escena para ella era tan familiar que resultaba doloroso, no por el chico, sino porque ver a Pain sosteniendo el cuerpo frío de una persona importante para él le hacía sentir como si estuviera maldecido, envuelto en un ciclo sin final.

- Lamento todo lo que te hice. Lamento haberte hecho molestar, lamento haber sido un imbécil y lamento haberme tardado tanto en dejar de serlo... No quería dejarte ir de esa manera, no era así como quería despedirme de ti. Quería poder decírtelo, quería... - Le estrechó un poco más hacia él, sus ojos entrecerrándose - ¿Porque mierda te fuiste, Dei? ¿Qué pasó con eso de que puedes resucitar a tu antojo, eh? ¿Porque no vuelves ahora?

La mujer murmuró su nombre y tanteó la idea de acercarse, pero luego cambio de idea, era mejor dejarle desahogarse.

La figura número tres que observaba la escena decidió hacer una pequeña intervención personal, moviendo sutilmente los dedos para que el pequeño papel doblado en dos partes que Deidara tenía guardado sobresaliera un poco, apenas lo suficiente para que Pain lo notase. Sabía que era para él porque así lo especificaba la nota en parte superior.

 

"Yahiko...

Un acuerdo es un acuerdo, y aunque no haga falta que me persigas hasta el fin de mundo, si decides hacerlo que no sea porque no cumplí con mi palabra.

Deidara."

 

Le costaba procesar un poco lo que estaba leyendo, a lo mejor porque estaba demasiado entumecido para recordar ese acuerdo que habían hecho hace demasiados meses. Menos mal que la figura, compadeciéndose de su dolor, le dió un ligero soplo de claridad para que el recuerdo pudiera aflorar en su mente; Se encontró abriendo los ojos de inmediato y desdoblando el papel. El sueño... ¿Cuál era ese sueño que finalmente Deidara pudo cumplir?

 

                "Quería ser libre"

 

"Libre..." Casi había olvidado que le habían reclutado en contra de su voluntad, que siempre fue el único que no se sentía a gusto por completo en el grupo, que más de una vez le había pedido expresamente el poder irse... Y él se lo había negado. Quizás si en aquel momento hubiera sido menos egoísta, si le hubiera puesto por encima de sus convicciones aún seguiría ahí. Lejos, pero al menos vivo; Vivo, fastidioso, explosivo y dramático, justo como debió quedarse por mucho más tiempo.

- Eres libre... - Tarde, muy tarde, y lo sabía. Por ello dolía más - Ya eres libre, Dei...

Se guardó esa nota para sí mismo, alzándole lo suficiente para reposar la frente en su cien, ocultando del mundo la última vez que esos ojos que podían amedrentar a cualquiera desaparecían, como si fueran limpiamente lavados por dos silenciosas lágrimas.

- Siempre voy a amarte, Dei-kun.

Nadie escuchó ese último murmullo, ni Konan que aún permanecía a unos pasos, ni tampoco un no tan recién despertado Sasori que se había regresado a la base al notar que su compañero ya no estaba con él. Su intención había sido la de reportar su desaparición con su líder para que le buscase, pero verlo corriendo con tanto apuro con su mejor amiga siguiéndole como una sombra les hizo seguirlos... Y vaya que se llevó una sorpresa cuando vio la escena que tenía frente a él.

La primera vez que le dijeron que Deidara había muerto sintió un vacío arrollador, pero nunca perdió la esperanza de que pudiera ser un engaño y estuvo más que feliz al descubrir que lo era. Sin embargo justo ahora, verlo allí en vivo y sin moverse era tan doloroso que hasta le costaba procesarlo, porque no tenía sentido guardar ningún tipo de esperanza cuando él mismo podía ver que no había ningún truco de por medio. Y si la apariencia del chico no se lo confirmaba, la expresión de Pain sí.

- ¿Deidara? - Preguntó, pero nadie le respondió. Konan no le miraba, Pain no parecía notar su presencia y Deidara ya no podía contestarle.

Dicen que cuando dos personas comparten un mismo dolor también comparten el mismo segundo de empatía. Por ello al portador del Rinnegan no le importó en lo absoluto moverse o reclamar cuando otra presencia tomo lugar en el suelo frente a él, robándose una de las manos del chico para sostenerla en alto y luego depositar allí la mejilla, asimilando que no sentía ningún pulso bajo la piel; No derramó ni una sola lágrima porque no quería demostrar demasiado frente a esos dos, aunque estaba bastante seguro de que lo haría después, en su habitación, cuando todo allí le recordase a él.

"Soy el mejor alumno que has tenido"

"El mejor" Pensó, rodeándole la muñeca con el fino hilo especial que usaba para fabricar sus marionetas "A mí tampoco me gustan tus explosiones, son tan ruidosas y molestas como tú cuando te empeñas en usarlas cada vez que puedes. Eres terco, cabezota, ruidoso, nunca puedes dejar el orgullo de lado ni escuchar mis sugerencias cuando te las doy. Estoy seguro de que me has dado tantos dolores de cabeza que ya puedo considerarte mi dolencia personal, tu concepto de arte no tiene sentido y puedo asegurarte que necesitaría vivir otra vida para entenderlo, pero sigues siendo mi compañero, y también el alumno más bocón que alguna vez he tenido. Te ayude a sobrevivir tanto como tu hiciste conmigo, y te lo agradezco. Habría dejado de existir hace mucho de no ser por tí, y aunque me tocó verte ir, valió la pena si pude tener un amigo cómo lo eres tú" Finalmente, Deidara le había agradecido por estar ahí, pero Sasori tenía otra cosa en mente "Gracias... Gracias por existir"

Sasori observó sus ojos una vez más, después estiró la mano para bajarle los párpados. Se seguía viendo igual de tranquilo, pero que los tuviera cerrados le parecía lo correcto.

El aspecto de paz que tenía no le sorprendía en lo absoluto, tampoco la distintiva presencia que sentía aproximarse desde la lejanía hacia su dirección. Ya lo sabía, lo sabía desde hace bastante tiempo, bastaba con ver esa plenitud en su rostro para verificarlo porque estaba igual que la última vez...

"Si, definitivamente te ves diferente."

"... A ver ¿Que tengo de diferente?"

"Te ves como yo" Fue lo primero que había pensado, más luego al observar con mayor detenimiento esa curiosa felicidad ilusionada que parecía no saber que tenía escondida, entendió que lo había captado mal. No se veía como él, sino como se sentía él.

Por ello había decidido dejarle ir, porque sabía mejor que nadie lo que era, y el nombre de ese sentimiento.

"Te ves... enamorado"

Cerró los ojos con la cabeza allí, permitiéndose pensar únicamente con respecto al asunto que el Uchiha, aún indiferente y frío, tenía mucha suerte.

Habían pasado aproximadamente unos once minutos desde que Pain estaba allí, dentro de los cuales seis los había compartido con el pelirrojo, pero lo escaso del tiempo no impidió la aparición de Itachi. Ya tenía todo acomodado y listo dentro de la cueva, lo único que le faltaba era llevarse a Deidara. Apenas le dió importancia a la presencia del Akasuna o a la sutil mirada de Konan que le suplicaba que esperase un poco; Con voz neutra, miró hacia su líder.

- Pain.

El aludido respiró profundamente, malditos sean los Uchiha y su impaciencia. Con cierta renuencia lo tomó mejor en brazos y se levantó con él. Luego, tras un pequeño lapsus de vacilación, se lo entregó de nuevo al Uchiha. Fue en ese momento que el pelirrojo tuvo que soltar su mano, dándole antes un ligero apretón a modo de despedida, aunque no recibió uno de vuelta.

- ¿Puedo preguntar dónde le vas a...? - A Sasori no le salía terminar esa frase.

Itachi lo miro sin emoción alguna.

- No.

- ...De acuerdo.

Nunca había sido un ser de naturaleza egoísta, pero esa cueva era lugar suyo y de Deidara. De nadie más. Y a pesar que él no estuviera, quería ir así se mantuviese; Aunque debía admitir que estaba sorprendido, había intentado antes cerrarle los ojos sin obtener ningún resultado, como si aún después de irse Deidara hubiera estado tercamente predispuesto a ver algo más. Lo había dejado ser en ese momento, pero ahora, podía darse una idea de lo que había sido.

Pain se fue de allí con el corazón hecho pedazos, negando incluso la compañía de Konan quien no dejaba de rogarle por acompañarlo en su sufrimiento. Rechazo su oferta una vez, el resto de las veces se mantuvo en completo silencio, encerrado por siete días enteros en su habitación sin salir ni comer, ahogando su alma en el mar de recuerdos que le desintegraban el alma pero que también le removía el corazón haberlos vivido; Fue a la mañana del octavo día que Konan le vio de nuevo, estaba más serio, imponente, mortal y vacío. Terminó por transformarse en aquella bestia sanguinaria que Deidara había conocido en su primera vida, una marioneta hueca sin más movimiento de vida que unos ojos peligrosos y un deseo de paz errónea.

Yahiko finalmente sucumbió ante el dolor, y cargo en su misión todas sus penas.

Con el pasar de los meses llegó a exigirse tanto que lo único que le diferenciaba del Uzumaki era que podía caminar, pues se había puesto pálido y flaco, casi llegando a los huesos, más sus habilidades para absorber energía le mantuvieron vivo, y también le hicieron un oponente digno de combatir cuando por fin se decidió por destruir Konoha, reduciendo todo a cenizas.

Al final, y de la misma manera que Nagato en la primera dimensión, conoció a otro rubio de ojos azules que le enseñó una importante lección de vida, haciéndole reavivar sus buenos momentos. Se dejó influenciar por él, por el mensaje que tenía que transmitirle, por las viejas enseñanzas de su maestro, por su camino ninja... pero principalmente por esa aura de inusitada terquedad que le recordaba tanto a Deidara. Se dejó conmover por eso, sacrificando su propia vida para revivir a todas las personas que se había llevado.

Al menos, al final de su vida, volvió a sentir algo de la misma paz que tenía cuando estaba junto a él.

Konan volvió a de su pequeño viaje al pasado limpiándose unas cuantas lágrimas. Les extrañaba. Extrañaba a su familia y ahora debía aprender a vivir por su cuenta, encontrar un mejor camino y cargar con el peso de sus acciones. Haría justo eso, pero primero tenía que hacer otra cosa; Suspirando, dió unos pasos hacia adelante, tomó con amor las manos de sus mejores amigos por unos instantes, y cuando finalmente el mismo odio hacia el mundo que ella sentía se desligó de su alma, depósito ambas manos en el centro, una encima de la otra. Si no habían podido ser felices en vida, al menos ella quería que descansaran acompañados en la muerte.

Observó a ese par por última vez y luego selló con cuidado el lugar donde estarían reposando hasta la eternidad. Salió de ese lugar completamente sola, esperando que a partir de ahora su vida tuviese algo más de sentido que la venganza y el dolor.

Sasori por su parte abandonó el grupo en la semana que su líder estuvo en su régimen de encierro auto-impuesto. Nunca le había gustado estar en Akatsuki y en vista de que el único motivo que tenía para quedarse ya no estaba, decidió que no le importaba que lo matasen, pero si iba a morir, que fuera a su manera, lejos de ese lugar que consideraba un infierno; Tras su partida Zetsu no tardó en ofrecerse a ir por él y castigarlo de la peor manera junto con Kakuzu y Hidan como respaldo. No obstante, sus ansias de tortura fueron estrelladas contra una pared cuando su idea fue rechazada. Pain alegó que no necesitaba miembros cobardes y que si el pelirrojo quería largarse podía hacerlo siempre y cuando no diera información de Akatsuki a nadie, o al menos esa fue la excusa que le dijo a los demás. La verdad es que no soportaba ver a Sasori, le recordaba demasiado a Deidara por haber sido su compañero y por el sentimiento que en algún momento los transformó en rivales.

Compartían el amor hacia ese chico, y por ese amor le dió su libertad.

Vivió apenas cuatro meses y algo más, luego fue interceptado de nuevo por su abuela ya recuperada. Está vez en respaldo de un chico con marcas púrpuras en la cara que admiraba su trabajo y de una chica de cabellos rosados proveniente de Konoha, pues al parecer esa aldea estaba en alianza con la Arena por la desaparición del Kazekage, aunque en esta ocasión él no tuvo nada que ver.

Se le ofreció la oportunidad de redimirse dando información del grupo con la condición de que volviese a Suna para pagar por sus crímenes, pero se negó a hacerlo. Era probable que fuera porque nunca perdono a su abuela, porque seguía odiando su aldea natal, porque se sentía absolutamente solo y no le encontraba sentido alguno a tener una vida normal, pero terminó batallando de nuevo; Peleó con dignidad y fuerza, y pudo decir con seguridad que al momento de morir, vio unos ojos azules que se acercaban a él y le llevaban a un mundo mejor.

Eso le dió alegría, y pudo irse con una sonrisa en sus labios.

La vida de Itachi fue más complicada, siguió viviendo aún después de darle los ojos a su hermano, lo malo fue que quedó totalmente ciego y privado del uso del Sharingan, por este mismo hecho su presencia en Akatsuki fue totalmente irrelevante, por lo que fue más que libre para vagar por el mundo solo, cosa que hizo por un par de meses hasta que su tranquilidad de errante fue interrumpida por la presencia de alguien que no pensaba volver a ver de nuevo: Sasuke.

Al igual que en la primera dimensión, Obito se había encargado de decirle la verdad, de modo que el Uchiha había movido cielo y tierra para encontrar a su hermano mayor por respuestas. Respuestas que por cierto, Itachi no encontró motivo para negarle, había comprendido en ese tiempo que no era más un niño y que era momento de tratarle como su igual. A pesar de que no pudo mostrarle sus recuerdos, bastaron sus palabras para hacerle entender. De todas maneras Sasuke siempre le creería a su hermano, sabía ahora que todo el tiempo estuvo pensando en él, y los ojos que ahora llevaba eran símbolo de un amor inmenso. Uno que solo llegó a compartir con otra persona, solo que cuando quiso saber más, Itachi se negó a dar más detalles.

Sasuke se quedó para siempre con la curiosidad de saber quién era, y lo único que pudo suponer con seguridad, es que esa persona debió importarle mucho.

Aún si nunca le habló sobre Deidara, ambos hermanos tuvieron unas cuantas semanas para sanar un poco las heridas que aún sangraban. Itachi le dió a Sasuke todos los consejos posibles para que tuviera una buena vida, le instó a no ser egoísta, a que pensara en sus compañeros como una familia, que no se dejase llevar por el odio y que encontrase a alguien con quien compartir su vida. También le enseñó varios trucos, entre los cuales estaba el invocar el cuervo con el ojo de Shisui del cuerpo de Naruto. Su intención inicial era que Sasuke lo tuviera, pero dada la situación tuvo que traspasárselo para ayudarle en su pelea contra Kabuto, la cual se llevó mucho antes gracias al conocimiento de Obito.

La guerra ya fue un asunto muy aparte en el que no pudo participar más que para crear estrategias y dar sugerencias. Sacrificar el ojo de Shisui para detener a Kabuto le dejó de nuevo en tinieblas, pero eso no fue impedimento alguno para que su hermano participase en compañía de su antiguo grupo de la infancia. Les habían pillado un poco por sorpresa todo el asunto, y aunque es cierto que Obito consiguió un par de años de antelación, de cualquier manera terminaría perdiendo.

Naruto Uzumaki era y seguiría siendo el ninja número uno en sorprender a la gente, no había cambio dimensional o trampa alguna que cambiara ese hecho, y con la ayuda de su amigo y rival a su lado, el destino simplemente siguió su curso.

Claro que hubo un par de cosas que no sucedieron, la más relevante de ellas es que Kakashi nunca pudo hacer el susanoo ¿Porque? Pues porque para eso Obito tendría que haberse evangelizado y en este caso no tuvo oportunidad de hacerlo. Fue misteriosamente asesinado antes de que Minato y Naruto tuvieran la oportunidad de hablar con él. En el meollo de la guerra nunca encontraron al culpable, y la única evidencia que se quedó en la escena fue una Katana manchada de sangre que le atravesaba el corazón.

Sasuke la reconoció de inmediato, y por eso mismo la destruyó antes de que alguien más lo hiciera.

Finalmente, Itachi Uchiha desapareció una vez que el Tsukuyomi fue removido. Sasuke, por obvias razones, trató por todos los medios posibles para encontrarlo, pero no pudo. No pudo hacerlo porque ya se encontraba de nuevo en la carrera contra el tiempo, romper el vínculo con Deidara no solo le había vuelto un mortal corriente, sino que también provocó que su enfermedad terminara volviendo eventualmente. Optó por desaparecer porque sabía mejor que nadie lo terrible que era soportar sus dolencias y no quería involucrar a su hermano en eso. Así que como una vez lo hizo, se separó de él a riesgo de hacerlo sufrir para que pudiera ser libre.

Itachi le dijo adiós en silencio, pero no estaba triste está vez, Sasuke era joven y fuerte, tenía toda una vida por delante para ser feliz.

Su propósito por fin estaba hecho.

Aproximadamente un año después de negarse a tomar algún brebaje para calmar su dolor, el genio del clan Uchiha se encerró definitivamente en esa cueva submarina y se acostó de nuevo en el suelo, justo donde debajo descansaba la única persona aparte de su hermano que habia llegado a querer; Se quedó así por mucho tiempo, susurrando por la falta de oxígeno palabras al azar sobre arcilla y el color azul, hasta que simplemente se quedó en silencio. Había dado su último aliento, pero agradecía que hubiera sido pensando en él, porque sabía que Deidara había hecho lo mismo.

En menos de dos años las cosas en el segundo mundo volvieron a la normalidad, los héroes fueron recompensados como tales y las personas normales simplemente siguieron con sus vidas, ignorando por completo que el mundo ninja había perdido a tres valiosos hombres. Salvo sus seres queridos, claro, ellos solo podían desear que encontrasen paz algún día, mientras que sus enemigos y los más escépticos comentaban que de seguro estaban recibiendo el castigo merecido por todos sus malos actos, sufriendo constantemente en represalia por aquellas vidas que habían tomado.

Y era lo más justo, sinceramente. Ese trío junto podía hacer un cúmulo exorbitante de pérdidas humanas, y teniendo en cuenta el concepto del bien y el mal, lo más normal y justo es que donde sea que estuviesen, sufrieran como se lo merecen; Sasuke fue uno de los que más lo entendía, amaba a su hermano más sabía que había hecho mal, y aún si nunca pudo hallarle, deseaba que algún día pudiera encontrar su propia paz.

Tal como él le ayudo a encontrar la suya.

 

 

 

 

 

Continuará...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nah...

¿Se lo creyeron?

¡Es que vamos! Si la historia nunca fue normal, lógico que el final tampoco lo sea.

- Esto va a estar bueno - Decía pícaramente la figura número tres mientras observaba cara a cara a su competidor.

Pain estaba más perdido que Santa Claus en marzo. Es decir, se figuró que vería cosas raras del otro lado, pero nada que había imaginado se parecía a lo que estaba viendo.

- ¿Y esto?

- Ah - Soltó un suspiro de enamorado - Eres mucho más sexy en persona, insisto que ese rubio tuvo que haberte elegido - Era como la trigésima vez que decía eso, y lo peor es que aún faltaban muchas más. Seguía ofendido y nadie le quitaría eso.

- ¿Deidara? - Inquirió entonces, y su corazón se aceleró casi inmediatamente - ¿Lo conoces?

- ¿¡Que si lo conozco!? - La figura número dos, que se encontraba en otro plano diferente se mostró más que divertida con esa pregunta, es decir: ¿Los cachorros son lindos? ¿La pizza es sabrosa? ¿El pelo de Sasuke parece animal en peligro? Obvio que yes - Mi pajarito y yo somos buenos amigos.

Frente a ella y con cara de confusión más que justificada, Akasuna no Sasori alzó una ceja. Había visto ojos azules antes de morir, pero como que se había equivocado de persona.

- ¿Pajarito?

- Ah sí, ese es mi apodo para él - Su tono de lo más despreocupado. Luego sonrió instigador - Pero eso no es lo importante, la verdadera pregunta es: ¿Te gustaría verlo de nuevo?

- ¿Verlo? - ¿Era broma? Había deseado eso desde el primer momento en que se fue, oír alguna de sus cabezonerías así fuera una vez sería el equivalente a ganar la lotería - Pero él está muerto.

- No exactamente - Un par de planos existenciales más allá, la figura uno casi podía reclinarse sobre el sofá como jefe de mafia. Sus ojos brillaban con maliciosa anticipación - Él está vivo, no en tu dimensión, pero su alma habita en otro plano justo ahora.

Itachi Uchiha, quien su carácter serio le ayudaba lo suficiente como para no alterarle el estar frente un homúnculo negro, entrecerró un poco los ojos.

- Tú eres uno de los que trabajaba con él.

- Muy perspicaz, Uchiha - Sonrió más ancho, no en vano había apostado hasta el culo por ese chico - Pero me causas curiosidad ¿Cómo adivinaste que somos más de uno?

- Por Deidara - Respondió él con calma - La cantidad de intervenciones que mencionó en su historia eran demasiadas y encima muy poderosas para ser hechas por un ser humano. Un Dios, quizás. El que fuera más de uno fue solo una teoría que tú mismo acabas de confirmar.

La figura número ensanchó su boca imaginaria.

- Felicidades, resolviste ese misterio de una forma bastante inteligente, aunque no esperaba menos de ti - Se mostró de lo más orgulloso - Yo soy la entidad principal, pero comparto el liderazgo con dos anormales de mi misma especie.

- ¿Son tres, entonces? - Preguntó curioso el pelirrojo a la figura número dos, quien asintió feliz.

- Yo soy el más simpático.

- Ya veo... - Entrecerró un poco los ojos al ver esos brillantes y curiosos ojos azules, ya que puede que fueran distintivos, pero al verlos su cerebro le lanzó un recuerdo que creyó perdido - Ya te he visto antes, ¿No? Aquella vez en el restaurante.

La número dos asintió con cierta diversión culposa.

- Lamento haber interrumpido, pero fue una oportunidad que no pude evitar tomar.

- Entonces tú fuiste quién le dió esos chocolates con alcohol a Deidara - Su intención era preguntar, pero termino dándolo por hecho - ¿Porque?

- Me parece que él te dijo la razón en su momento.

- ¿Eso era verdad? - Su expresión descolocándose - Pensé que deliraba por el alcohol.

- No, claro que no, todo lo que dijo era cierto - Se tomó un momento para suspirar - Escucha, tienes que saber que a veces a los seres como yo nos gusta intervenir en las vidas de los humanos, intentamos no hacer lo mismo en ese caso pero... - Una risita nerviosa escapó al mismo tiempo que una gotita caía por su cabeza - Se nos escapaba espiar de vez en cuando.

Sasori se tomó un segundo para analizar esa información, eso podía darle algo de sentido a las ausencias de su compañero o a sus extraños comportamientos a veces; Para cierto ex portador del Rinnegan, por otro lado, saber ese detalle le hizo abrir los ojos desmesuradamente, porque era justamente eso lo que le daba sentido a cierta interrogante que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo.

- Tú hiciste que perdiera el juicio con Deidara en el lago - Acusó con voz grave al Dios frente a él.

Desviando los ojos hacia un lado, la figura número tres dió hizo un gesto de vacilación incómoda.

- Si, ese fui yo.

- ¿Porque? - Pain se alteró un poco, más logró mantenerse estable - Le había dicho que jamás haría algo similar y por tu culpa estuve a punto de hacerlo.

- Lo entiendo y de verdad lo lamento - Su tono apagándose un poco - Reconozco que fui bastante egoísta y que no tenía por qué llegar a esos extremos, pero me arrepiento de eso y así se lo deje saber al rubio.

- ¿Deidara lo sabía?

- Por supuesto que sí - Al ver el gesto de contrariedad y asombro del otro, la figura exhaló con cansancio - Mira, trata de ponerte un poco perspectiva ¿Porque un chico tan rencoroso, orgulloso e impulsivo como lo es Deidara te perdonaría algo de esa índole si no supiera que no fue tu culpa? El que haya cambiado no quita que seguramente te hubiera odiado por el resto de su vida si le hubieras hecho algo de esa índole voluntariamente.

- Si ya lo sabía ¿Porque no me lo dijo? Estuve rompiéndome la cabeza durante semanas por algo que yo no hice.

- No podía hacerlo, hombre - Cerró los ojos por unos segundos - No puedo darte muchos detalles sobre el asunto, pero cuenta con que él quería decírtelo. Pero como no podía, la única manera que encontró para solucionarlo fue haciéndote creer que te perdonaba. Te pudo haber ayudado perfectamente a superarlo sino te hubieras apartado de él - Agregó con cierto tono molesto, ya que por esas lejanías es que Deidara se acercó más a Sasori, y por ende también al Uchiha.

Pain suspiró, se le veía agobiado.

- Lo sé, pero no quería envolverlo en más líos. El que estuviera consiente de que tenía mucho por mejorar no significa que tuviera que arrastrarlo con mis problemas.

- Eso fue algo bastante noble, si me lo preguntas - Comentó la figura con interés - Para alguien caracterizado por ser egoísta, el que pudieras ponerte en segundo plano fue bastante sorprendente.

- Si... - Pudo haber pensado en seguir la conversación, pero la mención del egoísmo le recordó otra interrogante - ¿Debo suponer entonces que fuiste tú el que le dijo que me acosté con Konan?

Al Dios se le ampliaron los ojos hasta un punto imposible, ese detalle no se lo sabía.

- ¿Qué? ¡Por supuesto que no! He apostado por ti desde un comienzo, hombre. Jamás se me pasaría por la cabeza decir o hacer algo que te hubiera perjudicado, ni tampoco sé quién podría haber... - Súbitamente aguardo un segundo, su extraña y extensa mente se debatió por un tiempo crucial hasta que finalmente... - ¡HIJO DE TU PUTA MADRE! - Chilló indignado, mirando directamente hacia un punto vacío en el que sabía que estaba la número uno, pues solo él era tan cizañoso como para hacer algo similar - ¡Eso fue trampa!

A cientos de planos de distancia en esa dirección, el aludido soltó una risa malévola, ese grito se había escuchado bien alto en todas las direcciones. Hasta la número dos se estaba riendo en su dimensión.

- ¡Te lo mereces y lo sabes! - No sentía ni un ápice de culpa, ni su otro hermano tampoco, de los tres había sido el de ojos cafés el más tramposo, y se merecía algo de su propia medicina de vez en cuando; Ante la ceja alzada del Uchiha, la figura uno rió un poco - Cosas de familia.

Itachi asintió, pero no comentó nada al respecto.

- Ahora - Prosiguió con su mejor voz de negocios - En vista de que gracias a la información que tienes ya sabes casi todo sobre nosotros, pasaré a la parte importante ¿Quieres ver al mocoso de nuevo?

Itachi, quien había abandonado el mundo de los vivos pensando únicamente en él, sonrió internamente con cierta nostalgia pues a pesar del deseo egoísta que tenía por verlo, solo le interesaba una sola cosa.

- ¿Está bien?

- Lo está, Uchiha - Suspiró la número uno, de vez en cuando el y sus congéneres le echaban un vistazo en su nueva vida, y siempre regresaban conformes por lo que veían, aunque algo tristes por no poder comunicarse con él - Está muy bien, goza de una buena salud y es muy feliz.

Eso logro hacer que por fin soltara el aliento que por más de un año no supo que estaba reteniendo. Podían matarlo mil veces, pero su carácter solidario y protector siempre le impulsaría a preocuparse por las personas que amaba.

- ¿Porque me estás ofreciendo esto? - Quiso saber Pain con cierta duda - No he sido una buena persona como para merecer la oportunidad.

La figura tres cabeceó de un lado a otro, como si lo meditara.

- Pues buena persona en términos prácticos no fuiste, pero por suerte para tí le debemos un último deseo a nuestro querido rubio, y eso te incluye.

- ¿A mí? - Sasori estaba de lo más sorprendido, no terminaba de entender muy bien el por qué un ser celestial le debería un favor a su compañero, pero le impactaba más el que hubiese pensado en él - ¿Estás seguro?

- Muy seguro - Efusivamente asintió la de ojos claros - Él fue muy específico con los tres favores que pidió, pero más con el último... - Le echo una ojeada intrigante - No puedo decirte cuales fueron los dos primeros por cuestiones legales, pero ¿Quieres saber cuál fue el tercer deseo pidió?

- Claro.

Las figuras dos y tres observaron con afecto a sus propios competidores antes de recitar con voz solemne:

- "Quiero que también sean felices..."

Ambos chicos guardaron silencio, conmoviéndose profundamente al imaginar a ese chico mañoso pensando en ellos aún después de morir. No obstante, la figura uno, a quien le había tocado el privilegio de ser el protector del ganador de tan famosa apuesta, pudo decirle al Uchiha el deseo completo, pues los tres hermanos estaban de acuerdo en que solo él debía saberlo.

- Pidió muy claramente: "Quiero que también sean felices..." - Entonces miró fijamente al azabache, y sonrió - "... En especial él"

El azabache dió un profundo respiro, no era algo inesperado para él que Deidara hubiera pedido algo semejante, en especial después de haberse sacrificado por su hermano. Aun así, habían varios agujeros en blanco que necesitaban ser llenados, de modo que en vez de responder algo predecible o sentimental, su cabeza se ladeó un poco. Sus ojos negros eran sospechosos.

- ¿Que consideran ustedes como "Felicidad"?

- Ah, nadie dijo que no fueras listo - Los ojos de la criatura relucían en la oscuridad - Verás, Uchiha, la felicidad es un concepto muy poco específico.

- Cada persona escoge con que ser feliz - Prosiguió la número dos - O con quien. No muchas personas son felices con las mismas cosas. En general y si me pides mi opinión, el ser humano es muy inconforme con lo que tiene, y como el favor que debíamos cumplir no tiene un rango amplio de elección ni tampoco él especificó que le daría a cada uno, pues... se nos ocurrió una idea bastante buena.

- En vista de que el deseo aplica para los tres, entonces escogimos darles algo que sabíamos que les haría felices por igual - Continuó la figura tres en su propio espacio con un tono dichoso y relajado.

- ¿Ósea? - Pain frunció el ceño.

Las tres figuras sonrieron con ganas.

- A Deidara.

Los ojos grises plomo del Akasuna se abrieron un poco, era cierto que los tres compartían ese detalle en común, más eso no le quitaba un par de dudas.

- Si la idea original era que viéramos a Deidara ¿Porque me dejaron tener una vida miserable después que murió? Estuve vagando solo por meses hasta que me mataron.

- Porque te lo merecías - Simpática o no, la dos tuvo que ser muy clara m cuanto a ese punto - Hiciste una infinidad de cosas malas a lo largo tu vida, Akasuna no Sasori. Puede que me caigas bien, puede que como mejor amigo y compañero fueras envidiable en ciertos aspectos, pero eso no quita el hecho de que hiciste sufrir a demasiadas personas como para solo darte algo de felicidad de buenas y a primeras.

- A pesar de que la presencia del rubio logró mejorarte un poco como persona, eso no quita que has destruido todo lo que has tocado por muchos años. Es cierto, también te había tocado una vida difícil al ser un huérfano y perder a tu mejor amigo de forma tan trágica, y el Rinnegan que se te dió también colaboró en cierta medida para que tu mente se trastornase un poco, pero lograste mantener el juicio lo suficiente como para ser un líder decente dentro de lo que uno esperaría, aparte también elegiste morir para corregir parte de tus errores. Debo admitir que eso fue algo que ni yo esperaba, pero no puedo decir que no me alegra que lo hicieras.

- Tu participación en la guerra fue, por dónde se viera, inesperada. Sinceramente esperaba que mantuvieras tu distancia o que entregaras al dolor, pero me parece que subestime un poco el cariño Uchiha. Claro, eso de ninguna manera elimina el hecho de que sin importar que tan nobles fueran tus razones, asesinaste a cientos de inocentes. No voy a intentar justificarte. Pero no podemos negar que tú contribución a la salvación del mundo ninja fue una ventaja con la que Obito Uchiha no contaba. Eso ayudo a equilibrar un poco la balanza que el mismo se encargó de poner a su favor al usar su conocimiento de la otra dimensión. Así que como entenderás, a pesar de que dejarte vivir era un castigo por tus actos...

- Lo cierto es que terminó siendo de lo más beneficioso para el mundo - Concluyó la figura tres, su voz era algo irónica, pero eso fue reemplazado por algo diferente. Ahora estaba sonriendo con diversión -  Y ahora que estás aquí, y que sabes porque era necesario pasar por lo que pasaste...

- Te lo voy a preguntar una última vez más... - La dos no podía estar más entusiasmada.

La número uno, aunque sería, también estaba expectante.

- ¿Quieres verlo de nuevo?

Los humanos voltearon con cierto cuidado hacia ambas direcciones, no podían verse, pero dos sospechaban que los otros estaban teniendo una conversación similar, y el otro sencillamente ya lo daba por hecho. El que fueran tres figuras y que sólo tuviera una en frente ya le daba el indicio necesario; También podía intuir lo que responderían los demás, porque si, a pesar de las notorias diferencias entre carácter, apariencia y poder, lo único que tenían en común era ese amor tan grande que sentían por Deidara. De modo que por más raros y sospechosos que se vieran esos homúnculos, tenían razón en algo.

Él les había hecho felices.

Así que no fue muy sorprendente que los tres compartieran esa mirada determinada y seria cuando finalmente respondieron.

- ¿Que tengo que hacer?

Tres pares de ojos se estrecharon con la más pura de las diversiones.

- ¿Te gustaría hacer una apuesta?

 

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

Curiosidades

1_ Inicialmente esta historia iba a ser de cinco capítulos super básicos hablando de Itachi y Deidara en una versión realista de Akatsuki, pero me pareció que el material daba para más que eso.

2_ No es que quisiera sacar a Tobi de la competencia, es que no me acordaba que existía hasta el capítulo 17 xD

3_ Los primeros 12 capitulos fueron hechos en plan ramdom pues no sabía que dirección tomaría la trama. A partir de allí fue que tomó más cuerpo.

4_ La mayoría de las ediciones que hice fue a Pain, ya que inicialmente lo coloque demasiado desgraciado, tanto que llegaba a detestar.

5_ El Itachi Uchiha que había comenzado a hacer era uno más cariñoso y abierto, pero muchas de sus acciones no me parecían apegadas a su personalidad.

6_ Cuando Deidara resucitó en la segunda dimensión ya no tenía la boca en el pecho.

Mejor prevenir que lamentar dijeron las figuras xD

7_ La figura número uno es en realidad el Menma de Road to ninja, solo que así como Deidara, conoció a unas figuras (En este caso dos) y luego de ganar su apuesta decidió quedarse hasta que se transformó en uno de ellos, para posteriormente ser el líder, ya que tenía mejor carácter para el puesto.

8_ Cuando la figura uno dijo "Yo si nací perfecto" En realidad esta haciendo un chiste privado ya que él fue el único que "Nació" en términos prácticos.

9_ La personalidad real de la dos es como se vio en la escenas del capítulo 1 y 12, solo que con Deidara se vuelve algo más sensible y berrinchudo.

10_ Secretamente, a la número tres no le hubiera importado quien ganase la apuesta siempre y cuando hubiera habido sangre, moretones y sadomasoquismo de por medio.

11_ El que los Dioses aparecieran y desaparecieran de repente fue una idea sacada de la película de Batman.

12_ El capítulo 17 estuvo a punto de ser más ameno y menos sensualmente dramático, pero necesitaba un motivo para que a Deidara le concedieran un deseo y me pareció una buena oportunidad.

Si, Pain fue mi chivo expiatorio.

13_ TODAS las escenas sexys de besos ardientes y metederas de mano fueron hechas sobre la marcha.

14_ Decidí que Deidara moriría cuando iba por el capítulo 21, de allí a que decidiera poner la escena Itadei, pues tenía que adelantar las cosas.

15_ Siempre en mi interior supe que Sasori no tendría oportunidad de ganar, por el eso fue el primero en sincerarse y salir.

16_ Pain fue el ganador de la apuesta desde el capítulo 11 al 19, luego cambie de idea. Aunque tenía mis dudas.

PD: Aún las tengo xD

17_ El título de la historia no tenía que ver con la trama hasta que se me ocurrió matar a Deidara, solo por eso decidí dejarlo, puesto que no lo escogí yo en primer lugar.

18_ Indiferentemente de quién ganase la apuesta Deidara moriría de todas formas.

Me gusta ver el mundo arder UwU

19_ De haber sido Pain el afortunado de acostarse con Deidara, Obito habría encontrado la forma de deshacerse de el convirtiéndole en un Jinchuriki. Puesto que Pain era el líder de Akatsuki su rol le hubiera exigido acabar con él para extraerle el demonio del interior, y aunque no lo hubiera hecho pues ya había visto morir a Nagato frente a sus ojos, Deidara se habría quitado la vida de todas maneras, quitándole, de paso, la oportunidad al falso Madara de dominar el mundo al asesinar a un Bijuu.

20_ De haber seguido el rumbo anterior en esa dimensión no hubiera habido cuarta guerra mundial ninja.

21_ El demonio que fugazmente pensé en colocar fue el de las siete colas, ya que los de 1,2,3,4 y 5 ya habían sido localizados previamente, el seis fue localizado por Konan en perfecto estado y el de ocho y nueve ya sabemos quiénes son. Solo el de siete colas faltaba por ser encontrado y de haber sido así la historia, posiblemente habría asesinado a Fu de una manera que quedase vivo el demonio y tuvieran que capturarle en libertad como al sanbi.

22_ Deidara se enamoró de Itachi en el capítulo 23, cuando dejó que su corazón hablase por su cuenta. Mientras que Itachi lo hizo en el capítulo 19, cuando entendió que era importante para él que Deidara no sufriera recordándole y prefiriendo que lo odiara.

23_ Que Deidara hiciera tantos guiños a la masacre del clan Uchiha fue algo no planeado por él, más si por mí xD

24_ Aunque Sasori se confesara primero, fue Pain el que se enamoró más rápido.

25_ Iban a ser cuatro figuras, pero me pareció que con tres eran suficientes. La apariencia de la número cuatro iba a ser con dos ojos arriba y dos más abajo, todos de un color violeta brillante. De haber existido, su personalidad sería más corpórea y relajada, muy hippie, pero muy a lo desmadre también.

Siguiente parte luego!


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