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Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del capitulo:

N/V: Gomen, Gomen *Inserte autora con la cabecita agachada* Mi internet estuvo estupidamente lento el dia de hoy, pero aqui esta el capitulo! Puede que suba el capitulo tres si veo que la historia va gustando, que dicen? quieren actualizacion el jueves? Dejenme su review.

N/N: De igual forma actualizaba cada vez que me acordaba JA xD

Había un sonido que le molestaba.

 

Era lento pero ruidoso, como un crujido. Como los crujidos que suelen hacer los pisos de madera... Mmmm no, eso no era, era más seco y sonante, muchísimo más seco y crujiente, como las hojas de otoño.

 

"¿Hojas?" Pensó desorientado, su mente despertándose apenas "Recuerdo el sonido de las hojas..."

 

Sus pensamientos parecían llegar lento pero a paso firme. Con sumo cuidado, como si quisiera evitarle un colapso, su mente comenzó a recordar su vida, desde las cosas más insignificantes como el color de su cabello, el sitio donde había nacido, su nombre y su mayor afición (En este caso el arte) hasta las cosas más relevantes y horribles que había hecho, como su reclutamiento a Akatsuki, su derrota frente a Itachi Uchiha, su rencor, la muerte de Sasori, su última batalla contra Sasuke Uchiha, su propia muerte, las figuras que...

 

"Espera..." Su tren del pensamiento dió un frenazo "¿Figuras?"

 

Bruscamente sus últimos recuerdos azotaron su mente cual látigo de cuero en una sesión sadomasoquista, haciéndolo reaccionar en el acto. Se levantó jadeando y con los ojos muy abiertos, tenía el corazón a mil y la frente cubierta de sudor. Se encontraba echado en un bosque, la tenue luz en el cielo le decía que faltaba poco para amanecer.

 

Volvió a escuchar de nuevo el crujido, esta vez más cerca.

 

- ¿Mal sueño, rubito? - Le habló una voz masculina algo chillona.

 

Deidara volteó, y necesito de todas sus fuerzas para no reaccionar como un lunático.

 

- ¿Kisame? - Tuvo la necesidad de preguntar, aunque la piel azul, la enorme espada y el uniforme con nubes rojas le indicaban a gritos que no era una alucinación.

 

- ¿Qué? - El de dientes de tiburón sonrió - ¿Acaso en estas pocas horas ya olvidaste quién soy?

 

"Carajo, no fue un sueño entonces" Deidara tuvo que recordar en menos de un segundo en que línea de tiempo se encontraba. Era obvio que sus salvadores no habían considerado devolverlo a una época relativamente feliz como su infancia o incluso a la época que pasó siendo un errante. Por lo visto, y considerando las palabras del bijuu sin cola, lo habían regresado a un par de horas después haber sido humillado a manos del Uchiha "Genial. Suficiente tuve con el trauma una vez como para que me vengan a meter el conflicto interno por segunda vez" Pensó enfurruñado.

 

Quería quejarse, pero se contuvo, no era momento para eso. Ahora lo único que tenía que hacer era enfocarse y pensar que hacer, de todas formas ya sabía lo que pasaría después.

 

Aunque...

 

Sentía un profundo dolor en el cuerpo, al principio pensó que era parte de la transición, ya saben, todo ese tema del alma y la recuperación del espíritu y bla bla bla. Pero luego se dió cuenta de que tanto sus brazos como sus piernas estaban heridas y sangrando, sus viejas ropas estaban desgarradas en algunos sitios, y cuando se llevó una mano a la frente se dió cuenta de que su cabeza tenía un grueso vendaje que, a según su experiencia, detenía una enorme herida... ¿Qué carajo? Pero si él no había resultado herido cuando lo reclutaron. No físicamente, al menos. ¿Qué había pasado esta vez? ¿Habría otras cosas diferentes?

 

Dejó de martirizarse con eso, necesitaba concentrarse en seguir la historia.

 

Recapituló brevemente las palabras del varón y pensó en lo que su joven versión hubiera respondido.

 

- No - Y forzó en su rostro una de sus antiguas sonrisas petulantes - Una cara así no se olvida ni con las peores pesadillas.

 

Esto, más que molestarlo solo le saco una sonrisa al Akatsuki.

 

- Vaya vaya, uno pensaría que después de que el Uchiha te patease el trasero te volverías más humilde - Balanceó su espada de un hombro a otro - Pero por lo visto algunas cosas no cambian.

 

- ¡No me pateó el trasero! - Exclamó ofendido el rubio - ¡No fue una pelea justa!

 

- Oh vamos, chico. Te dejo tirado en el suelo y eso que ni siquiera uso su Sharingan...

 

- ¡Eso no...! - Se detuvo ¿Qué fue lo que dijo? - ¿A qué te refieres con que no uso su Sharingan?

 

Kisame le miró con cara interrogante.

 

- Oíste bien. El Uchiha te venció solo con su ninjutsu, deberías recordarlo, considerando que fue hace menos de veinticuatro horas, y unos ataques así... - Sondeó las heridas del rubio con una sonrisa burlona - Son difíciles de curar, mucho más de olvidar.

 

- ¿Él no...? - Vaciló - ¿No me atrapó en una ilusión?

 

- ¿Ilusión? - Ahora sí que lo miraba como si tuviera tres cabezas - No, ese Uchiha es muy reservado con sus ilustraciones satánicas, dice que solo son para rivales fuertes.

 

- ¿Rivales fuertes? - El rubio frunció el ceño. Honestamente no sabía que le molestaba más ahora, si la primera humillación del Uchiha o que está segunda vez ni siquiera lo hubiera considerado fuerte para gastar sus ilusiones en él - Vaya mierda.

 

El Akatsuki se encogió de hombros y se sentó en un tronco.

 

- Míralo como quieras. Ahora cállate y descansa, llegaremos a la aldea de la lluvia pronto, el líder está esperando para verte.

 

Deidara vio prudente dejar los reclamos y acostarse un rato. La mente le daba vueltas, inicialmente había estado seguro de lo que iba a hacer, pero ahora se sentía perdido ¿No sé suponía que lo iban a devolver al pasado? Porque estaba muy seguro de que en su pasado había recorrido un camino muy diferente. ¿Qué otras cosas cambiarían ahora? ¿Cómo escaparía de Akatsuki?

 

- Despierta - Le ordenó una voz profunda. Ni se había dado cuenta de cuando se quedó dormido - Ya nos vamos.

 

Deidara abrió con cuidado los ojos y lo primero que vio fueron otro par pero de un color oscuro como el carbón.

 

- ¿Uchiha? - Tuvo que preguntar, pues la última vez que había visto a Itachi fue por la holográfica y obsoleta comunicación auto-impuesta por Pain, y había pensado que sería la última vez que lo vería.

 

Itachi no dió muestra alguna de encontrar extraña su confusión.

 

- Arriba. Vamos tarde.

 

"Le sigue gustando dar órdenes" Resultaba curioso que eso siguiera igual.

 

- Hmmm, de acuerdo...

 

Deidara enserio intento levantarse con dignidad, pero la rodilla derecha cedió ante las heridas y cayó dolorosamente al suelo y a los pies del Uchiha.

 

- Maldición - Gruñó frustrado, jamás se había sentido tan maltrecho, ni cuando luchó contra Gaara sintió que lo desgarraban desde adentro, y eso que el chico se las arregló para arrancarle un brazo.

 

Bueno, que pelear contra un Jinchuriki era algo de otro nivel, pero contra un Uchiha, y más contra uno que pudo con todos los demás de su clan en una noche, ya era algo que sobrepasaba los límites.

 

- He dicho que te levantes - Itachi lo miro frío y sin ápice de empatía.

 

- Vamos, Uchiha. El chico hace lo que puede, déjalo que muera un rato - Pero el portador del Sharingan lo silencio con una mirada - Bah, como quieras...

 

- Levántate - Volvió a decir, ganándose una mirada de odio por parte del rubio - Mirándome así no conseguirás vencerme - Picando directo en su orgullo - Ahora arriba.

 

- Hn... - Una vez más intentó levantarse, esta vez se aseguró de que fuera rápido para poder apoyarse en la otra pierna. Le dolía como el infierno, más sin embargo sonrió triunfante y miró al Uchiha directo a los ojos - ¿Contento?

 

- Ja, es mucho carácter para ese cuerpecito, ¿No crees? - Kisame sonrió a su compañero.

 

Itachi no sé inmutó, se dió la vuelta y siguió caminando.

 

- Vamos.

 

Deidara comenzó a seguirlo con la frente en alto a pesar de que cojeaba notablemente. Kisame hizo un par de burlas al respecto un rato, pero luego una advertencia por parte del azabache lo hizo callar. Por su parte, el Uchiha solo miró de reojo al rubio herido una vez, y el resto del viaje pareció olvidar por completo su existencia, y lo hubiera creído así, de no ser porque cuando lo miró, Deidara podría jurar que había una pequeña sonrisa en sus labios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

              OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Bienvenido, ¿Deidara, cierto? - Se presentó el líder del grupo estrechándole la mano.

 

- Aha...

 

De acuerdo, si antes no lo había pensado, ahora era el momento... ¡¿Pero qué mierda está pasando aquí?! El hombre que tenía en frente no se parecía mucho a lo que recordaba, empezando por el hecho de que no tenía las barras de chakra que Nagato usaba para manipular a sus marionetas a la distancia, y por lo que veía solo estaba él, y no habían más de esas. Aun así el jefe seguía teniendo su Rinnegan intacto, así como el resto de su anterior físico... Salvo por la sonrisa. ¿Qué diablos? Pero si nunca había sonreído.

 

Aparte tampoco estaba seguro si el sujeto era Nagato o Yahiko. Para empezar ni siquiera sabía de dónde saco esa información (Todos los de Akatsuki solo conocían al personaje de Pain) era como si de repente con solo verlo tuviera un libro lleno de la información sobre su vida. Ahora, aunque no tuviera lógica, sabía quién era Nagato, su vida, el cómo murió Yahiko y se fundó el original Akatsuki.

 

Le atribuía eso a una figura escurridiza pero muy considerada. No sabía para que era útil que él tuviera esa información, pero ya lo averiguaría luego.

 

Teniendo eso en cuenta la cosa se ponía más rara. Se suponía que cuando llegara a la aldea de la lluvia estaría enfrente de Pain, el formidable líder del grupo de marionetas asesinas de Nagato, quien le daría una seca bienvenida y en menos de lo que cantaba un gallo pasaría de las presentaciones formales a una fuerte patada en el culo para que se vistiera y comenzara a trabajar junto a Sasori. Y hablando de él... ¿Dónde carajos se había metido ese hombre? Se suponía que entre él, Kisame y el Uchiha lo habían ido a reclutar... ¿Verdad?

 

"Maldición, ya ni siquiera sé que creer"

 

Pain le puso una mano en el hombro con gesto calmado.

 

- He oído mucho sobre ti, espero que estés a la altura del reto y te acoples lo más rápido posible; Konan ha preparado tu habitación, ella te guiará - Haciendo un gesto a la mujer que esperaba en silencio.

 

Bueno, había que adaptarse a la idea.

 

- De acuerdo.

 

- Andando rubio - Y la mujer desapareció en una lluvia de origami que se deslizó por el largo y oscuro pasillo.

 

Deidara la siguió confiado, sabía a dónde lo llevaría y no se equivocó. Era la oscura y pequeña habitación en la que lo habían mantenido recluso por dos días hasta que por fin Pain regreso y le asignó sus deberes.

 

- Si necesitas algo, grita - Tras esa seca recomendación, desapareció.

 

"Ahora que lo pienso, ella nunca fue muy conversadora" Bueno, por lo menos era un consuelo saber que algunas cosas no cambiaban.

 

El rubio dejo su escaso equipaje en la cama, más cuando se decidió a limpiarse las heridas el dolor lo hizo ver estrellas. Intento controlarse y curarse, pero apenas logro ponerse los vendajes nuevos pues el mareo lo hizo caer directo al suelo.

 

Carajo, ni siquiera pudo llegar a la cama. Terminó con la cara pegada al piso, ¿La buena noticia? Estaba limpio, ¿La mala? Estaba vuelto nada.

 

"Hoy no es mi día"  Fue su último pensamiento consiente.

 

Mientras tanto, el sexy portador del Sharingan se dirigía a su habitación con su usual parsimonia de "No me importa el mundo" cuando un olor particular le llegó: Sangre. Lo conocía muy bien, sobre todo después de que asesinara a todo su clan, puesto que mientras permaneció allí fue lo único que pudo oler.

 

La sangre fresca de los cadáveres.

 

Los cadáveres de su clan.

 

De su familia.

 

Cerró los ojos un momento para no irse por ese camino. Lo hecho, hecho estaba, ya no había nada que hacer, solo vivir con ello. Se había acostumbrado hace mucho, pero sus recuerdos tendían a darle pelea de vez en cuando. Era una suerte que su carácter siempre fuera resistente, aunque no por ello dejaba de ser curioso.

 

Con mucha discreción siguió el aroma hasta llegar a una puerta. Se asomó un poco en la habitación que ahora identificaba como la de Dei solo para asegurarse de que no había muerto aún, ya que no quería que Pain le diera un sermón sobre asesinar a los nuevos miembros, o por lo menos eso pensaba. El chico le daba algo de curiosidad, así que sería lamentable que muriera. Sin embargo, Dei solo estaba allí, tirado en el suelo junto a sus antiguas vendas llenas de sangre.

 

No era mucha, pero tenían sangre de todas maneras.

 

"Quizás... " Vio al chico medio muerto "¿Exageré?"

 

"No" se dijo dos segundos después, esto era una organización sería, si el enano no mostraba fortaleza y moría por algo tan... bueno, no sencillo, las habilidades de un Uchiha eran cosa sería, pero no era ni la milésima parte de su potencial, así que si el chico no podía resistir eso, no habría servido de nada reclutarlo. Además, si no era capaz de aguantar un cuerpo a cuerpo, difícilmente podría aguantar una emboscada, y mucho menos la pelea con un Jinchuriki, que era justamente la misión de todos.

 

Itachi decidió alejarse de la habitación, pero un segundo después cambio de idea y antes de arrepentirse levantó al rubio y lo colocó en su cama. Al fin y cabo no le estaba curando ni nada, no podría decirse que le estaba ayudando... ¿O sí?

 

Una vez allí, un mechón de cabello cayó encima de su mano y sin pensarlo lo tomó. Era muy amarillo y liso, jamás había un cabello tan largo y llamativo en un...

 

Y entonces algo en la mente le hizo ¡Bum!

 

Era un chico. Le estaba acariciando el cabello a otro chico. Un hombre.

 

"¿Qué demonios estoy pensando?" Sacudió la cabeza y siguió haciéndolo mientras se iba del lugar, cerrando la puerta a sus espaldas "Necesito dejar de pensar en tonterías"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

             OoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un par de semanas después un Deidara perfectamente recuperado se encontraba practicando en el área designada justo para él. Recordaba que Pain era bastante huraño, y que aunque los dejaba tontear con sus ninjutsus de vez en cuando, no les permitía el capricho de entrenar demasiado lejos unos de los otros. Así que el que tuviera su propio campo de entrenamiento (Técnicamente no era suyo pero el área era especializada para ataques violentos y destructivos) para hacer su arte sí que era un buen cambio.

 

Hizo un pájaro de arcilla, e intento que una vez grande pudiera tomar otra forma diferente sin tener que moldearlo de nuevo. Eso le ahorraría tiempo en batalla.

 

El pájaro se deformó un poco pero se autodestruyo a los pocos segundos por el exceso de chakra.

 

- Maldición - Chitó molesto mirando el cráter que dejó la explosión.

 

- Eres bueno - Lo elogio una voz a su espalda.

 

- ¿Eh? - Miró hacia atrás, sorprendiéndose rápidamente ante lo que veían sus ojos - ¿Pain?

 

Pain tenía una ropa que, de habérsela propuesto en su primera vida de seguro la hubiera desintegrado con el Rinnegan. Pero como todo ahora era mejor, estaba usando unos pantalones para entrenar azul metalizado a la cadera que dejaban ver sus abdominales y la línea de la V, pues lo único que usaba en el torso era una versión de la capa de Akatsuki más corta y flexible. El cabello estaba recogido en una coleta alta y tenía una bonita sonrisa en la cara.

 

Vale, no quería lucir idiota, pero estaba seguro que por solo un segundo (O quizás dos o tres) le miró con la boca abierta.

 

Ese hombre era sexy, lo irán a disculpar pero es sexy.

 

El blondo se sacudió un poco para volver a la realidad y recordar lo que el otro le había dicho.

 

- ¿Que dices? - Casi río - Lo arruine.

 

- No, no es cierto. Estas progresando mucho, y más para ser tan joven.

 

- Si soy tan progresista entonces no entiendo porque no he ido a ninguna misión aún  - Dijo visiblemente ofendido.

 

- Puede que seas bueno, pero necesito que aprendas a trabajar en equipo primero. Aunque no lo creas, esa es la parte difícil, y más para ti que aún no has visto a tu compañero.

 

- Hmmm...

 

Buen punto.

 

En todo el tiempo que llevaba ahí, no había visto ni rastro de Sasori. Se preguntaba dónde podía estar, es decir, el hombre era un muñeco viviente con unas relaciones familiares bastante cuestionables ¿A dónde podría haber ido?

 

- ¿En dónde está? - Preguntó Dei, incapaz de mantener sus pensamientos quietos.

 

- Resolviendo unos asuntos personales, o eso me dió a entender - Se limitó a responder - Pero no te enfoques demasiado en eso.

 

- ¿Cómo no? Si es mi compañero...

 

- No necesitas de un compañero fijo para practicar. Solo debes... - Se quitó la capa lentamente y le arrojó a un lado - Encontrar a alguien dispuesto a ayudarte.

 

- Eh... - Deidara enserio que no quería mirar, pero ¡Vamos! El hombre tenía abdomen de lavadero indígena recién hecho - ¿Cómo dices?

 

Pain soltó una risita y se colocó en guardia.

 

- ¿Qué te parece si luchamos Dei-kun?

 

Mmmm ¿Luchar contra su sexy y misterioso jefe que ahora le decía "Dei-kun" en vez del enano y malhumorado de Sasori?

 

- Acepto - Y se colocó en una guardia parecida.

 

La pelea fue intensa, pero no por ello menos entretenida. Pain era increíblemente rápido y él no era muy bueno en batalla cuerpo a cuerpo debido a que su especialidad eran los ataques de larga distancia. Pero en la hora y media que se mantuvieron entrenando Pain le enseño un par de técnicas que podía usar y que por lo general nunca fallaban. No entendía cómo es que había pasado toda la vida sin necesitarlas, porque ahora que lo notaba si hubiera sido más ágil en su pelea contra Sasuke sus brazos no hubieran sido inmovilizados. Muchísimos ninjas le hubiesen esquivado con un buen tiempo de reacción, ahora lo sabía.

 

- No sabes cuándo tus técnicas podrían fallarte, Deidara - Le dijo Pain una vez terminado. Estaba sentado en una roca y le instó a acompañarle - Nunca está demás ser precavido.

 

- No lo había tomado mucho en cuenta, la verdad - Admitió con una pequeña sonrisa - Prefería concentrarme en mi arte.

 

- ¿Y ahora?

 

- Ahora puede que te tome la palabra, no me vendría mal aprender un par de cosas nuevas.

 

- Estás en una edad crucial - Comentó ligero pero sin dejar de sonar sabio - Debes tratar de aprender lo más que puedas, así no te podrán tomar desprevenido.

 

"A buena hora me dan el consejo" Pensó con un ligero tic al recordar su última pelea.

 

A Deidara realmente le gustaba este nuevo Pain, era más abierto y receptivo. Y el hecho de que pudiera sonreír de vez en cuando era un cambio bastante bueno.

 

- Eres muy agradable - Se le salió sin querer y Pain cortó su diálogo para mirarlo divertido - Digo...

 

Soltó una risita.

 

- ¿Así que agradable, eh? ¿Qué más piensas de mí, Dei-kun? Te puedo dar un par de recomendaciones, si prefieres. ¿Qué te parece "Grandioso" o "Inalcanzable"?

 

"¿Qué te parece "Sexy"?" Pensó el inner de Deidara con corazoncitos en los ojos.

 

- No seas presumido. Me refiero a que eres amable para ser el líder de una pandilla criminal.

 

- No creo que seamos una pandilla, exactamente. Pero te lo dejaré pasar - Le guiño un ojo y luego suspiro - Es divertido que lo digas porque antes nunca fui muy amable. La verdad es que era huraño, arrogante, sarcástico y muy poco tratable. Pero la vida me enseñó que hay formas diferentes de hacer las cosas, aunque puedo decirte que fui algo necio para cambiar.

 

El rubio ladeó la cabeza, tanto sorprendido por la información como por ver a Pain como alguien que tuviera un pasado.

 

- ¿Y qué te hizo cambiar?

 

- Nagato - Respondió, y Dei se sorprendió, pensaba que en este mundo Nagato no había existido, en vista de que era Pain quien tenía el poder ocular y estaba vivo, pero al parecer se equivocó - Fue... mi mejor amigo, el mejor hombre que nunca he conocido. Crecimos juntos en medio de una guerra y a pesar de que aquí siempre llovía, juntos logramos formar una nueva luz... la familia que se nos negó desde un principio. El, Konan y yo fuimos los mejor amigos por muchos años, pero... - La pequeña sonrisa nostálgica se desvaneció lentamente.

 

Diablos, quién diría que el hombre que no sabía reír resulta que también sabe sufrir.

 

Tomando en cuenta ese giro en la trama, Deidara se suponía que entonces Nagato como el portador original del Rinnegan tuvo que haberle dado sus ojos. Ahora, bajo qué circunstancias, pues...

 

La cara de Pain le daba una muy buena idea.

 

- Oye, no tienes que decirme nada - De manera impulsiva le puso una mano en el hombro - Está bien.

 

Pain abandonó su vista al vacío para quedarse mirando fijo la mano que le consolaba, hasta que Dei la quitó con un fuerte sonrojo.

 

- L-Lo siento, yo...

 

- No te preocupes - Recupero la galante sonrisa - Pero ya será luego, es hora de comer.

 

- ¿Tan rápido? - El apenas y sintió el paso del tiempo, ¿Eso era normal?

 

- Los minutos vuelan cuando uno se divierte.

 

Pain se levantó con una cara más animada, se limpió con una toalla y luego le arrojó otra a Dei.

 

- Nos vemos en la cena, Dei-kun - Un escalofrío curioso le subió por la espalda al escuchar de nuevo ese apodo, y más cuando enfatizó ese gesto de rompecorazones con un guiño.

 

Era una suerte que a esa distancia no pudiese fijarse en el sonrojo que estalló en sus mejillas.

 

Deidara también decidió limpiarse, pero igualmente se quedó mirando un rato por donde se había ido su nueva mejorada versión de líder, con una sola interrogante en su mente.

 

¿Quién realmente era Pain?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

N/N: Muy bien, este capitulo fue para nuestro sensual Pain, ¿Quien creen que vendra en el siguiente capitulo a tomar protagonismo?

Nos vemos!

Menma.


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