Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un bebé en camino por Kirah69

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ya había anochecido, todos habían cenado. Stiles estaba en la habitación del bebé, caminando de un lado a otro con el pequeño bulto en brazos. No lloraba, pero no podía estarse quieto. Los demás estaban abajo, montando guardia. La tensión se podía palpar en el ambiente, como una habitación llena de gas esperando por una chispa para estallar. Varios todoterrenos y minifurgonetas, todos ellos negros, habían atravesado el estado hasta llegar a Beacon Hills. El FBI había seguido su rastro, pero, como Stiles supuso, no podían hacer nada hasta que actuaran. Estaban trabajando en el tema del tráfico de armas, pero eso llevaría un tiempo. Solo esperaba que el FBI fuera capaz de actuar a tiempo porque con todos aquellos agentes allí ahora ellos no podían actuar por su cuenta.

El ruido de un disparo vibró en el silencio de la noche seguido por el chasquido de un cristal al romperse. La bala hizo un agujero en el uniforme de sheriff y más balas comenzaron a cortar el aire. Stiles salió de la habitación y se agachó contra la pared en el pasillo. En apenas un instante todo se convirtió en un caos. Los estallidos de las armas resonaban dentro y fuera de la mansión. Los cristales de las ventanas terminaban hechos añicos y las paredes nuevas se llenaban de agujeros. Se oían voces entre todo aquel caos, pero era imposible distinguirlas bajo todo aquel ruido.

Duró una eternidad y solo unos minutos. El ruido de los disparos dio paso a las órdenes de los agentes.

—Señor Stilinski, ya puede bajar—le dijo el agente.

Stiles dejó caer el bulto en sus brazos al suelo y se levantó. Vio el agujero en el pecho del uniforme de sheriff que llevaba el agente. Ese podría haber sido su padre, pero gracias a Peter no lo era. Los dos Hale junto con su padre y su hijo se encontraban en un hotel, Stiles era el único en la mansión junto con tres agentes que se hacían pasar por ellos. En la penumbra de la noche los cazadores no podrían reconocerlos, esperaban que se fiaran al ver a Stiles en el piso de arriba con lo que parecía un bebé y así había sido.

—¿Cómo ha ido?—le preguntó.

—La mayoría ha muerto, los que siguen vivos están siendo escoltados a la comisaría. Cuando todo esté arreglado nos los llevaremos a San Francisco.

—¿Y si queda alguno... vigilando por ahí o algo?

—Hemos identificado a todos los que llegaron en los coches, pero aun así habrá patrullas por la ciudad para asegurarnos de que no se nos ha pasado ninguno.

—¿Puedo llamar a los demás para contárselo?

—Ya hemos avisado al sheriff. Le acompañaremos al hotel y podrá informarles en persona. Puede llamarles por el camino si quiere.

—De acuerdo, vamos.

Durante el trayecto hasta el hotel en un coche con dos agentes de FBI, Stiles no fue capaz de relajarse, no lo haría hasta que estuviera con su familia, todos sanos y salvos. Al entrar al hotel se encontró a su padre en el vestíbulo hablando con otro agente. Tan pronto como lo vio, Noah se acercó a él y lo envolvió en un abrazo y Stiles correspondió. Un momento después, lo agarró por los hombros y lo apartó un poco para poder examinarlo.

—¿Estás bien? ¿Te han...?

—Estoy bien, ni un rasguño—le aseguró—. ¿Cómo está Wilk?

—Inquieto por su padre. Y Peter no está mucho mejor. Si creyera que los... pueden sufrir infartos, ya le habría llevado al hospital. Más vale que subas cuanto antes para tranquilizarlo—le dijo con una sonrisa.

—De acuerdo, ten cuidado. No podemos estar seguros de que no quede ninguno por ahí.

—No te preocupes por mí, voy a estar rodeado por agentes del FBI, no creo que sean tan idiotas como para atacarnos. También se quedarán un par de agentes aquí por seguridad.

Stiles asintió y vio a su padre marchar en el mismo coche en el que él había llegado. Subió al piso donde estaban los demás y la puerta de la habitación ya estaba abierta. Peter lo rodeó con un brazo en cuanto se acercó y prácticamente lo arrastró dentro. Hundió el rostro en su cuello e inspiró hondo y Stiles dejó que lo hiciera hasta que estuviera satisfecho. Por el rabillo del ojo podía ver a Derek en la cama con Wilk en brazos. El pequeño estaba inquieto y parecía a punto de echarse a llorar.

—Peter, creo que el bebé también quiere estar con su padre—le dijo su sobrino.

Peter se apartó reticente, aunque sus manos no lo dejaron del todo. Stiles se sentó en la cama y aceptó a Wilk cuando Derek se lo pasó. El pequeño pareció calmarse tan pronto como lo acomodó en sus brazos, no lo suficiente para dormir, pero ya no estaba a punto de llorar.

—No podremos volver en unos días, creo que no han dejado una sola ventana intacta.

—Mañana me encargaré de eso, no te preocupes—respondió Derek.

Acarició su hombro poco discretamente para marcarlo también con su olor y salió de la habitación. Peter se sentó a su lado y se acurrucó contra él.

—¿Puedes darte una ducha? Hueles demasiado a esos agentes y a pistolas.

Stiles puso los ojos en blanco, pero le entregó a Wilk de todos modos y se levantó.

—Solo porque gracias a tu plan estamos todos vivos.

—No lo habría hecho si hubiera sabido que te utilizarían como cebo—murmuró gruñón.

—Yo sí, porque estáis todos vivos.





Los Hale tenían buenos contactos en la construcción, no hacía tanto que habían construido la mansión y, además, Derek era arquitecto, aunque su único diseño había sido la propia Mansión Hale, así que no tardaron mucho tiempo en restaurar todos los daños en la casa. Regresaron tan pronto como fue posible y solo entonces Stiles sintió que todo había terminado al fin. Se permitió disfrutar de la paternidad sin estar encerrado en un hotel o preocupado porque una pandilla de asesinos en serie intentara quitarle a su hijo. Pero en el fondo de su mente seguía esa voz oscura que le decía que no estaban del todo seguros.

Cuando Wilk se quedó dormido después de su cena, lo tumbó en la cuna. El bebé también parecía contento, o al menos más tranquilo, al estar en un lugar estable. Peter entró en la habitación y se acercó a él. Lo rodeó con sus brazos y apoyó la barbilla en su hombro. Tan pronto como inclinó la cabeza, Peter comenzó a besar y a mordisquear su cuello. Stiles suspiró, al fin podía estar también tranquilo con su pareja.

—Tenemos que conseguir que este lugar sea más seguro—susurró para no despertar al bebé. Peter murmuró una afirmativa sin dejar de besarle—. Necesitamos un alfa que dé estabilidad a esta ciudad—Peter se detuvo sin apartar los labios de su piel—, uno cuyo nombre inspire tanto miedo que la gente prefiera tomar un desvío antes que cruzar la ciudad.

—No creo que a Scott le haga mucha gracia ese plan—murmuró con los labios rozando su oreja.

—Tal vez Scott debería dejar de ser alfa.

Peter lo agarró por la cintura y le dio la vuelta. El rostro de Stiles estaba serio y decidido.

—¿No te arrepentirás?—le preguntó.

—Quiero que mi familia esté segura y él es una amenaza—tomó su rostro con ambas manos y le dio un largo y sentido beso. Estaba casi sin aliento al separarse—. Solo confío a ti para protegernos.

—Como desees.





No volvieron a hablar de ello, pero unos días después se sentaron a cenar y la silla de Peter estaba vacía.

—¿Dónde está Peter?—preguntó Derek mientras servía la cena.

No se podía llamar exactamente rutina tras apenas un par de semanas, pero lo habitual era que Derek cocinara tanto la comida como la cena y los tres comieran juntos.

—Está haciendo unos recados—respondió Stiles tranquilamente.

Comenzaron a cenar con el plato vacío de Peter junto a ellos, le guardarían la cena para cuando regresara. Estaban terminando de cenar cuando Wilk comenzó a inquietarse en su hamaca, era su hora de la cena. Stiles lo cogió en brazos mientras Derek recogía la mesa. De repente, Derek dejó caer un vaso, que estalló en el suelo en mil pedazos. Wilk se sobresaltó y comenzó a llorar. El rostro del lobo era de confusión y soltó un rugido. Wilk lloró con más fuerza. Stiles suspiró y miró a Derek con reprimenda. El lobo agachó la cabeza algo avergonzado.

—Lo siento, algo le ha sucedido a Scott—era normal que no supiera exactamente el qué, su vínculo con el alfa era tan fino que apenas lo notaría si desapareciera.

—Mm... Deberías recoger eso, no quiero clavarme un cristal.

Derek le miró aturdido por un momento, pero asintió y se puso a recoger los pequeños fragmentos de cristal.

Peter no regresaría en unas horas, tenía cosas de las que ocuparse, así que Stiles acostó al pequeño cuando terminó de cenar y se sentó en la mecedora junto a la cuna. Escuchó a Derek meterse en su habitación y la casa se quedó en silencio. Stiles encendió una pequeña lámpara, la luna era apenas visible en el cielo, tan solo una fina línea en forma de ce, y por la ventana solo se veía oscuridad. Esperó con algo de anticipación y un poco de preocupación. Había escogido la noche adecuada, donde el lobo tendría menos poderes y la mente jugaría con ventaja, pero aun así no podía evitar preocuparse por su pareja.

Un destello rojo llamó su atención y cuando levantó la mirada vio las dos llamas ardientes en la oscuridad del pasillo, la silueta apenas reconocible de un cuerpo. No sintió miedo. El lobo entró en la habitación lentamente con pasos calculados, controlados. Sus ojos se dirigieron a la cuna y de nuevo a Stiles. Este asintió. Peter se acercó a la cuna, su aspecto impecable y cuidadosamente neutro. Se inclinó sobre el pequeño y recorrió su cuerpo con una mano mientras frotaba su cabeza con la nariz y la mejilla. Una vez que hubo marcado a su pequeño, volvió a centrar la atención en su pareja. Stiles no se había movido de la mecedora, tan solo esperaba a su lobo.

Peter se arrodilló frente a él y sus ojos parecieron brillar más intensos. Stiles inclinó la cabeza a un lado y un gruñido vibró profundo en el pecho del lobo. Hundió el rostro en su cuello y se restregó contra él casi con desesperación.

—Mi alfa—suspiró y el gruñido se volvió más intenso—. Márcame—era tanto una petición como una concesión.

Stiles se aferró a sus hombros y Peter lo levantó en brazos. Ahora estaban seguros, ahora estaban protegidos, ahora podía disfrutar de su vida como pareja de Peter, de ser ayudante del sheriff y de la paternidad. Ahora podía aspirar a ser feliz.

Notas finales:

¡Gracias por leer! Comentarios y kudos son bienvenidos ^^ Podéis dejar vuestras peticiones para fanfics en mi blog.

¿Me invitáis a un café en Ko-fi para apoyar mi trabajo?

¡Uníos a mi PATREON!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).