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Troublemaker. por RLangdon

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Estaba nerviosa, aterrada. El último vestigio de esperanza en escapar se desvaneció cuando la imponente y robusta figura ingresó a la cámara, asegurándose de cerrar bien la puerta a sus espaldas
 
Sakura retrocedió por instinto, apenas una suave sacudida sobre la fría silla de metal que la sostenía. Movió por reflejo las muñecas, gruesos hilos de chakra la mantenían inmóvil, fija y prácticamente adherida al asiento. Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el corpulento hombre se acercó más. Su rostro estaba lleno de cicatrices, claros indicativos de lo que podría sucederle a ella. Lo conocía apenas un poco, lo suficiente para temerle
 
El oficial al mando del departamento de tortura la miró fijamente, como si tratara de recordarla de algún lado. Ella ladeó el rostro y se mordió los labios, aun así no pensaba hablar. Era por esa razón que la tenían ahí. Querían averiguar el paradero de Sasuke y no sería ella quien lo delatara. Prefería morir antes de entregar en bandeja de plata al chico que por tantos años amó y seguía amando
 
-Ibiki Morino- se presentó, sin efectuar el mínimo intento por sonar agradable. Sakura cerró los ojos, su respiración se agitó. Claro que lo reconocía, no necesitaba presentarse. Había sido él quien lideró la primera parte de los exámenes Chunnin. Quizás él no la recordaba pero ella no podía decir lo mismo. Le inspiraba miedo, terror, una sensación atroz y similar a la primera vez que vio a Orochimaru
 
La oscuridad se apoderó del cuarto, llevándose todo vestigio de luz a su paso. Sakura gimió entre asustada y confundida. El alambre de púas se enredó en sus piernas, con mucha firmeza. La piel fue rasgándose y ella se mordió con fuerza descomunal los labios para reprimir el dolor. Si tuviera las manos libres podría sanarse fácilmente pero no había forma…
 
Y entonces volvió a sollozar. No saldría de esa pequeña cámara de tortura hasta que hablara, estaba en una encrucijada y en espera de Sasuke. Porque estaba segura de que regresaría por ella, la ayudaría a escapar y después…se irían juntos. Lo convencería de dejar a Orochimaru, lo guiaría por otro camino, solos ella y él. Incluso podían fugarse a cualquier aldea lejana, empezar de nuevo. No sería problema, claro que no
 
Tenía que aferrarse a algo para soportar, a alguien…a Sasuke
 
-Puedes evitarte el sufrimiento si respondes con la verdad- le sugirió Ibiki, mirándola con dureza. Sakura negó suavemente, el genjutsu se hacía más evidente a medida que transcurrían los segundos. Sintió frio y ganas de vomitar. No ganaba nada haciéndose la fuerte, llevaba años tratando de superarse y la realidad amenazaba con resquebrajar su bien fundada utopía
 
Todo mejoraría porque…Naruto
 
Hincó las uñas a la base de la silla. Naruto no estaba ahí, siempre le dejaba sus cargas emocionales a él. Siempre trataba de apoyarse en quien fuera uno de sus amigos
 
¿Por qué lo había lastimado entonces?
 
La respuesta era clara, tan nítida como la sangre que brotaba de sus piernas. No había cumplido su promesa. El resentimiento seguía indemne dentro de ella. No lo odiaba pero tampoco lo había perdonado. Fue Naruto quien prometió traer a Sasuke sano y salvo a la aldea, fue él quien le falló cuando regresó sin Sasuke y con varias heridas
 
"Todo estará bien, Sakura-chan" aun recordaba el pulgar en alto, la sonrisa que le devolvió la confianza de que Sasuke estaría bien y volvería a la aldea
 
Sus pupilas vibraron, sintió la gruesa mano posarse sobre su cabeza. Otro genjutsu para absorberle información, tenía que pensar en otra cosa. Tenía que olvidarse de lo que pasó con Sasuke, borrar sus recuerdos
 
-Sakura Haruno- logró oír el murmullo antes de perder la consciencia, la silla se humedeció y esta vez no se trataba de sangre
 
Se ocultó tras la espesura del follaje cuando varias siluetas conocidas abarcaron su campo de visión. Los reconocía a la perfección, a todos ellos, todos hipócritas
 
Entrecerró ligeramente los ojos al notar la pequeña caja de regalo que llevaba el usuario del Byakugan. Un espasmo de decepción lo asaltó pero trató de convencerse de otro motivo. No sentía el chakra de Naruto desde la noche anterior pero si percibía el oscuro y nauseabundo que provenía del zorro de las nueve colas. Estaba demasiado confundido para enlazar una cuestión con la otra. Naruto no podía estar usando ese chakra debido al enorme riesgo que corría al transformarse. El mismo lo presenció una vez, la ilógica daba cabida en la tranquilidad que manifestaban los ninjas médicos que salían y entraban del hospital
 
Naruto debería haber alcanzado cierto grado de transformación por el flujo constante de ese chakra oscuro y sin embargo no había bullicio alguno que lo delatara. Y si el chakra no le pertenecía a él, solo podía significar que no sobrevivió
 
¿Sería cierto?, ¿Naruto había muerto?
 
La sola idea lo sumergía en un terrible desequilibrio emocional. No había lágrimas pero el dolor era mucho peor que si las hubiera. Se sentía desgarrarse por dentro al sopesar la más simple y llana posibilidad de que Naruto no hubiera sobrevivido. Después de todo ¿Qué importancia tenía Naruto para aquellos aldeanos estúpidos que lo habían subestimado desde pequeño?
 
Todo se resumía en un dilema demasiado patético y arriesgado de su parte. Podía marcharse y olvidarse de todo, dejar atrás sus estúpidos sentimientos por Naruto. Intentar una vez más trozar aquel lazo que lo mantenía unido no solo a él sino a toda la villa
 
La segunda opción era la que lo mantenía ahí, de pie, analizando las probabilidades. No era idiota, se había dado cuenta de la considerable baja en la cantidad de chakra cuando se acercó a la entrada. O el resto del equipo de seguridad se había marchado a liderar alguna misión de suma importancia, o Tsunade no estaba en la aldea. No era ninguna novedad que sus sequitos la acompañaran
 
La adrenalina volvió a bullir, con más fuerza esta vez. Se había decidido, la seguridad había decaído de manera considerable a falta de la Hokage y él necesitaba asegurarse del estado de Naruto. Si seguía vivo…
 
Lo llevaría consigo
 
Abandonó con simpleza su escondite, sacudiéndose el resto de hojas secas que se habían adherido a su cuerpo. Era su oportunidad y no pensaba desaprovecharla
 
Shikamaru esbozó media sonrisa al abrir la puerta. Se trataba de sus amigos y estaba seguro de que Naruto se alegraría de verlos. Aunque su pensamiento cambió al volver la mirada hacia la mullida cama. Naruto mecía a Taichi en sus brazos y en ningun momento había dejado de sonreír y esa misma sonrisa se transmitía a él en medio de tan enternecedora imagen. Su pareja y ahora su hijo, no podía estar más feliz aunque quisiera, su familia estaba completa ahora, tampoco pensaba quejarse
 
-Lee, Chouji, Tenten- los saludó en ademan, invitándolos a tomar una silla. La habitación era pequeña pero no había problema si algunos esperaban afuera. Estaba por cerrar la puerta cuando una mano ajena se posó en el otro extremo, impidiéndole llevar a cabo su acción
 
-No necesito presentación
 
Shikamaru alzó una ceja. El arrogante Hyuga pasó de largo y fue el primero en dirigirse hacia la sección donde yacía Naruto en cama. ¿Quién se creía?
 
El Nara cerró de mala gana la puerta. Encima venía con obsequio. Negó en ademan y se dispuso a seguirlo, puede que no fuera muy ético de su parte pero seguía siendo el padre y la pareja de Naruto, por ende tenía derecho
 
Descorrió la cortina y miró atento en dirección de la cama
 
-¿Ya pensaste un nombre?- inquirió Neji, acercándose más al bulto envuelto en la frazada. Naruto asintió sonriente
 
-Se llama Taichi- reconoció, sin dejar de observar al pequeño bebito que lo tenía embelesado desde temprano. Le parecía tan frágil que tenía miedo de dejarlo un solo minuto. A pesar de que Shikamaru lo había estado relevando durante la noche, no quería apartarse del pequeño. De todas formas, Taichi era bastante tranquilo y a Naruto le encantaba ver sus ojitos azules tan idénticos a los suyos
 
-Te traje…- Neji se volvió hacia un costado de la cama para tomar el presente pero no tuvo tiempo de entregarlo cuando sus compañeros de equipo también entraron a la sección
 
-¿Puedo verlo?- pidió Tenten, aproximándose hacia Naruto, quien felizmente retiró una parte de la frazada para dejar al descubierto al bebé. –Es hermoso
 
-La juventud absoluta- sonrió Lee, posicionándose junto a Tenten
 
-¿Puedo cargarlo?
 
Naruto se mantuvo pensativo un momento pero al ver la mirada de los presentes puesta en él, tuvo que aceptar
 
Despacio, entregó a su bebé. Repitiéndose mentalmente que no le pasaría nada. Sin embargo, no retiró la vista de su pequeño, siguió cada movimiento de Tenten y de Lee a su lado. Se sentía egoísta pero deseaba tener todo el tiempo a Taichi. Casi lo pierde y el solo hecho de pensarlo despertaba su faceta sobreproctectora
 
-Es hermoso, Shikamaru- Chouji entró a la sección, colocando con firmeza un brazo en el hombro de su distraído compañero, el cual asintió más que convencido del cumplido hacia su pequeño. Taichi poseía los rasgos de ambos, aunque la similitud con Naruto era mucho más notoria
 
De algo estaba seguro, se sentía orgulloso de ser el padre
 
-Tiene que serlo- fingió engreimiento, llevándose los brazos tras su nuca. Chouji rió por la ocurrencia de su compañero. Siempre solía decir trivialidades cuando se sentía estresado o feliz. Chouji estaba seguro de que era lo último esta vez
 
-Naruto-kun- Tenten acarició lentamente el cabello castaño del bebé. - Es idéntico a ti
 
Shikamaru chasqueó la boca por el acertado comentario. Chouji volvió a reír a sus espaldas. Sería un día bastante largo por lo visto
 
No se equivocó. La charla se prolongó casi dos horas, entre cuestionamientos sobre el futuro y recuerdos nostálgicos de su estadía en la academia, pronto el atardecer cayó
 
Shikamaru se dedicaba a mirar desde su asiento, recargó su codo sobre la pierna derecha y apoyó su mejilla en la palma de su mano. Comenzaba a fastidiarse, no que le disgustara la compañía de sus amigos pero podía notar la ansiedad de Naruto en su semblante
 
Los ojos azules de su pareja no abandonaban a Taichi pese a que Tenten lo tenía en brazos de nuevo. La chica había vuelto a pedírselo una vez que terminó de alimentarlo
 
-¿Y volverás a casa de tus suegros?- Shikamaru se removió en su lugar, denotando mayor interés en la nueva interrogante. Era lo mismo que se había estado planteando
 
-Si- pero Naruto ni siquiera razonaba la respuesta, no ponía atención a lo que le preguntaban. Solo quería tener de vuelta a su pequeño en brazos
 
Shikamaru se puso de pie. Se había mantenido neutral en la conversación porque necesitaba saber que era lo que quería Naruto. No se sentía muy cómodo hostigándolo de esa manera. Sabía que Naruto se enfadaría si le preguntaba directamente, aunque la confianza fuera mutua
 
-Naruto ¿tienes sueño?
 
-Si- cual autómata, Naruto volvió a responder, sin percatarse de que esta vez había sido su pareja y no Tenten quien hacia la pregunta. Shikamaru sonrió, complacido con la respuesta
 
Los presentes se miraron unos a otros. Salvo Neji que, al igual que Shikamaru, mantenía su distancia
 
-Creo que ya deberíamos irnos- opinó Lee, rascándose la nuca. Incomodo por la situación. Era obvio que Naruto necesitaba descansar, era joven pero eso no significaba que debiera permanecer despierto hasta tarde, especialmente ahora que tenía un bebé interrumpiendo sus sueños. Tenten asintió, se acercó a la cama, dirigiéndole una última mirada al bebé que recién despertaba en sus brazos
 
-Es tan adorable- lo entregó forzadamente. Naruto sintió el alivio embargarlo al tener nuevamente a su pequeño. Por alguna razón tenía un mal presentimiento, no se alejaría ni un instante de Taichi, además, en unos días lo darían de alta. Seria más cómodo cuidar del bebé en un ambiente hogareño y no en la monotonía y frialdad del hospital. Afortunadamente tenia a Shikamaru consigo, asistiéndolo en todo momento, incluso cuando no se lo pedía
 
Naruto miró de soslayo a su pareja. Sabía que Shikamaru estaría muy cansado por estarlo cuidando todo el tiempo, no solo él sino también al bebé
 
Decidió esperar a que sus compañeros abandonaran la sala
 
-Se que ya te dieron todo lo que necesitas- Naruto cerró los labios, observó a Neji junto a él con una pequeña caja de regalo. Un chasquido se oyó a la distancia, era Shikamaru
 
-¿Qué es?- Naruto parpadeó. Quería abrirlo ya mismo pero no podía al tener a Taichi en sus brazos. Neji lo miró escasos segundos antes de retirar el lazo. Naruto se extrañó aun mas cuando Neji sacó un diminuto dije cuya circunferencia platinada resplandeció
 
-Quería dártelo antes pero no se dio la oportunidad
 
-¿Oportunidad?- Naruto estaba cada vez mas confundido. Ni siquiera vio cuando Shikamaru se acercaba, más que fastidiado
 
-Naruto te agradece pero necesita descansar- era una clara invitación hacia la salida. Neji sonrió por el fallido intento de "dominio de la situación" de Shikamaru
 
-Shikamaru- Naruto frunció el entrecejo. No entendía porque tanta hostilidad de parte del estratega. Para cuando quiso darse cuenta, Neji ya se había ido, dejando sobre las sabanas el pequeño obsequio. Naruto lo tomó para verlo detenidamente. Sonrió al reparar en la figura del ave en el centro del collar. Sabía lo que representaba aquella imagen para Neji, la libertad de poder cambiar tu destino, el libre albedrio que no había conocido hasta hace poco. Optó por guárdalo nuevamente en la cajita, ahora era Shikamaru quien cargaba al pequeño en brazos, como si tratara de evadir la situación. –Me sentí extraño cuando ellos lo cargaron- confesó, incorporándose lentamente de la cama. Sus articulaciones se habían entumecido un poco
 
Shikamaru lo miró expectante para después sonreír. No era un gesto forzado ni mucho menos. Simplemente le resultaba hilarante
 
-Lo sé- esta vez miró a Taichi. Su pequeño entrecerraba cada cierto tiempo sus ojos, como si tratara de enfocar a la persona que lo estaba sosteniendo en brazos. –Lo noté desde que entraron
 
Era cierto, Naruto se había mostrado algo receloso pero Shikamaru intuía que era normal. Después de lo sucedido no era para menos que desconfiara de todos, afortunadamente aun confiaba en él. O eso quería pensar…
 
-Shikamaru- la mirada del rubio ensombreció cuando se acercó a mirar a Taichi. -¿Crees…?- retrocedió un paso, llevando ambas manos a la espalda mientras se balanceaba despacio sobre sus talones, dudando en preguntar o quedarse con la duda. La expresión de Shikamaru lo instó a continuar. -¿Crees que me perdone?
 
Al principio, Shikamaru no comprendió. Sin embargo Naruto se apresuró a aclarar su desconcierto
 
-Fue mi culpa
 
Enseguida, el Nara negó en ademan. Definitivamente no lo era
 
-Tú lo salvaste, Naruto- apremió, acomodando un mechón de cabello rebelde. Naruto detuvo sus movimientos, inseguro
 
-Pero fui yo quien lo puso en peligro en primer lugar- recordó lo que había hecho, sintiéndose mal por su precipitada reacción. –Yo me comí la tarta de Sakura-chan
 
Shikamaru dejó de mirar al bebé. Se quedo perplejo unos instantes, no estaba al tanto de que Naruto supiera la verdad. No había querido decírselo hasta encontrar el momento adecuado
 
-¿Cómo supiste que fue ella?- se arrepintió de preguntar al notar la expresión nostálgica del rubio. Mirar a Naruto triste era equiparable a contemplar el cielo cuando estaba nublado. El sol no brillaba y las nubes grises opacaban la belleza del firmamento. Un espectáculo plenamente melancólico que podía comparar con el semblante actual de Naruto
 
-Escuché a tu mamá decirlo cuando devolvía el estomago- admitió, bajando la mirada. Los pasos de Shikamaru secundaron al silencio acaecido tras la confesión. Naruto no sabía cómo sentirse al respecto, solo estaba confundido y triste por no haberse dado cuenta a tiempo
 
Los irises azules tintinearon al ser envuelto en un semiabrazo comprensivo por Shikamaru. Naruto susurró un quedo "lo siento" antes de volver a tomar a su bebé
 
-No va a perdonarte porque no has cometido ninguna falta contra él- Shikamaru sonrió, contempló atentamente el perfil de Naruto. Nunca se imaginó que realmente podría formar una familia junto a él, no creyó que pudiera procrear y mucho menos se vio a si mismo cuidando de un recién nacido pero ahora todo era bastante lucido. No más utopías o citas forzadas preparadas por sus padres, no más cobardía ni pesimismo. Tenía todo lo que quería y al mismo tiempo lo que necesitaba. A Naruto y a su pequeño, ambos eran su cielo, los dos eran parte de su vida ahora, su…mundo
 
Sasuke se detuvo en el alféizar de la puerta, visualizó las dos sombras que se reflejaban tras la cortina y sintió la sangre hervirle de nuevo. Todavía no erradicaba esa molesta sensación de antes y ahora el sofoco interno se intensificaba. ¿Por qué Naruto seguía con él?
 
Y entonces la respuesta le sobrevino junto a la vorágine de emociones que se esforzaba en reprimir. Era por aquel producto indeseado que había tratado de destruir
 
"Infructuosamente", se dijo al percibir la tercera presencia, el débil flujo de chakra que había confundido anteriormente con el de Naruto. No era de él, sino del estorbo que la inútil de Sakura no pudo eliminar
 
Dio otro paso, indeciso aun en su actuar. Podía terminar lo que empezó y llevarse a Naruto ahora que la seguridad no representaba mayor amenaza
 
-Te amo, Shikamaru
 
Su cuerpo se paralizó ante la voz de Naruto. Empezó a dudar nuevamente, de sus acciones, de su decisión. No era arrepentimiento sino…dolor
 
Se olvidaba que su vinculo con Naruto no estaba roto, nunca logró deshacerse del lazo que lo unía a Naruto, contrario al rubio que ahora profesaba con plena seguridad amar a alguien más, y ese alguien…no era él
 
Sasuke Uchiha había sido reemplazado, sustituido, no solamente de la aldea, los sentimientos de Naruto pertenecían a aquel imbécil que se convirtió Chunnin
 
Sin mayor miramiento, descorrió las cortinas y se adentró en la pequeña sección destinada para Naruto
 
Los rostros de los ahí presentes le pasaron desapercibidos, se centró exclusivamente en lo que Naruto llevaba en brazos. De ahí provenía la débil fuente de chakra, del mismo modo que sus problemas
 
Trató de seguir avanzando en vano. Su cuerpo inmóvil y la sombra proyectándose verticalmente en el suelo. Shikamaru frunció el entrecejo, una alarma interna se sacudió dentro de él. Naruto apenas si alzó la mirada, por alguna razón no le sorprendía ver a Sasuke también. Si Sakura había atentado contra la vida de su bebé, lógicamente se debía a la influencia del Uchiha, su amor platónico
 
-Creí que habías muerto- murmuró Sasuke en tono lacónico, sin dejar entrever la preocupación que se había apoderado de él horas antes. Naruto desvió la mirada de los ojos ónix, se sentía aun débil para discutir. Taichi se removió incomodo entre sus brazos, como si la nueva presencia le estuviera afectando, como si pudiera percibir el peligro al que estaba expuesto
 
-Naruto, vete- Shikamaru amplió el radio de su jutsu para asegurarse de que cubrir toda la extensión en derredor del Uchiha. No había miedo en su cuerpo esta vez, solo odio, un odio inmenso por el bastardo que amenazaba la integridad física de lo más importante que poseía
 
Sasuke miró impasible a su alrededor, tratando de captar la atención del estratega, quien, molesto, no se dejó intimidar
 
-¿En serio crees tenerme?- sonrió déspota, entornando la mirada hacia un punto en especifico. Shikamaru vaciló, sintió el abismo abrirse bajo sus pies, pronto no había ningun mueble en la habitación, ningun objeto o materia física, solo ellos dos. La desesperación lo consumió rápidamente al darse cuenta de la ilusión. No podía darse el lujo de cometer esa clase de errores, no ahora que tenía una enorme responsabilidad. –Es justo terminar lo que empezamos- Sasuke se acerco lentamente hacia él. Shikamaru se palpó el interior del chaleco en busca de sus armas. Morir no estaba en sus planes, nunca lo estuvo pero en esta ocasión tenía un motivo más sólido para defender su existencia
 
Los pasos de Sasuke no aumentaron en velocidad, pese a la ansiedad de querer concretar sus intenciones pasadas. Dio un paso más y se detuvo al escuchar la voz de Naruto en la realidad. Los sollozos cobraron intensidad. Sasuke apretó con fuerza la mandíbula, el sonido que emitía el pequeño lo desesperaba en demasía
 
Tuvo que abandonar la ilusión. Naruto se hallaba indeciso, sin saber cómo proceder con su bebé en brazos. No dejaría solo a Shikamaru pero tampoco quería poner en riesgo a Taichi
 
-¿Piensas…quedarte con él?- preguntó Sasuke, mascando su propia ira al proferir tal cuestionamiento. Naruto asintió a modo de respuesta, acarició el cabello castaño y depositó un suave beso en la frente del pequeño para calmarlo. –No podrás- se aproximó hacia el rubio, sin reparar en la expresión dolida del mismo. –Sigues siendo el inmaduro de antes, eres torpe y tu idiotez prevalece
 
Naruto suavizó la mirada, forzándose a ignorar los comentarios de Sasuke. Más que nunca quería responderle, golpearlo por atreverse a enviar a Sakura a cometer semejante crimen
 
El impacto le dio de lleno en el rostro, Sasuke se frenó en seco, sintiendo el palpitar de su mejilla. Filos hilos carmesí descendieron de su boca pero él se negaba a aceptar que el imbécil con rango de Chunnin hubiera escapado de su ilusión
 
Volteó a duras penas para mirarlo. Entonces se dio cuenta. Se había fracturado un dedo. Shikamaru lo observaba fijamente a la distancia. La sombra los ataba nuevamente, con más firmeza esta vez. Se había golpeado a sí mismo con la ira a flor de piel, con tanta fuerza que se olvidó que el impacto iba dirigido también a su cuerpo. Un poco más de fuerza y se habría roto la mandíbula. Pero no le importó, no al escuchar la sarta de bajezas e insultos hacia Naruto
 
-Si hablamos de inmadurez….- Shikamaru se limpió despacio la sangre que manaba de su boca. El dolor era casi insoportable pero no permitió que le afectara al pronunciar. –Deberíamos citar tus procederes hasta este momento
 
Naruto miró preocupado a Shikamaru. No quería que se involucrara en una pelea con Sasuke, llevaba las de perder, ambos
 
-No necesitas esto, Naruto- sorpresivamente, Sasuke esbozó una sonrisa tranquila. Naruto lo observo incrédulo, sin aflojar el agarre de sus brazos. –Puedes venir conmigo. Deja esa carga aquí y…
 
-¡No!- se alejó en dirección de la puerta. No pretendía escapar pero si dejarle en claro su decisión. Sasuke experimentó por segunda vez el rechazo. Su sharingan se activó cuando el odio abismal comenzó a absorberlo
 
-Será por las malas- cerró los ojos, concentrando el flujo de chakra en una zona en especifico. Shikamaru trató de mantener el jutsu. Necesitaba reforzarlo, mantenerlo inmóvil más tiempo. Sasuke se resistía y el tiempo que podía mantener en función su sombra seguía siendo escaso
 
El fuerte ruido irrumpió el perpetuo silencio. Los vidrios de la ventana se trozaron, produciendo un chasquido seco cuando los diminutos cristales cayeron irremediablemente. Shikamaru se alivió en demasía al ver al Sennin atravesando la abertura de la ventana
 
-Lamentó la demora- pronunció, irguiéndose imponente. Sasuke suspiró contradictorio por el recién llegado. Sabía que no estaba a su altura, ni de lejos podría ganarle. Optó por retirarse, ya no veía a Naruto por ninguna parte
 
-Rasengan- Jiraiya concentró el chakra en la palma de su mano. Sasuke sonrió a medias. Una bola de energía atravesó su cuerpo. El cuerpo falso que se desvaneció dejando en su lugar una estela de humo y un objeto inanimado
 
-Sustitución- masculló Jiraiya, decepcionado por haber fallado. Se asomó al recoveco de la ventana pero no logró distinguir nada entre la espesura de los arboles
 
Shikamaru negó en desaprobación. Sasuke era y seguiría siendo una potencial amenaza
 
-Los cazadores irán en su búsqueda- Jiraiya le sonrió, tratando de apaciguar las emociones que seguramente se arremolinaban en el más joven. –Lo discutimos con Tsunade. Sasuke será integrado al libro bingo
 
Shikamaru abrió desmesuradamente los ojos. Al principio escéptico pero lentamente asimiló la veracidad de las palabras. Ahora Sasuke seria adjudicado como un criminal. Cualquiera que lo viera sería libre de atacarlo y darle muerte. Lo buscarían en cada aldea sin descanso en pro de una buena recompensa. Aunque interiormente dudaba que alguien lograra atrapar a Sasuke, sobre todo por Orochimaru. Muchos ninjas renegados le eran fieles
 
-Naruto…- reaccionó tarde. No le dio tiempo a Jiraiya de decir nada mas, interrumpió su monologo para salir corriendo de la pieza a buscar a Naruto. Afortunadamente no tuvo que buscar mucho. Naruto yacía en la habitación aledaña, buscando desesperado con la mirada a alguna enfermera que cuidara de su pequeño para poder auxiliar a Shikamaru
 
Pronto el alboroto se hizo público. Varios Shinobis ingresaron al hospital. Naruto se dio la vuelta al sentir el quedo toque sobre su hombro. Temió que se tratara de Sasuke pero al reparar en el semblante del estratega, sintió alivio
 
-¿Y Sasuke?- volvió a alarmarse, si Sasuke le hacía algo al bebé. Shikamaru suspiró consternado
 
-Escapó- las palabras le supieron amargas en medio de la creciente adrenalina
 
-Tu dedo- Naruto se percató de la fractura. Alzó la mirada angustiado. La mejilla de Shikamaru también denotaba un fuerte tono rojizo, producto del golpe que se había dado a sí mismo. -¿Y si regresa?- preguntó preocupado mientras deslizaba con suavidad el dorso de su mano por la mejilla de Shikamaru, este hizo un mohín al meditar su respuesta. No quería preocupar más a Naruto
 
-Lo atraparan pronto- quiso convencerse de ello. Naruto asintió conforme, apoyó su cabeza en el pecho de Shikamaru. Taichi se había quedado dormido en sus brazos y él aun sentía el fuerte latido de su corazón
 
Naruto entró a tientas al departamento. Shikamaru insistía en cubrirle los ojos y él ya quería ver su sorpresa. No podía esperar. Desde que lo dieron de alta en el hospital había querido ir a Ichiraku, extrañaba el ramen. Pero Shikamaru había prometido llevarlo luego de que hicieran una parada. Había pasado una semana en el hospital y lo último que Naruto quería era esperar más tiempo. Además, escuchaba los quedos gemiditos de Taichi, seguramente él también tenía hambre
 
-¿Ya Shikamaru?- se desesperó, palpando inseguro el resquicio de la puerta
 
-Espera- Shikamaru entró primero. Taichi lo miraba desde sus brazos con genuina curiosidad. Sus ojitos azules resplandecieron aun más bajo la luminosidad del departamento. Naruto trastabilló al dar otro paso
 
-¿Ya?- se quedo quieto esperando la aprobación de Shikamaru. No quería caerse por las ansias que le generaba la situación
 
-Ya- Shikamaru dio un firme tirón a la venda. Naruto abrió lentamente los ojos para adaptarse a la luz del lugar. Parpadeó unas veces y enfocó con asombro su departamento amueblado. Se giró para ver las paredes azules. Bajo sus pies una alfombra. Caminó en dirección del comedor. Notaba algo extraño en su estancia, no solo por la nueva decoración y los muebles, sino también por la amplitud
 
-Originalmente pensé en mudarnos al lado- admitió Shikamaru, mirando con ternura el gesto de Taichi, como si tratara de sonreír. –Pero finalmente decidí que unieran ambas secciones. Esta era tu casa después de todo
 
Naruto se dirigió a la sala sin dejar de mirar a su alrededor. Ahora entendía la ausencia de Shikamaru por las tardes y su ridícula justificación del entrenamiento
 
-¿Y tus padres?
 
Shikamaru se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Recordó a Yoshino y se haló el cuello del chaleco con nerviosismo
 
-No se los he dicho
 
-Shikamaru- Naruto sonrió divertido. Vio la botella sobre la mesa. La misma que usaban meses antes cuando sus amigos se reunían en su casa. La miró con detenimiento y después la tomó para asegurarse que fuera la misma. –Te olvidaste de votarla- la agitó en sus manos, extrañado
 
Shikamaru negó despacio
 
-No quise tirarla- reconoció, abrigando más al pequeño. Naruto arqueó una ceja
 
-¿Por qué?- preguntó recostándose en el mullido sofá. Shikamaru se sentó frente a él, colocando con cuidado a Taichi en su regazo
 
-Fue por ese juego que me pude acercar a ti- estuvo seguro de ruborizarse ante tal ridiculez. Naruto rió por lo bajo, aun con la botella en sus manos
 
-Nunca me enseñaste a besar- frunció los labios ante ese ínfimo detalle. Shikamaru le invitó con un gesto de mano que se sentara junto a él. Naruto inclinó un poco la cabeza, se levantó para ir a su lado
 
Shikamaru le indicó que cerrara los ojos y Naruto acató de inmediato. Los cálidos labios del castaño se posaron sobre los suyos, apenas una caricia labial que le produjo un suave cosquilleo. Naruto abrió los ojos más que confundido con el sutil roce
 
-¿Así?- Shikamaru esbozó una sonrisa al notar el desconcierto en los ojos azules
 
-No me refería a ese tipo de besos- unió sus dedos sin atreverse a decirle a Shikamaru lo obvio. Sabía que estaba jugando y lo corroboró cuando los labios se estamparon contra los de él, robándole el aliento de golpe. Naruto permaneció inmóvil, con los ojos cerrados, sintió la húmeda lengua adentrarse en su cavidad. El beso se tornó demandante en cuestión de segundos. El bebé emitió un quedo balbuceo, similar a una risa. Naruto sonrió entre ambas bocas y se apartó rápidamente
 
-¿Escuchaste Shikamaru?- el aludido asintió, volviendo la mirada hacia Taichi. –Dice que eres un pervertido- sonrió y se levantó velozmente sin esperar reclamos
 
-Naruto…- Shikamaru se puso de pie, miró por última vez la botella. Todos y cada uno de los recuerdos con Naruto los atesoraba en lo más profundo de su ser. Sabía que pronto se acumularían recuerdos nuevos, igual de perdurables y mucho más gratos junto a su nueva familia. Quizá Naruto no lo sabía pero él había dejado de ver el lado problemático de las cosas. Ahora se enfocaba en el futuro, se aseguraría de que Naruto cumpliera su sueño, siempre estaría para él, jamás lo dejaría solo porque lo último que deseaba era volver a verlo sufriendo como en el pasado
 
Depositó un beso casto en la mejilla de Taichi y se dispuso a buscar los cupones. Esa noche llevaría a cenar a Naruto, también tendría que enfrentar a su problemática y bastante dramática madre. Pero valía la pena…absolutamente
 
-.-.-.-.
 
Inevitablemente sonrió cuando se hallaba a escasos metros de su nueva casa. Incluso debía admitir que se sentía mucho más cómodo en aquel ambiente creado por su familia. Tanto Naruto como Taichi conformaban el círculo hogareño en el que Shikamaru se había acostumbrado poco a poco. No que extrañara los regaños banales de su madre o las humillaciones póstumas de su padre al momento de perder contra él en un superfluo y nimio partido de shogi. Simplemente le incordiaban las dudas respecto al nuevo rol que había dispuesto un par de años atrás, cuando ni siquiera se creía merecedor del amor de Naruto
 
Sus dudas irrelevantes variaban desde sus responsabilidades hasta ciertas preocupaciones de mayor transcendencia que, lentamente había dejado en el pasado. Había abandonado sus irrisorias quejas en pro del bienestar de su hijo. Varias noches tuvo que ceder su sueño, postergarlo para el amanecer. Asimismo, adquirió nuevas modalidades, se había vuelto más hábil y eficiente en lo que implica el cuidado de un recién nacido. Las tardes gastadas en la biblioteca habían sido útiles después de todo, por ende, disfrutaba de lo que hacía. Atesoraba cada momento junto a Naruto y Taichi. Ambos eran sus soles, quienes se encargaban de hacerle mucho más ameno el día, quienes lo recibían con una sonrisa y algún juego nuevo en el que, por alguna ley que había pasado desapercibida, le tocaba a él participar
 
Resultaba casi una utopía dar por sentado que, dentro de una semana más, su pequeño niño hiperactivo cumpliría tres años. Lo que implicaba 36 meses de felicidad lucida e ininterrumpida junto a ellos
 
Shikamaru se sorprendió de no ver a ninguno de sus inquietos soles al cruzar la puerta. Las luces estaban apagadas y ningun ruido era perceptible
 
"Extraño" se dijo, recorriendo una por una las recamaras. Supuso que Naruto estaría cansado, después de todo, el día anterior le había tocado a él liderar una misión junto a su nuevo equipo. Aquel joven insensible cuyo cabello oscuro y semblante imperturbable le recordaban a cierto individuo que repugnaba con todo su ser. Aunque el parecido terminara ahí mismo, en una simple similitud física, puesto que aquel muchacho no poseía el inconmensurable odio del Uchiha, en realidad era todo lo contrario. El nuevo integrante del equipo siete se destacaba por aparente falta de emociones, siempre apático y con una sonrisa que, al principio, Shikamaru había catalogado como un gesto hipócrita
 
Tal vez el chico no le agradaba mucho. Nada realmente, pero hacia su esfuerzo por aceptarlo, ya que, era el nuevo compañero de Naruto y aunque angustioso para el joven, el reemplazo de Sasuke Uchiha
 
Se preguntaba cómo sería la suplente de Sakura. No quería saberlo aun. Pero ello significaba una buena primicia para Naruto, ya no tendría que estar vagando de equipo en equipo cada misión. Pronto tendría el propio y lo que era aun mejor, él sería líder de dicho equipo
 
Se rindió de buscar y de esperar a que llegaran. No sabía a dónde habían ido pero tenía una leve hipótesis de donde podría hallarlos. Conociendo a Naruto debería estar entrenando en los alrededores
 
Se deshizo de sus armas, dejándolas sobre el anaquel más alto y dentro de sus respectivas fundas. Por nada del mundo propiciaría un accidente. Taichi era demasiado curioso al igual que Naruto, y algo desinteresado en cuanto a la importancia de ciertas cosas. Una semejanza más hacia su persona
 
Caminó resueltamente por las calles de Konoha. Abarrotadas de Shinobis y demás civiles que acudían sin prisa alguna hacia su destino. Shikamaru introdujo las manos en los bolsillos, miró atentamente a los individuos que pasaban junto a él. Aun era temprano para que Naruto estuviera en Ichiraku pero el rubio era tan impredecible que tampoco debía descartar esa opción
 
-¡Shikamaru!- escuchó la aguda voz a la distancia y acto seguido, divisó a sus compañeros fuera del establecimiento de barbacoa. No esperaba encontrarlos a ellos. Suspiró y esbozó una sonrisa tranquila al tiempo que se abría paso entre la muchedumbre. Ino lo invitó a sentarse a la mesa pero Shikamaru rechazó la invitación con un gesto de mano. No pensaba quedarse mucho tiempo, quería encontrar a Naruto
 
-Creímos que vendrías a comer con nosotros- murmuró Ino, mirándolo con decepción mal disimulada. Shikamaru se dio la vuelta para continuar buscando con la mirada. Chouji ya había empezado a tomar algunos trozos de carne semi cruda del asador, dando por sentado el rechazo a la comida
 
-En realidad busco a Naruto- admitió encogiéndose de hombros. Chouji tragó pesado
 
-Lo vi entrenando cerca del bosque. A las dos en punto- añadió lo último, tomando un nuevo bocado con los palillos. Shikamaru torció levemente los labios. Estaba seguro de que Kakashi se hallaba liderando otra misión por su cuenta. Era extraño que Naruto quisiera entrenar por sí solo. Quizás…
 
-Ahora que lo mencionas, Shino y Kiba estaban buscándolo- la rubia picoteó el contenido de su plato, mirándolo con desinterés
 
Por toda respuesta, Shikamaru sonrió. Las coordenadas enunciadas por Chouji conducían a cierto lugar que no le era del todo desconocido. Se alejó nuevamente tras una breve despedida
 
El castaño se abstuvo de dirigir la mirada hacia el piso superior de la conocida fachada. Vio las macetas, expuestas junto a la ventana para que les diera el sol
 
-Hola, Shikamaru- el aludido siguió de largo, algo tenso al escuchar la voz de la kunoichi. –Shikamaru… ¿no has visto a Sasuke?
 
Se detuvo, giró sobre sus talones, haciendo pantalla con su mano para poder contemplar a la muchacha que lo saludaba desde el segundo piso, recargada junto a la ventana mientras sacudía su brazo con efusividad. Shikamaru se dio la vuelta nuevamente, desde su lugar, Sakura seguía sonriéndole, saludándolo con inusitada tranquilidad. Chasqueó la lengua ante lo problemático del asunto. Al pasar frente a la fachada de la pelirosa, escuchó los sollozos provenientes del interior de la casa. El llanto de los padres de Sakura lo forzó a continuar su camino. Apenas había trascurrido algunas semanas desde que dieran de alta a la kunoichi. Su estado mental se había estado deteriorando poco a poco, sus recuerdos carcomiéndose
 
Al menos ahora tendría la certeza de que no volvería a herirlos. Sakura se había sumido en una especie de bucle mental, idealizado desde antes de la partida del Uchiha. Un mecanismo de defensa para no sentir dolor ni afrontar la realidad. Trágico…
 
Tanto para ella como para sus padres. Sería una odisea con la que tendrían que lidiar a diario. A Shikamaru le daba igual actualmente el futuro incierto de ella. Era de esperarse que las consecuencias de actos tan viles se vieran reflejados en algún momento. Jamás la perdonó, tampoco le guardo rencor. Simplemente se había olvidado de ella. No podía decir lo mismo respecto al Uchiha. Realmente deseaba que pagara por sus actos. Incluso había añorado la venganza hasta cierto punto. Cuando creyó que perdería a los dos seres más valiosos para él, aun cuando tuvo en brazos a su pequeño y Naruto estaba fuera de peligro, anheló volverse más fuerte para poder enfrentarse debidamente al bastardo desertor
 
Sus aspiraciones eran otras en ese instante. Se acercó con sigilo hacia el espacio provisto de césped. Naruto yacía sentado sobre un mantel improvisado, frente a él, su pequeño de cabello castaño y ojos azules aplaudía al ver los tazones con ramen y sodas dispuestos para ambos
 
Shikamaru los contempló un instante. Sintió una calidez grata embargarlo. Su pequeño estaba creciendo y Naruto procuraba darle lo que quería, pero más importante, le daba a Taichi lo que necesitaba. Amor, cariño y atención. Todo cuanto el careció en su infancia
 
-¿Puedo unirme?- Shikamaru decidió interferir al cabo de unos minutos. No quería importunar tan ameno momento. Naruto sonrió radiante, omitiendo fugazmente el gesto de sorpresa al oír la voz de su pareja
 
-¡Papá!- gritó el pequeño, poniéndose rápidamente de pie para correr en su dirección. Shikamaru lo sujetó a tiempo entre sus brazos. Taichi era algo descuidado también pero había heredado la simpatía de Naruto y algunos de sus pasatiempos, tales como observar las nubes
 
-¿Me extrañaste?- inquirió Shikamaru, colocándolo con cuidado sobre sus hombros. El pequeño asintió y se aferró con firmeza al cuerpo del mayor
 
-Quería un picnic- le aclaró Naruto, señalando los platos humeantes. Shikamaru caminó hacia él, en ocasiones solía alarmarse por nimiedades. Sabía lo cuidadoso y sumamente amoroso que era Naruto con su pequeño pero su preocupación distaba mucho de la desenvoltura que tenia Naruto hacia su hijo. Lo que realmente le angustiaba era que pudiera sucederles algo en su ausencia. Quería estar con ellos todo el tiempo para protegerlos. Sasuke seguía libre y aunque probablemente tuviera otros objetivos en mente, no estaba de más ser cauteloso. –También golpeó a Kiba- Naruto sonrió ampliamente ante la mirada incrédula de Shikamaru
 
-¿Es cierto eso, Taichi?- lo bajó con cuidado de su cuerpo para depositarlo sobre el mantel. El susodicho asintió, evidenciando sus actos
 
-El golpeó a papi Naruto primero- se defendió, parpadeando confundido por el intercambio de miradas entre los mayores
 
-Estábamos entrenando- masculló Naruto, acercando su plato. Shikamaru acarició el rebelde cabello de Taichi, los ojos del pequeño irradiaban luz y un deje de alegría inmenso. Shikamaru lo abrazó para después apoyar su mentón en el hombro del pequeño
 
-No sé si reprenderte o felicitarte
 
Naruto detuvo el movimiento de los palillos para mirar atentamente a Shikamaru. Una sonrisa extraña adornaba los labios del estratega
 
-Hiciste mal en golpear a Kiba- besó la mejilla del pequeño que, enseguida, corrió a refugiarse detrás del rubio. –Pero hiciste bien en proteger a Naruto
 
-Yo lo entrenaré cuando este mas grande- Naruto lo atrajo hacia él de la muñeca. El pequeño trastabilló para luego caer en el regazo de Naruto. –Porque Kakashi Sensei estará muy viejo para entonces- apartó el plato y levantó la camiseta naranja del niño
 
Taichi rió por el repentino ataque de cosquillas. Se removió en los brazos de Naruto, tratando fallidamente de soltarse. Shikamaru sonrió complacido. Naruto había madurado bastante pero seguía conservando sus aires infantiles, sin lugar a dudas lo amaba. Y si llegaba a arrepentirse de algo, era de haber tardado tanto para decírselo a Naruto
 
-Ayúdame, Shikamaru
 
Se acercó en su dirección, más que dispuesto a unirse a la divertida lucha entre sus dos soles. Hacía tiempo su cielo se había distorsionado y él adoraba que fuera así
 
Se arrodilló junto a Naruto y le sostuvo las manitas al pequeño que reía a carcajadas, sacudiéndose de un lado al otro
 
-¡Ya…!- pedía entre risa y risa el niño, tironeando para liberarse de la agarre de sus progenitores
 
A la distancia y oculto entre los matorrales, Sasuke observaba con repulsión y rabia la escena. Sus ojos se opacaron al reparar en Naruto, nunca lo había visto tan feliz. Siempre era lo mismo. Solo dos veces se había presentado en la aldea, procurando ocultar su chakra. Había desarrollado nuevas habilidades y técnicas prohibidas gracias a Orochimaru, pero había algo que no conseguía llenar ni siquiera con todo el poder que Orochimaru le había prometido
 
El vacío de perder a Naruto seguía indemne dentro de él. Casi podía saborear su propia bilis al notar con mayor detenimiento la escena. Naruto tenía la misma peculiar sonrisa de siempre y el niño que tenía en brazos indudablemente era suyo. Había notado el parecido ni bien lo vio la primera vez. Exceptuando algunos rasgos sutiles y el tono del cabello que pertenecían a quien le había ganado, no solo en una efímera pelea. El Chunnin lo había superado con creces al hacerse acreedor de una familia junto a la persona que él aun amaba
 
Tanto pateticismo propio lo asqueaba sobremanera. Lentamente se dio la vuelta, por tercera ocasión se marchaba con las manos vacías y un amargo sentir que no lo abandonaba. El ya no existía para Naruto pero aun le costaba horrores aceptarlo. Darlo por perdido y asumir de una vez por todas que él ya era feliz, que nunca llegaría a estar tan alegre y pleno a su lado
 
Dolía… era peor que golpes físicos. Mucho peor que cualquier ilusión pasada que pudiera rememorarle las acciones de su hermano mayor y a quien aun buscaba por venganza. Dolía darse cuenta de la realidad porque él pertenecía a una ajena
 
-¿Qué ocurre Shikamaru?- Naruto dejó de lado las cosquillas cuando su pareja se detuvo. Shikamaru se incorporó lentamente, agudizó su oído en cierta dirección y posteriormente negó con la cabeza
 
-Creí escuchar algo- se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Taichi se levantó, sujetándose el estomago, le dolía de tanto reírse. Volvió la mirada hacia sus padres y después a la comida derramada sobre el mantel
 
-Tengo hambre- alcanzó a decir antes de que Shikamaru lo cargara sobre su espalda
 
La cena familiar prometía mucho esa noche. Shikamaru acicaló una y otra vez el cabello del pequeño, quien, contrariado con el actuar de su padre, seguía alborotándoselo para tenerlo igual que Naruto
 
-Taichi…- volvió a acomodar un poco algunos mechones. El nombrado se cruzó de brazos, rindiéndose ante la insistencia paterna. Ni bien abrieron la puerta, el niño retrocedió asustado. Sabía lo que le esperaba
 
-Taichi, cielo- Yoshino se agachó para estrecharlo fuertemente en sus brazos. El niño hizo un mohín de disgusto cuando sus mejillas fueron sujetadas. Naruto contuvo la risa. Le resultaban graciosas las expresiones faciales de su pequeño pero por otro lado intuía lo incomodo que debía ser para Taichi, no lo sabía en realidad, nunca tuvo a alguien que se interesara tanto en él como para estrujarlo de esa manera. Al menos no en su infancia
 
Shikamaru afianzó su agarre, entrelazando sus dedos con los de Naruto, este sonrió nervioso al entrar. Había algunos invitados extras del clan Nara que no conocía
 
Apartado del resto, Shikaku extendió su brazo, haciéndoles una seña para que tomaran asiento junto a él. Así lo hicieron, luego de que Yoshino le repitiera una y cien veces lo apuesto que se veía el pequeño con ese traje, todos se dirigieron a la mesa donde yacía Shikaku
 
-Organicé esta cena para dar a conocer a mi nieto- profirió con seriedad, mirando alternadamente a Naruto y a Shikamaru. –Lamento haberles avisado tan tarde
 
-No importa- sonrió Naruto, tomando asiento. –Además, Shikamaru dijo que… -A prisa, el estratega le cubrió la boca. Naruto frunció el entrecejo por la interrupción
 
-Aquí no, Naruto- forzó una sonrisa mientras retiraba lentamente su mano
 
Yoshino apareció minutos después para servir los correspondientes platillos. Naruto se alarmó al no ver a Taichi junto a él en la silla que le habían designado
 
-Shikamaru…- trató de llamar al estratega, quien, algo cohibido, se había unido a la conversación de antiguos camaradas. Naruto tamborileó impaciente los dedos sobre la superficie de madera. Optó por alzar el mantel pero no vio ni rastro del pequeño. Apenas si se había descuidado un poco…
 
Shikaku se aclaró la garganta para llamar la atención de los invitados. Naruto apenas se disponía a buscar a gatas cuando fue devuelto a su lugar por la voz del adulto
 
-Me gustaría presentarles sin mayor demora a mi nieto- Shikaku llamó la atención de los invitados. Naruto se encogió en la silla, estaba por levantarse nuevamente cuando lo vio. Detrás de Shikaku y sosteniendo otro de los platillos que había cocinado Yoshino
 
-Taichi…- cerró los ojos cuando el estruendo del plato roto hizo eco. Shikamaru se golpeó la frente con el puño, inmerso en la vergüenza ajena al ver a su propio padre cubierto de fideos y salsa
 
El silencio sepulcral se hizo presente. Naruto corrió hacia el pequeño, emitiendo una y otra vez sus disculpas al padre de Shikamaru
 
-Taichi ¿Por qué lo hiciste?- se volvió en voz baja hacia el niño que había comenzado a bostezar
 
-Quería que se callara…
 
La risa se volvió estruendosa en los ahí presentes. Incluso Shikaku comenzó a reír mientras se limpiaba la salsa que escurría de su cabello. La atención se centró esta vez en el pequeño de ojos azules que pestañeaba con cansancio
 
Naruto lo tomó en brazos. Besó su frente e hizo un discreto ademan a Shikamaru para que se retiraran. Agradecía que los padres de Shikamaru no fueran tan estrictos como tanto insistía el estratega. Shikamaru exageraba
 
Los calientes labios descendieron con lentitud desde su boca hasta la clavícula. Naruto ahogó un gemido al sentir la leve mordida sobre su cuello. En ese momento no podía ver nada, solo se dejaba guiar por la multitud de sensaciones que recorrían su cuerpo entre besos, caricias y roces intencionales. Shikamaru sonrió complacido por la amplia gama de gemidos que Naruto se empeñaba en reprimir. Ciertamente no esperaba que Iruka cumpliera su palabra de llevar a su pequeño nuevo discípulo a la academia para que empezara a familiarizarse con el lugar
 
Detuvo sus movimientos y se aventuró a mirar el sonrojado rostro de Naruto. La venda había sido una simple sugerencia que el rubio se tomó muy en serio. Simplemente le había comentado su particular hipótesis en torno al incremento de sensaciones mediante la obstrucción de alguno de los sentidos. En este caso el de la vista. Fue Naruto quien se ofreció a "intentar" algo nuevo y él por supuesto se dio por aludido
 
-Shikamaru, no te…- el rubio se removió bajo el cuerpo del castaño. –No te detengas- se llevó una mano al rostro para quitarse la venda, intentando ver qué era lo que tenía tan distraído a su pareja. Shikamaru asintió, deteniendo con sutileza la mano de Naruto para evitar que se quitara la venda. Le encantaban los momentos de intimidad junto a Naruto, así como amaba jugar con su pequeño en ratos de ocio sin que alguna misión interfiriera en su bien merecido tiempo libre
 
Jadeó en desespero al tantear con torpeza la superficie de la mesita de noche. Naruto intentó infructuosamente sacarse la tela del rostro
 
Vio como Shikamaru se acomodaba entre sus piernas, visiblemente mas excitado que él. Se aferró a su espalda a mitad de la lenta penetración. Un prolongado y placentero suspiro acudió a sus oídos ni bien el Nara terminó de entrar por completo. Siempre se aseguraba de preparar a Naruto para evitar posteriores quejas o inconvenientes futuros. Un poco de lubricante para facilitar la penetración y un preservativo eran más que suficientes
 
Naruto hundió sus dedos en la espalda del castaño. Ladeó ligeramente la cabeza sobre la almohada y apretó los labios para canalizar el placer interno que le generaban las suaves pero insistentes embestidas. Shikamaru sabía muy bien cómo moverse y en que sitio arremeter con mayor rudeza
 
A Shikamaru le fascinaba escuchar los gemidos de Naruto, mismos que, prontamente resonaban con más fuerza. Se dispuso a entrelazar ambas manos con las del rubio como punto de apoyo. Naruto accedió al tiempo que enredaba las piernas a los costados de su cadera para intensificar más el contacto
 
Sus labios buscaron con ansias mal contenidas el cuello de Naruto. Beso, mordió y succionó la expuesta piel trigueña mientras se disponía a arremeter con más lentitud pero mayor profundidad. Naruto se corrió en medio de la inmensa faena de placer, los espasmos internos secundaron al orgasmo
 
Naruto sintió cosquillas cuando Shikamaru acercó sus labios a su oído para susurrarle una frase apenas comprensible por el tono ronco de su voz. Se estremeció cuando las embestidas se tornaron más rápidas. Esta vez deshizo con suavidad el agarre, dejo de presionar las caderas del castaño que recién terminaba con una última embestida
 
La sensibilidad se intensificó en su cuerpo, a través de las múltiples descargas eléctricas que forzaron a Shikamaru a arquear ligeramente la espalda al borde del éxtasis, de aquel oasis de placer que solo Naruto conseguía producir en él
 
-Yo…- Naruto respiró agitado, tratando de regular su respiración mientras el castaño se disponía a salir de su interior. Observó como Shikamaru tomaba algo del buró junto a la cama y entrecerró los ojos para enfocar el objeto
 
Shikamaru exhaló despacio tras la ligera calada al cigarrillo. Hacía mucho tiempo que no tocaba esos cilindros tóxicos que, poco y nada ayudaban a su organismo. El uso en si lo repugnaba pero debía admitir lo eficaz que era la nicotina para disipar el estrés y prolongar la sensación de alivio que le sobrevenía tras tener relaciones con Naruto
 
-¿Estás fumando?- Naruto se sintió idiota por preguntar. Vio la estela de humo ascender rápidamente. Shikamaru asintió, se levantó de súbito para abrir la ventana pero recordó su desnudez y se abstuvo de hacerlo
 
-¿Crees que soy bueno…?- dio una nueva calada al cigarrillo antes de que Naruto le espetara por ello. Lo apagó dentro del vaso con agua que reposaba en la cómoda. Naruto lo miró inquisitivo, arqueando una ceja por la extraña interrogante. Si, sin duda Shikamaru era muy bueno en la cama
 
-Lo eres- admitió afirmando su respuesta con un sutil movimiento de cabeza. –Aunque te excitas muy rápido- Shikamaru sintió el rostro arderle por semejante criterio expuesto
 
-No me refería al sexo- se acicaló el cabello y volvió la vista hacia el confundido rubio. –Hablo de la paternidad
 
-Taichi te ama- Naruto sonrió con franqueza. No entendía a que venía la preocupación de Shikamaru. Su pequeño siempre demostraba lo mucho que los quería a ambos. A veces mediante dibujos y otras tantas a base de afecto. Taichi era un niño cariñoso aunque algo vago como Shikamaru, y de vez en cuando travieso…
 
-Tal vez se siente forzado a hacerlo…
 
-Yo te amo- lo interrumpió Naruto, dándose vuelta sobre la cama. Shikamaru observó atento la atlética figura de Naruto, los cabellos rubios revueltos y los brillantes orbes azules viéndolo fijo. Naruto tenía un sinfín de cualidades y no vacilaba al comparar la similitud de un eclipse con la relación de ambos. Naruto era como el sol, cálido, radiante, capaz de iluminar cualquier recoveco de oscuridad. El en cambio se catalogaba como la luna. Pacifico, cadencioso y lleno de sosiego hasta la llegada del sol
 
-Lo sé- se limitó a dar un beso casto en los labios de Naruto. Tal vez era muy pronto pero no perdía nada con intentar. –Qué opinas…
 
Naruto sonrió con brío, divertido al ver la expresión taciturna de Shikamaru. Estaba nervioso, todo en él lo delataba. Desde el cigarrillo hasta la indecisión por completar una simple frase. El estratega era bastante recatado en ese aspecto
 
-Me preguntaba…
 
-Naruto, Shikamaru- los aludidos se pusieron rápidamente de pie. Naruto rió al ver como el castaño se tropezaba al intentar ponerse los pantalones. Era Iruka, había regresado mas rápido de lo previsto
 
Como solía hacer, Shikamaru se volvió hacia Naruto ni bien terminó de ponerse los pantalones. Le acicaló minuciosamente algunas rebeldes hebras doradas. Naruto lo besó fugazmente en los labios en un sutil descuido. En menos de dos minutos ya se hallaban frente a la puerta
 
-¿Le ha dado problemas?- Shikamaru se hizo a un lado para dejar pasar al pequeño que, con gran regocijo, corrió a los brazos de Naruto, mostrándole un nuevo dibujo hecho con acuarelas donde se apreciaban los tres jugando en el bosque
 
-En lo absoluto- sonrió Iruka. –De hecho hizo algunas amistades
 
-Me alegra- se alivió Shikamaru, dejando escapar un suspiro. Taichi era tan impredecible como Naruto. En ocasiones se comportaba pero en su mayoría tendía a hacer bromas de manera inconsciente. Puede que representara un reflejo de las actitudes de Naruto. Shikamaru le agradeció sus atenciones al adulto antes de que este se despidiera, alegando tener un compromiso pendiente
 
Naruto miró entusiasta al pequeño. Shikamaru se acercó a ambos, rascándose la nuca en un paroxismo de indecisión. Fue Naruto quien lo sacó de sus cavilaciones
 
-Shikamaru ¿Qué ibas a decirme?
 
Desvió la mirada, más nervioso que antes. Estaba totalmente seguro de lo que quería y ya había esperado demasiado. Lo justo sería consultarlo con el rubio. Después de todo, no había secretos entre ellos. Salvo el pequeño incidente acaecido por las claras intenciones del Hyuga que, hasta el momento, Naruto desconocía. Era un alivio que Neji decidiera tomar distancia
 
-Shikamaru…- nuevamente lo miró. Naruto había inclinado un poco la cabeza. Taichi sostenía el papel en sus manos, sin estar al tanto de la situación
 
-¿Qué opinas de tener otro bebé?- le costó demasiado pronunciar tan simple cuestionamiento. Sin embargo, lo añoraba, su plan a futuro incluía a dos pequeños y estaba seguro de que Taichi pasaría momentos más gratos en compañía de un hermano ¿o hermana?
 
-¿Eh?- Naruto dejo de reír. Su rostro se volvió neutro y Shikamaru temió el rechazo. Sacudió levemente la cabeza, convencido de que era una imprudencia, una vil jugarreta en pro de los deseos paternales
 
-Tienes razón, es un disparate- se desacreditó de inmediato, dejando a Naruto con la palabra en la boca. De pronto sintió ganas de un cigarrillo, diez, la cajetilla entera…
 
Naruto parpadeó confundido al ver a Shikamaru perdiéndose en la habitación de ambos. Taichi se había acurrucado sobre él para dormirse así que evitó levantarse. Esperaría a que el estratega volviera de aquella crisis nerviosa. En realidad le había tomado por sorpresa pero él mismo había pensado en esa posibilidad antes, mucho antes…
 
-Shikamaru…- musitó, procurando no despertar al pequeño. Pero el susodicho no respondió. Incluso Naruto sopesó la idea de que hubiera escapado por la ventana. No lo había visto tan ansioso antes, al menos ahora entendía a que se debía su extraño comportamiento y aquellas raras preguntas sobre la paternidad
 
¿En qué pensaba?, no, esa era la respuesta, no estaba pensando. Con el cigarrillo en los labios, Shikamaru abrió la ventana, de repente se sentía como un niño de nuevo, tratando de huir de sus propias ideas y conjeturas. Su relación con Naruto no podía estar más estable hasta el momento y no obstante tenía que arruinarlo en grande. Naruto se había expuesto a varios peligros por la misma causa que él deseaba repetir. Ni siquiera estaba seguro de que Naruto pudiera procrear nuevamente y si así era, seguramente que el rubio no quería. Tras todo lo ocurrido era empíricamente imposible que Naruto estuviera de acuerdo
 
-Shikamaru- sin darse cuenta, Naruto ya se hallaba a sus espaldas
 
Shikamaru reprimió un quejido de dolor al rozar inconscientemente la ceniza del cigarrillo en sus dedos. Al darse vuelta, Naruto lo observó molesto
 
-Me preguntas y después te vas- le recriminó en voz baja. Recién dejaba a Taichi en la cama pero sus ansias por saber que era lo que pensaba Shikamaru eran mayores. El estratega se dedicó a estudiar el semblante de Naruto. Resignado, tomó asiento a la orilla de la cama, mirando distraídamente hacia la ventana
 
-No quiero presionarte- admitió
 
Naruto esbozó una sonrisa tranquila. Sabía que Shikamaru se preocupaba por el antes que cualquier otra cosa
 
-¿No quieres saber mi respuesta?- se recargó en la pared. Por un instante se perdió en la colilla del cigarrillo cerca de la ventana. Shikamaru separó los labios pero enseguida volvió a cerrarlos. Por alguna razón ya asumía la respuesta, pero en caso de que Naruto difiriera con ella…
 
-Si- las miradas de ambos se cruzaron. Shikamaru no se percató de que la respuesta de Naruto se había anexado con la propia, una afirmación certera que se mezcló con su voz. Esperó paciente la respuesta. Naruto lo miró con seriedad. –Iré a…- se incorporó de la cama, saboreando una intensa amargura que le produjo el silencio del rubio. Peor incluso que una respuesta negativa
 
Naruto frunció los labios
 
-Dije que si- reafirmó en un tono más alto, provocando que Shikamaru se detuviera en el alfeizar de la puerta con una expresión de desconcierto. –Si quiero otro bebé- los ojos azules se posaron en la silueta que reposaba sobre la cama. Con su respiración apacible
 
Una sonrisa imperceptible se formó en los labios de Shikamaru pero se forzó a preguntar antes de permitir que cualquier vestigio de gratitud se apoderara de él
 
-¿Estás seguro?
 
Naruto infló los mofletes. Quizá Shikamaru quería que le firmara algún documento para asegurarse de que no se iba a retractar
 
-Seguro
 
-Ni siquiera lo has pensado- tajó Shikamaru, cruzando ambos brazos detrás de la cabeza
 
-¿Cómo lo sabes?
 
-Porque nunca me lo has dicho
 
-Tu tampoco- replicó Naruto, sintiéndose apenado por haber esperado tanto tiempo. Aunque tampoco sabía cuánto le había tomado a Shikamaru decidirse
 
-Tal vez deberíamos esperar…- recapacitó el Nara, centrando su atención en el pequeño que dormía plácidamente. Naruto negó inconforme. Se encaminó decidido al buró para sacar todos los preservativos que guardaba Shikamaru
 
-Has dicho que si querías- sonrió, ocultando los empaques en los bolsillos de su pantalón. Shikamaru se ruborizó al notar las intenciones del rubio pero lejos de molestarle, se alegró en demasía. –Si quieres hacerlo será sin esto
 
El castaño chasqueó la lengua con fingido enfado
 
-Manipulador- avanzó hasta el rubio para estrecharlo en un abrazo. Naruto sonrió entre ambas bocas, contento. Tenía mil razones para amar a Shikamaru y entre ellas estaba la felicidad que le proporcionaba. Shikamaru fue el único que no lo abandonó cuando los demás lo hicieron, el único que estuvo a su lado a pesar de las adversidades, quien le brindo apoyo y comprensión a cada momento y el mismo que cumplió su promesa de protegerlo a él y a su pequeño. Shikamaru se subestimaba en ocasiones pero Naruto estaba convencido de que el estratega se había superado mucho a sí mismo, había dejado a un lado la indiferencia y se había convertido en su soporte emocional
 
Cerró los ojos, dejo que los pensamientos se diluyeran en medio del apasionado beso. Puede que les esperara una nueva aventura, una de meses…
 

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