«Como ya lo dije, mi nombre es Quatre Raberna, soy hijo único. Uno de mis mejores amigos es Duo Maxwell y Wufei Chang. Actualmente estoy estudiando Administración de Negocios, voy por el tercer año universitario.
Por cierto, otro de mis mejores amigos era Trowa Barton, somos de la misma edad, pero por azares del destino nos tuvimos que alejar. Lo extraño, si bien estamos en la misma institución nunca cruzamos palabra. Pero lo crean o no siempre lo observo a la distancia, siempre al lado de una hermosa chica, no es la misma que me alejó de él, a esa la descubrió engañándolo con uno de sus amigos y jamás volvieron.
Que les puedo decir, ahora lo veo más feliz. Lo crean o no me alivia verlo así. Porque finalmente acepté que él nunca me corresponderá y lo sé porque conozco a la chica, era una compañera del colegio, amable y educada, es lo mejor para él.»
—¿Quatre me estás escuchando?
—Discúlpame Duo, ¿Que decías? —. Dijo saliendo de su ensoñación
—¿Es enserio? — se detuvo cruzando los brazos haciéndose el ofendido—. Estás pensando en él otra vez, ¿No es cierto?
—No sé de qué me hablas, estaba pensando en cómo presentar mi trabajo durante la clase —Duo dio un largo suspiro antes de continuar su camino al lado de su amigo
—Bien, lo dejaré pasar por esta vez, pero te preguntaba sobre el regalo que debería darle al estúpido de mi novio
—¿Qué?
— Si, es que la próxima semana estamos cumpliendo dos años y bueno no soy de hacer cosas por nadie, pero viste cómo se puso cuando olvidé el primer año de noviazgo.
Quatre contuvo la risa. Cómo se podría olvidar de la escenita que le armó a Duo, lo bueno es que lo arreglaron antes de que pasara a mayores.
— Mmmmm bueno —pensó unos segundo antes darle una buena respuesta— dado el hecho de que tú eres el pasivo, cómprate unas diademas de orejas de gatos, un cascabel y unos panties de encajes color rosas, luego tengan una noche desenfrenada de sexo duro.
—¡Por Dios Quatre, cállate! —espetó Duo sonrojándose a más no poder mientras el otro reía maliciosamente.
—Vamos Duo, tú y yo sabemos lo pervertido que es, sin contarte a ti claro está.
— Lo sé, pero no son cosas de la cuales debas hablar en público —dijo un poco avergonzado.
Ambos chicos llegaron a la cafetería sentándose en una de las mesas, todo iba con total normalidad hasta que Quatre sintió un fuerte dolor de cabeza.
— ¿Te pasa algo Qu amigo? —preguntó al ver que tenía los manos en la cabeza debido al dolor.
— No es nada sólo me duele un poco la cabeza —. «Busqué en mi mochila el medicamento que me había dado el doctor, pero no lo encontré. Salí directo al baño para lavarme la cara y calmarme un poco.»
Quatre comenzaba a sentirse mareado, hoy iría a recoger los resultados de su análisis. El médico le había dado un medicamento porque últimamente tenía ciertos malestares, pero lo había olvidado en su casa. Salió del baño y me fue a la mesa donde estaba Duo.
—¿Estás mejor?
— S-sí, no fue nada.
—Imagino que es porque estudias mucho, deja de exigirte demasiado, últimamente esos dolores de cabeza son muy frecuentes en ti, deberías ir al médico —La preocupación era visible en la mirada de Duo
—Estudio porque es necesario, y ya fui al médico, hoy me dará los resultados —. Los malestares no cesaban, el corazón de Quatre comenzaba a latir muy fuerte siendo más difícil de respirar.
—Duo lo siento, pero tengo que irme.
Quatre salió despavorido del lugar, necesitaba llegar a casa lo más pronto posible, su celular comenzó a sonar, al tratar de sacarlo de su bolsillo, mientras corría, accidentalmente chocó con alguien. Ambos cayeron al suelo. Pero sin darle importancia se levantó y siguió su camino a casa. El tipo con el que chocó gritaba algo, pero lo ignoró por completo.
Al llegar a su casa tomó el medicamento rápidamente, luego se dejó caer en la cama tratando de relajarse, buscó su celular para ver quien le había llamado, pero no lo encontró.
—Estupendo Quatre, ahora no podrás llamar a tu doctor para decirle que no podrás ir —. Dijo levantándose—. Seguro se te cayó cuando chocaste con ese sujeto. ¡Ah soy un imbécil! No me queda otra salida, iré.