Me haces feliz.
No importa cuántas veces lo diga, siempre será verdad cada día de nuestros días es lo mismo, día tras día me haces inmensamente feliz con todo lo que me dices y haces.
Por ejemplo hace algunos años me hiciste una persona muy feliz al aceptarme como tu pareja, tenías una gran lista de fabulosos pretendientes y tus padres querían lo mejor para ti, hice todo lo posible por que nosotros terminaremos juntos y ya vez lo logre.
Sabía que la batalla para conseguir tu amor sólo para mi iba ser demasiado dura, no ganaría tan fácilmente pero estaba dispuesto a correr ese riesgo de ser rechazado una y otra vez con tal de estar a tu lado.
Sabía que lo que nosotros teníamos nos iba a juntar más y más de lo que ambos pensábamos. Pues el amor que nos teníamos era mutuo y verdadero.
"Sasuke"
"Naruto, tienes que hablar con mi padre"
"Admito que me da miedo él"
"Naruto"
"Sasuke por favor"
"Ya no saldremos juntos"
"Esta bien"
"Sabes que te amo verdad"
"Yo te amo más Sasuke"
No te mentiré, hablar con tu padre, el señor Fugaku me dio mucho miedo, por un momento pensé en que no me dejaría estar a tu lado, pero vio que yo te amaba demasiado y no te haría haría daño. Por supuesto que no te haría daño pues tu eres lo que más quiero en este mundo.
Cada cosa que me pedías lo hacía para hacerte feliz y al hacerte feliz, me hacías sonreír inmensamente cada vez que colocabas esa hermosa sonrisa en tu rostro.
Sin importar nada siempre me sentía más que feliz contigo, en los días malos, en los días buenos, en fin, en cada maldito día de mi vida siempre me has hecho más que feliz.
La vez que aceptaste casarte conmigo, ese fue uno de los mejores días, sonreí como un total idiota al escuchar el "si" de tu parte.
Iniciamos todos los preparativos de la boda, tu querías que todo saliera perfecto, yo sólo te quería consentirte en todo lo que quisieras.
Compramos los anillos juntos, los trajes, vimos las flores, los regalos, en fin todo y cada uno de los preparativos los elegimos y completamos juntos, el día de la boda llegó sin que ambos nos diéramos cuenta, te estaba mirando a los ojos, frente a frente.
Sentía que me faltaba el aire, de seguro era por la emoción de que ahora serías completamente mío. Mi esposo, esa palabra sueña bastante bien.
No pude oculta mi felicidad al escucharte decir un "Acepto" tus ojos brillaron con intensidad al tomar mis manos, frente a frente, cara a cara, ojos a ojos, nos mirábamos mutuamente mientras escuchaba atento al sacerdote " Acepto" dije al momento en el que me dijeron si te aceptaba como mi esposo.
¿Cómo no aceptarte? Me pregunté, no había alguna persona además de ti con la que quisiera pasar el resto de mi vida. Formar una familia (cosa que ya tenemos) el volvernos viejitos juntos y muchas otras cosas más.
Tengo miles de recuerdos con los cuales he sido más que feliz. Cientos de momentos en donde ambos caminábamos tomados de las manos mientras recorríamos ese parque en donde nos conocimos por primera vez.
Nuestros amigos estaban más que felices por nosotros, dándonos su apoyo en todo lo que en un futuro necesitaríamos, dándonos palabras de apoyo y sobre todo felicitándonos por nuestro nuevo compromiso, nuestra nueva etapa juntos como un matrimonio el cual rendirá frutos en menos de lo que alguien se podía imaginar, pues lo que nosotros teníamos no era sólo cariño, sino un amor puro y sano además de lujurioso y pasional.
Me hacías feliz con tal sólo despertar despertar tu lado, con tan sólo verte sonreír.
Eres la única persona a la cual ame, amo y amare por siempre.
- Uzumaki Naruto.