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Sobre adolescencia y pendejadas por Katt-chan

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Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

El resto de la práctica transcurrió sin mayores incidentes. Sin embargo, había una tensión palpable entre los números 10 y 11 de la selección. Misaki era el que visiblemente estaba más afectado, mientras Oliver se mantuvo más sereno. Pepe a lo lejos notó que la dinámica del dúo de oro había cambiado, y se preocupó.

“¿Me habré pasado?” Se preguntó el carioca. “No creo… solo puse mi cabeza sobre su hombro, ni que lo hubiese besado o algo.”

Al finalizar, Oliver felicitó a sus compañeros con una suave sonrisa y luego partió rápidamente al camerino. Los demás lo siguieron a un paso más lento. Pepe se instaló bajo un árbol con su vista fija en la entrada de los camerinos para esperar a su amigo, hasta que lo vio saliendo de la construcción totalmente desanimado.

-¡Por aquí!- Gritó el moreno para llamar su atención y el otro se le comenzó a acercar. -Hermano, ¿estás bien?- Recibió una negación con la cabeza. -¿Es Tom?-

-Lo notaste…- El pelinegro puso una sonrisa triste. -Algo le pasa, creo que es conmigo…- Mordió sus labios con frustración. -Ni siquiera sé que fue lo que hice… he intentado darle espacio para no presionarlo, pero…-

-No creo que seas tú el que esté mal.- Pepe le aclaró con seriedad. Oliver lo miró con sospecha, hasta que lanzó un suspiro resignado.

-Bueno, pero no quiero perderlo, ¿entiendes?- Pequeñas lagrimas comenzaron a agruparse en sus ojos. -Tenía la esperanza de que, aun que me rechazara románticamente, podríamos seguir siendo amigos.-  Susurró derrotado. El carioca comenzó sentirse muy presionado cuando vio al otro en ese estado, ya que sentía que había provocado todo aquello.

-Tranquilo, estoy seguro que se solucionará.- Dijo mientras lo abrazaba para consolarlo. -De una forma u otra, se solucionará. Solo dale tiempo.-

--

Dentro de los camerinos, los jugadores vieron como su capitán les dedicó una última sonrisa antes de salir de ahí.

-Oye, Misaki, ¿cuál es tu problema con Oliver?- Le preguntó Steve.

-No hay problema.- Dijo con el ceño fruncido, intentando evadir las miradas de sus compañeros.

-Sí, claro.- Escupió el ex goledor del Toho con sarcasmo. -¿Tú crees que nadie vio la escenita que montaron durante el descanso?-

Armand y Benji, que presenciaban la confrontación, no sabían qué hacer. Se miraban mutuamente, debatiendo en silencio si debían intervenir o no.

-No pasa nada.- Dijo con algo más de fuerza. -De todas formas, ¿por qué sería tu problema?- Hyuga comenzó a gruñir por la respuesta del castaño.

-Empezó a ser mi problema, y el de todos los que estamos aquí, cuando no fueron capaces de dejar sus dramas fuera de la cancha.- Le regañó con una voz rasposa.

-Has estado algo irritable hoy, sobre todo con Oliver…- Bruce señaló tímidamente. -¿Acaso te hizo algo?-

Tom se detuvo a pensar un poco esa pregunta. ¿Oliver le había hecho algo? Tal vez, dejarse tocar por ese supuesto amigo suyo, pero no le correspondía a él molestarse por ello. No eran pareja, tampoco se le había confesado… Ni siquiera tenía claro si lo que sentía por el pelinegro era platónico o no. Pero verlo tan cercano con otra persona le dolía, porque pensó que ellos tenían una conexión especial que los hacía ser tan cercanos, y ver lo mismo con alguien más le hacía pensar que entonces no era tan especial como imaginaba. Antes de que pudiese responder, Steve volvió a hablar.

-Todos sabemos que el amiguito de Oliver lo tiene irritable, Bruce.- Dijo molesto. Tom miró a Hyuga ligeramente sorprendido, mientras notaba que volvía a dirigirse a él. -Lo que quiero saber es por qué te tienes que desquitar con él en la cancha. ¿No puedes hacerle tu escenita de celos cuando termine la práctica? ¿De preferencia sin que los tengamos que ver?- El número 11 de la selección se sonrojó.

-¿Escenita… de celos?- Preguntó Harper totalmente confundido, mientras todo el resto de sus compañeros quiso golpearse la frente ante la pregunta.

-Bruce… ¿En serio…?- Comenzó Guillermo mirándolo decepcionado.

-¿De verdad no ves que esos dos pasan frotándose las feromonas?- Victor habló entre serio y divertido.

-Eso no es biológicamente correcto… en muchos sentidos… pero, sí, Bruce, era bastante obvio que se gustan.- Acotó Ralf serenamente y varios asintieron dándole la razón. Misaki miraba casi con espanto como hablaban su no-relación con Oliver con tanta seguridad.

-Un momento… ¿Cómo es que ustedes…?- El mediocampista no supo como terminar esa pregunta. En ese momento, Armand decidió meterse.

-Tom, de verdad es demasiado obvio. Pero ese no es el tema.- Sus compañeros lo miraban expectantes. -Lo que importa es que vas a hacer ahora. ¿Vas a hablar con él, sí o no?-

-Es decir… sí, creo que es lo que debo hacer…- Dijo inseguro. -Pero…- Casi todos sus compañeros alzaron los brazos y lanzaron un bufido en señal de desesperación, o bien negaron con la cabeza mientras se sostenían el puente de la nariz totalmente frustrados.

-Te lo voy a poner fácil, Misaki. -Volvió a hablar Steve. -O tú hablas con él, o ese tipo te lo quita. Es así de simple.- Tom se sintió asustado ante la idea y la expresión en su cara lo delató. El resto de sus compañeros sintió algo de pena por el castaño, pero aparentemente era la forma de motivarlo. Ninguno de ellos creía realmente que la relación entre Oliver y Pepe fuese algo más allá de una gran amistad, por más rara que esta fuese, porque estaban convencidos que el pelinegro solo tenía ojos para Tom.

-Emmm… iré a hablar con él ahora.- Señaló temblorosamente para luego guardar sus cosas en el bolso. Muchos lo imitaron y se alistaron junto con Misaki, con la intención de acompañarlo hasta que realmente hablase con el capitán de la selección sin acobardarse y huir antes.

Todos salieron de los camerinos y no pasó mucho tiempo cuando notaron que el rostro de Tom de ensombreció igual que como ya había pasado ese día. Y ahí vieron a su capitán siendo abrazado cariñosamente por Pepe. El número 11 desvió la mirada y comenzó a caminar en otra dirección, alejándose tanto los amigos que se abrazaban como de los jugadores japoneses.

-Tom, ¿a dónde vas?- Benji le dijo mientras lo alcanzaban. -Se supone que hables con Oliver, ¿recuerdas?-

-No quiero ir ahí.- Respondió conflictuado. Poco a poco, el resto de la selección los comenzó a rodear.

-¿Por qué no?-

-¡Porque tengo ganas de matar a ese tipo a golpes! ¡Por eso!- Grito entredientes el castaño. Los demás lo miraron impactados.

-Bueno, una cosa no quita la otra… puedes matar a ese tipo Y hablar con Oliver, ¿no?-

-Steve... no.-

-¡Como sea! Que solo vaya y lo haga.-

--

Pepe no supo cuanto tiempo permaneció abrazado de Oliver intentando contenerlo, hasta que decidieron romper el contacto. Su amigo se veía más calmado, pero no menos desanimado.

-¿Te desahogaste ya?- Le preguntó con una pequeña sonrisa conciliadora.

-Sí.- Respondió el otro, para después limpiar sus lágrimas bruscamente con su mano. -Mierda, lo único que he hecho es llorar. Qué patético, ¿no?- El japonés bromeó mientras intentaba sonreír.

-Un poquito, solo un poquito.- El brasileño mencionó restándole importancia, lo que sacó una pequeña risa del otro. Se quedaron en silencio unos segundos hasta que decidió volver a hablar, ahora con seriedad. -Hermano, debes insistirle a Tom.- Oliver lo miró casi con reproche.

-Ya te dije que está enojado conmigo.-

-No creo que esté siendo sincero.- El pelinegro lo miró confundido.

Pepe notó como a espaldas de su amigo se reunía el resto de la selección japonesa, y Tom lo miraba con la misma cara de psicópata a la que ya comenzaba a acostumbrarse. Vio que trató de irse pero otro muchacho lo detuvo y decía algo haciendo gestos hacia ellos, ahí se fijó que varios de los japoneses tenían su vista en él y su amigo.

-No entiendo. ¿Con qué no sería sincero?- Llamó su atención Oliver nuevamente.

“Bueno, ya me metí en esto…” Pensó el carioca.

-Creo que puedo ayudarte con lo de Tom…- Dijo Pepe aceleradamente. -Bueno, no sé si resulte, la verdad, pero podría cambiar las cosas muy bien o muy mal…- Su compañero de los Brancos lo miraba aun más confundido que antes ante sus dichos atropellados.

-¿Ayudarme con él? ¿De qué estás hablando?-

-Hermano, ¿confías en mí?- Vio con urgencia como Tom era nuevamente detenido por sus compañeros, y puso su mano en la parte posterior del cuello del otro.

-Tú sabes que sí, pero no entiendo que…- Oliver no pudo terminar esa frase porque fue interrumpido por los labios de su amigo latino que lo besaba de forma tiesa.

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para poder mejorar ¡Muchas gracias por la oportunidad! :)


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