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Amor de cristal por RLangdon

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Hacía más de quince minutos que había sonado el timbre del receso. Los estudiantes solo disponían de veinticinco minutos libres antes de regresar a sus respectivas clases
 
La mayoría de los alumnos esperaban pacientes su turno en la fila de la cafetería. Tanto los de nuevo ingreso como los estudiantes de tercer grado se mezclaban en aquella larga línea recta
 
Cerca de la cafetería, en una de las tantas mesas vacías yacía un chico de cabello rubio y ojos azules. Miraba con expresión cansina como su amigo se abría paso entre la multitud para solicitar el desayuno de ambos. Esa era la rutina de siempre, no llevaban ni un año cursando juntos y aquel chico que tenia por amigo ya se había ganado a la mayoría de los estudiantes. No le sorprendía. Deidara poseía una actitud igual de relajada que la de él, asimismo, compartían el color de ojos y cabello, lo único que quizás marcara esa grieta enorme que los diferenciaba, además de los rasgos faciales y el largo del cabello eran las calificaciones
 
Deidara se empeñaba mucho más que él en sacar buenas notas, la clase de artes se le daba mejor que a ninguno de sus compañeros, y curiosamente a él no le preocupaba en lo más mínimo. Deidara podía sobresalir en varios aspectos pero él se sentía cómodo con sus calificaciones "mediocres"
 
Aun no entendía cómo es que lo habían aceptado en el mismo instituto al cual su amigo decidió hacer trámites
 
Destino, casualidad, coincidencia…a, claro. Su padrino Jiraiya había influenciado mucho en ello, era un alivio que su tutor tuviera diversos contactos dentro de la institución, por otro lado los gastos ya habían sido solventados por él. No tenía nada de qué preocuparse, salvo por las calificaciones de la siguiente semana y estaba seguro de que Deidara se encargaría de pasarle las respuestas como comúnmente hacia
 
La superficie metálica de la mesa vibró en cuanto el envase de refresco cayó sobre la misma. Naruto alzó la mirada, tratando de recuperarse del sobresalto que aquel ruido le había ocasionado
 
-Deidara. –arqueó una ceja al observar el semblante completamente embelesado del aludido
 
-Mierda ahí esta él. –masculló Deidara, sentándose junto al rubio
 
-¿Tu enamorado?- inquirió Naruto sin darse la vuelta. Su amigo tenia meses comentándole sobre su profundo interés por un muchacho del último curso, casi nunca ponía atención a lo que le decía. A partir del: es tan jodidamente sensual, su atención se centraba en cualquier otra cosa. No entendía como podía fijarse en un muchacho que además de llevarle con dos años estaba a punto de graduarse. Solo faltaban dos meses para el acto académico y los carteles colocados estratégicamente en las puertas de cada salón hacían alusión a ello
 
-Si no estuviera con ellos le hablaría, hmp- comentó, jugando con la lata de refresco. Naruto ahogó un bostezo
 
-¿Akatsuki?- preguntó por inercia. Lo único que había memorizado de todas las palabrerías que a diario le citaba su amigo era que "su enamorado" además de tener las calificaciones más altas de su grupo, pertenecía al taller de literatura junto a otros tres compañeros suyos. Ellos habían formado un grupo de debate llamado Akatsuki, y de ahí, ya no recordaba nada del parloteo
 
-Sí, ya te lo he dicho miles de veces, ¿es que nunca pones atención?- Naruto frunció los labios y acto seguido se encogió de hombros, restándole importancia al asunto
 
-¿Por qué no le hablas?- cuestionó mientras abría su bebida. Estaba consciente de que su sugerencia era estúpida, sobre todo por el hecho de que, aunque el muchacho aceptara salir en una cita con su amigo, pronto se graduarían y ya no le vería más
 
-Porque esos idiotas hacen que se me quiten por completo las ganas de acercármele- sopló su flequillo, volviendo la vista al frente. Naruto le devolvió la mirada, confundido por la enorme sonrisa que se había formado en los labios de su amigo
 
-¿Puedes hacerme un favor?- y ahí estaba la razón. Naruto negó varias veces con la cabeza, anticipando lo que su amigo le pediría que hiciera, no porque le resultara fácil socializar con los demás significaba que podría hacerlo con todo el mundo, y especialmente con los estudiantes aplicados que ya cursaban el tercer grado
 
-No- volvió a negar al ver que la sonrisa de su amigo no desaparecía. Debía estar muy confiado para creer que iba a aceptar ser su vocero
 
-Me la debes por la tarea de ayer- se jactó Deidara, apuntándolo con el dedo índice. –Y si te rehúsas no te pasare la de hoy. –Naruto rodó los ojos ante la premisa. Por lo visto no tendría alternativa
 
-¿Qué tengo que hacer?- preguntó obligadamente. No importaba, de todas formas no los conocía así que no habría mayor problema… ¿cierto?
 
Deidara inhaló hondo. Vio una vez más por encima de la cabeza de Naruto
 
-Si logras acercarte a cualquiera de esos atolondrados- Naruto ladeó la cabeza. –Menos a Itachi
 
-¿Así se llama tu…?
 
-"Déjame terminar"- le interrumpió golpeando la mesa. Naruto cruzó los brazos con molestia. –No conozco el nombre de los otros pero el pelirrojo parece ser más amable que el resto- volvió a mirar a espaldas de Naruto. –Solo ve con el pelirrojo y dile que tu amigo quiere conocer a su…amigo
 
Naruto rió al escuchar semejante redundancia
 
-Entonces le diré que mi amigo quiere conocer a su amigo- rió una vez más pero se abstuvo al reparar en el semblante de fastidio de Deidara
 
-¿Lo harás?
 
-En realidad no quiero- admitió, tirando la lata al suelo para después pisarla
 
-Gracias Naruto, eres un buen amigo- Deidara golpeó su hombro antes de levantarse. Naruto resopló indignado
 
Las horas transcurrieron rápidamente después del segundo receso. Naruto no había dejado de recibir recaditos en clase de parte de su amigo, recordándole que debía permanecer después de la salida para hablar con el pelirrojo
 
Bien, al menos ya sabía que tenía que acudir a la biblioteca y no a un salón como pensó anteriormente. Sería más fácil presentarse y pedir ayuda al muchacho. Según lo escrito por Deidara todos ellos vestían una especie de túnica negra con un estampado de nubes rojas en ella. No pudo evitar reírse al imaginarse ese tipo de vestimenta. Seguro eran nerds
 
Sus pupilas azules dejaron de mirar el reloj de pared en tanto el timbre hiciera eco dentro y fuera de los salones
 
- Entre más rápido mejor- se dijo a sí mismo, mientras terminaba de guardar los útiles en la mochila. Era un simple favor a su amigo por todas las veces que lo ayudó con las tareas, además sino lo hacía, corría el riesgo de no seguir recibiendo esa ayuda
 
-Suerte- Deidara le guiñó un ojo al llegar junto a la puerta. Naruto le devolvió el gesto, a pesar de que interiormente se sentía un poco nervioso de tener que ir solo
 
Avanzó lentamente hacia la biblioteca situada a espaldas del patio central. Aun le parecía ridícula la idea de que hubiera estudiantes que se quedaran después de clases para repasar temas complejos entre ellos. Aunque también estaba el asunto relacionado al acto académico. Quizás se reunían para discutir sobre eso
 
Bajó la mochila que reposaba sobre su hombro. La puerta estaba entreabierta pero dudaba entre tocar primero o simplemente entrar. Después de todo no iba a dialogar con ellos, solo era una molesta irrupción de su parte y eso lo incomodaba más que nada
 
Suspiró derrotado. Empujó la puerta con suavidad y lo primero que sus pupilas azules observaron fueron unas sillas acomodadas en círculo, ni siquiera las contó. Bastó con entrar para que sus pasos rompieran con el sepulcral silencio del salón
 
La mirada de los presentes se posó en su persona. Sonrió nervioso, rascando su nuca y tratando de evadir esas miradas que prácticamente lo fulminaban
 
-Perdón, solo quiero hablar con él- señaló al pelirrojo que se encontraba sentado a la derecha
 
-Ya vuelvo- exclamó el susodicho, encaminándose hacia el rubio
 
-Siento haberte interrumpido- reiteró Naruto en voz baja. Sasori sonrió de medio lado, extrañado por la presencia del chico en la biblioteca, no parecía ser nada serio y tampoco parecía tener interés de unirse a su grupo de literatura
 
-Olvídalo, ¿en qué puedo ayudarte?- abrió la puerta para salir. Naruto lo siguió en silencio
 
-Es que…- dudó un momento en completar la frase. Sasori lo miró intrigado. –A mi amigo le gusta tu amigo- mas idiota no pudo sonar
 
-De acuerdo- Sasori pronunció lentamente las palabras, sin terminar de comprender a que se debía la presencia del chico, una broma de los nuevos seguramente
 
Naruto sacudió la cabeza, pensando en una frase más coherente
 
-Quiero decir que mi amigo quiere conversar con uno de tus amigos- al menos lo intentó
 
-¿Y se puede saber con cual de mis amigos quiere hablar?- aquella charla carecía completamente de sentido, sin embargo Sasori no era tan descortés como el resto de sus compañeros de grupo. Lo apropiado era dejar que el chico terminara y aclararle sus dudas, aunado al hecho de que le parecía lindo
 
Naruto cerró los ojos, Deidara no le había dicho el nombre del muchacho, ¿o sí?
 
En caso de que lo hubiera hecho ya no lo recordaba. Tanto esfuerzo para nada
 
-No me acuerdo del nombre- admitió avergonzado. Sasori se echo a reír, era inevitable no hacerlo pese al pronunciado sonrojo del chico
 
-Sasori deja de jugar y…- la voz quedó en el aire cuando el muchacho de cabello negro se acercó hacia ellos
 
-A Itachi, perdona- Sasori se enjugó unas cuantas lágrimas, forzándose a dejar de reír. Naruto alzó la mirada con alivio
 
-"Es Itachi"- anunció con una radiante sonrisa. Sasori recuperó la postura. –Tu amigo se llama Itachi- concluyó con un firme movimiento de cabeza
 
Itachi rodeó a Sasori para ver de frente a Naruto
 
-¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó, arqueando una ceja. Naruto se dio la vuelta apenado
 
-Porque Dei…- las palabras se esfumaron de su boca al contemplar al apuesto muchacho frente a él, a escasos centímetros de su cuerpo. Alto, cabello negro y mirada enigmática
 
Sasori carraspeó incomodo
 
-Los dejo- se despidió con un ademan pero ninguno respondió
 
-Naruto Uzumaki- dijo el mayor con aire galante. Naruto abrió bien grandes los ojos
 
-¿Cómo sabes mi…?
 
-Es menester conocer los nombres de los que recién ingresan aquí- puntualizó sin demostrar mayor interés. Naruto reparó en el semblante reflexivo y serio de Itachi. Los bellos ojos escarlata lo miraban a través de las largas pestañas que los enmarcaban, la palabra atractivo le quedaba corto al muchacho, ahora entendía los múltiples y patéticos suspiros que su amigo sufría siempre a la hora del descanso
 
-Bueno- Naruto se forzó en dejar de mirarlo a los ojos, si lo hacía de nuevo terminaría por perderse y no quería eso. Se trataba de ayudar a su amigo y nada más. –Lo que pasa es que…
 
-Llevo algo de prisa- le aclaró Itachi emprendiendo la caminata. Naruto lo siguió de cerca, olvidándose incluso de su mochila
 
-Será rápido- pidió en voz baja pero Itachi no se detuvo. –Mi amigo me…
 
-¿Te molestaría decírmelo en mi casa?- inquirió sin detener sus pasos. Naruto se frenó en seco, ¿ir a su casa?, no definitivamente no iría a la casa de un extraño, era peligroso. –A menos que tengas algo importante que hacer- agregó Itachi, mirando sobre su hombro
 
Naruto se mordió los labios, indeciso
 
-Comprendo- murmuró Itachi con cierto deje de seriedad en sus palabras. Naruto lo observó ansioso alejarse, aun podía ir pero terminaría arrepintiéndose después, aparte no sabía donde vivía el muchacho. –Mi casa está frente al instituto, en caso de que te lo preguntes
 
Fue todo, Naruto corrió para darle alcance. De todas maneras no era un tema que se debiera tomar a la ligera, tenía que interceder por su amigo y si antes tenía mil planes en mente y diálogos sin sentido a los cuales recurrir para que el supuesto enamorado de Deidara aceptara la propuesta de tener una cita, ahora su mente se había quedado completamente en blanco, vaya amigo que era
 
Ni bien puso un pie dentro, Naruto quiso regresarse de inmediato, la casa era enorme en comparación con la de su padrino Jiraiya. Bastante elegante pero con cierto aire melancólico atrapado en las paredes. La casa parecía solitaria pero se deshizo de aquella idea, no era posible que Itachi viviera solo en una casa donde fácilmente podrían habitar siete personas y con espacio de sobre además
 
-Sígueme- profirió Itachi pasando de largo el comedor. Naruto lo siguió cada vez más nervioso. ¿No podía decírselo desde la puerta?
 
Podía, sin embargo, esa mirada atrayente de Itachi parecía dominarlo por completo, como si pudiera controlar sus acciones con ella
 
-Adelante- le ofreció asiento, dirigiéndose a la nevera. Naruto optó por obedecer una vez más, sin dejar de observar los muebles a su alrededor. Seguramente Jiraiya debía estar preocupado por su ausencia, nunca tardaba más de diez minutos en volver a su casa, y en cambio ahora estaba en una casa ajena, con un estudiante prodigio que debía ser el blanco de muchas chicas y la única razón de por medio era…Deidara
 
-Lo que quería decirte- trató de levantarse pero se devolvió a su asiento cuando Itachi se encaminó hacia la mesa
 
-¿Blanco o tinto?- inquirió secamente. Naruto parpadeó confundido, reparando en ambas botellas que Itachi sostenía en sus brazos
 
-¿Qué?
 
-¿Cuál quieres?- volvió a preguntar, colocando dos copas en cada mantel. Naruto negó al instante una vez que comprendió
 
-Ninguno, no tomo- confesó carismático. Su padrino tomaba desde que tenía memoria pero él no, además tenía quince años. Según Jiraiya no debía probar bebidas alcohólicas hasta que tuviera la mayoría de edad
 
-¿Seguro?- Itachi vertió el líquido adulterado dentro de la primera copa. Naruto afirmó su respuesta por segunda ocasión aunque su mirada denotó confusión cuando la segunda copa fue llenada también
 
-Mi amigo- comenzó diciendo, tomando aire para darse animo de interceder por Deidara. Itachi bebió un sorbo y tomó asiento sin retirar su mirada del chico. –A él, bueno, tu le…
 
No, simplemente no podía hacerlo, los nervios lo estaban consumiendo y la mirada seria de Itachi no ayudaba en nada. Apretó sus manos debajo de la mesa, no recordó haberse puesto tan nervioso antes
 
Sus manos parecieron moverse por sí solas hacia la copa de vino. Tenía que mostrarse firme y estaba haciendo todo lo contrario
 
Apenas un sorbo y continuó bebiendo hasta terminarse el resto del contenido
 

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