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Encrucijada. por NNK

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Capitulo VIII: La llamada furtiva.

 

Maximiliano se encontraba preparando la lonchera de su hermano menor, escuchando que este se encontraba en el baño, mientras Renato se preocupaba en la cocina, de que su hermano menor tuviera todo lo que le pidieran. Hoy era el primer día de clases de Felipe y por alguna extraña razón Renato y Maximiliano estaban mucho más nerviosos que Felipe.

El celular de Maximiliano sonó, este dejó la lonchera lista en la mesa y contestó. Escucho una contestadora y espero unos segundos.

—Es una llamada rápida, no le digas que soy yo y finge que te están ofreciendo un plan de celular—ordenó Guillermo desde el otro lado de la línea—¿Cómo van los dos menores que te mande, se portan bien?

—Mi plan funciona perfectamente, no, mis familiares no necesitan uno—contestó con una sonrisa, viendo como Renato se iba al baño a apurar a Felipe—Renato se ha acostumbrado bien, tiene una que otra pesadilla como siempre. Felipe parece acostumbrarse a la ciudad, estamos preparando sus cosas para el primer día de clases.

—Genial, espero que se comporten bien. Te deposite dinero en la cuenta de emergencia para todo lo que necesite Renato y Felipe—aviso rápido con una sonrisa alegre—No podré contactarme en  un tiempo ¿Necesitas algo más de dinero?

—Que tal unas vacaciones para verte más seguido, no te veo desde hace dos años. No recuerdo tu cara—comentó con molestia—Debo irme.

Maximiliano cortó antes de darle tiempo a su padre de contestar, no quería malgastar sus energías en una pelea que jamás iba a ganar, además necesitaba estar concentrado en Felipe. Su celular comenzo a sonar nuevamente, vio el número y prefirió ignorarlo, si contestaba solo significaba que su padre quería pelear.

— ¿Quién llama tanto a esta hora?—preguntó Felipe con una sonrisa.

—Gente que quiere venderme planes de celulares ¿Estás listo para tu primer día de clases?—preguntó, sirviéndole desayuno a su hermano.

— ¿Tengo que ir? No puedo tener exámenes libres desde casa—pidió nervioso. Odiaba cuando le llevaban a lugares nuevos que no le gustaban.

—Si, además así conocerás nuevos amigos y te divertirás—ánimo Maximiliano con una sonrisa.

— ¿Quién se divierte en la escuela?—preguntó para sí mismo.

Felipe suspiró frustrado. Le había gustado mucho los lugares que lo llevo Maximiliano durante el fin de semana, omitiendo los lugares que indirectamente le señalaban la escuela. Hoy tendría que ir a la escuela y fingir que era simpático para poder hacer amigos. Ese fue su único pensamiento hasta que llegó a su clase.

Suspiro, estaba incómodo, las niñas no paraban de mirarlo y susurrar entre ellas, mientras que los niños solo le miraban como si de un bicho extraño se trataba. Decidió mirar por la ventana e ignorar a todos, o eso pensó hasta que su profesora lo hizo levantarse de su asiento.

—Hoy se integra a nosotros Felipe Aihara ¿Te gustaría decirnos algo sobre ti Felipe?—presentó su profesora con amabilidad.

—Tengo diez años y llevo solo tres días en esta ciudad—comentó, volviendo a sentarse con una sonrisa.

Felipe ignoró la cara de sorpresa y frustración de sus amigos, aun así algunos le dirigieron la palabra y le sonrieron para que se tranquilizara. Quería irse a casa. Estaba pensando seriamente en fingir dolor de estómago, pero prefirió desistir. Renato estaba en el establecimiento y de seguro lo llamaban a él primero. Renato lo descubriría y quedaría como un mentiroso.

Al llegar al recreo prefirió aceptar la invitación de unos chicos a jugar al fútbol, vio a su hermano Renato estar con una chica y dos chicos. Se acercó a saludarlos cuando esta le llamó para presentarlo. Fue allí, donde conoció a Gabriel, Ricardo y Camilo.

— ¿Por qué el vino después de ti?—preguntó Camilo a Renato, cuando Felipe volvió a jugar al fútbol con sus amigos— ¿Es que no viven juntos?—cuestiono con malicia.

Gabriel se giró a mirarlo con clara molestia. Ese había sido un comentario muy malicioso. Ricardo le miró enojado. Camilo solo los ignoro con una sonrisa alegre. Renato solo sonrió incómodo, para no armar una pelea o separación.

—No, vivíamos juntos, pero mi padre me envió a mi primero, porque Felipe estaba enfermo—mintió con una sonrisa alegre— Una vez estuvo sano, lo enviaron aquí, para que vivamos juntos.

—Pues, mis padres no me mandarían con mi hermano mayor, ni aunque este le pague un millón de dólares—murmuró con burla.

—Mi hermano Maximiliano, es una persona muy responsable. Papá viaja mucho de un país a otro—explicó Renato, molestó

Ricardo empujó a Camilo para que dejara de hacerse la graciosa. Gabriel prefirió tomar a Camilo del brazo y llevársela de allí para aclarar un par de cosas con ella Ricardo miró a Renato no sabiendo qué decir ante el comentario de Camilo.

—Lo siento, a veces Camilo comenta cosas que hacen enfadar a otros—se disculpó Ricardo, en nombre de Camilo.

—Tranquilo, ya me acostumbré a sus comentarios sin sentido. Aunque me gustaría que guardara un poco de respeto hacia mi hermano—comentó enojada.

Ricardo le tomó del brazo. No quería que Renato se enojara con él, por culpa de él. Ambos se miraron a los ojos, Renato se sonrojó y prefirió alejarse. Camilo le había revelado el secreto de que a él le gustaba Ricardo, y él no quería meterse en medio. Porque aun cuando le gustaba Ricardo, él amaba a Gabriel desde su primer encuentro en la infancia.

—Voy al baño—dijo Renato, bajando la mirada.

—Renato, yo…—murmuró, deteniéndolo. Lo miró a los ojos, pero él le rehuyó la mirada.

—Hablemos en la tarde, hoy el curso de mi hermano tiene una fiesta de cumpleaños, hablemos allí, por favor—pidió con una sonrisa alegre.

Ricardo suspiró y asintió viendo como Renato se iba al baño. Felipe vio entrañado como esos cuatro amigos se separaran tal vez por cuanto tiempo. Sonrió, ver la vida social y amorosa de su hermana iba a ser divertido.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación


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