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Here comes the sunshine por Kuran Mikaode

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Notas del fanfic:

¡Hola a todos!


Espero que se encuentren muy bien. Hace mucho que no estaba tan activa~


Les traigo un drabble para conmemorar el día del NS hispano <3


Esta historia al igual que la anterior habla sobre el amor. Estaba lavando los platos hace un par de días, escuchando música y simplemente pensé en esto. La historia esta contextualizada en la visión del final que yo considero que debió tener la historia (para mí Boruto no existe). Par mí Naruto y Sasuke se van juntos a viajar por el mundo ayudando en pequeños poblados, luego, finalmente, se asientan en una pequeña cabaña a las afueras de Konoha y adoptan niños huérfanos.


Advertencias: Realmente no creo que haya dinámicas de pareja. Menciones leve de problemas emocionales y ansiedad.


No siendo más espero que disfruten mucho la historia así como yo disfruté escribiéndola.


 

Capítulo único: Here comes the sunshine.

La grandeza de su amor no conoce límites, pues el límite va más allá del cielo, más allá de lo que el alma puede alcanzar, de lo que la mente puede creer. ES la verdad que mantiene a las estrellas separadas en el cielo: Se aman con cada fibra de su ser.

 

Sasuke suspiró suavemente sintiendo el árido frío del ambiente colarse en sus huesos. Era consciente de que lo más sensato era esperar amparado por el cálido ambiente de su hogar, pero en ese momento tenía los sentimientos sobre la piel y la ansiedad de la espera no le permitía comportarse de forma lógica y concienzuda como generalmente lo hacía. Siempre era igual cuando se trataba de aquel hombre que, sin proponérselo, se había tornado en la piedra angular sobre la cual se erguía su vida. Él era su vida, la esencia de su mera existencia.

Suspiró nuevamente. Casi podía escucharle decir que se le iba a escapar el alma a suspiros. Sin proponérselo sonrío suavemente. A estas alturas le parecía increíble que hacía unos años su vida actual le parecía un completo absurdo. Vivencias innecesarias que ante sus grandes planes resultaban inocuas. Ahora simplemente pensaba en lo ridículo que había sido limitar su vida y sus ambiciones a un evento finito, a un objetivo inamovible y culminante. Cegado por la oscuridad y un angustioso temor de volver a perderlo todo… ¿Cómo se puede perder algo que no te has permitido tener?

Pues, al parecer sólo hacía falta un ninja increíblemente empecinado que poco a poca fue entibiando su ser con su cálida presencia, avivando su alma con la intensidad de sus sentimientos. Sólo hizo falta un ninja testarudo para que Sasuke se permitiese dejar atrás su fatalista idiosincrasia, aquello que había sido por mucho tiempo lo único que se había permitido tener en la vida. Aun así, se congraciaba con el hecho de que no había sido nada fácil para Naruto convencerlo. Fijo sus ojos en el blanco paisaje frente a él, la primera nevada había caído en forma de tormenta como si el clima se hubiese alienado con sus tempestuosos sentimientos.

Su corazón comenzó a retumbar con fuerza dentro de su pecho a medida que sus miedos comenzaban a ganar terreno. A pesar de que se preciaba de no haberle dejado las cosas tan fáciles a su rubio enamorado, la verdad es que, la mayor parte del tiempo, se sentía culpable por todos los malos ratos que Naruto tuvo que pasar por él. La determinación de Naruto se había mantenido inmovible sin importar lo que Sasuke hiciera o dijera. De sus peleas, Sasuke recordaba con más dolor las palabras que se habían dicho que la fuerza de sus puños. Recordaba sus batallas más como un duelo de voluntades, el choque de dos energías que se contraponen. Cada vez más intensas, más impetuosas. Hasta que se había rendido ante la latencia de sus propios sentimientos. Tan fuertes que le había sido imposible seguir ignorándolos. Ya no podía seguir huyendo de aquella vedad que siempre había sabido. Había perdido ante la magnitud de aquella verdad. Así que no le quedó más que rendirse ante sus sentimientos, rendirse ante la presencia cálida de Naruto y la fiereza de los sentimientos que le profesaba.

Ya había pasado un tiempo desde aquello, pero en el fondo Sasuke aún no podía perdonarse por haber lastimado a aquella persona que desinteresadamente le atesoraba como nadie. Las palabras que se habían dicho dejaron cicatrices en sus almas. Vivía en temor constante, inseguro de aquello que él podía ofrecer a una persona que podría obtenerlo todo si lo quisiera… por más imposible que pareciera.

Jadeó copiosamente mientras sentía como su respiración se aceleraba y entrecortaba en un desesperado e inconsciente intento de alejar la ansiedad que comenzaba a atenazar su cuerpo, tensando sus músculos, tornando rígidos sus movimientos y apesumbrando sus pensamientos. Sasuke sintió el peso de sus miedos posarse sobre sus hombros. Se sentía nuevamente como aquel pequeño al que se le había arrebatado todo. Aquel con ilusiones desechas y el corazón destrozado.

Se llevó la mano al pecho tratando de controlar su respiración. Se sentía insuficiente. Demasiado poco comparado con todo lo que se había tenido que sacrificar en el camino. Se sentía insuficiente, siendo que Naruto era su todo.   Sus inseguridades eran como una neblina espesa que lo envolvía y empañaba sus pensamientos y lugubrecía sus sentimientos. Apretó su mano sobre su pecho. El silencio y aquel blanco e impoluto paisaje desolado, no hacían más que enardecer su taciturno sufrimiento. Se quedo quieto, muy quieto, sintiéndose perdido y abandonado.

Un sonido lo sacó de su ensimismamiento. No supo cuánto tiempo estuvo allí regodeándose en su oscuridad, atormentándose con sus propios pensamientos, pero cuando levantó la mirada pudo verlo saludándolo a la distancia con su cabello rubio brillando ante los tenues rayos de sol. Sasuke sintió su cuerpo relajarse, tal como la nueve derritiéndose suavemente ante la cálida presencia del sol. Naruto le saludó con la mano a la distancia manteniendo el paso tranquilo y despreocupado con el que andaba. Como si fuese ajeno al sufrimiento al que se había visto sometido mientras estuvieron separados. Como si él no lo hubiese padecido.

Sintió la ansiedad nuevamente burbujeando en su pecho ante la parsimonia de Naruto. Su mente inquieta agrandando los hechos haciéndolo sentir pequeño e incompleto. Estaba tan centrado en Naruto que no se había fijado en la pequeña figura que corría rápidamente hacía su encuentro. No fue hasta que sintió un par de bracitos aferrándose a sus piernas que desvió la mirada de la eclipsante presencia de su amante.

—¡Mira papá! —escuchó al pequeño llamarlo— ¡Lo he logrado!

Sasuke bajo la mirada y le acarició los cabellos húmedos por la nieve. Bajó su mano por su rostro y le apretó suavemente el hombro. Estaba demasiado sobrecogido por sus pensamientos como para pronunciar palabra alguna.

—Lo he logrado a la primera. He estado genial, ¿cierto? —dijo volteándose a ver a Naruto con entusiasmo.

—Apuesto que sí —consiguió decir al fin.

Su corazón repiqueteaba dentro de su pecho, pero esta vez conmovido por una sensación agradable. Naruto estaba de pie frente a él sobrecogiéndolo con su sola presencia.

—¿Qué haces aquí afuera con este clima? —le dijo con voz suave acercándose cada vez más a él, hasta que sus cuerpos estuvieron tan juntos que incluso compartían el aliento —¿Es que me extrañaste?

Sasuke se estremeció suavemente. No se trataba únicamente de sus palabras, sino de la forma en la que las decía. Aquel tono cómplice que le indicaba que aquellas palabras escondían una verdad absoluta, como si dijese mucho más de lo que pretendía. Aquel tono que, acompañado con su mirada suave y amorosa y la calidez de su cercanía, exorcizaba todos sus temores, alejaba sus inseguridades y aliviaba sus penas.

—¿Tú me extrañaste? —dijo tratando de pretender indiferencia.

Naruto le sonrió. Una sonrisa tan sincera, tan jovial que le enceguecía.

Naruto tomó su rostro entre sus manos y Sasuke se sintió abatido por los sentimientos que se profesaban. La expresión de Naruto era tan limpia y sincera que le dolía. Sin embargo, Naruto, al igual que él había hecho, no respondió. Las palabras sobraban ante la palpable intensidad de sus sentimientos. Antes de que Sasuke se diera cuenta, se estaban besando, un beso lleno de anhelo. Como si los días que estuvieron separados hubiesen sido una eternidad.

Entonces, mientras se sostenían fuertemente el uno al otro entre sus brazos, Sasuke volvió a sentirse parte de sí mismo. Nuevamente estaba completo. Esa era la verdad más grande, aquella que era imposible de ocultar dentro de sus cuerpos, plegar en sus almas. Era una verdad tan maravillosa, tan cegadora. El secreto que se ocultaba tras el sol saliendo cada mañana, tras la luna resplandeciendo durante la noche. Eran dos partes de uno mismo, uno solo viviendo en dos cuerpos. Eran el uno al otro. Eran su todo. Su vida. Su destino. Su más grande amor.

Notas finales:

Es algo cortito pero creo que tiene mucho sentimiento.


Espero sus comentarios, siempre me llena de felicidad y ánimos su apoyo y sus lindas palabras.


Nos leemos pronto (espero que realmente pronto, porque estoy por terminar el One-Shot que en un principio subiría el día del hoy).


Besos y ronroneos~


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