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Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~ 

Muchas gracias por sus comentarios, a veces no tengo tiempo de responderlos (o me olvido) pero sepan que los leo y los aprecio. Me alegra ver que les guste esta historia, disfruten el capitulo.

Hay un ruido tan fuerte que me hace sentarme de golpe en la cama. No hay nadie en la habitación, pero pronto se abre la puerta y Rowan se asoma.


— lo siento, un pequeño accidente.


— ¿Qué paso?


— se cayeron algunos vasos. Nada grave— me levanto, pasando por su lado. Me quedo a medio paso de la sala, no porque haya un desastre sino porque ya hay alguien sentado en la mesa.


— Eddie, buenos días.


— B-buenos días— Will se ve demasiado irreal, con traje en mi comedor. Creo que nadie con traje ha pisado este lugar antes— ¿Qué haces aquí?


— Fabien me dijo que podía venir, ya que se tuvo que quedar. Los gatitos son muy lindos, le dije que podíamos quedarnos con uno pero creo que hice mal, ahora el pobre no sabe a cuál llevarse— me siento en la silla.


— lo imagino. Siempre dijo que no quería mascotas porque no iba a parar.


— espero tenerlo bajo control.


— entonces… él te llamo.


— si— la cocina huele bien, y en la mesa hay un plato con galletas de mantequilla. Alcanzo una porque puedo olerlas y se me hace agua la boca con el olor.


— chaperón— murmura una voz en mi oreja. Rowan pone una taza de café frente a mí, sonriendo— voy a llevar esto abajo— se lleva un vaso con jugo de naranja y otro plato de galletas. Me como otra galleta y me bebo casi media taza de café.


— lamento haber tenido que llamar a Fabien pero no podía encargarme de eso.


— no importa, es trabajo. Si necesitas que venga más seguido seguro que no le importara.


—no es necesario… pero lo tomare en cuenta— no sé qué pensar de que Fabien le llamara para que viniera a vigilarme.  La comida huele demasiado bien y yo estoy hambriento, anoche no cene nada más que el horrendo alcohol que Rowan compro. Me levanto y busco los platos— ¿ya desayunaste?


— hace un rato, estoy por irme.


— lamento…


— no, no. todo está bien, tengo una reunión pero queda cerca de aquí.


— ya veo… esto es delicioso ¿Fabien tuvo tiempo para hacer esto?— Will se ríe, lo dejo pasar porque estoy llenando mi plato con la comida.


— no fue Fabien, esto lo hizo ese amigo tuyo.


— ¿Rowan?— me quedo con el plato lleno cuando miro con la boca abierta a Will— ¿en serio?


— sí, también fue a comprar estas— toma una galleta— sinceramente no entiendo el problema de Fabien con él— siento la cara acalorada. No respondo a eso y me siento en la mesa de nuevo. Anoche estaba ebrio, sí, pero recuerdo todo lo que paso… quizá con mucha claridad. Escuchamos los pasos de Rowan en las escaleras, sé que es él porque es ruidoso. Absurdo porque sé que es muy silencioso la mayor parte del tiempo. 


— ya estas comiendo.


— si…


— voy a ver a Fabien, ya tengo que irme. Fue un gusto verte, Eddie. No te olvides que tienes que venir a comer a nuestra casa este domingo. Y encárgate de que Fabien elija solo un gato, nos vemos.


— ¿nos vemos?— me despido, dudo que me escuchara. Rowan se queda de pie, cerca de la silla donde estaba Will— Tú…


— aquí viene…— suspira, lo que no ayuda mucho a mi estado de ánimo.


— ¿Qué estabas pensando anoche? ¿Por qué tenías que llevar esa maldita botella?


— ¡Yo no te obligue a beber! Y te dije que no tenía tanto autocontrol, tenías esa mirada como de corderito, y estabas tan cerca ¡Y también estaba un poco ebrio!


— me dijiste que no lo estabas, condujiste hasta aquí— cierro los ojos y suspiro. No puedo dejar de comer mientras discuto— en serio eres… eres…


— anoche me pareció que te gusto— intento responderle algo, pero me quedo sin palabras y ni siquiera puedo mirarle ¡Estoy demasiado avergonzado!— maldición…— Oh… Rowan también esta avergonzado— se supone que me ibas a dar un sermón y todo ese rollo…


— no sé qué decir ahora— al menos no sin morir de vergüenza— solo culpare al alcohol y dejare pasar todo.


— no todo, por favor— y antes de que diga algo más, escuchamos los pasos de Fabien en las escaleras.


— Eddie ¡No puedo elegir solo uno! ¿Por qué tiene que ser solo uno?— se sienta en la otra silla libre— todos son demasiado adorables. 


— lo son. Recuerda que quien los trajo dijo que les iba a conseguir un hogar, considera eso para elegir el tuyo, el que menos posibilidades tenga de ser adoptado o el que este más herido, los otros podrán irse.


— tienes razón.


— más importante ¿podrán hacerse cargo de él? los dos trabajan muchas horas.


— lo pensé también, creo que si Will no está en casa puedo traerlo conmigo aquí. No estaría solo en casa y puedo cuidarlo ¿estás de acuerdo?— me toma un momento notar que está pidiéndome permiso para traer a su gato. No se me había ocurrido eso antes, es una buena opción y no tengo problemas con eso.


— lo estoy, no es una mala idea… Rowan, es casi hora de que te marches— Rowan mira el reloj y hace una mueca.


— ¿puedo venir después? ¿A comer?— ¿Qué está haciendo? es… la primera vez que pide mi permiso para venir, siempre ha entrado y salido sin ningún problema.


— Si, puedes venir— creo que de cualquier modo vendrá responda lo que responda. Rowan se levanta, pero no se mueve, se queda de pie un momento antes de rodear la mesa para alcanzarme y abrazarme con torpeza. Restriega su cabeza con mi cuello, su mejilla contra la mía, sus manos frotan mis hombros.


— nos vemos— y ahora si se apresura por las escaleras. Me quedo mirando la puerta.


— ¿Qué fue eso?


— no lo sé— Fabien también se ve extrañado, pero no hace más comentarios de eso porque parece que acaba de recordar algo más: Sus cejas se fruncen y cruza los brazos.


— ¿Qué estabas pensando anoche?— Tengo un deja vu.


— ¿disculpa?


— no puedes embriagarte así con alguien que no conoces, no sabes cómo terminaran las cosas— ¿es por eso que se quedó aquí? no me lo creo, tanto que solo me quedo mirándole. Parece que hoy no tengo palabras para nadie.


— es Rowan ¿crees que él haría algo así?— Fabien se encoje de hombros.


— no lo conozco tan bien para asegurar eso, y no puedes saberlo tampoco, personas de más confianza han hecho cosas horribles. 


— no te preocupes, yo confió en Rowan.


— aun así si estás ebrio no puede considerarse consentimiento— intento no reírme, pero no lo logro muy bien. Tengo que tomar mi taza para que Fabien no me vea o va a enojarse más porque no lo tomo en serio.


— gracias, realmente aprecio mucho que hagas eso por mí, incluso llamaste a Will. Solo para aclarar, no estaba tan ebrio cómo crees, soy responsable y sabía que no podía cuidar de los gatos correctamente. Si hubiera estado ebrio ni siquiera te hubiera llamado.


— tienes un punto ¿has terminado de desayunar?


— sí.


— entonces, acompáñame a elegir a mi gato.


 


Lon llega primero a la clínica. Aún falta un rato para la hora de comer, Gabriela se acostumbró a que ellos entren y salen como quieren. Fabien se encerró en su consultorio y estoy casi seguro de que está durmiendo. Yo estoy revisando los documentos de las últimas consultas que he tenido en un intento de organizar cuando veo que se queda de pie en la entrada.


— ¿piensas quedarte allí todo el día? tendré que cerrar la puerta en algún momento.


— Amigo ¿Qué hiciste?— el tono que usa me hace mirarle. No entiendo de qué habla. Aun le veo dudar cuando se sienta en la silla. 


— ¿de qué hablas? No he hecho nada.


— no sé cómo decir eso de forma sutil— se da unos golpecitos en la mejilla con los dedos— apestas a Rowan.


— ¿eh?— no lo entiendo ¿Qué tiene que ver Rowan con…?— no me digas…— le miro, en parte horrorizado y en parte avergonzado. Lon se ríe y se toca la nariz.


— Sí.


— No hicimos nada. Anoche estuvimos hablando y bebiendo, luego vinimos aquí cuando comenzó a llover, no pasó nada más.


— ¿intentas convencerme a mí o a ti?— sonríe, una sonrisa que me pone la cara roja. Odio sonrojarme tan fácilmente cuando me avergüenzo— Hey, no estoy diciendo que sea algo malo, ya era hora que ustedes dieran el siguiente paso, ya era molesto ver a Rowan rondándote… bueno, no, no era molesto, yo encuentro divertido que lo ignores.


— nosotros no… ¿Rowan en serio estaba coqueteando conmigo?


— ¿no lo sabias? Pero si era tan obvio.


— ¡no era obvio! Por dios… 


— entonces ¿ustedes nada aun?— me cubro la cara con las manos. Lon se pone a reír a carcajadas— no puedo creerlo, va a estar insoportable, y me voy a reír tanto de él.


— no deberías… tú… apenas estas en la manada.


— sé lo que intentas, Doc. Bien, admito que estar en esta manada está bien. Es… inusual y pequeña, pero no he visto nada como esto antes— ¿estará hablando de las manadas como la de Rowan? ¿También estuvo en una así?— no esperaba que me aceptaran ¿sabes? los lobos solitarios no son bien recibidos.


— ¿Por qué?


— en su mayoría pierden el juicio, no sabes porque vagan. Generan desconfianza. Tenemos pocas opciones.


— Rowan también fue... fueron solitarios, Baruch, Kalila y él.


— no estaban solos— murmura, y esas palabras me parece que implica algo mucho más profundo— en fin, lo note, que ellos estaban aceptándome. Especialmente los nuevos, Rita y Murray, ellos son manada también, pero no estamos hablando de mi ni de la manada. Entonces, tú y Rowan.


— somos amigos— las cejas de Lon se alzan— ¿Qué?


— ¿quieres intentarlo de nuevo?


— eso es lo que somos— Desde la entrada escuchamos el saludo entusiasta de Beau a Gabriela. Aún es temprano para que este aquí, aún tiene dos horas de clases y llega después de que abrimos.


— No tuve la última clase así que vine aquí y…. ¿Por qué apestas a Rowan? 


— Yo no apesto a nada ¿esto es siempre así?— murmuro, más para mí. Beau aun duda antes de entrar, su mochila hace un golpe fuerte cuando la deja caer al suelo.


— Pues sí. Podemos saber algunas cosas… entonces ¿al fin aceptaron salir?— levanto las manos con exasperación ¿todos lo sabían? No sé si reírme o enojarme de esto— ¿Qué? Tengo que saberlo.


— no tienes que saber nada, y como le decía a Lon, Rowan y yo somos amigos. No hay nada entre   nosotros— Lon resopla y le veo poner los ojos en blanco. Beau solo se queda mirándome— por favor, si siguen con eso los voy a sacar a patadas de aquí.


— no harías eso— Beau parece escandalizado. Sonrió lentamente.


— tal vez no con patadas, pero sigo siendo el dueño de este lugar y decido quien entra y quién no.


— Oh, Eddie se está poniendo brabucón— Fabien se reclina en la puerta, bostezando. No me equivoque, estaba durmiendo y con la discusión que tenemos le hemos despertado— ¿Por qué está molesto ahora?


— ¿acaso es el día de molestarme o qué? ahora solo falta Rowan y completan el equipo— le doy una mirada al reloj, no falta mucho para llegue de verdad. Suspiro ¿puedo ir a comer fuera? necesito un respiro. No, no voy a poder soportar a estos tres y a Rowan al mismo tiempo y en la misma habitación— voy a hablar con Gabriela— comento, aunque los tres se han puesto a hablar de porque estoy de mal humor. Giro la cabeza un par de veces, vigilando que no me sigan.


— ¿Eddie? ¿Necesitas algo? 


— solo vengo a revisar las citas de la tarde— mientras hablo tomo su bolígrafo y escribo una nota para ella— ¿puedo verlos? Creo que alguno necesitara equipo especial— ella sonríe cuando lee, y me hace una seña.


— claro, aunque ya me voy a comer. Te los dejo aquí— ella pone los folders y un par de billetes, mi dinero está dentro y llamaría la atención si lo tomo. 


— Gracias— en lugar de moverse, ella se queda sentada. Una última mirada al pasillo y salgo haciendo el menor ruido. Corro hasta la esquina, alejándome del camino. Posiblemente les tome nada encontrarme pero no pierdo la esperanza de que no noten que me fui hasta que sea tarde.  Camino rápido sin pensar a donde voy, solo voy a entrar al primer lugar de comida que me parezca bueno, volteando cada pocos segundos hacia atrás para ver si me siguen y tomando calles pequeñas en dirección contraria a la clínica y a la calle por la que creo Rowan llega. Cada que se acerca un auto por la calle contengo la respiración, esperando ser atrapado. Hasta que al dar vuelta en una esquina golpeo con alguien tan fuerte que me quedo sin aire un momento.


—tienes mucha prisa— yo conozco esa voz— parece que estas escondiéndote de… oh, estas huyendo.


— no vayas a decirles nada, por favor— Kalila me sonríe— necesito comer en paz al menos una vez. Creí que estabas en la casa, con Jennifer.


— tuve algunos asuntos en mi negocio, iba a comer, y ya que tú también ¿Por qué no vamos juntos?


— está bien—ni lo pienso— pero no pensaba en un lugar, solo estaba caminando.


— te llevare a mi lugar favorito— la sigo por unas calles, y diría que me sorprendió el local de barbacoa y asados, pero lo cierto es que no. Kalila entra como si fuera su casa, saludando a los meseros y a sabrá dios quien,  hasta sentarse en la “mesa de siempre” y pedir lo mismo de siempre. El menú es…  mucha carne—  ¿y bien? ¿Por qué huías?— me pregunta cuando terminamos el pedido.


— por ningún motivo en especial, solo quería... variar un poco.


— claro y no tiene relación con el hecho de que tengas impregnado el olor de Rowan.


— si vuelvo a escuchar eso voy a estrellar mi cabeza en la mesa— Kalila se ríe, demasiado fuerte. Nadie nos presta atención— es en serio.


— entiendo, pero creo que es un poco cruel huir de Rowan de esa manera.


— yo no hui de Rowan. Hui de Lon, Beau y Fabien. Son insoportables— ella se ríe otra vez— no lo entiendo ¿Qué demonios es tan divertido de esto? ¿Por qué no solo hacen lo que una persona normal haría e ignoran todo educadamente?


— porque no son personas normales— suspiro— ¿quieres hablar de eso?


— No. quiero comer— y fingir que nada paso. 


— bien— nos quedamos callados unos momentos, la mesera nos trae una jarra de agua y sodas, no recuerdo haber pedido una soda— Me gusta Jennifer.


—… ¿eh?


— sé que has visto películas de hombre lobo, dime ¿escuchaste alguna vez sobre parejas destinadas o cosas como esas?


— nunca lo escuche ¿estás diciendo…?


— bien, porque es mentira— no entiendo eso y lo que dijo de Jennifer. Aunque no es tan sorprendente, siempre esta con ella, cuidándola. Las veces que llegue a verlas me daba la impresión de que Kalila podría morder a cualquiera que se acercara— nosotros elegimos, nada de cosas místicas del destino.


— entiendo— casi suena a pregunta— Creo que se ven bien juntas. En un buen sentido, nada pervertido— levanto las manos, ella se ríe de nuevo, esa risa fuerte.


— Eddie, cariño, los lobos somos fieles a la manada— me guiña un ojo, y la mesera deja los platos en la mesa. Mi plato es un plato normal con carne y algo de verduras, pero el de ella es un plato enorme de costillas de cerdo bañadas en salsa— ¿en serio comerás ese plato de niños?


— ¿pediste todo el cerdo?— los dos nos reímos. No es la primera vez que veo que ellos comen demasiado, y viendo que nadie más parece sorprendido, debe ser muy conocida aquí.


— tu eres inteligente, sabes sobre animales y sabes sobre lobos.


— un poco.


— todo el mundo sabe sobre las manadas, no es novedad. Así que, ten eso presente de ahora en adelante— le miro, de seguro poniendo una expresión de no entender, porque ella suspira y me señala con un hueso— eres casi parte de esta manada— estoy por reírme, pero Kalila no parece estar bromeando, y logro no reírme.


— por supuesto que no, no soy…— hago una seña hacia ella— así que no lo creo.


— Eddie, lo diré de forma simple: le agradas mucho a Rowan, Rowan es nuestro líder, y nosotros hacemos todo lo que dice. Suma dos más dos— abro la boca para negarlo ¡pero tiene razón! si Rowan dice algo, los demás lo harán también.


— no deberían, si no están de acuerdo con algo pueden elegir, a Rowan le gustaría mucho eso ¿sabes? no solo…


— lo sabemos— me interrumpe— y lo hacemos porque queremos. Así que vas a encontrarte con más reacciones como las de Beau… no, en realidad, no, el chico es muy entusiasta. Intenta no salir huyendo cada vez.


— no hui, quizá se ve así…— ella solo me mira sin decir nada— Bien, hui solo un poco, esperaba que me encontraran antes de llegar muy lejos— otra risa, aunque no dura tanto como las anteriores. Ella termina su comida en un tiempo imposible para mí, yo termino después de ella. Hemos estado aquí más tiempo del que esperaba, Lon y Rowan ya debieron irse, y puedo lidiar con Beau y Fabien. Salimos juntos del lugar, me siento demasiado lleno.


— te acompañare hasta la clínica— me encojo de hombros, si no tiene nada mejor que hacer. Caminamos en silencio, yo demasiado lleno para hablar y caminar al mismo tiempo. Quizá debería tomarme la tarde libre aunque últimamente siento le encargo más a Fabien. Estamos en la esquina de la clínica cuando ella me detiene, sus uñas se clavan un poco en mi brazo— espera… Sé que esto puede parecer un poco exagerado o dramático, pero…— suspira y luego aprieta los labios— No vayas solo a ningún lado.


— ¿está pasando algo? nadie me dijo nada, es muy serio dejarme…


— no, no, no está pasando nada que no sepas, lo juro. Es otra cosa, más simple, nosotros no actuamos así ¿lo sabes no? somos una manada y nos cuidamos entre nosotros.


— no necesito que me cuiden— frunzo el ceño, pero ella sonríe.


— no es cuestión de que lo necesites o no. lo haremos— aún me sujeta el brazo, y por eso puede tirar de mi hasta abrazarme. Me toma un poco desprevenido y por eso tardo un poco en abrazarle, muy torpemente. Su abrazo es firme, y frota su mejilla con mi hombro.


— eh ¿Kalila?— le llamo cuando me empiezo a sentir un poco incómodo con el abrazo. Ella me suelta.


— salgamos a comer más seguido, si esos tontos no te dejan en paz, llámame y te sacare de allí— me guiña un ojo.


— gracias— Se despide con la mano y cruza en dirección contraria.  Yo camino a la clínica, donde Gabriela ya regreso y me saluda. Hay un niño esperando en las sillas, la puerta de Fabien cerrada. Beau está en mi consultorio, mirando su teléfono.


— volviste— me dice, sin levantar la vista— no hay mucho trabajo hoy ¿eh?— tomare eso como una tregua de lo hace horas. Me siento en la silla.


— no siempre hay trabajo urgente, y eso en parte es bueno. Detesto no poder hacer mucho por los animales que me traen, pero deben estar por traer los suministros que pedí en la semana, los ordenaremos cuando lleguen— hace una mueca, se que no es la actividad que mas le gusta.


— Bien. Ah, antes de que lo olvide, no sé cómo lo olvidaría después del modo en que lo dijo pero en fin, Rowan dejo comida para ti. Esta en tu refrigerador.


— oh…— no sé qué decir, por suerte escuchamos al servicio de las entregas y no tengo que decir nada.


Como esperaba, no hay mucho trabajo y ordenar las cosas se esta volviendo algo muy cercano a un trastorno obsesivo. Así que apenas es la hora de cerrar me despido de todos y opto por relajarme en mi sofá viendo películas que ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que lo hice. Así que después de un baño, y calentar la comida que encontré en el refrigerador, enciendo el televisor y me acomodo en el sofá. Esta empezando la segunda película cuando la puerta se abre. Si no grito es solo porque tengo la luz encendida, pero si arrojo un cojín, que Rowan esquiva con facilidad.


— te llame.


— no tengo mi teléfono aquí ¿Por qué no tocas la puerta como una persona normal?— él sonríe, aun de pie en la entrada— Un día me darás un susto de muerte.


— no estabas aquí— contengo un suspiro, centrándome en la televisión.


— salí a comer. Estaba con Kalila.


— lo sé, me envió un mensaje— un mensaje, claro. No sé porque me sorprende. Le miro, aun de pie en mi puerta parece incomodo y nervioso, algo que no es propio de él.


— No lo pensé— aunque no quiero, mi voz sale muy baja. Se que él me escucha— no me di cuenta tampoco de lo que implica ser amigo o conocido de ustedes— tuve tiempo para pensarlo cuando acomodábamos las cosas, con Beau pegado a mi más que nunca— no sabía que me estaban considerando uno de ustedes— aunque yo no sea un hombre lobo.


— te lo estuve diciendo desde que aceptaste ayudarnos— Rowan se apresura a responderme, no noto me esté recriminando nada.


— sí, bueno, una cosa es que hagas amigos y otra que de pronto seas parte de…— no puedo decir la ultima palabra. Cierro los ojos y respiro, suspiro— ser parte de una manada.


— ¿y eso es algo malo?


— no lo creo. Solo no lo sabía. No me iré de nuevo así ¡Pero si vuelven a molestarme…!


— de acuerdo— nos miramos un momento y luego solo muevo la cabeza y vuelvo a ver la televisión.


— puedes pasar, pero estoy viendo dibujos animados— le siento sentarse a mi lado, demasiado cerca considerando que hay mucho espacio.


— Las películas de princesas no están mal.


— no es una película de princesas— le doy un codazo en las costillas, solo se ríe y estira la mano para tomar un trozo de la comida. Un rato después seguimos viendo “Buscando a nemo”, Rowan recostado contra mí.


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