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Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

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Nadie llego con la luna llena.


Esperamos lo peor, como siempre. Recorrimos todo lo que pudimos, aprovechando que tenemos más miembros,  a excepción de Bradley. No hubo nada. Ningún humano herido, ningún lobo fuera de control. Ningún ataque del que no supiéramos.


No regresamos a la casa hasta que amaneció y tuvimos que ir a hacer nuestra vida como si no fuéramos hombres lobo. Tuve que soportar un largo día, y por fin termino, no quiero ir a casa porque sé que la mayoría está allí, y de mal humor por el cansancio.  Me dirijo a la veterinaria. Debe estar por cerrar y solo he hablado con Eddie por teléfono un rato por la noche y otro por la mañana.


Lo primero que veo cuando llego es el letrero de cerrado. Estaciono y bajo, la puerta está cerrada pero no asegurada, basta con empujarla y se abre. Aunque puedo oler a Tarik aquí, el olor del lugar me relaja. Escucho a Eddie en la zona de atrás donde tienen a los animales que tienen que cuidar en la noche.


— ¿Rowan?


— tu sistema de alarma es deficiente, podría ser un ladrón que… ¡woaa! ¿¡Qué demonios!?— pocas cosas logran sorprenderme, Eddie se las arregla para encontrar nuevas formas— ¿Qué hago? ¿La quito? Podría… quizá con un equipo especial…— Eddie sonríe, y sé que no está en peligro.


— ¿llamar a protección animal? Creí que tú podías controlar situaciones así.


— es una maldita serpiente— una gran serpiente enroscada en uno de los brazos de Eddie, rodeándole un poco el cuello— esa cosa podría morderte, morirías envenenado— pone los ojos en blanco.


— es una boa, no tienen veneno así que no moriré envenenado por este pequeñín.


— ¡esa cosa es todo menos pequeña, Eddie!—  Mi voz suena un poco más chillona de lo que quiero, pero ¡es una serpiente! Él resopla, divertido— va a asfixiarte. Se enredará en tu cuello y te asfixiará para comerte.


 — Podría asfixiarme, sí, pero no es una anaconda, Rowan, no podría comerme aunque lo intentara. Además, no tiene fuerza para asfixiarme, está débil. La encontraron en una casa abandonada, en un terrario. Mañana llamare para saber si necesitan llevarla a otro lugar o la llevaran al zoológico.


— no puedo creerlo… un hombre lobo no es nada para ti ¿eh? Luchando con serpientes gigantes…


— no estoy…— parpadea, incrédulo— apenas tiene metro y medio, está débil y no está luchando ¿Por qué le temes? El pobre estuvo a punto de morir— Eddie, de pie en frente a las jaulas, con una serpiente enredada en su cuello es impactante— como sea, ¿Qué haces aquí?


— no quería ir a casa, estoy… ¿puedes guardar esa cosa, por favor?   


— solo es una boa— sacude la cabeza, pero abre una de las jaulas…no es una jaula, parece más una transportadora con una luz tenue encendida— de cualquier modo, solo la dejo porque acabo de darle de comer y necesita reposo. Estará bien mañana, con agua y calor— la serpiente se desprende fácil de Eddie y la deja— entonces ¿Qué es lo que decías?


— no quería ir a casa… ¿Por qué estas atendiendo a una serpiente?


— deja de quejarte, solo es una serpiente. Por si no te ha quedado claro desde que me conoces, soy un veterinario especializado en especies exóticas. Aves, fauna silvestre y reptiles. La especialización en peces no la tengo completa… tenía que viajar mucho para ir a comprobar cetáceos. Tal vez algún día la complete y pueda atender a un tiburón… quita esa cara ¿Quién demonios tendría un tiburón de mascota? Además un tiburón no es un cetáceo.


— oh, dios, no puedo con esto— me doy la vuelta— serpientes, ballenas, tiburones… ¿con quién estoy saliendo? ¿Eres el doctor Dolittle?— murmuro, lo bastante audible para él. Salgo de allí y me dirijo a la puerta que lleva arriba. Le escucho cuando estoy en el sofá.


 — deja de usar mi trabajo como excusa para subir. Y soy yo el que debería decir todo eso, Rowan. No sé cómo te atreves a cuestionarme— sonríe, una gran sonrisa. Me estiro y le abrazo, rodeándole la cintura con los brazos, apoyando mi cabeza en su estómago— si vuelves a llamarme doctor Dolittle, una serpiente será la menor de tus preocupaciones ¿entendiste?— quiero reírme de ese tono que solo augura peligro. No lo hago.


 — entendido.


— bien— su mano me acaricia el cabello. Suspiro.


— estoy cansado. No he dormido nada en… no sé, desde ayer.


— entonces duerme— me empuja. Podría discutir pero el cansancio es mayor. Me recuesto en el sofá, suspirando. Cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño. Cuando abro los ojos de nuevo, la habitación esta oscura y hay una manta cubriéndome, pero escucho la respiración de Eddie desde la habitación. Sigo cansado, no lo suficiente para poder levantarme e ir a la habitación de Eddie para acostarme a su lado.


La habitación tiene el olor de Eddie, pero sé que él ya no está aquí. La luz entra por la ventana y sé que he dormido de más pero no es muy tarde. Cuando llego la puerta de la sala huelo el humo de la comida. No como si hubiera quemado algo, más bien como que uso la cocina. Me dirijo abajo, que sus amigos aun no lleguen me dice que es más temprano de lo que pensé.


— ¿Por qué tienes a esa serpiente otra vez?


— creí que había quedado claro que es inofensiva— Eddie me sonríe— te llamare cuando me traigan una tarántula— me dan escalofríos solo de pensarlo. Su risa me hace sonreír— ¿todos los demás harán lo mismo si ven una serpiente? Creo que voy a adoptar una, quizá esta. 


— ¡Eddie!


— ¿Qué? Son reptiles muy autosuficientes, su digestión lenta hace que sea adecuado para recibir pocas atenciones, mientras se mantenga agua y comida constante no requiere muchos problemas— mientras habla, puedo notar su mirada distante en la serpiente, realmente está considerando quedársela. Gimo, avanzando hasta que lo alcanzo, pero aun manteniéndome lo más lejos que puedo de la serpiente.


— realmente esperaba que fueras más de caninos.


— los caninos resultaron ser demandantes y requieren atención constante— restriego mi mejilla con la de él.


— bien, dame atención constante— siento la vibración de la risa en su cuerpo. Luego se gira y me besa. Me sorprende mucho, es la primera vez que él me besa… pero tengo un problema— este sería uno de los mejores momentos de mi vida de no ser porque tienes esa cosa en la mano— escuchamos las llaves en la puerta de la entrada, un montón de ruido antes de que ella hable tan alto como si gritara.


— Eddie, buenos días ¿no te has quedado dormido?


— claro que no. estoy haciendo revisiones.


— Eddie me está mostrando su serpiente.


— espero que estés hablando de un reptil, porque de lo contrario es muy inapropiado estar en este lugar— Eddie casi se atraganta, yo me rio tan fuerte que me duelen las costillas. Gabriela entra, con una gran sonrisa— oh, si es una serpiente de verdad ¿vas a quedártela?


— quizá. La encontraron unos trabajadores en una casa abandonada que van a remodelar y pensé en llevarla al zoológico pero sé que no tienen espacio para más reptiles así que solo la cuidarían y no estoy seguro de que lo hagan como se debe. No requiere muchos cuidados una vez que esté bien— gimo otra vez, y me alejo mientras ella se acerca. Para su mérito no parece asustada por tener una serpiente delante de ella. 


Ayer estaba cansado y no pude hablar con Eddie sobre lo que paso. Ni con nadie en realidad. Creo que Eddie estuvo feliz de que no pasara nada; también lo estoy, cualquier oportunidad de tener algo de calma es bienvenida, pero a la vez necesitamos pensar ¿Qué significa?


— Eddie, tengo que irme ¿está bien si vengo más tarde?


— claro— le arrojo un beso, porque no pienso acercarme más a ese animal. Gabriela me despide con la mano. Estoy subiendo a mi camioneta cuando el auto del otro amigo de Fabien se detiene. Siento su mirada sobre mí, pero no volteo a verlo hasta que enciendo el motor y él ya está entrando en la veterinaria.  


 


Escucho las risas cuando bajo de la camioneta, en casa. Todos están aquí, no necesito sentidos super desarrollados o habilidades extra sensoriales para saberlo.  Suspiro ¿debería volverme más como Leyre y poner orden? 


— Rowan, Rowan ¡Vamos a celebrar!— Beau sale corriendo, parece más hiperactivo que de costumbre.


— ¿Qué?


— celebraremos que es el primer mes en mucho tiempo que no tenemos problemas— para dar más énfasis a sus palabras levanta las manos— me gusta la idea. Han pasado tantas cosas que una distracción es necesaria. La sala nunca se vio tan pequeña.


— la celebración está bien. Pero deberíamos seguir estando alerta, hace tiempo aparecieron algunos recién convertidos y no era luna llena.


— ¿Cómo es?... es decir ¿Cómo vamos a celebrar?— Murray me mira con tranquilidad— una fiesta podría ser un poco inapropiado para los que aún tienen dificultades— esos solo serían Jennifer y Bradley.


— una fiesta también es buena idea, pero no, no haremos una fiesta. Iremos a cazar— otra vez comienzan las conversaciones, como un zumbido que llena todo. Baruch se me acerca. Puedo escuchar a Kalila y Beau hablar sobre lo que haremos.


— ¿Qué piensas que paso? ¿Por qué no tuvimos un nuevo ataque?—me siento en un espacio libre, junto a la mesa.


— no lo sé. Sinceramente esperaba tener que lidiar de nuevo con un novato. Estoy decepcionado— se ríe— pero no creo que sea una coincidencia que se detuvieran con la visita de Leyre.


— tampoco lo creo. Estás seguro de que es la culpable— me encojo de hombros.


— podría serlo, parecía estar segura de que teníamos un caos aquí y se sorprendió mucho cuando vio que teníamos miembros nuevos y funcionales, luego todo se fue a la mierda— lo pensé un poco, siendo objetivo ella no se ve como alguien culpable ¿Cómo estar seguro? ella solo podría no tener remordimientos— dudo que Leyre sea la clase de mujer que pone en riesgo a otros.


— sospechabas de ellos porque son la única manada que tenía celdas para los lobos que se vuelven salvajes.


— un móvil y sujetos, el sospechoso perfecto— suspiro— pero controlar a un hombre lobo salvaje debe ser complicado. Hablare con ella, si no es culpable alguien debió decirle sobre lo que pasaba aquí y le informo mal. Por ahora, vamos a planear una cacería.


   


***


— ¿Por qué no pude quedarme en casa?— murmura Eddie cuando tropieza de nuevo. El camino ahora es diferente al que se ha acostumbrado y aunque ahora tiene mejor condición física no es un buen senderista.


— porque todos insistieron en que vinieras— vuelve a murmurar algo que no entiendo por lo mucho que habla entre dientes.


— pero van a cazar, por si se les olvido sigo siendo humano, no puedo hacer que me salgan garras y colmillos. Y cazar no me gusta, soy veterinario se supone que debo estar en contra de cosas como la cacería y el abuso animal.


— ¿terminaste de quejarte? Estamos cerca— sonrió. Eddie se quejó mucho pero no se opuso en serio a venir— no cazaremos cerca de aquí, vamos a alejarnos un poco pero no creo que puedas seguirnos.


— no me importa.


— me quedare contigo.


— no. están haciendo una rara celebración de manada, y tú eres el líder— gimo, porque tiene razón. No puedo quedarme y no puedo dejar a los demás— estaré bien. La próxima vez traeré a Jimmy.


— ¿Qué? ¿Quién es Jimmy?


—la boa.


— ¿nombraste…? ¡Eddie!


— aún está débil y necesita reposo— llegamos con los demás. Algunos ya están convertidos, esperando. Yo no estuve de acuerdo en que Eddie viniera aquí porque sabía que se quedara solo un buen rato, esperando a que regresemos ¿para qué hacerlo venir si puede esperar en casa? por suerte al menos encontré un lugar donde pueden estar los autos. Y es justo lo que está mirando Eddie— hablaremos después de porque hay dos autos aquí y me hiciste caminar— su nuevo amigo, Tarik, se le acerca y se restriega en sus piernas, Eddie le acaricia distraídamente. Estaba realmente inquieto cuando le dije sobre hoy, y verle… bien, entiendo porque los lobos blancos viven muy al norte, donde la nieve puede ocultarlos. Aquí es llamativo. —bueno, supongo que ¿buena cacería?—no dice nada más mientras abre la puerta de la camioneta, mi camioneta, y entra.


Cazar es lo que más disfruto, quiero creer que no solo yo lo hago. La sensación de libertad, de dejarte llevar por lo salvaje sin preocupaciones es indescriptible. Hoy, incluso siendo lobo, hay otra cosa en mi cabeza. No termino la cacería cuando me alejo. Veo a los demás, dando una orden silenciosa para que no me sigan. Les dejo con la presa que atraparon. El camino me parece más lejano ahora.


Ha pasado más tiempo del que creí, cuando soy un lobo no tengo noción alguna del tiempo, así que lo que a mí me parecieron unos momentos en realidad fueron horas y Eddie está dormido, con una canción ruidosa sonando en su teléfono. No despierta cuando abro la puerta y subo, ni cuando cierro.


— tienes una postura horrible ahora— le muevo un poco, lo que basta para que abra los ojos de pronto, muy despierto.


— ¿termino ya?


— termino para mí ¿sabes que dejaste la puerta sin el seguro? Cualquiera pudo haber subido al auto y…


— siempre dices lo mismo y eres el único que hace eso— me interrumpe. Bosteza. No deja de sorprenderme lo rápido que reacciona al despertar. Es como si no estuviera durmiendo hace dos minutos— ¿dejaste a los demás? ¿Por qué?


— porque no podía concentrarme. Quería estar contigo. No te preocupes, cazamos. No tengo hambre. Y tu amigo estaba bien, es rápido. No tanto como Liam, claro. Creí que su pelo sería un problema pero se las arregló bien para no llamar la atención.


— camuflaje, cierto. No pensé en… dios, ustedes no me dijeron que cazaban— me rio, él me da un golpe en la pierna. Enciendo el auto y nos alejó del bosque. El camino está lejos de la ciudad, y Eddie vuelve a dormirse un rato— ¿Qué harás si aparece otro hombre lobo sin control ahora mismo?


— estoy donde tengo que estar. Tengo la sensación de que pronto encontraremos las respuestas— estacionar en la clínica se siente como llegar a casa— ¿necesitas que te cargue para bajar?


— no.


— ¿seguro? La última vez…— su cara se pone roja y abre la puerta, saliendo sin ningún problema. Me rio— recordé algo divertido que paso la última vez que te traje así.


— yo no recuerdo que fuera divertido— le alcanzo cuando intenta abrir la puerta y le atrapo en un abrazo. Le escucho jadear de la sorpresa— ¿Qué haces? No puedo abrir la puerta.


— ¿recuerdas en que nos quedamos esa noche?— paso mi nariz por su cuello, él se estremece— ¿lo recuerdas?— hablo contra su piel, dejando besos también.


— Rowan…— su voz es como un gruñido. La puerta se abre y Eddie escapa de mí, ni siquiera se detiene a cerrar— le pedí a Fabien que me llamara si había alguna emergencia, Gabriela consiguió esta cosa que puede conectar el número de la clínica con el suyo…— sigue hablando mientras sube las escaleras.


— Eddie, estas huyendo.


—no, estoy en mi casa y…— suelta un grito cuando le vuelvo a atrapar y le levanto.


— pero me gusta atrapar.


— bájame, Rowan, no te… Rowan…— Eddie patalea, por suerte la casa es pequeña y en unos pasos estamos en la habitación. Le dejo en la cama— no puedo creer que hicieras ¡No hagas esto de nuevo!


— ¿puedo hacer otras cosas?— estamos tan cerca, las pecas en su cara son más visibles— ¿besarte?— le beso la mejilla— ¿tocarte?— su respiración se agita, y también puedo escuchar su corazón latiendo más rápido cuando mi mano recorre desde su cuello al abdomen, sobre su ropa— ¿puedo, Eddie?— abre la boca, no dice nada. Fija su mirada en algún punto del techo y mueve afirmativamente la cabeza. Le beso, el roce de sus dedos es ligero sobre mis brazos. Su piel se siente caliente,  beso su abdomen.


— Espera… no, continua— me rio, y le miro, sin dejar mi posición.


— esas son indicaciones confusas.


— solo estoy… bien, hace tiempo que no hago… y…— suspira cuando le beso otra vez. Subo su camisa hasta que se la quitó. Tiene algunas pecas en los hombros. Hemos estado juntos en la misma cama pero es tan diferente… todo en lo que puedo pensar en Eddie. Eddie. Eddie. Le beso los hombros, la clavícula.  Él da tirones a mi camisa, así que me estiro y la saco, arrojándola a un lado. El sonrojo de su cara se ha extendido hasta el cuello y las orejas.


— podemos parar… será una molestia, pero si no quieres… esto es de dos, Eddie— su mirada es demasiado intensa, desearía saber qué es lo que está cruzando por su cabeza ahora mismo. Eddie se sienta, tengo que contener un suspiro pero no voy a obligarle a hacer algo que no quiera. Aun puedo quedarme y dormir. Sus brazos pasan por mi cuello, y me besa. Piel contra piel. Eddie siempre es cuidadoso, no es alguien que demuestre afecto ¿Cuándo ha tomado la iniciativa de este modo? No me molesta ser yo quien le bese o quien intente ir más lejos así que esto es…


— está bien. Quiero seguir.


— ahora creo que no podré ir tan despacio como pretendía— me sonríe— no temas, no voy a hacerte daño.


— eso…— sacude la cabeza— confió en ti, Rowan— eso me basta para volverle a tirar a la cama, caer sobre él, besándole. Le muerdo un hombro, no algo fuerte. Eddie sisea, se retuerce ¿le ha gustado? Deslizo mis manos por su cuerpo, tocando todo lo que puedo hasta que me topo con sus pantalones. Rozo con mis dientes la piel de su cadera antes de desabrochar el botón y dejarle en ropa interior. Eddie semidesnudo sobre la cama, su cabello despeinado, la cara roja, su respiración agitada… por mí, a mi merced.         


Mío.


Mío


Solo mío.


— voy a devorarte— emite un ruidito, como un gemido.  Le recorro con mis manos, no tengo suficiente de Eddie. Me entretengo mordiéndole, apenas dejando la marca de mis dientes. Él jadea, murmura algunas palabras sin sentido… puedo ver su erección bajo su ropa interior, eso me incita a seguir.  Su mano me acaricia el cabello.


— Rowan…— la forma en que pronuncia mi nombre me vuelve loco. Le beso, me empuja hasta que cambiar posiciones, sentado sobre mí, mirándome con un brillo de lujuria en sus ojos.  Mueve su cadera, rozado nuestros penes. Empujo mi cadera también, y le escucho gemir. Le sostengo lo suficiente para poder morder su hombro— vas a dejar… marca.


— Umm, no estoy haciendo un buen trabajo si puedes preocuparte por eso.


— idiota, eres…— no se en que termina esa frase, Eddie suelta un quejido cuando acaricio su trasero. La poca ropa que nos queda termina en algún lugar, no importa. Solo quiero a Eddie, nada más importa. Le empujo y me giro para quedar sobre él de nuevo. Me besa, jalando mi cabello. Él retuerce de una manera erótica cuando uso mis dedos en su trasero, sus dedos se clavan en mi brazo y ya no está conteniendo su voz— Rowan… ya no…— le veo tocarse, solo unos momentos antes de que termine. Su pecho sube y baja con fuerza.


— aun no llegamos a la mejor parte— me mira, y no sé si está burlándose o no, pero me sonríe.


— demonios… esto es… maldición…— le beso. Bajo por su cuello, dejando besos,  hasta su hombro. Le muerdo, sé que dejare algunas marcas. Eddie gime. 


Él está ante mí, dándome la espalda, guio mi pene hasta él, lo froto unos momentos pero estoy demasiado impaciente para aguantar esto, presiono un poco, sintiendo como entro en él, escuchando su gemido y un siseo bajo. Le sujeto de las caderas y empujo, hundiéndome en él con un gemido. Su respiración se vuelve irregular, tengo que usar todo el control que tengo para no moverme mucho…


Los gemidos y el sonido lascivo de nuestros cuerpos chocando llena la habitación. El olor a Eddie, a lujuria y sexo me nubla la cabeza, solo estamos nosotros… Eddie se arquea y sé que termino otra vez, su interior me presiona, haciéndome terminar también. Aún está intentando respirar cuando le giro, le beso y entro de nuevo en él, su gemido vibra en mi boca….


 


La luz del día llena la habitación. La mujer no deja de gritar abajo ¿siempre es tan ruidosa? Aun con eso, no estoy de mal humor. Eddie sigue durmiendo, su cabello rojo despeinado sobre la almohada, su espalda desnuda… la habitación aun huele a sexo.


— Doc… Eddie.


— Umm


— tienes que trabajar— gime, moviéndose. El sonido va directo a mi entrepierna.


— no. de ningún modo voy a trabajar hoy— su voz se escucha amortiguada por la almohada. Solo dormimos unas horas y perdí la cuenta de las veces que lo hicimos.


— ¿seguro?


— si pudiera moverme te tiraría de la cama— gruñe, y me rio.


— está bien, le diré que te tomaras el día— aunque tampoco quiero moverme de la cama. La habitación es un desastre de ropa tirada por todos lados. Me toma más tiempo del que pensé encontrar mi ropa y bajar. Fabien ya ha llegado cuando abro la puerta: la mujer le está diciendo que Eddie no responde.


— ah…


— buenos días…. Eddie va a tomarse el día libre hoy— ella no parece entender mucho, solo se encoje de hombros y dice algo sobre no tener citas especiales. Fabien me mira ¿está intentando no reírse, decir algo o lucir sorprendido?  Me sonríe cuando nota que lo miro.


— ¿Eddie está bien?— me pregunta ella, y definitivamente Fabien está intentando no reírse.


 — sí, solo está algo indispuesto.


— ¿Debería subir a verle?— Fabien intenta parecer inocente, pero su tono divertido lo traiciona.


— no, definitivamente no— su carcajada llena el recibidor, yo solo sonrió, porque sé que si me rio, Eddie tendrá mucho que decir. Apenas puedo contenerme para no soltarle a ellos lo que hicimos, que Eddie es mío, mío, mío.  No estará contento de que diga eso, dirá que no es un objeto, pero ese pensamiento tampoco me quita el buen humor. 

Notas finales:

N/A:

Hola~

Espero que estén disfrutando de esta historia. Estos días he avanzado poco las historias que tengo (Si, bueno, me puse a ver anime) y no me refiero a esta, si no a las que aun no están publicadas :x  

En fin, recuerden, un tiburón no es un cetáceo... Nah, eso no (bueno, la afirmación es real) He estado revisando y a Lunas de Enero le quedan 8 capítulos más. Posiblemente me tome un descanso después, depende de como avance la secuela. Ya les había comentado de esta secuela llamada "Lunas frías", en donde tendremos a otro lobo que ya han visto por aquí: *redoble de tambores* A nuestro lobo solitario, Lon. 

 


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