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Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~

 

Avisando que estamos en los ultimos capitulos de esta novela, estoy trabjando en hacer la segunda parte aunque no estara centrada en Rowan y Eddie. 

Baruch me mira, sus dedos golpean suavemente la mesa. Es un gesto que hace cuando está nervioso.


— no puedes hacerlo.  


— Lo hare. Y por eso necesito que la llames.


— eso lo entiendo y lo apruebo. Lo que no puedes hacer es verla tu solo, simplemente no vas a encontrarte con ella a solas.


— es la mejor opción ¿o quieres que entremos a su ciudad?— hace una mueca. Entrar a la ciudad de Leyre se siente como si no volveremos— ella no vendrá aquí después de la última vez. Encontrarnos en un punto medio, a solas, es lo mejor para todos.


— igual podrían poner una trampa.


— ella dirá lo mismo de mi invitación— después de todo yo seré quien la llame y sería más lógico pensar que estamos planeando algo.


— ¿Eddie lo sabe y está de acuerdo?


— sabe lo que quiero hacer.


— no sabe todo ¿eh?— gruño— antes no me importaba lo que pasaba pero las cosas han cambiado, quiero terminar con el problema de una vez—antes no había un humano que pudiera ser lastimado con facilidad. Abajo, el rock de alguna canción suena más alto unos momentos.


— eso debiste hacerlo cuando ella estaba aquí— Baruch suspira— no sé si querrá tener esa reunión, pero la llamare y de una vez que sepas que no iras solo. Así tenga que enviar a Liam contigo— Liam, por ser rápido tendría más oportunidades de escapar si algo va mal.


— le pediré ayuda. Si no encuentro una respuesta, aceptare que envié a algunos de sus lobos para que nos ayuden. Debo decírselo a los demás ¿no?


— sí ¿no iras a hacer de mártir?— me entrecierra los ojos. Me rio solo de pensarlo, eso hace que Baruch se relaje— sí, no eres tan considerado por los demás. Si no fuera por Eddie ni siquiera te importaría— me encojo de hombros.


— si hiciera eso no podría volver con él ¿Por qué lo haría?


— eso me tranquiliza ¿le dirás sobre los recién convertidos?— aún no lo sé. Decirlo podría ocasionar muchas cosas, o quizá nada… si ella es cuidadosa.


— lo pensare— escuchamos los pasos de Eddie subiendo las escaleras. No se ve sorprendido cuando ve a Baruch— ¿terminaste?— cuando se acerca, lo alcanzo con una mano y lo atraigo a mí para abrazarlo. El olor a pelo de animal es más fuerte hoy.


— casi. Tendré que hacer un par de rondas en la noche ¿te quedas a cenar, Baruch?


— claro, aun no termino de hablar con Rowan ¿sabes que quiere ir por su cuenta a hablar con Leyre, sin nadie que lo acompañe?


— la segunda pare no la sabia. Rowan es un idiota si está pensando hacer eso— gruño, aunque no tiene mucho caso con ellos.


— ¿Por qué hablan de mi como sí no estuviera aquí?


— ¿crees que funcione? Hablar con ella.  


— eso espero, Leyre es sensata y no creo que vayamos a volver a la edad media cuando no había nada de control.


— gracias por el dato perturbador, iré a despedirme de Gabriela y Fabien. Esta conversación aún no termina— dice, dándome un codazo en el estómago por lo que deduzco que las palabras son para mí. Pongo los ojos en blanco.


—sí, gracias Baruch. Ahora tengo problemas— el bastardo tiene la osadía de reírse.


— es que esa parte de tu plan es un asco y al único que obedeces es a Eddie, tenía mis dudas al principio con él pero resulto ser la mejor idea que tuviste.


— están usando a Eddie— él no lo niega— no es necesario hacer tanto drama, solo hablare con ella, aclarare todo y esperare a que se resuelva todo mágicamente— él resopla. Eddie regresa un rato después, abajo ya no escuchamos más voces. A pesar de lo que dijeron de hablar sobre Leyre, solo repiten lo mismo, como si negarlo lo hiciera menos real, además añadieron que mientras ella no aceptara reunirse conmigo no tenía caso pensar mucho las cosas. Con Eddie quejándose sobre lo mucho que comemos nos sentamos a cenar.


No podría mentir si me preguntan si estoy nervioso por el encuentro con Leyre, lo estoy. Estoy muy consciente de que hay muchas cosas que pueden salir mal y lo mucho que arriesgo al hacerlo, no hacerlo podría ser más costoso a largo plazo. Me arrepiento de no haberlo resuelto cuando se podía hacer de otra forma.


— estás pensando mucho.


— no sabía que no podía pensar— Baruch se ha ido hace un rato, Eddie recién vuelve a subir de una de sus revisiones— estoy preocupado. Se supone que debo hacer lo mejor para los demás, y ya no estoy seguro si hablar con Leyre será lo mejor.  Podríamos solo… irnos. Buscar otro lugar— puedo ver que hace el intento por no mostrar desagrado, no lo logra muy bien. Tampoco me gusta la idea.


— eso ¿sería inevitable?


— no, solo… seria como nuestra última opción. No pondré en peligro al chico, ni a ninguno de los demás ¿vendrías conmigo?— Eddie solo abre la boca pero no sale ni una palabra. Contengo un suspiro, no esperaba que Eddie respondiera felizmente que lo haría… bien, si esperaba algo así. También sé que se esforzó mucho para lograr llegar a tener la clínica y pedirle que lo deje todo solo así es duro.


— quisiera responderte pero ahora no puedo ¿lo pensare?


— solo es una suposición, no nos vamos a ir mañana. Pero solo para que sepas, me romperás el corazón si no vienes conmigo— él me mira, pone una sonrisita.


— No intentes hacerme sentir culpable con eso, no funcionara—eso me hace reír.


— tenía que intentarlo— Eddie solo me sonríe. Le veo ir a la habitación y salir con una toalla para dirigirse al baño. Escucho el agua de la regadera. Este lugar podrá ser pequeño pero tiene sus puntos buenos también.  Pongo los últimos platos a secar y también me dirijo al baño. Eddie no pone seguros en las puertas, un mal hábito que actúa a mi favor: la puerta se abre apenas giro la perilla. Eddie está tarareando alguna canción.


— ¿Qué estas…? Rowan…— Eddie solo asoma la cabeza por la cortina.


— creo que tienes espacio aquí para uno más— la queja de Eddie se vuelve un chillido cuando me quito la camisa. 


— no te desnudes aquí.


— ¿quieres que entre con la ropa puesta?


— ¡No quiero que entres!— sonrió, eso no me detiene para seguir quitándome la ropa. Su cara se está poniendo de un lindo rojo.


— Eddie, me has visto desnudo muchas veces, y también te he visto desnudo. Un baño compartido no es gran cosa. Ahorramos agua— añado.  Eddie sisea algo cuando avanzo, el espacio es tan pequeño que no tiene a donde escapar— ¿me pasas el shampoo?


— espera tu turno para la regadera como una persona normal— pongo los ojos en blanco, me estiro, restregándome más de lo necesario en Eddie, para alcanzar la botella del shampoo. Pongo un poco en mi mano y luego lo paso por su cabello— Rowan…


— ¿Qué? Nunca hice esto o ¿esperabas hacer otra cosa?— me da una mala mirada antes de cerrar los ojos al sentir la espuma en su cabello. Su cara sigue roja— ¿alguna vez pensaste que estarías así con alguien en tu regadera?


— no— responde de inmediato— ahora que lo pienso, desde que te conozco he hecho muchas cosas que nunca imagine.


— conocer a un hombre lobo debe ser la primera— sus labios se curvan en una sonrisa.


— adivinaste.


— ¿sigue siendo algo malo?— sus manos apartan las mías de su cabello cuando se limpia el rostro para poder abrir los ojos y mirarme.


— nunca dije que fuera algo malo.


— vamos, alguna vez lo pensaste— su ceño se frunce, recordando.


— solo cuando me secuestraron. Pero no sabía que eran, así que no cuenta. Me daba miedo porque intentaron comerme también, no quería involucrarme porque es difícil sacarte de la cabeza que quien te sigue tiene unos dientes afilados.


— te adaptaste bien.


— ignoré todo y fingí que todo estaba bien, no creo que sea algo que elogiar— ahora yo sonrió.


— ¿vas a refutar todo lo que yo diga?— él solo niega con la cabeza, estira su mano para tomar el jabón. Uso el shampoo, que tiene un suave perfume no tan desagradable. Eddie ya usaba productos de limpieza neutros, con poco olor debido a las veces que iba al zoológico— te falta una parte por aquí— estiro mi mano y toco un punto en su espalda. Deslizo mis dedos por su piel. Eddie sisea de nuevo, tal vez dice alguna palabrota antes de mirarme.


— Rowan, basta…


— solo estoy ayudándote— bajo mi mano un poco, y Eddie maldice, suspirando pesadamente— ¿o quieres que me detenga? tal vez deba salir ahora— sus manos me detienen, me atraen hacia él y luego me empuja a la pared, su boca sobre la mía. Sonrió, abrazándole— entendido— le beso, su piel se siente caliente, resbaladiza por el agua. No sé quién de los dos cierra la regadera, pero el agua deja de correr.


La visión de Eddie mojado, con las manos en el muro, desnudo y dándome la espalda es suficiente para hacerme olvidar todo. Hay algunas pecas en su espalda, sobre los hombros, no son tan visibles. Le beso, frotando mi cuerpo con el suyo, el espacio tan pequeño me da un maravilloso eco de su gemido. Le acaricio, tocándole despacio, su piel es irresistible así que le beso el cuello, los hombros y no me resisto a morderle.


— Rowan…— su voz no es una queja, a mis oídos suena como una súplica. Echa la cabeza hacia atrás, más cerca de mí, solo mueve un poco hacia mí y puedo besarle. Su trasero se frota en mi entrepierna, haciéndome gruñir. Muevo un poco la rodilla para acomodarme mejor, mi erección se está volviendo dolorosa pero no quiero solo terminar. Me tomo mi tiempo, frotando mi pene entre las piernas de Eddie, escuchando como se queja sin palabras al mismo tiempo que le masturbo.  Su piel se ha puesto roja donde le mordí, mis dientes marcados en su piel…  no me resisto, presiono un poco en su trasero antes de que comience a entrar en él, despacio.  Eddie se tensa, sus dedos se curvan en la pared— esto… tan bueno…— empujo con más fuerza mis caderas,  entrando por completo en Eddie.


— ¿te gusta?


— no te detengas— no pensaba hacerlo. Me aferro a su cadera para poder llevar un solo movimiento, un solo ritmo. No aguantamos mucho, la voz de Eddie se alza, no llega a gritar pero está bastante cerca. Siento como su cuerpo se tensa, una maravilla presión en mi pene que me hace ver blanco, y luego todo termina. Demasiado rápido, demasiado satisfactorio. Mis dedos han dejado marcas en la piel de Eddie. Se reclina contra mí, los ojos cerrados— esto no es lo que…


— lo sé.


— ahora debo limpiarme de nuevo, acabo de hacerlo— me rio, y vuelvo a abrir las llaves del agua. Me toma un momento ajustar una temperatura cómoda y luego soy yo quien nos limpia, Eddie no parece tener intención de moverse.


— ¿no vas a moverte?


— no. me siento como un fideo. No lo hagamos aquí otra vez— le cubro con una toalla.


— a mí me gustó mucho. El eco del cuarto es…— Eddie me besa, cortando mis palabras.


— tengo frio. Mi ropa está en la habitación— sonrió, me ato otra toalla a la cadera y levanto a Eddie, pienso que protestara porque lo llevo como princesa pero no dice nada. Me rio mientras camino— siempre olvidas la ropa en la habitación. No es un hábito del que me queje. Solo no lo hagas cuando alguien más que yo esté aquí.


— Ja, Ja…


— ¿estas burlándote de mí?


— para nada. Joder, aun me tiemblan las piernas…


— ¿te ayudo a vestirte?


— no, déjalo— le veo jalar y ponerse una camisa negra con el logo de alguna de las bandas de rock que le gustan. No tenemos una forma de ordenar nuestras ropas en los muebles, así que me tomo el tiempo buscando entre las prendas algo para ponerme. Deberíamos buscar una forma de ordenar por aquí— Rowan, lo que… sobre lo que harás ¿me estas ocultando algo? Baruch me hizo pensar en si realmente es tan sencillo como dices o es algo peligroso y no quieres decirlo.


— he dicho la verdad, Eddie. Podría ser un poco peligroso,  pero no me arriesgaría como un tonto. Me preocupa un poco tener que decirle sobre cómo controlar a un recién convertido, y que ella resulte ser la culpable.


— ¿no te preocupa que te atrapen y te encierren?


—Umm, no. confió en que me sacaran de allí. Por si necesito ser más específico, te incluye también a ti. Así que eso no es lo que me preocupa, me preocupa lo que pudiera pasar aquí si las cosas van muy mal— mientras busco mis cosas encuentro otra cosa.


— nos las arreglaremos, supongo. Estamos en medio de la ciudad, crear un caos que puede publicarse en internet no es su estilo.


— cierto. Aun así estaré más preocupado por ti, por lo que pase aquí con ustedes.


— si te acompañáramos no estarías preocupado por eso— me rio, acostándome en la cama ya vestido.


— buen intento, sería peor. Me portaría más idiota de lo que soy sí sé que están cerca de… cualquier cosa que vaya a pasar. Por cierto— me apresuro a cambiar de tema— tengo algo para ti— Eddie se recuesta para mirarme, subiéndolos pies a la cama— es… bueno…— no de nuevo. No me gusta sentirme avergonzado y con Eddie eso pasa más veces de las que me gustaría— es de mí familia, todos teníamos uno y no sé porque lo conservo todavía si ya no vivo con ellos… en fin, quiero que lo tengas tú— le extiendo la mano después de mis palabras torpes. Eddie no duda cuando toma el anillo— aunque no sé si te quedara. Puedes colgarlo en una cadena si no te queda. O guárdalo si no te gusta.


— ¿me lo das?


— claro. Es… no es importante para mí…— Eddie le da vueltas entre sus dedos para verlo, yo lo conozco muy bien sin necesidad de verlo: Es un anillo de bordes dorados, una franja ancha y plateada en el centro, tiene grabado un bosque y una luna, sobresaliendo en color oro tiene la cabeza de un lobo aullando.


— parece importante.


— no lo tire porque me gusta, no usarlo, pero ya sabes, tiene estilo. Ahora me parece correcto que tú lo tengas, después de todo eres mi familia ahora. Bueno, más que eso… demonios— Eddie se ríe, su mano me da unos golpecitos en el brazo.


— lo aceptare pero no me gusta…


— entonces guárdalo donde sea, tíralo.


— no me interrumpas, tonto. El anillo está bien, no me gusta que me lo des, se siente como si te estuvieras despidiendo de mí— hay dolor en el verde de sus ojos, me apresuro a alcanzarlo. Le beso.


— eso no, nunca. Volveré.


— más te vale… oh, tiene algo escrito— Eddie levanta el anillo para leer las palabras grabadas en el interior del anillo “Call of the wild”. No dice nada, duda un momento antes de elegir un dedo y deslizar en anillo. Parece que le va bien— no uso anillos por el trato que tengo con los animales, y no me gustaría perderlo.


— no me importa si lo pierdes.


— creo que es importante porque me lo estás dando, no me darías algo si no fuera algo.        


— tal vez solo quiero que tengas algo mío— Eddie no me responde, sacude la mano un par de veces, comprobando que el anillo no le resbale del dedo. No lo hace, se queda en su dedo sin problemas— así que si no te gusta puedo conseguirte otra cosa.   


— ya te dije que me gusta— jala una cobija y se cubre con ella, me siento ridículamente feliz porque no se quitó el anillo. Me acuesto a su lado, abrazándolo. No decimos nada, solo nos quedamos en la cama, abrazados. 


Escucho a Eddie levantarse, me parece gracioso que intenta hacer poco ruido para no despertarme. Yo solo me quedo en la cama unos momentos más porque él ya no está aquí y porque me gusta la rutina que tenemos por las mañanas.


— ¿necesitas ayuda?


— estoy bien ¿puedes pasarme el café?— busco el frasco en la alacena— gracias. Estuve pensando un poco ¿no pueden pedirle que venga de nuevo?— entiendo que se refiere a Leyre. 


—  podemos pero dudo que acepte, o si acepta la conversación no será en nuestros términos, será en los de ella. Si hay una pelea podría estar en desventaja por el territorio, hacerlo en un lugar de nadie es lo mejor.


— entiendo… que complicado ¿y ya sabes en donde se reunirán?


— estaba pensando dejar que ella elija, nos evitara sospechas.


— bueno, somos una manada pequeña ¿es necesario tanto cuidado? Eso debería decirles algo— me quedo a medio paso del sofá. Eddie está mirando la estufa con el ceño fruncido— no estoy seguro pero que te preocupes por quien puede pelear me dice que no todos saben hacerlo. Números pequeños y poca disposición para la lucha… ¡Rowan! ¿Qué haces? Bájame… ¡se quemará el desayuno!—  doy un par de vueltas en mi lugar, cargándolo. Lo bajo pero no lo suelto, lo sigo apretando contra mí.


— somos una manada… eso dijiste. Es la primera vez que te incluyes en la manada— deja de moverse y alza la cabeza para mirarme.


—  eso dije— parece tan confundido como yo estoy feliz. Le beso, riendo.


— tenemos que festejar esto— tiro de él, hacia la sala.


— Rowan, la estufa…


La alegría por esas simples palabras no se ira tan rápido.


 


 


Entre esperar la respuesta de Leyre e intentar mantener el orden en la manada, los días se hacen semanas.


Aún es temprano cuando entro a la clínica. Eddie y su amigo están cantando a gritos al mismo tiempo, al mismo tiempo que la canción. Tengo que pasar frente a la mascota de Eddie, siempre lo más lejos que permite el lugar ¿Por qué no podía adoptar un pez? Si el problema era el tiempo para atenderlo un pez no requiere tanta atención.


— ¿se divierten?— pregunto cuando entro al consultorio de Fabien, es un poco más amplio que el de Eddie, y ahora tiene algunas botellas de bebidas alcohólicas en el escritorio. Ninguno me escucha pero si me ven, Fabien baja el volumen de la música— tienen un buen ambiente aquí.


— solo estamos pasando el rato. Tuvimos un gran día hoy— Fabien me extiende una botella. Eddie no dice nada, sostiene una botella en la mano donde el anillo, mi anillo, está muy visible. Esto ya vale la bebida. Le doy un trago— han llamado a Eddie para el zoológico de nuevo, un nuevo embarque de animales. Aprobé el curso de especialización que estaba pasando y Gabriela fue aceptada en la universidad— un gran día sin duda, aunque ella no está aquí— fue a hacer su papeleo antes de que se arrepintieran, son sus palabras— los dos se ríen.  


— debo felicitarla cuando la vea entonces— ella parece joven aunque no en edad para estar ingresando a la universidad— ¿Qué estudiara?— los dos se ríen otra vez. El lugar huele demasiado a desinfectante como para notar que tanto han bebido. No parece que estén ebrios, solo un poco alegres.   


— medicina veterinaria— dicen al mismo tiempo, Fabien le extiende la botella a Eddie para un brindis. El tintineo de las botellas golpeando suena fuerte— estará estudiando las tardes y los fines de semana, Beau quiere cubrirla en el puesto de recepción.


— no tengo problemas por eso. Que Baruch o Kalila vengan por él para llevarlo a casa.


— Oh, que cruel eres con tu pequeño hermano.


— bueno, puedo llevarlo a casa si llego a tiempo aquí— le doy otro trago a la bebida, tiene un sabor crítico— puede arreglárselas solo— me siento en una de las sillas junto a Eddie al ver que no parecen querer terminar su festejo. Siento la mano de Eddie buscar la mía, entrelazar nuestros dedos mientras sigue hablando con su amigo. Si él lo nota o no, no hace ningún comentario.


Se acumulan más botellas en el escritorio para la hora en que escucho que se detiene un auto afuera, se abre la puerta y luego la voz del esposo de Fabien. Los dos se van, recogiendo todo demasiado deprisa, despidiéndose rápido.          


— creo que tienen una reservación—me explica Eddie— ¿Cómo fue tu día?


— nada anormal— le sigo arriba, aun no llego a la puerta cuando mi teléfono suena. Una llamada de Baruch— ¿algún problema?— normalmente me diría que no necesita haber un problema para llamar. Solo me dice una frase.


— Leyre acepto reunirse contigo.

Notas finales:

Gracias por leer. 


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