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Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

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El hospital es como lo recuerdo: ruidoso y abrumador.  Mientras espero a que me digan algo sobre Eddie intento poner orden a lo que paso en las últimas veinticuatro horas. Leyre no es culpable de lo que paso, pero le quieren quitar el mando de la manada así que a la mujer que está enamorada de ella solo se le ocurrió proponernos como prueba porque rechazamos a Leyre. Envió lobos salvajes a mi territorio aún no sé porque, pero mis amigos lucharon bien y gracias a la insistencia de una recién convertida por salir. Convenientemente. Y uno de esos lobos salvajes se supone que está muerto.


— no tienes que quedarte— Eddie me mira, creo que estaba durmiendo. Sin la sangre en su cara es más fácil relajarse y no pensar que tiene algo serio— debe haber muchas cosas que hacer.


— puede esperar. Si me voy te quedaras solo aquí.


— puedo pedirle a Fabien que venga— le sonrió.


— ¿tu teléfono?— también se ve más alerta que hace un rato que lo encontré. Frunce el ceño, mirando sus manos.


— se me cayó. No sé dónde está… igual puedes llamarlo tú.


— esperare. No puedo creer que nadie te hiciera venir al hospital cuando claramente necesitabas atención médica.


— no era tan claro, les dije que estaba bien— le miro, arqueando una ceja.


— tenías sangre en tu cara. Te hicieron cuatro suturas en la frente. Y las heridas de tu pierna necesitaron lavado especial— a mí me parecen algo severo pero la enfermera que nos atendió dijo que no eran profundas y no requieren suturas, solo el lavado para evitar una infección. Debió ser doloroso porque cuando termino Eddie estaba pálido.  


— solo se ve grave porque yo no…— le da una mirada a las personas que pasan— yo no hago eso de sanar en cinco minutos.


— me alegra verte mejor. Cuando te vi en el piso, ensangrentado… pensé lo peor.


— pensé lo mismo cuando entro— su mirada se vuelve distante. No necesita decir de quien está hablando— olvide cerrar la puerta.


— ¿Dónde está? Quien te hizo eso va a pagarlo. Así tenga que encontrarlo— supe que algunos lobos escaparon.


— no puedes ¿Por qué no escuchas a los demás? Ellos quieren decirte algo importante y tú no los dejaste— ¿pretendía que me quedara allá primero?


— me alegra que uno de nosotros tenga otro orden en sus prioridades ¿Por qué dices que no puedo? Sería fácil.


— sí, muy fácil porque está en…— me mira, suspira y cierra los ojos— no lo recordé hasta hace un rato. Anoche todo estaba confuso y no podía pensar claramente. Donelly es su amigo que estaba muerto ¿cierto?


— estaba, al parecer es la mejor palabra para describirlo. No lo entiendo. Vimos su… sabíamos que estaba muerto.


— ¿y están seguros de que es él? ¿Puede ser alguien parecido?— sacudo la cabeza. Es él, aunque no lo he visto confió en lo que dicen los demás.  La mano de Eddie sujeta la mía— Lamento que sea algo doloroso para ustedes. Kalila no dejaba de llorar cuando lo encontró.


— no es culpa tuya.


— él fue quien… entro en la casa— cierro los ojos y me froto los ojos. Donelly es el lobo salvaje que ataco a Eddie— Tarik me ayudo, pero Kalila llego en ese momento y no pudieron pelear más— froto su mano, me está apretando tan fuerte que tiene los nudillos blancos— creí que iba a morir. Estaba solo y no tenía nada para defenderme. No pude correr. Debí correr. Fijarme mejor si la puerta estaba cerrada ¡Pase muchas veces por la puerta!


— ya paso. Todos están bien y tengo buenas noticias ¡Encontré el problema! Y parece que no tendremos más problemas como ese en un futuro cercano— mi distracción funciona. La mano de Eddie afloja su agarre.


— ¿en serio? ¿No…?


— sí, puedes dejar de temer. Ni siquiera era un asunto de nosotros. Pero Leyre está viva, la culpable detenida y ya todo lo que queda es esperar a que Leyre arregle sus asuntos, que luche o renuncie del puesto. No es problema nuestro.


— ella no fue— niego con la cabeza— ¿seguro que termino?


— no puedo decir que sí, supongo que tendremos algunos visitantes o problemas de vez en cuando pero espero que nada como lo que sucedió.


— estoy conforme con eso.


— ¿quieres algo de comer? Ahora que ha pasado todo podría comerme una vaca.


— una soda— me levanto de la silla. Esperar en los hospitales es aburrido, nunca se lo que se tiene que esperar. El hombro aun me duele un poco, creo que estará bien. Si menciono algo Eddie querrá que me revisen también y no hay forma de explicar porque tengo una herida de arma y porque parece una herida de días.


Hay una máquina expendedora fuera del hospital. Solo tiene un sabor de sodas, cuando me enderezo lo primero que veo es que en la entrada me están esperando. No tengo forma de escapar y sinceramente estoy cansado de escapar y esconderme. Me quedo esperando junto a la máquina.


— ¿todo está bien ahora? Nos dijeron que estabas en el hospital.


— Yo estoy bien— mis hermanos no han cambiado mucho desde que me fui de casa. Me sorprendió mucho verlos anoche pero no me quede a hablar con ellos— ¿Cómo me encontraron?— Rusher mira a la calle. Rehan pone los ojos en blanco y me da una palmada en el hombro que me hace sisear y gruñirle de dolor.


— ¿Cómo crees?  Preguntamos. De vez en cuando, a algunos conocidos. Y hace poco nos dieron una descripción tuya, recorrimos algunas manadas y aquí estamos.


— Es un lugar agradable este que encontraste.


 — no voy a volver— los dos me miran. Rehan es un poco más bajo que yo, pero ambos siempre me dieron la impresión de ser mucho más altos que yo— pierden el tiempo si es a lo que vinieron— miro a uno, y luego al otro, sin intimidarme. Se miran entre ellos, en un gesto serio que me pone alerta.


— mi dinero— Rusher le extiende la mano a Rehan.


— ¿no podías salir corriendo?— me mira mal, golpe la mano de Rusher con más fuerza de la necesaria para darle algunos billetes.


— ¿apostaron? ¿Qué rayos?


— Sabia que dirías eso apenas nos vieras. Lo de anoche no cuenta. Y no, no vinimos para llevarte a casa. Tenía la esperanza de que después de ayudarte nos dieras algo de crédito pero veo que algunas cosas no cambian ¿cierto, hermanito?


— el pequeño Rowan ni siquiera nos dio las gracias.


— gracias. Lárguense— los dos se ríen— en serio, si no me dicen que demonios quieren los echare de aquí.


— no te queda ponerte bravucón con nosotros— resoplo. Sé que ya no tengo diez años pero es difícil no sentirme como un niño con estos dos que no paran de burlarse de mí. Rehan sigue pasando su brazo por mis hombros como si no hubieran pasado años— escúchalo, ahora está gruñendo. Sigues siendo un cachorrito malhumorado.


— maldita sea, no les extrañe nada.


— pues nosotros si te extrañamos. Por eso estábamos buscándote… y estábamos preocupados por ti. No sabíamos a donde habías ido, si te habías integrado a una manada o te habías vuelto salvaje— Rusher mira su teléfono. Los tres nos parecemos tanto que cualquiera que nos ve sabe que somos hermanos sin tener que preguntar.


— no tenía muchas opciones si me quedaba.


— lo sabemos. Esperaba que hicieras algo como lo que hiciste, irte. Pero no esperaba que te fueras sin decirnos nada. Padre siempre fue exigente contigo y no se dio cuenta de lo duro que era para ti hasta que fue tarde. Había conseguido algunos contactos para ti, manadas lejanas que podrían ayudarte y solo te fuiste— los miro. No sabía que Rusher quisiera ayudarme entonces. No lo pensé ni por un segundo.


— ¿en serio?


— tampoco teníamos muchas opciones. Admito que no me porte de lo mejor contigo pero nunca te hubiera obligado a hacer algo que no quisieras. Rusher me dijo lo que harías y no le creí. Hubiera ayudado también— no estoy muy seguro de creerlo, aunque tenga sentido. Éramos jóvenes y obedecíamos a nuestros padres— ¿Por qué estás aquí? en el hospital ¿tienes alguna herida seria?— miro la soda en mi mano.


— mierda…— les empujo y me dirijo dentro.


— Rowan…


— yo estoy bien. Estoy…  mi novio está aquí.


— ¿novio?


— amante, pareja, compañero…— me detengo y los encaro, deteniéndolos— él. Así que si les importa mejor den la vuelta— Rusher se queda mirándome sin expresión, Rehan suspira pero ninguno dice palabra. Vuelvo a dar la vuelta y camino por el pasillo hasta la sala donde esta Eddie.  Las camas junto a la suya están vacías, solo una cortina da algo de privacidad— lo siento, tuve un contratiempo.


— creí que te habías ido a comer. O a otra cosa.


— ¿y dejarte aquí? no— las enfermeras nos ignoran, tal vez debamos preguntar si Eddie se puede ir ya— ¿Cómo te sientes?


— me sentiré mejor después de dormir.


— Es un humano— Eddie parpadea cuando los mira, como si no estuviera muy seguro de lo que ve. Pasea su mirada entre mis hermanos y yo— realmente es un humano.


— sin duda te empeñaste en hacer todo lo contrario.


— Eddie, ellos son mis hermanos, Rehan y Rusher.


— lo adivino… ¿estás bien? ¿Están aquí por algún motivo especial?— Sonrió. Él está herido y cansado pero aun así está dando esa mirada a mis hermanos,  sin duda listo para hacerles frente si es necesario.


— vienen de visita— al menos es lo que sé— hablamos un poco, supongo que aún tenemos más cosas de que hablar— Eddie se relaja. 


— ¿lo sabe? ¿El humano sabe sobre eso?


— Sabe todo.  Y es increíble, lucha con osos y cocodrilos, controla aves y doma serpientes…


— ¡Rowan! No hago nada de eso. Bueno, sí tengo una serpiente pero es una boa y es inofensiva. Soy veterinario, y a veces me llaman del zoológico y hasta donde sé no he hecho nada de lo que dice él— hay algo de color en su rostro ahora— no me miren como si yo fuera el extraño aquí, ustedes son los que pueden…— solo mueve sus manos— en fin, el doctor me dijo que puedo irme. La enfermera traerá la receta médica. 


— ¿puedes levantarte?


— Sí— se sujeta de la cama unos momentos— no puedo quedarme en mi casa, unos días por lo menos— pienso en las escaleras que llevan a su casa. A menos que suba a rastras, no hay manera.


— siempre puedo cargarte para subir.


— Nunca… gracias— dice, sin dejar que la enferma diga palabra alguna, le quita el papel y camina— lamento que nos conozcamos en estos momentos, anoche fue un caos.


— Eddie normalmente es amable e invita a comer a los que son como nosotros— escucho que Eddie resopla y murmura que solo lo hizo una vez. Salimos y el aire fresco me relaja. Tomo del codo a Eddie para guiarlo hasta el auto— él se quedó a cargo anoche.


— ¿en serio? visitamos la casa antes de venir, todo está en orden y ni siquiera parece haber heridas de gravedad. Solo una mujer seguía convertida.


— Rita, sospecho que tiene una costilla rota pero no estaré seguro si no le hago una radiografía. Le dije que esperara un par de horas porque la costilla puede sanar sola, sus huesos tardan de cuatro a seis horas en sanarse. Confió en que eso pase porque si fuera algo más grave que requiriera cirugía ella estaría muy delicada ahora mismo.


— es un doctor experto en hombres lobo— la mirada que le da Eddie a Rehan me hace reír.


— interesante ¿Cómo descubriste eso?


— observando, claro. Cuando se ponen a jugar a veces se rompen huesos. Se hacen heridas cuando peleaban con los recién convertidos y yo los curaba. Es un poco ridículo porque sanan muy rápido y no siempre puedo hacer todo lo que haría normalmente en un animal normal. Anoche hice suturas tan horribles… estoy hablando de mas ¿cierto?


— vamos, te llevare a dormir.


— es interesante, aún tenemos mucho de qué hablar ¿te parece bien si los seguimos?— quisiera decirle que no, pero sería infantil. Mis hermanos me ayudaron antes y parece que no tienen malas intenciones.


— bien— Eddie se queda dormido en el auto casi cuando salgo del estacionamiento del hospital. Tengo que despertarlo cuando llegamos a la casa. Hay un fuerte olor a cloro y a aromatizante de lavanda que me pica un poco la nariz. Supongo que el olor a sangre era tan intenso que prefieren esto. Los muebles están ordenados y pareciera que no pasó nada. Escucho el auto en el que vienen mis hermanos detenerse. Me dirijo a una de las habitaciones de la planta baja, con Eddie más dormido que despierto, tanto que apenas pone la cabeza en la almohada ya no reacciona.


— ¿Cómo esta Eddie?— Baruch me encuentra en el pasillo.


— completamente noqueado.


—  Tus hermanos están aquí ¿me perdí de algo? cuéntame que paso— llamo a los demás, porque necesito saber que paso y ellos necesitan saber que paso. También necesito saber más sobre mis hermanos. Les cuento sobre Leyre y Samantha. Kalila gruñe, no sé si groserías o solo está gruñendo nada. Baruch suspira. Mis hermanos hacen preguntas de vez en cuando, porque ellos no llegaron sino hasta el final  


— ¿Cómo nos encontraron? Como sabían que estábamos allí.  


—  Leyre. Me dijo que podía ayudarnos a contactarte. Pero no nos dijo cuándo, así que la seguimos, que suerte— Rusher sonríe. Es raro que lo haga— algunos de nuestros miembros se quedaron para ayudarla como agradecimiento. Están viajando a su territorio aún. Ella está muy enojada por lo que paso.


— lo imagino, siempre presumió ser una manada digna y tener el control de todo ¿alguien quiere comenzar a contarme que paso aquí?— el relato lo completan entre todos, desde que vieron películas hasta que Jennifer se convirtió y Eddie les ordeno salir. Entre Tarik y Kalila hablan de Donelly. Sé que lo he estado evitando porque no sé qué hare, no sé qué sentiré y me siento inseguro.


— dejamos el camión oculto, aún no sabemos qué hacer con los lobos que están allí.


— lo ideal sería que Leyre viniera por ellos porque son de ella. No tenemos un lugar para encargarnos de ellos… Rusher ¿alguna vez escucharon que un lobo salvaje se recuperara?


— algunas veces, sí. Pero nadie sabe porque ¿Qué harán con su amigo?  Es peligroso tenerlo aquí, y también venía con Leyre.


— no vamos a entregar a Donelly— dice Kalila. Ellos eran cercanos, más como hermanos.


— intentaremos hacerle volver. Si no podemos hacerlo… lo veremos. Leyre tiene buenas instalaciones y no lo pasan mal, no vamos a descartar ninguna opción aún— si cuidar de un recién convertido es complicado, cuidar de un lobo salvaje… es diferente de un lobo normal, un hombre lobo salvaje está furioso y siempre quiere escapar. Podríamos hacer algún recinto especial también.


— Rowan, tienes recién convertidos— Rehan había estado callado— eso es… interesante.


— también tengo un solitario y uno del norte. Somos una manada diversa— me encojo de hombros. Rehan me da un golpe en la cabeza— ¡Ay!


— no me refiero a eso.


— Pero no tenías que golpearme. Fue casi un accidente, llevábamos algunos meses lidiando con recién convertidos, ninguno sobrevivió. Rita fue la primera, entro en la ciudad e intento atacar a Eddie en la entrada de su clínica. Como estábamos allí, pudo evitar que muriera y usar sedantes para mantenerla durmiendo. Nunca hicimos nada como eso porque no era necesario salvarlos. Se volvió necesario cuando nos dimos cuenta de que era intencional…


— entonces por eso el humano sabe sobre nosotros.


— el humano se llama Eddie.


— ¿Qué paso con el lobo salvaje que vino aquí? el que era su amigo.


— esta abajo…


— esta noche estaremos vigilando. Descansen lo que puedan— no estoy seguro de que todo termino. Nadie se queja. No puedo retrasar más ver a Donelly. Bradley se mudó de esta habitación cuando quedo claro que no perdía el control, así que ya no hay más que una cama una silla. El lobo esta acostado a un lado de la cama, en el piso. Sus ojos se quedan fijos en nosotros cuando abrimos la puerta, pero no se mueve. No da señales de querer salir o atacar. Nada.


Ha pasado mucho desde la última vez que vi a Donelly. Comimos hamburguesas en el patio esa tarde. Kalila trajo cervezas y Baruch se lamentaba porque su última cita había salido mal.  Todavía no comprendo porque termino así.


— ¿es tu amigo?


— es Donelly. No sé si aun quede algo de mi amigo— es la verdad. Siempre intento no pensar en las cosas dolorosas ¿para qué torturarse? Lo que paso ya no tiene vuelta, no hay manera de cambiarlo y no tiene sentido pensarlo más. Pero me duele pensar en que Donelly está aquí y no esta— Quisiera que Eddie le viera, tal vez él…


— Rowan— La mano de Rusher en mi brazo me hace apartar a vista de Donelly— es un lobo salvaje, no hay… una cura médica para regresarlo. No deberían tener muchas esperanzas.


— tienes razón. Solo estoy sorprendido. Donelly estaba muerto.  Todos le vimos.


— pregunten a la mujer, dijiste que ella fue la que lo envió— Rehan se agacha para mirar mejor— pero es diferente. He visto otros lobos salvajes, y son mucho más furiosos que este. Siempre atacan, gruñen. Esta tan tranquilo— Estira la mano hacia Donelly, pero él solo gira un poco la cabeza y cierra los ojos.


— llamare a Leyre para que le pregunte. Si no tiene tiempo, encontrare la forma de preguntarle.


— puedo llamar a Sasha. Confió en ella y está acompañando a Leyre a su territorio. Les di indicaciones de que se aseguraran que llegaran en orden y regresen. No intervendremos en los asuntos de esa manada— No me sorprende que Rusher tomara el puesto de alfa, siempre fue de él— también llamare a Laure, mi segunda al mando, para que pregunte en casa si alguien sabe de un caso parecido porque Rehan tiene razón, no se comporta como un salvaje. Rowan, te repito no deberían tener muchas esperanzas— eso es difícil, me doy cuenta porque ya estoy esperando algo, por muy pequeño que sea.


—  Gracias— no soporto ver esto mucho tiempo más. Salgo primero— aún tenemos que ponernos al día. Escucho la puerta cerrarse— ¿desde cuándo me buscan? ¿Cómo están todos? ¿Saben que vienen a buscarme?


— quizá debas descansar primero, no nos iremos hoy— tiene razón, no he dormido y han sido unas horas de locos pero no quiero dormir, no podría ahora mismo. Estoy por decirles eso cuando golpean la puerta. No es una llamada suave, golpean como si quisieran derribar la puerta.   


— ¿ahora qué?— alguien abre la puerta, a pesar de mi buen oído no entiendo lo que están diciendo, lo que si escucho es el tono molesto de quien habla. Murray mantiene la calma en la entrada, incluso intenta calmar a quien esta fuera casi gritando.                    


— No me voy de aquí. Necesito hablar con… ¡Rowan!—  la puerta se termina de abrir y a Murray le cuesta detener a Fabien. No reconocí su voz, normalmente tranquila y amable es totalmente diferente cuando está gritando— ¿Dónde está Eddie? Tiene que estar contigo. No responde desde anoche y sé que tú eres el único que puede saberlo— tiene un tono agresivo, jadea y tiene la cara algo enrojecida. Con todo lo que paso me olvide por completo que Eddie también tiene otra vida, y con su teléfono descompuesto no hay forma de que les avisara que no iría— no le encuentro por ningún lado y estoy por llamar a la policía porque deje a Gabriela llamando a los hospitales— otra vez tiene el acento marcado.


— Eddie está aquí— Son las únicas palabras que escuchara y lo van a calmar. Funciona, deja de forcejear con Murray— su teléfono dejo de funcionar.


— ¿Dónde está?


— te llevare. Está durmiendo. Hicimos una excursión nocturna al bosque y tuvo un pequeño accidente— hablo más alto. Por favor que todos entiendan que esa será la versión para humanos de lo que paso. Murray le deja pasar, y no tarda en llegar hasta donde estoy. Afuera está atardeciendo, ya entiendo porque estaba tan desesperado. 


— ¿accidente?


— solo unos arañazos y una herida algo más seria en una pierna. Estuvimos en el hospital, todo está bien pero olvidamos avisarles. Lo siento mucho— sigue caminando. Abro la puerta de la habitación donde deje a Eddie. No escuche que se despertara, y de hecho sigue durmiendo— aquí esta.


— Grace a dieu… voy a quedarme hasta que despierte— hay un brillo feroz en sus ojos cuando me dice eso, como si esperara que le dijera que no. Me encojo de hombros, creo que piensa que teníamos secuestrado a Eddie o algo así.


— adelante— de hecho lo agradezco. Quiero estar con eddie pero aún tengo algunas cosas que resolver, como decirles a todos que cuiden lo que dicen y organizar la vigilancia.


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