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Una fruta. Tomo 1 y 2 por yuniwalker

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Dennis, sentado en un confesionario estrecho y oscuro, acababa de cantar su tercera penitencia. Tan pronto como terminó el agradecimiento del confesor, se cerró la puerta corrediza de la pequeña ventana y él volvió a sentarse derecho. Miró a la izquierda, a la derecha, acomodó su cuello... Una pequeña ventana, conectada a la pared, comenzó a agitarse y finalmente se abrió por cuarta vez:

"Im Namen des Vaters und des Sohnes und des Heiligen Geistes. Amén." (En el nombre del padre, del hijo, y del espíritu Santo, amén.)

El confesor lo saludó junto con la apertura de la ventana corrediza. Una voz muy baja y suave, que seguramente era de un hombre joven. Sus caras estaban bloqueadas una de la otra por una densa red de madera así que no puede verlo. Sin embargo, el confesor facilita saber quién es solo con el timbre que ocupa en cada una de sus oraciones... O bueno, esto pasa la mayoría de las veces debido a que todos ellos eran creyentes que iban y venían, pero que nunca salían del pueblo. Eran voces conocidas, de caras conocidas. Sin embargo, no puede recordar la identidad de esta. ¿No era un creyente que frecuentara la iglesia?

"Gott, der unser Herz erleuchtet, schenke dir wahre Erkenntnis deiner Sünden und Seiner Barmherzigkeit." (Dios ilumina nuestros corazones. Cree en la misericordia del padre y confiesa los pecados que has cometido)

"Amén."

Dennis también dijo Amén.

Era hora de confesar. Dennis esperó tranquilamente y pronto, los labios húmedos del otro lado, se abrieron y dejaron caer un sonido dulce:

"Padre." Una voz suave y un suspiro susurrante entraron por la pequeña ventana. "He quebrantado el quinto mandamiento".

"..."

"Secuestré a un anciano hace dos días.  Estaba asustado y de todas maneras lo amenacé... Dije que iba a matarlo."

Las cejas de Dennis se volvieron arrugadas. Entre los creyentes que conocía, no había ninguno que pudiera venirle a la mente...

"Padre, de hecho he quebrantado el quinto mandamiento innumerables veces. Mi confesión... Me dijeron que tenía que ser detallada, pero creo que es difícil hablar de todo lo que he hecho en tan solo unos minutos."

Dennis tragó saliva otra vez.

"Padre... ¿Qué debo hacer?"

La voz del confesor le hizo sentir una picazón incontenible por alguna extraña razón.

"... Piensa tan fielmente como puedas, y confiesa tus pecados como si le hablaras a un amigo".

"Sí, padre... He quebrantado el quinto mandamiento. Maté a alguien. No, la verdad es que ya maté a demasiados".

"..."

"Padre, yo también violé el cuarto mandamiento. Cuando tenía 15 años, mi papá se enfermó de gravedad. Después de un tiempo, ya no me importaba mucho y quería que muriera rápido. Padre, muchas veces lo soñé convertido en un cadáver."

"..."

"Mi Dios, rompí el cuarto y sexto mandamientos juntos. El día que murió mi padre, cometí adulterio con un amigo."

Tal vez porque se debe a una confesión impactante, Dennis sintió que se le hinchaba el corazón. Debajo de la barbilla, el pecho le comenzó a subir y a bajar apresuradamente mientras el confesor seguía confesando.

"Cometí adulterio incluso después de que terminó el funeral de mi padre. En el baño del cementerio, él y yo hicimos el amor dos veces."

"..."

Dennis comenzó a clamar a Dios sin decirlo en voz alta, solo con un movimiento de sus labios temblorosos... El cuello se le pegó a la piel debido al sudor frío y comenzó a sentir que ya no podía respirar. En el hueco entre su nuca y el traje, metió un dedo y trató de abrir más espacio. Sin embargo, no había forma de que la congestión que sentía desapareciera tan fácil.

"Padre."

"..."

"Tengo tantos pecados que es imposible confesarlos todos hoy. Solo diré esto, y volveré la próxima vez".

"Pues... De ahora en adelante…"

Como padre, era hora de amonestar al pecador.

"¿Sí?"

"... No rompas el corazón de Dios, porque realmente mereces ser amado."

Dennis intentó estar tranquilo y amonestó al confesor. Mientras tanto...

"Jajaja..."

Solo se escuchó una leve risa. Dennis fingió que todo estaba bien.

"Expiación. Haz expiación y no vuelvas a pecar".

"Sí, padre."

Era hora de perdonarlo, pero Dennis no podía aclarar su mente mareada. Con dos dedos, se tocó la frente y apretó su garganta empapada.

"Gott ... Der barmherzige Vater durch den Tod und die Auferstehung seines Sohnes die Welt mit sich versöhnt und den Heiligen Geist gesandt zur Vergebung der Sünden. Durch den Dienst der Kirche schenke er dir." (El Padre Celestial, por la muerte y resurrección de su hijo, reconcilia al mundo. Él envió al Espíritu Santo para perdonar, y a través del ministerio de la iglesia, personalmente, a través de este miembro de la iglesia...)

"Jajaja..."

Su respiración y risa le impidieron seguir hablando. Tomó fuerzas.

"Verzeihung und Frieden." (Te doy perdón y paz.)"

"Amén."

Dennis, que guardó silencio, se apretó los labios secos con la lengua antes de continuar.

"Spreche ich, ich dich los von deinen Sünden. Im Namen des Vaters und
des Sohnes und des Heiligen Geistes."  (Y yo, en nombre del padre, el Hijo y el Espíritu Santo y en nombre de esta santa congregación... Perdono tus pecados)

Dennis hizo temblar sus pestañas, y vio la forma negra reflejada en la rejilla... Silueta negra, como humo. Tan pesado que lo comenzó a aplastar.

"Sein Erbarmen währt ewig." (La misericordia del Señor es eterna.)

Una silueta negra atravesó la rejilla y le apretó el cuello sin importarle que hubiera hablado sobre la misericordia del Señor hace un momento. Dennis se sobresaltó y tocó su garganta para confirmar lo que había pasado... Debió haber sido su imaginación.

"Der Herr hat dir die Sünden vergeben. Geh hin en Frieden". (El Señor perdona todos los pecados. Ve en paz.)

Dennis, el padre, empujó terriblemente la puerta corredera de la pequeña ventana para poner fin a la confesión. El confesionario de madera finalmente se cerró con un sonido espantoso así que, en la oscuridad, se limpió el pecho y la cara para intentar recuperar su centro y calmar el temblor de sus manos. Le faltaba el aire y tenía un repentino dolor de cabeza así que presionó sus cejas firmemente.

Dar una confesión nunca fue tan pesado como ahora.


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